El cepo se cierra.

Ya saben, lo de la disgrafia, disculpas por los teclazos y horrores del auto corrector.

Y recuerden, Naruto y sus personajes son propiedad de Kishimoto sensei

Reveiw.

Namikaze23Naruto

Norteño Tsundere, pero si, algo hay de eso, aunque sigue odiando a Hinata hasta cierto punto.

Y veamos si cae la furia de ellos o no sobre los involucrados.

Emperor92

Si, esto es el preámbulo para una calamidad.

Virus pirata

Efectivamente lo planeó muy bien Jiraiya. A ver que tal le sale todo.

Comenzamos

El Equipo Siete regresaba de su primera misión clase C desde que se había formado su escuadrón. "Maya Sensei" como Kiba, Hinata y él Uzumaki le conocían estaba leyendo una novela ligera, una que hablaba de un tipo que se enamoró de una bella fantasma que embrujaba un cassette Betamax, Kiba estaba caminando casualmente con Akamaru y Hinata estaba leyendo un pergamino de medicina que su sensei le había facilitado. Naruto, sin embargo, estaba extrañamente silencioso. "Maya" miró al rubio y cerró su libro sabiendo lo que se venía y el papel que debía desempeñar.

-Naruto, ¿estás bien?- preguntó la sensei del equipo. Naruto parpadeó un par de veces, como si hubiera estado pensando en algo y miró furtivamente a su alrededor y luego se dirigió hacia ella.

-Creo que nos están siguiendo, Maya- Sensei- susurro el Uzumaki sumamente serio ya que obviamente no quería que un enemigo potencial lo escuchara.

-¿Cuánto tiempo crees que lleva pasando?- Preguntó Koharu.

-Desde que salimos de esa granja- Respondió Naruto. Aunque ella ya lo sabía, debía fingir que no podía sentir nada.

-No lo creo Naruto. Ya me habría dado cuenta. No hay nada de qué preocuparse- se atragantó con esa respuesta, personalmente habría evitado esa serie de eventos, pero debían suceder. Afortunadamente para ella, nadie se dió cuenta de ese detalle.

-¿Realmente no hay nada de qué preocuparse, novata?- Oyeron todos y se volvieron para mirar en la dirección de la voz. Tres de ellos reconocieron de inmediato al dueño de esa voz- No debes ser muy buena en esto, si no puedes tomar a tus estudiantes en serio. ¿O es solo al pobre Naruto-Kun a quien ignoras?- expresó Ameyuri Ringo, única mujer dentro de los Siete espadachines de la niebla. Naruto se mordió el labio por un momento, un gesto que en ocasiones, cuando estaba muy nervioso, hacía. Miró a Hinata y a Kiba, tratando de medir su reacción. Sabía que el Inuzuka tenía muchas ganas de pelear, sus puños estaban apretados con tanta fuerza, que Naruto estaba seguro de que sus dedos se romperían. Su novia, por otro lado, se dió cuenta Naruto ,tenía miedo en sus ojos, y podía adivinar más o menos el por qué. Afortunadamente, su Sensei ya estaba lista para pelear. Naruto adoptó una postura de lucha y luego se dio cuenta de algo.

-Oye- llamó la atención de la pelirroja- tienes una compañera. Alguien llamada Mei Terumi. ¿Dónde está?- le preguntó Naruto.

-!Naruto, hazte a un lado!- le intentó advertir su sensei. Pero fue demasiado tarde para Naruto, cuando volvió en dirección a la voz de Koharu, vio un destello azul y percibió fugazmente una sensual sonrisa de satisfacción, y sintió un dolor cegador en un lado de su cabeza. Lo último que escuchó cuando sintió que su cerebro se volvía inconsciente fue a Hinata gritando su nombre.

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-Oye, tienes una compañera. Alguien llamada Mei Terumi.¿Dónde está?" Le oyó Koharu decir a su alumno.

"Vaya que lo tienen bien preparado en ese sentido los de Jakenpon" pensó Koharu al saber como Naruto sabía de ellas dos. Mei Terumi y Ameyuri Ringo, al igual que Zabuza Momochi, quien fue asesinado en Nami por las trabajadoras de un burdel a la antigua usanza, querían derrocar al actual Yondaime Mizukage de nombre Yagura, para poder instalar a una de ellas como Godaime Mizukage y así acabar con el terror de las Purgas de sangre. "Si que fue demasiado lejos ese maldito sapo para hacerse del chico" medito la mujer. Sabía que Ringo y Mei tenían órdenes estrictas de no matar o lastimar seriamente a Kiba y Hinata por su estatus, ella por otro lado era precindible. Al igual que Ringo. Ella no podía matar a Mei que tenía un papel que jugar más adelante, su compañera era otro asunto

Eso sin embargo no hacía que doliera menos saber cabalmente por el sufrimiento que varios de los conocidos de Naruto iban a sufrir, como Hinata y Kiba por ejemplo, por ello no le fue muy difícil fingir una gran ira e impotencia cuando Mei golpeó a Naruto en el costado de su cabeza con una maza. Afortunadamente para Naruto, la futura Godaime no estaba tratando de matar a Naruto, o su cerebro estaría por todo el suelo. Aún así, para Hinata fue muy impactante el ver a su novio caer al suelo en un charco de su propia sangre, sin emitir un solo sonido.

-¡Naruto!- gritó frenéticamente la ojiperla, tratando de hacer reaccionar al chico hiperactivo. Naruto, sin embargo, no se movió. Los ojos de Mija. se agrandaron, cuando vio un charco de sangre debajo de la cabeza del chico, ensanchándose cada vez más .

-Las heridas en la cabeza suelen sangrar mucho" reflexionó el Inuzuka "No puedo permitirme el pánico ahora. Necesito hacer algo para que podamos escapar Hinata y yo con Naruto. Esas perras no van a llevarse a Hinata a su mugrosa aldea para tenerla de sujeto de cría.

Koharu miró a Kiba y supo que el chico de cabello castaño estaba ansioso por luchar contra cualquiera de las dos. Pero, la hija del Dios observador no necesitaba de su habilidad para ver el futuro, era fácil adivinar el cómo terminaría eso si permitía que eso sucediera. Cualquiera de las dos simplemente haría pedazos a Kiba y asesinarian a Akamaru. Luego posó fugazmente su vista en Hinata, y habría sonreído con orgullo si estás fueran otras circunstancias. Pues aunque vio que al principio estaba absolutamente aterrorizada, eso no evitó que valientemente corriera al lado de Naruto, sin siquiera notar a Mei, y tratara de reanimarlo.

-¡Naruto! ¡Naruto levántate!- trato de usar algo de Ninjutsu médico para despertarlo, lo que no resultaba tanto al no conocer el Justu necesario para ello. Koharu podía entender su miedo. Después de todo, Naruto nunca fue alguien que fuera puesto fuera de combate tan fácilmente. Por alguna razón, la herida en su cabeza no parecía curarse tan rápido como se supone que las heridas de Naruto se curaban. Eso quería decir que esa maza tenía un sello que negaba esa curación, al afectar de alguna manera la conexión entre Kurama y Naruto.

-Kiba, Hinata, vuelvan corriendo al pueblo y busca ayuda- le oyeron el Inuzuka y la ojiperla decir a su sensei estoicamente. La condición de Naruto era precaria en el mejor de los casos y ellos creían que su jounin sensei no quería arriesgar sus vidas en esta pelea. Pero por el aura de confianza de ambas kunoichi, también creian ambos que si regresaban a la aldea, ella sería asesinada.

-No me estoy yendo- siseó el Inuzuka, su leal can le estaba dando apoyo en esta, si Koharu lo había entendido a la perfección.

-Esta es una jodida orden- le reprendió Koharu- Naruto necesita ayuda, moverlo sería peligroso sin un médico, está perdiendo sangre y está inconsciente. Si no recibimos ayuda, cualquiera de ellos me dominará a mí, a Hinata y a ti, entonces ellas tomarán a la persona por la que están aquí y se la van a llevar con ellos. ¿De verdad quieres eso, Kiba? ¿Podrás vivir con eso? No se trata de tu Ansía de mostrar que no eres tú madre y tu hermana, se trata de la supervivencia de tus camaradas.

Mientras Koharu decía esto, peleando con Mei y Ringo, usando un clon para pelear con cada una de ellas, Hinata estaba sollozando, tratando de que Naruto se despertara y vendando su cabeza lo mejor que podía con su botiquín ninja.. La concejal sabía que Hinata aunque ella se lo ordenara, no iba a abandonar a Naruto, su vínculo era tan fuerte que ignoraria el peligro y haría algo estúpido por protegerlo. En estos momentos, en los que debía fingir ser significativamente más débil de lo que era en realidad, no necesitaba eso.

-¡Con una fregada chico!- explotó Koharu- eres el corredor más rápido, ¡ve a buscar ayuda de una puta vez!.

Kiba miró a Naruto. Su mejor amigo, aunque nunca lo admitiría, estaba tirado en el suelo, sangrando profusamente por una gran herida en la cabeza. El Inuzuka apretó los puños y miró a Mei, estaba lentamente dominando la pelea contra su sensei

-¡Con una fregada chico! eres el corredor más rápido, ¡ve a buscar ayuda de una puta vez!.

Oyó el Inuzuka a su Sensei. Y sin embargo, él no se podía mover. A medida que el charco de sangre se hacía más espeso alrededor de Naruto, ya no vio a su rubio compañero de equipo. Trató de concentrarse, pero dejar a Naruto le parecía una opción imposible.

-No puedo- le replicó casi en un susurro Kiba.

-¡Esto no se trata de tu cruzada!- le recordó la jounin Sensei nuevamente- ¡No me cuestiones y vete de una maldita vez!

-¡No lo es!- le respondió con vehemencia el Inuzuka- !Se trata de Naruto! ¡No puedo simplemente dejarlo!.

Por el rabillo del ojo vio a la pelirroja de dientes aserrados, balancear sus espadas gemelas hacia Hinata, lista para acabar con ella, y corrió para bloquearla. La Hyuga ni siquiera se había movido del lado de su novio, tratando aún de reanimarlo. Él sabía que si no llegaba, ella moriría. Llegó a tiempo y empujó a Hinata fuera del camino del arma mortal. Patinaron por el suelo unos metros y se detuvieron. Fue entonces cuando Kiba se dio cuenta de que Naruto ahora estaba desprotegido.

-¡Naruto kun!- escuchó el Izuku gritar con desesperación a la ojiperla. Fue entonces cuando miró a Ringo, para ver que había levantado a Naruto y arrojado al rubio a su compañera de equipo.

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Hinata, cuando vio a Naruto caer al suelo, no pudo evitar pensar que todo esto era una pesadilla. Naruto no había sido derribado así desde que se reformó la academia. Naruto era entusiasta. Siempre estaba alegre, y si alguien lo golpeaba en la cabeza, generalmente se quejaba un poco y se frotaba la cabeza, luego continuaba. Ella nunca lo había visto caer al suelo y quedarse allí. Nunca había visto a Naruto quieto o en silencio por un momento. En realidad, estaba asustada por su novio de cabellera rubia. Realmente no estaba registrando lo que estaba sucediendo a su alrededor, sentía esta abrumadora necesidad de ayudar a Naruto, tanto como pudiera. Corrió a su lado y se arrodilló junto a su compañero caído. "Hay tanta sangre". Pensó la peliazul mientras sacaba su botiquín, le quitó la diadema a Naruto, al menos, lo que quedaba de ella. La tela estaba hecha jirones, pero la placa de metal, con la insignia de la hoja, seguía intacta. Sacó los vendajes y trató de averiguar dónde estaba exactamente la herida. Agarró su botella de agua y vertió un poco de agua sobre la herida. Se lavó suficiente sangre para que ella viera dónde estaba realmente la herida. Comenzó a vendarlo rápidamente y rezó para que la cabeza de Naruto dejara de sangrar. Naruto sangrando no era algo a lo que Hinata estuviera acostumbrada. Ella solo lo había visto sangrar más de unas pocas gotas en su misión a la Tierra de las Olas durante la inauguración de ese lujoso hotel donde habían escoltado a Shio Kadō a ver a su amiga, la Daimyo de esas tierras. No estaba segura de cómo reaccionar. Ella solo sabía que quería que Naruto se despertara."Si Naruto se despierta, todo estará bien. Solo necesito despertar a Naruto ". Se aferró a esa esperanza la ojiperla. De alguna manera, sus esfuerzos no estaban funcionando. Ni siquiera escuchó la batalla que se desarrollaba a su alrededor. No escuchó una palabra de lo que dijeron. Escuchó a Maya Sensei como si estuviera al otro lado de un gran túnel.

-Naruto kun, despierta. Necesitamos que despiertes Naruto- le volvió a rogar Hinata, no sabía cuándo había comenzado a llorar. A ella realmente no le importaba. Escuchó el susurro de algo a su lado y sintió que alguien la empujaba fuera del camino. Parpadeó, como en trance, y vio a Kiba encima de ella. Se sentó, junto con su compañero, y vio a esa bruja de dientes aserrados levantar a Naruto y arrojarlo a la cabeza de tomate

-¡Naruto kun!- gritó con todas sus fuerzas, una gran ira la hizo olvidar su terror y se levantó con una fuerza que nadie creería que poseia- ¡Déjalo en paz perra!- le había gritado a Mei, lo que la sorprendió a ella y también en menor medida a Lina.

-Lo siento chicos, pero nos llevaremos a tu amiguito. Tal vez tu sensei debería haberlo escuchado cuando el Chico le dijo que te estaban siguiendo.- dijo con una garrapata Mei por ser llamada perra- nos han pagado una gran recompensa por llevarnos a este invaluable mocoso y no vamos a dejarlo ir, solo porque nos lo pides "amablemente"

-¡No lo vas a llevar a ningún lado!- gritó el Inuzuka, su compañero de cuatro patas se preparaba para atacar

-¿Por qué alguien querría secuestrar a Naruto kun?- Preguntó sin realmente esperar una respuesta la ojiperla.

Mei se encogió de hombros, sinceramente le daba gusto ver la camaradería entre ellos, así que les daría gusto por esta vez.

-No es tanto por quién es el chico- reveló Mei- Se trata de la criatura dentro del mocoso. El zorro de nueve colas sellado dentro de él cuando era apenas un recién nacido.

-¿Qué?- Preguntó Kiba. Él estaba completamente confundido - ¿No fue el zorro de nueve colas asesinado por el Yondaime Hokage?.

A Hinata, Naruto ya le había revelado esa verdad y ella la había aceptado con disgusto. No por él, si no por la puta aldea que trataba mal a su amado por algo fuera de su control.

-Veo que nadie le contó a estos Genins la historia real- negó Mei con algo de teatralidad- Bueno, ¿Que creen? no puedes matar demonios. Así que tu amado Yondaime Hokage selló el Kyubi dentro de un bebé recién nacido. Ese bebé era tu compañero, Naruto Uzumaki, por lo que tiene valor para nuestro empleador.

Kiba pensó por un momento. Explicaría muchas cosas. Cómo Naruto normalmente se curaba tan rápido o porque tenía gigantes reservas de chakra. Incluso la animosidad de la aldea con él. Kiba miró a Hinata, luego a su amigo inconsciente. Su amigo que contenía un demonio. Ahí estaba su respuesta. Pero para él, Naruto no era un demonio. Solo llevaba uno. Era su camarada, más que eso, su amigo.

Alguien que la habían pasado peor que él, por razones diferentes. Naruto mostró comprensión a su situación, por empatía, como había aprendido, aunque no sabía que situación realmente lo hizo entenderlo así. Juzgo mal las cosas. No era por la profesión de su madre que entendió el Uzumaki por lo que estaba pasando. Era por sostener al zorro que aprendió a no juzgar a los demás más que por lo que hacían ellos mismos. No por lo que la gente con la que estaban relacionados hacían. Y ahí entendió que no solo era su amigo, era alguien valioso para él por saber de esa clase de dolor y saberla manejar muy bien.

-Bueno, si es verdad eso, no cambia Nada- le fulminó a Mei con la mirada- Naruto es mi amigo y camarada, no vamos a dejar que te lo lleves así como así.

-No te lo vas a llevar a ningún lado.- Exclamaron la heredera Hyuga y el ex heredero Inuzuka al mismo tiempo. Sin embargo, sabiendo que tenía ciertas restricciones y parámetros en su misión, Mei apareció en un Shunshin junto a Ringo que fue golpeada por Koharu con una aguja extractora de sangre.

- Tenemos lo que vinimos a buscar- le recordó Mei- Los demás no tienen importancia.- ella se colocó a Naruto en el hombro y desaparecio en un Shunshin de vapor, cuando Ringo uso uno de agua, para su sorpresa no pudo irse de esa manera, su shock era más que evidente, por lo que Koharu sonrió burlona y señaló el vial con su sangre.

-Regresen a la aldea- les ordenó nuevamente Koharu- informen al Sandaime de lo ocurrido, solo después de hacerlo con sus padres.

-!Pero sensei!- intentó replicar la ojipera.

-Soy tu sensei por una razón- le recordó la ex dirigente del departamento de seducción- te entreno, y debes seguir mis órdenes.

-Vamos Hinata- se trago el orgullo Kiba- debemos ir a la aldea y decir que está pasando.

-¡No puedo matarlos, pero dejarlos irse es otra cosa!- se lanzó Ringo con sus armas gemelas carnalizando Raiton- Nadie dijo que no podía quitarle las piernas a mi presa.

Clank.

Reverbero el sonido de ambas armas al golpear dos sais, el arma favorita de Koharu

-Supongo que estás confundida de porque no te pudiste ir- llamó su atención Koharu- digamos que con una gota de tu sangre y algo de Fuinjutsu nivel 9, se pueden hacer maravillas.

-Asi que fuiste tú- sonrió sádicamente Ringo- eso es genial, porque sera más dulce el asesinarte.

Kiba y Hinata se fueron mientras ellas hablaban y daban inicio a su combate.

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Konoha, esa misma mañana.

-Hazte a un lado Ryoku o no respondo- le amenazó Chusai, Kusanagirama en mano- esa perra traidora se merece lo que le viene, no interfieras en ello.

Chusai y Ryoku estaban a punto de iniciar un combate. ¿La razón? Yugito, Samui y Mabui.

Ellas se infiltraron con éxito y consiguieron trabajo en uno de los nuevos negocios de la zona, un restaurante similar al de Chusai, patrocinado por el sello editorial del Sannin sapo. De hecho, el nombre del lugar era "Club Icha Icha" dónde todas las camareras, la bar tender y la recepcionista vestían como conejitas.

Las tres tenían la intención de hacerse pasar por amigas que se conocieron en el camino a Konoha y que vivían juntas por eso, consiguiendo trabajo ahí, dónde por cierto les iba bien con las jugosas propinas, y hacían tan bien su labor de infiltración que incluso iban al mercado a las orillas del barrio, al igual que Chusai que reconoció a Mabui.

Ellas querían hacer algo de scouting, para ver por dónde huirian, dónde estaba El estruendo y también, para tratar de aprender lo más que se pueda del jinchuriki del Kyubi y de Jakenpon. No contaban con que Chusai las descubriria pronto y que las atacaría una vez pusieron un pie en el barrio rojo. O que Ryoku Asai las defendería.

-No es propio de ti hacer estás cosas- se puso en guardia, mostrando que hablaba en serio sobre enfrentar a su amigo, ya que había desenvainado a "Las mil noches frías" y estaba en su posición de defensa y ataque- lo que sea que te haya molestado de estás señoritas, déjalo ¡Ahora!

-¿Que es Mabui?- le ignoró Chusai- ¿Quieren ver qué tan fácil es ahora llevarse un Hyuga para tratar de romper el nuevo sello?, ¿Información sobre el jinchuriki del Kyubi? ¿ O acaso es el mal perdedor del Raikage que al fin tuvo las pelotas para mandar asesinarme?- Chusai sonrió confiando y añadió- lo siento por ustedes, pero Apestan a Kumo, por eso aunque Mabui no estaba cerca, me puse en guardia apenas las ví.

-¿Son Kunoichi de Kumo?- Preguntó Ryoku.

-Asi es- dijo con seguridad Chusai- todas ellas y lo sé porque conozco muy bien a Mabui, ella solo estaría aquí en misión, una de las que he enumerado. Es tan cobarde que no huiria de Kumo aunque tuviera la oportunidad.

-No debió vender a su antiguo hogar- se puso a la defensiva Samui- como lo dijo con vehemencia, se trajo lo que está pasando.

-No he pisado Kumo más que para ir al funeral de la señorita Ponie- negó Chusai- y eso fue hace casi cinco años. Pero no importa, aunque mande al patiño de su hermano adoptivo, ninguno de ustedes tienen la mínima posibilidad de asesinarme.

-Entregalas entonces- surgió Ryoku- y que sea lo que la ley dice.

-¿Y desatar la jodida guerra nuevamente?- negó Chusai- cómo dije, soy de Kumo, se cómo se harán las cosas una vez que las entregué a la aldea, eso sí las puedo capturar a las tres. Será más piadoso matarlas en su lugar, son menos problemas.

Chusai se lanzó a atacar, lanzando la hoz de su arma en dirección de Yugito, pero Ryoku la bloqueo con su katana. Sin inmutarse y a gran velocidad, Chusai recuperó esa parte y lanzó la maza con picos de la kusanagirama, con la intención de hacer que Ryoku bloqueé nuevamente. Funcionó a la perfección y una vez que estaba enroscada la maza sobre la katana, Chusai saco de uno de sus sellos de almacenamiento, una pistola de chispa que disparo a Yugito, hiriendola justo en su sello.

La rubia jinchuriki grito de dolor y obligó a Ryoku a usar toda su fuerza para poder jalar a Chusai y golpearlo en la cara para así poder ir con ella y ayudarla.

Pero al ver que ella sangraba mucho, tanto Mabui como Samui estaban desesperadas y aterrorizadas a partes iguales. Lo que fuera esa cosa que le disparó, evitaba que la regeneración del Niibi pudiera curar eficazmente la herida.

-Cruzaste la linea Chusai- siseo sumamente endurecido Ryoku- y vas a pagar caro tu atrevimiento.

-Me quitaste las palabras de la boca- se preparó Chusai, sacando un tirachinas y lanzando una cápsula de gran tamaño a Ryoku.

Una pelea entre amigos había iniciado.

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País del Fuego, al fondo de un barranco. Al mismo tiempo

-No voy a morir, no aquí- intentaba curar sus heridas lo mejor que podía la sacerdotisa pelirroja- si tan solo Ryoku hubiera estado con nosotros, el resultado habría sido diferente.

Hace menos de media hora, una pareja inusual de criminales rango S, Hidan de la aldea fenecida de las aguas termales y el infame Kakuzu de Taki habían atacado al monje y a la sacerdotisa de camino al País del té dónde tenían negocios importantes que atender.

Aparentemente a Shiro lo quería casar su familia con Haruna, futura Daimyo del País de los Vegetales y habían enviado a ese jodido dúo de inmortales para llevarlo a rastras a su tierra.

Riki y Shiro lucharon lo mejor que podían, pero sin Ryoku para distraer a Kakuzu para que Shiro pueda usar ese par de ases que les habían dado muchas veces la victoria, la combinación combo de las mejores habilidades de Shiro, el legendario Musubi, una técnica que se podía resumir como "La mente sin mente", un estado donde el cuerpo peleaba por instinto, siendo más fuerte y rápido que en su forma totalmente conciente.

El otro as de Shiro era el Bankai, una suerte de construcción de chakra sólida, hecha de Elemento Yang con más presencia de Reiatsu o energía mental que era similar al igualmente legendario Susanoo del clan Uchiha.

Con eso, sin duda le habria pateado el trasero a Kakuzu y eso habría facilitado que ella purgue a Hidan de la influencia de su jodida deidad sedienta de sangre, eliminando su aparente inmortalidad. Pero sin el ronin del grupo, la pelea de desgaste fue algo que no pudieron manejar, pues aunque fue un 1vs1, Kakuzu tenía más experiencia y eso fue decisivo. Tras ayudar a Hidan usando su corazón de aire para apoyarlo, Riki fue dada por muerta cuando esa cosa la arrojo a un barranco tras darle de lleno y a quemarropa con un potente Jutsu.

"No voy a morir, no ahora" cerraba los ojos Riki, debido al agotamiento de su chakra. "Por favor Inari Sama, no me abandones"

Con lo poco que le quedó de fuerza trato de hacer una convocatoria, su única esperanza de salir de esta. Lo último que pudo pensar tras dejar casi en cero su chakra, fue lo mucho que su hija se iba a preocupar cuando no regresé a casa a tiempo.

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Con Hizuren. Dos días después del secuestro de Naruto.

"Así que ese era tu plan" meditó el Sandaime con el panorama que tenía ante él.

Dos de los protectores de Naruto, Chusai y Ryoku se habían enfrentado en el barrio rojo por una razón desconocida y ninguno de ellos estaba bien parado, Shiro y Riki habían desaparecido y anoche Luna azul fue atacado con una bomba por alguna mujer loca que quería "hacer justicia" en contra de las roba maridos y había herido de gravedad a Kukaku Shiba, ex agente ANBU que fue dada de baja por deshonra al tratar de llevar a Naruto a vivir a una nación no shinobi.

Y sobre Arashi y Shio…. Si leyó bien lo que quiso decir su alumno, tenían pocas oportunidades de salir vivos de enfrentarse a esos bandidos clase A liderados por el infame ex samurai Makoto Shinzo.

"Justo lo que necesitamos" sonrió Ssrutobi.

No le complacia matar o paralizar a gente que intentaba hacer un bien, pero era necesario, para garantizar que Naruto cumpla su deber como jinchuriki no debía tener animosidad para la aldea. Si este era el precio a pagar, lo aceptaba.

Ya en la otra vida le explicaría a Kushina porque había actuado así. Y esperaba que ella entendiera.

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País de la miel.

-¡Eso es imposible!- fueron las últimas palabras de Makoto Shinzo al ser atravesado por el Rasengan y la katana cadena al mismo tiempo.

Según sus fuentes, este par traía un valioso cargamento y sería fácil robarlo. No esperaban ser atacados por el Hirashin y las cadenas de adamantina, dos de los Jutsu más infames que se creían perdidos.

Minato y Kushina tenían el mismo pensamiento, luego de llegarle a Kushina un ave mensajera con esa noticia (que sabían mentira, solo Jiraiya podría burlar esa defensa que tenía el lugar contra los sellos explosivos) intentaron apresurarse de regreso a la aldea. Pero esa banda de bandidos los atacó y tuvieron que pelear rompiendo su juramento. Ojalá Kurama lo entendiera.

-¡Debemos apresurarnos, tengo un mal presentimiento!- apuro Kushina a su esposo.

Pronto verían que esa sensación no estaba nada equivocada.

Y corte.

Se vienen cosas….. solo diré eso.

La semana que entra solo saldrá un capítulo de Naruverso y puede que de El Campeón de la humanidad, debido a un imprevisto que tengo que resolver esta semana. Los trataré de completar para publicarlos, si no, nos menos en las actualizaciones de Redención y Esperanza o de El sentido de la justicia.

Ya saben, dejenme su review, así no solo me animan a escribir, habrá retro alimentación entre nosotros.