Hola. No es tan tarde para publicar el capítulo, yo lo sé. Bueno, ¿qué les pareció el anterior capítulo? ¿Sorpresivo? En cierta forma, algunos ya sabrían que esto pasaría, sólo que no se imaginaban que fuese de esa manera inesperada. Responderé a sus reviews :D :
Cata-Chan1: Te olvidaste de Morrison lol Serena inútil loooool Lamento que ese capítulo te sacara fuera de tus casillas. Sabía que te iba a molestar. Espeor que no haya herido tus sentimientos. Sé que extrañarás a Kalm, peor habrá forma de compensartelo? ): xD
ThunderGold97: Gracias ;D Sí, fue algo impactante. Espero te guste este capítulo.
AsuraX1: lol el mejor comentario que he visto en siglos. Un momento... ni siquiera tengo un siglo cumplido. ¿O sí? xD
asdfgh: ILUMINATI CONFIRMED. Mi comentario fue una pequeña pero gran pista. A lo mejor haré comentarios próximos de esa manera (tan insignificantes, que al final resultarán tan obvios) Estén atentos todos xD PD: No contaban con la astucia de Ashespirito. lol
Larekin1: Es que un Shiny es muy difícil de capturas. Incluso en los juegos cuesta una m**** capturarlo, pero bueno, eso lo explicaré más adelante :D Y cierto, Ash es un inútil xD O tal vez no. Y claro, yo siempre me esfuerzo en que alguien sufra a como de lugar ;D Aunque de cierta forma no me guste lol
Kuroi: Así es, Serena se quedó con Shaymin. No sé si es algo deprimente o algo bueno... Y lamento haberte arruinado el cap. Sé que a muchos no les agradó que muriera el Gremio Novato D: Qué hago para compensartelo? lol
Fatimasand: Así a veces son las cosas de injustas, inclusive también en el mundo real: El que más intenta, es el que le toca sufrir más. Por cierto, gracias :D Me esforzaré más en poner música :D
Guest: *Kalm resucita y te espantará hoy en la noche* O.O
KRGARO: Bueno, pues gracias por hacer que mi humilde fic saque a flote tus sentimientos :D Espero que no sea la única vez. Oh, no lo sabía XD aunque bueno, a veces el móvil puede llegar a joderte todo. Actualizo los martes y viernes ! :D
ashthepokevenger: Lo sé. Pero después viene la calma después de la tormenta, no te preocupes.
Bueno, sin más os dejo con el capítulo. No es tan largo como los demás. (Ultimamente he escrito capítulos largos, espero me perdonen). Pero bueno, los próximos capítulos no serán tan largos, ya que ahorita quedó en su clímax esta temporada... ¿O NO?
Un movimiento extraño. Eso fue lo que escuché súbitamente. Un ruido a través de los árboles, que me indicaba que no estaba sólo. No sé si era el viento, la brisa del aire húmedo, o el frío que se avecinaba en medio del atardecer. No sé si era un Pokemon salvaje, o un jugador espiándome de cerca. Ese ruido me advertía que tenía que irme lo más pronto posible de ahí, o sufriría las consecuencias. Como si no tuviera suficiente por ahora.
— Nos vamos —le mencioné a Serena.
La muchacha estaba tirada en la tierra mojada. La lluvia caía de lleno en su rostro, pero a ella no le importaba. Ya nada le importaba desde que habíamos salido del octavo nivel del juego. Su mirada estaba perdida en las hojas esmeraldas de los pinos, que aguantaban el peso del agua que caía estrepitosamente.
— Venga, toma mi mano —le dije secamente.
Ella no respondió, y siguió con la misma mirada deprimente que había tenido desde hace horas.
Sin más remedio, me acerqué a ella, y tomé su mano. Abrí el menú de mi juego, y elegí un nivel al azar. Un nivel que no estuviese tan saturado de jugadores… Un nivel, donde nadie nos viera.
Aparecimos sobre una espesura más densa que la anterior. Sólo que esta vez, los copos de nieve se hacían presentes, y la tierra era reemplazada por un manto blanquecino que iluminaba débilmente la oscuridad atraída por los pinos voluminosos que se alzaban. El astro rey ya ni siquiera podía iluminar mis frías mejillas, pero sí al cielo anaranjado que poco a poco iba tornándose púrpura. El silencio reinó nuevamente por el lugar, aunque noté alrededor a algunos Pokemon salvajes, pero no serían problema alguno.
Serena se abalanzó de nuevo en la nieve, abrazando sus rodillas, y hundiendo la nariz en ellas, mientras mantenía la vista baja. Saqué mi atuendo blanco. Sí, el que me caracterizaba como el Destello Eléctrico. Lo coloqué sobre sus hombros, y la chica dejó de temblar, pero aún podía notar las gotas de lluvia que se trajo consigo del anterior nivel, ¿o serán sus lágrimas?
No lo sé.
Y tampoco sabía cuánto iba a durar esto. Cuánto iba a durar el huir de un lugar a otro, escondiéndome de Mirto, y del Gremio Rocket. No sé cuánto iba a durar la depresión de Serena, y no sé cuándo iba a decir por lo menos una palabra… o algún sonido. No sé cuánto iba a durar la agonía que ella llevaba, y que yo también llevaba. No sabía cuánto más iba a permanecer el secreto de que todo esto era mi culpa. ¿Debía decirle? ¿Debía decirlo justo ahora, para empeorar su tristeza? No… Jamás le diré. Ella no se merece el sufrir más de lo que ya lo ha hecho… y yo tampoco.
Capítulo 36
Huir
Nos trasladamos un día después. Esta vez, nos dirigimos hacia una meseta, donde podía verse todo el paisaje rocoso que había por delante. Kilómetros y kilómetros de suelo desértico, pero lo curioso era que el frío predominaba en el ambiente. Inclusive pude notar más frío del que he sentido en mucho tiempo. Bueno… al menos podía sentirlo; al menos, aún seguía sintiendo algo.
Mis pies estaban colgando del acantilado de la meseta. No sé cuánto tiempo seguía ahí, disfrutando del paisaje, o mejor dicho, huyendo de los pensamientos deprimentes con los que soñaba cada noche.
Volteé a ver a Serena. Ella estaba sentada en una roca, sin decir ni una palabra; sin mover ni un músculo; sin gesticular alguna expresión. Sabía que ella estaba en problemas. Si seguía así, pronto iba a desconectarse, y yo no quería que eso pasara.
No obstante, el subconsciente me decía lo contrario. Mi mente trataba de decirme que todo esto era por mi culpa. Si no hubiese intervenido en el camino de Serena, nada de esto hubiese pasado. Bueno, debería de ir más atrás… Si no me hubiese unido al Gremio Rocket, no me habría convertido en un asesino. Pero… pero lo hecho, hecho está. Ya nada podía ser cambiado. Kalm y los demás estaban muertos, y todo por no reaccionar a tiempo. Todo, por estar paralizado, pensando en que Mirto tarde o temprano nos encontraría, y cuando quise reaccionar, Kalm ya estaba muerto. Ahora, la única persona a la que podía proteger era a Serena. Debía de hacerlo, por su bien y por mi bien. Mi madre seguramente estaría muerta ya, y no me quedaba nadie más en el mundo; asimismo, supongo que Serena también tenía esos pensamientos. Lo único que me diferenciaba de ella, es que ella no quería protegerme a mí. Ella no quería proteger a nadie; tan sólo… tan sólo estaba ahí, sin hacer nada. Sin decir nada. No sé por qué aún seguía en el juego. Creo que aún le quedan fuerzas para seguir adelante… o… o aún quiere seguir viva para seguir pensando en los recuerdos. No lo sé. Me sorprende que a estas alturas… aún quiera seguir a mi lado.
Casi una semana desde lo que sucedió. Huir, huir y huir. No hacía nada más que eso. Pronto, todo esto se volvería una monotonía, y pronto dejaré de recordar lo que hacía afuera, en el mundo real. Ni siquiera el gran lago que había frente a mí, me hacía reconocerme. Ya no sabía quién era, y por lo que luchaba. Las montañas se alzaban intimidantes ante mí, pero aunque ya las he visto por mucho tiempo, no recuerdo cuantas veces hemos visitado este nivel. Ni siquiera recuerdo el haber visto a otro jugador más que a Serena. No debo arriesgarme; no debo de hablar con nadie, o me expondría, y los Rocket me encontrarían… Aun no sé cómo sigo dentro del juego… ¿Por qué no desconectarme? ¿Por qué no pulsar un botón, salir del juego, y seguir con mi vida? El juego no me afecta en lo absoluto, y debería de estar feliz por eso. Un simple botón me alejaría de todo y de todos. Pero… pero no podía hacerlo. No podía. No quería abandonarla a ella.
Nuevamente, la volteé a ver. Es increíble cómo aún seguía sin decir palabra alguna. He tratado… he tratado de hablarle, de decirle algo, pero ella no responde ante nada. No lo hace. Tal vez si lo intento una vez más, tal vez, y sólo tal vez, pueda que finalmente me dirija la palabra, o por lo menos haga algo.
— Serena —me paré de la orilla del lago. Caminé hasta ella, que estaba sentada en el césped raso, observando hacia la nada— Serena…
Ella siguió viendo hacia la nada. Debía de hacer que reaccionara. Estaba harto de esta actitud, estaba harto.
— Serena, por favor —de un momento a otro, dejó de importarme mi timidez— Serena, habla. Muévete. Haz algo, por favor. No soporto el verte así. Ha pasado una semana, y ni siquiera has mostrado señales de que estás conmigo. Por favor, háblame…
— ¿Cuánto va a durar esto?
Cuando preguntó aquello, sentí que lo había logrado. Su voz me parecía una melodía hermosa para mis oídos, sólo que la mirada que me dirigía estaba totalmente llena de algo que no supe comprender.
— Yo… yo no… no lo sé.
— ¿Aún no me quieres decir de quién huimos?
— Yo…
— ¿Quién era ese tipo? ¿Qué es lo que quería?
— Serena, no…
— Ash, sé que no he hablado durante un largo tiempo, pero no soy estúpida. Sé que huimos de aquel tipo, pero actúas como si te estuviera buscando más a ti que a mí. Sé que él hizo algo, y tú tuviste la culpa, Ash. Sé… sé que por tu culpa, mataron a nuestro gremio.
— Yo…
La chica se paró de su lugar, y comenzó a alejarse.
— ¿A dónde vas?
— Qué te importa.
— Si buscas comida, yo t…
— ¡Sé que tienes montones y montones de comida! ¡Sé que eres un jugador que sabe mucho más de PBO que yo! ¡Sé que eres un beta, y que te tachan de tramposo! ¡¿Pero… pero por qué no pudiste defendernos, Ash?! ¡Si tan poderoso eras, por qué no atacaste a ese tipo! ¡No sé si fue tu culpa el que haya matado a todos, y no sé si lo hizo ese sujeto porque así lo quiso, pero debías de defendernos, Ash! ¡Debías de defender… a… a tu familia!
La chica comenzó a alejarse, pero pronto, noté que en realidad iba a la tienda de acampar que habíamos armado. De hecho, la luna pronto iba a ocultarse entre el horizonte. Sin embargo, yo no tenía sueño. No quería soñar de nuevo con aquella espada clavando el pecho del chico, o a Mirto aplastando el cráneo de la pequeña Sémola. No quería dormir, sólo… sólo quería permanecer ahí, en las afueras, con los ruidos apacibles del lago chocando débilmente con la orilla. Sólo quería estar ahí, pensando en lo que Serena había dicho. Ella tenía razón. Yo me había paralizado. Por una razón no pude atacarlo. Por una razón, me quedé ahí, viendo cómo uno por uno iban siendo asesinados fácilmente… Y esa razón, es que aún seguía pensando en mi madre. Aún pensaba en que ella seguía con vida, y que si le hacía algo a Mirto, ella pagaría las consecuencias. Pero estaba tan confundido que no sé si Mirto la había asesinado después de los sucesos, para que sufriera aún más. No sé si tan sólo era una amenaza, para permanecer en el Gremio Rocket, o si ella estaba tranquilamente en algún lugar, limpiando la cocina o haciendo algún tipo de quehacer. No sé si mi padre la había llevado consigo, o si simplemente la… la mató. No sabía nada, ni mucho menos sabía por qué Serena, si tanto me había restregado las verdades que había pensado durante toda esta semana, se iba a dormir a la tienda de acampar, en vez de ir a algún pueblo habitado para dormir en una posada, y vivir su vida lejos de alguien a quien sabía que tenía la culpa de todo.
Pronto, pensaba seriamente en desconectarme. Pronto, iba a mandar todo a la mierda. Sin embargo, recuerdo a Casey siendo asesinada, o a mi madre bajo amenaza, o a Brock y Misty, que aún no sé si siguen con vida en el juego. Pronto… me imaginó a todos siendo asesinados por ese maldito Gremio y por cualquier Pokemon que se atraviese en el camino. Pronto, recuerdo a aquel tipo misterioso, y el casco que controla a las personas, y pienso en que debo ser fuerte.
A pesar de que todos me odien, o la gran mayoría, aún debo de permanecer aquí. No por mi madre, no por Serena, no por vengarme del Gremio Novato, o por destruir al Gremio Rocket; debía de hacerlo, porque si no, ¿quién salvaría a todos?
Sí… debía de salvar a PBO. Esa era mi decisión desde que había tomado el casco nuevo. Sólo que estaba muy asustado como para estar muy seguro de ello. Ya no pertenecía al Gremio Rocket, ya no pertenecía a nadie. Era libre y debía de actuar como se debía. Yo, Ash, a pesar de todo lo que me ha sucedido, a pesar de ser un asesino, salvaría a todos, para que no vuelva a suceder lo que pasó. Yo, comenzaré a buscar indicios, pistas o algo que me llevara a descubrir el cómo pasar el juego, sin que se salvara sólo uno. Debía de hacerlo, sólo que no sabía por dónde empezar…
Semana y media. Ni siquiera he sabido el cómo comenzar con la búsqueda de pistas. El viento azotaba mis cabellos azabaches, al mismo tiempo en que me impedía pensar con claridad acerca de todo esto. La sal en el aire me hacía recordar a las playas del mundo real, donde ahí si había vida acuática en abundancia; dónde había personas alrededor, tomando un bronceado o jugando en la arena.
De repente, cerré los puños.
Extrañaba el mundo real. Extrañaba todo de él, a pesar de que no tenía ningún amigo. Extrañaba mis emparedados de jalea, pero sabía que no los probaría dentro de un rato. No podría saborearlos, a menos de que pasara los cien niveles del juego. O lo que resta de ellos.
Sí, sabía que una opción era el pasar los cien niveles, pero eso era prácticamente imposible. Cada vez, un nivel costaba más y más trabajo, y por ende, más tiempo. Aproximadamente han pasado casi cinco meses desde que se pasó el nivel uno, y apenas van diecinueve niveles. Sin embargo, cada vez cuesta más pasar uno. A este paso, sé que inclusive nos costará un año el pasar el último nivel. Lo sé muy bien. Nadie se daría el lujo de poner el último nivel tan fácil. No tengo que esperar a que se dé eso… debe de haber alguna otra forma. La tiene que haber; sino, inclusive podríamos pasar aquí mínimo unos tres, cuatro o cinco años. Puede que sea poco para una persona, pero para nosotros, los jugadores que estamos en coma, será mucho tiempo. Es cuestión de tiempo antes de que nos desconecten… Necesito actuar rápido, e investigar rápido. Puede que el sujeto del Gremio Rocket sepa sobre esto, pero me es imposible el acercarme a él. Debe de haber alguien más… alguien más…
Un ruido extraño me hizo salir de mis pensamientos. Cuando volteé, Serena estaba a mi lado. Olvidé que aún seguía con ella. La chica estaba observando hacia el océano, debajo de la gran palmera curva que se encontraba sobre ambos. Nos protegía del sol, y también nos protegía de cualquier jugador que nos pueda ver a larga distancia.
— Escucha, Ash… —Serena se sentó a mi lado. ¿Por qué de pronto actuaba tan apacible? — Yo… lo siento. Siento lo que dije la anterior vez en el lago del nivel dieciséis.
Nivel dieciséis… bueno, al menos ella seguía atenta ante los lugares que visitábamos. Ni siquiera recuerdo qué nivel es esta playa…
— No es nada —le mencioné. En cierta forma, sí me habían lastimado sus comentarios, pero era una persona tan fría y tímida, que no estaba seguro de lo que tenía que sentir. Además, había cosas más importantes por las que pensar.
— He estado algo… tú sabes. La rabia me ganó, y me desquité contigo. Lo lamento.
— Sí, bueno, a veces actuamos conforme a cómo nos sentimos —dije y sonreí de una manera estúpida.
— Es cierto —la chica miró unos minutos más hacia la playa. Sin embargo, poco después rompió de nuevo con el silencio que cubría el viento—. Sólo que… tengo razón. ¿No es así?
— ¿A qué te refieres?
— Digo… creo que es algo normal el que esté desesperada. No sé cuánto tiempo más seguiremos con esto. ¿O sí?
— No… no lo sé —quería evadir el tema, pero sabía que tarde o temprano, tendría que decírselo. Tendría que decirle que Mirto, era un tipo malo.
— ¿Por qué no o enfrentas? Tú eres fuerte.
— Yo… yo no creo poder vencerlo.
— Pero si eres el jugador más fuerte que he visto.
— Gracias, pero sólo me has visto a mí. No tienes idea de que hay personas más fuertes. Que sea el único que ha sobresalido en el juego, no significa que sea la más fuerte. Masato me ganó, y tú lo viste.
— Entonces… ¿qué hacemos? ¿Piensas huir todo este tiempo? ¿Piensas esconderte hasta que alguien pase el juego?
— Sólo pasará uno.
— Yo no lo creo de esa manera —la chica me volteó a ver. Su sombrero se balanceaba con la ventisca de sal, que tuvo que sujetarlo entre sus manos.
Me quedé en silencio. No sabía si lo que decía era real o verdadero.
— Ash, no sé lo que pienses, pero te diré que huyendo diario, jamás resolverás nada.
— ¿Y entonces por qué no te vas? ¿Por qué no huyes de aquí? ¿Por qué sigues a mi lado?
Al parecer, aquellas preguntas la hirieron aunque fuese mínimo, ya que bajó la mirada, y tensó la quijada. Supe en ese momento que ella estaba asustada. Más asustada que yo, y por supuesto que más confundida.
— Yo… tengo miedo. Pero… pero no me gustaría huir. Quiero… quiero saber por qué mataron a los demás, pero tengo miedo de saber la verdad. Tengo miedo de ese sujeto, y tengo miedo de este juego… pero… pero no quiero enfrentarlo sola. Es por eso que aún sigo a tu lado. No quiero estar sola. No quiero desconectarme, a pesar de que estos últimos días lo he pensado demasiado… No quiero.
— Yo… —era la primera vez que oía a alguien decir eso. La primera vez que alguien más me decía que quería estar a mi lado— Yo… te protegeré, Serena. Sólo… sólo que aún debemos seguir escondidos. Lo siento.
Y no es que fuese un maldito ególatra, sino que tenía pavor de que algo le sucediera a Serena si nos exponíamos. Sabía que Mirto estaba allá afuera, y de un momento a otro podría matar a Serena con su casco viejo. Lo lamento, Serena, pero las cosas deben permanecer así durante un rato más. Sólo que no sabía cuánto.
Dos semanas y media. La noche aún seguía en pie. Los Pokemon salvajes nocturnos hacían sus respectivos ruidos, y los demás dormían. El sonido eléctrico característico de que un jugador se encontraba en línea, era lo único que se presentaba por el bosque de coníferas que había por el lugar. Volteé a ver de dónde provenía el sonido, y sabía que Serena estaba dentro de la tienda de acampar. Ella se había quedado dormida desde muy temprano. O a lo mejor quería un momento a solas, o a lo mejor es que tenía mucho sueño. No lo sabía.
Bostecé por varios segundos. El hacer guardia fuera de la tienda de acampar comenzaba a cansarme demasiado con cada día que pasaba, pero era algo que no debía dejar de hacer. Mirto podría atacarme por la noche. Mirto o alguien más. Debía de estar alerta a todo. Debía de estar atento a cualquier sonido que se presentara, incluso a cualquier otro sonido eléctrico que no fuese el mío o el de Serena. Debía de alejarme de cualquier jugador. Ya no se podía confiar en nadie. Sólo podía confiar en mí, y por supuesto que en Serena, que no tenía la culpa de esto.
Mi tempestad de pensamientos se vio interrumpidos por un gemido. Un gemido triste, que provino de la tienda. En ese momento, supe que Serena estaba llorando. No debía cuestionarme el por qué lo hacía. Algunas otras noches, mientras hacía vigía, también la había escuchado llorar, sólo que no soy lo suficientemente valiente como para entrar con ella, y consolarla. No soy lo suficientemente capaz…
Poco a poco, Serena comenzaba a dirigirme más la palabra. No obstante, sólo era para cosas básicas, o preguntas repetitivas. No habíamos mantenido una conversación durante más de dos o tres minutos, pero por lo menos ya no se quedaba en silencio.
Nuevamente escuché sus gemidos.
Mi Pikachu, que se encontraba a mi lado, durmiendo, se despertó por ello. Me miró, y luego volteó a ver la tienda. Inclusive él sabía que tenía que hacerlo. Debía de entrar, y abrazarla. No tenía que decir nada… tan sólo abrazarla.
Debía ser fuerte.
No sé si ella haya sufrido más que yo en toda mi vida; yo no estoy aquí para juzgar. Sin embargo, sé que he sufrido lo mismo o más que ella. Sé que me han quitado a mi madre, que aún sigue siendo un misterio su localización; sé que me he convertido en un asesino; sé que todos me odian dentro del juego. Pero a pesar de ello, debo de ser fuerte. Me ha sorprendido el no soltar ninguna lágrima desde que salimos de Pueblo Azulona, lo que me hace pensar que soy el ser más frío del planeta. Sin embargo, los sueños y mi subconsciente han llorado mis penas y miedos, por lo que sé que aún tengo miedo y tristeza por lo que está pasando.
Y sin embargo, debo ser fuerte.
Me paré de mi lugar, y las ramas secas de los árboles crujieron al dar unos pasos hacia la tienda. Mi Pikachu me siguió, y cuando abrimos el cierre de la tienda, ella estaba acostada ahí, apenas cabiendo entre el refugio.
No volteó a verme, pero calló cuando notó que había entrado. Me acosté, encima de otra cobija que había estado vacía, suponiendo que ese había sido siempre mi lugar. Qué extraño; jamás he dormido dentro de la tienda junto con Serena, y eso me hacía sentir aún más nervioso. Ella seguía callado, pero podía notar cómo suspiraba y jalaba esa gripe natural que salía cada vez que llorabas. Notaba que ella seguía inmóvil, y cuando reuní el valor suficiente, estiré mi mano y la coloqué en su hombro. Ella estaba a espaldas de mí, pero pude notar que me sentí el ser más incómodo del mundo. ¿Qué se supone que debía de hacer después?
Quité mi mano de repente, y me mantuve así por un tiempo. Sin embargo, después, no pude hacerlo… Simplemente, recosté mi cabeza en la almohada, y cerré los ojos por un momento para descansar. Soy un cobarde.
Y en ese momento, Serena se movió. Ella miró hacia el techo de la tienda, y estiró su mano para entrelazarla con la mía. Mi sonrojo no se notó en medio de la oscuridad de la noche, pero sabía que ella tenía presente que comenzaba a estar nervioso.
Y súbitamente, las palabras me salieron, así como aquella vez en la cafetería.
— No estás sola, Serena —le dije, y apreté más su mano.
En ese momento, ella se recostó en mi pecho, y me miró entre la oscuridad. Supe que estaba sonriendo, y vi esos ojos celestes brillando a través de las lágrimas.
Pikachu se recostó junto con nosotros, y cerramos los ojos para dormir.
— Gracias, Ash —la chica hundió su rostro en mi pecho, y concilió el suelo.
Y en ese momento, por primera vez en mucho tiempo, soñé apaciblemente, que estaba con Serena en la cafetería, riendo junto con Dawn, Misty y Brock. Y todo… todo esto jamás había pasado.
Espero que comenten los fans del Amourshipping. :) La hora del amour está a la vuelta de la esquina. Estos capítulos que siguen serán algo románticos. Lo siento para los que les guste la acción, sangre, y muertes de Kalms(?), tendrán que ser pacientes. Y tranquilos los demás fans de otros shippings. Ya les llegará el momento. ¡Nos leemos!
Próximo capítulo: Ash&Serena.
