Guerra
Ya saben, lo de la disgrafia, disculpas por los teclazos y horrores del auto corrector.
Y recuerden, Naruto y sus personajes son propiedad de Kishimoto sensei
Review
Alférez 002
Milagro que te dejas ver y que bueno que te gusta el Fic y el cambio en la Ayuwoki.
Emperor92
Más bien gracias a ti. Me di cuenta tarde que por alguna razón nadie recibió la notificación, pero al menos me cayeron un par de Review. Eso es lo que cuenta.
País de los Arrozales, Otogakure, diez días después de la fuga de Jugō y Suigetsu.
La fuga de Jugō y Suigetsu fue un revés para los planes de la sanin, uno considerable, dado el poco material que tenía para desarrollar su sello de Maldición. Uno que sería muy diferente al otro que había colocado antes.
Si uno hubiera visto a los sannin de la época de Genin y los comparara con los actuales, tomando únicamente la reputación que tenían, vería una muy marcada diferencia.
La Tsunade de doce años era una antipática pero talentosa kunoichi, engreída por ser la honorable nieta del fundador de la aldea y celosa de las personas que tuvieran un talento en algo mejor que ella, tenía una vena altamente competitiva, junto a un gran optimismo y expectativa de la vida. Al ser una princesa, hermosa y muy talentosa (según sus propias palabras), la ojimiel esperaba tener al esposo más guapo, los hijos más lindos y una reputación que la hiciera salir de la sombra de su abuelo.
Por su parte, aunque no lo dijera, Jiraiya al ser emparejado con Orochimaru y su "futura esposa" se sentía algo cohibido pero expectante. Había Sido emparejado con dos bellezas, su placer confeso, pero estaba consciente de que ambas estaban destinadas a la grandeza. Y estando en el mismo equipo, para no ser el peso muerto, que ser el peor de su clase auguraba, él tenía el hambre de superar a ambas y de hacer grandes cosas en el mundo Shinobi.
Por su lado, la Sannin albina, era una mujer sumamente reservada y hasta taimada que había Sido erróneamente entendida. Le veían como la prodigio fría e insensible que veía como inferiores a los demás y que hacía difícil para sus compañeros de equipo trabajar con ella en base a esa creencia. La mejor en todo, la que hacía todo perfecto y que sin embargo, siempre se mostraba taciturna.
Nada más alejado de la realidad. Orochimaru en ese entonces, estaba enamorada de Jiraiya y había admirado a Tsunade y deseaba que la convivencia con ambos logrará que ellos vieran a su verdadera yo, una chica solitaria y muy tímida que deseaba ahogar el dolor de la pérdida de sus padres con conexiones importantes. Tras la muerte de ellos a temprana edad, la niña se retrajo en la creencia de que si amaba a alguien, este le abandonaría, de ahí que durante la mayor parte de la academia, ella se mostrase tan poco dispuesta a hacer amistades. Pero al superar su miedo, tanto su timidez como su reputación hicieron el trabajo de aislar a Orochimaru y por ello, la joven deseaba que sucediera una de dos cosas. O la que quería que fuera su amiga y al que quería de novio dieran el primer paso para ser sus amigos o ella hacia el primer paso y rompía el hielo con ellos.
Y sin embargo, ¿Qué era de sus yo actuales? Al menos los que la reputación que se tenía de ellos ,sabía la gente.
Tsunade se volvió una mujer amargada y desapasionada que se volvió aún más agresiva con las personas que tenían el potencial de ser mejores que ella, Jiraiya había ganado reputación como un gran maestro espía, viajero y autor de porno, que tenía el privilegio (en palabras suyas) de haber entrenado al Yondaime hokage quien creía firmemente que cambiaría para mejor al mundo. Y por su lado, estaba la come hombres literalmente y figurativamente, una mujer cruel y orgullosa, además de despiadada que hacía crueles experimentos con tal de alcanzar sus objetivos, alguien que no amaba a nadie más que a ella misma y que pisotearia a quien hiciera falta para lograr sus metas.
Y sin embargo, las tres percepciones estaban lejos de la verdad, más con unos que con otros.
Tsunade no solo se volvió amargada, al paso de los años se volvió sumamente competitiva y bastante mezquina. Para Orochimaru no era secreto que le había salido a la Senju el tiro por la culata, tratando de sabotear a Dan Kato, se había enamorado de él y terminó criando a su sobrina, enseñándole las artes médicas, pero sin hacerla alcanzar todo su potencial, por miedo a que la eclipsará y pasará de ser Tsunade Senju, la mejor médico del mundo, a Tsunade Senju, la sensei de Shizune Kato, la mejor médico del mundo.
Por su lado, ¿Le entraba a algún estupefaciente de niña Orochimaru? ¿O era que Jiraiya había cambiado demasiado? Sus ganas de comerse al mismo mundo, se fueron apagando, ¿trabajo duro?, sí. ¿Fue por una buena razón? En esa época diría ella que si, aunque no tuvo que trabajar por lo mismo que él, ella lo tenía al alcance de su mano. Y es que, a diferencia de la Senju y la prodigio, el reconocimiento no era algo que alguien le diera a Jiraiya, a menudo comprado con ambas, sobretodo con ella. "Deberías ser como Orochimaru" fue una frase que se convirtió en una suerte de mantra del Sandaime para el peliblanco que luchó por ganarse el respeto y reconocimiento de su sensei y que lo obtuvo a duras penas. Al menos hasta que la relación de ella y Sarutobi se enfrió drásticamente.
Después, su ansia de reconocimiento, cambió sus objetivos, dejó de intentar ser él mismo quien cambiase al mundo para ser el que entrenaría al que cambiará al mundo, estancado su enorme potencial, habiendo al sanin una cáscara de sí mismo, algo que solo Orochimaru había logrado notar.
Y sobre la sannin serpiente, ella y su reputación no tenían nada que ver. Cierto, era una mujer sensual de gran belleza, orgullosa y altiva, pero tenía una faceta más, la de una mujer gentil y realmente preocupada por los demás a su alrededor, su interés en la investigación médica jamás apuntó a la busca de la inmortalidad, aunque ciertamente si había dado con el secreto de esta, PERO bajo las órdenes de su ex sensei y de Danzō para ello. El negarse a reportar sus hallazgos, y no, todos los cargos en su contra ;de hecho, fueron la principal razón para que desertara de la aldea y fuera etiquetada de esa forma por la maquinaria de propaganda de Jiraiya y Danzō.
La principal, pero no la única. La otra razón estaba sumamente relacionada al único sello de Maldición que había hecho y que había dado a su más cercana alumna, una a la que se vio obligada a traicionar en más de un sentido y cuyo odio por ella la lastimaba como nada en este mundo era capaz de hacerlo.
Y por eso era que lamentaba la pérdida de Jugō, él que no confiara en ella , que lastimaria a gente inocente y que sin su maravilloso don, muchos de los que había recogido y acogido en su aldea, carecerían de una ventaja para afrontar la vida shinobi que ella sabía por experiencia propia, no sería tan fácil.
Empezar nuevamente, algo a lo que ya estaba acostumbrada, así que saliendo de la auto reflexión, salió de su cama y puso su mente en ponerse a trabajar.
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Hace diez años, Montaña de hierro, País del Hierro.
Un joven Ryoku se encontraba siguiendo la pista a dos criaturas que se creían extintas y perdidas a través del tiempo, se trataba de un zorrito de pelaje rojizo, de ojos ámbar y con el pechito y la punta de sus patas así como el interior de las orejas y la parte baja de su hociquito de color dorado y rematando la exótica apariencia, tres colas ondeando al viento mientras corría del alcance de las flechas que estaba usando para intentar atraparlo el joven Samurái.
Cerca de el corría una suerte de serpiente de no más de setenta centímetros de largo, con patas y bigotes de color amarillo al igual que su estómago y cuerpo de escamas rojas, teniendo escamas defensivas y garras de un rojo más intenso junto a un par de pequeños cuernos azules en su cabeza.
La razón de hacer esto, no era por encargo de su sensei o algún superior, sino por voluntad propia.
Y es que hacía poco más de un mes que había ayudado a Mifune y a su señor feudal a detener la rebelión de su sensei, por lo que estaba sumamente desencantado con todo. Solo Mifune y el señor feudal habían valorado que diera aviso del intento de derrocar al legítimo gobernante para ponerse en su lugar, y las crueles palabras que Kenuichio le había dedicado antes de entrar en combate con Mifune le habían calado hasta el fondo de su alma.
Lo que lo llevo una vez más a repasar mentalmente lo sucedido ese día.
"¿Porque está haciendo esto?, ¡Pensé que usted creía también en el Bushido!"
El Samurái de plata solo rió divertido, por la ingenuidad de Ryoku "¡El Bushido no es más que un cúmulo de restos de un sistema obsoleto y creencias muertas!" Dijo en un tono que solían usar para darle una conferencia haciendo que el adolescente Ryoku realmente se deprimiera al ver el cinismo de su sensei, aún así, recuerda que había gritado a todo pulmón, "¡Eran sus creencias!"
"Tenía que decirlas, solo se podía enseñar los caminos de la espada en los dojo con todos esos oídos atentos, si quería enseñarle a alguien digno de mi tiempo, debía de recitarle esas estupideces" dijo con asco de sí mismo Kenuichio.
"Pero ... dijo los preceptos ... ¡los recitó desde el fondo de su corazón!" Recordó el joven, una lágrima escapando de su mejilla, pese a que eso había sucedido hace un mes.
"¡Los vomité porque no los podía soportar! ¡Porque sabía que era lo que tenías que escuchar! Te enseñe a pelear , eso es todo, aparentemente solo tomaste lo que necesitabas de mí. ¡Me traicionaste¡"
Un tajo con chakra habría sido el fin de Ryoku, si el mejor samurai del País, Mifune, no lo hubiera salvado, algo que lamentaba aún el joven. Habría sido mejor, ya que aunque los demás vieron que tenía sus lealtades en los lugares correctos, le daban el hombro frío. Y habiendo aprendido la lección, Ryoku quería cazar al Kitsune y al dragón, vivos o muertos, ellos habrían Sido una enorme fuente de riqueza para él. Los shinobi se regían por el dinero y los Samurái por el honor, solo en el papel, eso es lo que aprendió, no había honor, no había un camino de la espada. Entonces, ¿Por qué no aprovechar la oportunidad de hacerse de una fortuna que se le presentó? De ahí que los estuviera casando, para dar el primer paso y vivir correctamente en este mundo podrido.
Se sacudió los recuerdos y se enfocó en atrapé a sus presas, pero… intempestivamente, el zorro que había estado movimiento en un patrón sus colas, se abalanzó había él y parándose sobre sus patas traseras, hizo a un lado la flecha del arco y lo encaró lo mejor que pudo con su 1.10 de altura.
- Oye muchacho, ¿estás tratando de meterte en problemas con la ley? Esta no es la temporada de caza de kitsunes.
-¿Ah, no?- dijo el joven sin caer en cuenta que el Kitsune lo había puesto en un genjutsu
-Claro que no, - negó divertido con la cabeza- es temporada de cacería de Dragones.
-Eso, señor, es una vil y falaz mentira- llegó sumamente ofendido el dragón, trotando sobre dos patas- Es temporada de cacería de Kitsunes.
-Temporada de dragones.- insistió el Kitsune
-Temporada de kitsunes- insistió el dragón.
-Temporada de dragones.- dijo con un enojo el zorro.
-Temporada de Kitsunes.
-Temporada de Dragones.
-Temporada de Kitsunes.
-Temporada de Kitsunes- rectificó el zorro
-Temporada de Dragones- cambio de opinión también el Dragón
-Temporada de Kitsunes- insistió el Kitsune.
- Yo digo que es temporada de Dragones- dijo exasperado el dragón rojo-. ¡Así que…. Dispara!
Ryoku que había visto todo el intercambio, simplemente siguió la orden y le disparó la flecha aturdidora que le había pedido al monje del templo cercano al palacio del Daimyo.
Está dió en el blanco, haciendo que el dragón se retorciera por la descarga eléctrica que le dió la flecha y al terminar esta, el dragón a como pudo se paró y encarando al Kitsune simplemente dijo:
-Eres …. Despreciable.
El zorrito salió huyendo de ahí, la parte que le habían comisionado, ya había alcanzado su cumplimiento.
Mientras el joven samurai regresaba con su caza, vio que un poco más adelante, en la ladera que estaba transitando, bajaba una joven vestida con harapos y un atado de leña muy voluminoso. Ryoku llevaba al dragón atado de patas y de hocico, pero sujetado por sus manos, para evitar que se sacará las restricciones, pues sus escamas defensivas todavía podían ser usadas como sierra por tan flexible criatura y no tenía otro modo de contenerlo.
El caso es que el joven vio cómo de repente, la joven se resbaló por la pendiente de la ladera y quedó atrapada colgando de una raíz que sobresalía de la pendiente.
Ahora, en cualquier otro momento, más a futuro quizás y solo quizás, al joven eso no le habría importado, no la conocía, no era su problema. Pero no eran esos tiempos todavía, por lo que se pateaba mentalmente por soltar sin ceremonia alguna a su presa, mientras buscaba algo con que amarrarse el mismo para poder bajar por la joven y volver a subir.
-¡Aguanta un poco¡- le pidió el samurai- solo necesito amarrar una soga a ese árbol y podré bajar por ti.
Ryoku oyó claramente cuando el dragoncito se soltó de sus amarras y se metió en la montaña, para su decepción, aún así, sabía que se soltó, no lo vio, concentrado en sacar la otra cuerda que había traído con él, tras hayarla, como dijo, se amarró a un árbol y bajo por la muchacha que estaba a punto de caerse.
Ryoku tomo por la cintura a la mujer y comenzó a subir con ella, pero…. Debido a lo escarpado del terreno, lo viejo de la cuerda y el peso de ambos, está se había serruchado a si misma por lo que ambos acabaron cayendo la vacío el picada…..
Eso hasta que la joven brillo con intensidad para desaparecer al convertirse en un gigantesco dragón de 5 cabezas que de paró sobre sus patas traseras y atrapó al Samurai con la palma de su pata.
La criatura, cuyas cabezas miraban fijamente al atónito joven, miro divertida a través de sus múltiples rostros la reacción de Shiro que entendió que estaba en más problemas de los que realmente creía.
-No debí cazar a ese dragón, ¿Verdad?- pregunto Ryoku mientras volvía a brillar la criatura y antes de saber que ocurrió ambos estaban en el fondo del risco, con la mujer, ahora vestida con un hermoso kimono de seda roja, negaba divertida.
-Izanami Sama sabe que Mushu se merece de vez en cuando un escarmiento- dijo entre risillas- lo que me sorprendió es que, para alguien que decidió seguir los mezquinos caminos de la mayoría de los hombres, decidieras ayudar a alguien en peligro, a costa de obtener una fortuna que, claramente habías ganado por un trabajo bien hecho.
-Los viejos hábitos permanecen- se encogió de hombros el jóven- no es algo que vuelva a suceder.
-No lo creo- negó la dragón aún sonriendo- y se que también lo piensas. Así que dime Ryoku, ¿Que es lo que realmente deseas?
-¿Que quieres decir?- interrogó a su vez el samurai.
-Si, ¿Que es lo que deseas?- volvió a preguntar la dragón- eres demasiado joven y eres demasiado bueno para darte por vencido tan fácilmente, te veo y miro a un pajarito sin rumbo que no sabe a dónde ir. Y sin saber que quieres, tu vida no tendrá un rumbo, te condenarias a vagar por el mundo como un simple Ronin, a menos que sepas que es lo que quieres, solo así sabrás a dónde es que debes ir.
-Lo que quiero es solo un ideal muerto, algo que la persona en la que más creía, me mostró que era un simple cuento para niños- dijo con amargura el samurai y añadió- además ¿A ti que demonios te importa?
-Lo creas o no, me importa, mi joven guerrero- volvió a sonreir la jóven- Hace mucho tiempo, cuando el hombre era joven y el dragón ya era viejo, los más sabios de nuestra raza se apiadaron del hombre. Reunieron a todos los dragones, haciéndoles jurar velar por el hombre, siempre. Veo un enorme potencial en ti, mi valiente guerrero, pero no podrás alcanzar ese pontencial, no logras tu meta a menos que recobres la fé en ti mismo, así como la fe en la humanidad.
-Entonces, estarías luchando una causa perdida- desdeñó Ryoku- mi sensei ya se hizo cargo de hacer pedazos muy pequeños mi corazón y mi sueño, nada de lo que hagas, hará que cambie de opinión.
-Eso, mi jóven guerrero, es un reto- sonrió de forma depredadora la dragón y añadio- y como buena miembro del clan de Invocación de los dragones, yo ADORO los retos.
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Lugar desconocido, un año después.
-Un guerrero jura valor- comenzó el joven, nuevamente a recitar el código antiguo por el que los dragones se regían mientras blandia una muy pesada Claymore, un arma que lo hacía sentirse torpe e incómodo, tanto por el diseño del arma, como por su peso y forma- Su corazón solo conoce la virtud- dió un tajo a un blanco imaginario y añadió- Su espada defiende a los indefensos. Su poder sostiene a los débiles- avanzo un par de pasos, bloqueo contra un enemigo imaginario mientras continúo- Sus palabras solo dicen la verdad. Su ira destruye a la maldad. Su conocimiento despeja la ignorancia. Sus habilidades las enseñará a los que estén dispuestos.- volvió a dar dos tajos más mientras seguía recitando- Su temperamento se mantendrá con paciencia. Ayuda a quienes lo necesitan y pide ayuda cuando sea necesario.
-Muy bien- alabo la joven mientras veía a su pupilo bajar el arma para secarse el sudor- veo que Tizona es cada vez más ligera en tus manos, un poco más de entrenamiento con ella y ya verás que potencia tendrán tus tajos cuando vuelvas a usar una katana.
-Eso sería genial, Tiamath sensei- sonrió satisfecho el Samurai.
Tiamath, la líder del clan de los dragones había presentido que nació una persona digna de ser el invocador de su clan. Ella había dado con Ryoku y lo había estado siguiendo de cerca toda su vida y solo al ver su formación y el incidente con su sensei sabía que era el indicado.
Un digno invocador del clan de los dragones tenía una característica casi única, atacaba cuando la mayoría se retiraría, pero también, se retiraría cuando otros atacarían. Suena contradictorio ¿No? Piénsalo así: comandas una unidad militar en tiempos de Guerra y oyes de un pueblo sin defensas, en la nación enemiga, que podrías tomar fácilmente, lo que supondría una carnicería, dónde la gran mayoría de los militares sin dudarlo, enviarían a sus hombres, Ryoku seguramente rodearía el pueblo.
Y cuando alguien, díganos Madara Uchiha (hipotéticamente hablando) se para ante ti y tus hombres dispuesto a destruirlos a todos, la gran mayoría de las personas huirian despavoridas, ¿pero nuestro joven samurai?, Enfrentaría a Madara si eso le daba a sus compañeros la oportunidad de salir con vida de ahí.
Eso la dragona de cinco cabezas en su forma real, lo había visto y también vio con aflicción como los estúpidos humanos estaban matando su espíritu al haber actuado ruinmente por haber hecho lo correcto.
De ahí que envío a Mushu y a un Kitsune que pidió prestado a una amiga suya, para ayudarla a probarle a Ryoku que su convicción era más fuerte de lo que creía.
Y el joven respondió a la prueba y al entrenamiento, como ella había pensado.
Pues aunque aún no era oficialmente, su nuevo invocador, se había ganado la amistad de varios de los miembros de su clan, entre ellos de Elma, la dragón del océano, Thoru, la dragón del fuego o de Shen, el gran sabio dragón.
-Sensei ¿Cuando cree que pueda tomar la prueba?- pregunto el joven Samurai.
La prueba a la que se refería, era la necesaria para convertirse en su invocador, una prueba difícil que realmente pocos habían logrado pasar. Y aunque Tiamath estaba segura que Ryoku lo lograría, aún no estaba listo para ello.
-La harás cuando estés listo, no antes, no después- le respondió la dragón.
Ryoku sorprendentemente, acepto la respuesta, pues sabía que ella tenía mucha fe en él, cuando sintiera que era el momento justo, la haría y el estaba conforme con eso.
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Tiempo presente.
Ryoku llegó a las afueras de un claro, dónde pudo ver el campamento de Ronin que eran liderados por su antiguo sensei. Aún estaban ahí varios de los seguidores de Kenuichiro que se fueron con él del País del Hierro, pero había un par de adiciones más, que resaltaban en la formación.
Una de ellas estaba sentada junto a una fogata, en compañía de varios aterrados esbirros de su antiguo sensei, era una mujer de cabello castaño largo y que traía en una cola de caballo alta, ojos castaños también y un Hakama blanco con marrón, era una mujer mercería, que provenía del mismo país que Shiro, la famosa Yuriko Oyama, alias "Dama Destripadora" pues había forzado a un equipo médico a hacerle una operación que le proveyó de uñas hechas con metal conductor de chakra, las cuales usaba para partir en dos o destripar a sus adversarios.
El otro nuevo recluta, era un ex monje del País del Rayo, el famoso Anji Yukyuzan "El Rey brillante" un renegado clase A que había tomado ese camino Luego de que en la última gran guerra mundial shinobi, el Daimyo de su país apoyo la leva del Sandaime Raikage en los templos, llevándose a los novicios para conventirlos en shinobi que irían a morir a la guerra. De ahí que fuera un ex monje guerrero, que era sumamente fuerte y alguien de cuidado.
"Parece ser que Kenuichiro San planeo esto a la perfección" medito el Samurai al ver a esos dos "aún así, debo de ser capaz de derribarlo a él, corta la cabeza y el cuerpo se hará pedazos".
De ahí que Ryoku se pusiera cómodo para pensar en la mejor estrategia para vencer. Sus oponentes.
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Palacio de Sherezada.
-¿Cual es el estado de la batalla?- preguntó la sultana a sus subordinados.
-Tetsujin 2 y Tetsujin 1 siguen peleando con los globos de guerra, su majestad- le informo su subordinado.
Hace apenas diez minutos, Sherezada y sus hijos estaban tomando una relajante taza de café y té respectivamente, cuando una serie de explosiones comenzó a oírse cada vez más cercanas. Resulta que Doto Kazahana, el Daimyo del País de la Nieve había enviado sus máquinas voladoras, globos de hidrógeno, a bombardear su palacio real y sus alrededores, así como la capital en la creencia de que podría salirse con la suya. Pero no había contado con que Naruto abordo de Mazenkizer 8 y Chusai abordo de modelo #5, llamado "Máquina de Guerra" salieron a encarar a la flota de al menos noventa globos que también enfrentaron a las armas Antiaéreas que Naruto y su colega habían creado.
Gracias a ello, la batalla, estaba siendo ganada por su nación, pero eso no quitaba que se sintiera preocupada porque nuevamente su hijo pusiera su vida en riesgo.
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-¡Más rápido¡- apuro uno de los capitanes de los globos a sus subordinados.
-Estamos a máxima velocidad mi señor, no podemos ir más rápido aunque queramos.
-¡Derribenlo maldita sea¡- entonces ordenó a los encargados de las armas.
-No podemos, es más rápido que nuestras armas.
-!Maldi…¡
Kaboom
-Llevo veintidós- anotó el Uzumaki otro de los globos, uno que derribó simplemente usando la ametralladora sobre el globo, como usaba hidrógeno, apenas una de las balas dió con una estructura metálica, la chispa lo hizo arder casi de forma instantánea, matando de forma por demás dolorosa a sus ocupantes.
-Esto no es una competencia- dijo Chusai mientras derribó a tres globos al disparar el AMPERE sobre uno de ellos, el cual cambió de rumbo dastricamente al arder, llevándose a dos de sus compañeros- aún si lo fuera, estaría ganando, llevo veintisiete.
Dos máquinas más fueron derribadas, oyendo por la radio a Caldine anotarse a si misma díez. Ya que ella estaba en una torreta Antiaérea, diez era una buena cantidad de globos derribados.
-Doto Sama, esto fue un error- llamo por radio a su feudal uno de los capitanes de los globos- Tetsujin pudo responder rápido y puede maniobrar demasiado bien contra nosotros, nos está dando una paliza, eso sin contar que tienen unas malditas armas Antiaéreas ¿Porque diablos tendrían armas para nosotros?
-Continuen a cualquier costo- ordenó fríamente el feudal- hay que hacer el mayor daño posible, demostrar a esa perra que no es invencible e invulnerable….
Kaboom
Estallaba en cientos de pedazos el globo que fue alcanzado por una ráfaga de ametralladora Antiaérea.
-Yuriko, ¿cuál es el informe de daños?
-Hageshi, ¿Que reporta Nageru?
-El hospital está ardiendo en llamas y también hay varios edificios que están seriamente dañados- dió la hermana de Chusai la evaluación de daños- todos los edificios dañados son los que pudieron bombardear y algunos sobre los que cayeron encima los globos, todos edificios evacuados.
-Solo quedan tres globos ,Naruto san- dio Hageshi el reporte que Nageru daba- también dice Nageru que Bravata ya demostró ser una prioridad, junto a las máquinas voladoras que sugirió poner en el top de la lista.
-Dile que no anticipo el ataque del País de la nieve- replicó el Uzumaki enojado- en cualquier caso, ya oi la declaración de Yuriko, envíen a los zord rojo, azul, verde y amarillo a ayudar en las labores de rescate, para eso fueron diseñados.
-Asi se hará.
-Supongo que iré en el zord amarillo- adivino Yuriko- es el quirófano móvil y yo sé bastante de medicina de urgencias.
-Esa es una buena idea- asintió Naruto- deja a uno de tus clones ahí y ve a ayudarnos con eso.
-consideren hecho eso- cortó la comunicación Yuriko.
-Hageshi, ahora tú eres nuestros ojos y oídos junto al clon, ¿A dónde iremos ahora?- le pidió Chusai.
-El hospital ¿es prioridad?
-¿Nos estás preguntando o afirmando?- quiso saber Naruto.
-Afirmo.
-No lo parece- negó el Uzumaki- pero de hecho es una buena idea, Chusai, no lo haces nada mal, pero Máquina de Guerra no sirve más que para combate y…..
-Entiendo- asintió Chusai- pero el zord rojo si es ideal para labores de rescate, sirvo más manejando de forma manual al zord rojo que uno de tus clones a control remoto.
En cosa de segundos, ambos llegaron al hospital, casi al mismo tiempo que un gigantesco jet de color verde traía en unos ganchos magnéticos una suerte de grúa con mangueras a presión, eran los llamados Zord verde y el zord rojo, vehículos que servían de forma multipropósito para el rescate, siendo las labores de soporte aéreo y rescate terrestre las de estos dos. La función del amarillo, era la de ser una unidad de urgencia móvil muy bien equipada, una que haría ver mal a las más modernas ambulancias.
Sería una buena prueba de campo para los zord, pero todos los involucrados esperaban que lo hicieran al menos bien.
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Diez días después, país de la Nieve.
-Megaloma, ¡Fuego!- disparó Mazenkizer#10 el megaloma, un cañón de gravedad, sobre una montaña, haciendo que los lanza shuriken que Doto había dispuesto ahí, fueran nada al ser aplastados por un potente aumento de la gravedad, seguido de la normalización rápida de esta, haciendo el efecto de descompresión a gran velocidad, lo que aplastó el metal y explotó la materia orgánica.
Y eso solo era un factor, pues los globos de guerra de la nación debían luchar en el aire contra los aeroplanos, una serie de máquinas voladoras propulsados vía combustible fósil y un motor de combustión interna para una serie de hélices que hacía más prácticos a esos vehículos.
Aunque los globos fueron provistos de ametralladoras compradas con prestanombres, nada podían hacer contra esos vehículos más rápidos y de mayor maniobrabilidad, lo que hizo esto no solo la primer batalla aérea entre dos ejércitos esencialmente no shinobi, si no una auténtica carnicería a la nación invernal.
-Señor ¿Que haremos?- pregunto uno de los shinobi de su propia aldea oculta, la Aldea de la nieve.
-El arma es nuestra mejor oportunidad de ganar está pelea- dijo con confianza el feudal- solo hay que ganar el tiempo suficiente en lo que mis hombres descubren cómo funciona y al ponerla en marcha, no solo esa estúpida, todas las demás Naciones sabrán quien es su mejor.
-Ganar tiempo será difícil- observo una kunoichi de cabello magenta- están dándole una paliza a nuestra fuerza aérea y eso sin Tetsujin que está destruyendo los lanza shuriken.
Doto bufó con molestia por ese señalamientos, más porque demostaba que estaba rodeado de inútiles que por ser verdad.
La poca inteligencia que pudo conseguir le demostró que Sherezada no se vio realmente impresionada de sus fuerzas. Y peor aún, ella tenía para no perder la costumbre, algo más para demostrar el poderío tecnológico de su nación.
Los Zord fueron el factor clave que salvó cientos de vidas al apagar rápido el fuego del hospital y servir de apoyo para los enfermos y heridos, así como del enorme vehículo volador que podía levantar considerables cantidades de escombros que las grúa no podían mover por la poca accesibilidad.
Había querido demostar a la perra que él era su mejor , pero nuevamente ella demostró tener un as bajo la manga. Y ahora, se atrevía a llevar la pelea a su nación. Ya vería una vez que su arma principal arrasará con Tetsujin y con sus aeroplanos, porque no debía meterse con él.
Ahora, si tan solo pudiera encontrar a la Idiota de Kouzuki, la cosas serían aún mejores de lo que pintaban. La destrucción de su principal rival. Demostrar a las cinco grandes potencias que él era el futuro bélico y legítimarse al fin en el trono, todo en un muy corto periodo de tiempo. Sí que sería eso grandioso, si la pudieran encontrar en las próximas noventa y seis horas.
Y corte.
No lo vieron venir muchos, pero sí, voy a adelantar y a modificar un poco los eventos en el País de la nieve.
Por otro lado, una nueva mini saga sigue con JaKenpon y espero que la referencia les haya gustado.
Ya saben, dejenme su review, así no solo me animan a escribir, habrá retro alimentación entre nosotros.
