Capítulo 6: Su nombre será Trunks.
–
Mientras Bulma tenía de vez en cuando esas conversaciones extrañas con su hijo...
– Más bien con su hijo pretendiendo ser Vegueta
Como sea, ...pasaba el tiempo y...
– Sí sí, pasó el tiempo y nació el bebé.
No, todavía no, pero faltaba muy poco...
– Que emoción hija mía, ya no falta mucho para que nazca el bebé. ¿Has pensado en que nombre le pondrás?
– No, la verdad no había pensado en ello, como quise que fuera sorpresa el sexo del bebe, pues no sé si será niño o niña, así que no había contemplado lo del nombre.
– Si es niño podrías ponerle como a tu padre y si es niña podrías ponerle como yo.
– Por fin voy a saber como se llaman.
– No lo tomes a mal mamá, pero no quiero que se llame como ninguno de nosotros.
– Lástima, pensé que Bulma los mencionaría.
– ¿Ni siquiera como Vegueta?
– No, ni siquiera como él
–Que bueno; sería el colmo que estigmatizaran al niño con tal nombre (digo, desde el rey Vejita que no tuvo un final muy decente que digamos) y además ese gañan anda dando vueltas por el espacio sideral, así que ni opinar puede.
Mientras conversaban sobre lo del nombre, Bulma y su madre habían estado decorando el cuarto del bebé el cual ya estaba lleno de toda clase de juguetes.
– Dirán artefactos irreales.
... eh... Como se iba diciendo, aquella habitación empezaba a tomar forma y no tardaría mucho en recibir a su ocupante. De hecho no tardaría nada, nada.
–
Un cielo plenamente estrellado se dejaba ver a través de una pequeña ventanilla.
– ¿Peeerrrrrdoooón, ya cambiamos de histeria, que diga, de historia o qué?
Ah, caso perdido. Retomando. Un cielo plenamente estrellado se dejaba ver a través de una pequeña ventanilla. Si sus cálculos eran correctos llegaría justo a tiempo, claro, si sus susodichos cálculos y la información concordaban. Vegueta había hecho su propio plan, había marchado de la Tierra no sin antes tomar dato del nacimiento de su hijo, podía parecer despiadado y engreído, desligado y malhumorado, pero a final de cuentas era un individuo como cualquier otro y, por muy malo que pudiera ser, tenía sentimientos, así como responsabilidades y su mismo orgullo no lo dejaba deshacerse de ellas tan fácilmente.
– (He conseguido lo que buscaba en el espacio, ahora soy un super-sayajin, he alcanzado un nivel superior de fuerza, nadie puede detenerme, y tal vez debería entrenar más por el universo… sí, regresaré a las estrellas, pero no sin antes conocer a mi hijo.)
La nave espacial en que viajaba el príncipe sayajin se dirigía a toda velocidad de regreso a la Tierra, esperaba llegar a tiempo...
–
Mientras tanto, en el planeta azul, se escuchaba una gran algarabía dentro de la Capsule Corp.
– No encuentro la cápsula que contiene la nave – con una actitud de total serenidad el Dr. Brief acariciaba a su gato mientras meditaba sobre el paradero de la cápsula.
– Querido búscala bien en las bolsas de tu bata – Le sugería la Sra. Brief.
– ¡AÚN NO ENCUANTRAN LA MALDITA CÁPSULA? – Exclamaba Bulma en una total desesperación.
– Cálmate linda, llevamos buen tiempo – Le decía su madre.
– CALMADA ESTOY QUE NO ME VES. ¡DÍCELO AL BEBÉ NO A MI!
– No pasa nada respira profundo, enseguida partimos al hospital – La Sra. Biref hacía ejercicios de respiración para su hija.
– ¡AAAAHHHHH¡YA NO AGUANTO MÁS ESTO!
¬ ¬ Pues como que a Bulma le valen los ejercicios de respiración, de tanto gritar se le va a ir todo el aire.
– Vamos hija, eres una muchacha fuerte – El Dr. Brief seguía jugando con el gatito en su hombro y éste a su vez llevaba algo en su diminuto hocico y que se ayudaba a sostener con sus patitas de vez en vez.
– Mira cariño, mira lo que Tama trae en la boca – Señanala la Sra. Brief.
– Oh sí, se lo di para que no se me perdiera, le pedí que lo sostuviera hasta que encontrara la cápsula.
– Pero Querido, esa es LA cápsula.
– ¡AAAAAHHHHHHG!
Con todo el alboroto nadie se percató de la llegada de la nave espacial en que viajaba Vegueta, la cual hacía su aterrizaje en una de los patios de la corporación.
Al mismo tiempo que entraba el malhumorado de Vegueta (el cual pensaba que por lo menos sería recibido por alguno de los despistados de la corporación) los señores Brief salían a toda prisa cargados de cosas (entre ellas Bulma desde luego).
– Joven Vegueta que tal – La Sra. Brief pasa de largo.
Bulma sólo se enfocaba en su dolor así que lo de Vegueta le pasó de noche.
– ¿Pues no que mucho esperar a que regresara? Regresa y ni lo pelan. Esto es el despiste total.
– Es bueno verte muchacho – El Dr. Brief se detiene un momento para saludar a Vegueta.
– ¿Qué rayos está sucediendo? – Pregunta Vegueta con un tonito que no se sabe si está enojado o su curiosidad suena como a enojo.
¬ ¬ pues si es la segunda da lo mismo que haya sido la primera.
– Joven y apuesto Vegueta – Volviendo con todo y cachivaches – es que vamos de camino al hospital.
Vegueta, con la expresión en el rostro de '¿Al hospital?', pronto se da cuenta de por qué era tal alboroto al ver a Bulma retorciéndose de dolor y tratando de mantener su respiración. Vegueta se acerca lentamente a ella y la carga en brazos.
– Me pregunto si no le pesará más de lo usual ¿lo habrá notado?
– ¿Dónde queda ese hospital? – Pregunta Vegueta.
Los padres de Bulma le indicaron como llegar y el saiya les dice que se verán allá. Vegueta emprende el vuelo sujetando fuertemente a Bulma quien (espero que ya estés contenta autora) no podía creer que ese atolondrado estuviera ahí, con ella y con su bebé.
– Sí muchas gracias ya era hora de que me prestaran atención.
– Vegueta… – Bulma decía aquel nombre en forma tranquila e incrédula.
– Creo que regresé justo a tiempo. Y dime… ¿me esperabas? – preguntaba Vegueta; de nuevo, no se sabía si en serio, en broma, o
– o – si era una grabación que alguien más le hizo el favor de prestarle, ¬ ¬ xq la verdad sonó como argumento barato.
– GGGHHH Para GHH serte AHHH sincera AGHH No.
– Hm.
– Pero me alegro GGGHH mucho de que AAGGHHH estés aquí conmigo porque, GGHH la verdad, AYYYYYYYY ya me había resignado.
Cuando Bulma se refirió a resignarse, no era del todo sincera, en el fondo deseaba que Vegueta estuviera ahí y más que resignarse se había hecho a la idea de que no sería de la manera en que deseaba, pero ahora todo era distinto.
– AAAAAAAAAAAAAAAAAGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!
– Oye, deja ya de gritar o voy a soltarte.
– AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!
– Bien ya ni siquiera eso funciona.
– Pero que dulce es para calmarla.
– TT Más vale que no le sigas tú también, tengo suficiente con Bulma.
– Alright, alrighty
Llegando al hospital, y (la verdad) típico de los seres histéricos y poderosos, Vegueta hizo volar la puerta y exigió a los alterados y espantados doctores que se hicieran cargo de Bulma. Ella por su parte antes de ser llevada en la camilla le dio un buen zape a Vegueta por ser tan atolondrado.
Una de las enfermeras le preguntó que si él era el padre y Vegueta hizo cara de "qué hay alguien más que pueda ser" por lo que la enfermera prosiguió y lo alentó a presenciar el nacimiento del bebé. Esto si que no se lo esperaba, nunca en su vida había visto nacer a un bebé.
– Sinceramente espero que no se desmaye, después de lo de la montaña rusa se nota que hay cosas que en verdad el afectan.
– ¡Cómo se pone esto!
Vegueta trataba de ponerse la bata que le acababa de dar la enfermera sin éxito alguno hasta que le hizo un par de nuevas mangas y un nuevo agujero para la cabeza.
– o sea que la rompió toda todita.
Ejm
– Hey por cierto ¿para que es la línea punteada de arriba, como que a Vegueta le faltó algo por decir no? Ah ¡ya se! Es para jugar al ahorcado y seguramente es lo que está sucediendo entre Vegueta y esa bata XD
Haciendo un breve paréntesis, la explicación de la línea punteada es porque no se pueden decir (bueno escribir) palabras demasiado altisonantes, así que se deja el espacio abierto para que se coloque la que mejor convenga.
– Pero que
Continuando, y dejando atrás las ediciones; Vegueta por fin pudo "ponerse" la bata, el tapabocas y un "gorro". Este último también fue del desagrado del saya ya que le quedaba volando en lo más alto de su puntiagudo peinado.
– Ja ja ja ja ja j…
– Si osas pronunciar un ja más utilizaré este gorro para envolver lo que quede de ti después de haberte pulverizado.
– (Bien, creo que Vegueta está algo perturbado… pero que digo, siempre lo ha estado ).
Todo lo que estaba sucediendo era ridículo, pensaba el príncipe, de haber sabido mejor ni regresaba.
–
Ya en el quirófano
– Au, cómo que en el quirófano; qué no se llama de otra manera; ni que la fueran a cortar o algo.
Bulma trataba de mantener su respiración –
– Con que me ignora.
Y de no pensar en el dolor que sentía –
– mmmmmmmmmmmmmmmmm
De hecho dejó de pensar en su dolor por un instante al ver entrar a Vegueta en el cuarto. Primero fue sorpresa y luego tuvo ganas de botarse de la risa al ver a su queridito con tales garras (dicho literalmente). Vegueta por su parte tenía el entrecejo más fruncido que nunca y su mirada había paralizado a todos los presentes (con excepción de Bulma que ya le conocía esa miradita).
Los doctores y enfermeras prosiguieron con su trabajo (no sin dejar de sentir cierto escalofrío recorriéndoles la espalda) mientras los padres de Bulma veían todo desde el otro lado a través de un cristal.
–
La labor de parto llevaba ya bastante tiempo y Vegueta ya empezaba a impacientarse, tenía ganas de sacar a ese bebé él mismo.
– Me pregunto… ¿No le dará cosa a Vegueta que estén manoseando tanto a su dizque mujer?
Eso es absurdo, y no tiene nada que ver con esta historia… por favor que sea omitido el comentario anterior…
– Pero que genio, bien, bien ya no haré comentarios así -- gomen
–
Bulma estaba haciendo su mayor esfuerzo y lo bueno era que su umbral del dolor era bastante alto, porque la verdad este pequeño estaba dando más trabajo de el esperado.
¬ ¬ a quien se parecerá
Por otro lado, los padres de Bulma estaban realmente preocupados por esta tardanza.
– Ay querido, esto ya lleva mucho tiempo. ¿No será que los de la raza del joven Vegueta necesitan algo diferente para poder nacer?
– Mmm, tal vez tengas razón querida, pero yo creo que entonces debería ser al revés.
– ¿Al revés, que quieres decir querido?
– Que entonces, debería nacer rápido, veloz sin mucho problema querida.
– Aghhh, pero que melosidad, tanto querido y querida me están dando nauceas.
– Pero querido...
– Ah y por cierto, eso de veloz como que está fuera de lugar, sí yo también pienso que esto no debería estar tardando tanto, pero eso de veloz me suena como a Capitán Centella .
Cómo aquí tal vez alguien muera de diabetes, y a parte, no es bueno interrumpir a los demás, volvamos con Bulma y Vegueta.
– Errrr... Bulma, si quieres yo sacó al bebé, tal vez ya se atoró.
– Vegueta... deja de decir tonterías... el bebé ya viene así que... ¡Déjalo, déjame y deja que los doctores haga su trabajo!
– Pero que dejado
– Grrrrrr... ¡Ya estoy harto, ya lo quiero ver, por qué tarda tanto en salir de ahí!
– T.T Vegueta... ¡no me estés apuntando con el dedo!
– Sí, además de ser de mala educación, se le puede salir un rayito y adiós a todosBulma estaba realmente furiosa con el comportamiento de Vegueta, era demasiado el esfuerzo que estaba haciendo como para aparte tener que soportar tantas tonterías así que le lanzó una miradita que provocó una energía más maligna que todas las que hubiera sentido Vegueta en sus años de guerrero. Una gota rodó por su frente y se tranquilizó por un instante.
– Eso está mejor mi amigo, además como que yo ya veo algo por ahí... sí! Sí! Es su cabeza!
Al fin el bebe asomaba su pequeño ser al mundo. Los doctores y enfermeras decían lo típico que a todas las señoras y Bulma la verdad ni caso les hací, porque lo que ya quería era ver a su bebé. Como todos habían rodeado a Bulma para recibir al bebé, Vegueta no podía ver nada así que decidió elevarse para poder echar su vistazo. Cundo los doctores por fin terminaron, envolvieron al bebé tan rápido que pareciera que querían evitarle una pulmonía, se lo entregaron a Bulma y le informaron que era un barón.
– ¿Escuchaste eso Vegueta¡Tenemos un pequeño niño!
Vegueta bajo de inmediato, después de todo eso de elevarse no le había dado mayor visibilidad que la que tenía en suelo firme. Se acerco lentamente a Bulma; miraba su rostro, la expresión que tenía la hacía lucir extremadamente bella.
– Ven Vegueta, acércate, ya eras papá.
Bulma le sonreía tiernamente mientras le extendía la mano que le quedaba libre. Vegueta se acerco cauteloso. Los padres de Bulma miraban encantados, no podían esperar para conocer a su nieto, pero un gran estruendo los hizo volver a su realidad.
– ¡AHHHHH esto no es un sayajin!
Al parecer, cuando Bulma le dio el pequeño a Vegueta para que este lo cargase, el príncipe encontró algo que le resulto alarmante... y, lo único que había ocasionado es que el bebé empezara a competir con su padre en cuanto berridos se refería.
– ¡Vegueta deja de gritar!
– WUAAAAAAAAAAAAAAA!
T T acaso toda esta familia piensa dedicarse a los conciertos de rock? Puros gritos aaaaaaaaaaaaaaaaaa! El detector de metaaaaaaaaaaaaaaal!
– Basta Vegueta, qué es lo que pasa contigo.
En ese momento entraban los padres de Bulma.
– Hija qué sucede
– No lo sé mamá, de repente Vegueta grito que nuestro hijo no era un sayajin y miralo mira como trae al probre bebé.
Vegueta había dejado de gritar, pero ahora traía l pobre niño como si fuera muñeco, trataba de quitarle la cobija en la que estaba envuelto y cuando por fin pudo hacer encontró lo que buscaba: una cola. Al parecer, esa había sido la razón por la que los doctores y enfermeras se habían apurado a taparle y después de entregárselo a Bulma habían salido corriendo.
– (Pero si tiene cola, entonces por qué, por qué) – vegueta pensaba ofuscado, casi casi estaba a punto de llorar.
– Ash, pues ya que suelte la sopa, que tiene le niño, acaso esta feo o qué.
Bulma lo miró fijamente y demostró su total enojo en contra de Vegueta; los padres de la chica la ayudaban para que pudiera incorporarse cuando Vegueta volteó de súbito, dirigiendo su mirada y clavándola en el padre de Bulma... él era el culpable.
– Usted – apuntaba Vegueta la padres de Bulma.
– Qué sucede muchacho
– Usted tiene la culpa
– ¿Yo?
– Qué estas diciendo Vegueta, de qué hablas. ¿Ya te volviste loco? Si es así dame al bebé ahora mismo mira nada más como lo tienes – Bulma le hablaba pausado, pero de una manera muy autoritaria.
– No lo entiendes Bulma, su cabello y... ¡Sus ojos! Noooooooooooooo
¬ ¬U pero qué demonios le sucede a este sujeto
Bulma miraba perpleja como Vegueta se jalaba el cabello con la mano que le quedaba libre y, después de analizar la situación, por fin hilo lo que estaba sucediendo: Su bebé había nacido con el cabello del color liliáceo y sus ojos era azules.
– Espern un momento, cómo carambas sabe tal cosa, acaso el niño nació con los ojos abiertos y con un racimo repleto de cabello color uva?
Errr ... en estos tiempos los niños ya nacen muy despiertos y activos y, considerando el hecho de que además pertenece a una raza guerrera bueno... supongamos que así es y además no es mucho pelo el que tiene, es sólo un pequeño mechón.
¬ ¬U calvo como el padre entonces
– Pero qué!
– Vegueta, cálmate ya. Estas poniendo a todos de cabeza y en el caso de mi hijo lo digo en serio. Dame al bebé, tranquilízate y podremos hablar de esto.
Vegueta veía a Bulma reprochante. Cómo era posible que su propio hijo hubiera nacido así... el único consuelo que le quedaba era su fortaleza (innegable por cierto) y su cola... la cola, debía cortarla cuanto antes.
El guerrero alzaba su brazo mientras Bulma pensaba en lo peor y trataba de levantarse para impedir lo que fuera que Vegueta pensara hacerle a su hijo. En un movimiento rápido, Vegueta cortaba de tajo la cola de su pequeño hijo. Bulma y su padres detuvieron toda acción, y la chica de los ojos azules suspiró de alivio.
–
Por fin en la habitación del hospital designada para Bulma y con las cosas marchando más relajadamente, Vegueta miraba por la ventana mientras Bulma observaba a su pequeño hijo dormir entre sus brazos.
Para Vegueta era imposible de creer aún la apariencia que tenía su hijo, pero ahora que estaba más tranquilo, no podía negar que estaba lleno de nuevas sensaciones.
– Vegueta... sabes he estado pensando que tú deberías nombrar a nuestro bebé.
El sayajin se dio la vuelta para encontrarse con los ojos de Bulma. Era una extraña petición. No se había puesto a pensar en ello.
– ¿Y bien, qué dices?
– Muy bien, en ese caso su nombre, será Trunks.
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Notas de autor: Uf, al fin terminé XD. Pido una disculpa a todos lo que siguen esta historia por la tardanza, pero bueno ya lo completé y espero haya sido de su agrado n.n
