La bestia interior
Ya saben, lo de la disgrafia, disculpas por los teclazos y horrores del auto corrector.
Y recuerden, Naruto y sus personajes son propiedad de Kishimoto sensei
Review.
Enjeru Hijshikina J-San
Uno pensaría que si. Pero ya ves como es esto….. 😅
Oswaldo Enrique
Gracias, te deseo lo mismo.
País del Agujero.
Jūgo seco su sudor y bebió un poco del agua que le dió una de las mozas que estaban ahí para medio apagar la sed de los trabajadores de la mina.
A cuarenta grados centígrados, en pleno rayo de sol y con tan extenuante labor, la deshidratación y el golpe de calor eran tan frecuentes que el tacaño del dueño se vio en la necesidad de implementar al menos que medio estén hidratados los esclavos, que diga, vagos que diga, trabajadores comunitarios que pagan su culpa por no ser benéficos para la sociedad.
Al pelinaranja no le importaba nada esto, al contrario, era un techo, un trabajo rudo y comida, todo con lo que se conformaba en estos momentos.
Para Jugō, entre más chakra estuviera quemando su cuerpo, menos posibilidades de que "Él" salga a escena.
El muchacho se había aliado temporalmente con Suigetsu y se habían separado apenas escaparon, yendo en dirección contraria uno del otro. Era una lástima, le caía bien y no era tan vulnerable a "Él" como la mayoría. Suigetsu podría convertirse en líquido y en ese estado, era prácticamente invulnerable a ataques físicos directos.
El joven era guapo, alto y tenía un llamativo color de cabello y eso por extraño que parece, no lo hacía destacar entre los demás. Años de estarse escondiendo de los shinobi y en general, de la gente, le había enseñado a pasar desapercibido a simple vista y por ello no destacaba nada con respecto a la mayoría.
El joven volteo fugazmente en dirección a donde estaba observando atentamente a los trabajadores, Hana.
La ex Inuzuka estaba desnuda, con su fiel silbato en el cuello y su manda variopinta de lobos y perros shinobi que estaban jugando detrás de ella, aunque poniendo atención, en caso de que el silbato funcionará. De hacerlo, eso quería decir que los animales tenían vía libre para cazar a un desafortunado que había bajado su rendimiento, se estaba "distrayendo" con el agua o cualquier cosa que Hana juzgará conveniente por capricho para entretenerse viendo cómo moría un desafortunado.
-Jugō, será mejor que sigas trabajando- le recomendó el viejo que estaba ahí, un hombre que fue llevado porque se quedó dormido en el parque luego de una borrachera- Si ese monstruo te ve,va a mandar a sus lacayos por tí o peor, podría obligarte a ir a su habitación y ya sabes que pasa cuando eso sucede.
Para nadie era ya un secreto que cuando un empleado guapo de aquí desaparece, es porque Hana se lo come tras follárselo. Por eso muchos pensaban que a lo mejor ella era parte Mantis religiosa o viuda negra.
Distraerse en un ambiente hostil sinceramente es lo mejor que puede hacer, ya que no hay forma de acabar de manera permanente con su sufrimiento.
Una vida de constante agonía, que aunque no era física, no por eso lastima o duele menos.
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País del Colmillo, un mes atrás.
El pobre muchacho estaba sentado en la hierba, con la cabeza entre las manos. Su mente no era más que un lío apresurado, con pensamientos girando libre y violentamente.
Había pasado casi un mes desde su última transformación destructiva, pero la culpa seguía carcomiéndolo. No solo de sus últimas posibles víctimas, sino de las de los últimos años. El monstruo maldito dentro de él siempre encontraba una salida para destruir y matar, ¿o era realmente él dando rienda suelta a sus más oscuras pasiones?
Jugō dejó escapar un suspiro exasperado, tratando de liberar el estrés y la tensión en una sola respiración, pero no sirvió de nada. El centro de su estómago se apretó cuando sintió náuseas, los pensamientos en su cabeza iban demasiado lejos, ¿o era simplemente la verdad que estaba demasiado asustado para aceptar?
"Imposible, imposible, imposible", repitió en su mente, casi siendo una suerte de susurro desesperado, tratando de calmar sus nervios con el pensamiento, pero había demasiadas pruebas para que él lo negara continuamente.
Sabía que "Él" era solo una persona de sí mismo. ¿Y si fuera la persona de todo ese dolor y angustia que había guardado dentro de sí mismo durante tanto tiempo? ¿Y si fueran todas las cosas que quería hacer, pero tenía demasiado miedo porque era demasiado tímido? ¿Demasiado asustado para hacer lo que su corazón más desea?
No se podía negar totalmente, porque había tan evidencia como para sugerirlo. "Él" era solo Jugō ,de una manera en la que podía expresar todos esos sentimientos que había reprimido durante tanto tiempo de una manera violenta.
-¡Maldita sea!- gimió el muchacho mientras se pasaba las manos por el cabello de una manera frustrada .
-Mi cabello, oh, mi cabello- murmuró para sí mismo. Con una leve risa, se dio cuenta de lo loco que debía sonar en ese momento. Se alegró de que no hubiera nadie más cerca para escucharlo.
Había mechones chamuscados en los costados de su cabeza , lentamente subiendo hasta que todo su cabello tenía el color de las cenizas quemadas. Recordó cuando Kin solía tocar y jugar con su cabello. Todos los momentos íntimos que compartieron y los momentos divertidos que tuvo, pero se sorprendió aún más cuando su mente decidió ir más atrás en el tiempo hasta la primera persona que amaba.
Hitomi; su madre.
Media sonrisa se dibujó en su rostro al recordar a su madre. Ella fue su primera amiga y la primera persona en mostrarle amor real. Y cuando se la quitaron, todo su mundo comenzó a desmoronarse lentamente, cada año era peor que el anterior. Su padre, su padre había sido el que había empezado todo el lío; el que mató a su propia esposa para despertar su Kekkei genkai que se activa con la ira. El último intento por traer nuevamente su línea de sangre a este mundo.
Un sollozo escapó de la boca del pelinaranja cuando apretó los dientes. Los pensamientos habían ido demasiado lejos. No quería recordar a su padre. El hombre que nunca le mostró amor . Solo abusó de él y de su madre, solo mostrando odio hacia los dos.
"¡Eres un inútil, Jugō! ¡Eres la razón por la que murió tu madre!"
"¡Ojalá te matara cuando tuve la oportunidad!"
"Se supone que los hombres deben estar orgullosos cuando sienten dolor, ¡pero todo lo que haces es llorar, Jugō! ¡Llora como el cobarde que eres!"
"¡Eres un monstruo! ¡No mereces vivir!"
"Quizás tenías razón" pensó, recordando los insultos que le escupía su padre. No sentía que mereciera vivir más, no como lo que era ahora: un monstruo. Incluso ahora podía sentir a su persona alternativa latiendo en lo más profundo de su conciencia. Rugiendo, aullando, alimentándose de esta horrible nostalgia por la que estaba pasando, pero que podía contenerla con años de práctica.
¿Por qué? ¿Por qué se sentía así ahora, solo recordando las cosas malas? ¿Eso fue toda su vida? ¿Solo un mal evento tras otro? ¿Realmente no había nada bueno en su vida que no le hubiera sido arrebatado ya? ¿Habían sido ciertos los insultos delirantes de sus padres desde el principio? ¿Estaba finalmente en su punto más bajo?
No sabia que pensar . Su madre e incluso Orochimaru dirían que no. ¿Le dirían que lo amaban y que era un hombre mucho mejor que su padre y que podía convertirse en algo mejor?
No, al final no había escapado totalmente del destino que su padre quería darle, ser un arma de guerra. Claro, quería mostrar que su clan del que ya había bloqueado totalmente el nombre, aún tenía mucho que dar a su aldea shinobi. Su kekkei genkai que le permitía a su familia aprovechar el chakra de la naturaleza, del que él tenía un potencial prácticamente ilimitado, lo convertía en una máquina de destrucción indescriptible que no podía ser retenido ni siquiera por una de los legendarios Sannin. Y aunque al principio creyó que Orochimaru podría ayudarlo, ella también lo estaba usando como arma, por eso tuvo que irse.
Los recuerdos de Jugō se estrellaron contra él, ola tras ola. Las almas de aquellos que habían muerto en alborotos pasados lo torturaron. Podía verlos rodeándolo de la manera más amenazadora. Querían su venganza y la conseguirían pronto.
¿Era mejor que su padre? ¿Podría siquiera responder a esta pregunta por sí mismo? ¿A cuántas personas ha herido, cuántas vidas ha destruido? Mucho más de lo que el bastardo que le dió la vida arruinó más allá de cualquier intento de reparación, eso es seguro.
Finalmente, soltó la cabeza de sus palmas sudorosas. Agarraron el mango del revólver que consiguió robandola a esos bandidos, en su mano con fuerza, su mano temblaba, pero ¿Por qué? ¿Temor? No, sabía que esto era lo que quería. Eso es lo que tenía que hacer.
Este fue su punto más bajo. ¿O podría bajar aún más? De ser el miembro de uno de los clanes fundadores de la aldea ninja de su pequeña nación, a un nómada que tuvo que pedir dinero para conseguir su próxima comida o ropa nueva. Todos lo perseguían; las Cinco grandes aldeas shinobi, esa rara organización llamada Akatsuki, las aldeas menores y varios ejércitos de aldeas sin ninja en sus tierras. Virtualmente todo el continente elemental lo perseguía o lo haría cuando sepan de qué es capaz de hacer.
Oh, ¿qué importaba ahora? Su vida estaba a punto de terminar. Con una rápida bala en el cerebro, todo habría terminado. Ya no lastimaría a nadie, ya no lastimaría a Kin más de lo que ella ya lo estaba. El mundo finalmente estaría libre de "Él" ; de Jugō.
Podía sentirlo a "Él" luchando en su cabeza, aparentemente consciente de lo que estaba tratando de hacer. Cómo estaba tratando de acabar con la vida de ambos. Jugō estaba en un estado débil y le resultó casi imposible detenerlo. Otro sollozo vino de él. Se permitió llorar libremente porque no había nadie alrededor para mirar.
Estaba lejos de las ciudades o áreas pobladas que conocía en un lugar con césped que apenas crecía en el suelo. Sintió que al menos debería morir en un pequeño parche, porque al menos la última parte de su vida sería cómoda. Y su madre estaría al otro lado esperándolo. Ya podía verla. El cabello castaño y los hermosos ojos suaves con los brazos abiertos en un abrazo alegre.
Calmó un poco sus nervios.
Dicen que el suicidio es la salida cobarde, pero Jugō sintió que era justo cuando te quedaste sin opciones. ¿Ir a Konoha a buscar a Jiraiya? Konoha, según Orochimaru era todo lo contrario a su reputación, no era opción ¿Cuántas veces había intentado curarse a sí mismo? ¿Cuántas veces había intentado separarse del monstruo? Todos fueron fracasos. Esta era su única salida, la única opción sensata que le quedaba.
El frío metal descansaba entre sus dientes apenas tocando su lengua, pero lo suficiente como para dejar que se le pusiera la piel de gallina. Solo una bala en el cañón que acabaría con todo. El escalofrío luego se intensificó a un temblor más violento que hizo sonar el arma de nuevo con los dientes. La respuesta natural de su cuerpo al pánico estaba conduciendo a algo más que podía sentir.
El rugido y los golpes de "Él" se hicieron más intensos a medida que los músculos que no podía controlar conscientemente comenzaron a contraerse. Su cuerpo sintió el peligro, despertando la adrenalina en su sangre, su corazón se aceleró mientras podía sentir la transformación a punto de ocurrir.
"¡No! ¡No cuando estoy tan cerca !" pensó enojado, metiendo el arma más en su boca hasta que pareció apuntar a su cerebro. Sabía que si esperaba más, sería demasiado tarde. Su dedo se movió fuertemente cuando apretó el gatillo seguido de un fuerte golpe, pero ya era demasiado tarde para matarlo. La transformación había comenzado y la bala se alojó en su garganta, no atravesandola, sino simplemente atascada.
Jugō gimió y dejó caer la pistola cuando sus músculos comenzaron a convulsionar y su piel lentamente se volvió naranja. El dolor era aún mayor con la bala clavada, como una aguja que no atraviesa tu piel, simplemente se queda ahí.
Puede sentir que su esperanza disminuye, la visión de su madre desaparece. Ya puede anticipar el dolor que causará a los demás mientras viva. Se maldijo a sí mismo, pensando que debería haberlo sabido mejor, pensando en el fracaso de este intento y en cómo otros sufrirían por sus errores.
Esta vez no pudo controlarse y rápidamente se perdió en la neblina negra, mientras sus enormes músculos arrancaban la ropa de su cuerpo y solo quedaban sus pantalones. La criatura que ahora estaba en el lugar donde estaba el muchacho, escupió la bala que estaba destinada a matarlo en el suelo.
Gritó en voz alta, un grito de victoria, pero un grito lleno de ira. La bala no era nueva para él, lo había alcanzado anteriormente en un intento de matarlo, pero nunca funcionó. Solo lo molestaron. Gruñó en voz alta, llegando a la conclusión de que el "debilucho" había intentado matarlo.
-Yo soy el más fuerte que existe, tonto "debilucho" . ¡Nadie puede lastimarme!
Y con eso, "Él" se fue en un alboroto lleno de ira; ya no piensa en los inocentes con sus visiones nubladas por una rabia negra.
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Tiempo presente.
Trabajo mecánicamente mientras los recuerdos volvían a él nuevamente, acostumbrado como estaba a mantenerse así, en una suerte de trance para hacer cosas mecánicamente, mientras su mente iba a otra parte para mantenerlo a "Él" lo más aprisionado posible. Por ello es que cuando volvió en si, ya estaba en la cobacha donde dormía, vendando a otro de sus compañeros que apenas habían logrado resistir la jornada del día.
-Pensando en el pasado de nuevo- aseguró el viejo Shiroi- ¿O meditando otra vez?
-Creo que un poco de ambas- admitió Jugō- es lo mejor que puedo hacer.
-En un lugar así, a todos nos vendría bien hacer eso- admitió Shiroi- escapar al menos de esta manera, es mejor que quedarnos aquí.
-Con solo verte aquí, las ganas de huir se le quitan a cualquiera- se metió un joven a la plática- ¿Qué esperanzas de huir tenemos, si el legendario Kiba Shiroi, siente que no es rival para la Abominación que hay ahí afuera?
-¿Quien?- entro otro metiche a la conversación.
-Se nota que no son de aquí- rodó los ojos el primer metiche, comentario hecho al ver que había varios, incluyendo a Jugō que no sabían a qué se refería- ese viejo es el legendario Colmillo de Dragón, Shiroi Kiba, el último usuario del estilo de artes marciales conocidos como "El puño del río salvaje". Se dice que el fue uno de los pocos que pudo vencer a Salamandra Hanzō y al Terror de Taki, Kakuzu. Si este tipo no hace el intento de huir, ¿Qué esperanzas de hacerlo tenemos nosotros?
Varios miran con sorpresa y bastante miedo al viejo que niega con exasperación. Cierto, es una leyenda en las artes marciales y tiene ese par de palmarés detrás suyo, pero ¿Eso de que le sirve?
Es verdad que Kakuzu ya era un veterano cuando lo enfrentó y por el contrario, Hanzō estaba verde todavía, pero eran victorias.
Lamentablemente, al único enemigo que no podía vencer y que mermo demasiado su poder y confianza, es el tiempo. Hana tenía la juventud y el poder de su lado, además del modo Sennin a un nivel que él jamás aspiró a llegar.
Le dolía que mientras que un artista marcial que se entrenó a sí mismo y lejos de cualquier aldea shinobi, que vivía por y para el arte que desarrollaba, no fuera capaz de acceder al legendario modo Sennin, lo que sería la culminación de su carrera, la última frontera que le faltaba por pisar. Los shinobi eran monstruos que hacían todo con esos vistosos jutsu, pero a lo largo de su vida había visto, la mayoría de las veces al ser el causante de ello, que al enfrentar a un oponente que no los deja usarlos, eran nada.
Por eso su mayor dolor fue ver qué alguien como Jiraiya fue el primer humano en la era actual en alcanzar ese estado, luego Hana Inuzuka.
Eso destrozó totalmente su confianza y dejo de buscar la perfección, de ahí que estuviera vagando, bebiendo hasta quedar inconsciente y ganando dinero a sus setenta años, retando a jóvenes incautos a combates por dinero.
-Mi época ya fue- suspiro dolido al decir esas palabras- estoy viejo, cansado y débil, no tengo oportunidad de vencer, lo mejor que puedo hacer es ser paciente y esperar una oportunidad mejor. Lo único que me queda es paciencia, ya que si me muero aquí o se da todo para escapar, es cosa de tiempo.
-Gracias, fuiste de ayuda- se alejaron todos al oír que un leyenda estaba con ellos y se dió por vencido.
-Solo es cosa de mantenerse firmes- entendió que quiso decir el pelinaranja- La Loba Biju no estará aquí para siempre, en algún momento se tiene que ir y es cuando escapar es realmente posible.
-¡Exactamente!- asintió recuperando algo de su buen humor el viejo- veo que meditar te ayuda mucho a tener una cabeza aterrizada. Después de todo, la paciencia es parte de la ecuación para lograr hazañas imposibles.
-¿Y cuál es la otra?- se interesó Jugō.
-La disciplina, ¿Qué más?- expreso Kiba con mejor humor- tienes ambas, suerte y determinación y no hay nada imposible.
-mmmm- medito Jugō, intentando aplicarlo a este predicamento- necesitamos paciencia y suerte para que ella se vaya en el corto plazo, determinación para aguantar hasta que ese momento llegué y con un plan ordenado, es posible que se pueda huir de aquí.
El viejo Shiroi asiente enfáticamente, el cansancio de la inhumana jornada de hoy desaparece por el buen humor, viendo a Jugō meditar nuevamente, nota que cierra los ojos y por un instante, tiene la misma sensación que tiene cuando está muy cerca de Hana, la que se supone…..
"¿Otro, pero él no lo sabe?" Piensa al darse cuenta de porqué Jugō es así. O porque supone que es tan taciturno "Susanoo Sama, Inari Sama, ¿Es la respuesta a mis plegarias?"
-Dime muchacho- le interrumpe Kiba a la meditación de Jugō- ¿Sabes que es el Senjutsu?...
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País del fuego, en algún lugar desconocido. Hace trece años
Una chunin de quince años, de nombre Ochako Uraraka está sujetada a una mesa de operaciones, como voluntaria de un experimento de creación de Kekkei genkai que le Sandaime Hokage está patrocinando. Ella está con siete personas más, todas Voluntarias por un fuerte incentivo económico, en caso de que esté de resultado.
Una más joven Orochimaru le pone una inyección que hace que le ardan sus venas como si le hubieran inyectado agua hirviendo, casi al instante comienza a convulsionar, por lo que la Sanin debe de hacer lo necesario para salvar su vida.
Ella muere clínicamente un minuto, lo que sería su condena.
En ese tiempo, Orochimaru logra de milagro revivirla, el Sandaime que estaba pendiente del experimento, viendo todo detrás de un vidrio de doble vista.
Al momento de reanimarla, todo al rededor de ella comienza a flotar, haciendo sonreír al viejo, ya que ella es la única candidata que sobrevive y que tiene un resultado positivo, sin embargo…
-Entro en un coma profundo, Sensei, no tengo idea de cuánto tarde el salir o si lo haga
-Eso no importa- niega las preocupaciones de su pupila- ella murió un minuto, legalmente si no puede tomar una decisión, puedo hacer lo que crea conveniente con su cuerpo.
-¿Y qué hay de sus padres?- preguntó enojada la Sanin- ellos son los que tienen la palabra final.
-Esto fue una misión Clase A de libro Negro- nuevamente desdeñó el Hokage- no es necesario dar detalles de esto a su familia, simplemente esperemos a ver cómo evoluciona ella y si no lo hace…. Bueno, esperemos que sus Óvulos sean todos viables para poder tener el nuevo kekkei genkai de la aldea.
Esa fue la segunda llamada de atención para la Sanin. Su sensei no era el hombre que ella recordaba.
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País del agujero, Tiempo presente.
Una semana después de la plática de Jugō y Kiba, este empezó a enseñarle la medicación más profunda de la que él tenía conocimiento. Se sentía más natural para él, debido a que el viejo le enseñó que esta era necesaria para llegar a un estado conocido como Senjutsu.
Este estado de elevación mental y física le permite al usuario sentir, reunir y usar la energía de la naturaleza que se encuentra en el entorno de la persona. Según el viejo Kiba , los profesionales del Senjutsu pueden hacer que dicha energía que entra dentro de ellos se una con su propio chakra, creando un nuevo y poderoso chakra llamado "Chakra Senjutsu". Este chakra no puede ser usado por nadie que no haya sido entrenado para alcanzar ese estado.
Este chakra permite al usuario entrar en un nuevo estado llamado el "Modo Sabio", que puede aumentar drásticamente la fuerza del ninjutsu, genjutsu y taijutsu. Una persona que es capaz de utilizar el Senjutsu se le demonina un Sabio o Sennin.
Todo eso Jugō lo sabía en menor o mayor medida, al menos la parte teórica del mismo, ya que su Kekkei genkai le permitía hacer eso precisamente en menor medida, reunir y aprovechar superficialmente esa energía natural.
Pero al oír que la energía que estaba en La "Estrella" el tesoro de su aldea natal, podía a veces potenciar las habilidades latentes de sus usuarios, aunque tenía el inconveniente de ser potencialmente letal, su padre lo expuso a ella, logrando que efectivamente, pudiera reunir una cantidad de esa energía, más allá de los límites de su Kekkei genkai.
Por primera vez, desde que tenía memoria, había una esperanza de poder detenerlo a "Él" ya que la meditación Senjutsu quizás era la clave para mantener atrapado en su interior.
-Para llegar a dominar los Jutsus del Ermitaño es necesario equilibrar perfectamente la energía física, mental y de la naturaleza- le enseña en un breve descanso el viejo- esta última energía se obtiene de todo su medio natural proveniente del cielo y de la tierra. Si el usuario absorbe poca energía natural las técnicas del ermitaño no tendrán efecto, pero si es mucha y no tiene control sobre ella causara que este se convierta en un animal y después en una estatua para siempre.
La única forma de recolectar energía de la naturaleza es ser uno con ella, es decir, que el usuario debe permanecer inmóvil o en un estado similar al legendario Musubi, la mente apaga, pero el cuerpo consciente. Una vez reunida esta energía, se debe aprovechar al máximo, ya que será cada vez más difícil acceder a ella.
Y mientras están meditando ambos, Hana posa su atención en el muchacho pelinaranja, que de alguna manera, para su vergüenza, había permanecido bajo su radar.
"¿Cómo no me di cuenta de él antes?" Se relamió los labios al ver la fuerte constitución de Jugō y sus agradables fracciones "Mañana en la noche serás mío, así que descansa lo que puedas mi querido Juguete, lo vas a necesitar"
Al ver la mirada de Hana, el capataz sabe que va a perder a otro de los trabajadores, la pregunta es cual y que tanto va a ensuciar su habitación la temible bestia que están empleando en este momento.
Omake.
Hace mil años.
-¿Vienes de las estrellas?- preguntó Tenji muy asombrado mientras Kaguya asentia a la pregunta del rey.
-Si, soy la Heraldo de Shinju, el árbol chakra- amplió su respuesta la mujer- mi misión es encontrar un planeta que reina los requisitos adecuados para que mi amo logré crecer mucho y una vez que eso ocurra, repetir el ciclo nuevamente.
-¿Amo?- preguntó el rey.
-Shinju Sama es un ser consciente, no es solo una vulgar planta- le explicó la mujer- su objetivo es viajar por el cosmos y ver todas las maravillas que este mundo ofrece y seguir ampliado sus horizontes.
-Suena a una suerte de investigador- sonrió divertido Tenji- como si fuera un explorador o científico.
-Podría decirse que sí- se encoge de hombros ella.
Tenji entonces entiende un detalle, por lo que le pregunta a la mujer.
-¿Entonces tú eres un fruto de Shinju?- quiso saber el rey.
-No, yo soy un ser que nació en uno de los planetas en los que llegó- aclaró la mujer- he estado a su servicio por miles de años, pero puedo asegurar que yo, al igual que tú, nací de una madre y un padre.
-¿Entonces, porque ya no recuerdas tu nombre, por ejemplo?- quiso saber esto el investigador.
-Cuando haces lo que yo, sabiendo que tu familia y amigos se han ido hace demasiado vidas, es fácil deshacerse de lo que te hacía ser tu mismo- se encoge de hombros la mujer- simplemente, ya no tiene importancia tener nombre.
Mientras hablan al pie de la colina donde la mujer plantó a Shinju, sentados en una manta y compartiendo una comida, Tenji medita un poco lo que ella le está contando.
Le costó trabajo entablar una relación con la mujer, desde hacer que ella los quiera reconocer a él y a Aino, hasta empezar a hacer que ella se abra poco a poco con ellos. Este año ha valido la pena, con todo y que Tenji ha tenido que ocultar a la visitante de otro mundo, usando a su guardia real para ello.
-Hablando así, me deprime un poco- medita Tenji en voz alta y dirigiéndose a la mujer le preguntó- ¿está muy bien, si te llamo Kaguya?
-¿Kaguya?- Preguntó la mujer que inconscientemente sonrió por la audacia de Tenji- Suena bien.
-Entonces, mi hermosa Kaguya, que me puedes contar sobre los mundos que han visitado.
Kaguya oculta muy bien un hecho crucial sobre su amo y comienza a hacer un relato sobre los mundos en los que ha estado antes, omitiendo el "pequeño detalle" que Shinju consume totalmente esos mundos, dejando páramos sin vida.
"Cuando llegue el momento, voy a sumirte a tí y a Aino en una ilusión perfecta que les mostrará su mayor sueño" piensa con tristeza Kaguya "es lo único que puedo hacer para que no sufran cuando mi amo los consuma"
Ella se inclina para mostrar un mineral raro a Tenji y aprovecha para enjuagarse una lágrima furtiva, algo que en más de Cuatro mil años no había hecho, siendo la última vez que lloro, cuando ella convenció al monstruoso árbol de dejar su mundo en paz, a cambio de que ella le ayudase a encontrar nuevos planetas para consumir. Vendió su alma por la salvación de los suyos y desde ese entonces, esta era la primera vez que tenía remordimiento por ello.
Lejos estaba ella de saber que de hecho, las cosas no serían exactamente como lo había planeado.
Omake 2
Caverna Xibalba.
El viejo sabio de las grandes serpientes, Mitlantecutli, está viendo atentamente el humo del incensario dónde está viendo la voluntad de los dioses.
"El devorador de planetas será vencido, solo si el príncipe de una tierra lejana está Unido, cuando el sabio, la mariquita, el ángel de hielo, la descartada, el trueno, el viento, la Luna, el león rojo y la vidente estén a su lado, el mundo finalmente podrá librarse del azote de Shinju"
-Es una profecía muy literal- opinó Tezcatlipoca.
Su madre asiente mirando de soslayo en dirección a donde está Tayuya entrenado con su otra hija, Quetzalcóatl, que está de visita con su esposo.
-Y una de esas personas es Tayuya- expresa Coatlicue, la esposa del líder del clan de invocación, el poderoso Mixcóatl- el otro es el portador de Uramasa, pero no idéntico a los demás.
-Una de ellas creo que es la princesa de ojos de luna- entendió Tezcatlipoca- ¡Jodida Konoha! Alteraron la profecía.
-Lamentablemente, así es- negó la sabia serpiente- Se alteró, pero inevitablemente, tiene que ver con el despertar del árbol monstruoso. Pero no es lo único que me mostró esa visión, la alteración de la profecía es más grande que eso.
-¿A qué se refiere? - interrogó Coatlicue.
-Solo les dije la nueva profecía que ya conocen, pero hay más ahí. Kagutsuchi se va a involucrar directamente, al igual que varios guerreros de un poder que jamás se había visto, así como un hijo de Shinju que estará de nuestra parte.
-¿Quiere decir que la guerra que estaba prevista será más catastrófica?- Preguntó con temor la hija de Coatlicue.
-Si, pero también, en su mayor parte, no será peleada por lo que conocemos como shinobi actualmente- vaticinó Mitlantecutli- hermanos que son tan rápidos como el relámpago, un ser parte Shinju, parte hombre, otro similar, parte mujer, el futuro está cambiando, pero algo es seguro, gane o pierda Shinju la guerra, el mundo shinobi está llegando a su fin.
La profecía originalmente decía que el elegido decidiría si salvar o destruir el sistema shinobi, pero, en su ansia de poder y en una suprema arrogancia, Konoha que quiso usar la profecía a su favor, imponiéndose cómo la única aldea shinobi que quedaría tras el caos y la destrucción, fue quien inició el principio del fin para esta era.
Anko ya les había contado sobre Sherezade y su plan hasta ahora exitoso para desterrar del continente elemental el modo de vida shinobi, así que la visión del sabio tenía mucho sentido. Si la guerra la ganaba un No shinobi, ese sería el clavo en el ataúd para ese estilo de vida.
Por eso es que las profecías se deben revelar con tacto y sutileza, porque hacerlo de otra manera, siempre acarreaba el resultado más catastrófico, si se cometía la estupidez de intentar alterar dicha profecía.
Ojalá que Gamamaru y el idiota de Jiraiya vivan lo suficiente como para ver el enorme error que cometieron.
Ojalá que el avatar de Kagutsuchi no pague un precio tan elevado por ayudar al dios a proteger nuevamente a la raza humana.
Y corte.
Spoilers que no parecen spoilers.
Eso es todo lo que dire.
Ya saben, dejenme su review, así no solo me animan a escribir, habrá retroalimentación entre nosotros.
