Nass! He aqui mi segundo fic, este basado en Slam Dunk. Los que seguis "El nuevo Rayo de Konoha", don't worry! Lo estoy escribiendo. Ire alternando ambos fics, asi que si os encontrais son cap. Tranquis!

Todos los personajes han sido creados por Takehiko Inoue, a excepcion de Touko, obra de Abuelint

Entre cursiva: Pensamientos y frases poco importantes.


Slam Dunk¡Temblad universitarios! Llega Hanamichi Sakuragi

Prologo: Recordando a 4 ojos.

Por enésima vez, eran los últimos en salir del gimnasio. Él, tal y como prometió después de un partido, sigue con su rojizo pelo muy corto, como si fuese un monje budista. Llevaba la bolsa de deporte y su mochila a sus espaldas como si nada, como si no hubiese pasado medio año en el dique seco por culpa de una lesión en la espalda. A su lado, una chica de cabellos castaños seguía sus pasos aferrada a él. Nadie se hubiese imaginado, salvo unos pocos, que ella escogiese a un antiguo rebelde sin causa de instituto antes que la megaestrella del equipo de baloncesto. Pero así era la vida. En contra de casi todos, Haruko Akagi estaba con su "descubrimiento" de aquella primavera. Y de eso habían pasado 2 años.

No le fue fácil en ningún momento. "De hecho, si no hubiese sido por una serie de circunstancias, ella seguiría colgada de ese capullo de Rukawa", pensaba él para sus adentros cada vez que recordaba aquel día. Rukawa, contra todo pronostico y sin previo aviso, se marcho a Estados Unidos antes de lo previsto. Aquello dejo tocada a mucha gente, especialmente al entrenador Anzai quien, meses después, renunciaría a su cargo para, como decía él "retirarme un tiempo." Sin Rukawa, Anzai ni Miyagi, recién graduado, el Shohoku ya hizo mucho llegando al campeonato nacional. Las paradojas quisieron que fuese el Sannou quien los eliminase, con toda justicia cabe decir. Tras la marcha de Rukawa, Haruko estuvo muy triste, pues perdía de vista a su amor platónico mientras que, al mismo tiempo, empezaba a ver con otros ojos al que, hasta entonces, era un amigo.

Tras seguir el camino marcado de cada tarde, llegaron a la casa de los Akagi. Ella le soltó la mano y le beso en los labios.

- Hasta mañana, Hanamichi Sakuragi. Te espero a las 10 en la cancha de baloncesto para entrenar un poco más.- Le dijo susurrando. Este hizo una mueca de tristeza. Haruko miro a su chico con cierta duda.- ¿Qué te ocurre? Has estado muy callado todo el día. Ni siquiera has recriminado al entrenador Ryuken, y eso si que es raro.-

- Mañana voy a tener que faltar a nuestro entrenamiento del fin de semana.- Dijo resignado Sakuragi. Haruko empezaba a mirarle con gesto de preocupación.- Tengo que ir al templo en el monte Fisakige temprano.- Fue entonces cuando Haruko cayo en la cuenta.

Solo había pasado un año de aquello, pero Sakuragi lo tenía marcado a fuego en su mente y en su alma. Ese día había quedado con Yohei y el resto de lo que el instituto llamaba "El ejercito de Sakuragi" para ir a ver a Oda jugar un amistoso contra el Ryonan. Pero sus planes se torcieron cuando recibió una llamada de Haruko. Su hermano y el mejor amigo de este habían tenido un accidente de tráfico muy grave. Cuando llego al hospital, Kogure, o "4 ojos" como lo llamaba, ya había fallecido. Akagi, que era quien conducía el coche, prácticamente estaba intacto. Aun recordaba la cara de Akagi en blanco, como si acabase de ver fantasmas y no se hubiese recuperado todavía. Pero lo peor fue en el funeral, cuando los padres de Kogure le impidieron la entrada a Akagi. Ese fue el último día que "los 6 de Kanagawa" se volvieron a ver.

- Sakuragi, perdona. Ya no me acordaba.- Dijo Haruko.

- No te preocupes.- Dijo Sakuragi tratando de quitarle hierro al asunto. Haruko pregunto si quería que le acompañase.- No hace falta, pero gracias. He quedado con Yohei.-

- Bueno, pues en ese caso…- Haruko se abalanzo sobre Sakuragi para abrazar a su novio. Este le devolvió el abrazo, dando por buenas sus disculpas.- Supongo que mañana mejor que no te llame.

- Llámame si sabes algo del Gorila.- Le dijo Sakuragi. Ese era el apelativo que usaba para llamar a Takenori, el hermano de Haruko. Desde el accidente que Sakuragi no sabía nada de él. Simplemente, entro en una universidad de Shizuoka donde le ofrecieron jugar al baloncesto y nada mas se supo de él. Sakuragi siempre ha pensado que se culpabiliza de la muerte de Kogure, pero es algo en lo que no puede ayudar a su capitán.

Cuando llego a su casa, le hecho un vistazo al correo. Hanamichi vivía con su madre desde que su padre falleciese de un ataque al corazón. Miraba las cartas con desgana, como si supiese lo que había en ellas. "Propaganda, propaganda, propaganda, una factura. Mierda, tendré que ir hasta el banco que la paguen." Las dos últimas iban remitidas a su nombre. Una era de la federación japonesa de baloncesto. La otra no tenía remitente. "Ya empezamos." Decía entre dientes. La carta de la federación japonesa de baloncesto lamentaba que Hanamichi no entrase en la convocatoria de la selección japonesa sub21 para la Copa de Asia de ese verano. Hanamichi hizo una bola con el papel y la tiro en la primera papelera que encontró. "Siempre estamos en las mismas. Como Sawakita y Rukawa vuelven de Estados Unidos, ellos son los seleccionados siempre. Y al resto, que les den por culo. Llevo 3 años igual. Estoy hasta los cojones de estar a la sombra de ese zorro de los huevos."

Abrió luego la carta sin remitente. En ella había una escueta nota escrita a mano. La carta decía:

Sakuragi:

Hace más de un año que no hablamos. Te veré en el templo mañana a las 9. Recordaremos tiempos pasados, hablaremos de los actuales y te propondré algo.

Atentamente:

El viejo

"Ya esta Takamiya buscándome las cosquillas." Pensó. No le dio mucha más importancia a las cartas y se marcho a dormir.

El ruido de una bicicleta lo despertó a la mañana del día siguiente. Cuando miro a través de la ventana Yohei, su mejor amigo, le esperaba abajo. Se vistió un poco rápido, casi sin pensar. Una vez arreglado, cogió varios paquetes de galletas, así como una especie de recipiente donde su madre había puesto su comida. Una vez cogió su bicicleta, salio a reunirse con su amigo para dirigirse al templo.

Durante el trayecto, Sakuragi le comento a Yohei lo de la carta sin remitente y la carta de la Federación. Su mejor amigo trato de animarle como cada principio de verano en lo que al tema del baloncesto se refería, pues no era la primera vez que se sentía decepcionado. En cambio, torció el gesto cuando le comento lo de la carta. Yohei no mantenía la opinión de Sakuragi de que fuese una broma. Aun así, la respuesta la encontrarían en el templo.

Cuando llegaron al templo, todo estaba calmado. Solo había un coche aparcado cerca del mismo. Yohei y Sakuragi se miraron extrañados, pero no le dieron mucha más importancia, pues pensaban que se trataba de alguien muy devoto. Iban cruzando el amplio patio del templo cuando una voz los saco de su conversación.

- ¡How, how, how! Veo que el pelo no te crece, Sakuragi.- Dijo una voz muy familiar.