Patriarca.
Ya saben, lo de la disgrafia, disculpas por los teclazos y horrores del auto corrector.
Y recuerden, Naruto y sus personajes son propiedad de Kishimoto sensei
Review.
Se los sigo debiendo, realmente debí de resolver algo para poderlos contestar….
Comenzamos.
Pocas veces en su vida, Tsunade Senju había estado tan nerviosa previamente a un encuentro con personas importantes. De las veces que más recientemente se había sentido así, fue en las ocasiones que intentó salvar algo de la reputación de Konoha ante alguno de sus antiguos Aliados y socios comerciales, o ante los nuevos.
Dado lo ocurrido con el destierro del Uzumaki, su nerviosismo no era nada irracional o injustificado.
De ahí que al ir avanzando por la escalinata que conducían a la cámara del Patriarca, ella fuera la más nerviosa de los de Konoha, siendo Hiashi un cercano segundo lugar en cuanto a nerviosismo.
-Adelante, el Gran Patriarca los espera- abrió las puertas la amazona antes de dejarlos entrar, cerrando ella las puertas del recinto.
-Te veré en unos días Mamá- se despidió el Uzumaki y comenzó el descenso a la Casa que custodiaria en el futuro.
La mujer asintió y se dispuso a esperar a los visitantes, por ello, desello un juego de naipes y comenzó a jugar solitario. Después de todo, esto iba para largo.
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Dentro de la cámara, el patriarca bajo de su trono mostrando su rostro a unos sorprendidos habitantes de Konoha al reconocer a quien los había estado esperando.
Pues el famoso patriarca no era otro que el hermano mayor de Ozai, Iroh el "Dragón del Este", hombre que había abdicado a favor de su hermano menor tras haber perdido a su hijo durante la segunda guerra mundial Shinobi.
-!Sísifo¡- corrió Shizune a abrazar al abrigo caballero de Sagitario quien correspondió con mucho afecto al abrazo de una vieja amiga.
-A mi también me da gusto verte, querida amiga- correspondió al Saludo el hombre que conoció a Shizune en otra vida.
-Es un honor estar en su presencia, Gran Patriarca- hicieron una reverencia, Sanín, Sirena y líder de Clan, haciendo que Iroh suspirase. El hombre no era de esa clase de muestras de respeto con respecto a su persona, algo que jamás lo dejo de poner incómodo, ya fuera como Sísifo o como Iroh.
-Por favor, nada de reverencias- pidió el hombre mayor- más aún cuando estoy a días de que mi tiempo como líder termine.
-¿Es un líder en retiro?- preguntó Hiashi, recibiendo un asentimiento de Iroh.
-El anterior Caballero de Géminis y Portador de las escamas de Dragón marino será mi sucesor- dió a conocer el Patriarca- aún así, no se preocupen; todo lo que aquí se discuta , será vinculante para mí sucesor.
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Ame, al mismo tiempo.
-Así que… fallaron- sentenció fríamente Pain mirando inquisitivo tanto al peliplata como a su acompañante- Y aún así, tienen el descaro de venir y presentarse.
-Con todo respeto- inició Kakashi- pero al aparecer personas con Conocimientos tan avanzados del Cosmos, la misión estaba condenada al fracaso.
-Kakashi tiene razón- admitió Zetsu casualmente- que ellos regresarán a darnos la mala nueva, en si mismo es una hazaña. Todos recuerdan lo ocurrido con Lao G y Gladius. Esto nos da un mejor parámetro del poder real de esa gente.
Todos sin excepción, asintieron a las palabras del desconocido general de Lucifer, lamentablemente si aún había gente con esos conocimientos y había estado entrenando a doce tipos para sustituir a Aioros y los demás, las cosas se iban a poner demasiado complicadas.
-El problema con esta situación, es que no tenemos manera alguna de zanjar la brecha que nos separa de ese abismal poder- dijo lo obvio el Uchiha renegado- los demonios no creo que se alíen a nosotros y no creo poder disminuir esa diferencia de poder con entrenamiento.
-Dicho de forma simple, nos encontramos en una encrucijada- dijo Baby Five con pesar en su voz.
-Aun cabe la posibilidad de disminuir la brecha- llamo Pain la atención de todos- quizás si capturamos a un demonio débil, con experimentación, sea posible emoalmal nuestros genes con ellos y así alcanzar un aumento de poder.
-El problema con este plan, es que ninguno de los aquí presentes es Orochimaru- dió el principal obstáculo el ex espadachín de la Niebla- y no creo que con el juego de química "Mi alegría" que tenemos a disposición, seamos capaces de lograr dicho empalme.
-Tobi conoce a alguien que podría tener éxito- levantó la mano el otro Uchiha Bajo su disfraz de tarado- Sousuke Aizen podría tener interés.
-¿Hablas del auto proclamado Pináculo de la raza humana?- comentó Kakuzu evadiendo con mucha diplomacia el hecho de que Aizen y Pain tenían el mismo complejo de Dios, dado que el líder de la organización era el único que en teoría tenía el poder de matarlo, no iba a provocarlo para darle esas ideas.
-¡Si, ese¡- aplaudió Tobi al ver que podía vender la idea- podemos intentarlo.
Todos pensaron detenidamente la idea del chico. Dada la reputación del renegado del País de los Demonios, quizá si le presentarán el proyecto, accedería a trabajar con ellos, el problema con eso era que Aizen tenía una muy conocida y muy certera reputación por apuñalar a sus compañeros de equipo si podés salirse con la suya en sus agendas ocultas. Si iban a trabajar con él, a todos les quedó claro que debían mantenerlo fuertemente vigilado.
-Entonces, antes de ir a intentar atrapar a la jinchuriki del Nibi, Hidan y Kakuzu deberán ir a cualquier persona o señal que nos ayude a localizar a Aizen y deben traerlo, aún si es necesario arrastrarlo hasta aquí - ordenó Pain, disolviendo la cuestión.
Ellos habían capturado y mantenido sedado a un débil demonio parecido a un reptil que aparentemente luchó y perdió contra alguien poderoso. Con ese material genético y Aizen, quizá pudieran franquear al fin, la abismal diferencia entre ellos y los caballeros dorados.
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Tras disolverse la reunión, habitación de Mai.
La kunoichi llegó a su habitación, más por deber que querer, sabía demasiado bien que apenas llegará, su verdadero líder le reprenderia por fallar su misión.
Y Belcebú no la decepcionó.
-Explicame porque no te aseguraste de que el jinchuriki del ichibi fuera traído de forma exitosa a una instalación segura- demandó saber el general demonio.
-Ustedes me pidió que sea discreta con mis hay especiales- se defendió la enmascarada- contra tantos guerreros fuertes, aún mostrando mis verdaderas habilidades, no hubiera habido posibilidad alguna de que trajera al mocoso hasta muestras instalaciones.
Belcebú sabía que su subordinada tenis la maldita razón, aún si hubieran usado el As bajo la manga de Kagura, no habría habido algún cambio en el resultado final.
-Tienes mucha suerte de que efectivamente el escritorio estuviera totalmente en tu contra- Admitió a regata el líder de los Demonios que han ido apareciendo- pero eso no significa que tolerare tu siguiente falla. Tu suerte es escasa, al igual que mi paciencia, así que no falles.
Dicho esto, el demonio dejo la habitación, dejando tras de día una aliviada Mai que simplemente, tras dejar escapar un suspiro cansado y aliviado, comenzó a retirarse la máscara. Necesitaba un buen descanso después de todo.
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Santuario.
Tras una charla bastante larga entre Iroh y los demás, para alegría de la Sanin, su aldea de nuevo se hacía con la ayuda de los caballeros dorados, pero más importante aún, al menos para ella, Naruto y los demás podrían volver de visita cuando quisieran.
Aunque no dejaba de sentir tristeza al saber que ahora solo serían visitas, la ojimiel se consolaba al saber que su ahijado al menos podría venir a verla de vez en cuando. Era mejor eso que nada.
-Bueno supongo que el viaje fue largo y necesitarán un lugar donde pasar la noche- comento casualmente Iroh- creo que lo más adecuado será que se queden en las habitaciones de los visitantes.
Y tras decir eso, Sakura y las demás arribaron para Mostrar donde estaban dichas habitaciones.
Que era la manera sutil pero no por ello no se agradecía, de hacer que los nacidos en la Aldea de Konoha pasarán tiempo de calidad con sus conocidos.
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Así que tras un largo día y una agradable cena, la Sanín, averiguo sutilmente, que cierto caballero dorado permanecería solito en su templo, síntiendose como colegiala, Tsunade decidió darle a Aioros una sorpresa muy especial.
Por eso, durante la madrugada, el castaño estaba muy sorprendido al ver a la Sanín en la habitación que tenia en su templo, para cuando hacía guardias más largas.
Ahora, en la habitación de Aioros, la ojimiel estaba sentada, al pie de la cama, con las piernas cruzadas en una postura sexy. De pie ante ella estaba su amante. Sus ojos pasaron con avidez por su voluptuosa figura, evaluándola para esto.
De pie al pie de su cama, Unohana rodeó el cuello de su nuevo amante y lo besó. El caballero tuvo cuidado de mantener sus manos en su cintura, no dejándolas ir demasiado al sur. Mostraba que todavía estaba nervioso. La mayoría de los hombres en su posición ya la habrían tirado en la cama, pero él estaba tomando las cosas como si fuera un adolescente en su primera vez . Era una buena muestra de modales que Tsunade no había visto en muchos hombres. Ni es que no hubiera tenido muchos hombres en su vida de cualquier manera.
Mientras se besaban, sus deseos ardientes aumentaron. Tsunade nunca había deseado tanto a un hombre en su vida. Por lo general, ella controlaba la pasión que sentía de vez en cuándo cuando veía un buen especímen del género masculino, pero esta vez era un sentimiento compartido. Ella podía sentir el deseo derramándose de Aioros, pero aún así, él vaciló. Pero ella lo tranquilizó deslizando las manos por su pecho y metiéndolas en los bolsillos de la espalda, donde podía darle un apretón firme en el culo.
El corazón de Aioros saltó en su garganta ante tal petición, pero la Sanin no le dio tiempo para pensarlo dos veces. Capturando sus labios con los de ella, ella levantó su camisa y agarró su parte superior masculina. Sus músculos eran tan duros y bien construidos. Anhelando sentir más, comenzó a desabotonar la camisa del caballero. Ella se deshizo rápido de la prenda, manteniendo sus labios cerrados con los de él ,mientras la quitaba de manera experta. La sensación de sus suaves manos sobre su pecho hizo al castaño un poco más atrevido. Finalmente, permitió que sus manos se movieran hacia el sur, agarrando sus caderas y sintiendo alrededor de su trasero perfectamente formado. Esto hizo que la ojimiel gimiera cuando ella soltó el último botón y le quitó la camisa, dejando la parte superior del cuerpo del caballero expuesta a ella.
-Qué cuerpo …- ronroneó la sanin con una sonrisa sexy.
Él sonrió ante sus amables palabras y la besó de nuevo. A Tsunade le encantó la sensación de sus músculos duros y cincelados. Realmente sabía cómo mantenerse en forma. Su constitución era delgada, pero tan cálida al tacto. Sus labios aún luchaban con los suyos, ella exploró a fondo la carne expuesta de Aioros. La hacía sentir muy caliente. Su ropa se sintió repentinamente muy picante. Sintiéndose juguetona, ella le besó el cuello y lo guió a la cama.
El caballero dorado, todavía aturdido, siguió el ejemplo de su amante. El dulce sabor de sus labios y la cálida sensación de su suave piel eran intoxicantes. Se dio cuenta de que ella se mostraba muy amigable mientras exploraba la parte superior de su cuerpo. Era suficiente para que sus pantalones se sintieran más apretados. Pronto, sus piernas se negaron a llevarlo y se sentó al pie de la cama. Desde aquí, la ojimiel retrocedió ligeramente con una mirada juguetona en sus ojos. Ahora ella estaba parada delante de él con su chaqueta abierta, sin llevar nada más debajo.
-¿Te gusta lo que ves?- preguntó sensualmente, deslizando sus brazos alrededor del cuello de Aioros y acercándolo a ella para que su cara estuviera justo en sus pechos.
-Tienes muy hermosa, mi Hime- jadeó el castaño, levantándose y agarrando sus caderas.
Él ya estaba respirando con dificultad. Una mujer medio desnuda estaba de pie frente a él, con los pechos en su cara. La mirada en sus ojos decía que lo deseaba y él la deseaba igual a ella.
-¿Quieres que te quite la ropa?- ofreció la ojimiel en un tono sensual. Había recibio el regalo de la juventud, pero ella era una mujer madura en realidad, por ello es que resultaba realmente exitante tener ante tí, a una mujer que tenía la belleza de la juventud, pero la experiencia acumulada de sus años….. lo más cerca que cualquier persona podría estar, de tener a una deidad ante sí. En el caso del maldito suertudo, a una deidad de la pasión.
-Yo ... puedo manejarlo- tartamudeó el caballero.
-No ... déjame- demandó ella de forma dominante, antes de poner sus manos sobre los hombros de Aioros y empujarlo sobre su espalda. Ella se puso de rodillas y se arrastró hacia él. Usando una mano, levantó la cremallera del pantalón y su ropa interior calló al mismo tiempo. Con sus genitales a la vista, la rubia sonrió feliz al saber que eran de ella. Ella se inclinó y le dio un beso en la punta de su pene. Saltó cuando una sensación de hormigueo atravesó el cuerpo del castaño. Una gota de sudor goteaba por su sien, y él silenciosamente agradeció a cualquier dios que le concedió el conocerla. La Ojimiel luego escupió en la polla de su amante y usó un jutsu enseñado por su abuela para convertir su saliva en un muy efectivo lubricante, recorriendo su mano arriba y abajo de su polla. Su ritmo comenzó lento y constante, pero pronto se acumuló y ganó fuerza. Ahora estaba sacudiendo su mano hacia arriba y hacia abajo con una velocidad tremenda. Los ojos de Aioros se apagaron y apretó los dientes ante la increíble sensación que ella le estaba dando, pero antes de que pudiera pensar más, ella se inclinó y tomó sus dos bolas en su boca. La sensación de su lengua lamiendo la carne de su saco era demasiado para soportar. Sentía que podía correrse como un volcán en erupción, pero se mantuvo y no explotó. Quería prolongar esto todo el tiempo que pudiera. Mientras ella sacó sus bolas de su boca y se sentó.
-¿Disfrutando hasta ahora?- ella preguntó.
- Sabes que lo estoy disfrutando- respondió el caballero dorado- . Así que, no te detengas!
-¡Hmph! Tan impaciente- dijo ella, sonriendo sensualmente.
La Sanin usó sus manos para apartar el cuello de su túnica blanca y expuso sus hombros. Encogiéndose de hombros, se quitó la bata y la dejó caer justo por encima de su ombligo. Ambos de sus amplios pechos yacen, listos para complacer al hombre de los sueños de la rubia. Tomó ambos pechos con las manos y los empujó alrededor de la polla de Aioros. Ella los empujó contra ella con fuerza y se inclinó para tomar toda la longitud de su polla en su boca. Apretando sus labios fuertemente alrededor de él, ella meneó su cabeza arriba y abajo. En cada viaje hacia abajo, ella tomó la polla hasta la empuñadura, bajando su cabeza contra su pelvis. Un aficionado habría amordazado, pero la Sanin sabía lo que estaba haciendo. Después de todo, ella tenía mucha más experiencia, así que estaba más que preparada. Ella meneó la cabeza con un ritmo deliberadamente sensual, subiendo lentamente y luego golpeando bruscamente. Todo el rato, sus labios se mantuvieron apretados alrededor de la polla del caballero. El guardián de la novena casa sintió que sus bolas se apretaban, pero no estaba dispuesto a correrse todavía. Subiendo y bajando cada vez más rápido, la rubia ,añadió a la mezcla de técnicas usadas oirt ella, comenzando a hacer malabares con las bolas de su amante con su mano. La asombrosa combinación era demasiado para él, y con un grito tenso, Elise corrió dentro de la boca de Tsunade. Ella felizmente tragó cada gota del líquido, degustando con deleite su dulce sabor, algo que ella sabía muy bien que no era muy común.
Sentándose, se limpió y lamió un chorrito perdido de su semen en la barbilla.
-Es sabroso- dijo con una sonrisa sensual mientras se limpiaba las comisuras de los labios.
Poniéndose de rodillas, Aioros puso sus manos sobre los hombros de la Sanin y la empujó suavemente sobre su espalda. Extendiendo su propia chaqueta abierta en la parte inferior, expuso su vagina y se inclinó de inmediato. Sin esperar, él le dio a sus labios una larga y lenta lamida. La Sanin se estremeció y se mordió el labio para no gritar. Él extendió sus piernas y consiguió que se abriera. Usando su dedo pulgar e índice, pellizcó su clítoris y lo sostuvo con fuerza, luego se movió y le metió la lengua. Ella gimió con un ruido gutural y sacudió la cadera instintivamente. Sintió la lengua de Aioros lamiendo sus paredes y frotando la punta áspera contra sus grietas suaves y húmedas. El castaño amaba el dulce sabor de su cuerpo, y lo había estado extrañando demasiado. Decidiendo darle el mejor cunnilingus posible, él forzó su cabeza con fuerza contra su regazo y su lengua contra el borde de su túnel. Ella gimió de pura alegría y se rindió varias veces. Él sonrió mentalmente y lamió el lugar dentro de ella ,que para él sabía muy bien. En lugar de dejar que lo disfrutara un poco, él lamió con la punta de la lengua usando tanta presión como pudo. Tsunade apenas pudo evitar gritar cuando se resistió por última vez y se corrió, echando chorros de fluidos por toda la cara de Aioros.
Se limpió la cara y lamió su miel. Luego, con una mirada siniestra en sus ojos, el caballero montó a su amada y la besó. Ella se agachó y tomó su polla con sus manos y la guió a su coño palpitante. Él movió sus caderas, y una vez que sintió que la punta rozaba su abertura, la empujó hacia ella. La punta golpeó la parte posterior de su vagina, y él rápidamente comenzó un ritmo pesado y rítmico dentro y fuera de su cuerpo. Los dos se besaron profundamente mientras él la montaba con todas sus fuerzas. Cada empuje fue violento e intenso, y un promedio no habría podido manejarlo, pero Tsunade lo tomó por todo lo que valía. Ella tomó cada empuje e impacto y disfrutó cada golpe. Cada impulso creaba un calor increíble, ya que la fricción de la polla de Aioros contra la vagina de Tsunade era increíble. El calor inundaba todo su cuerpo, haciéndola sudar como si tuviera fiebre. Él luego tomó su pecho izquierdo en su boca y usó su lengua para mover el pezón. Tener toda esta estimulación a la vez fue demasiado y ella reaccionó con un grito ronco. Ella envolvió sus piernas alrededor de su cintura y lo atrajo hacia sí, también envolvió sus brazos alrededor de su cuello y lo atrajo para otro beso. Con ella abrazándolo así, los empujes de Aioros eran más cortos y más pesados, lo que a su vez hacía que la sensación se volviera más cruda. La sensación fue intensa y con un grito se corrió, derramando una carga gruesa en su vientre.
Tirando de él para darle otro beso, la Sannin lo empujó de nuevo en la cama. Apoyándose en sus rodillas, puso al joven sobre su espalda y le besó lentamente la parte superior del cuerpo. Él dejó escapar un profundo jadeo de satisfacción, saboreando cada cálido rastro de sus labios.
Tsunade sonrió afectuosamente ante la vista ante ella. Ella se cernió sobre el cuerpo varonil , dándole besos alrededor de sus pectorales duros mientras acariciaba suavemente su miembro duro. Cuanto más acalorado crecía su tacto sensual, más temblaba él. Plantando un cariñoso beso en su frente, se apoyó sobre sus rodillas y se sentó a horcajadas sobre su pelvis. La erección de Aioros se frotaba contra sus muslos internos. Podía sentir su excitación. Estaba tan mojada y lista para él otra vez. Sus manos todavía estaban en sus caderas, cansadas de hacer un movimiento.
-Aquí ... toca mis pechos- dijo en voz baja la rubia.
Tomando sus brazos, ella movió sus manos sobre sus grandes y voluptuosos pechos. Él se mostró reacio al principio, pero cuando sintió sus suaves y carnosos senos en sus manos, cambio de parecer, Se sentían tan bien. Con sus manos aún en sus antebrazos, Ella cerró los ojos y absorbió la sensación de ser acariciada.
-Wow … son tan bonitos y suaves- dijo él, aturdido.
-Mmmm, asi …- gimió ella con un ligero jadeo- Lo estás haciendo bien.
Aioros gano más confianza en sus caricias y comenzó a amasar las orbes carnosas para deleite de Tsunade. Observó cómo la bella mujer cerraba los ojos y balanceaba su cuerpo ante las sensaciones palpitantes. La hacía parecer tan graciosa y sexy. Atraído aún más en su aura sensual, él se inclinó hacia delante y besó su escote.
-Sí ... eso se siente bien- gimió ella, balanceando su cabeza ante las sensaciones.
Tsunade no pudo soportarlo más. El toque suave de sus manos en sus pechos envió disparos de placer a través de su cuerpo, lo que se sumó a la creciente excitación en su coño. Ningún hombre la había dejado nunca tan mojada. Ella lo quería dentro de ella tanto. Atrayéndolo en sus brazos, simplemente atrajo a su amante a otro profundo beso. Con las manos aún en sus pechos, se fundió con ella. Ella deslizó la lengua en su boca mientras lo sujetaba de espaldas. Aún a horcajadas sobre su pelvis, ella besó con avidez la parte superior de su cuerpo masculino. Mientras sus tiernos labios se arrastraban por su boca, é se quedó sin aliento. Pero depositó su confianza en ella y dejó que hiciera lo suyo. Como una leona cazando una presa, lentamente se abrió camino hacia su sección media bien tonificada. Ella sonrió ante sus ásperos, abdominales y miradas hacia sus ojos .
-Dios, estoy tan mojada- dijo en un tono ahogado de lujuria- Vamos ... vamos a hacer esto.
Entonces él se recostó. En la tenue luz podía ver lo excitada que estaba ella. Los suaves labios de su vagina estaban enrojecidos de humedad. Su clítoris estaba hinchado con la intención justo debajo de un parche perfectamente recortado de vello púbico. Y con el deseo ardiente en sus ojos, se arrastró sobre el cuerpo desnudo de Aioros y le permitió disfrutar de la sensación de tener una mujer desnuda encima de él.
-¿Estás listo?- preguntó ella en tono meloso.
La boca de Aioros se secó. Esta hermosa mujer desnuda estaba lista para tener sexo con él. Levantándose y agarrando su cintura, él jadeó fuerte con la intención.
-Estoy listo- aseguró el caballero, mirándola a los ojos con ardiente deseo. Sonriendo ante sus palabras, ella capturó sus labios y dejó que su cuerpo se presionara contra el suyo. Ella rió y ronroneó mientras su carne caliente se frotaba en el calor de la pasión. Su polla era tan dura. Su coño estaba tan mojado. Lo querían tan mal. Extendiendo sus piernas y a horcajadas sobre su cintura, la sanin se colocó sobre la polla de Aioros. Sus manos aún estaban en sus caderas, agarrándose con fuerza mientras esperaba el momento de la verdad. Con una mano sobre su estómago y la otra sobre su miembro, ella guió el pene erecto hacia su vagina que esperaba. Su excitación húmeda hizo que la entrada fuera agradable y fácil. Ella gimió todo el camino hasta que él estuvo completamente dentro de ella. Su polla estiraba perfectamente sus paredes.
Plantando firmemente sus manos sobre el pecho perfectamente tonificado de Aioros, Tsunade comenzó a montar la polla de del caballero. Cerrando los ojos, gimió ante las ricas sensaciones que recorrían su cuerpo. Pero al recordar que seguramente esta era la primera vez de él, ella fue lentamente para que él pudiera sentir su coño. Ella giró hábilmente sus caderas, permitiendo que su polla se deslizara dentro y fuera de sus apretados pliegues. Ella vio como su rostro se contorsionaba con éxtasis. Podía sentir lo mucho que él estaba disfrutando de esto. Y cuanto más lo montaba, más se metía en el papel de guía en las artes amatorias. Para la rubia tenía ese plus extra, de estar robando la virginidad del hombre al que amaba tanto, al de aquel a quien no había visto durante casi cuatro largos años, al creerlo muerto.
-Uh-uh-ohhhhhh sí!- gimió la ojimiel, montándolo con más fuerza, -¡Eso es! ¡Eso es! ¡Vamos, no tengas miedo de lastimarme¡
Adhiriéndose a sus deseos, el agarre de él en sus caderas se apretó. Mientras ella lo montaba con creciente vigor, él comenzó a sentir el chakra de la Sanin alrededor de su trasero. Enrojecido por la energía sexual, comenzó a complementar sus giros con sus propios movimientos ascendentes. Hizo que la ojimiel gimiera aún más fuerte, empujándolo a follarla con mayor intensidad. Amaba el sentimiento. Su coño estaba tan mojado y apretado. Cada vez que su polla se estrellaba contra su vagina, el sonido húmedo de su carne resonaba en la habitación.
Fue increíblemente erótico. El éxtasis llenó su mente y su cuerpo. Nunca podría haber imaginado lo maravilloso que podría ser el sexo. Una fina capa de sudor pronto se formó en sus cuerpos. Tsunade se maravilló ante el suave resplandor de sus músculos varoniles. Se veía tan contento y feliz. Ella set prometió darle esta sensación a él y estaba cumpliendo su palabra.
-¡Uh-uh-uh-uh- Tsunade! ¡Oh, mierda-! ¡Qué bien se siente... tan malditamente bien!- jadeó el castaño mientras empujaba en ella con mayor vigor.
-Uh-uh-sí! Uh-oh, sí!- gritó Ella- ¡Oh, me encanta!
El ritmo de sus cuerpos calientes se intensificó. El coño de Tsunade palpitaba alrededor de la polla de su amante cada vez que se hundía en sus profundidades. Pronto el sentimiento de tensión fue demasiado para que él lo soportara. No podía luchar contra las crecientes sensaciones. Él iba a derramar su carga pronto.
-¡Uh-uh-I-voy a correrme!- gritó él.
-Uh-uh-entonces hazlo!- gimió la rubia,- ¡Lléname con tu semen!
Girando sus caderas con más fervor, Tsunade agarró sus pechos rebotando mientras la cara de él se contorsionaba por las sensaciones calientes. Alcanzó su culo sexy, entregando empujes duros y profundos en el coño de Tsunade. Estaba tan mojada y apretada. Fue puro éxtasis. Finalmente, lanzó un último empuje para enviarlo por el borde.
-OHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!- Exclamaron ambos alcanzando el orgasmo.
Sus cuerpos se tensaron, él sintió que su polla explotaba en una explosión de semen que llenaba el coño de ella. Empujó dentro de su amada tan profundamente como pudo, penetrando todo el camino hasta su cuello uterino. Ella gimió ante la cálida sensación de los fluidos que recubren su vagina. Aún sujetando sus pechos, sonrió al ver la euforia de Aioros, mientras disfrutaba cada segundo.
Sus extremidades se aflojaron cuando ella se dejó hundir en la cama. Ella retiró la polla de su coño, permitiendo que algunos de los fluidos espesos se derramaran. Entonces, ella se acostó sobre su cuerpo sudoroso y capturó sus labios en un profundo beso. Sus poderosos brazos la esperaron, abrazándola y absorbiendo el maravilloso sentimiento de su carne caliente. Se veía tan feliz. Sus ojos nunca se desviaron de los de ella. Y por eso, se mostró agradecido.
-Lamento no haberte escrito antes, al menos- se disculpó espontáneamente el guardián de la novena casa.
-Lo entiendo- aceptó ella- si no lo entendiera, nada de esto habría sucedido.
Eres el hombre que amo, nunca vuelvas a hacer eso.
-Lo prometo- juró por su Diosa el caballero dorado.
Sin importarles a ambos, se quedaron dormidos profundamente, sin saber del hermoso acontecimiento que sucedió dentro de la Casa.
Después de todo, Hestia era la deidad protectora del Hogar. Era normal que en su Santuario, una nueva familia naciera a su amparo.
Y corte
Se alargó mucho con el lemon….. en fin, las cosas se deben dejar fluir.
Ya saben, dejenme su review, así no solo me animan a escribir, habrá retro alimentación entre nosotros.
