Qué hay. Finalmente está el capítulo que más me gusta, y para no hacer más elc apítulo largo, responderé los reviews de uan vez:

No tengo cuenta: Brindemos por ustedes, que hacen esto posible :)

MatchMon: Sí, estoy enfermo de escritura y pasión xD. Y por cierto, sobre lo de Kynym ME DIO JUSTO EN LA POBREZA X_X Pero haré el intento de ahorrar y me contactaré con él. Gracias :3 Y no, no soy Dios. xD Sólo que tengo mi tiempo organizado, y trabajo sólo los sábados jaja :3 Lo único que me faltaría es tener novia, lo cual soy un ForeverAlone U.U Y bueno, no sé dónde vivas pero aquí en México lo queme quita la mayor del tiempo es el tráfico, lo cual aprovecho para leer Game of Thrones (así me surgen las ideas del fic) o bien, imaginar mientrasmiro hacia la ventana lo que pasará en PBO :p PD: Felicidades por ser el review 500.

Kuroi: Si ese cap te gustó, espero que este te guste más :P Y bueno, no diré nada más, puesto que ya sabes que no quiero poner suspenso a tus candidatos, porque uno de esos está bien :P

piretar: ):

Oshe cy q cy: /3

Cutesaralisa: No odies tanto al Nuevo Rey ):

PokerKnight: Para esto nací, para entretener un rato a los lectores yno para que sufran por problemas amorosos xD No sé si May atrape un Treecko, me lo pensaré. Y mis dos personajes favoritos no están en tus supocisiones jaja.

Jaspec: Lo he considerado, pero tardará un poco en ver cómo lo hicieron niño de nuevo.

baraka108: ¿Ash vs Drew? XD Saludos. :P

Anónimo: Gracias por le review :P Me hace feliz tu comentario y te responderé que por el momento no, pero lo estaré pensando para un futuro, puesto que hay que darle prioridad a los shipping que faltan.

Cata Plox: Ash es un chico tímido ... decían. No conseguirá ninguna chica ... decían.

Larekin: No, de una vez te adelanto que el personaje que más odias no luchará :P ¿O sí?

Bueno, lamento si las respuestas son algo cortas y la hora en que publico el capítulo, pero acabo de llegar de la escuela X.X Como sea, espero que no sea mucha molestia tantas palabras, y disfruten el capítulo. Nos leemos dentro de una semana, para que descansen y se tomen su tiempo de leer este pesado capítulo, además de que no pondré actualizar el martes xD Maldita tarea. Bien, prepárense una buena bebida, saquen a relucir esa gran imaginación y envuélvanse en el vasto soundtrack Bleachiano (?) que les preparé. ¡Nos leemos!

VIDEO 1 - Most Wondorous Battle Music Ever: "God Mode" by Sons of Amon

VIDEO 2 - Fate/Zero - The battle is too strong

VIDEO 3 - Most Wondorous Battle Music Ever: Skyworld

VIDEO 4 - Bleach OST Invasion Extended

VIDEO 5 - Bleach OST Treachery Extended

VIDEO 6 - Bleach OST - Cometh The Hour [HQ] [Extended]


Capítulo 61

La Batalla en el Castillo


Ash

El pueblo Esmeralda era característico por su color verde en exceso, y por las casas de piedra que irradiaban un aspecto mohoso y húmedo en las paredes de las edificaciones; los faroles también tenían un aspecto herrumbroso, pero las llamas verdes alumbraban las calles a pesar de que a veces el moho se los impedía. Sin embargo, ésta vez no era de esa manera: todo era invadido por un haz de luz anaranjado, y el color esmeralda había sido atrapado entre aquellos cálidos colores.

Una enorme explosión había ocurrido en un lugar cercano al castillo. Los miembros que habitaban el pueblo huyeron del lugar, debido al violento fuego que comenzaba a surcar poco a poco las casas vecinas. Shigeru, Kasumi y yo habíamos llegado al lugar de los hechos: una pequeña posada había sido carcomida por las llamas que se levantaban imponentes y bailaban al compás del viento que azotaba el ambiente pueblerino.

Varios miembros observaron que tanto yo como Shigeru habíamos arribado al lugar de la explosión. Ellos nos explicaron que el estruendo había surgido de la nada, mientras todos dormían apaciblemente dentro de sus hogares. Algunos comentaron que un par de NPC habían muerto en el acto, aunque un testigo rectificó que había un par de jugadores que estaban pasando la noche en aquella posada, sólo que no sabían si seguían con vida.

— Iré por ellos —dije en ese momento.

Me acerqué a los escombros que iban incrementando de temperatura, pero simplemente no podía pasar debido al enorme fuego que amenazaba con quemar todo a su paso. Eché una rápida mirada a Shigeru, que comprendió la situación y me envolvió en su aura blanquecina. Crucé el muro de fuego sin problema alguno una vez que Gary había realizado sus dotes curativos en mí; cuando entré, la posada estaba totalmente incendiada: mesas que se derrumbaban a causa del fuego, el techo también lo hacía y pronto un par de muebles que se encontraban en el piso superior cayeron repentinamente a pocos metros de donde yo me encontraba.

— ¡Ayuda! —al oír los gritos de socorro, supe que había alguien en los pisos superiores atrapado en las llamas, sin salida alguna.

Quise ir por las escaleras de la posada, pero éstas ya se encontraban destruidas. Sin pensarlo demasiado di un enorme salto hacia el agujero de donde habían caído los muebles y me sujeté de las orillas, acto seguido, me reincorporé y finalmente había subido una planta, donde había dos chicos que las llamas los rodeaban rápidamente, aunque uno de ellos estaba inconsciente y siendo sujetado por el sujeto que pedía ayuda.

— ¡Destello Eléctrico! —al mirarme, una sonrisa se iluminó en la comisura de sus labios, pero ésta desapareció cuando el techo de la posada se derrumbó cerca de ellos, causando que un par de chispas carmesí salpicaran en su piel y el chico se quemara el brazo al intentar protegerse.

— ¡Tranquilo! —le calmé y comencé a mirar a todos mis alrededores para ver cómo podía ayudarlos, pero bastaba con el toqueteo de mi mano con su cuerpo para que el efecto que Gary estaba produciendo en mí se les traspasara a ambos jugadores. Crucé una hilera de llamas que me amenazaban nulamente, y el aura blanquecina en mi cuerpo se incrementó al hacer contacto con el fuego, indicando que estaba surtiendo efecto. Toqué tanto al chico asustadizo como al desmayado, y ambos se iluminaron por el color claro del aura de Gary. El chico me agradeció y le indiqué que debíamos salir cuanto antes de ahí, antes de que se derrumbara la posada.

Sin embargo, los efectos sanadores de Gary desaparecieron en un momento inoportuno…

Frente a mí había una ventana ennegrecida por restos carcomidos de madera ardiente, mientras una fina capa de pequeñas llamas calentaba el cristal roto de la posada, pero aquello no me impidió ver lo que pasaba afuera: Una silueta se acercó rápidamente hacia Gary, y el choque del cuerpo con el rostro del sanador lo lanzó varios muros más allá. Una hilera de humo se levantó por donde Gary había sido lanzado, y cuando el sujeto que había ocasionado aquello paró, supe que ese rostro ya lo había visto antes. Kasumi se quedó perpleja ante la acción, pero intentó defender a un Gary había roto los muros mohosos de varios hogares esmeralda.

Delos, uno de los miembros del gremio Sinnoh, había estado envuelto en un aura de tonos añiles. El chico parecía vestir en la ocasión, puesto que los tonos carmesíes del fuego resplandecían con el esmoquin escarlata que portaba. El chico agitó sus cabellos azules y sonrió, observando a Kasumi a través de un par de cristales del mismo tono. Quise advertirle a Kasumi que aquel chico era peligroso, pero mis palabras se ahogaron cuando el jugador al que estaba salvando desaparecía en varios pixeles, al igual que el chico que había estado inconsciente.

Volteé para ver qué es lo que había pasado realmente, pero me llevé un gran golpe en el rostro y salí disparado igualmente como Gary lo había hecho. La ventana de cristal se rompió al sentir el súbito y fuerte golpe que hizo con mi rostro; no recuerdo cuando descendí rápidamente y sentí varios golpes muros romperse sobre mi espalda. Al momento de parar, un par de miembros novatos del gremio esmeralda se acercaron al ver que había levantado una gran capa de humo en el lugar donde había parado en un estado aturdido. Me toqué la mejilla y sentí un gran dolor debido al golpe que me habían propinado.

— A-aléjense… —quise decirle a los nuevos miembros que no tenían ni idea de lo que sucedía. No obstante, cuando por mi mente pasó el rostro de una anciana junto con un puño marrón yendo hacia mi rostro, supe que era la molesta anciana del gremio de Cynthia.

Mi voz fue apenas un débil susurro, ya que mi cuerpo se estaba recuperando por el golpe. Entonces pude notar alrededor de mí varias explosiones brillosas que se convertían en nada más que polvo. Miembro a miembro comenzó a ser asesinado no sólo por la anciana, que ya se encontraba ahí, sino por otros miembros más que pude reconocer sus siluetas.

— N-no… —dije, pero era demasiado tarde. Varias docenas de nuevos miembros que habitaban el pueblo eran asesinados en manos de los enemigos.

Abrí el menú de mi juego, escogí la opción de Mandar mensaje y al destinatario Citrón, pero no hubo tiempo para más, debido a que la anciana había llegado hasta mi posición nuevamente, me cargó como si fuese un Dedenne, y me golpeó ésta vez en el rostro con más fuerza. Sentí su puño hundir mi rostro y acto seguido salí disparado otra vez destruyendo varias edificaciones de piedra. Aterricé esta vez en el mueble interno de una de las casas. Pronto los miembros que habitaban aquella casa se sorprendieron y fueron a socorrerme.

— ¡No! ¡Aléjense! ¡Huyan del pueblo! ¡No es seguro este lugar! ¡Avísenle a Drew que May está en peligro! —Al articular las palabras, los miembros asintieron y unos fueron hacia el castillo, que estaba un tanto lejos de mi posición, mientras otros le indicaban a todos los miembros posibles que huyeran de ahí, mientras desaparecían del pueblo yéndose a otro lugar seguro. Kasumi súbitamente llegó hacia mí, algo atónita por mi estado.

— Ash… ¿estás bien? —asentí y me reincorporé. Mi vida había bajado un 20%; no era mucho— ¿Quiénes son estos tipos?

— Son el Gremio Sinnoh —confesé— Supongo que vienen por May. Kasumi… debes avisarle a May. Ve al castillo, y…

Pero entonces una chica de coletas carmesíes llegó hasta nosotros y rió de una manera divertida. Tensó una de sus flechas de madera y ésta fue directo hacia mi sien. La Novata Dragón desvió la flecha con uno de sus puños anaranjados, y entonces supe que la mirada en su semblante cambió de uno asustadizo a uno furioso.

— No sé quién seas, pero no permitiré que hieras a mi amigo… ni mucho menos que hieras a May.

Y entonces un golpe aural de color anaranjado rodearon primero del puño izquierdo de Misty y después del puño derecho. Los dos golpes aurales fueron a una velocidad que no pude seguir con la mirada, y Úrsula los recibió de lleno, desapareciendo de la escena.

— Tenemos… tenemos que ir al castillo —dije con algo de dolor en mi rostro debido a los golpes de Gaia.

Kasumi asintió y corrimos por las calles del pueblo. Giramos a la izquierda, luego a la derecha por una calle más estrecha y oscura, y entonces aparecimos por el sendero principal que te llevaba justo hacia el Castillo Esmeralda. Sin embargo, justo frente a nosotros aparecieron todos los miembros del Gremio Sinnoh. Delos lucía calmado, Gaia tenía un semblante furioso y arrugado, Nando estaba cubierto por el sombrero de mosquetero que portaba en la cabeza, Fausto sonreía cual chico con sed de sangre con una espada en la mano y Úrsula finalmente se había reincorporado después de los dos golpes que dieron de lleno en su vientre. Todos permanecieron en una fila, cruzándose en el camino e impidiendo que llegáramos hasta el castillo.

Los miembros nuevos del Gremio Esmeralda desaparecían y se alejaban de la zona, sabiendo que si intervenían, iban a morir en el primer golpe que recibieran. Hacían bien, aunque no estoy seguro si aquello los hacía ver como cobardes o si los hacía ver como sabios al ver que era imposible el que alguien de su nivel derrotara a los enemigos que tenía frente a mis ojos.

Kasumi y yo retrocedimos un par de pasos, pero entonces Shigeru apareció con un aura blanquecina recorriendo su cuerpo. Quería que él también nos cubriera con su aura, pero iba a ser imposible, puesto que él no podía luchar y proteger a sus compañeros a la vez. O hacía una cosa o la otra, y ésta vez lo necesitábamos luchando.

— ¿Dónde está Brendan? —me preguntó Shigeru, con un moretón en el mentón.

— No lo sé —dije.

— Como sea, tendremos que lidiar con ellos nosotros tres —dijo Gary con calma y entonces sacó al peculiar Eevee que había mostrado en el Torneo Esmeralda— Kasumi, siento involucrarte en esto. En nombre de todo el gremio quisiera que nos disculparas.

— No necesitas disculparte, Shigeru. May es mi amiga y la protegeré.

— Oh, un Eevee —Fausto rió como si aquel pequeño Pokemon fuese un chiste de mal gusto— Por favor… —el chico del afro sacó a su Infernape. Delos lo hizo con su Brozong, Gaia con su Hippowdon, Nando con un Armaldo y Úrsula con un Gabite. Todos aquellos Pokemon eran voluminosos y tenían una mirada ansiosa de matar.

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Sin embargo, tanto Gary como su Eevee comenzaron a cubrirse de un manto mucho más blanquecino que el que solía tener. Ahora que lo pienso, jamás había visto a él batallar al lado de su Eevee al mismo tiempo. De hecho, creo que nunca lo ha hecho. La duda que me surgía era ¿Por qué el Eevee también estaba cubierto del aura de Gary? Parecía que no podía protegernos a nosotros, pero no era el mismo caso con su propio Pokemon.

— Ganaré algo de tiempo —el castaño se quitó la túnica negra que estaba usando. El chico usaba un par de botas de cuero, unos pantalones holgados color púrpuras, así como una camisa deshilachada de manga corta oscura y una túnica blanquecina que caía por su cintura hasta terminar en sus pantorrillas.

Sin dar previo aviso, mientras Fausto seguía carcajeándose de aquel diminuto Pokemon, el Eevee comenzó a correr hacia los cinco Pokemon que amenazaban con detenerlo.

El Infernape fue el primero en actuar: Lanzó un lanzallamas que cubrió al Eevee, pero éste no hizo nada más que pasar de largo, como si ningún ataque le hubiese dañado. Pronto el Hippowdon de Gaia se sumergió en la tierra y apareció justo por donde el Eevee corría. Éste saltó a tiempo y aterrizó con una gran pisoteada en la sien del Hippowdon, y éste nuevamente se sumergió en la tierra levantando grandes extensiones de tierra y causando un sinfín de grietas. El Gabite de Úrsula no se hizo esperar, pero el Eevee había ya llegado a su posición: con el aura blanquecina resplandeciendo alrededor de su cuerpo tacleó el Pokemon de la chica pelirroja, y como si aquella tacleada causara daños colaterales, una gran onda se esparció por el lugar, haciendo que los demás jugadores perdieran el equilibrio. Inclusive Misty y yo caímos debido a la fuerza con la que había impactado el Eevee al Gabite que desapareció en polvo de estrellas.

— Corran —Gary era el único en pie— Vayan por May y sáquenla de aquí…

Sin embargo, antes de comenzar a correr, vimos que algo más nos impedía el paso libre hacia el castillo. Por el sendero, cuesta arriba apareció un sujeto bañado en una armadura esmeralda, y detrás de ellos un sinfín de miembros lo seguían cual el líder que era. Drew comandaba un centenar de jugadores que habitaban el castillo, y todos corrían hacia los miembros que se sorprendieron por su llegada.

— Al menos defiende su gremio a muerte —confesé al ver que Drew venía furioso por el ancho sendero principal del pueblo.

Los miembros del gremio Sinnoh se reincorporaron, y junto a sus Pokemon que habían sufrido un par de daños por la tacleada del Eevee, observaron el centenar de jugadores dispuestos a sacrificar sus vidas para defender su territorio.

— Hazlo —Delos le dijo a la anciana, que golpeó el suelo sin tibuear con todas sus fuerzas. El camino principal crujió y varias extensiones del camino se levantaron, causando que un pequeño grupo del gremio esmeralda perdiera el equilibrio. Delos también quiso entrar en acción y lanzó varios golpes aurales de un color añil, mientras Úrsula lanzaba sus flechas, Nando sus hechizos y Fausto las ondas de calor que desprendía de su espada. Sus Pokemon también lanzaron varios ataques a distancia para detener la horda de sujetos vestidos de esmeralda que venían hacia ellos con furia.

Gary, Misty y yo vimos cómo los enemigos atacaban a los miembros que poco a poco iban muriendo. Giré mi cabeza hacia Misty, que tenía de ganas de propinar varios golpes.

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— Misty… —nombré— Quiero que regreses con tu gremio.

— ¿Qué? ¿Te volviste loco? Voy a luchar.

— No —le dije— Ve y dile a Iris lo que sucede. Ella… ella sabrá que hacer.

— ¿Qué? ¿De qué hablas?

— ¿Confías en mí? —pregunté, pero ella se quedó perpleja— Iris forma parte de una organización en la que yo también estoy involucrado.

— ¿Q-qué?

— No hay tiempo de explicar. Ve con Iris y dile que May está en peligro y que Masato está en Ciudad Subterránea. Dile que el gremio Sinnoh está aquí. ¡Rápido!

Ella asintió aun confusa por todo este asunto, pero a final de cuentas desapareció siguiendo mis órdenes.

— Protege a May —me dijo antes de irse a otro nivel.

Asentí junto con Shigeru.

El ejército de Drew estaba a unos pasos de los enemigos, pero entonces Úrsula volteó hacia nosotros con una sonrisa.

— Han perdido —le dije con algo de furia— No matarán a May.

— No… —dijo riendo— Ustedes han perdido. Nosotros simplemente somos la distracción.

Mis ojos se salieron de su órbita, mientras Gary soltaba una maldición. En ese momento supe que la líder de su gremio, Cynthia, podría haber matado a May ya en el castillo. No… no era posible. El castillo tenía buena seguridad. ¿Cómo podrá haber entrado sin que se diesen cuenta? A menos… a menos de que Drew se haya llevado a todas sus tropas para venir a atacar a aquellos tipos, mientras el Castillo Esmeralda se encontrara desprotegido. No…

— ¡Rápido! —le dije a Gary y comenzamos a correr por el sendero, pero entonces el chico sacó a un Pokemon que tampoco había visto nunca: el Nidoking más grande que había visto jamás se posó ante nosotros. Tanto el Eevee como él se sujetaron a uno de sus brazos.

— Súbete —el chico me indicó y me agarré de su lomo. Sin esperar, el Pokemon comenzó a correr con sus dos gigantescas patas con todo lo que podía, y entonces dio un enorme salto aterrizando en un tejado que se agrietó al momento de sentir su peso. El Pokemon comenzó a saltar de tejado en tejado, de casa en casa, mientras rebasábamos a los enemigos que habíamos tenido en frente.

— ¡Se escapan! —alertó Fausto, pero cuando quiso intervenir, una hiedra se amarró a su pie. Drew finalmente con ayuda de su magia iba a intervenir en la batalla. Pronto un sinfín de hiedras comenzaron a rodear a todos, cual plantas carnívoras. Drew se envolvió en una especie de brillo esmeralda, mientras sacaba a un Roserade de una pokébola.

— ¡A POR ELLOS! —Gritó el Nuevo Rey, sin darse cuenta de que pasamos cerca de él y su ejército.

Un grito ensordecedor de batalla comenzó a invadir el ambiente, y pronto los sujetos del Gremio Sinnoh sabían que no iban a poder con todos ellos.

Pero entonces una silueta apreció en medio de los sujetos enemigos y de Drew y su manada. Aquella silueta se envolvió en un aura de un color peculiar: celeste. El sujeto tenía los cabellos púrpuras y una mirada fría y amenazante. Paul había aparecido, y entonces se coló entre la multitud del gremio esmeralda, comenzando a golpear a cuanta gente se cruzara en su camino. Ni siquiera los miembros novatos del gremio se daban cuenta de lo que sucedía, puesto que la velocidad de Paul era la más rápida que había visto jamás. El chico venció a una docena de miembros en cuestión de segundos, destrozándolos en pixeles. Drew entonces supo de quién se trataba, y cuando Paul intentaba causar más bajas, una hiedra lo paralizó en el camino.

— Eres mi objetivo —dijo Drew cuando Paul había parado en el camino. Drew corría a toda velocidad, y dio un par de volteretas en el aire, para después lanzar desde la palma de su mano un enrome tallo verdoso que mandó volar varios metros a Paul.

El sujeto no se hizo esperar y se reincorporó rápidamente de entre un par de escombros calcinados por el incendio que se propagaba cual virus. Paul a una velocidad inigualable de seguir con la vista, lanzó un golpe aural que dio con Drew. Éste gimió y milésimas de segundos después fue lanzado hacia los seguidores que tenía detrás.

— Ustedes encárguense de esa peste —Paul señaló al ejército de Drew, mientras los demás miembros asentían— Yo me encargo del tipo cabeza de lechuga.

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No pude oír más. El Nidoking ya estaba alejándose de la escena. Lo único capaz de ver ahora era ver varias hileras de humo negro a causa de varios incendios que ocurrían por el pueblo. El Pokemon de Gary ascendía por la colina, y cuando estuvimos en los muros mohosos del castillo abundado por antorchas esmeraldas, la criatura saltó lo más que pudo. Ni siquiera aterrizó en la estancia principal del castillo; el Pokemon voló por los aires hasta descender sobre una de las torres de la edificación. El Nidoking clavó sus garras en los mosaicos del techo, mientras éstos caían por el vacío; el Pokemon se deslizó con ayuda de sus garras, destrozando parte del techo de la torre. Cuando éste terminó, el Nidoking se dejó caer hasta dar con otra torre, pero ésta sólo le sirvió de impulso para saltar hacia una distancia considerablemente lejos. Me sujeté bien al ver que el Pokemon apenas si se pudo sujetar cuando llegó a duras penas a otra de las torres altas del castillo, lográndose aferrar a un balcón. El Nidoking se reincorporó, mientras Gary descendía de su Pokemon a gran velocidad y caminaba por el balcón hasta dar con unas puertas que habían estado abiertas. El viento corría hasta agitar un par de cortinas de seda esmeraldas; dentro, en las estancias de la alcoba, una silueta estaba parada observando a un sujeto inconsciente, mientras May estaba siendo acorralada en una esquina de la habitación verde.

— ¡Ash! —gritó May cuando me vio entrando junto con Gary.

La silueta que estaba observando a un Brendan desmayado volteó a vernos. Cynthia no se sorprendió en lo absoluto por nuestra presencia; de hecho, una sonrisa fría se formó en la comisura de sus labios, y entonces aplaudió. El aplauso fue seco, débil y produjo un eco más fuerte que el viento.

— ¿Lo ves? Te dije que tus amigos iban a venir por ti pronto —dijo en una voz inocente. La mujer estaba envuelta en una túnica oscura; un par de llamas cobalto y resplandecientes se formaron en uno de sus puños. Brendan estaba con la vida a la mitad, sólo que estaba inconsciente y a punto de ser asesinado. May, mientras tanto, tenía los orbes cubiertos de lágrimas debido al miedo que estaba sintiendo—. Lástima que el real objetivo es Satoshi…

Me sobresalté por lo que mencionó, y no hubo tiempo siquiera para articular palabra alguna. Uno de sus puños fue hacia mi cuello; yo me agaché inclinando las rodillas y apenas sentí el roce de una llama que me quemó levemente. Di un salto hacia atrás y mi Pikachu adoptó posición de ataque.

— Huye con May y Brendan —dijo inmediatamente Gary. El chico había estado descansando su aura sanadora, pero nuevamente despertó aquel poder para iluminar por completo la habitación— Yo me encargo de ella.

No hubo tiempo para más: noté cómo el Eevee de Gary se lanzó hacia el vientre de Cynthia. Ésta lo esquivó a duras penas cual pluma en el aire, pero para ese entonces May había escapado, ayudándome a cargar a Brendan hacia la salida.

Cynthia quiso intervenir en nuestra huida, pero entonces Gary se agachó y giró su pie 360 grados, haciendo que la rubia perdiera el equilibrio y cayera; acto seguido, Eevee ya tenía una embestida preparada cuando Cynthia cayó de espaldas en el suelo, pero lo impresionante fue que Eevee tacleó a la rubia desde arriba, causando que ésta quebrara el suelo sobre nosotros y desapareciera entre humo y escombros.

— ¡Corre! —me gritó otra vez, y desaparecimos cargando a Brendan y bajando varias escaleras de caracol para comenzar a salir del castillo.


Gary

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No hubo tiempo siquiera de respirar: Cynthia había roto varios pisos más abajo, pero tomó un gran impulso en el aire y súbitamente un par de propulsores de fuego azul la mandaron de nuevo por el lugar donde había desaparecido. Una gran llamarada azul iluminó la habitación de May, pero fui capaz de salir de ahí aventándome del balcón y regresando a mi Nidoking para que las llamas no lo envolvieran. Descendí y pronto el viento me abrazó al momento de caer al vacío, pero mi Eevee apareció y me embistió en medio del aire para cambiar de dirección, aterrizando en la pared de una torre llena de moho y clavé mis puños sobre el muro para que la gravedad no me jalara. Eevee cayó en el jardín principal del castillo, y aunque aquella caída lo hubiese matado, mi aura lo salvó.

La rubia apareció por el balcón lejano que se encontraba más arriba en el balcón de la habitación de May, que estaba en el otro extremo del castillo. Sin dudarlo ni un momento la mujer voló con cada uno de sus extremidades rodeadas de su característico fuego. La chica iba con una sonrisa de oreja a oreja, sólo que ésta era macabra; su cabello se alborotaba con el viento, y entonces sin parar en el camino fue a estrellarse contra mí, pero di un salto por la torre para no recibir el impacto. Pisé la pared de la torre y cual Greninja corrí por ella sólo por unos segundos, puesto que me sirvieron de impulso para saltar a un puente que servía de unión entre dos torres menores. Aterricé ahí, pero la rubia me había perseguido los talones. De un momento a otro sentí el agarre de uno de mis pies, y acto seguido fui azotado varias veces contra el puente hasta que éste se partió a la mitad. Tanto Cynthia y yo comenzamos a caer, pero cuando me reincorporé, salte de escombro en escombro para no caer hacia el suelo; Cynthia simplemente se elevó con los propulsores de sus pies, agitando su túnica ennegrecida. Di un salto hacia una gran roca que caía, después a otra y llegué nuevamente a las orillas del puente destruido, pero no paré de saltar. Cynthia lanzaba golpes de fuego, lengüetazos y llamaradas azules, pero yo saltaba sobre los muros de las dos torres que habían sido conectadas alguna vez por el puente destruido, hasta que llegué a la cima de una de ellas.

Y entonces no hubo escapatoria.

Cynthia aterrizó en el techo puntiagudo de la torre pequeña; intenté sujetarme del pico esmeralda de la torre, pero los golpes que Cynthia comenzó a lanzarme me impedían aferrarme a cualquier cosa que estuviese a mi alcance.

Eevee llegó al rescate. Las cuatro patas del pequeño Pokemon habían corrido por los muros de la torre y sorprendieron a una Cynthia con un Ataque Rápido. La chica fue lanzada por los aires nocturnos del Castillo Esmeralda, pero detuvo la inercia del golpe colocando fuerza sobre los propulsores de sus pies, y entonces se mantuvo suspendida en el aire. Dio un bufido y sacó a un par de sus Pokemon: el primero era un Garchomp más grande de lo que creía, con dos colosales sables afilados sobre sus antebrazos y unos colmillos afilados que podían apreciarse a simple vista; aterrizó en el otro extremo de la torre paralela y lanzó un rugido que ahogó el firmamento. El segundo de ellos era un Pokemon que me sorprendió, puesto que su aparición no era muy común en el juego: Un Lucario surcaba los cielos rodeado de un aura color añil, mientras comenzaba a formar una bola sombra para lanzarla al Eevee, situándose en los límites del muro de la torre para sostenerse.

— ¿Crees que me contendría contigo? —Cuestionó y súbitamente empezó a ir hacia mí, que yacía paralizado sobre la torre.

El Lucario lanzó la bola sombra que el Eevee pudo esquivar, pero cuando éste estaba en el aire, el Garchomp fue cual rayo hacia la pequeña criatura y le clavó uno de sus sables en el vientre. Tanto el Garchomp como mi Eevee salieron disparados, pero mi Pokemon, ileso debido a la protección de mi aura, mordisqueó el hombro del Garchomp y éste rugió como si un voluminoso Pokemon con colmillos afilados le hubiese hecho aquello.

Saqué sin titubear a mi Nidoking de nuevo, y cuando Cynthia iba hacia mí con un puño de fuego, mi gran Pokemon bastó con alzar uno de sus brazos púrpuras y fornidos, deteniendo cualquier atisbo de golpe, rodeado ya en un aura blanquecina. La rubia gruñó a centímetros de mí, y sin haberlo previsto, la mujer se coló hábilmente debajo entre las patas del Nidoking; la chica no se levantó, porque cuando estuvo debajo de mí alzó sus dos piernas y aumentó uno de los propulsores lanzándolo hacia mí, creando una gran capa de fuego azul que dio de lleno en todo mi cuerpo. El efecto tanto en mi Nidoking como en mi Eevee dejaron de surtir efecto, y súbitamente tuve los ojos cerrados debido a las pocas quemaduras que el ataque me había obsequiado. Caí bruscamente en un enorme jardín, causando un gran agujero de tierra y lodo. Un pequeño humo salía de mis brazos y pecho, sabiendo que las quemaduras eran la razón de ello. El Lucario llegó hasta mi posición, me levantó y me lanzó hacia el aire, mientras Cynthia me remataba con un trueno que salió repentinamente dos de sus dedos. La electricidad no sólo fue descargada en mi cuerpo, sino que varias quemaduras internas hicieron que sollozara por lo bajo. Caí nuevamente sobre el suelo, pero ésta vez el Lucario ya tenía una bola sombra preparada, que no fui capaz de evitar. Una gran explosión de tonos azules y negruzcos destrozó el jardín, e hicieron que perdiera uno de mis brazos. La explosión me había dejado inmóvil en el suelo, pero cuando desperté algo aturdido, el Garchomp estaba a centímetros de mí. El gran Pokemon me levantó del suelo sujetándome de la túnica blanca —que en aquellos momentos no era nada más que una túnica ennegrecida de cenizas y barro—, me rugió y pude sentir el aliento exhalando e inhalando de su hocico. El Pokemon clavó sus dos colmillos sobre mi hombro, y entonces fue cuando realicé un gran grito que produjo un eco inminente.

Cynthia aterrizo y deshizo sus propulsores; la chica caminó por el jardín destrozado e irregular; el Nidoking aterrizó para defenderme, pero bastó con unos cuantos golpes del Lucario para tirarlo al suelo. Cynthia siguió caminando, como si nada hubiese pasado; Garchomp me sujetó del brazo que me quedaba, y jalándome de las greñas me puso de frente para poder ver a la rubia, que yacía paralizada a centímetros de mí. La chica me examinó de pies a cabeza y poco después, soltó una risita irónica.

— ¿Así que eres el Sanador Invencible? —La rubia tornó su semblante a uno entristecido, mientras jugaba con uno de sus mechones que le caía por la frente— Qué lástima… ¿no lo crees? La gente dando apodos a personas que no se lo merecen. Tú de invencible no tienes nada —uno de sus puños se encendió cual antorcha enfurecida. La chica rubia sonrió, mandó su puño hacia atrás para ganar vuelo y fuerza—. Despídete, sanador.

— Espera… —dije con titubeo sobre mi voz— Yo nunca dije que había estado usando todo mi poder sobre ti…

Aquello la impresionó. Los ojos grisáceos de su rostro se salieron de su órbita cuando una silueta tan negra como la noche la embistió y ésta vez fue lanzada con mayor fuerza que la otra vez. En un acto de distracción, mi Nidoking aprovechó aquello para levantarse del suelo y realizar su ataque Doble Patada, propinándole dos patadas duras y secas en el vientre a un Lucario que sufrió el mismo destino que su dueña y rematando a la rubia con su cuerpo. El Garchomp estaba también distraído, y fue entonces cuando jalé el sable que me tenía preso alrededor del cuello, haciendo que el Pokemon se fuera hacia arriba y luego cayera al suelo junto conmigo. Con una voltereta me mantuve de nuevo en equilibrio y agité mi brazo que estaba preso con el otro brazo del Garchomp; antes de que el Pokemon dragón se levantara, me rodeé nuevamente sobre un aura blanquecina, pero ésta vez le di un golpe de lleno en el vientre del Pokemon, haciendo que expulsara sangre, saliva y demás cosas de las que no estuve seguro; el suelo sintió las vibraciones de mi golpe y se levantó unos cuantos centímetros. Me monteé en mi Nidoking y pronto un Umbreon hizo su aparición, sabiendo que aquel fue el responsable del placaje que le había hecho a mi enemiga.

Mi Eeeve había evolucionado.

Cynthia en medio de un pasillo externo destruido, se quitó los restos de piedra mohosa con una llamarada que deshizo la piedra, y entonces los mechones de su cabello rubio se desarreglaron cayendo en más proporciones sobre su frente. La chica activó nuevamente los propulsores de sus pies y voló por los aires, persiguiendo a un Nidoking que llevaba encima a su dueño.

El Pokemon tipo tierra dio un enorme salto y cruzó uno de los tejados enormes del castillo, cubiertos por losas esmeraldas que cubrían todo el techo. El Nidoking daba pisadas y dejaba a su paso losas quebradas, mientras Cynthia había tomado ya las riendas de un Garchomp que se había reincorporado. Súbitamente rodeé nuevamente a mis dos Pokemon con un aura blanquecina, y entonces nombré a mi Umbreon para que realizara uno de sus ataques. El Pokemon tipo oscuro, que seguía los talones del Nidoking, se paró en el camino, y cubierto por el gran aura blanquecina, aguantó uno de los golpes tácticos del Lucario que aterrizó repentinamente sobre el tejado. El Umbreon retrocedió un par de pasos debido al golpe, llevándose consigo un par de losas, pero aguantó el ataque y entonces mordisqueó el brazo de Lucario, lo levanto con su hocico y lo hizo girar en el aire un par de veces para ser devuelto hacia su dueña que venía con suma velocidad. El Umbreon lanzó con su hocico al Pokemon luchador y éste se estrelló con el Garchomp, haciendo que ambos se arrastraran por las losas destruidas y derrumbaran parte del tejado, cayendo hacia donde había sido el gran comedor del Castillo Esmeralda. Sin embargo, Cynthia logró desmontar a su Garchomp antes del choque de sus dos Pokemon para seguir con la persecución; sin importarle que sus Pokemon cayeran en el interior del tejado, se paró sobre sus manos y levantó un gran muro de llamas azules sobre el Umbreon, para que éste no supiera lo que pasara frente suyo; la rubia saltó y esquivó al Pokemon siniestro, evitándolo por completo. Mi Nidoking se dio cuenta de ello, y yo desmonté de él para correr por mi cuenta por el tejado que iba a terminar pronto. El Nidoking rugió mientras el vaho de su hocico era visible a la luz de la luna, y entonces corrió sobre sus dos patas sobre el tejado que estaba a punto de desmoronarse. Cynthia sonrió al ver que un enfurecido Pokemon venía hacia ella, rodeado de un aura invencible. La chica corrió por el tejado, eliminando los propulsores de sus pies, y se dejó caer a un costado del tejado. Una ventana se había cruzado por su camino y la quebró para meterse al interior, ahí donde se encontraba un el comedor común del castillo. La rubia voló hasta posarse sobre un candelabro colgado de la pared, y lo jaló con suma fuerza; actos seguido, activó sus propulsores para tomar vuelo y salir por otra de las ventanas que había más adelante, sin dejar de jalar el candelabro. La chica había pasado por debajo del Nidoking furioso, pero además de ello el candelabro se había desprendido del techo y se había llevado consigo parte del tejado por el cual mi Umbreon y mi Nidoking habían estado parados. Ambos cayeron encima del comedor y un par de escombros voluminosos los cubrieron por completo. Los dos Pokemon aun estaban vivos, pero parecían estar atrapados entre una cantidad incontable de piedras más fuertes que su propio peso.

Cynthia sonrió y se reincorporó sobre el tejado, corriendo a más velocidad. Entonces la chica me alcanzó y no me quedó otra opción más que luchar cuerpo a cuerpo.


Ash

El peso de Brendan cada vez se hacía más cansado conforme avanzábamos. Lo hacíamos a un paso menos rápido al que quería ir. Noté varios estruendos y explosiones debido a la lucha que Gary y Cynthia estaban teniendo, y aunque quería ir a ayudar al sanador no podía. El salvar a May era más importante, aunque en realidad Cynthia además de asesinar a May al que quería en verdad era a mí. Me había encontrado ya, y ahora el Castillo Esmeralda no era un lugar seguro nunca más, así como el estar junto al gremio Diamante y Perla.

El jadeo brusco y repentino de Brendan nos sobresaltó a May y a mí. El chico movió sus párpados y luego sus piernas. Súbitamente despertó, pero aun estaba algo mareado.

— ¡Brendan! —dijo May y lo abrazó aliviada— Pensé que…

Pero no hubo tiempo para nada más. Una flecha pasó por nuestras cabezas, si no fuese por mi Pikachu que había desviado la flecha con uno de sus rayos. Úrsula había aparecido por una de las escaleras que conectaban una pared interna con otra; ella estaba al otro lado, al final de una puerta donde había un pasillo grande y pegado a las paredes de una de las torres. La chica sonrió debido a que había dado conmigo, y entonces Nando apareció al final de los peldaños, allá donde comenzaba otro pasillo que cruzaba por debajo los muros del castillo. Estábamos acorralados en unas escaleras donde había un gran vacío sobre nosotros.

— No… —dije y entonces intenté ganar algo de tiempo desenvainando mi espada— ¡Pikachu, usa cola de hierro!

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El Pokemon fue hacia Nando, pero éste esquivó el ataque y tanto mi Pokemon como el enemigo se vieron envueltos en una capa de humo debido a que la cola del roedor dio contra el suelo.

Úrsula tensó nuevamente su arco, y cuando lanzó la flecha, Brendan la agarró sin siquiera éste ver hacia algún lugar. El chico aun estaba mareado y con la cabeza por lo bajo, pero cuando estrechó la flecha sobre la palma de su mano, el arma se quebró en pedazos cayendo por las escaleras y después por el gran vació que había debajo; entonces, el de gorro albino levantó la mirada hacia Úrsula. El sujeto caminó tranquilamente hacia ella, y en un acto desesperado la pelirroja intentó lanzar más flechas, pero éste las esquivaba meneando levemente la cabeza, los hombros y las extremidades. El azabache sujetó las ropas de Úrsula y la miró con desprecio. Súbitamente un jadeo brusco y enfurecido por parte del chico asustó a la enemiga, que tiró su arco al ver que aquel jugador tenía sed de venganza.

— ¿Dónde está?

Úrsula quería decirle, aunque no sabía de qué hablaba. Nando intentó defenderla lanzando su hechizo de ilusión hacia el de cabellos azabaches, pero el tipo con el brazo libre había desviado el hechizo simplemente con la fuerza de su antebrazo. Nando no se rindió y lanzó un hechizo de luz y otro de fuego, pero Brendan meneó con fuerza su brazo para desviar ambos hechizos. May y yo estábamos sorprendidos por la fuerza y la manera con la que él había desviado los ataques de Nando. El enemigo se sobresaltó y se paralizó en su lugar.

— No lo volveré a repetir —dijo entre un susurro furioso y una mirada sombría.

— A-afuera… luchando con el Sanador Invencible…

Al saber aquello, Brendan con la mano que sujetaba a Úrsula, dio un brusco giro y lanzó a la pelirroja hacia un Nando que seguía paralizado. Ambos chocaron y cayeron al vacío, rompiendo gran parte de las escaleras que conectaban un pasillo con otro.

— Ash, saca a May de aquí.

— No, yo también quiero ayudar —confesé.

Sin embargo, algo nos hizo retroceder. Yo y May fuimos hacia el final de las escaleras, mientras Brendan se quedaba en el otro lado, debido a que el gran techo de la torre caía derrumbándose sobre sí misma. Un par de enormes piedras destrozaron las escaleras en las que estábamos, haciendo que nos separaran de Brendan. Poco después, cuando el humo se hubo disipado y Brendan miró hacia arriba para ver qué era lo que había provocado aquel derrumbe, un sujeto en un aura celeste estaba flotando y descendía sutilmente hacia nosotros.

Paul estaba serio y cargaba consigo a un sujeto esmeralda inconsciente. El chico cuando nos miró a mí y a May, supe que nos tenía como objetivo.

— Drew… —May estaba atónita al ver que Paul tenía a un Drew vencido.

— Maldita sea… ganaré algo de tiempo —mencionó Brendan y en ese momento, el sujeto había sacado una flecha muy particular que nadie había visto jamás. De hecho, me sorprendió el ver que aquella flecha nunca la hubiese usado, ni siquiera con los jefes de los niveles. El chico tensó una flecha brillante, de tonos carmesíes y dura cual la piedra de rubí que era. Un enorme destello escarlata pasó zumbando por la torre que iba desmoronándose, hasta que llegó a Paul. Paul pudo apreciar la flecha, y la esquivó tan velozmente como su velocidad increíble podría permitírselo, pero la flecha dio de lleno contra la pared y rebotó hacia arriba. La flecha de rubí desapareció y se fue hacia el firmamento oscuro de la noche, colándose a través de los agujeros que había por la torre desmoronada. Paul esbozó una sonrisa y entonces fue hacia Brendan propinándole un golpe que lo mandó a volar varios metros. Drew intentaba despertarse, pero sólo era capaz de deambular despierto, debido a que le quedaba un pequeño porcentaje de su vida. El de cabellos púrpuras depositó a Drew en el pasillo y entonces volteó hacia nosotros, preparándose para perseguirnos. Sin embargo, dos flechas más pasaron zumbando la cabeza del luchador celeste. Las flechas también tenían un tono rubí, y cuando no acertaron a su objetivo, rebotaron y éstas fueron de vuelta hacia Paul. El chico sujetó ambas con suma habilidad, y sonrió esta vez más, soltando una pequeña risa.

— ¿Eso es todo?

Brendan apareció por el pasillo con una sonrisa y entonces se fue de la escena. Paul se extrañó por la actitud del chico. ¿por qué lo había dejado? ¿Por qué abandonó la escena de batalla? Pero entonces las flechas de rubí explotaron liberando grandes agujas escarlata que lastimaron al chico. Una docena, no, centena, no, millar de agujas rubíes se clavaron en el cuerpo de Paul, haciendo que éste gimiera. Pronto, la primera flecha que había sido lanzada a la pared y había rebotado hacia el cielo, cayó cual proyectil a un jugador que había estado recibiendo varias agujas escarlatas. La flecha dio de lleno en la nuca del luchador y éste debido al peso de la piedra rubí, fue a estrellarse con el suelo de la torre, que aun estaba bastante lejos de su posición. Una espesa cortina de polvo se alzó, y Brendan ya no estaba por aquellos rumbos.

— Sigamos… —dije aun perplejo y seguimos corriendo para poder salir de ahí. Debíamos de ir a la salida del castillo para poder viajar a otro nivel. Recorrimos pasillos, escaleras y varios jardines esmeraldas, hasta que dimos con la puerta voluminosa de madera que había sido bajada para que el gran ejército de Drew hubiese ido al pueblo a luchar. A mi mente llegó la duda de saber si Drew y su ejército habrían triunfado, pero al ver a Drew en los brazos de Paul y a Úrsula y Nando en el castillo, una idea mala invadió mi mente.

Comenzamos a correr por un gran patio, que era rodeado de grandes muros mohosos. La puerta de salida estaba a punto de ser cruzada, si no fuese porque los otros tres miembros del Gremio Sinnoh —Fausto, Delos y Gaia—, habían aparecido ahí.

— No… —May retrocedió para volver a ir por donde había venido, y cuando yo volteé para seguirla, Nando, Úrsula y Paul estaban por la entrada principal del castillo, aun con heridas pero conscientes de que nos tenían rodeados. Alcé mi espada hacia Paul, Pikachu se llevó las manos a sus mejillas, y May alzó los puños con un par de hechizos sobre sus manos; sin embargo, sabíamos que no podíamos ganar esta batalla nosotros dos.

— Atrapen al destello… —ordenó Paul a los demás como si éste fuese el líder. Los tres miembros que estaban en la puerta vinieron hacia nosotros corriendo, mientras Nando y Úrsula los imitaban. Alcé más mi espada, y estuve a punto de lanzar algún tajo.

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Tres siluetas aterrizaron sobre nosotros y atacaron a los sujetos que nos acorralaban: Wallace lanzó un par de flechas haciendo retroceder tanto a Gaia como a Delos. Roxanne chocó sus puños aurales color rojizo sobre los rostros de Nando y Úrsula, y Flannery chocó espadas con Fausto. Paul fue el único que aun quedaba libre, pero había quedado algo herido por las flechas rubíes de Brendan, por lo que no intervino enseguida.

— ¡Úsalo ya, Wallace! —ordenó Roxanne cuando notó que los dos sujetos a los que había golpeado se habían levantado de nuevo.

Flannery y Fausto batallaron un par de veces más, en donde la chica de cabellos desarreglados y rojizos ganó el encuentro al empujar con uno de sus pies al del afro; éste cayó y su espada se vio soltada en un reflejo involuntario.

Wallace sacó un cristal de teletransportación, y tomó la mano de Flannery y Roxanne.

— ¡Tomen mi mano, vamos! —Flannery me extendió una de sus manos. La tomé, pero May aun estaba un poco lejos como para tomar mi mano enseguida.

— ¡NO! —El grito de Paul invadió el lugar. El chico activó su aura celestial y trató de ir lo más veloz que pudo hacia nosotros, pero May tomó mi mano justo a tiempo.

El cristal de teletransportación nos rodeó en un haz de luz blanquecino, y pronto dejamos el Castillo Esmeralda a solas con los enemigos que intentaban atraparnos.

Lo primero que vi fueron las afueras de un pequeño pueblo por donde en los alrededores viajaba un pequeño riachuelo…


Gary

La batalla de puños dio inicio. Cynthia había formado un par de cuchillas de fuego azules en sus antebrazos, justo intentando asemejarse a su Garchomp. La mujer lanzaba puños, pero no sólo debía esquivar aquellos, sino las flamas filosas y ardientes que había justo entre sus brazos. Retrocedí varios pasos, esquivando los ataques, dando saltos, volteretas, agachones, parándome sobre mi única mano, deslizándome entre las losas del tejado. Los golpes de Cynthia no debían dar conmigo, o sino el aura blanquecina iba a dejar de surtir efecto en mí.

Pero no sé si debía activarlo… No sé si era el momento.

— ¡Vamos, ¿es todo lo que tienes?!

La risa siniestra de Cynthia me erizó el bello de la piel, pero al mismo tiempo me hizo afirmar que debía activar aquel poder...

Sin embargo, un brillo por los aires llegó justo hasta la sien de Cynthia. La chica sonrió divertida y maniacamente, mirando de reojo la flecha, que dio de lleno con su sien. Sin embargo, la flecha siguió de largo, y un agujero en la cabeza de la rubia se formó. Las orillas del agujero pronto se llenaron de un fuego azul y su rostro se regeneró como si nada hubiese pasado. Su aura de fuego era más poderosa de lo que creía…

Brendan apareció detrás de ella, y varias flechas más pasaron por su cuerpo cual proyectiles interminables; no obstante, el resultado era el mismo, las flechas daban en su cuerpo, pero era como si éstas dieran contra las llamas de un incendio. Nada le hacían a la rubia que no había parado con sus golpes.

— ¿Otro niño terco, eh? —el tono irónico de Cynthia enfureció más a Brendan— Si sigues lanzado tus flechas terminarás como hace un rato. ¿O quieres eso?

El grito enfurecido de Brendan hizo que sacara una de las flechas rubíes de las que él me había comentado hace poco… de las que sólo usaba por emergencia. El sujeto lanzó la flecha a una distancia media de Cynthia, y ésta sonrió sabiendo que el resultado iba a ser el mismo… pero se equivocaba.

La flecha dio de lleno con su pecho, y el gran peso del arma la mandó a volar varios metros hasta que ésta fue lanzado mucho más lejos de lo que creía haber previsto. La chica llegó hasta estrellarse en una gruesa torre del Castillo Esmeralda, aunque el choque no rompió el muro de la torre por completo, mas la flecha quedó clavada sobre su vientre y a través del muro.

— Te tardaste —le confesé al del gorro albino que refunfuñó, y estaba un tanto debilitado por haber gastado casi todo su poder aural en la última flecha.

— ¿Y tú? —el chico notó que yo no tenía un brazo y tenía varias quemaduras graves, así como la vida a la mitad— Parece que necesitas ayuda después de todo.

— Es que aun no he activado eso…

— ¿Y qué esperas? —Brendan dio un enorme salto y tensó dos de las flechas rubíes en el aire nocturno.

Súbitamente cerré los ojos. La meditación en mi interior me tomó una cuestión de segundos, pero cuando abrí nuevamente los ojos, estaba en otro mundo… otro mundo muy lejano, pero a final de cuentas seguía siendo virtual.

— Ayúdame… por favor.

El mundo aural me sentía bien. Ahí tenía mis dos brazos, no tenía ningún tipo de quemadura, y me sentía más energético que nunca. La silueta de un enorme Pokemon se hizo presente en medio de una oscuridad completa. Al darse cuenta que se trataba de mí, éste asintió.

— Es por defensa propia, nada más…

El poder fue aprobado por aquella voluminosa y magistral silueta. El enorme Pokemon lanzó un rugido al aire y entonces abrí los ojos para volver al Castillo Esmeralda.

Noté que Cynthia se había reincorporado y había lanzado una gran lengua de fuego cobalto que Brendan evitó con el par de flechas que lanzó. Los rubíes tocaron las llamas azules y éstas se transformaron en más rubí. Brendan sujetó las grandes piezas de rubí que antes eran fuego y se guardó unas al carcaj. Cynthia estaba detrás de él ya en esos momentos, y le golpeó fuertemente en la espalda con un ascuas azulino que lo mandó de vuelta al suelo del castillo.

Mis ojos brillaron en medio de la noche, y la rubia se dio cuenta de ello. La chica, necia de poder, comenzó a lanzar varios golpes de fuego que dieron conmigo, pero éstos no me hicieron nada, desvaneciéndose al momento de tocar mi cuerpo. Comencé a volar y me situé detrás de Cynthia, lanzándole un puño que quitó 20% de su vida. La chica fue lanzada más allá, donde la torre más alta del castillo estaba. La rubia aterrizó ahí a duras penas, pero yo no le di ningún tipo de respiro. Los golpes comenzaron a invadirla, en el vientre, en el rostro y en todo su cuerpo. Ella resistía fríamente, bloqueando mis golpes a una velocidad increíble. Su túnica pronto cayó por el aire y entonces una gran bocanada de fuego salió de la palma de su mano. El fuego fue como una gran ola; más alta que la de un tsunami, y carcomió toda la torre en la que estábamos, así como casi todo el castillo entero. Parecía increíble que de la palma de su mano fuera expulsado todo aquel fuego, pero lo increíble de todo es que a mí no me hacía nada. El fuego ni siquiera me tocaba, puesto que mi aura blanquecina me protegía ésta vez de todo.

Y entonces, Brendan actuó desde abajo al lanzar una flecha que dio con una de sus piernas. La chica paró de lanzar su ola ardiente color azul, y miró que la flecha había clavado sus pantalones holgados negros. Cynthia intentó zafarse, pero el rubí ya había crecido sobre su pierna hasta cubrir gran parte de su muslo. Entonces, preparé uno de los más poderosos y grandes puños que había preparado en toda mi vida en PBO, y un aura blanquecina concentrada en los nudillos de mi mano brillaron más que el mismo fuego de Cynthia. Por primera vez había visto sorprendida a la rubia, que sabía que iba a morir con uno de aquellos golpes.

Pero sucedió algo que me hizo parar: Un gran aura celeste había envuelto a mi compañero. El poder con el que el golpe aural había llegado a Brendan había sido tanto, que lo mandó volar varios metros hasta caer encima del techo más alto, justo donde nos encontrábamos yo y mi enemiga. El chico quedó inconsciente en el acto, y de ahí apareció Paul cargando a un Drew que apenas estaba despertando. El sujeto estaba envuelto en su aura celeste, pero parecía más furioso que nunca. Quise reaccionar, pero el chico encerró el cuello de Brendan con uno de sus antebrazos, al igual que lo hacía con un Drew inconsciente con el otro brazo. Un pequeño golpe aural de Paul bastó para romper el rubí que crecía por la pierna de Cynthia, y ésta se vio liberada. Yo retrocedí algunos pasos, dándome cuenta de que la invulnerabilidad había terminado finalmente, causando un pequeño sacrificio de un 20% de mi vida, dejándome en un estado crítico.

— Ríndete, o mato a estos dos —dijo Paul furioso— Basta con un apretón a su garganta.

Yo no tenía nada que decir.

— Puede que sean beta, pero la gente no dejarán que se conecten de nuevo.

Paul tenía razón. Cynthia sonrió fríamente, borrando cualquier rastro de sorpresa. La chica se acercó a Brendan y le levantó el mentón. El chico sangraba de la frente, y parecía que iba a morir si no hacía algo rápido, pero ya no había nada más que hacer.

— Sería una pena que estos dos murieran por tu culpa —Cynthia tramaba algo… sé que lo hacía.

— ¿Qué es lo que quieres? —Le cuestioné.

— Únete al Gremio Rocket.

No respondí.

— Eres fuerte, he de admitirlo. Además, ¿crees que no sé tu relación con uno de los miembros del Gremio Rocket? Te vendría bien una reconciliación.

Seguí en silencio. Mi aura blanquecina dejó de rodearme. Agaché la cabeza y suspiré.

— Y si lo hago, ¿los dejarás libres?

— Tienes mi palabra —su voz no parecía confiable, pero aun así me arrodillé en el tejado de la torre puntiaguda, y seguí con la cabeza gacha.

— Me… me rindo.

— Despiértalos —dijo Cynthia a Paul y éste apretó un poco el cuello de los chicos. Ambos despertaron de golpe, al principio no sabiendo lo que pasaba, pero Brendan recobró la memoria.

— ¡Shigeru! ¡Mátala! ¡Es tu oportunidad! —gritó Brendan, pero él no sabía que me había rendido.

— Escuchen los dos… —Cynthia se acercó a ellos, que intentaban forcejear— Su amigo ahora formara parte de nosotros. No los mataremos con la condición de que no hagan nada estúpido ¿de acuerdo? Si descubro que salen de este estúpido castillo, mataré a tu pequeña amiguita —la rubia miró a Brendan con una mirada amenazante—. En cuanto a ti —su mirada se dirigió a Drew, que estaba más asustado que nadie—,… te quitaré del poder en menos de lo que un cante un Dugdrio. Sé que Masato te cedió el poder, pero eso no significa que controlarás como te plazca este gremio.

— ¿Q-qué? ¡Shigeru, mátala! —insistió Ruby.

— Su amigo ya no será más su compañero.

— Es cierto —me paré y miré a Brendan con unos ojos sombríos— Ella ha ganado.

La chica rubia se acercó a mí. Se me quedó observando a que esperara a que hiciera lo que debía de hacer: Abrí el menú de mi juego, escogí la opción de Gremio y presioné Salir del gremio

Un letrero apareció sobre la frente de Drew: El miembro Shigeru ha salido del Gremio Esmeralda

Cynthia dibujó una sonrisa fría en la comisura de sus labios. La chica abrió el menú de su juego y me invitó a formar parte del nuevo gremio.

¿Deseas formar parte del Gremio Rocket?

No me quedó otra alternativa. Aun así fui parte de aquel nuevo gremio, al lado de mi barra de vida seguía sin emblema alguno, como si aquel fuese algún gremio invisible o algo por el estilo.

— Vámonos. Hemos ganado… Tendremos otra oportunidad para capturar a Satoshi —confesó Cynthia. La chica tomó un cristal de teletransportación y junto con Paul y yo, fuimos a otro nivel.

Lo que nadie sabía, es que en realidad la que había perdido era ella:

La UEO por fin tendría a su nuevo espía.


Y sí, debo confesar que mis personajes favoritos son Cynthia y Gary. Nos vemos.


Próximo capítulo: La rehén de N