La importancia de saber.

Ya saben, lo de la disgrafia, disculpas por los teclazos y horrores del auto corrector.

Y recuerden, Naruto y sus personajes son propiedad de Kishimoto sensei

Reviews

Jorge Lucio Contreras

Una máxima que no siempre se cumple, al menos en esta vida. (Suponiendo que seas creyente).

País de los pantanos.

Fū arrojó una bomba de humo y tomó de la mano a Yū y a Kagome, usando sus sentidos mejorados para navegar a la salida, una táctica temeraria.

Era un lugar con un solo acceso, por lo que Yuki Onna sabía que eventualmente vería la sombra de ellas intentando pasarla y ese sería su fin. Dada su experiencia como mercenaria, se había enfrentado demasiadas veces al infame Jutsu de neblina de Kiri como para desarrollar una forma de detectar a sus objetivos. Solo debía ser paciente.

La paciencia dio sus frutos cuando ya se veía la silueta de una de ella, por la altura de esta, de la mujer que llevaba a su verdadero blanco en brazos, por lo que sacando su Ninjato, se abalanzó a gran velocidad hacia la mujer, esperando matar al niño de forma rápida y eficiente. Y justo cuando levantó su mano para dar la estocada mortal, está fue sujetada de la muñeca por una poderosa mandíbula de un gorgojo rojo, que en ese momento ostentaba la nada despreciable altura de metro y medio.

Pronto se unieron un par más de insectos que se aferraron a la mujer para inmovilizar, permitiendo a Fū y sus compañeras de viaje, que al ser sujeta la mercenaria habían salido de ahí, escapar sin recurrir ellas mismas a la violencia.

La jinchuriki no era tan arrogante como para creer que podría manejar fácilmente a Yuki Onna y aunque perdería seguramente a sus insectos, era un mal necesario. Se odio por pensar eso, sobretodo porque podía ver a los idiotas de Taki pensando eso sobre ella, pero a diferencia de ellos, Fū siempre trato a sus mascotas con sumo cariño y respeto. Y le dolía mucho tener que mandarlos a morir de esa manera.

Salieron de la cueva y nuevamente usaron mariquitas de montura para alejarse en dirección noreste, frustrando a Yuki Onna que salió toda llena de un líquido azul viscoso, pues no vio en qué dirección huía su presa. Debía recordarse a sí misma, pedirle a su cliente un aumento sustancial en el pago, dadas las molestias que estaba sufriendo en estos momentos.

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Uzu. Con Jankenpon.

Casi un año después de que Fū tuviera su aventura en el país de los Pantanos, Arashi había encontrado a Uramasa y había revelado que era el Daimyo de estas tierras por derecho divino, las cosas no habían sido una caminata por el parque tras esa revelación, al contrario, la batalla para establecer nuevamente una pequeña aldea, oculta literalmente del mundo, hasta que sean lo suficientemente fuertes como para evitar una nueva invasión y así acabar lo que se había comenzado hace casi treinta años.

Actualmente la villa tenía unas treinta casas, incluída la casa de la familia real de Uzu, una clínica que a ratos era atendida por Riki y por su aprendiz en las artes médicas, una ex kunoichi de Suna llamada Buki Kibō.

Completaban a la naciente de sus cenizas la aldea de Uzu, un templo consagrado a Inari, una suerte de aula de enseñanza para la parte civil y shinobi así como de un pequeño aserradero y una pequeña herrería y tenías en esencia una autosuficiente aldea oculta.

Claro, ¿Que es una aldea sin su gente? Eso era algo que preocupaba a Riki y a los demás pero no demasiado.

Ella tenía a sus aliados, los Kitsune y un sello Uzumaki que reacciona a la sangre de los enérgicos pelirrojos y su descendencia, diluida hasta cinco generaciones y con un sello más, uno que solo Raijin podía crear, se podía dar aviso a algunos Uzumaki, de que su Daimyo había regresado a la aldea.

Actualmente tenían a siete Uzumaki entre sus filas que habían llegado a la isla, dos de ellos habían sentido a Raijin despertando en Uzu, por lo que habían ido a investigar y se habían llevado la grata sorpresa de verlo ahí.

El nombre de estas mujeres eran Fuuka y Honoka Uzumaki, ambas siendo una suerte de leyenda entre los Uzumaki.

Una nada favorable en ambos casos, pero aún así habían sido aceptadas nuevamente en la aldea tras haber pagado ellas la culpa por sus transgresiones pasadas.

Fuuka cometió el crimen más grave para los miembros del clan Uzumaki, dejó de lado a la familia en favor de sus intereses personales y aunque no fue por algo egoísta y en si, no era consciente de su traición a su clan, ella había sido la responsable de ayudar a Hongki Ootsuki a robar al tercer tesoro sagrado en importancia para el clan, el espejo Yaata, el cual se había perdido de la faz de la tierra desde ese entonces, hace más de cuatrocientos años.

Fuuka fue castigada con un sello para no poder sentir nada con su cuerpo, ni frío o calor, hambre o sed, cansancio o reposo, a ser abrazada por sus propios hermanos o a poder tener intimidad alguna y sentir los besos y caricias. Básicamente la habían convertido en un cadáver con conciencia y este castigo tan infame duraría hasta que ella fuera perdonada por todos los Uzumaki en su conjunto.

Desde entonces ella había estado vagando por las Naciones elementales, absorbiendo chakra, la única sensación que pudo retener y por breves momentos, al asimilar estos chakras ajenos, recuperar parcialmente las sensaciones. Al principio atacaba a cualquier Shinobi que ella pudiera superar en combate, pero la ira que tenía por recibir esa maldición fue dando paso al arrepentimiento por sus actos. Fuuka en ese funesto día para su familia había llegado tarde a defender a Uzu y había masacrado a cuánto shinobi había visto intentando saquear su hogar.

Debido a la maldición, pues se usó un sello maldito, Fuuka tenía su alma atada a su larga cabellera, lo que le daba una suerte de inmortalidad, siempre que no atacaran su debilidad. Con eso y su habilidad natural para el combate, pudo hacerse de una buena provisión de chakra con el cual dejó de ser vista bastantes años y recién había salido de su aislamiento en busca de sustento vital.

Hasta que sintió a Uramasa en Uzu despertando.

Al llegar ahí, ella se arrojó a los pies de Raijin y le suplicó el perdón a él, a su madre y a su hermana, quienes sorprendentemente se lo dieron.

Y con eso, Arashi quitó el sello (ya que el dios del rayo puede usar su poder para revocar los sellos malditos de Uzu) y le dió a la antigua Uzumaki la bienvenida a Uzu.

Por su parte, Honoka Uzumaki venía de una isla donde estuvo aislada como penitencia, tras haber intentando crear ella, con varios Uzumaki más, vida.

Si bien suena excesivo el castigo, iba según el crimen.

Honoka era una antigua investigadora Uzumaki que creía poder crear vida artificial, una suerte de quimeras, para poder tener guardianes leales a Uzu y así poder defender su hogar sin la necesidad de sacrificios de parte de sus parientes y amigos. Algo muy loable, pero no del agrado de los dioses. ¿Cómo lo sabía Honoka? Sencillo, el Sacerdote Supremo, el mayor sacerdote al servicio de los dioses en el mundo shinobi, había declarado la blasfemia a los ojos de ellos y había condenado a esa isla a estar sellada junto a sus ocupantes, los monstruos y sus creadores, por sesenta largos años.

Cómo Fuuka que se veía joven gracias a su maldición, Honoka estaba en las mismas debido a la suya, pues el tiempo no deterioró su cuerpo, pero si lo hizo con su mente.

Ella y sus colaboradores tuvieron que luchar ferozmente contra sus propias creaciones, dejándola solo a ella, como la única habitante de esa isla. Hasta que se rompió el sello y pudo salir….. si es que lo hubiera hecho.

Sin sentir a los demás Uzumaki en su aldea, ella sentía que no tenía caso pasar de un hogar vacío a otro, hasta que sintió al dios del rayo despertando. Eso significa que pronto los Uzumaki volverían a Uzu y nuevamente tendría una oportunidad. Siempre que no la rechazan por sus acciones pasadas. Claramente no sucedió eso.

Los otros Uzumaki más o menos eran la misma historia, sintieron el despertar de Uramasa al estar relativamente cerca a Uzu y al ver que había pasado, conocieron a Jankenpon y los demás y terminaron asentándose ahí.

Ellos y un grupo de refugiados de Kiri que no habían podido llegar a La luna llena, pero que fueron recibidos con los brazos abiertos por Arashi y los demás.

Ese era de momento el conjunto de personas que vivían en Uzu, diez Uzumaki contando a la propia Riki y cuarenta y siete personas de Kiri, además de Natsu, Yugito, Ryoku y Shiro.

Esa era una gran noticia, la otra era que al fin podía dedicarse a preparar a su hija para convertirse en otra gran sacerdotisa y también, podría esperar en un lugar fijo al Príncipe de tierras lejanas.

Ojalá que le dé su salud para poder hacer ambas cosas…..

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Konoha, dos meses después del arribo de Jankenpon a Uzu.

Los líderes de los Clanes Yamanaka, Akimichi y Nara estaban reunidos en casa de Shikaku Nara, junto a sus esposas y sus respectivos hijos. El motivo de esta reunión informar era pasar sus típicas veladas de unión que ya eran una larga tradición entre sus familias. Eso en el papel, la realidad era que Shikaku y sus amigos estaban evaluando los eventos de los últimos dos años… Y no eran nada buenos para la aldea.

Sherezada estaba poniendo en Jaque por primera vez en la historia al modo de vida Shinobi, poniendo a disposición de las masas toda clase de máquinas, vehículos y aparatos que facilitaba la vida de los civiles de todas partes. Eso en esencia era algo bueno, uno pensaría que al fin los ninja dejarían de llevar a cabo la actividades que estaban más cerca de perfiles más mundanos como granjeros, peones y obreros que de guerreros entrenados para matar….. pero la cuestión es que esas tareas eran la base de la pirámide de ingresos de la aldea y esa mujer estaba derribando los cimientos de esa pirámide.

Y también estaba haciendo ver a las Naciones elementales que había maneras más accesibles para todos de defenderse y de defender sus bienes, de los Shinobi y de sus rivales.

¿Para qué contratar una escolta de tres genin y un Jounin, si podrías usar uno de esos vehículos llamados "Camión" para ir de un punto a otro, en menos tiempo y con seguridad, pues el operador del vehículo tenía un arma, además de ir siempre diez personas como seguridad disfrazada?

Un solo boleto de esos ruidosos vehículos salía más barato que la misión. Y ese era solo un ejemplo. Tetsujin, los aeroplanos, acorazados, tanques, Humbies y las motocicletas para nieve demostraron que sin chakra y siendo una nación desértica, podían plantar cara a un país que estaba en ventaja de terreno y clima con suma facilidad….. algo que siendo sinceros, ellos habrían hecho con mayor dificultad.

Cómo consecuencia de esas acciones, hasta ahora las demás aldeas comenzaron a reactivar sus viejos programas, intentando crear sus súper soldados o a invertir en nuevas tecnologías para tratar de mantenerse a la vanguardia de los cambios que estaba haciendo la Leona roja en su modo de vida.

Estaba el rumor de Kumo y su intento de recrear a Tetsujin, el de Suna y su llamada "Legión de Hierro" marionetas o mejor dicho, autómatas que podían pelear sin tregua y descanso contra sus enemigos.

El llamado proyecto Quimera de Iwa del que no se tenían datos.

Que se supiera, solo Kiri por estar librando una guerra civil y ellos, no tenían un plan para intentar darle un revés al modelo de vida que la Sultana de La Luna llena estaba proponiendo. Y eso en el papel. Aunque reacio a hacer algo drástico el Yondaime, para ellos no sería una sorpresa enterarse que el Halcón de guerra o el Sandaime salieran a último momento con algún proyecto personal, diseñado para devolver a Kokoha los dientes que tenía antaño.

Perder a Naruto fue un gran golpe que medio se compensó con el talento de Asami y el regreso a la aldea de dos sanín y dos Shinobi del calibre del Yondaime y su esposa, pero esto no podía durar mucho. Si alguien encontraba a Naruto antes y lo usaba como palanca contra el Yondaime, ellos estaban perdidos.

Y lo peor era que Shikaku pensaba que no había una manera "limpia" de ponerse a la vanguardia nuevamente; pues las nuevas tecnologías que Barai Chusai había traído al mundo así como las nuevas tácticas y modelos de estrategia que terminaron llegando a consecuencia de ello sólo daban dos opciones, adaptarse al cambio o perder terreno.

Por ello es que los líderes acordaron intentar llevar sus habilidades más allá de lo que alguna vez lo habían hecho y con ese ejemplo, quizás inspirar al resto de la aldea a llevar a sus clanes a nuevas alturas. No bastaba lo que los Inuzuka se vieron obligados a hacer, era algo que toda la aldea debía practicar para evitar morirse en la raya.

Solo esperaban que Minato viera esta alternativa y decidiera apoyarla.

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Hace casi dos años.

Con el grupo de Fū.

Suki y Taro llegaron a una posada enclavada en el corazón económico de su nación y se sentaron a esperar a la persona que los había contactado.

Para sorpresa de ambos hombres, Yū fue la encargada de llegar con ellos, ya que si bien los informes que se tenían sobre El Escarabajo carmesí especulaba por el talle y contorno de su usuario, que era una mujer, los informes también daban cuenta de que era algo tablita.

Y francamente Yū era una mujer con suficientes curvas como para refutar esa afirmación.

-Tu no eres Escarabajo carmesí- le acusó Suki al tomar asiento la rubia- ¿Dónde está?

-Identidad secreta- sonrió divertida la rubia- pero oye y ve todo lo que sucede aquí y tengo comunicación con él.

-Dirás ella- corrijo Taro- dudo que un hombre sea quien use ese traje.

-Como sea- restó importancia la joven, sin desmentir o refutar esa afirmación- a la madrina del niño y a mí francamente nos parece extraño que una mujer como usted haya enviado a la infame Yuki onna a cazar al niño. Niño que no le ha hecho nada a ustedes dos.

-Es una amenaza para la ...- intentó replicar Taro, pero con una mirada fulminante, Suki lo silenció en el acto.

-Yo no he enviado al niño a una mercenaria de esa categoría- se desmarcó la mujer. Aunque en honor a la verdad era cierto- solo quiero saber que intenciones tiene con el niño está supuesta heroína.

-De momento, que no lo maten- afirmó con convicción la rubia.

-Eso no es suficiente- negó la daimyo- tengo una fuente confiable que me dice que ese niño algún día se va a sentar en mi trono gracias a la ayuda de un escarabajo. Admito que cometió el error de creer que eso era literal, pero me deja la duda de saber porqué está tan empeñada en ayudar.

-Bueno, recalcó que envió a la más letal asesina de las Naciones elementales en busca del bebé- reitero la media hermana de Chouji y añadió- para ella se sentía mal dejar a su suerte a una criatura inocente cuyo único crimen es haber nacido.

-Entonces creo que no tenemos nada más que hablar- se levantó Suki de la mesa- supongo que el bebé está a salvo y lejos de mi alcance. Pero sepan esto, yo no pienso dañar a ese niño. Y también no he dado ninguna orden para que una mujer así o cualquier Shinobi o mercenario para el caso vaya por él.

No pienso tolerar esas calumnias.

-Piense eso, seguro que es verdad- se levantó también Yū y añadió- que tenga buen día, su majestad.

Y se retiró de la mesa y salió de ahí, sin que los guardias que habían estado rodeando el sitio supieran a qué hora se fue.

Mientras, la daimyo y su primer ministro negaban con cierta exasperación.

-Eso que dijo sobre Yuki onna- comentó de pronto la mujer- espero que no sea cierto Taro o de lo contrario voy a tener que tomar medidas contigo. No sería la primera vez que haces algo como eso a mis espaldas.

-No señora- negó hipócritamente el hombre- no será necesario.

Taro había llegado a la conclusión que además de contratar a Yuki onna debía pedirle a esa organización, Akatsuki, que también comenzará a buscar al niño. Con el niño en sus manos, Suki le pasaría esa "insubordinación" por alto.

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Luego de asegurarse que nadie la siguió a su escondite, Yū vio con asombro todavía, la sofisticada red de transmisión de imágenes que tenía a su disposición la pelimenta, oculta en un broche que ella llevaba, la cámara de televisión que la rubia llevo a la reunión le dijo a la pelimenta lo que necesitaba saber sobre sus enemigos, de ahí que pidiera un explicación más profunda a Kagome.

Está le hablo sobre lo que había oído ese día, de la adivina y la profecía, sumiéndose la niña en sus pensamientos tras oír lo que significaba eso.

"¿Que opinas?" Preguntó la ojinaranja a su inquilino, deseando tener el punto de vista de la persona con más experiencia en la antigua caballeriza dónde estaban durmiendo.

"Un idiota intentando evitar lo que dicta una profecía…. Será la primera vez que lo vea" negó con sarcasmo el Biju y añadió "Eso podría explicar la sensación de urgencia, si lo quieres llamar así, de venir a este país. Los dioses quieren que ayudemos a ese niño a subir al trono de este país".

"Bueno, la profecía dice que le ayudo a sentarse ahí" admitió Fū "pero no dice que peleando. No es algo que quiera, soy de la opinión de que una pelea evitada es una pelea ganada. Pelear una guerrera civil no es algo que me entusiasme"

"A mí tampoco me gusta eso" admitió Chomei "ser el instrumento de la voluntad de los dioses es un buen cambio para variar la forma en que se me ha estado usando desde que me sellaron. No me entusiasma, pero le doy la bienvenida a ese propósito".

Fū siguió dándole vueltas en la cabeza a toda la data que tenía ahora, que Suki era una mujer que lloraba a su familia pérdida, que era un buena mujer con una víbora como ministro y la profecía que decía que ese niño sería el próximo Daimyo y que ella y Chomei le ayudarían a llegar a esa posición. Si tan solo hubiera una forma pacífica de hacer…..

La pelimenta se reprendió mentalmente, había una manera de hacer las cosas así, ¿Cómo no se dió cuenta de eso antes?.

-Dame al bebé- ordenó Fū a Kagome que la miro con suspicacia.

-¿Porqué?- Preguntó algo aprensiva su madrina.

-Porque encontré la manera de hacerla cumplir satisfactoriamente.

La mujer le dió al niño y Fū se coloco el casco y llamo a uno de sus insectos, mientras esté llegaba, la rubia le pregunto:

-¿Cómo vas a hacer eso?

No se veía por su indumentaria, pero la niña sonrió confiada al haber dado con la solución más óptima y pacifista.

-Sencillo, le voy a dar el bebé a Suki.

-¿Espera, que?- se alarmó Kagome, pero era tarde, Fū ya había partido con el niño.

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Esa mañana, Suki despertó temprano al oír los gorgoritos de un bebé y al ver la cuna de su hijo, una que jamás llegaría a usar, vio al niño al que sus hombres y ella habían estado buscando con ahínco, estar ahí sin más.

Era la primera vez que ella lo veía y tenía que admitir que era sumamente adorable.

Pero se alarmó al darse cuenta de algo, si el bebé estaba ahí, eso quería decir que…..

-Si quisiera matarte lo habría hecho mientras dormías- oyó la Daimyo la voz distorsionada de Fū- he venido aquí, porque voy a darle cumplimiento a la profecía.

-Entonces estás mintiendo- le miró la mujer con dureza.

-La profecía dice que este pequeño algún día va a sucederte en el trono- comenzó a elaborar la niña- y que un escarabajo va a ayudarlo a llegar a esa posición- Suki asintió, ya sabiendo de sobra esa profecía- PERO, ¿Porque no hacerlo porque hereda el trono?

- ¿Cómo dices?- Preguntó la mujer.

-Lo veo en tus ojos y un amigo algo gruñón que tengo que puede sentir emociones también lo dice, eres una muy buena persona, este niño necesita alguien a quien amar como madre y tú eres una mujer que quiere darle su amor a un hijo….. ¿Porque no tener ambos lo que necesitan y quieren y de paso, cumples esa profecía sin derramamiento de sangre a futuro?

La Daimyo pensó detenidamente las palabras del Escarabajo Carmesí y tuvo que admitir que tenía razón. Ella sería sucedida por el niño, bien podría ser una transición pacífica si esto era porque ella lo adoptaba. No era un secreto que hubo una fuga de información sobre el asunto y casi todo el país sabía de esa profecía y ya veían muchos a ese bebé como su sucesor. De que sea por las armas a que fuera así….

Y era un niño tan encantador…. No le haría nada malo cuidar y educar a su futuro sucesor.

La Daimyo sonrió contenta, dándose cuenta que incluso la parte de que un Escarabajo le ayudaría a hacerse del trono se acababa de cumplir, pues la heroína la había convencido de que era la mejor forma de tener a todos contentos.

Sin embargo….

-Me temo que por mucho que eso sea verdad, su primer ministro me ha pagado una fortuna por matar a ese bebé y Konoha me ha pagado muy bien por hacerme de tu cadáver- oyeron la voz de Yuki Onna que entraba a la habitación- así que, ¿Porque no iniciamos las cosas desde donde lo habíamos dejado?.

Omake.

Hace mucho tiempo existió un país muy próspero llamado El país de los Ancestros, en él, vivía un joven Rey llamado Tenji y aunque era un monarca, poco o nada tenia que ver con muchos reyes y Daimyo que han habido antes o después a él.

Tenji era un inventor, creía que la tecnología y la ciencia eran la clave para hacer a su país más próspero y con una mejor calidad de vida.

Y por ello, el hombre se había dedicado a hacer mejoras a los molinos ya existentes que pasaron de ser una gran rueda de roca que era accionada por un burro o una mula vieja que se la pasaba girando todo el día, a crear molinos de viento o de agua que eran más eficientes y cuyos mecanismos podían usarse para otras actividades.

Por ejemplo, el molino de agua se podía adaptar medianamente una serie de poleas y aditamentos, para convertir su mecanismo en una sierra que hacía más fácil el procesamiento de la madera o el de viento, para darle vida a un invento suyo, el martillo pilón que hacia más fácil la herrería.

Un día, mientras Tenji y su asistente personal (o mejor dicho su más fiel sirvienta) recorrían sus dominios en busca de unos minerales, vieron caer un meteorito y fueron a seguir su rastro.

Grande fue la sorpresa de ambos al ver en el lugar del impacto, a una muy hermosa mujer de cabellera blanca, piel sumamente pálida y dos hermosos ojos perlados, dándole una suerte de golpecitos a una muy enorme suerte de semilla, tan grande como una calabaza, mientras ellos se acerbabab a ella.

Y pese a lo raro de la situación, Tenji se encontró a si mismo, sumamente cautivado por la belleza de esa mujer, una mujer que seguramente era una diosa, debido a su gran belleza.

-Hola, ¿Podemos ayudar en algo?- saludo Tenji a la desconocida que no le prestó atención a él y que se dedicó a mirar a los alrededores.

-¿Me entiendes?- intento nuevamente el rey, creyendo que posiblemente la mujer no hablaba su idioma.

Sin embargo, creyó que quizás por estar aún desorientada por la caída o con sordera debido a ella, la hermosa mujer no no oía en lo más mínimo, por lo que decidió intentar algo más arriesgado…

-Amo Tenji, no creo que sea una buena idea meterse en los asuntos de esa mujer- opino su acompañante.

-No seas miedos Aino- sonrió el hombre y añadió- puede que solo sea algo tímida.

-O que no habla nuestro idioma- señaló con mucha lógica Aino- si viene de las estrellas, está más que claro que no habla igual que nosotros.

-... Shinju- oyeron a la mujer decir, lo que eliminaba el supuesto de que fuera muda.

-Al menos sabemos que si puede hablar- sonrió Tenji que ignorando las advertencias de Aino. Intento acercarse nuevamente a la misteriosa mujer.

Poco sabía Tenji que la historia de su planeta cambiará gracias a su insistencia en conocer a esa visitante de las estrellas.

Y corte.

Un capítulo más y acaba esta mini saga y damos pie a la siguiente. Espero que les guste este capítulo, que siendo sincero, yo mismo encontré raro.

Cómo dato extra, el omake tiene su relevancia y ya verán por qué más adelante.

Ya saben, dejenme su review, así no solo me animan a escribir, habrá retro alimentación entre nosotros.