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Después de la partida de Yamcha, Bulma había seguido su consejo, había pensado mucho en la relación que habían tenido, si tenía sentido esperarlo o si lo mejor sería… olvidarlo.
Mira Bulma, por fin, ahora la cápsula de entrenamiento es diez veces más resistente.
El doctor Brief se veía realmente emocionado al pie de la cápsula de graved.
– Eso es bueno, así no se le volverá a desplomar a ese cabeza hueca.
– A menos que aumente considerablemente sus poderes, no.
– ¿Y si los aumenta?
– Haremos nuevos ajustes – acaricia al gatito que lleva en el hombro.
Bulma no podía entender como tenía tantas consideraciones con aquel saya, tal vez era el reto que representaba, tal vez era que buscaba el peligro en tenerlo ahí, o tal vez, era porque lo consideraba un hombre muy solitario y con una gran frustración.
– ¿Y dime Bulma, dónde esta Vegueta? Debe venir a probarla cuanto antes.
– No lo se, pero iré a buscarlo, mientras más rápido la pruebe, más rápido dejará de molestarme; ya me tiene harta, se la pasa diciendo: "¿Ya esta lista¿Cuándo terminan? Tengo hambre"… Eso me da una idea, (debe estar en la cocina)
Bulma parte en busca de Vegueta. El primer lugar en el que lo busca es la susodicha cocina, pero para su sorpresa no se encuentra ahí¿dónde estar�?
– (Lo buscaré en su habitación, aunque, tal vez salió, siempre se va sin avisar, es un maleducado, debería tener la decencia de decir si va estar o no para que una chica tan linda como yo no lo tenga que andar buscando)
Sube las escaleras en dirección al su recamara, como ya era un poco tarde tal vez ya había cenado y estaba descansando. Tocando a la puerta:
– Vegueta¿estas ahí? Ya esta lista la cápsula para que la pruebes. ¿Vegueta me escuchas? (¿Estará dormido?)
Bulma abre lentamente la puerta y cuál sería su sorpresa que en efecto, el principito estaba dormidito, dormidito.
– (Sí lo pensé, pero lo cierto es que no esperaba que fuera verdad… parece tan tranquilo, debe de estar agotado, después de todo no había parado en todo este tiempo)
Ella sale de la habitación mientras piensa lo lindo que se veía ahí dormido, después de todo no muy a menudo puedes ver al guerrero sayajin durmiendo tranquilamente. Sin embargo, Vegueta no estaba profundamente dormido y escuchó la puerta cuando Bulma la cerraba.
– (Esa mujer es extraña, de ser por ella me hubiera despertado, pensé que lo haría, pero mejor, dejaré el entrenamiento para mañana, ahora sólo quiero… no pensar más)
Desde hacía algunos días Vegueta notaba el extraño comportamiento de Bulma, tal vez era porque Yamcha se había marchado, pero el caso era, que ya no lo mandaba tanto, y muy en el fondo sentía remordimientos porque no había dejado de atosigarla desde que se había marchado ese insecto, como él le decía. Además, la partida de Yamcha hasta cierto punto le alegraba, no tendría que verle la cara en un buen tiempo y no entendía la razón, pero estaba más tranquilo.
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– Buenos días mi estimado Vegueta
Era una mañana despejada y clara, hacía días que el sol no estaba tan brillante, sus rayos se reflejaban en unas gafas obscuras.
– Hasta que te levantas
Bulma y su madre estaban tomando el sol en el jardín. Vegueta acababa de llegar y se dirigía -adivinen a dónde- a la cámara de gravedad. Y antes de seguir con su camino se detuvo un momento frente a las mujeres, no podía negar que aquella terrícola se veía muy bien con tan poca ropa.
– Traía un traje de baño cualquiera, lo que pasa es que ese hombre no sabe ni como se llama eso y la verdad dudo que le importe
– No me digas que esperabas por mi.
– ¿De qué hablas Vegueta? El único que espera por ti es mi padre, será mejor que te des prisa o Goku seguirá superándote.
– Insolente, cómo te atreves, ese imbécil de Kakarotto nunca me ganará.
Tal parece que Vegueta se había equivocado, Bulma seguía igual de impertinente, pero parece que disfrutaba con el hecho de hacer renegar al hombre aquel.
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Desde aquel día Vegueta no dejaba de entrenar, sólo paraba para comer, bañarse y dormir un poco, aunque estos dos últimos puntos, si podía se los saltaba.
– Me pregunto… además de bañanrse… debía ocupar el baño para algo más ¿no?
Como sea.
– Ese hombre esta loco de remate, se va a morir antes de poder convertirse en super-sayajin, no para – Bulma caminaba con los brazos cruzados y con el ceño fruncido.
– Hija, creo que deberías hablar con el joven Vegueta.
– Sí, lo convenceré de dejar ese entrenamiento por un rato, pero con qué pretexto, no va querer salir de ahí ni a patadas, y todavía no es la hora de cenar…
– Puedes invitarlo a salir. ¿Por qué no tienes una cita con él?
– ¿Qué, una cita? No se que tan buena idea pueda ser.
– Ay hija vamos, el joven Vegueta es muy apuesto y fuerte, si yo fuera soltera lo invitaría.
Bulma pensó que aquello era un poco descabellado, pero podría dar resultado, además era una buena oportunidad para conocer más a fondo a Vegueta, después de todo no parecía tan malo.
– ¡Vegueta! – Hablando a la cápsula a través del monitor.
– ¿Qué quieres mujer, no ves que estoy ocupado?
– No hay nada para cenar, y bueno, mi auto no sirve sabes, tampoco la nave y, yo sola no puedo con las bolsas, y…
– Quieres que vaya contigo –Diciéndolo en un tono de supocicíon y fastidio.
– No tardaremos, además la comida es para ti, sino tendrás que salir a cazar algo.
– Grrrr.
– ¿Y bien¿Qué dices?
– Que sea rápido.
– Voy para allá.
Dicho esto Bulma salió de la casa meditando en todo lo que tuvo que inventar para sacarlo de ahí.
– Si tu auto no sirve y la nave tampoco¿cómo esperas que vayamos?
– Parece que intenta safarse de acompañar a Bulma.
– Pues, volando – inquirió Bulma.
– ¿Volando?
– Así es, tú me llevarás volando.
– Si no hay más remedio.
– Uy si, que sacrificado.
– (Esa voz empieza a fastidiarme)
– (Mejor me callo antes de que muera)
En menos de lo esperado Bulma se asía del cuello de Vegueta y éste la sujetaba firmemente mientras iniciaba el vuelo.
– (Ya había volado con otras personas antes, pero, el volar con Vegueta es algo diferente, pensé que me estrujaría y que no sabría como llevar a una dama, en cambio… se siente bien)
– (En definitiva, esta mujer es extraña; bueno necesitaba un descanso de todas formas)
El aire pegaba fuertemente en el rostro de Vegueta, el cual parecía inmutable, y al mismo tiempo alborotaba el cabello de Bulma, que había dejado desde hace rato de mirar al suelo, prefirió enterrarse en el pecho del saya.
– Que conveniente… Sí aunque no lo quieran ¡ya regresé!
– ¿Vamos al centro comercial? – preguntó Vegueta.
Levantando la cabeza – ¿Eh? (Lo había olvidado, le mentí para que saliera conmigo, adónde lo llevaré… ¡Ya lo tengo!)
En un tono un poco rudo – No piensas contestarme porque yo si pienso soltarte.
– No seas así, lo lamento ¿de acuerdo? Iremos al centro comercial sí, pero antes, quiero que me lleves al parque de diversiones.
– �¿ Parque de Diversiones !
– Sí, esta en aquella dirección lo ves, allá donde hay muchas luces y ruido.
– �¿ Qué demonios es un parque de diversiones !
– ¿Cómo que qué es? Llévame y lo averiguarás.
– ¿Por qué siempre un Parque de Diversiones¿No pueden ir a una Feria o a las maquinitas? Tal vez de picnic, naaa, todo eso también ya esta muy trillado, bueno, bueno váyanse ya al susodicho parque.
Hmmm, pues bien, Bulma llevó al pobre Vegueta al parque y le hizo prometer que ocurriera lo que ocurriera, no usara sus poderes, no destruyera nada y no matara a nadie.
Después de subir a no se cuantos juegos…
– ¿Qué te ha parecido, verdad que es divertido Vegueta?
– Estoy mareado, todas esas máquinas y esa montaña… es horrible.
Riendo a carcajadas – Ja, esto si que tiene gracia, el príncipe de los sayajins se mareo con la Montaña Rusa.
– ¡Burlate todo lo que quieras mujer dentro de poco no podrás hacerlo más!
– Vamos Vegueta –riendo un poco aún– no te enfades tanto, era broma, mira mejor nos subimos a la Rueda de la Fortuna.
– Bien, porque fortuna es lo que necesitas.
Bulma agarra a Vegueta del brazo y lo jala hasta el juego. Ya arriba…
– ¿No te parece que la vista es magnifica?
– Bah
– ¿Qué nada te agrada?
– Sí, me agrada pelear, ganar y matar a seres inferiores.
– Eso sonó patético, matar, deberías olvidarte de pelear por un momento y mirar a tu alrededor, valorar lo que tienes; hey después de todo estas vivo.
– Pero que melosidad
– Sólo vivo para combatir y no espero que una mujer tan insignificante como tú lo entienda.
– ¿Insignificante¿Si te parezco tan insignificante por qué sigues en mi casa? Yo te diré por qué. Porque no tienes a donde ir, no tienes quien te ayude ni a quien acudir, resultas ser más insignificante tú de lo que soy yo.
– �¿ Cómo te atreves a decirme eso insolente !
– Esto es un deja vu (¿acaso no tendrá otra frase que decir?)
– Mira quien lo dice, tú eres el insolente, cómo te atreves a levantarme la voz, a la única persona que te ha tendido una mano, eres un malagradecido y un maleducado.
Vegueta miraba retante a aquella mujer que se atrevía a hablarle de aquel modo, pero Bulma le sostenía la mirada retándolo de igual manera, hubo un gran silencio y luego Vegueta volteó la cara. Ya no era el mismo o por lo menos no lo era con aquella terrícola; antes, podría haberla despedazado por menos que eso, pero ahora, estaba aceptando que todo lo que ella decía era verdad, no tenía a donde ir, y con ella tenía todo lo que necesitaba, hasta compañía.
– Parece que lo has comprendido, no espero recibir respuesta o disculpa de tu parte, pero me alegro de que no hicieras explotar el juego.
Hasta cierto punto eso le causo gracia al saya, quien volvió la cara y miró de nuevo a aquella mujer terrestre.
– Tus ojos… son azules.
– ¿Perdón? – Bulma se había quedado con cara de interrogación, al parecer aquello sí le había afectado al pobre hombre, aunque por otro lado, lo consideró un alago: el príncipe se había fijado en el color de sus ojos.
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El recorrido llegó a su fin, Bulma estaba agotada de tanto ajetreo y en el vuelo de regreso se quedó dormida.
– El centro comercial ya debe estar cerrado, que bueno que comimos en el parque ese; un lugar muy ruidoso.
– Mmmm…
Volteando a ver a Bulma – Qué mujer tan tonta, ya se durmió, ni que hubiéramos recorrido el mundo a pie… –viéndola detenidamente– (tengo que admitir que es hermosa, pero muy fastidiosa)
Llegando a la Capsule Corp. Vegueta sube hasta el cuarto de Bulma y la recuesta en su cama, se queda un momento observándola y luego se va, pensándolo bien, él también esta cansado.
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– Hija, hija despierta.
– ¿Mam�? – soñolienta – ¿qué pasa?
– Cuéntame como te fue con tu cita de anoche, cómo te fue con el joven Vegueta.
– Creo que bien, pero es muy temprano¿qué hora es?
– Hora de que me cuentes con detalle.
Estirándose – Ya te dije que bien, aún estoy viva no me ves, la verdad es que estamos… conociéndonos mejor.
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Notas de autorOk, ok. Se que a estas alturas se estarán preguntando xq cambié la manera de escribir en este fic. La verdad es que estoy probando, xq cuando lo escribí por vez primera lo hice a manera de guión (ya saben nombre: lo que dice) en fin, aún no me acostumbro y estoy buscando la manera primero, de no romper más las reglas, y segundo, de que sea más agradable tanto de vista como a la hora de leerlo. Este capítulo no lo alargué ya que así me gusta, pero trataré de agregar más en el que sigue.
P.D. Espero que esta vez si salga todo como lo pongo xq de repente el programa en el ffnet cambia todo o no pone todos los signos, de no ser así pues, ustedes disculparán, tal vez pruebe eso de convertir mi archivo en página web, bueno, como sea.Nos leemos en el próximo capítulo.
