Advertencia: Los personajes de Inuyasha no fueron creados por mi, pero las acciones y lo escrito aquí, está hecho completamente de mi imaginación, inspirado en la película Titanic (cosa que ya deben de haber notado).

IV-. Todo cambia en un segundo

Un joven con su mirada perdida en el reloj en una escalera, esperaba ansioso la aparición de una chica que yacía en su cabeza desde hacía unos días… El pensamiento de ella, de sus ojos, de su boca, como ansiaba probarla, y ser parte de ella, uniéndose en uno solo… los labios rojos y hermosos de esa chica a la cual la hermosura la desbordaba, esa chica a la que…

-Inuyasha…? - una voz suave y tierna lo despertó de su ensueño

-Kagome – dijo volteando y vio a esa mujer con un sonrojo que la hacía lucir más hermosa que cualquier mujer en el mundo entero, con ese vestido ajustado… unos pensamientos pasaron por su cabeza rápidamente, se vio a si mismo abriendo suavemente ese vestido mientras palpaba una piel suave y tersa, escuchando sus jadeos… lo que lo hizo sonreír y mirar con ternura a su mujer que tenía enfrente suyo.

-Bueno… aquí me tienes… - dijo expectante a lo que venía ahora

-"Aquí te tengo…" – pensó ampliando su sonrisa, bastante traviesa, lo que no dejaba a aquella chica borrar su sonrojo, cuando entonces recordó para que la había llamado – quieres ir a un fiesta de verdad?

Kagome rió nerviosa por la pregunta, a que se refería este hombre?... muy adentro, lo deseaba, tal vez solo un poco, pero es que las facciones de su rostro, su cuerpo fornido y musculoso, porque no podía pensar en Kouga, y en vez miraba esos ojos dorados que tenían un fuego que la hipnotizaba, como nunca había hecho nadie, porque no podía ser él en vez de Kouga?... Como lamentaba no poder estar con él, pero ya estaba fijado todo el acuerdo para su boda con ese joven rico… solo por problemas de dinero debía casarse con él! Aunque no dudaba que era un hombre muy caballeroso, con un cuerpo bastante fornido, y una sonrisa hipnotizante, pero porque no podía quererlo como todos querían? Que Injusta era la vida… entonces vio al caballero enfrente de ella, tomar una postura superior y acomodar el brazo para que ella lo introdujera en él. Lo tomó con honor y con la cabeza en alta, bastante divertida si se me permite decir, se fue junto a él, y mientras pensaba no notó que llegaron a la popa del barco, muy cerca el uno del otro, pero el lugar nunca había sido visto por Kagome.

Era un lugar en el que difícilmente se podía notar algo, era como un piso más debajo de en la parte de la popa, en la cual todo el mundo era de una clase baja, por lo que Kagome, no sabía si alegrarse de poder pasar una noche en libertad de las exigencias de la clase alta, o asustarse porque todos ahí podían juzgarla mal por como eran todos allá arriba.

Entonces, vio al joven que estaba a su lado instarla a que siguiera bajando por la ancha escalera que había. El cuarto estaba inundad por un bullicio impresionante, más música tocada por personas que estaban ahí debajo de un escenario en el cual habían varias parejas bailando, todas con unos trajes bastante simples y sucios, si no es imprudente que lo mencione. Kagome miraba intrigada todo lo que la rodeaba. Nunca había visto algo tan… libre de reglas, era fascinante. Entonces sintió que el brazo de Inuyasha se debilitaba y se posaba en su cadera, y la dejaba sentada junto a una mesita a unos dos metros del escenario. Entonces Inuyasha, fue donde una pequeña niña, de ojos color café, de aproximadamente unos 7 años, muy parecida a Kagome, llamada Rin, con la cual estuvo bailando un buen rato. Kagome en tanto se había ido relajando, mientras veía a Rin y a Inuyasha bailar, y tomaba un vaso de cerveza que se encontraba ahí.

-Rin, ya te busca tu padre, ve con él, yo por mientras me iré a sentar con aquella joven – dijo apuntando a Kagome, a lo cual Rin le puso una cara de capricho – no te preocupes, sigues siendo mi bailarina preferida! – y dicho esto ella se fue sonriendo donde un caballero,que ya se estaba retirando, junto con otros dos adolescentes, que debían de ser sus hermanos.

Cuando llegó a la mesa de Kagome, vio como ella bebía, apresuradamente, su segundo vaso de cerveza, atragantándose con ella, y la quedó mirando, divertido y sorprendido a la vez, que no fue desapercibido por esos orbes chocolates, que al notarlo, se detuvo en su tarea de beber, y lo quedo mirando, a la vez que respiraba agitada.

-Que? Crees que una mujer de la clase alta no puede tomar como hombre? – al escuchar esto Inuyasha rió, al notar lo altiva y libre que se sentía, sintiéndose feliz por aquella jovencita.

-Nadie ha dicho nada – dijo aún riendo, cuando por fin detuvo su risa, aclaró su garganta, y se inclinó su brazo con la mano extendida justo para donde estaba Kagome – Señorita, me concede esta pieza

Kagome altiva tomó su mano, y se fue con él a bailar. Inuyasha estaba bastante expectante, nunca había bailado con alguien de la clase de Kagome, que se notaba que tenía clase, pero deseaba ser libre. Cuantas veces había engatusado a mujeres de clase alta, pero todas ellas solo bailaban los aburridos valses de las fiestas de clase alta. Por lo que comenzando a sentir deseo, la tomó por la cintura y la guió a la pista.

-Inuyasha… - dijo con un deje de miedo en su voz, que Inuyasha notó.

-Que pasa?

-Yo nunca he bailado esto- dijo ya mostrando su nerviosismo, a la vez que trataba de soltarse del agarre de ese hombre, pero al tratar de hacerlo, Inuyasha soltó una carcajada – que te pasa! – dijo ya lo más nerviosa que podía estar al notar que la música comenzaba.

-Te digo algo? – a lo que Kagome asintió, entonces él se acerco peligrosamente a su oído, dejando todo el cuerpo de Kagome erizado por el movimiento de aquel hombre, y le susurró – yo tampoco

Kagome no supo que decir, que le pasaba a este hombre! La invitaba a bailar algo que ni uno de los dos sabía bailar, pero aún así no se negaba que era lo mejor que había hecho en toda en su vida, ya que lo único que sabía de baile eran los vals que estudiaba. Por lo que expectante espero a que Inuyasha hiciera el siguiente movimiento.

-Esto, se baila de más de cerca

Entonces la tomó por la cintura y la acercó más a su cuerpo en un acto rápido, a lo que ella no negaba que era delicioso sentir sus cuerpos tan juntos,... como adoraba estar cerca de ese hombre. La enloquecía por completo, y sus cinco sentidos siempre estaban pegados a él, no podía dejar que su mente vagara por otra parte si no era por alguna parte en la que en su memoria renazcan los encuentros que había tenido con él.

Inuyasha lentamente comenzó a moverse, y Kagome se dejó llevar moviéndose junto con él. Pero antes de que se pudiera relajar por completo, a lo que se sentía estar bailando tan de cerca, la canción ya había terminado, y una mujer los había tomado y arrastrado literalmente, a ella hasta el escenario al que se vieron obligados a subir. Solo estaban ellos dos, por lo que Inuyasha, se quitó los zapatos, y comenzó a hacer movimientos con los pies para incitarla a que lo imitara. Y ella lo hizo. Se quitó las zapatos, e imitó fácilmente los movimientos que hacía su acompañante, y a cada movimiento se escuchaba el griterío que le mandaba la gente de debajo de escenario para apoyarla, sabiendo que ella era de clase alta, pero la aceptaron en seguida, ya quer cualquier persona de clase alta hubiera rechazado el lugar, pero ella no lo había hecho.

Inuyasha, ya bastante divertido completaba sus movimientos con los pies, siendo fácilmente igualado, y a veces hasta mejorado por esa chica que estaba a su lado, y que rondaba su cabeza. Kagome, por lo que parecía también bastante divertida le gustaba seguirle el juego a quién la miraba intensamente, mas era apoyada por todo el público, lo que le daba ánimos. Hace cuanto que no vivía una experiencia así? Como le gustaba estar siempre al lado de toda esa gente, y de Inuyasha. Ella pertenecía a ese mundo. No podía seguir viviendo sabiendo que había un lugar en el que podías ser libre, libre de las cadenas de la educación, de la clase alta, de los compromisos. Poder ser feliz… junto a él…

Cuando por fin terminaron con su número competitivo, subieron varias parejas más, mientras la música cambiaba a una agitada, con la cual Kagome se puso bastante nerviosa, por lo que intentó bajar del escenario, lo que no fue desapercibido por su pareja. Inuyasha al notar lo que Kagome quería hacer la tomó del brazo y la atrajo fuertemente a su cuerpo masculino.

-Me concede esta pieza? – dijo lo suficientemente serio para que Kagome se quedara estática junto a su pecho.

Inuyasha sintió como ella asentía suavemente con la cara escondida en su pecho. Kagome se alejó un poco y lo miró a los ojos. Ese fuego que tenían le demostraban… no, no podía ser… le mostraban... deseo? Como podía ser eso! Como podía fijarse en alguien así! Si en esta sala ya había varias personas más libres que ella… además de su compromiso con Kouga… KOUGA! Maldición que hora serían?... Por que no tomarse la noche… libre? Porque no ser feliz solo… 1 vez?...

Kagome tomó aire, ya estaba lista para disfrutar todo lo que fuera necesario.

& .--. &.- En la habitación Higurashi -. &.--. &

En la habitación Higurashi, había un joven que cobijaba con sus brazos a un joven de cabellos castaños oscuros. Ambos se encontraban sentados en un sillón, en la habitación privada de la Srta. SangoHigurashi, en la cual estaba siendo cobijada por los musculosos, y, porque no mencionar deliciosos brazos de un hombre que la miraba con su penetrante vista zafiro. Como disfrutaban estar así. Como deseaban estar así para siempre. Como deseaban que nadie nunca los separara nunca. Como esperaban que después de esto, nada cambiara.

Ambos yacían con una sonrisa en aquel sillón, en el cual ambos habían mostrado sus sentimientos más ocultos, resumido en una sola palabra, amor. Yacían sin ninguna prenda en aquel sillón, el cual era el único testigo que supo lo que pasó en ese cuarto… el único que presenció y sintió el amor que compartían los dos jóvenes en el. Teniendo toda su atención en el otro, cada movimiento, cada caricia compartida. Una promesa que comprometía quedara en el alma y cuerpo de ambos seres.

Para Miroku, era una vista deliciosa. Mirara desde esa perspectiva a "su" mujer media adormilada entre sus brazos. Con el cabello arrebolotado por todo su cuerpo y algunos cabellos rebeldes que se pegaban a su rostro, que se encontraba perlado de sudor. Con las mejillas arreboladas en un rosa intenso, que le demostraba lo mucho que lo había disfrutado. Nadie sabía, ni llegaba cerca de pensar el mucho amor que sentí por esa muchacha en ese momento. La adoraba, la deseaba, la amaba….

& .--. &.- En el "sótano" de 3ª clase -. &.--. &

Subidos en el escenario acompañados de una música más bien relajante, se encontraban en un baile más o menos, lento, una joven pareja de enamorados, bailando una pieza de algún vals. Se encontraban tan cerca que, si les preguntaras, jurarían que su corazón les saldría por la boca en cualquier momento.

Kagome con la cabeza, en el pecho del joven de ojos dorados, bailaba al ritmo de la canción, junto con el musculoso cuerpo que la tenía agarrada de la cintura y de su hombro. Que sentía? Porque sentía mariposas en el estómago estando segura de que no tenía indigestión?... Ya había bailado así varias veces junto a Kouga, pero porque? Con Kouga… no sentía más que… a un compañero… a un… amigo… porque junto a Inuyasha lo veía todo diferente? Sumida en sus pensamientos nunca notó que unos ojos los miraban desde la escalera.

Si, era así, ahí estaba dos sirvientes de Kouga buscándola por todo el barco y la encontraron bailando junto con el joven Yashiteru con el que habían cenado hace unas cuantas horas. El sirviente llamado Hakkaku junto con el otro hombre, Ginta, al ubicar a la joven se retiraron, lentamente, para no ser divisados. Y antes de que lo notaran ya estaban con Kouga, informándole de lo que acaban de ver en aquel lugar.

Inuyasha, tenía en sus brazos a la mujer que encontraba la más hermosa del mundo en esos momentos. Con la piel más suave que la seda, disfrutaba acariciando sus brazos en aquel baile, en el cual se sentía más dichoso que cualquier hombre en ese barco, no sabía cuanto tiempo llevaban, pero notó que la música ya llegaba a su fin… Maldición, deseaba que ese momento perdurara para siempre. Pero, la música dejó de sonar y vio como ella levantaba su cabeza de su pecho, con una mirada muy risueña, y con una sonrisa dibujada en su rostro. Pero tampoco dejó pasar lo arrebolada de sus mejillas, rojas como si recién hubiera estado encerrada en un horno. Sintiéndose orgulloso por sus logros en esa mujer la tomó de la mano, y bajaron juntos del escenario.

Inuyasha, la guió hacia el reloj que había en la escalera.

-Bueno, creo que aquí te dejo… - dijo sintiendo un poco de retorcijones en el estómago por esas palabras, ya que de alguna manera sentía que algo iba a pasar, y tenía el presentimiento de que no era nada bueno.

-Muchas gracias, señor Yashiteru – dijo Kagome con las mejillas aún rojas a más no poder – he tenido una noche encantadora junto a ud, espero… - pero en ese momento fue interrumpido por él

-Vamos, preciosa, tutéame, estuvimos juntos toda la noche, y me tratas de usted? – Y con ojos suplicantes – dime Inuyasha…

-Si… - lo miró a los ojos unos segundos, estaba casi hipnotizada viendo el dorado de sus orbes – Inuyasha…

-Adiós, Kagome…

Y dicho esto, se arrodilló, tomó su mano entre las suyas, y la besó como hizo varias veces hoy, dejando de nuevo a una Kagome muy sonrojada, con una notoria sonrisa en el rostro. Estaba en las nubes¿existía algo mejor que eso? Lo dudaba… No sabía aún lo que sentía por él, pero sabía que era algo intenso. Sumida en sus pensamientos, escucho como sonaba el reloj anunciando que eran las 3:00 en punto de la mañana. Miró el reloj, y al notar que era tan tarde no supo como pero en seguida estuvo en su habitación. Al llegar, notó que Kouga estaba dormida en la pieza contigua, escuchaba su respiración lenta y tranquila, por la puerta abierta, por lo que supuso que ese era su estado, totalmente dormido.

Entró a su cuarto, cepilló su cabello e hizo una trenza con él para poder ir a dormir tranquila.

& .--. &.- En la habitación 603 de 3ª clase -. &.--. &

Sabía que el sueño no le llegaría tan pronto como a su camarada, que por su sonrisa sabía que algo había hecho ese día. Aún sentí el aroma a esa chica pegada en su camisa, y en todo su cuerpo, aún anhelaba volver a sentir el aroma de su cabello deleitándolo hasta tal punto en que se sentía volando.

Se quedó pensando en la hermosura de su rostro, en lo suave de su piel, en fin, en cada cualidad de Kagome. Hasta que lo venció un inesperado sueño.

& .--. &.- En la cubierta privada de la habitación de los Higurashi-. &.--. &

Se encontraban Kouga y una somnolienta Kagome tomando el desayuno. Kagome se encontraba tomando un café, mientras que Kouga solo tomaba uno de los más caros tes de Oriente que se encontraban para el desayuno en aquel lugar. Había un silencio sepulcral, que hasta ahora no tenía intención de ser roto por ninguna de los dos.

-Esperaba que vinieras a mi anoche – dijo Kouga con un tono, falsamente inocente, y suplicante

-Estuve ocupada – dijo como si nada, tomando otro sorbo a su café

-Ocupada haciendo que? – dijo comenzando a perder los estribos – bailando con Yashiteru en el sótano de 3ª clase? Crees que eso estaría aceptado por tu madre!

-No tienes derecho a gritarme, Kouga – dijo tratando de ocultar el miedo que sentía- Yo soy… tu prometida! – terminó diciendo esto en un involuntario sollozo

-Mí prometida…. MI PROMETIDA! – dijo parándose, dejando a Kagome más asustada que nunca, tomó la mesa, y la tiró hacia el lado vacío de con una fuerza brutal, y rápidamente apoyarse en los codos de la silla de Kagome, con ella sollozandoy estrujándose de miedo – EXACTO! Eres mi prometida, y no por ley aún, esposa, por lo que deberías respetarme más, entiendes! – dijo gritándole en la cara, a solo 5 centímetros de su cara.

En eso Kouga se fue alterado de esa habitación. Kagome comenzó con suaves sollozos y se echó al suelo comenzando a derramar lágrimas sin parar, intentando ayudar a su mucama que empezaba a ordenar el desastre creado por Kouga.

-No se preocupe milady, yo lo arreglo – dijo tratando de detener a Kagome que con las manos temblorosas insistía en ayudar, con fuertes sollozos escapando de su garganta

-No pasó nada, Chiharu, no te preocupes, yo lo arregló – dijo a la vez que su mucama seguía deteniéndola – Esto… maldición – dijo abrazando a Chiharu y dando rienda suelta a sus lágrimas, que no pudo retener por el miedo y el dolor que sintió cuando Kouga le habló así.

-No se preocupe milady, todo estarás bien – dijo mientras frotaba su espalda abrazándola, como sabía no haría su madre si supiera lo que había pasado

Como le dolía, como la atemorizaba de lo que era capaz Kouga, hoy rompió casi todo ahí, y la amenazó con una brusquedad impresionante. Estaba muy asustada, como deseaba que Inuyasha se encontrara ahí, no sabía porque, pero necesitaba un abrazo reconfortante de él. Así como ayer en la noche cuando bailaron tan cerca. Entre esto ella seguía llorando y soltando dolorosos sollozos, a lo que se fue a su habitación y se arregló de nuevo, se puso otro vestido y se rehizo el maquillaje que había quedad deshecho con su llanto.

& .--. &.- En la proa del braco de 1ª clase-. &.--. &

Inuyasha, se encontraba viendo a unas personas enseñar a un niño aprender a utilizar un trompo. Nadie le ponía atención. Necesitaba sacar ese abrigo y ese gorro de la silla para tomar sol. Maldita sea, nunca llegaría ahí sin ser notado. Cuando…

-¡BUUU! – dijo tomándole los hombros de sorpresa, logrando la reacción que quería, que soltara un grito ahogado y saltara como gato al techo.

-Que te pasa! – dijo ya recuperando la cordura

-Es que bueno, no hemos hablado estos últimos días… como tú sabrás, tú con La tuya, yo con La mía… - dijo pícaramente

-Que insinúas pervertido?

-Me vas a decir que aún no pones una mano en esa delicia japonesa? – dijo con sorpresa, al notar lo poco… depravado podía llegar a ser su amigo, solo por un chica la cual le había robado el corazón… Inuyasha le disparó una mirada acecina, dando a demostrar que no - Bueno… creo que por intuición… sé que eres virgen igual que tu delicia… yo lo era… hasta ayer en la tarde – dijo levantando la vista para ver a su amigo de orbes dorados que lo miraba… "pervertido" estaba demás decirlo que estaba escrito en su mirada.

-Vaya, pues veo que mi suerte te trajo más que lujos en este barco, no es así?... – dijo tomando ventaja de la situaciónal ver que su compañero asentía – Pues, verás amigo mío… Yo necesito un favor… - dijo mirando con ojos falsamente suplicantes

-Anda… ya con tus favores no?... creo que ya sé lo que quieres… -dijo apuntando la silla en la que estaba el sombrero, Inuyasha asintió sin saber que Miroku tenía la vista un poco más atrás de eso, donde había una mujerrubia y voluptuosa tomando el sol – quieres ese manjar americano y rubio de allá atrás… Vaya, vaya, pero si no está nada mal…

¡PAH!

Una mano salió de la nada y golpeó fuerte a Miroku en la mejilla dejando un fuerte color rojo pasmado en su rostro, que aún con los ojos cerrados sabía que atrás estarían un par de orbes rojas de furia al lado de otra mano, libre para su otra mejilla. Tomó unos pasos para atrás y tomar su espacio, sabiendo que si se quedaba ahí sería golpeado de nuevo en la mejilla.

-Veo que la pasas excelente cuando yo no estoy, Miroku… - dijo aún roja con furia, aunque con un deje de dolor

-Vamos Sango… tu sabes que solo te amo a ti! – y dicho esto se acerco a ella casi como un felino

Sango no se quería dejar llevar por los movimientos sensuales de Miroku. No, ni pensar que con eso la arrastraría al placer otra vez. Pero cuando Miroku se encontró tan cerca de ella, comenzó a rozar los labios de Sango con los suyos, solo rozando, nunca besando. Sango al comienzo no se dejaba conquistar, pero con el paso de un minuto ya necesitaba sus besos de nuevo. Lo tomó del rostro y lo pegó al de ella.

-Cuidado Miroku, que yo también sé jugar… - dijo peligrosamente

-Veamos como juegas, preciosa…

Al momento, Inuyasha ya se había ido, quería dejar a la pareja de enamorados en su éxtasis, pero solos… no gracias, no quería ver una película de terror en ese momento… Por lo que se escabulló y con cuidado sacó una chaqueta y un gorro, sin poder ser visto por aquellas personas que aún estaban divertidas enseñándole a ese pequeño niño a utilizar el trompo.

& .--. &.- A estribor del barco donde se encontraban algunos botes salvavidas -. &.--. &

-El presidente dijo que la política estaba en un momento crítico junto a todos los problemas que les había causado… -

A decir verdad la conversación entre su madre y Kouga no le atraía, ni siquiera un poco, sabiendo que Kouga solo quería seguir impresionando a su madre hasta poder tomar su mano al llegar a América y así tratar, otra vez, de conquistarla, pero su falsa forma de ser con su madre y a veces hasta con ella misma no sabía porque, pero sabía que algo no iría bien, por esos pequeños caprichos que Kouga tenía.

Cuando Kagome divisó los botes salvavidas, comenzó a conversar con el joven que había dirigido la construcción del braco, siendo el arquitecto principal.

-Disculpe… umm… señor Sesshoumaru… - dijo tomando la atención de este que estaba a su derecha – si… estamos en un barco el cual no se puede hundir… porque hay botes salvavidas.

-Señorita Kagome… creo que es porque en caso de algún imprevisto, ya quenunca son mal recibidos por la gente en peligro - dijo riéndo ujnto a Kagome, sin saber que esos botes serían algo que salvaría vidas.

-Solo fue un gasto de espacio para ser un braco imposible de hundir – dijo Kouga golpeando uno de los botes con su pie

En eso Sesshoumaru se fue a unir a Kouga y la madre de Kagome a su conversa de la política de Japón. Inuyasha que no pudiendo ser reconocido por ninguna de la familia esperaba en el último bote salvavidas esperando a que pasara Kagome, ocultando todo sus rasgos, como sus ojos dorados con el gorro y el cabello con el abrigo de cuerpo entero. Así pasó desapercibido hasta por Kagome, que no notó, sumida en sus pensamientos, que él estaba ahí, hasta que la tomó del brazo y la arrastró, literalmente, a la pieza más cercana que hubieras ahí.

Esta estando vacía no daba ninguna sospecha de nada, por lo que él la tomó por los brazos y cuando estuvieron adentro quedó un completo ambiente de confusión.

-Kagome, tienes que desprenderte de ellos! – dijo refiriéndose a sus acompañantes de hace 30 segundos, y sin soltarse de sus brazos la arrastró y la pegó contra una ventana

-Inuyasha? No te entiendo - dijo bastante confundida

-Kagome… sabes que no puedo vivir sin ti – dijo dejando a una Kagome muy sorprendida y muda por la sorpresa, al ver que no iba a decir algo continuó – ellos te tiene rodeada… necesitas que alguien te ayude

-Gracias, pero puedo protegerme sola, gracias – dijo tomando altivez y hablándole con un tono despectivo, pero nada mucho podía hacer ya que estaba acorralada contra la ventana. Inuyasha la miró con una mirada con tanta ternura que otra vez la había dejado muda, porque había tanto cariño en él? Porque?

A pesar, de que la luna no brille, mañana
Me dará igual, con solo verte reír
Es lo que me hace feliz, mi alma.
(
Alex Ubago – A gritos de esperanza

-Kagome… - dijo casi con tono lastimero – ellos te tienen rodeada, ahora puedes salvarte porque aún tienes el poder en tus manos, pero – dijo separándose un poco… solo un poco y tomando un tono un poco más serio, pero aún así siendo igual de cariñoso- … pero pronto van a extinguir el fuego que hay en ti, ese fuego que amo… Kagome…

Dijo acercándose con los labios entreabiertos, pero con los ojos entreabiertos, ansiando una, solo una pequeña caricia de aquella mujer, solo una de esos rojos labios que en esos momentos yacían a solo centímetros de los suyos.

Dame una señal, solo dame una mirada,
Si tu estas a mi lado, a mi no me importa nada,
Ya quiero estar entre tus brazos,
Y me muero por probar tus labios, rojos, llenos de ti...
Solo dime que si...
(
Reik – que vida la mía

Kagome que en esos momentos aún se encontraba pasmada por las palabras, notó como se acercaba lentamente¡¿Qué pasaba! Ella no podía… ella NO podía!... porque… maldición, cada segundo era una eternidad viendo como el se acercaba lentamente. Sus ojos comenzaron a llenarse de un líquido salino, maldita sea… No podía… que pasaría con Kouga? Y los esfuerzos de su madre? Todo se iría al olvido, porque! Ansiaba tanto en probar esos labios tan masculinos… como deseaba poder hacerlo, pero estaba toda su responsabilidad, como odiaba ser de clase alta!... Necesitaba más libertad, pero pormenos de un segundo dudó en besarlo o no, entreabrió lo labios, pero luego los cerró de súbito. Inuyasha, que no dejaba de acercarse cada vez más, no paró la ver las reacciones de ella, sino que creyó que eso quería decir que se acercara más. Pero Kagome en un acto ya decidido, pudo sus manos en los labios de Inuyasha, moviendo la cabeza a un lado, para no recibir el beso.

-Inuyasha…. No… estoy comprometida

Dijo dejando a un pasmado¿Qué había dicho? "estoy comprometida" resonaba cada mínimo milisegundo en su cabeza , pero porque! Creía que ella la amaba! Que por lo menos sentíauna pequeñaatracción hacia él, creía que estaban yendo bien! Porque! Maldita sea ese desgraciado, que le había hecho a Kagome! Sabía que algo nadaba mal, ayer bailaron tan juntos, ya casi parecían comprometidos, y ahora lo rechazaba… porque el amor nunca estaba de su lado, entonces recordó a su antigua pareja. Una pequeña visión aspo por sus ojos…. No… no podía ser verdad… no, simplemente no podía! Ella…. Kagome… era igual Kikyou!... Maldita sea, ella podía indagar en él solo con mirarla¿y si lo había notado¿Creería que había otra mujer¿Qué todo era una farsa? Porque Todo Siempre iba MAL!... Entonces las palabras de Kagome lo sacaron de sus pensamientos.

-Estoy comprometida- dijo de nuevo, casi recalcándose y refregándoselo a Inuyasha en la cara – Estoy comprometida… con Kouga… nos casaremos al llegar a América… me casaré con Kouga… yo amo a Kouga- mintió, sabiendo que por lo menos así detendría esta tortura que corroía su corazón desde que sabía que sentía algo más que una simple atracción por él – yo… tengo que irme…

Pudo safarase de Inuyasha y soltó un sonoro sollozo que resonó en toda la pieza, salió corriendo, dejando una lágrima en la cara de Inuyasha, que quedó con un nudo en la garganta, con palabras en la boca, con una punzada en el estómago… y mucho dolor en el corazón.

& .--. &.- En la habitación 603 de 3ª clase -. &.--. &

Inuyasha se encontraba totalmente destrozado. Tirado en su cama pensaba solo en una cosa… o mejor dicho persona… y a decir verdad no era una eran dos. Una de esas personas tenía el cabello negro agarrado siempre en una elegante coleta. Un mal nacido que le había robado a quién el quería. Un maldito desgraciado… llamado Kouga. Si ese maldito asqueroso que le había robado de nuevo todo y roto todos sus sueños.

Pero por otro lado quién más estaba en sus pensamientos, había en sus pensamientos una joven de no más de dieciocho años con unos preciosos orbes chocolates tan puros que asombraban, junto con su cabello azabache cayendo por su espalda, como una cascada….

Beauty queen of only eighteen
Bella reina de solo dieciocho años
She had some trouble with herself
tiene problemas con ella misma
He was always there to help her
Él siempre estaba a su lado para ayudarla
She always belonged to someone else
Siempre era propiedad de alguien más.
Maroon 5 – she will be loved

Sabía que ella merecía todo el cariño y ternura que alguien pudiera tener. Pero ese maldito de Kouga no la merecía. No sabía bien si él si merecía tenerla, pero era todo lo que quería en el mundo. Kagome rondaba en sus pensamientos como un ratón roe los cables, destrozando todo. Pero no, ella no tenía la culpa¿¡como podía? Si ella era casi una diosa era casi como alguien perfecto, no… para él, ella era perfecta. Ella lo era todo desde hacía unos días, la amaba, la adoraba, la deseaba, quería poder hacerla suya, pero sin lastimarla, ni que ella sufriera, si ella no era feliz entonces el tampoco lo sería. Pero tampoco sería feliz si él se casaba con Kagome ese maldito bastardo no podía llevársela.

& .--. &.- En la pieza de los Higurashi's -.& .--. &

-Kagome, te lo prohíbo –dijo severamente una mujer mientras apretaba con cierta brusquedad el corsé de una joven de cabello azabache.

-¿Qué cosa madre?

-Ver a ese sujeto, el caballero, o mejor dicho, el hombre de tercera clase, Yashiteru – dijo con cierto deje de rencor y asco.

-¿Porque madre? – Dijo ya molesta – en este juego terminarás, hm – dijo mientras le apretaban el corsé – perdiendo – y en ese momento su madre la giró en un movimiento rápido y brusco.

-Esto no es un juego Kagome – dijo seriamente – lo único que heredamos de tu padre, fueron deudas, por lo que debemos ocupar otros nombre, bueno tú no, pero yo sí…- tomó una breve pausa y pensó un poco - ¿eso quieres¿Qué echemos todo por la borda, junto con nuestros sueños y esperanzas¿Me quieres ver trabajando como costurera, echando todo al agua? – dijo soltando un sollozo, pero luego se relajó, y abrazó a Kagome.

-Madre…. – dijo lastimosamente, mientras ella le terminaba de ajustar el corsé…

-Prepárate y cambia esas ropas, ya tendremos que ir a comer – Usa algo adecuado.

& .--. &.- En el comedor del braco, de 1º clase -.& .--. &

Kagome comía distraída, y miró hacía la mesa que se encontraba a su derecha, era una pequeña niña con el cabello amarrado en una simple cola alta, teniendo unos hermosos rulos definidos. Se encontraba "echada" en la silla, cosa que era de mala educación. Tenía libertad ese acto, tenía un sentimiento de liberación. Así como ella. Que mal. Su madre por lo que parecía, al mirarla, le dio un sermón, y la niña con toda fineza puso un pañuelo en su regazo mientras recuperaba una postura adecuada.

Estaba encerrada en ese lugar. Inuyasha tenía razón, la tenían rodeada. No podría salvarse nunca de esa esclavitud que tenía de 1º clase. Quería ser feliz, con quién ella amara, no con Kouga, él era solo… un amigo, y demasiado autoritario para ella, ella necesitaba poder tener la libertad de decir lo que sentía, y poder ser capaz de hacer lo que ella quisiera.

-"Inuyasha"…- fue lo que pasó por su mente.

Él tenía libertad, pero ella lo había negado ¿porqué?... lo amaba, era su orgullo lo que no le permitía verlo, solo eso… lo amaba. No tenía hambre, miró por la ventana más cercana, que se encontraba aproximadamente a 5 metros mostrando tonos rojizos del mar.

-Con permiso, debo retirarme. – dijo apresuradamente, mientras se iba, dejando a todos con las palabras en la boca.

& .--. &.- En la proa del barco -.& .--. &

En la proa del braco, había un hombre con la mirada perdida en el mar, lo único que se veía era un amplio mar para el horizonte, iluminado por lo poco que quedaba de sol, que dejaban rastros anaranjados, rojizos, y hasta algunas de tonos morados y azules pálidos. Era el espectáculo más bello que alguien pudiera presenciar. Pero, a él nada le interesaba ya. Solo quería tirarse por la borda, nada más. No quería seguir viviendo.

La amaba, pero no podía hacer nada, ella no lo amaba. Maldita sea dijo mientras apretaba su mano más fuerte, al punto en que salieron unas gotas de sangre de su palma. ¡Solo quería estar junto a ella!... pero ese maldito idiota se lo había quitado.

Wish you were here
Deseando que estés aquí
Me, oh, my pretty girl
Yo, o mi bella chica
I've got feelings for you
Tengo sentimientos hacia ti
Do you still feel the same?
¿Aún sientes lo mismo?
From the first time I laid my eyes on you
Desde la primera vez que te vi
Ifelt joy of living
Sentí la felicidad de vivir
I saw heaven in your eyes
Vi el cielo en tus ojos
I miss your laugh, I miss your smile
Extraño tu risa, extraño tu sonrisa
I miss everything about you
Te extraño mucho
Every second's like a minute
Cada Segundo es como un minuto
Every minute's like a day
Cada minuto es como un día
When you're not with me
Cuando no estás conmigo
Night Wish -Wish you were here

Continuará…
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