Hola, nuevamente vengo con un nuevo capítulo. A muchos no les gustará, pero sabrán por qué cuando terminen de leerlo. Mientras tanto, responderé los reviews después de un día tan largo, pesado y lleno de tráfico en mi &%/%$# ciudad c=
ashthepokevenger: Va a haber de todo, pero si quieres estar tranquilo, habrá más AMOUR que KALOS, así que no te preocupes :D
Cata-Chan1: Jajajá, Kalm contigo! xD Bueno, te lo regalo por ser una buena persona.
Guest: Si Mostaza te refieres a Ash Ketchum, pues lo sabrás pronto. No puedo decirlo, lo siento :c
Larekin1: Oh pues lamento oirlo, pero habrá más shippings que sólo el Kalos y el Amour, así que no te preocupes.
AsuraX1: No. Kenny aparacerá... creo xD
emmanuel lopez: De nada lector xD
Poker Knight: Jaja parece que odias Kalm xD Y es tu día de suerte porque aparecerá ese Pokemon, sólo que no sabría decirte en qué capítulo xD
KRGARO: Quise hacer así a Kalm. Odiaba su personalidad fría xD
kuroi: Bueno, no puedo hacer lo que dices porque ya llevo varios capítulos escritos y sería modificar la historia; además, no sabrás lo que pasará después, así que te dejaré en dudas xD
marth amour lowell: Jajajá, sera de todo :p Es lo único que puedo decirte.
Bueno, basta de perder el tiempo. Disfruten lectores c:
Capítulo 30
Sentirme Importante
El firmamento abrazaba un color tan rojo, que era hermoso a la vista. Los árboles iban desprendiendo una a una, hojas de tonos carmesí, anaranjadas y amarillentas que caían por el gran sendero vertical e interminable. El césped era corto y de un color parecido, sólo que había estado muerto y seco la mayor parte del tiempo. Las hojas poco a poco iban invadiendo el camino, por lo que costaba trabajo el ver por dónde ir. Inclusive, pensé por un momento si las hojas de arce cobraban vida mientras caían, ya que producían un sonido tan misterioso al a hora de mecerse con el viento, que no supe si en realidad estaban susurrando cosas… Cosas que no debería de escuchar.
Habíamos estado en las afueras del nivel quince. No sabría decir si más allá de los lugares aún descubiertos. Todos habíamos estado caminando durante minutos, e inclusive horas por aquel sendero, encontrándonos a lo mucho algún Pokemon salvaje no muy fuerte, que podríamos vencer con facilidad. Lo preocupante de todo, era el darnos cuenta de que no teníamos de idea hacia dónde íbamos, y de saber el cuánto faltaba para llegar a nuestro destino. De un instante a otro, sentí una punzada en el estómago, ya que a pesar de que era al último nivel de PBO descubierto, tenía la certeza de que podríamos encontrarnos con las mazmorras de ese nivel. Sentí escalofríos, pero me borré esa imagen de mi mente. No quería llegar a pensar lo que sucedería si nos encontrábamos con las mazmorras. ¿Iríamos sólo nosotros, a vencer al jefe del nivel quince? ¿Qué bestia se encontraba al final de las mazmorras? ¿Seríamos capaces de vencerlo? ¿Iríamos a avisarle a los demás sobre esto? Ni siquiera ese era nuestro objetivo, y mi esas dudas ya estaban atormentándose con esas ideas.
Recordé el día en el que Kalm nos dijo a todos que había un nuevo objetivo que debíamos de alcanzar. Había pasado casi dos meses desde que me uní oficialmente a este gremio, cuando él nos había dicho que había un lugar secreto dentro de este nivel. Un lugar donde aguardaba un Pokemon Legendario, que era el guardián de algo… Un objeto que nadie podría imaginarse que tuviese tal poder. Según los rumores, los jugadores decían que aquel gran Pokemon, cuidaba una gran espada tan carmesí como los árboles, pero jamás nadie había visto tal cosa. Tan sólo era eso… rumores.
Sin embargo, Kalm y los demás se habían ilusionado tanto con aquellos rumores, que decidieron ir en busca de ese tal objeto, y tanto Trevor como los demás, querían ver qué clase de Pokemon era el velador de tal espada. Yo no quise reclamar, puesto que podría ser interesante, pero también era algo muy arriesgado… Demasiado. Pero eso ya no me importaba más; ya no temía a los Pokemon, y sobretodo ya no le temía a ningún peligro. Ellos, el Gremio Novato, habían sido mi protección y me habían hecho superar todos mis miedos. Inclusive, he pasado estos dos meses entrenando arduamente, junto con los demás. Podría decirse que me he vuelto fuerte, aunque no lo suficiente como para poder enfrentarme a un jefe de nivel. No lo suficiente como lo había hecho Dawn, según los rumores. Ella ya había formado un gremio, ya se había vuelto fuerte, a pesar de ser novata; lo que más me impresionaba era que en cada victoria contra el jefe, ella participaba siempre. ¿Cómo es que se había vuelto tan fuerte? Cada que pensaba en ella, me daba rabia el saber que era más fuerte que yo, y que todos los novatos de PBO juntos. Me gustaría enfrentarme con ella una vez, o simplemente encontrarme con ella desde el día en que se dio el anuncio, pero era imposible. Ya la había eliminado como amiga, y el encontrar a alguien por casualidad era muy difícil, y prueba de ello era Satoshi. Tampoco lo había visto a él.
Pero ahora, ya no necesitaba a nadie más. Ya tenía a mi familia dentro de este juego, y juntos, venceríamos los 100 niveles, aun así nos cueste toda la vida el hacerlo.
— Rayos, Kalm. ¿Cuándo vamos a encontrar lo que venimos a buscar? —se quejó Casey.
— Tranquila, sólo faltan unos minutos.
— ¿Y cómo estás tan seguro de eso? —opinó Trevor—. Quiero encontrar a ese Pokemon Legendario. Quiero encontrarlo ya, para agregar su información a mi Pokedéx.
— Bueno, yo tengo todo controlado. Sé que lo encontraremos —decía en un tono de voz inseguro.
— ¡Yo digo que se perdió! ¡Jajajá! ¡Estás más perdido que yo cuando estaba con mi mujer en una tienda de cosméticos! ¡JA! —Gritaba el viejo Wattson.
— No es necesario gritar, viejo —mencionó Casey malhumorada.
— Bueno, vean lo bueno de todo esto —dijo Bianca en un tono apacible, mientras se acomodaba la boina blanca— Este paisaje es muy hermoso ¿no lo creen?
— Sí, concuerdo contigo Bianca. Es tan hermoso que estoy dibujando a ese Pokemon salvaje que está a punto de irse —susurró Tracey, mientras en su boceto había un Charmander escondido atrás de uno de los árboles. Éste se fue y Tracey maldijo por lo bajo.
— Yo digo que todos se callen —dijo Sémola en un tono frío, e hizo una mueca de disgusto— Me tienen harta.
— Sí, lo que digas, Sémola. ¡Ya verás que pronto encontraremos esa espada! ¡Confío en todos nosotros! —animó Ritchie y su Pikachu gimió de exaltación.
— Pero hay que hacerlo rápido, porque tengo hambre —Morrison se tocó el estómago, y éste se retorció.
— ¡Bueno, ya cállense! —finalmente Kalm había cedido ante todos— Admito que no tengo ni idea de a dónde vamos.
— ¡Já! ¡Lo sabía! —Casey fue hacia el muchacho, y le dio un golpe en la cabeza, que bajó un poco su vida— ¡Hemos caminado por este sendero varias horas, y no hemos conseguido nada! Maldita sea. ¡Justo ahora estaría apoyando a mis abejorros de Kanto en mi mente, pero en vez de eso hemos estado vagando por este camino sin rumbo alguno!
— Tranquila, Casey —dije con algo de incomodidad.
— ¿Acaso se olvidan de mí? —dijo Cheryl en un tono tan apacible, que pensé que jamás se enojaría por nada en el mundo— Yo soy la busca tesoros en este lugar. ¿Quién les ha conseguido todos los accesorios más raros del juego?
— Tú, Cheryl —mencionaron todos al mismo tiempo, excepto Kalm que estaba tirado en el suelo con un moretón en la cabeza.
— ¿Y gracias a quién, han podido hacer varias de las misiones debido a su experiencia resolviendo acertijos?
— Tú, Cheryl.
— Entonces, hay que continuar. No debemos de estar muy lejos de ese Pokemon Legendario y la espada Carmesí de la que tanto se habla —sonrió tan dulce, que por un momento la proyecté con mi madre— Para que esto tarde menos, quiero que se separen por grupos ¿de acuerdo? Busquen por todos lados, no sólo por este camino que no nos llevará a nada. Tracey, tú irás con Morrison y Sémola. Casey irá con Bianca y Wattson. Kalm con Serena, y yo iré con Trevor y Ritchie.
Y así, todos nos separamos. Kalm se había recuperado y me acompañó en la nueva misión que se nos había otorgado.
Caminamos en medio de los árboles, y las hojas ya me traían harta. ¿Cómo es que más hojas caían a cada segundo? Bueno, eso no importa. Lo importante ahora es encontrar al Pokemon y…
— ¡Oh, mira Casey! ¡Un Tepig! ¡Qué tierno! —Bianca mencionó, pero al hacerlo, estaba tan distraída que tropezó conmigo.
Ambas caímos, y el Tepig corrió asustado ante el ruido que habíamos hecho.
— ¡JÁ! ¡Asustaron al pequeño! ¡Pobre Pokemon! ¡Jajajá! ¡Tan ruidosas son! ¡Me recuerda cuando tenía su edad! ¡Já! ¡¿Saben que cuando tenía su edad, 16 años, yo en ese momento tenía 16 años?! ¡Já! ¡Qué cosas de la vida!
— Maldita sea —mencioné con rabia—. ¿Por qué me tocó con estos malditos tontos? ¡Yo quería apoyar a mis Abejorros de Kanto!
El bosque carmesí era amplio y misterioso; inclusive podría decirse que solitario. Pero en eso un Vulpix apareció entre nosotros.
— ¡Alto! Debo de dibujar a ese Vulpix. Nadie se mueva —sin perder tiempo alguno, saqué mi lápiz y mi boceto, y comencé a dibujar.
— No tenemos tiempo para esto, Tracey —dijo Morrison— Debemos de ir en busca de algo de comida.
— ¿Comida? —Sémola se veía confundida, pero fría— Esa no es nuestra misión, tonto.
— Lo sé, pero es que no puedo dejar de pensar en nada más que no sea comida.
— Pero si trajiste un almuerzo de diez sándwiches en tu mochila.
—Ya me los acabé.
— ¿Y aún así tienes hambre?
— ¡Cállense! —dije, aunque el Vulpix se alarmó un poco— Ya casi termino.
— ¿Escuchan eso? —Morrison se tocó la barriga, y ésta rugió tan fuerte que el Pokemon de fuego salió corriendo y muy asustado— Lo siento, Tracey.
— Bah, no importa. Bueno, es hora de ir por comida.
— Les dije que esa no es nuestra misión —intervino Sémola fríamente.
— Lo siento, Sémola. Tenemos que ir por comida, o sino Morrison explotará.
La pequeña suspiró a pesar de que yo tenía razón. Creo que nunca íbamos a encontrar al Pokemon Legendario a este paso.
— Debe de haber algún lugar… algún lugar que no hayamos registrado —comentaba con gran curiosidad. Necesitaba saber dónde se encontraba aquel lugar donde habitara el Pokemon Legendario.
— Cheryl, acéptalo. Jamás lo encontraremos —mencionaba Trevor— Mi pokedéx jamás lo analizará, y todo estará perdido.
— No seas pesimista, Trevor —le dijo Ritchie, y su Pikachu bajó de su hombro para ayudar a buscar.
— Tranquilos, chicos. Debe de haber algún sitio… alguno.
Ya habíamos caminado bastante tiempo. Kalm y yo guardábamos silencio. No quería molestarlo con algún comentario innecesario, y supongo que él tampoco quería hacerlo. No podíamos encontrar al Pokemon Legendario, ni mucho menos alguna pista que nos llevara hacia él. ¿Cómo es posible que no pudiéramos hacer nada? ¿Cómo es posible que yo no pudiera hacer nada? De hecho, yo no he aportado nada a este gremio desde que llegué, y eso me hacía sentir algo mal.
— ¿Pasa algo? —Kalm sabía que estaba algo inquieta. ¿Cómo es que lo había adivinado?
— No, X. No… sólo que... —¿Cómo es que después de tanto tiempo, aún me sentía débil? Había superado mis miedos, había entrenado duro, pero me seguía sintiendo algo extraña. ¿Será que no pertenezco en verdad a este gremio? ¿Será que no he aportado algo importante?
— ¿Qué?
— Es que… siento que no he hecho nada importante. Digo, ustedes han entrenado muy duro, e inclusive tienen un nivel más alto que el mío —cuando vi su nivel, 29, y yo de un nivel 18, me sentí una buena para nada—. Siento que no he aportado nada importante. Ve a Hikari, la novata que más ha sobresalido en el juego, o tú, que ha formado un gremio que trata de salvar a todo el juego. Yo, sin embargo, no he podido hacer nada importante que ayude a los demás.
— Serena —Kalm se detuvo en el camino. Me miró y sonrió. Siempre sonreía cada que me miraba ¿Por qué? ¿Por qué siempre me sonreía de una manera tan dulce? ¿Por qué siempre que decía algo, sonreía? —Eres más importante de lo que crees.
Su mirada me hipnotizó por un momento. No sabía que lo que sentía en ese momento, era algo que no pude describir. Vi los ojos azabaches de Kalm, y pude sentir algo en mi estómago que retorció, pero que no estaba consciente de lo que sentía.
— Gracias —le sonreí. ¿Por qué me sentía así? Recuerdo el haber salido con varios chicos en el instituto, pero jamás había sentido un retorcijón en el estómago.
— En serio. Tal vez Sémola no lo diga mucho, o Casey nos esté regañando a todos, o inclusive Wattson diga chistes malos, pero todos ellos y cada uno de los miembros te ven como una persona muy importante, y todos ellos, aunque hayas sido la última en entrar, te quieren mucho —Kalm sonrió de oreja a oreja, y se rascó la cabeza nerviosamente— Y yo también.
— Kalm… yo…
En ese momento, sucedió algo. Algo pasó tan rápido, tan fugaz, que Kalm no pudo notarlo, pero yo sí. Una sombra pasó por los troncos de la docena de árboles que había a nuestro alrededor. Una sombra que duró unos segundos ahí, pero yo había sido capaz de presenciarla, hasta el punto en que desvié mi mirada de Kalm, y comencé a correr.
— ¡Serena! ¿A dónde vas? —mencionó un Kalm confuso.
Yo no respondí. Debía de estar concentrada. ¿Cómo es que pude notar esa sombra? ¿Y por qué corría siguiendo a mi instinto? Las hojas interminables caían, y de vez en cuando, una que otra se pegaba a mi rostro y a mi sombrero rosado. Eso no me importó, puesto que estaba más concentrada en el movimiento de aquella sombra. Sabía que era algo… o alguien. Mi vista era capaz de verlo moverse un lado a otro, levantado las hojas que ya habían caído y habían estado inquietas en el suelo. No podía ver la sombra, pero podía ver las hojas que había levantado, y eso era algo que me había sorprendido. ¿Cómo podía ser así de rápido? ¿Acaso nadie más lo había visto? ¿O es que acaso mucha gente que pasaba por aquí no se había percatado de que esta sombra había estado pasando una y otra vez?
Corrí lo más que pude y lo más que mis pulmones me permitían. No sé si Kalm me estaba siguiendo o no. Los movimientos de la silueta me hacían desviar hacia la izquierda, luego hacia la derecha, izquierda, derecha, izquierda otra vez, esquivando árboles en mi camino. Y en un instante, había estado tan concentrada que no me percaté que el camino lleno de hojas había desaparecido.
Caí por un barranco alto. Había escuchado a Kalm gritar, primero como advertencia, y después como sufrimiento, ya que él también cayó por el barranco.
Comencé a revolcarme por la tierra, las hojas y demás cosas que no supe que había sobre el barranco. Sentí golpes en mi hombro, pierna y otras partes del cuerpo, y el ver hacia donde caía me era imposible debido a los giros que hacía al caer. Quería agarrar a Kalm, y sujetarnos de alguna parte para no seguir cayendo, pero la caída era tan brusca y rápida que no podía hacer nada.
Pensé en que tal vez podía morir, pero cuando sentí que había dejado de girar, y el barranco había terminado, sólo noté que el 5% de mi vida había desaparecido, por lo que no me alarmé mucho. Kalm también había aterrizado, y cuando se levantó, fue directo hacia mí y me ayudó a levantarme.
Yo no le di las gracias, y ni siquiera lo vi a los ojos. Mi atención estaba concentrada en otra cosa. Frente a nosotros, había un gran muro de rocas llenas de musgo de un extraño y anaranjado color, pero en el centro del gran muro, había un agujero enorme y frío. Ahí, las hojas ni siquiera podían entrar, y el aire misterioso que emanaba de aquella gran y desfigurada cueva me hizo sentir calosfríos.
— ¿Serán las mazmorras? —mencionó Kalm.
— No… creo que es el lugar que estábamos buscando. Creo que aquí yace el Pokemon Legendario —Lo sabía. Debía de estar aquí; si no, ¿quién demonios era aquella silueta que me estuvo guiando todo este tiempo?
Comencé a caminar hacia aquel sitio oscuro. ¿Por qué no me detenía? ¿Por qué mis instintos me decían que debía de aguardar aquí, mientras los demás llegaban? Tal vez, debía de hacer esto sola. Debía de hacer esta misión yo sola, para demostrarle a todos que no era alguien débil, y que podía hacer algo bueno para los demás.
— Serena, espera. Debemos de avisar a los demás.
Ni siquiera lo escuché. Yo avanzaba más a lo profundo de la cueva. Más y más, hasta que sentí que la luz de la salida comenzaba a desaparecer a mis espaldas. Un eco misterioso resonaba alrededor de la cueva. Las gotas que colgaban de las estalactitas, interrumpían de vez en cuando el gran silencio que se alargaba a lo largo del camino oscuro.
Noté que Kalm quería gritarme, pero no estaba seguro de hacerlo, ya que podía llamar la atención de Pokemon salvajes. El chico corrió hasta mi posición; sus pisadas produjeron un eco que recorría el perímetro de una manera tan lenta pero a la vez tan rápida.
— Serena ¿Qué haces? Debemos ir con los otros.
— No —le mencioné.
— ¿Por qué? Escucha, si es por lo de que no has hecho nada importante por los demás, no…
— Tengo que hacerlo, X.
Miré al chico con una mirada tan extraña, que no supo cómo responder ante ella. Después de unos momentos, seguí mi camino a lo largo de la cueva. Pero él seguía insistiendo.
— ¿Crees que esto es un juego todavía? —preguntó con una voz que apenas se escuchaba— Vamos a pelear contra un Pokemon Legendario. No es cualquier cosa.
— Lo sé.
— Entonces, si estás consciente de eso, deberías esperar a los demás. Sabes que nosotros dos no podremos derrotarlo. Si el Pokemon gana, nosotros moriremos. ¿Acaso quieres eso?
Con un poco de rabia en mi ser, a pesar de que Kalm tenía razón, fui directo hacia él.
— X, debo de hacer esto. Todo este tiempo me había estado escondiendo cobardemente. Este es el momento para demostrar que puedo ser fuerte.
— Te entiendo, pero… déjanos ayudarte.
— Lo siento Kalm, necesito hacer esto —me di la vuelta y comencé a caminar.
Súbitamente, sentí la mano de Kalm jalando mi brazo. El chico me dio la vuelta, y estuvimos frente a frente. Sus ojos comenzaban a lagrimear; no sé si lo hacía por tristeza, por rabia o por alegría. Sin embargo, cuando se acercó más a mí, supe que era porque no quería dejarme ir. No quería abandonarme, y no quería perderme dentro del juego. Nuestros labios estaban a centímetros de rosarse, pero no podía verlos con claridad debido a la oscuridad de la cueva. Él me agarró las manos, y yo no me moví de mi lugar. Y en eso, sentí sus húmedos labios. Un beso tierno, que sólo rozaba la piel de nuestros labios. Pero había algo más en ellos. Un deseo que había estado sintiendo por él desde hace poco. Un deseo de no dejarlo ir, de quedarme con él; un deseo de protegerlo. Cerré mis ojos, y me dejé llevar. Mis manos se entrelazaron con las suyas con más fuerza de la necesaria, y pude notar una lágrima recorrer su mejilla y tocar con la piel delicada de mi rostro. Ahora, entendía el por qué él sonreía cada que me veía; entendía el por qué me había contado su historia, y el por qué quería que me quedara en su gremio. Yo entendía todo de él, pero a la vez, nada de mí. Aún seguía sin comprender el por qué sentía un presentimiento extraño dentro de mí; aún seguía sin saber, por qué quería irme después de que él y los demás me habían acogido en su morada. Aún seguía sin entender qué era aquello que sentía dentro de mí. Jamás lo había sentido con ningún otro chico, a pesar de salir con varios y haber besado a varios más. Sin embargo, este beso, era sincero. Este beso me indicaba que no debía de ser estúpida y debía de quedarme con Kalm.
Nos separamos para retomar el aliento. El chico miraba al suelo, y sus lágrimas seguían recorriendo sus mejillas rojizas.
— No quiero perderte, Serena. Sé que es algo extraño decirlo de alguien que llegó de la nada y te vio ahí, desamparada. Pero es que no pude resistir esa mirada al verte ahí. No quiero que pierdas tu vida en vano. No quiero que el esfuerzo que hice, haya sido por nada. No quiero perderte; voy a protegerte a ti, y a todo el gremio. Nadie más morirá. Voy a salvar a todos los de PBO, y cuando estemos todos en la realidad, te buscaré. Yo… yo quiero protegerte, Serena.
— Gracias, Kalm —le susurré, y lo abracé, mientras hundía mi rostro en su pecho— Gracias por darme un hogar, una familia, y por recobrar las esperanzas en mi. Gracias por todo. Pero la que te protegerá a partir de adelante, seré yo —ambos nos quedamos en la oscuridad de la cueva, mientras Kalm le avisaba a los demás que habíamos encontrado el sitio donde el Pokemon Legendario aguardaba.
Bueno, los fans del Amour no me odien. Les prometo que habrá Amour ¡LO HABRÁ! Y los otros fan tampoco me odien !TAMBIÉN HABRÁ PEARL, ADVANCE Y POKE! Si dejan de leer el fic porque hubo Kalos, háganlo :c , sólo que se perderán de lo mejor ;D
Gracias por los reviews, jamás me imaginé que hubiera tantos :D Estoy agradecido. Y los que no se han animado, háganlo y recibirán un regalo :D Ok no. xD Que tengan buena semana ynos vemos el martes en la batalla emocionante contra el Pokemon legendario (Hace mucho que noescribía un capítulo tan lleno de acción como el que sigue). Bien, ¡Nos leemos!
PD: No me odien.
PD2: En serio.
Próximo capítulo: La espada carmesí
