Capítulo 3: Admitir que me interesa.

Después de aquella aventura en el Parque de Diversiones, Bulma pensaba que sería buena idea salir con Vegueta de vez en cuando, así que inventaba pretextos tontos para sacarlo de sus entrenamientos y llevarlo a distintos lugares; para ella era muy divertido ver las reacciones del saya con cada nueva cita, se notaba que no estaba acostumbrado a hacer otra cosa que no fuera combatir...

En alguna cafetería.

– ¿Y dime Vegueta, alguna vez tuviste novia? – Bulma pregunta sin tratar de demostrar demasiada curiosidad.

– ¿Novia? Si te refieres a una mujer, he tenido muchas.

– No, no me refiero a mujeres, me refiero a alguien que hayas querido y que hubiera un compromiso más grande entre ustedes.

– No, no he querido a ninguna.

– Eres peor de lo que yo pensaba ¬ ¬

– No tengo tiempo de querer a nadie, ni siquiera pienso en el asunto.

– ¿Acaso sabes lo qué es querer?

– Grrrr

– Ahí vas a gruñir otra vez

– Pues deja de cuestionarme mujer.

– Por un millonésima vez, mi nombre es Bulma.

– ¿Por qué no traen la comida? Ya quiero regresar a entrenar.

– Definitivamente eres un caso perdido.

El tiempo pasaba, Bulma se dedicaba a sus inventos y a molestar a Vegueta, hacía tiempo que no veía a nadie más, todos entrenaban sin descanso y no tenían tiempo para visitas o reuniones, sólo al maestro Roshi o a Milk (Chi Chi) los había ido a visitar un par de veces, hasta que encontró otra forma de entretenerse: el trabajo y Vegueta. Ya ni siquiera pensaba en Yamcha.

Vegueta se encontraba entrenando en la cámara de gravedad mientras pensaba:

– (No entiendo por qué esa mujer quiere salir conmigo, sólo me molesta, así nunca terminaré con mi entrenamiento… y por qué demonios estoy pensando en ella.)

Vegueta creía estar volviéndose loco, ya que ahora a parte de pensar en: "maldito Kakaroto, combate, maldito mocoso, entrenamiento, maldito Kakaroto, comida, maldito mocoso, maldita sea"; ahora pensaba también en Bulma.

– En definitiva esto tiene que acabar, no más interrupciones, debo poner punto final a tantas tonterías.

El príncipe sale de su cámara de gravedad y se dirige con paso firme al laboratorio de la Capsule Corp...

– ¿Qué quieres qué? – pregunta extrañado el dr. Brief.

– Lo que escuchó.

– Bien, bien, pero me tomará unos cuantos días.

– No importa; entrenaré mientras tanto en las montañas.

Vegueta sale del laboratorio y se cruza con Bulma que venía de hacer algunas compras.

– Hola Vegueta – Ella saluda de muy buena gana.

Vegueta solo se limita a mirarla por un momento y sigue su camino de regreso a la cápsula de entrenamiento.

– (Ese Vegueta aún no aprende nada de modales, es el colmo.)

Al día siguiente.

– Papá ¿qué haces?

– Ah, hola Bulma solo unos cuantos ajustes a la cámara de gravedad.

– ¿Dónde esta Vegueta?

– Dijo que entrenaría en las montañas en lo que termino con esto.

– Ese hombre no tiene llenadera, no se sacia con nada. ¿Ahora que se le ocurrió?

– Pues, dice que quiere una cama y un baño, parece que se encerrará aquí, y sólo saldrá para comer.

– Esta demente, tal vez ya ni para eso salga, ashhh. Pues voy a hablar con él, no puede estar pensando en excederse de esa forma.

– Pues yo creo que deberías dejar que haga lo que quiera hija.

La verdad es que Bulma no quería aceptar que lo que le decía su padre tenía sentido, aquel hombre era un terco y un loco igual que Goku, definitivamente aquella raza era una llena de dementes y sólo esperaba que el pequeño Gohan no se convirtiera en un loco más.

Pasaron los días y Vegueta por fin regresó para ver si habían terminado, pero no, todavía faltaban algunos detalles.

– No te preocupes Vegueta – El Dr. Brief le daba la espalda al saya mientras veía cuidadosamente a su alrededor – sólo falta decidir en donde voy a poner el estéreo.

– ¡Pero si yo no pedí tal cosa!

– ¡No seas rudo con mi padre, después de todo ha hecho mucho por ti, mira que pedirle tantas tonterías!

Bulma acababa de aparecer en escena y se había colocado una mano en la cintura y parecía tener la actitud de: "Si quieres broncas ponte conmigo".

– ¡Qué mujer tan enfadosa eres!

– ¡Y tú eres un desquiciado!

– ¿Entonces…? – comenzaba a preguntar el Dr. Brief mientras Vegueta y Bulma voltean para verle – ¿…dónde pongo el estéreo?

Típica escena donde los personajes caen al suelo.

– Papá… ponlo… donde mejor te perezca.

– ¡Pero yo no quiero tal cosa! – insistía Vegueta de nueva cuenta.

– Guarda silencio, no lo prendas y ya – le contesta la chica.

Después de esto Bulma se va, el dr. Brief seguía divagando y Vegueta se había quedado más que molesto.

Pasó algún tiempo…

– ¿Cuánto tiempo ha pasado ya!

Ejem, pasó el tiempo, no sé, poco tiempo, y sí, en efecto Vegueta no salía ni para respirar…

O no, si no respira se va a morir O.o

Ejem, es una expresión. Bien, lo que quiero decir es que no se le veía ni el polvo, y si tenía hambre, salía a horas a las que sabía que no se encontraría con nadie; también le había pedido al padre de Bulma que desconectara el monitor, no quería ninguna interrupción, de ninguna índole.

– Ahora sí. Si murió, nunca lo sabremos – Comenta Bulma.

– Eso mismo pienso yo.

– Que lástima, hace tanto que no veo al apuesto Vegueta – se lamentaba la madre de Bulma.

– Pues ni tan apuesto, además es un tonto, mira que encerrarse ahí, digo, ya lo hacía, pero salía de vez en cuando… (¿será que lo extraño?). Ay no.

– ¿ "Ay no" qué hija?

– Nada madre… nada.

Tal parecía que a Vegueta no le verían en un buen tiempo, por lo menos hasta que llegara la hora de enfrentar a los androides, pero lo que escondían en sus corazones, tanto Bulma como él, no podía esperar tanto.

En su habitación, Bulma pensaba: – (No puede ser¿lo extraño? Pero si es un bárbaro. ¿Será que me da lástima? No, es algo más, tal vez lo quiero, tal vez… ¿lo amo?)

Pues no sé si ella lo ama, pero yo si, ayyy, pero que cursi se escuchó eso, mejor olvídenlo, la verdad es que me gusta más Goku. Auch. Algo me golpeó, de acuerdo, de acuerdo ya no digo más.

– (No puedo estar interesada en él de esa forma) ­– la chica movía la cabeza en negación – no puede ser, esto no me puede estar pasando a mí, sería un locura, sería...) Mejor dejo de estar pensando tanto... porque empiezo a imaginar cosas... uy...

Me pregunto que se estará imaginando... si yo fuera ella, en esta situación, imaginaría... 0.0...

– T/T (Quienquiera que seas, deja de estar imaginando lo que yo estoy imaginando!)

Oye, es que tienes muy buena imaginación... °¬°

– ¡Basta!

Me quedé en la V, ya sé... ¡Vegueta!

– Noou, deja de jugar y déjame con mis pensamiento y mis imaginaciones¡búscate tu propia historia!

Pero que genio, bien me iré (a molestar a alguien más, ja, ja...)

Y, en otro lugar.

– ¿Por qué¿Por qué no puedo superar los poderes del sayajin ordinario? Esto no puede seguir, no puede ser que el príncipe de los sayajin sea superado por un soldado inferior, por ese maldito de Kakarotto, y el otro… ¡ya son dos a los que debo superar!…

Realmente Vegueta se encontraba frustrado, el no alcanzar los niveles que ahora tenía Goku era demasiado para él, además existía otro super-sayajin, y para rematar tenía sentimientos que no entendía, sentimientos que no quería, que prefería desechar, porque lo hacían débil, bueno, eso era lo que él pensaba.

– (Maldita Mujer, salte ya de mi cabeza, pensé que si no la veía, que si no la escuchaba dejaría de atormentarme, no quiero que esto interfiera. ¡Yo no la quiero!)

Para que pienses eso debes estar desesperado, deberías darte una oportunidad¿por qué no intentas quererla abiertamente?

– Otra voz que no quiero escuchar. ¡FUERA!

(Me iré antes de que perezca en el intento; lo que no sabe es quién tiene el poder, por lo menos en esta historia.)

Bueno, volviendo con Bulma y dejando a un lado a otras personas

Hey, no me dejen a un lado, merezco estar aquí y dar mi opinión.

No por ahora, el capítulo ya casi se acabó así que estate y permitenos terminar en santa paz, ya que en el siguiente, todo será diferente.

Oh sí, dímelo a mí, se me están ocurriendo tantas cosas...

Prosiguiendo con este capítulo y ahora sí, regresando con Bulma:

– ¡Mamá, me estoy volviendo loca!

– Pero que dices hija.

– No puedo pensar en cualquier cosa sin que termine pensando en él.

– ¿En quién?

– Pero si es un salvaje, un asesino que solo piensa en pelear.

– Te refieres a …

– Pues a quien va ser, a ese sádico de Vegueta.

– Pues si yo fuera más joven y soltera también pensaría mucho en él.

– ?

– ¿Por qué no vas a verlo?

– Porque eso sería… admitir que me interesa.

Notas de autor.

Muchas gracias por sus comentarios, todos (desde la primera vez que puse este fic) los tomo en cuenta. En el Capítulo anterior me preguntaban por qué Vegueta le dice a Bulma lo del color de sus ojos; eso es una observación de él, es decir, ÉL se FIJO en ella con severidad y se da cuenta por primera vez del color de sus ojos (y tal vez de otras cosas), pero bueno, esa era la intención, que ese hombre que tal vez ni recuerde los rostros de las mujeres con las que ha tenido algún tipo de relación, se haya fijado en ese tipo de detalles, de hecho yo lo considero un tipo de cumplido por parte de él. Recuerdo también que me habían pedido anteriormente que me extendiera en los capítulos, eso lo empecé a hacer en los últimos que escribí antes de corregir todo el fic, mi intención desde luego era hacerlo en los primeros también, pero no se me ha dado, así que los estoy dejando con la misma extensión, pero prometo esforzarme más.