Hola :) ¿Cómo están? Vengo con un genial capítulo, a decir verdad. Y publico muy temprano el capítulo porque me toca ir en la tarde a la universidad, y luego llego todo cansado en la noche a mi casa U.U Y qué puedo decir, el primer día de uni estuvo tranquilo xD Aunque aun falta mucho camino por recorrer, pero presiento que sí voy a tener tiempo, porque son pocas clases las que tengo :D Como sea, responderé reviews.
Cutesaralisa: Eso lo tendrás que descubrir por ti misma :O
Guest: Y te seguiré respondiendo como Guest porque no sé quién eres xD. Saludos.
jorgelatina148: Buena música :) temporada 4 confirmed.
Poker Knight: Exacto, Green del manga y Gary del anime. El Red del fanfic es el del manga, así como Yellow. Los del juego no los agregaré porque ya sería todo un caos y confusión. Así que no te dejes llevar con las historias que tuvieron en el manga o el jeugo de que si alguno perteneció a los Rocket o no, ya que cualquier cosa puede pasar xD
baraka108: El nombre Plasma sólo es un nombre código. Y Advance vs Pearl xD
Cata Plox: XD N es suculento jajaja.
Kuroi: Yo tampoco puedo creerlo xD Pero la 3ra la pondré más difícil, así que no ocurrirá el apocalipsis ¿O sí?Acepto tu reto. Pon los nombres :P
Oshe cy q cy: Gracias por el review. Saludos :P
MatchMon: El Growlithe de Green es bastante grande, por lo que ya imaginarás su poder. En cierta manera el Pokemon de Green es único, así que imagínate cuando evolucione aun Arcanine. A mí también me equivaban las pokebaals ese condenado Zapdos -.- Con respecto a la uni yo tendré 5 materias, así que tampoco le veo mucho problema. Yo estudiaré una ingeniería, y aunque es algo pesada, con que sea bueno en las matemáticas ya tendré un avance. El problema está en que me meteré a cursos de idiomas y a lo mejor a alguna actividad deportiva, además de que habrá días en los que trabaje X.X Pero le daré tiempo al tiempo y veré cómo me organizo. No te preocupes, yo les haré saber cómo está mi situación :P Por otra parte, si te acuerdas del nombre del artista, no dudes en hacermelo saber. Gracias Miss interminables Reviews. xD
jaspec: En algún lugar de PBO :p No lo diré hasta su momento.
Bueno, este capítulo está muy emocionante, más o menos como el de la pelea del Aggron, así que ustedes juzgenlo con justicia. Hay 3 canciones que podrán escuchar a lo largo del cap, así que se harán una idea de lo genial que estará. Bueno, sin más me retiro por el momento.
VIDEO 1: Trainer Red Epic Orchestral Remix
VIDEO 2: OmegaRuby snd AlphaSapphire Zinnia Battle Remix
VIDEO 3: Marvelous Battle OST's: Luffy's Fierce Attack!
Capítulo 60
¿La Novata o el gremio?
Ash
¡Qué buena noticia! Digo, me sorprendía el que las mazmorras de los niveles se pasaran a una velocidad increíblemente rápida. ¿Qué clase de truco era este? No sabía si Giovanni era el que nos estaba facilitando el trabajo a los jugadores o nosotros éramos cada vez más poderosos y experimentados. Como sea, durante tres meses enteros ya se han pasado más de diez niveles. ¿Acaso aquello no iba a una velocidad impresionante? No está tan mal como lo pensaba, aunque me gustaría ir a una velocidad mucho mayor. Actualmente estábamos en el nivel 37 del juego, y habíamos sufrido escasas pérdidas en las mazmorras; de hecho, las peores pérdidas las hemos sufrido cuando Drew tuvo la culpa aquella vez.
Y en estos tres meses han pasado muchas cosas.
Gary y Brendan ahora sabían todo acerca de mí: les habían contado desde las amenazas de mi madre hasta lo que me contó Ciprés en la casa de la granja. Ninguno de los dos me interrumpió u opinó hasta que hubiese terminado mi larga historia. Cuando terminé, me sobresalté al ver que ninguno quería formar parte de la UEO. Inclusive le insistí a Gary que su ayuda podría ser vital, pero puedo entender que tiene misiones más personales que unirse a la UEO. Ambos tenían como objetivo principal los objetivos personales que me habían mencionado anteriormente; aunque puedo decir que no encuentro mayor importancia que ser parte de una unidad que quiere salvar a todo PBO. Gary quería seguir en la búsqueda de su abuelo, y Brendan quería encontrar aquel arco de luz del que tanto ansiaba, además de proteger a May. Los dos me brindaron su apoyo y estuvieron de mi lado para encontrar a Masato y llevarlo a Ciprés. También les hice prometer que no le dijeran de esto a nadie, siquiera a la Maga Esmeralda.
Por lo demás hemos estado muy ocupados batallando en las mazmorras. Ciprés no se le ha ocurrido un plan mejor desde que se enteró que Masato no pertenecía más al Gremio Esmeralda, y Citron quería actuar pero su líder no se lo permitía, ni siquiera luchar en las mazmorras. A veces dudaba si en realidad Ciprés era un buen líder o no, o si simplemente estaba desesperado por todo aquello. Como sea, yo sigo sus órdenes, porque es el que más sabe de toda esta situación. Sólo nos hemos reunido una vez en la granja después de habernos establecido ahí; las conclusiones no fueron muchas: yo conté acerca de lo de Masato, de que Gary y Brendan sabían de nosotros y que no había mucha actividad acerca de Giovanni y/o sus aliados. Citron seguía cual prisionero encerrado en el Castillo Índigo para proteger a Dawn, mientras que Gold, Crystal y Silver aun no tenían noticias nuevas acerca de alianzas o nuevos miembros. Ciprés comentó que Iris comenzaba a ser bastante sospechosa, porque no tenía informes de ella desde hace ya varios meses, aunque tuve la certeza de que aquella chica no formaba parte en realidad de la UEO, ya que no la he visto nunca.
Como sea, la UEO me ha ordenado que siga la corriente y batalle con Los Aliados en las mazmorras. La sorpresa para Lance y para todos nosotros fue que las mazmorras eran descubiertas por rumores que se expandían de pueblo en pueblo. Un día no tenían ni idea de dónde podría encontrarse el calabozo del último nivel, pero al día siguiente era una noticia que se propaga cual virus. Había algo extraño en ello, puesto que muchos novatos decían ser los responsables de haber descubierto los calabozos, pero a la vez no había un jugador que demostrara evidencias reales de que él era el verdadero responsable de su localización. Lance hacía poco caso a aquello, porque sinceramente, no había mucho problema en eso. ¿A quién diantres le importaba quién había descubierto o no las mazmorras? Lo importante era vencerlas a como diera lugar sin ninguna baja, y esa era la verdadera inquietud del Dragón Indomable y sus aliados. Los Pokemon eran duros, fuertes y cada vez más poderosos, pero también lo éramos nosotros. No obstante, a veces tenía miedo de escuchar cuando una mazmorra era descubierta, ya que esa noche debía de descansar bien y dar todo mi potencial al día siguiente, pensando en si algún novato moriría o no por la culpa de alguno de nosotros. También sentía una extraña felicidad cuando escuchaba aquellos rumores, porque eso significaba que podría ver a Dawn. No había pasado un día completo con ella desde el primer día que regresé a PBO. De hecho, sólo hablábamos de cosas relacionadas a las alianzas, mazmorras y demás cosas de PBO o la UEO cuando nos encontrábamos en las mazmorras. A veces hablábamos mientras luchábamos contra Pokemon fuertes, o incluso hubo una vez que hablamos mientras combatíamos a un jefe de nivel y nos dimos un beso alegre cuando éste fue derrotado. Lo único malo es que no he tenido tiempo para ella, ni ella para mí. Es ahí cuando deseo más que nada un poco de privacidad. Por lo demás no me quejo; al menos he podido verla, aunque he notado que ha estado más fría y cortante que otras veces, pero supongo que es por lo mismo que yo creo.
También mi sorpresa ha sido al descubrir gente que nunca había visto en PBO que era muy poderosa. Las mazmorras hacían explotar el 110% de tu fuerza, y sin duda ahí esa gente lo ha demostrado. Sobraba decir que una de ellas era el Dragón Indomable y todo su gremio. Misty e Iris finalmente se habían aparecido un par de días después de que habíamos derrotado al Aggron del nivel 26. Recuerdo en las mazmorras del nivel 27, cuando me golpeó Kasumi en el brazo al saber mi verdadera identidad, acto seguido de un abrazo que duró durante unos minutos y un "¿Por qué no me dijiste que estabas aquí, idiota?". Cuando la chica me presentó a Iris un día, ambos nos saludamos, pero nuestras miradas sabían que ambos no podíamos hablar nada acerca de la UEO hasta que tuviésemos la oportunidad, y no la hemos tenido aun. También me di cuenta de que Kasumi y Haruka no se han dirigido siquiera la palabra, a pesar de que May me contó que ella la había perdonado. Misty parecía más extraña y callada de lo normal, pero no sabría decir por qué. Brock no se ha aparecido tampoco por las mazmorras, lo que sorprendió a Kasumi puesto que ella tampoco sabía nada sobre él.
El segundo sujeto que me impresionó por su fuerza era un arquero al que le apodaban: La Piedra Oscura¿Por qué? La primera palabra se debía al apellido de su avatar: Stone. El segundo debido al arco que usaba; lo más impresionante de todo es que nunca lo ha usado en las mazmorras. Los rumores dicen que sólo lo usa cuando está al borde de la muerte, por lo que nadie sabe realmente su verdadero poder. Brendan ha estado interesado mucho en su arma, pero no ha tenido la oportunidad de hablar con él, ya que la mayor parte del tiempo tiene responsabilidades para con su gremio "Alma de Piedra".
La tercera era sin duda Hikari, que cada vez me impresionaba más, pero bueno… sé que ella cada día se esfuerza junto con su gremio para ser mejores. Lo que más me sorprendió un día en las mazmorras fue que la chica sacó un arco hecho de diamante, y entonces llegó a mi mente la vez que le obsequié el diamante con el que podía hacer sus flechas. Su arma se volvió más letal y poderosa, y cuando le pregunté con qué herrero forjó sus flechas, me comentó que mucha gente habilidosa se ha unido a su gremio últimamente.
Por nuestra parte, el Gremio Esmeralda finalmente obtuvo su ansiado castillo del que tanto prometía Drew. Una vez que habíamos derrotado los calabozos del nivel 33, cuando Drew se dignó a explorar aquellos lares y deambuló por un enorme bosque lleno de coníferas, decidió edificar el castillo en un monte que sobresalía entre las coníferas, donde el centro del monte era una gran explanada de pastizal esmeralda. Actualmente aquel pastizal era reemplazado en su mayor parte por el castillo, y la mayoría del bosque por el pueblo que se había formado a sus alrededores. Drew nos obligó a dar una cantidad de dinero no tan alta pero tampoco tan miserable para que se pudiera armar el castillo. Nadie reclamó y nadie le había protestado desde la vez que golpeó a Gary accidentalmente en las mazmorras del nivel 26. Habíamos decidido que no era bueno ya reclamarme siquiera. Los tres nuevos miembros no tenían el valor para hacerlo, May tenía miedo de que la expulsaran y no volviera a ver a su hermano si se dignaba a regresar, Brendan no quería darle una buena paliza a Drew por May, y Gary era demasiado orgulloso para hacerlo, debido a que respetaba al líder del gremio, a pesar de lo que le había hecho al momento de luchar contra el Aggron. Yo por mi parte me mantenía calmado, sereno y con astucia. Sabía que si le reclamaba a Drew, no sólo el millar —que en un principio era un centenar— de sujetos novatos que alababan al Nuevo Rey se iban a ir contra mí —que para empeorar la situación, me odiaban de paso—, sino que así como May, tenía una mínima posibilidad de que Masato se apareciera por aquellos lares, por lo que no era inteligente el estar en contra Drew y tenía que permanecer al lado del gremio. Debo admitir que el líder ha llevado al gremio a una posición en la que jamás pensaré que estaría: el primer día en el que castillo fue construido, centenar de novatos se unieron hasta que los aposentos de la edificación estuvieron abarrotados de gente. Drew tuvo que anunciar que debían inclusive hacer un pueblo a los alrededores para aquellos que desearan unirse al gremio, por lo que aceptaron gustosos. Inclusive el odio que le tenían a Masato se olvidó por completo, y Drew comenzó a ser más abalado que de costumbre. Brendan, May, Gary y yo quedamos en el olvido del nuevo voluminoso millar de miembros y creamos un grupo entre nosotros cuatro. Hemos estado entrenando, aconsejándonos y observando cómo Drew se la pasaba la mayor parte del tiempo siendo modesto con los demás como de costumbre. Lo malo de todo ello es que no podíamos discutir con Drew de nada, y ello le dolía a todos, pero más a May, con la que comencé a llevarme más y mejor hasta el punto en que me agrado en demasía. La chica a veces estaba deprimida por el paradero de su hermano y porque extrañaba a sus padres, pero se esforzaba cada día en sonreír y entrenar; la mayor parte del tiempo la pasaba leyendo libros relacionados con el juego o si no hacía eso comía cual troglodita en los banquetes colectivos y masivos del gremio. Cabe destacar que Drew sólo mandaba a los mejores a las mazmorras, pero nadie había superado nuestro nivel, siquiera el de Wallace, Roxanne y Flannery, que habían sido los miembros más recientes antes de que se unieran el sinfín de novatos. A veces hablaba con alguno de los tres; Roxanne siempre me decía que era apuesto pero imbécil a la vez, Flannery me incitaba a perseguir mis sueños y a decirme que cuidara la espada que me había regalado —que por cierto no era una muy mala espada, ya que ha sobrevivido muchas mazmorras… más de las que había esperado— y con Wallace no había cruzado mucho la palabra, pero sonreía y saludaba cada que me veía. En conclusión todo iba tan normal como la UEO me lo había indicado, aunque no tan bien como pensaba, ya que sinceramente… extrañaba mucho a Dawn.
Pero el sentimiento de ausencia no tardó en desaparecer. Una vez más, Dawn y yo nos alegramos de vernos de nuevo, sólo que lo hacíamos en un ambiente tenso y peligroso. Nadie de los dos dijo nada cuando Los Aliados estuvieron reunidos una vez más; simplemente nuestras miradas lo decían todo, y entonces sentí el roce de sus labios presionar contra los míos, acto seguido, entrelazamos nuestras manos y las puertas de las mazmorras del nivel 37 se abrieron, lanzando un aire gélido y oscuro.
"Las mazmorras del nivel 37 han sido abiertas. Una vez dentro no se podrá salir ni huir con un cristal de teletransportación, así como usar algún tipo de baya o medicina que pueda curar a cualquier tipo de jugador o Pokemon. ¿Desea entrar?"
Lance presionó el botón afirmativo que nos adentró en las mazmorras.
— ¡Cuidado!
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No recuerdo el momento en el que habíamos llegado ya a la habitación del jefe. Entre tantos Pokemon que vencí dentro y entre el mismo discurso de Lance antes de entrar a la habitación suprema me hicieron desviar mis pensamientos durante unos segundos. El tiempo había transcurrido tan deprisa que no recordé cuando una parvada de Scyther habían aparecido en medio del entorno verdoso oscuro de varios abetos gigantescos que nos rodeaban. La habitación era eso: un enorme bosque nocturno, con troncos delgados y altos, y con un espacio de combate reducido, en el que varios Scyther molestos nos habían sorprendido saliendo entre las capas esmeraldas de los árboles. Una docena… no, un centenar de Scyther invadieron tanto el cielo como la espesura, volando fugazmente por todos lados. Uno de ellos iba hacia mí, pero por suerte había escuchado la advertencia de Dawn, que había soltado mi mano al ver la enorme cantidad de Pokemon insecto.
Súbitamente reaccioné y la batalla empezó. Desenvainé el arma que Flannery me había regalado y corté a la mitad a dos Scyther que iban hacia mi posición. Lo extraño de todo era que aun no podíamos ver al Pokemon que estaba bajo el mando de todo este ejército. ¿Dónde diablos estaba?
Los Scyther se reproducían cual clones en el aire a una velocidad impresionante, y por un momento el cielo nocturno me pareció de un color verde. Pronto comencé a sentir pequeños rasguños en mi cota de malla, después en mi rostro y al final en la espalda. Los Pokemon tipo insecto eran tantos que no se podía luchar a gusto. Dawn tuvo el mismo problema, al igual que todos los demás.
— ¡Gary! —Gritó finalmente Brendan.
— ¿Estás seguro? —dijo éste lidiando con un trío de Scyther que sólo se dedicaban a pronunciar su propio nombre y a lanzar cortadas con sus enormes cuchillas. El chico de gorro albino asintió, aunque poco después vio que Drew estaba distraído lidiando con sus enemigos, por lo que Gary aceptó. Ésta vez Brendan iba a proteger no sólo a Shigeru de los Pokemon que lo atacaran, sino también de Drew, que podría hacerse de las suyas y obtener todo el reconocimiento una vez más.
Gary cerró los ojos. Brendan súbitamente comenzó a alzar su brazo y a meter la mano en su carcaj. La velocidad con la que lanzaba las flechas era impresionante, apuntando a cada Scyther que se acercara acertando justo en su sien. Parecía que el Arquero Estratega se comportaba como un campo de fuerza, puesto que ningún insecto podía acercársele.
— ¡Malditos insectos! —Brendan sonrió, puesto que disfrutaba de la batalla. Aun había muchísimas flechas en su carcaj, por lo que iba a tener varios asesinatos más durante un buen rato.
Absolutamente todos y cada uno de Los Aliados se vio envuelto en un aura blanquecina. No sólo el poder en mí se hizo notar, sino que también en todos los demás. Los rasguños de los Scyther entonces fueron como el puño de un niño que no me hacía daño, y entonces supe que era el momento para contraatacar.
Hikari junto con Zoey lanzaban tanto flechas como hechizos mágicos, mientras notaba que Kasumi daba un enorme salto y al hacerlo se apoyaba en las manos unidas de Iris; cuando Misty iba en el aire, golpeó envuelta en un aura anaranjada a uno de los Scyther, y éste debido a la inercia del golpe mató a otros más con los daños colaterales.
— ¿Dónde está? ¿Dónde está? —me preguntaba al mismo tiempo en que intentaba ver a todo mi alrededor algún Pokemon que se diferenciara del resto, pero simplemente no pude hacerlo. Los espadazos de mi espada separaban la cabeza de un Scyther; Pikachu lanzaba relámpagos a cualquier insecto que se le acercara, mientras mi Charmeleon envolvía en un Ascuas a una docena de ellos.
A pesar de que Shigeru nos envolvía con el aura sanadora más poderosa de todo PBO, comenzaba a sentir un dolor agudo en todo mi cuerpo. La cantidad de rasguños que iban y venían era en grandes cantidades, y aunque sabía que no me dolería, cuando el efecto del aura de Gary se acabara mi cuerpo iba a agonizar de dolor. Debía de hacer algo rápido o pronto me vería en graves problemas. Por un momento me harté, y di una voltereta en el aire girando la espada en una completa circunferencia, y ésta desprendió una pequeñas chispas de fuego aunque no tan potentes como pensé que iban a ser; sin duda extrañaba mucho mi anterior espada. Algunos Pokemon esmeralda se hicieron pixeles, pero fueron reemplazados por otros, como si no hubiese atacado a nadie.
— ¡Scyther! ¡Scyther! ¡Scyther!
Los Pokemon me envolvían más y más. Hubo un instante en que mi vista sólo podía ver más de aquellos Pokemon, y Hikari, que se encontraba luchando a mi lado, había desaparecido entre varios Scyther que impidieron ver lo que tuviese a mis costados. Y entonces, las cuchillas de sus brazos me invadieron por completo. Solté la espada en un acto por cubrirme y pronto noté que no sentía nada más que pequeñas caricias por parte de los Pokemon enemigos; di gracias a que tenía el aura protectora de Gary, o sino ya hubiese muerto. Caí rendido al suelo y abracé mis rodillas para tratar de soportar todos los golpes filosos que los insectos me propinaban; estos se sorprendían porque yo ya llevaba mucho tiempo resistiendo sus ataques, viendo que no me bajaban la vida por completo.
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De pronto, la docena de Scyther que había a mi alrededor estalló en pixeles. Al ver qué demonios había sucedido, vi a un Empoleon delante de mí, más grande de lo que imaginaba, y extendió su aleta para que me ayudase a levantarme. El Pokemon de agua había usado una gigantesca Hidrobomba que había matado instantáneamente a varios Scyther. Cuando me di cuenta de a quién podría pertencer aquel Pokemon, Hikari se encontraba a mi lado.
— Ha evolucionado —Confesó y miró a su Empoleon, que asintió con determinación.
No pude reaccionar a tiempo, puesto que los Pokemon iban y venían a su antojo.
— ¡Ahí! —Dawn señaló un manchón rojo entre un mar esmeralda de insectos. Justo ahí, por unas milésimas de segundo, había visto a un Pokemon de tez roja y un poco más grande que los demás clones Pokemon. Éste apareció y desapareció nuevamente entre la capa verdosa de Scyther que intentaban defender su gran espesura nocturna.
Y entonces, supe al instante que se trataba de un Scyzor.
— He oído sobre esto, Ash —me dijo mientras lanzaba flechas a los enemigos que se acercaban sin cesar — Hay manadas que tienen un Pokemon líder. Si atrapamos al líder y le damos un golpe crítico, bastará con eso.
— ¿Qué? —mi espada danzaba al compás de las cuchillas — ¿No tiene mucha vida ese Scizor?
— No. Su vida son los Scyther, que se multiplican cada vez que matamos a uno. Es cuestión de tiempo… Si no atrapamos a ese Scyzor, los Scyther comenzarán a ser tantos que perderemos la batalla. Debemos ir a por ese Pokemon.
— ¿Y cómo lo haremos?
Tanto el Empoleon de Dawn, así como mi Charmeleon y mi Pikachu estaban dando lo mejor de sí. La peli-azul estaba tratando de pensar en algo, pero entonces mi Pikahcu lanzó otro de sus impactruenos. Como si el relámpago de mi Pikachu fuese el foco encendido de una idea brillante, Hikari observó que el ataque de Pikachu había paralizado a los Schyter. Aunque fuesen por algunos segundos, los Pokemon insecto se habían quedado contemplando el rayo como si se tratara de algún efecto natural increíble. No sólo mi Pikachu había causado aquella sensación, sino que muchos Pokemon eléctricos que estaban peleando también ocasionaban la misma reacción en los Scyther, así como magos que lanzaban hechizos eléctricos.
— Haremos una distracción —mencionó con una sonrisa astuta.
— Lástima que no tengo mi espada conmigo, sino hubiese creado una gran distracción.
— Pero tu Pikachu puede hacerlo. ¿Cierto? Cuando él lance un gran impactrueno, no sólo los Schyter se quedarán estáticos contemplando la enorme luz, sino también el jefe del nivel. Cuando haya pasado eso, mi Empoleon me lanzará con todas sus fuerzas hacia el Scizor y cuando esté frente de él le lanzaré una de mis flechas.
— De acuerdo… ¿Lista?
— Lista.
— ¡Pikachu! —mi Pokemon me escuchaba, más estaba atento a los oponentes que se le acercaban — ¡Usa el mejor impactrueno que tengas! ¡Libera todas las energías que tengas en ese impactrueno ¿De acuerdo?!
El Pikachu dudó por unos instantes, pero entonces asintió confiando en mí. Cuando di la orden, el enorme rayo traspasó los abetos y las hojas que eran el escudo del bosque. El impactrueno fue hasta los cielos nocturnos, y éste duró algunos segundos suspendido en el aire. El relámpago lastimó a unos cuantos Pokemon insecto, pero absolutamente todos se quedaron un par de segundos contemplando el rayo que había iluminado la noche estrellada.
— ¡Ahí lo veo! —Hikari se subió a una de los voluminosas aletas de su Empoleon, y cuando notó una mancha escarlata entre el océano esmeralda de insectos, Hikari fue lanzada cual relámpago índigo entre un centenar de Scyther que tardaban en reaccionar.
El impactrueno terminó y los insectos dejaron de contemplar la luz que los hacía sentirse calmados. Pronto los Schyter que iban en medio del camino de Hikari comenzaron a acuchillara, como si no les importara que éste estuviese volando por los cielos a una velocidad increíble. Dawn recibió las cortadas y un par de hilos de sangre en sus mejillas se hicieron presentes. Los Schyter que se cruzaban en su camino dejaban sus cuchillas para cortar la cota de malla, la capa índigo, los cabellos azules y todo lo que se cruzara en su camino. Entonces, me di cuenta de que el efecto del aura invencible de Shigeru había terminado. Cuando volteé a ver a Brendan, éste ya no había podido soportar el peso de tantos Scyther que se multiplicaban y se enfurecían cada vez más; por ende, Shigeru había sido golpeado por sus enemigos y el aura había dejado de surtir efecto en todos nosotros. No obstante, eso a Hiakri no le importó. Su vida comenzó a bajar considerablemente, pero se iba a acercando a un Scizor que estaba comenzando a despertar del trance del relámpago de mi Pikachu.
— Te tengo —susurró Hikari y tensó su arco cuando salió de entre la inmensidad de hojas y Schyters que estaban en su camino. Scizor estaba rodeado de un par de Sctyther más voluminosos que los normales, pero la flecha fue lanzada justo en el momento preciso. El Pokemon no iba a tener tiempo siquiera de reaccionar y la flecha de diamante iba a dar justo en su sien. Ésta parecía una estrella más en el cielo nocturno, pero la diferencia era que iba a terminar con la vida del Pokemon e iba a ser la clave para pasar el nivel.
Pero a Scizor le había importado más algo que se encaminó hacia él.
Unas enredaderas y hiedras venenosas más gruesas que los troncos de los abetos habían rebasado incluso al árbol más alto de la espesura, y fueron directo al Scizor que se había dado cuenta de ello. El Pokemon se movió a tiempo, esquivando las hiedras que sólo pudieron dar con uno de los Scyther voluminosos y nada más; por ende, la flecha diamante falló al ver que el Scizor se había movido. Sin embargo, Hikari ya no podía detenerse en el aire.
El Scizor al esquivar las enredaderas mágicas, había salido de su trance por completo. Por acto del destino vio una mancha color cobalto entre varios Scyther, y entonces supo que ese iba a ser su objetivo.
— ¡Dawn! —grité.
El Scizor frunció el ceño furioso y pronunció su propio nombre de una manera macabra. Cuando aquel Pokemon era desafiado de tal manera, nadie lo iba a parar: Una piedra carmesí por obra del destino cayó encima de Scizor, y éste comenzó a megaevolucionar.
"MEGA-SCIZOR: EL INSECTO TENAZA"
Las cuchillas de sus brazos carmesíes adquirieron un tono negro y crecieron de una forma considerablemente grande. No sólo todo su cuerpo se volvió más fornido, sino que sus orbes anaranjados habían cambiado de color a un azul más brillante del que había visto. El Pokemon susurró su nombre de una manera extraña, y entonces abrió sus tenazas al mismo tiempo en que agitaba sus enormes alas. Un par de Scyther lo empujaron para que éste aprovechase las corrientes de aire y fue directamente hacia Hikari, que finalmente se había suspendido en el aire llegando a una velocidad nula.
Pero todo pasó muy rápido: Aquellas enredaderas que habían sido las culpables de que el plan de Dawn hubiese fallado, ahora habían encerrado a un Scizor por completo. El Pokemon había alcanzado a sujetar apenas el brazo derecho de Hikari, que al presionar nuevamente sus tenazas, éste desapareció en pixeles. Dawn gritó de dolor, pero entonces noté algo más en ella: un potente veneno en la tenazas de Scizor había sido incrustado en el cuerpo de Dawn, causando que su vida bajara a una velocidad impresionante. Las hiedras venenosas comenzaron a multiplicarse, mientras el Scizor que ya sólo le importaba liberarse de ahí, intentaba romperlas con sus grandes brazos. Sin embargo, algo sorprendió a todos. Una docena de tallos esmeraldas se levantaron de la tierra y cobraron vida, alzándose hasta la altura de un Scizor que luchaba por su vida. Los Scyther trataban de defender a su líder, pero entre más se rompían las plantas que lo sujetaban, más se adherían a él. Los tallos vivientes se enroscaron en las extremidades del Scizor y pronto comenzó a ser jalado hasta que los tallos rompieron cada una de sus extremidades. El Scizor sollozó y pronto un polvo de pixeles se sincronizó con las estrellas que había en el firmamento.
Los Scyther desaparecieron al instante, y entonces un gran letrero apareció por el bosque, indicándonos que había sido desbloqueado el siguiente nivel. Los demás jugadores en un principio no sabían lo que había sucedido, pero cuando vieron que Drew había sido el culpable de todo, volvieron a felicitarlo. Éste sonrió modestamente, mientras un par de los miembros que había llevado consigo hacían eco de su apodo en medio de la espesura.
Hikari iba cayendo, cruzándose con las ramas delos árboles que disminuyeron la velocidad de su caída, pero pude colocarme justo en donde iba a caer, y cuando la sujeté, recibí el golpe y peso de su cuerpo, llevándome un gran golpe que levantó polvo y tierra.
— ¡Shigeru! —grité preocupadamente y éste llegó segundos después. Al ver que Hikari había sido envenenada y su vida no duraría más de 20 segundos, sacó un antídoto de líquido amarillento, que hizo tomar a Dawn segundos después. Ésta tosió y pronto el signo de "Envenenado" delante de su barra de vida desapareció. Suspiré de alivio y tomé su mano, con un nudo en la garganta y los ojos lagrimosos.
La chica abrió los ojos, y entonces un grupo de novatos fueron por curiosidad a ver cómo se encontraba la Novata Índigo, en especial los miembros de su gremio, que se apartaron camino entre la multitud para socorrerla.
— ¡Hikari! ¡¿Estás bien?! —Zoey fue la primera en agacharse y sujetarle la cabeza para que se recostara en su regazo.
— Aléjate… —susurró.
— ¿Qué?
— Que te alejes —entonces la chica se levantó como si nada le hubiese pasado. Su mirada se tornó furiosa y entonces miró al sujeto de mata esmeralda que estaba ocupado con sus admiradores. La chica fue hasta él con pasos violentos y tensó una flecha sobre su sien. Drew se sorprendió ante tal acción, acto seguido sonrió fríamente y comenzó a carcajearse en exceso, como si alguien le hubiese contado un chiste.
— ¿Qué es tan gracioso? —mencionó Dawn. Tanto Lance como los demás líderes se acercaron para ver lo que sucedía. Kasumi quiso intervenir, pero Iris la detuvo. Nadie del Gremio Esmeralda se atrevió tampoco a defender al Nuevo Rey.
— ¿Qué pasa? ¿No soportas que te haya robado el golpe de gracia?
— No es eso… Sabes bien de qué se trata.
— Oh… cierto. Lo siento. Nunca imaginé que estuvieras a punto de terminar con el Scizor.
— Si no hubieses intervenido, él ya estaría muerto mucho antes de que se te ocurriera atacar.
— ¿Y cuál es el problema?
— Casi muero por tu culpa, imbécil.
— ¿Y? Yo aun te estoy viendo enfrente de mí. Y el Scizor ya ha muerto. No veo cuál es la verdadera molesta.
— Satoshi… —nombró Hikari y sentí un retortijón en el estómago —. ¿No piensas decirle algo a tu líder?
— Yo… —le eché un rápido vistazo a May, que negó con la cabeza.
— Si, Satoshi. No piensas… ¿defenderme? —Drew rió.
¿A quién debía defender? ¿A Hikari porque por la culpa de Drew ella casi moría? ¿O a Drew porque Hikari le estaba faltando al respeto? No sabía bien qué hacer. Si defendía a Dawn, Drew seguramente me iba a expulsar del gremio y las esperanzas de encontrar a Masato iban a ser nulas, pero por otro lado, si defendía al líder de mi gremio, Hikari no me lo perdonaría.
May negó con la cabeza una vez más, aunque Brendan y Shigeru no dijeron nada esta vez.
— Satoshi… —una vez más me nombró la peli-azul.
— Yo… —cerré los ojos debido a la estupidez que iba a cometer —… lo siento, Hikari. Drew tiene la razón.
— ¿Qué? —la chica se sobresaltó y dejó de apuntar a la frente del Nuevo Rey — ¡Casi me matan por su culpa!
— Pero sigues viva —intervino nuevamente Drew — ¿O no?
— ¡No ha sido sólo esa vez! ¡También con Shigeru has…!
— Escucha, Novata Índigo. Sé que a veces es duro que te roben la gloria, pero deberías de ser menos egoísta ¿no lo crees? A veces hay que aceptar que toda la gloria no siempre la tienes que tener tú.
— Tiene razón —un par de novatos del nuevo gremio esmeralda lo respaldaron, y pronto una docena más de sujetos estuvieron de acuerdo con el líder.
Dawn volteó a verme ésta vez de una manera que sabía que todo iba a terminar mal.
— ¿No vas a defenderme?
No podía decirlo justo enfrente de todos ellos que no podía porque necesitaba permanecer dentro del gremio para poder encontrar a Masato, y necesitaba tener la confianza de todos. No debía decirlo en frente de todos los jugadores que nos observaban.
— Cobarde —me mencionó, mientras una salina gota de agua caía por su mejilla. La chica desapareció por el haz de luz que te llevaba la siguiente nivel…
En ese momento me sentía una basura.
No pasó mucho tiempo después de que me encontrara en las estancias del Castillo Esmeralda, aunque para mí había sido eterno el regreso al castillo. Sentía el viento susurrar contra mi rostro que era un imbécil, y éste no se cansaba de repetirlo, mientras ese susurró invadía toda mi terraza y se colaba a mis aposentos, agitando las cortinas de seda esmeralda que el estúpido de Drew había decidido poner en todas las habitaciones. Después de haber vencido las mazmorras del nivel 37, Drew nos ordenó que debíamos descansar después de habernos esforzado tanto, pero a decir verdad yo no quería hacer nada. El insomnio me carcomía la mente, y aunque no era muy tarde, la mayoría del pueblo que estaba apreciando frente a mis orbes azabaches estaba en sumo silencio.
Súbitamente, el toqueteo de la puerta de mi habitación me hizo salir de mis pensamientos. May entró pidiendo permiso, y yo acepté con gusto que podía pasar. La chica accedió tímidamente y llegó hasta la terraza, hasta reposar en el barandal de balcón.
— ¿No puedes dormir? —preguntó, aunque supo al instante que aquella había sido una pregunta estúpida. Claro que no podía dormir.
— Lo siento, pero no sé si sea un buen momento —admití y me alejé del balcón, hasta sentarme en las orillas de mi lecho, que estaban cubiertos por un par de sábanas acolchonadas de algodón y seda verdosa con hilos bordados dorados. La chica se quedó observando el paisaje hasta que entró a la habitación y cerró las puertas de cristal.
— Entiendo —dijo en un tono entristecido y se encaminó hacia la puerta.
— May —me sentía raro al decir su nombre real. En realidad, nunca la habíamos hablado en el instituto, por lo que no sabía si decir su nombre real o no —… Perdón.
La chica se paralizó en su lugar, sujetando la manija de la puerta. A pesar de que no podía ver su rostro, noté que tenía una mirada exaltada.
— Perdón por hacerte pasar todo esto. Sé que no lo mereces.
— Tranquilo, no es tu culpa —dijo en voz baja. Sus cabellos castaños bailaban con las sombras que ocasionaban el candelabro que estaba en la mesa de noche de mi alcoba.
— No, pero te prometo que pronto lo encontraremos. Sé que tu hermano está bien.
— Espero que así sea —noté que una leve sonrisa en la comisura de sus labios — Y sólo venía a decirte… bueno… no sé si sea buen momento, pero…
— Dilo.
— Gracias.
La chica volteó y me miró de una manera que no pude comprender.
— ¿Por qué?
— Por defenderme en las mazmorras.
— ¿De-defenderte? No entiendo…
— Sé que Hikari es tu novia, pero pusiste en primer lugar al gremio antes que a ella…
— ¿Novia? Bueno, en realidad no sé lo que éramos —reí nerviosamente pero me ignoró y prosiguió.
— No la defendiste porque sabías que si lo hacías, te iban a expulsar del gremio.
— Pero no entiendo… ¿qué tiene que ver eso contigo?
— ¿De verdad tengo que explicártelo? —su voz se tornó algo terca, pero luego sonrió — Me acabas de prometer que ibas a encontrar a mi hermano, ¿cierto? Bueno, si hubieses defendido a la Novata Índigo, ya no estarías en este gremio y por ende no me podrías ayudar a encontrar a mi hermano.
— Es cierto —sonreí.
— Aunque espero no ser un problema entre tú y Hikari.
— Oh no… no te preocupes —suspiré — Creo que me dio a entender que tendríamos que tomarnos un tiempo.
— Ya veo… —fue lo único que pudo articular — Buenas noches, Ash.
— Buenas noches, May —le dije y ella cerró la puerta dejándome solo.
Sonreí. No sé por qué lo hice, pero al hacerlo fui directo hacia las puertas de cristal del balcón y abrí un poco las cortinas de seda para observar por última vez el pueblo esmeralda que se había construido alrededor del castillo. Grandes techos musgosos, luces esmeralda por doquier, antorchas de flama verde en cada esquina de cada calle, pequeñas chozas, cúpulas, puestos, tabernas, posadas, diminutas torres, puentes y estrechos callejones: todos cubiertos de un aspecto mohoso y rodeados de cuando en cuando de árboles verdosos que hacían darle un aspecto más esmeralda de lo normal.
Sin embargo, en aquella rápida ojeada al pueblo, mi balcón también daba al jardín extenso del Castillo Esmeralda. Ahí, pude ver una diminuta silueta a lo lejos. El sujeto iba caminando cautelosamente envuelto en una capucha de seda esmeralda, lanzando varios vistazos a los costados para que se cerciorara de que nadie lo seguía. Y entonces, el sujeto desapareció por un pasillo hasta que se perdió de vista, pero sin duda sabía de quién podría tratarse, o eso me decían los instintos.
Tomé una túnica de lana oscura que estaba en mi perchero de caoba y salí por los pasillos sigilosos del enorme castillo. Bajé varias escaleras y crucé varios pasillos iluminados tenuemente por débiles flamas situadas uniformemente a los costados de las paredes. Salí al jardín y una corriente de aire agitó mis cabellos azabaches; comencé a correr lo más sigilosamente que pude por el jardín y lo crucé hasta que di con el pasillo por el cual el sujeto había desaparecido. Miré hacia varios lados, y seguí lo que mi instinto me decía. Elegí uno de los pasillos izquierdos y caminé para dar con otra puerta un poco más escondida. Al abrirla, un pasillo largo y estrecho escaso de luz se presentó, y cuando llegué al final, no había nada más que pared.
— Rayos.
Pero cuanto golpeé la pared debido al enojo, noté debajo de mis pies una saliente que no era muy común entre los demás mosaicos de piedra del suelo. La pisé y repentinamente la pared frente a mí se deslizó hasta que una docena de peldaños me abrieron paso a una oscuridad inhóspita. Bajé las escaleras no sin antes sujetar una antorcha que estaba al principio del pasadizo secreto y caminé, caminé y caminé. Por varios minutos caminé, hasta que pronto vi una gran luz asomarse al final del sendero. La luz de la noche y un gélido viento rozaron mi semblante cubierto por la capucha, y cuando llegué al final, noté que varios pinos altos y fríos se alzaban por el ambiente. El sonido de los Pokemon salvajes pronto invadió el lugar, y entonces me di cuenta de que estábamos en las afueras del pueblo, puesto que éste apenas podía hacerse notar con el haz de luz esmeralda que se alzaba en el firmamento muy a lo lejos.
— ¿Qué es lo que quieres? —una voz me sobresaltó y traté de acercarme al lugar de donde había provenido la voz, pero tratando de encontrar un refugio para esconderme. Finalmente noté a dos sujetos en un desnivel de la espesura. Sobre ellos había varias hojas secas, no tan secas y otras que apenas habían caído de los pinos. Ambos sujetos estaban un tanto separados uno del otro, y uno de ellos era el tipo que había visto hace poco en el jardín del castillo. Debido a la voz con la que hizo el cuestionamiento, reconocí que era Drew; mis instintos no habían fallado.
— Necesito decirte algo… —la otra voz era de una mujer. Ésta vez mi sorpresa fue tal y ahogué un grito al reconocer que era de Kasumi; la chica estaba cubierta también con una capucha de seda color turquesa.
— Pues ya estoy aquí, así que dilo rápido antes de que alguien descubra que no estoy en el castillo.
Pero antes de que hiciera otra cosa, sentí una presencia detrás de mí. Fue demasiado tarde: una mano me cubrió la boca para que no gritase, y cuando quise zafarme de sus brazos y defenderme, ésta se llevó un dedo a la boca y me lanzó una mirada cautelosa. Gary me había seguido no sólo a mí, sino que también él se había dado cuenta de que Drew había escapado del castillo. Me tranquilicé y sin hacer ruido, ambos escuchamos la plática entre los dos jugadores.
— Sé que esto no es de mi incumbencia, pero hace mucho que he querido decirlo —Kasumi paró un instante, eligiendo las palabras adecuadas —: Masato está en peligro.
— Oh, vaya. Felicidades. ¿Algo más?
— Escucha, sé que no te importa, pero a mí sí. El chico está en Ciudad Subterránea; debes ir a salvarlo.
— ¿Y quién te crees tú para decirme lo que tengo o no tengo que hacer? Ese chico me dio el liderazgo del Gremio Esmeralda, pero nada más. No tengo ninguna relación más con él como para ir a sacrificar mi vida a esa maldita ciudad de la cual es imposible escapar.
Kasumi se quedó en silencio y éste duró unos momentos más, tensando considerablemente el ambiente.
— Bien… si es todo lo que has venido a decirme, te agradezco por la pérdida de tiempo —Drew resopló y frunció el ceño.
— No, hay algo más…
El chico de mata esmeralda se quedó callado.
— May… Ella está en peligro.
— Lo sé.
— ¿Lo sabes?
— Sí, Masato me lo dijo —Kasumi seguía sorprendida — Pero es algo que ya hemos platicado. A cambio de la responsabilidad y poder del gremio, dijo que debía de protegerla.
— ¿Y lo harás?
— Sí, no, no lo sé. Da igual.
— ¿Da igual? —la respuesta cabreó a la de cabellos anaranjados.
— Escucha, chica dragón… Eso no es de tu incumbencia. ¿Entiendes?
— Masato me suplicó que la salvarás. Él hace tres meses me suplicó de rodillas detrás de una celda en el Castillo Dragón que su hermana iba a ser asesinada. Él lloraba porque la protegiéramos.
— ¿Tres meses? —el chico rió como si fuese un chiste — ¿Y no crees que si aquello hubiese sido real ella ya estuviese muerta?
— No lo sé… es algo sospechoso, lo sé. Yo tampoco supe si era real o no, por eso he tardado en decírtelo a ti, que eres el líder de su gremio. He decidirlo decirlo justo ahora, porque no he podido olvidar sus llantos y su rostro desde esa vez. Así que… por favor. Haruka es mi amiga.
— Que yo recuerde, en el instituto se llevaban ambas muy mal.
— Eso es cosa del pasado. Lo único que te suplico ahora es que la protejas, porque tengo el presentimiento de que ella corre gran peligro.
— Presentimiento… —Drew miró hacia la nada, pensando en lo que le había dicho Kasumi — ¡JÁ! No me hagas reír. De cualquier forma, gracias por la advertencia, niña dragón. ¿Por qué… por qué no mejor vas y juegas con tus amigos dragones u obedeces las órdenes de tu líder estúpido? Como sea, no me importa lo que hagas, da igual. Gracias por nada.
— Espera…
Drew se dio la media vuelta y desapareció por la cueva por la que yo y Shigeru habíamos salido.
— ¡Espera!
Los gritos fueron nulos.
— ¡No tengo tiempo… un rey debe gobernar su reino! —el eco se propagó por la cueva, pero después desapareció junto con la silueta de Drew.
Pasaron los minutos, pero Kasumi seguía ahí hasta que finalmente se arrodilló al suelo, sin saber cómo reaccionar o qué hacer. Las hojas se remolinaban sobre su túnica y cuerpo, y entonces pronto se llevó las manos al rostro. No supe si comenzó a llorar o si sólo estaba tratando de pensar desesperadamente en qué hacer.
Sin dar algún atisbo de duda, me levanté de los setos los cuales nos habían servido como escondite. Gary presionó su mano contra mi antebrazo, tratando de evitar a que fuese con Misty, pero ya era demasiado tarde: el ruido alertó a Kasumi y cuando levantó la mirada hacia arriba, yo me encontraba ahí, con una mirada determinante.
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— ¿A-ash?
En efecto, la chica estaba llorando. Aquello me impresionó, ya que siempre tuve la imagen de una Misty enfurecida, malhumorada y cascarrabias. Pero ésta vez no era así. Ésta vez, sus ojos cristalinos y sus mejillas húmedas me decían que todo lo que había dicho era verdad.
— ¿Es cierto?
— ¿Q-qué..?
— ¿Es cierto lo que dices?
— Sí.
Súbitamente coloqué una mano sobre su hombro y con la otra mano la ayudé a levantarse. Yo tenía una mirada seria, fría y furiosa.
— ¿Dónde está Masato? —le cuestioné.
— En Ciudad Subterránea.
— Ash… —la voz de Gary también sorprendió a Misty. El chico estaba a mis espaldas, intentado ser razonable — ¿Sabes lo que hay en esa ciudad? ¿Sabes quién está ahí?
— No, y me importa una mierda.
— El gremio Alma de Piedra está ahí. Es uno de Los Aliados. Su ciudad es famosa por los calabozos que encierran a los jugadores que han cometido delitos. Los que han querido descubrir sus celdas ni siquiera han podido llegar a la entrada de ellas, debido a que Ciudad Subterránea es una laberinto interminable, además de que el líder no nos permitiría la entrada.
— Me sigue importando una mierda. Voy tras de Masato.
— Ash, pero May… —Kasumi me tomó la mano en señal de desesperación — Masato me dijo que ella corre grave peligro. Ella… ella va a ser asesinada.
— ¿Por quién?
No hubo tiempo de respuesta. A lo lejos, un enorme estruendo llegó hasta nuestros oídos. Incluso el estruendo viajó por la cueva. Pronto varios haces de luz de tonos carmesíes, anaranjados y amarillentos se hicieron presentes a lo lejos, opacando las luces esmeraldas que habían iluminado al pueblo. Una gran explosión había ocurrido sobre el pueblo.
— No… —Misty negó con la cabeza, pensando que podría ser demasiado tarde — ¿Será… será que vienen por May?
— Lo más seguro —confesó Shigeru — Misty, ¿estás segura de que quieren asesinar a May?
— Sí —asintió.
Gary suspiró, mientras un aura blanquecina iluminaba uno de sus puños. Misty no sabía si luchar o no, pero yo de algo estaba seguro:
— Pues sea quien sea, lo lamentará muy caro —susurré con una mirada fría, y desenvainé la espada que había sido regalo de Flannery, pero Misty se sorprendió al ver que un par de chispas eléctricas y sedientas de sangre estaban envolviendo el metal ardiente del sable plateado.
Yeeey. Debo confesar que el siguiente capítulo es el más épico que he escrito hasta el momento. Y bueno, ya se harán una idea de lo que vendrá. Además, será largo y durará unas 9 mil palabras O.O, así que prepárense. También debo confesar que mis dos personajes favoritos se enfrentarán... No diré quiénes son, pero ya lo sabrán pronto. De verdad, es mi capítulo favorito T.T Bueno, intentaré colocar el viernes el cap, debido a la emoción y cariño que tengo para con el capítulo 61. Se viene una batalla grandiosa. ¿Qué personajes se enfrentarán? ¡Nos leemos!
Próximo capítulo: La batalla en el castillo.
