Qué tal xD Espero que no les moleste que posteé el capítulo a primera hora del viernes xDD Lo que pasa es que en el día estaré ocupado y me iba a ser imposible postear el capítulo, pero pues por lo menos lo posteo el día viernes, aunque sea demasiado temprano. (En el caso de algunos, ya que no todos tenemos las mismas horas de mi país xD ). Bueno, a responder:

ASHTHEPOKEVENGER: Jajajá, buenas respuestas xD Y en efecto, ya comienza el romance.

ASDFGHJ: Así son las mujeres de complicadas xD Tienes razón querido lector, Ash ahorita está tan preocupado más por el hecho de que mató a alguien, que por proteger a alguien de su escuela xD Ponte en su situación. ¿En qué estarías más preocupado? ¿En pensar que eres un asesino? ¿O en proteger a alguien que no conoces muy bien? Bueno, Satoshi está algo más nervioso por lo que acababa de hacer lol

LAREKIN1: ¿Qué no debe terminar bien? xD ¿Ash? Oh, sí. Él sufrirá, pero se levantará como cualquier otra persona.

GUEST: En efecto, se lo merece. La cuestión es... ¿También se lo merece Ash que le diga a todos que es un asesino? Creo que ya ha sufrido mucho.

EMMANUEL LOPEZ: Disfrútalo emmanuel c: Disfrútalo mientras dure...

THUNDERGOLD97: Jajajá, de hecho podría actualizar diario, pero tendría que tener mucho tiempo libre para eso xD Aparte la mayoría no se pondría al corriente.

BLACKPHOENIX: Exactamente, buenas conclusiones, mr. blackphoenix. Justo ahora Ash está entre la espada y la pared, pero qué pasará. ¿Lo matarán? ¿Irán por su cabeza para colgarla en una pica?

ASURAX1: Lamento decepcionarte :c Sé que aún tienes esperanzas de ver con vida a Ritchie, pero hay algo que debo decirte: BIENVENIDA A LA CRUDA Y VIRTUAL REALIDAD. =c

CATA-CHAN1: Yuyin xD Creo que la suerte maldijo a Ash y Yiyin xD Te dejaré a Kalm por ser una buena lectora.

BARAKA108: No creo que al Gremio Rocket le importe mucho una muerte de los 30 mil jugadores que aún quedan. Pero aún puede haber esperanza. Aún puede que Ritchie esté muerto. NO PIERDAS LA FE. Eureka aparecerá, sólo que debes ser paciente.

MARTH AMOUR LOWELL: Buenas respuestas xD sobretodo la de Chuck Norris, fue la más acertada.

GUEST: Entiendo que el internet móvil es una m*****, a mí también me pasa. Lo sé, soy peor que el guionista de Akame Ga Kill xDDDD Me alegro de que hayas dejado review, y cuando puedas dejar otro, estaría muy feliz :D Pero sólo hazlo cuando sea realmente necesario. No quiero que destruyas tu móvil por mi culpa xD Gracias!

Bueno, qué va. Los djeo leer tranquilos.


Capíulo 34

Miembros Oficiales


Desperté de golpe.

Primero, no supe en dónde rayos me encontraba, pero no tuve tiempo para pensar en eso. Una niña estaba observándome detenidamente, examinando mi rostro y haciendo una mueca extraña. A mi lado seguía Serena, sólo que ya no seguía abrazándome, y su cabeza estaba recostada en una almohada del sofá.

— ¿Quién eres?

Me levanté sin importar que incomodara a Serena. Había recordado todo. Había recordado que hace unas horas Serena me había contado sobre su amigo Ritchie. Sobre el chico que había sido asesinado por mí. Necesitaba escapar ahora, o no me lo perdonaría después… No… Jamás iba a perdonarme esto de todas maneras. Caminé hacia la puerta, sin hacer caso a la chica de una gorra blanca. ¿De dónde había conseguido aquella gorra extraña y ese atuendo de rayas? Bueno, nunca lo sabré; sólo sé que tenía que irme. Pero… pero tampoco debía irme. Serena estaba controlada. No había pensado mucho en eso, pero el asesinato que había hecho me había nublado aquel hecho. Debía quedarme para proteger a Serena, pero al mismo tiempo irme.

— ¿Ash? —la voz de Serena me detuvo en la puerta que había abierto.

— ¿Lo conoces? —comentó la otra chica y en ese momento, noté que me había estado examinando de pies a cabeza. Súbitamente, la muchacha se sorprendió— ¡Tú…! T-tú… ¡Tú eres… eres…!

— ¿Qué sucede, Casey? —un chico de una camisa verde y un cuaderno en sus manos, apareció en la sala.

— ¡Tú eres…!

En ese momento, el otro chico también quedó sorprendido al ver no mi persona, sino el nombre que había sobre mi cabeza.

— ¡Santos Pokemones dibujados! ¡Es el Destello Eléctrico!

Fue como si aquel grito reuniera a toda una manada, ya que mucha más gente apareció en la sala pocos segundos después.

— ¡Acaso alguien dijo el Destello Eléctrico! ¡JÁ! ¡Recuerdo cuando tenía tu edad, Tracey! ¡Já, já, já! ¡Yo también hacía bromas tan…! ¡OH, NO, SÍ ES EL DESTELLO ELÉCTRICO! ¡SANTOS POKEMONES ELÉCTRICOS!

— ¡En carne y hueso! ¡¿Podría ver a ese Pikachu poderoso, por favor? —dijo un chico pelirrojo, pero en ese momento se acercó otro chico del mismo color de cabello, sólo que más grande y robusto.

— Podemos hacerse emparedados, si gustas. Estamos a punto de desayunar.

— No les hagas caso, ¿dónde quedaron los modales, Trevor y Morrison? No se les trata así a un invitado —una mujer de cabellos verdes apareció, y me agarró del hombro. Sin embargo, yo quería irme. ¿Por qué simplemente no me iba?

— Basta, Cheryl. Si el chico quiere irse, que se vaya —mencionó una pequeña niña fría, que estaba un poco más apartada de todos.

— No, Sémola. No es necesario —en ese momento, Serena se había levantado ya con todo aquel alboroto— Él no iba a irse. ¿O sí?

— ¡Por supuesto que no! ¿Verdad lindo? ¡¿Podemos ver a tus Pokemon?! ¡Seguramente han de estar muy hermosos! ¡MUY LINDOS! —gritó una chica de una boina blanca.

— Claro, pero sólo tengo uno.

— No importa. Aún así debe estar muy lindo ¡MUY LINDO!

— Basta, Bianca —intervino Casey, la chica del atuendo raro—. De todas maneras iba a irse.

— Yo… —ella estaba en lo cierto, pero cuando vi que todos me miraban de una manera tan extraña y tan maravillosa, no pude negarme. Serena me sonrió, y los demás tenían muchas preguntas por hacerme. Creo que me admiraban, a pesar de que tenía la reputación de un "cheater". Sin embargo, no quería quedarme. No debía. Yo había matado a su compañero.

—Vamos, Destello. Vete. Vete como el "cheater" que eres —una voz apareció por el pasillo, y el chico de la noche anterior se mostró. Se notaba serio, a pesar de todo. Y yo sabía por qué.

— ¡Kalm! ¡¿Qué dices?! ¡Él se quedará! Además… es muy guapo —Casey llegó hasta mi posición, y me abrazó la cintura. Yo me sonrojé ante el incómodo momento.

— ¡Sí, él se quedará con nosotros! ¡Será parte del gremio! —Trevor mencionó— Pero sólo si nos enseñas a tu Pikachu.

— No, yo… yo… —No quería formar parte de su gremio. No era lo correcto.

— Él sólo estará aquí por este día —intervino Serena.

— ¡Oh, qué mal! —dijo Tracey— Yo quería dibujar a su legendario Pikachu.

Abrí mi pokébola, y de ahí salió un roedor amarillo que al principio no supo lo que pasaba, pero cuando Trevor lo examinó, Bianca lo abrazó y Tracey dibujaba en sus bocetos, supuso que eran gente buena.

— Así es… Sólo estaré por este día —sonreí incómodamente—. Lo siento.

— Rayos. Yo quería tenerte a mi lado, Satoshi-sama —Casey se mostraba ruda, pero cada que me miraba, lo hacía de una manera distinta—. Yo quería que te nos unieras al gremio, y pudieras contarnos tu historia.

— ¿Mi historia?

— Sí. Cada vez que alguien se une, cuenta la vida que llevaba antes de llegar aquí.

— ¿Y por qué hacen eso?

— Bueno, no lo sé. Cuando eres parte del gremio, te vuelves parte de la familia. Se supone que te debemos conocer mejor.

— Casey, ahora que hablan de eso, no recuerdo que hayamos hecho el ritual con Serena —intervino Cheryl, mientras ponía la mesa del desayuno.

— ¿Qué? ¡ES CIERTO! —La chica se sorprendió y fue hacia Serena— Habíamos estado tan distraídos, entrenando duro, que se nos había olvidado… Aunque bueno… no sé… no sé si este sea un buen momento.

En un repentino instante, todos se quedaron en silencio absoluto, sabiendo que les faltaba un miembro. Inclusive Tracey dejó de dibujar para observar el boceto que había hecho. Aquel Pikachu, mi Pikachu, les recordaba a alguien especial… y todo era mi culpa. ¿Cómo iba a ser posible que les dijera que yo lo había asesinado? Sólo un día. Un día estaría con ellos y nada más. No quería que se ganaran mi cariño y repentinamente se enteraran de ello.

— ¿Y por qué no lo hacemos hoy? Satoshi puede ver de qué trata el ritual, y puede que lo convenzamos de que se una al gremio.

— ¡Buena idea, Trevor! ¡Mi amado podrá ver el ritual y verá que el Gremio de las Gorras y Accesorios es lo mejor que le pasará en su vida!

— ¿Amado? —susurré algo incómodo, y volteé a ver a Serena, que reía—. ¿Gremio de las Gorras y Accesorios?

— En realidad es Gremio Novato, pero es una larga historia —mencionó la pequeña Sémola.


El ritual se iba a celebrar después de desayunar, aunque puedo decir que estaba un poco nerviosa, ya que no sabía lo que iba a contarles. ¿Qué mi madre me había criado? ¿Qué era una chica popular dentro de un colegio? Bueno, tendría tiempo para pensar en ello.

Había estado un poco avergonzada con Ash, ya que no me había arreglado, ni bañado, ni nada. Él me había visto justo como había despertado, y eso era algo vergonzoso.

Cuando todos estuvimos arreglados, Casey fue la que habló. Esperé que Kalm lo hiciera, pero él había estado tan callado y serio, que ni siquiera se atrevía a decir una palabra. Lo entiendo, aunque no comprendo cómo es que los demás se comportaban como si nada hubiera pasado. En realidad me sorprendía que Casey siguiera de aquella manera tan regañona, o Wattson contara sus chistes pésimos. Todos estaban tan alegres, aunque podía notar un atisbo de tristeza en sus miradas.

— ¡Muy bien, es hora de ir al nivel cinco, a nuestro lugar de reunión!

Y ahí estuvimos, donde los acompañé por primera vez. El árbol donde siempre se colocaban, permanecía ahí, agitado por los aires repentinos que habían en medio de la llanura. No obstante, todos comenzaron a adentrarse más hacia el bosque.

— ¿Qué hacen? —le pregunté a Cheryl.

— Oh, lo que sucede es que el ritual de iniciación comienza con varios juegos distintos, hasta que anochece, y es ahí cuando hacemos una fogata, y cada quién vuelve a contar su historia.

— Ya veo —sonreí.

Primero, hicimos un juego que consistía en jugar a las escondidas. Trevor fue el primero en contar, y cada quién comenzó a esconderse en medio de la espesura. Yo corría hacia donde mis instintos me indicaban, y súbitamente noté que alguien estaba sobre un árbol. Era buena idea el esconderse ahí.

Comencé a escalar el árbol de junto, y aunque me costó trabajo, pude llegar hasta unas ramas que me servían de apoyo. Noté que la persona que me había dado la idea, era Kalm, que a pesar de que jugaba con nosotros, seguía con su semblante serio.

Yo no quise decir nada. Ni siquiera nos habíamos dirigido la palabra desde anoche. Sin embargo, había sido su culpa, por insultarme de esa manera, aunque entiendo que había estado enojado y confundido por la muerte de Ritchie.

— Serena… —el chico habló, sujetándose de unas ramas más arriba—. Escucha. Quería tener un momento a solas contigo para decirte que lo siento. Después de haberte dicho eso, quise disculparme, pero escapaste.

— ¿Y qué se supone que hiciera? ¿Quedarme ahí para que me siguieras insultando?

— No, yo… yo en verdad lo siento. Es que todo esto… todo este asunto.

— Te entiendo.

— Serena, yo no lo dije en serio. Tú me gustas mucho, y la única basura que hay por aquí, soy yo. Me dejé llevar por la ira, y ahora veo que eso fue algo malo. Debo de ser fuerte… debo de serlo por Ritchie.

— Acepto las disculpas, X —le mencioné, pero seguía algo molesta con él.

— Llámame Kalm —el chico rió—. Te lo he dicho un montón de veces.

— Cómo sea —le mencioné, y reí.

— Y por cierto… ese chico.

— ¿Satoshi?

— No lo llamabas así cuando llegué a la posada.

— Oh…

— ¿Lo conoces, cierto?

— Yo… yo lo conozco. Él iba en mi escuela, pero sólo éramos compañeros.

— Ya veo. ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué no me dijiste que el tramposo era tu amigo? Todo PBO lo conoce.

— Veo que no te agrada.

— A decir verdad, no confío en él.

— Bueno, yo creo que nadie confía en él después de lo que sucedió en el Torneo Esmeralda, pero yo sí.

— Entiendo.

— Él no es un tramposo. Yo sé que no.

— Pude que no, Serena; sin embargo, no te dejes confiar por él. Noto que oculta cosas…

— ¿Y cómo sabes eso?

— No lo sé —el chico titubeó— Tan sólo… tan sólo lo presiento.

En ese momento, la conversación se interrumpió, ya que Trevor nos vio a ambos.

— ¡Ajá! ¡Ahí están ustedes dos, par de tórtolos!


Corría, y corría. No quería que me vieran, aunque esto no era nada más que un juego. Sentía algo absurdo el jugar en momentos como aquellos, donde se supone que debía de estar investigando cómo salvar a los jugadores del juego, o el preocuparme de que nada le hubiese pasado a mi madre. No obstante, lo único que hacía era el jugar a las escondidas.

Me escondí detrás de un tronco, y eché un vistazo a que nadie me viese.

— Hola, guapo —la chica de cabellos púrpuras, Casey, estaba detrás mío.

— Oh, rayos…


Habíamos jugado varios juegos, e inclusive me había divertido tanto con todos los miembros que no me di cuenta cuando oscureció de repente. Cada uno de nosotros se dirigió de nuevo a la llanura donde el espacio era más amplio, y pudimos ver a lo lejos el árbol. El árbol de nuestro gremio, donde una fogata brillaba a lo lejos, y Tracey, Cheryl y Morrison habían estado preparando una docena de emparedados como de costumbre.

— Rayos… estoy agotada —mencionó Casey y salió corriendo hacia los emparedados, seguido de Trevor, Wattson, Bianca y Sémola.

Kalm me agarró de la mano mientras caminábamos, y Ash notó aquello. Trató de mantener la seriedad en su rostro, pero notaba que le dolía en lo profundo de sí, o eso creo… Después de todo, él mismo me había confesado en el instituto que yo le gustaba, pero ahora no era momento de aquello. Justo ahora, debíamos pensar en otras cosas…

Llegamos, y una fogata estaba alrededor de nosotros, con un par de troncos alrededor que servían de asiento. Todos los miembros se sentaron, y yo fui la última en hacerlo. Sabía que era el momento del "ritual" o como Casey le llamara a esto.

— Bien, Serena, antes de que cuentes tu historia, nosotros debemos contártela a ti. ¿Listos chicos? —dijo Casey.

— Listos —nombraron todos al unísono, excepto Ash y yo—. Este es el Gremio Novato. El Gremio de las Gorras y Accesorios. El Gremio que pronto salvará al juego y pasará a la historia. El Gremio que nunca se rendirá, y se volverá cada día más fuerte. Este es el Gremio, donde unos simples jugadores, se vuelven nuestra familia. El Gremio donde cada uno cuenta su historia, sin ser juzgado. El Gremio donde puedes confiar en todos y cada uno de sus miembros. Este es el Gremio Novato, que nunca te abandonará y siempre confiará en ti —el recital terminó, y Sémola comenzó con su historia.

— Bueno, yo nací en un orfanato. No conocí nunca a mis padres, y creo que nunca los conoceré —al decir aquello, nadie dijo nada, pero yo estaba a punto de ir a abrazarla. Noté que su semblante era triste y frío. Ahora entendía por qué se comportaba de aquella manera—. Sin embargo, desde que tengo memoria, mi mejor compañero y amigo de todos, un cachorro que vagaba por el orfanato, nunca me abandonó. Lo llamé Jack. El cachorro creció conmigo, y juntos pasamos momentos divertidos, así como tristes. Pero desde que descubrí este juego, y desde que se volvió una adicción, ahora lo único que quiero es regresar con mi mascota. Así que… así que… —la chica se le salió una lágrima—… yo venceré los cien niveles de este juego, para regresar con mi mascota.

El Gremio quedó en silencio, y fue el turno de Trevor.

— Mi padre era un aventurero, y viajaba por todo el mundo. Sin embargo, en un accidente automovilístico, mi padre falleció. Ahora, lo único que he querido hacer es recorrer cada centímetro del mundo, porque mi padre me lo pidió. Me pidió que viajara a todas las partes posibles, y que descubriera hasta los lugares inhóspitos. Pero descubrí el juego, y me volví adicto. Sé que fue un error, pero cuando salga de aquí, ya tendré a todos los Pokemon registrados en mi Pokedéx, y le demostraré a mi padre que he descubierto tanto el mundo virtual como el real. Yo venceré los cien niveles de este juego, para seguir viajando por el mundo.

— Yo soy un viejo que ha vivido una vida sabia y alegre. ¡Já, já, já! —ésta vez, noté que la risa de Wattson fue contagiosa, y la mayoría de nosotros rió—. Pero… después de que murió mi esposa, llegué a deprimirme. He estado solo desde hace ya varios años, y lo único en lo que pienso es en por qué no me fui yo, y no ella. Ahora, cuando descubrí este juego y vi que ya no podía regresar, me di cuenta de que aún tengo mucho por vivir, a pesar de ser un viejo. Aún tengo que encontrarlos a ustedes, porque son mi familia, y sé que mi esposa estaría orgullosa de pasar el tiempo con más personas, y salir de aquella depresión que tuve hace tiempo. Yo venceré los cien niveles del juego, para encontrarme con ustedes, y para vivir lo que me queda de vida al máximo.

— Yo era madre de dos pequeños —mencionó Cheryl, sólo que esta vez no tenía aquella sonrisa característica—. Sin embargo, la vida me los quitó y también a mi esposo. Así como Wattson, me sentí muy triste, y por azares del destino descubrí este juego tiempo atrás. Sin embargo, gracias a ustedes, me di cuenta de que puedo salir adelante, y me he fijado la meta de ir a un orfanato, y poder adoptar a alguien… inclusive a Sémola —la chica de cabellos verdes rió, y Sémola, aunque se notó algo sonrojada, le sonrió a la mujer— Yo venceré los cien niveles del juego, y después adoptaré a Sémola y prometeré ser la mejor madre del mundo.

—Yo tenía unos padres que no se interesaban en mí —mencionó Morrison—. En la escuela ni siquiera tenía amigos, ya que mucha gente me molestaba debido a que era robusto, y que comía mucho. Sin embargo, cuando descubrí este juego, me di cuenta de que siempre habrá alguien a quien le agrades, a pesar de tu apariencia. Yo venceré los cien niveles del juego, y regresaré al mundo real para encontrarlos a ustedes, y para hacer nuevos amigos que me quieran por lo que soy.

— Yo… yo tenía a alguien muy importante para mí —Bianca estaba cabizbaja, a pesar de ser siempre sonriente—. Me di cuenta de que esa persona, en realidad no me amaba. Él me había propuesto matrimonio en nuestro aniversario, pero unos días después lo descubrí engañándome. Estuve muy triste, y después me encontré con ustedes y con este juego. Me di cuenta gracias a ustedes, a pesar de que la vida pueda ser dura, siempre habrá personas que estarán contigo. Yo venceré los cien niveles del juego, me encontraré con ustedes, y seguiré con mi vida felizmente, aunque me cueste trabajo y esfuerzo.

Todos quedaron en silencio, y ahora fue el turno de Tracey.

— A mí desde mucho tiempo atrás me apasionaba el dibujo. Siempre me ha gustado dibujar y mostrar mi arte a los demás, pero un día, un ídolo para mí, un dibujante famoso, tuve la oportunidad de conocerlo, y me mencionó que mi arte era basura, que no tenía talento y no iba a llegar lejos. Eso me hizo débil, y mis dibujos no volvieron a ser los mismos. ¿Cómo podía asimilar aquello? Mi ídolo me había insultado. Entonces, descubrí este juego, y cuando los conocí a ustedes y me decían que era el mejor dibujante de todos, entendí que siempre habrá personas a las que no les gustará tu trabajo, pero habrá otras más que adorarán lo que haces. Yo venceré los cien niveles del juego, y llegaré a ser el mejor dibujante de todos —Tracey me sonrió, y ahora era turno de Casey.

— Yo… yo… —la chica le costaba trabajo hablar—. Mis padres… ellos… ellos… cada que me portaba mal, ellos usaban la violencia… ustedes entienden —noté que Ash se incomodó ante aquello ¿Por qué? —Era horrible —una lágrima salió de la mejilla de Casey. Jamás pensé que ella fuera a llorar en algún momento, con lo mandona y alegre que era—. Cada vez, me encerraba en mi cuarto a lamentarme, y encendía la televisión a ver a los Abejorros de Kanto. Cada que ganaban, me alegraban el día como no tienen idea, a pesar de lo que mis padres me hacían. Pero cada que perdían, me enfurecía y comenzaba a entrenar béisbol en mi patio trasero. A partir de ese momento, siempre he querido conocer a un jugador de los Abejorros, o formar parte de su equipo. O por lo menos, ver un partido de los abejorros con ustedes, amigos. Yo venceré los cien niveles del juego, y llegaré a ser parte de los Abejorros de Kanto.

Ahora era el momento de Kalm… pero parecía perdido.

— Yo… antes de contar mi historia —mencionó con los puños apretados—. Yo… quiero contar la de Ritchie —Todos se quedaron en un silencio incómodo—. Él… él siempre me decía que iba a vencer los cien niveles, y yo le creía. Todos lo creíamos. Pero, lo más sorprendente de todo, fue que el no tuvo una vida tan sorprendente como la de todos nosotros. Él, tenía unos padres que lo querían, tenía amigos y tenía una vida llena de felicidad. Sin embargo, lo que me sorprendió fue que él comenzó con todo esto. Él me hizo formar el gremio, él nos unió a todos nosotros, y siempre que dudaras, él estaba ahí para animarte…

Noté que varios de los miembros comenzaron a llorar, y yo tampoco pude evitar soltar un par de lágrimas.

— Yo… yo tenía una hermana que murió de cáncer. Era mi hermana menor, y siempre iba a visitarla. Ella me decía que nunca iba a rendirse e iba a vencer su enfermedad. Yo no lo creía… o quise creerle, pero se veía tan mal, que nadie en su sano juicio podía creer sus palabras. Pero… pero ella se veía tan segura de sí misma, y tan confiada en que lo iba a lograr, que no me explicaba el cómo lo hacía. No me explicaba cómo podía decir aquello con tanta perseverancia y valentía, si ella mismo notaba que poco a poco sus defensas iban cediendo ante el cáncer. Cuando ella murió, entré en el juego para olvidarme de todo, y cuando se dijo que el juego era mortal, quise irme con mi hermana sin dudarlo. No había otra razón por la cual quedarme ahí. Quería ver a mi hermana, y ambos estar juntos. Pero entonces, Ritchie apareció, y su actitud tan valiente y alegre me recordaba tanto a ella… Yo… yo venceré los cien niveles del juego, porque era el sueño de Ritchie.

El chico dejó de llorar, y ahora todos me miraban a mí.

— Bien, Serena… tu turno.

— Bueno… —en realidad, estaba a punto de contarle a todos lo que me pasaba. La primera vez que le contaba a alguien mi pasado… me sentía extraña— Yo… yo crecí al lado de mi madre. Ella me crió desde los siete años, ya que cuando tenía esa edad, mi padre un día se fue. Nos abandonó a ella y a mí. Estuve tan triste, que necesitaba atención de los demás, y en la escuela salía con varios chicos, o hacía varios amigos e inclusive recibía toda la atención de todos, pero no dejaba de pensar en cómo mi padre agarraba sus maletas, y yo le preguntaba a dónde iba. Recuerdo cuando me contestó que todo iba a estar bien, pero no era así. Ahora, lo único que deseo es volver con mi madre, y abrazarla de nuevo. Ella está sola justo ahora, y no quiero abandonarla, como mi padre hizo con nosotras. No quiero… Yo… yo venceré los cien niveles del juego, y regresaré con mi madre y ambas saldremos adelante.

Todos sonreímos. Casey comenzó a aplaudir, después Trevor y al final todos aplaudieron.

— Bienvenida oficialmente al Gremio Novato, Serena —mencionó Kalm.

— ¿Y bien, Satoshi? ¿Ya estás convencido? —dijo Casey con sonrojo.

— ¡Únete! ¡Un beta nos serviría de mucha ayuda! — Trevor se veía animado.

— Yo… yo soy un tramposo.

— ¡Oh, vamos, sabemos que no es verdad! —dijo Tracey— Ese Masato tiene reputación de ser un mentiroso.

— Yo…

— ¡Vamos, lindo! —dijo Bianca—. Cuéntanos tu historia, y formarás parte del gremio.

Todos le incitaban a hacerlo, pero el chico no se notaba seguro de sí mismo. Ahora que lo recuerdo, tal vez contaría lo que le sucedió en el supermercado, y la duda que invadía mi mente finalmente dejaría de existir.

— Yo…

— Vamos, Ash —le mencioné, y le tomé la mano.

— Yo… está… está bien —dijo, y todos quedaron en silencio— Yo… mi padre… él usaba… él usaba mucho la violencia, al igual que en tu caso, Casey. Sólo que él… sólo que él lo hacía con mi madre y conmigo. Inclusive… —el muchacho no podía hablar.

— Tranquilo —le dije.

— Inclusive… llegó un momento en que estuvo a punto… a punto de matarla —nadie decía nada—. Mi madre y yo escapamos de él, y vivimos seguros durante un tiempo, pero entonces… él nos encontró, y mi madre me mandó a Ciudad Luminalia, porque ahí mi padre no me encontraría. Desde entonces, no sé si ella sigue viva. No sé si mi padre la encontró, o si esta en un lugar a salvo—al decirlo, titubeaba— No lo sé. Yo no sé qué paso. No sé nada de ella, pero… pero debe estar bien. Ella debe estar a salvo. Estoy seguro. Yo… yo… pasaré los cien niveles del juego, y salvaré a todos ustedes de PBO, y así podré estar de nuevo en el mundo real y buscar a mi madre.

El silencio abrumó el lugar, pero Casey llegó hasta Ash, y lo abrazó.

— ¿Lo ves? Todos hemos tenido problemas. Puedes confiar en nosotros.

— Pero… —Ash quería decir algo, pero por alguna razón no podía— Pero… hay algo que debo decirles.

Casey se extrañó, y lo miro con curiosidad.

— ¿Qué?

— Yo… Ritchie… —el chico comenzó a titubear— Él… él…

— ¿Él qué? —Kalm se interesó.

— Él es un buen chico. Cumpliré su promesa, y los ayudaré a vencer todos los niveles —mencionó y sonrió.

— ¡SÍ, ENTONCES SERÁS PARTE DEL GREMIO!

— ¡UN BETA DENTRO DE NUESTRO GREMIO, HURRA! ¡HURRA!

Sin embargo, noté que eso no era lo que quería decir. Kalm tenía razón… había algo que nos estaba ocultando, pero no sabía qué.


Bueno, un capítulo triste y emotivo. Quise agregar este capítulo para que conozcan más a los personajes, y para que no odien a Kalm. Sin embargo, aquí pueden darse cuenta de que cada quién tiene un pasado duro, pero que ha salido adelante gracias a la amistad, el esfuerzo y el apoyo incondicional. La mala noticia es que a lo mejor el martes no sé si pueda actualizar, pero haré el intento. Haré lo posible! Bueno, sólo quiero decirles que si han tenido algún problema duro, recuerden que pueden seguir adelante con la ayuda de la gente que tienen a su alrededor. Muchas veces creemos estar solos, pero si abrimos los ojos con atención, nos daremos cuenta de que tenemos más gente de la que creíamos c: Anímense a dejar review y háganme saber qué les pareció este capítulo. ¡Nos leemos!

Próximo capítulo: El invitado sorpresa