Capitulo 1: La propuesta de Anzai
Había perdido unos kilos, pero conservaba su aspecto bonachón y su inconfundible bigote. El que fuese durante dos años el entrenador de Sakuragi estaba allí delante de él. Hanamichi lo miro extrañado, como si aun no se hubiese creído. A su lado, Yohei también miraba sorprendido la cara de su amigo.
- ¿Te ocurre algo Sakuragi?- Pregunto Anzai. Hanamichi negó con la cabeza pero sin cerrar la boca.- ¿Acaso no recibiste la carta?-
- ¿Carta¿Qué carta?- Pregunto Sakuragi sin salir de su asombro.
- Creo que se refiere a la carta que tú creíste que te había enviado Takamiya.- Aclaro Yohei a su lado. Fue entonces cuando se percataron que el entrenador no había venido solo. A su lado había una mujer de la edad del entrenador. Hanamichi la recordaba de cuando el entrenador estuvo ingresado por culpa de su ataque al corazón de hacia dos años.
Los cuatro se adentraron en el templo. Resulto curioso que no hubiese nadie del equipo a aquella hora. Sakuragi no le dio mucha importancia. Él suponía que vendrían, pero algo mas tarde. Una vez salieron del templo se pararon en una cafetería cercana. En ella estuvieron los cuatro charlando de los viejos tiempos. Tras varias risas, Anzai se puso serio.
- Supongo que querrás saber por que te envié esa carta¿No?- Pregunto. Sakuragi hizo un ademán de contestar, pero Anzai le detuvo.- No digas nada. Espera a que te cuente la historia y luego me preguntas cualquier duda.-
A resultas de la marcha de Rukawa, Anzai pensó que era lo más apropiado descansar del mundo de la canasta, lo que no quería decir que no dejara de pensar en el baloncesto. Tras volver a mandar al Shohoku al Campeonato Nacional y ser eliminados en cuartos de final, Anzai se sentía algo cansado. Pasaron un par de meses y se entero, casi por casualidad, del accidente mortal de Kogure. El propio entrenador fue personalmente a casa de Kogure a dar el pésame a su familia. Fue allí cuando se entero de todos los detalles. Trato de hablar con Akagi, pero este parecía hacer oídos sordos a sus llamadas para que, meses después, desapareciese del mapa. Algo parecía reabrir viejas costumbres en el entrenador, necesitaba volver a entrenar. Fue entonces cuando la universidad de Kanagawa solicito sus servicios al frente de su equipo de baloncesto. Contaba con algún que otro buen jugador, pero no era de los equipos punteros.
- Y esto nos lleva al presente, Sakuragi. Veras, me encantaría que formaras parte del equipo. Nos faltan jugadores altos y, con varios fichajes, creo que devolveríamos a la Universidad de Kanagawa el prestigio que tuvo antaño...-
Sakuragi miro al entrenador con suspicacia. Tenia ganas de seguir jugando al baloncesto. Además, desde que estaba con Haruko, se había convertido en un estudiante aplicado "Quien se lo iba a decir". Pensaba Yohei con una risilla cómplice. Sin embargo, Hanamichi no torcía el gesto.
- ¿Sabes que pasa viejo? Me estoy empezando a cansar del baloncesto. No se si quiero seguir jugando.- Dijo Hanamichi. Por el tono de su voz, parecía ser sincero. Anzai no le quitaba los ojos de encima, mientras que Yohei cambio su risilla por una mueca de sorpresa. Nunca pensó, desde que Hanamichi empezó a jugar, que diría una cosa así.
- ¿No será por las convocatorias veraniegas de la Federación de Baloncesto verdad?- Pregunto la mujer de Anzai, con cierta duda. Hanamichi asintió con la cabeza.
- La verdad es que si. Me asquea que busquen jugadores en "canteras" extranjeras. El maldito zorro menosprecio nuestra bandera cuando se marcho. Y lo único que hace la Federación es bajarse los pantalones porque juega en Estados Unidos. Yo no me mato en invierno en las clasificatorias para que un imbecil que nos ha menospreciado me pase la mano por delante. Si es mejor que yo, adelante. Pero hasta ahora no lo he visto y, por tanto, no me lo ha demostrado.-
- Tú mismo te contradices, Hanamichi.- Le dijo Yohei.- A ti te convocan para los clasificatorios.-
- Te lo he dicho cincuenta y cuatro veces, Yohei.- Contesto molesto Sakuragi.- El hecho de que me convoquen o no, no es lo que me molesta. Lo que me sangra es que sea el maldito zorro con sus aires de jugadorazo que juega en Estados Unidos el convocado en mi lugar. No se que pensara otra gente, pero yo lo veo así.-
- Comparto tu opinión, Sakuragi.- Dijo Anzai. Eso descoloco a Hanamichi, pues pensaba que Rukawa era el ojito derecho del entrenador.- Rukawa se ha estropeado en Estado Unidos y pienso decírselo. Y tú me ayudaras.-
- ¿Cómo piensas hacerlo?- Le pregunto Sakuragi a Anzai. Este se encogió de hombros y se levanto.
- Pronto lo sabrás.-
Hanamichi miro su reloj. Era cerca de las 12 del mediodía y nadie se había acercado al templo salvo ellos. Empezaron a salir del bar cuando una moto que llevaba a dos personas casi atropella a Sakuragi "Mira por donde vas, loco de mierda." Le espeto Sakuragi a los motoristas. El piloto aparco cerca de ahí y, sin quitarse el casco, fue a por Sakuragi.
- ¿Acaso no sabes lo que es mirar antes de cruzar, cateto?- Dijo. Sakuragi tomo eso como una afrenta. Pero no podía utilizar uno de sus famosos cabezazos si no quería que su cabeza tuviese un chichón considerable. Estaba a punto de responder cuando el copiloto, que había bajado de la moto mientras Sakuragi y su compañero discutían, se quito el casco.
- Hanamichi Sakuragi, no has cambiado nada.- Dijo. Bajo el casco se escondía un rostro de mujer, de cabellos negros y que a Hanamichi le era familiar. Se dirigió entonces al entrenador.- Veo que la vida le trata bien entrenador Anzai.-
- Veo que a vosotros dos también, Ayako.- Dijo Anzai.
- ¿Dos¿Qué dos?- Pregunto Sakuragi con cara de no entender nada. Miro a Ayako y luego al piloto, que aun no se había quitado el casco.- ¿Ryota?-
- Joder, Hanamichi. ¿Siempre te cuesta tanto reconocer a viejos amigos?- Dijo Miyagi mientras se quitaba el casco. Se había cortado el pelo de forma distinta. Ahora, Ryota llevaba el pelo un poco mas largo y sus cabellos acababan en pequeñas trenzas. Eso si, el pendiente de su oreja seguía ahí plantado. Saludo a todos, en especial al entrenador y a Sakuragi.- Veo que el entrenador trata de convencerte de que entres en el equipo.-
- ¿Tu juegas con la universidad de Kanagawa?- Pregunto Sakuragi sorprendido.- Pensé que a estas alturas estarías trabajando en algún lado.-
- Y hubiese sido así, de no ser por cierta persona.- Dijo Miyagi mirando a Ayako con ojos románticos. Esta le devolvió la sonrisa.- Además, no soy el único del equipo que esta allí.-
- Cierto, Miyagi.- Dijo una voz a sus espaldas. Hanamichi seguía alucinando. Delante de él, muy bien vestido, se encontraba Mitsui. Llevaba el pelo como cuando lo conoció, solo que esta vez recogido en una coleta.- Pero tranquilo, que yo ya me he retirado. Solo soy el ayudante de Anzai.-
Sakuragi ahora si que estaba alucinando. Ryota y Mitsui estaban en la universidad de Kanagawa. Anzai le estaba pidiendo de entrar en esa universidad y que siguiese jugando al baloncesto. Miro a Anzai con su mirada de desafió y asintió. Yohei no dejaba de mirar a su mejor amigo. Sabía a ciencia cierta que Sakuragi quería seguir jugando, y ahora, tenía motivos, razones y amigos para ello. El ruido de un teléfono móvil saco a Yohei de sus pensamientos. Era Haruko.
- ¡Haruko¿Cómo estas?-
- …-
- Si, esta conmigo. ¿Quieres que te lo pase?-
- …-
- ¿Una noticia¿No será mejor que se la des tu?-
- …-
- ¿Qué has dicho que?- Todos los que estaban alrededor de Yohei empezaron a mirarle con nerviosismo.- ¿Estas segura?-
- …-
- Si. Vamos todos para allá. Hasta ahora.- Yohei levanto la vista.- ¿Por qué me miran así?-
- Yohei, déjate de cachondeos.- Le dijo Sakuragi en tono amenazador.- Primero¿Qué hace Haruko llamándote a ti? Y segundo¿Qué cojones te ha dicho?-
Llegaron al mismo tiempo a la casa de los Akagi. Todos se miraban entre si, como si nadie diese crédito a las palabras de Yohei. Aun así, eso tenia que comprobarse. Llamaron a la puerta varias veces. Al rato, Haruko abrió la puerta. Técnicamente esperaba encontrarse solo con Hanamichi y Yohei, pues sabia que eran los únicos que podían estar en el templo, pero ver a tanta gente casi la descoloca. Tras saludar uno por uno a todos los invitados, siendo más efusiva con Ayako, les indico la dirección del salón principal. Antes de llegar al mismo, detuvo por un instante a Sakuragi. El pelirrojo no supo a que venia eso.
- Si quieres, puedo esperarme fuera.- Le dijo a su chico Haruko. Había algo que la incomodaba.- Francamente, me ha sorprendido que me viniese a ver.-
- Prefiero que entres.- Le dijo Sakuragi susurrándoselo, como si dos enamorados estuviesen hablando en su mundo.- No se que querrá, pero solo se que tu me das fuerzas para enfrentarme a él.- Dicho esto, Haruko sonrió y le dirigió uno de esos besos cortos pero intensos a su chico. Este se ruborizo un poco, aun no se acostumbraba a que la chica por la que había conocido el baloncesto fuese el blanco de un amor mutuo y correspondido. Tras mirarse como un par de embelesados, Sakuragi rompió el ambiente.- Vamos dentro. Si seguimos aquí plantados al viejo le crece barba.-
Hanamichi torció el gesto nada mas entrar al salón. Se habían sentado todos a excepción de Yohei, que se había quedado de pie mirando a través de la puerta acristalada que daba al jardín de los Akagi. Ryota, Anzai y Mitsui estaban en uno de los dos sofás con gesto muy serio. Ayako aguardaba en el otro sofá la llegada de los tortolitos. Delante de ella había una figura familiar. Como Sakuragi, seguía manteniendo el mismo look de cuando se conocieron por primera vez en la azotea del instituto. Su pelo seguía tapándole a ratos las cejas, pero sin molestarle la visión. Parecía que algo de músculo había desarrollado, pero su piel y sus gestos seguían irradiando esa frialdad típica de él. Iba vestido con el chándal de la selección de baloncesto, algo que sin duda mosqueo un poco más a Hanamichi. No había dudas: Kaede Rukawa estaba delante de él.
- Hola.- Dijo Rukawa con frialdad, mirando directamente a Sakuragi.- No esperaba tanto recibimiento.-
- Sinceramente, no te lo mereces.- Dijo muy molesto Ryota.- Por si no te acuerdas, hace como un año que nadie sabe nada de ti. Te fuiste sin dar motivo, sin explicación alguna. Y lo peor de todo, te fuiste sin ser el mejor.-
- Eso es cuestionable.- Dijo Rukawa sin darle mucha importancia a las palabras del menudo base. Esto enfado un poco a Miyagi. Por su parte, Kaede seguía mirando a Sakuragi.
- Creo que no lo es.- Le espeto Mitsui.- Lo que hiciste solo tiene un nombre: Cobardía.- Por primera vez desde que entro Sakuragi al salón, Rukawa aparto su mirada del pelirrojo para fijarse en Hisashi.- ¡Por favor, no hace falta que me amenaces con la mirada! Sabes que lo que digo es cierto.-
- Déjalo, Mitsui.- Dijo el entrenador Anzai, muy relajado. Había apalabrado con su mujer que su ayudante lo devolvería a casa de una pieza.- No atenderá a razones.-
- Porque no tengo que darlas.- Dijo Rukawa. Aquello colmo la paciencia de Sakuragi. ¿Tan prepotente se había vuelto Rukawa como para faltarle el respeto a Anzai?
- Veo que sigues igual de "considerado" con la gente.- Dijo Sakuragi, poniéndose cerca de Yohei en la cristalera.- Al grano¿Para que has venido?-
- Para hablar con el capitán.- Dijo Rukawa, fijando su vista nuevamente en el pelirrojo.- Pero ya me han dicho que no estaba, así que con vuestro permiso me marchare al hotel de concentración.-
- ¿Qué pasa¿Has pedido la mañana libre?- Pregunto Hanamichi con sorna.- Taoka siempre entrena hora y media por las mañanas. Así que, o te has escapado, o has pedido permiso para faltar a un entrenamiento.- Miro a Rukawa por primera vez a la cara.- ¡Que indigno de ti, saltarte un entreno!-
- Lo que haga o deje de hacer ya no es tu problema, torpe.- Dijo Kaede devolviéndole la mirada a Hanamichi. Este ni se inmuto. Al tiempo que se levantaba, Kaede miro a Haruko.- Cuando vuelva¿Podrás decirle que me llame?-
- No creo que vuelva hoy. Ni mañana.- Dijo Sakuragi muy molesto. Kaede no le hizo ni caso.- Por si no lo sabes, el Gori no ha dado señales de vida desde el accidente.- Aquellas palabras descolocaron mentalmente a Rukawa.- Porque te acuerdas del accidente¿Verdad?-
- Trato de no recordar los hechos desagradables, gracias.- Dijo Rukawa. Despidiéndose de todo el mundo, Haruko le llevo hasta la puerta. Al oír que se cerraba, el plante serio de Ryota y Mitsui se torno en enfado.
- ¡Maldito presuntuoso!- Dijo Miyagi una vez liberado de la tensión del ambiente. Si por él hubiese sido, le hubiese partido la cara nada mas verle. Pero conocía las intenciones de Anzai a grandes rasgos, así que reservo ese placer para otro momento.- No se como ha tenido el valor de venir hasta aquí buscando a Akagi.-
- No lo sabia, o no ha querido saberlo.- Justifico Mitsui. Él también deseaba cantarle las cuarenta a Rukawa, pero dejaba eso para la persona adecuada.- De todos modos, esto es un tema secundario en estos momentos.-
- Tienes razón, Mitchi.- Dijo Sakuragi. Hisashi torció el gesto cuando el pelirrojo lo llamo de aquella forma. Sakuragi trato de desviar el tema.- Por partes¿Quién forma el equipo en estos momentos?-
Anzai empezó a explicar la confección del equipo. El puesto de base parecía estar muy bien cubierto pues, además de Miyagi, Fujima también formaba parte del equipo. "El único problema es que Fujima tuvo una lesión grave hace poco y nadie sabe a que nivel esta". En el puesto de escolta solo había un jugador, Koshino del Ryonan, pero aun estaba un poco verde. En el puesto de alero no había nadie, mientras que de ala-pívot solo había uno: Itchio Fukuda.
- Un momento.- Dijo Sakuragi, tras pensar en el equipo durante un tiempo.- ¿Fukuda esta en el equipo?- Aquello lo había sorprendido bastante. Fukuda fue su gran rival durante dos años. De hecho, eran grandes compañeros en la selección japonesa cuando se jugaban las clasificatorias.- Esta descompensado a todas luces. No hay ningún tirador de tres eficiente y falta mucho músculo en la zona.-
- Hombre, si para ti Hanagata es "poco músculo".- Dijo Ryota refiriéndose al otro jugador del Shoyo que estaba en el equipo. Al parecer, Fujima y Hanagata seguían siendo una de las parejas más eficientes del baloncesto universitario.- Pero la lesión de Fujima nos dejo algo cojos en la aportación de Hanagata.-
- Tal y como lo veo, nos falta definir varias cosas.- empezó a explicar el entrenador.- En lo que al pívot musculoso no hay de que preocuparse. De eso ya me he encargado. Si Sakuragi entra en el equipo, la pintura ya estará acabada en su confección. Solo faltara pulir el puesto de alero.-
- Creo que conozco a alguien que nos puede ayudar en la faceta de alero defensivo.- Empezó a pensar Hanamichi.- Será complicado, pero puedo preguntarle.-
- ¿De quien se trata?- Pregunto Mitsui.- No conozco muchos novatos que puedan jugar en esa posición.-
- Tú déjaselo a este talentoso. ¡Ya veras como no te falla!- Dijo orgulloso Sakuragi. Tras un tiempo hablando, llego la hora de irse. Haruko fue despidiéndose de todos, siendo Hanamichi el más cariñoso. Al salir, Yohei y él iban discutiendo.
- Mira, me alegro de que sigas jugando.- Se sincero Yohei con su amigo.- Además, eso nos da pie a irte a ver para reírnos de ti.-
- ¡Ni lo intentéis!- Dijo molesto Sakuragi.- Además, puede que no sea el único del que os podáis reír.- Yohei miro a su compañero extrañado. ¿De quien estaría hablando?- Voy a llamar a Nomiya.-
- Espérate un momento, Hanamichi.- Yohei cambio su rostro de forma rápida. Tomomi Nomiya fue parte del "Ejercito de Sakuragi" mientras vivió en Kanagawa. Era también un apasionado del baloncesto, algo que le reporto algún que otro pique con Sakuragi.- ¿Estas seguro que Nomiya es el indicado?-
- No es que este seguro.- Dijo Hanamichi.- Es que lo se.-
El tren llevaba traqueteando varias horas en dirección a Shinjuku. En uno de los compartimentos, todos los integrantes del ejército de Sakuragi trataban de dormir apelotonados, buscando la postura ideal. El problema era que Takamiya ocupaba tres cuartas partes del asiento que habían ocupado él, Noma y Ookus. En el otro asiento, Hanamichi miraba el paisaje por la ventana, mientras Yohei trataba de dormir. A su lado, una chica de cabellos negros y ojos de un color verde oscuro muy intenso dormía placidamente, apoyada en el hombro del peliverde.
- Aun no me puedo creer que este conmigo.- Dijo Yohei, rompiendo el silencio que imperaba en el compartimento. Sakuragi desvió su vista, mirando la estampa de sus mejores amigos allí, juntos y enamorados.
- Tienes suerte.- Se sincero Sakuragi.- Touko es muy buena chica y tu, no digamos.-
- Pero pensar que hubo un tiempo que estaba enamorada de ti.- Yohei miro con resignación a su amigo. Touko también fue miembro del ejército de Sakuragi hasta que tuvo que irse a Estados Unidos. Pasado un tiempo, y coincidiendo con la lesión de Sakuragi, volvió a Kanagawa, esta vez para quedarse. Ayudo, siempre dejando la posibilidad de que Hanamichi viera lo que sentía por él, al pelirrojo en su cruzada por Haruko. Al ver que su mejor amigo y amor platónico conseguía a la chica de sus sueños, Touko abandono toda idea de conquistar a Hanamichi.- No se. A veces pienso que esta conmigo porque soy el segundo plato.-
- Eso no es verdad, y tu lo sabes.- Dijo Sakuragi, con cierta resignación.- Además, esto ya lo hemos hablado. Touko me lo dijo a las claras, sin tapujos. Touko y tú formáis una pareja estupenda y no le des más vueltas.-
- Lo se, pero siempre acabas pensándolo.- Concluyo su amigo. Pasados tres cuartos de hora, el tren se detuvo y todos bajaron. Shinjuku se abría ante sus ojos. Sakuragi empezó a mirar un trozo de papel, alternándolo con un pequeño mapa que Noma llevaba consigo. Tras media hora buscando llegaron al instituto Nishikou. En sus puertas se veía un rotulo: "Gran partido de Baloncesto. Nishikou East vs. Nishikou West. Por quien nos representara en el campeonato del año próximo"
- Aquí es.- Dijo Sakuragi, al tiempo que buscaba con la mirada el gimnasio.- Vamos.-
- ¿Estas seguro de lo que quieres hacer, Hanamichi?- Pregunto Takamiya, aun con dudas.
- Nomiya y tu sois como el aceite y el agua, Hanamichi.- Comparo Noma.
- Además no sabes si aceptara.- Dijo Ookus. Sakuragi, harto de tanta inseguridad, solo golpeo con un cabezazo a sus amigos.
- ¡Estoy seguro, así que déjense de tonterías!- Grito Sakuragi. Mientras tanto, en el interior del gimnasio, el Nishikou West estaba pasando por problemas. Iba perdiendo por 9 y faltaban menos de 6 minutos para acabar el partido. Sakuragi entro en aquel momento, cuando el tiempo estaba parado. El entrenador local había solicitado un tiempo muerto, buscando una manera de parar los constantes ataques del East.
- ¿Quién de ellos es Nomiya, Hana? Pregunto Touko, intentando divisar a su antiguo amigo entre los jugadores.
- Solo se que juega en el West. Me dijo que ya lo veríamos.- Contesto Hanamichi encogiéndose de hombros. En aquel momento el tiempo muerto llego a su fin. Entre los cinco jugadores del West había un chico con un pelo color marrón oscuro rizado, que miraba desafiante al que parecía ser la estrella del East. En la siguiente jugada, a favor del East, su jugador estrella atrapo el balón y, con una finta, trato de superara ese jugador. Pero este, sin dejar de mirarle a la cara, ni se inmuto. El jugador estrella empezaba a tener problemas serios, nadie lo había defendido con esa intensidad todavía. En un momento de distracción, en defensor metió su mano izquierda en la trayectoria del bote del balón, haciendo que este saliese despedido en dirección a uno de sus compañeros. El jugador estrella del East, trato sin suerte de recuperarlo, pues el que parecía base del West hizo un pase de espaldas hacia otro de sus compañeros. Este, en contraataque, devolvió el balón al que lo había robado, haciendo este un mate.
- ¡Dos puntos mas para Nomiya!- Grito alguien por megafonía. Sakuragi se convenció, era la persona idónea. No había cambiado mucho, su mirada seguía siendo fría e intensa cuando se trataba de defender. Pasaron los minutos y el partido lo acabo ganando el West por 3 puntos de diferencia. Al acabar el partido, Sakuragi y su ejército se quedaron en el campo con un balón, tratando de practicar algunos tiros. Cuando Nomiya salio del vestuario los increpo.
- Disculpad, pero la cancha es de uso exclusivo para los alumnos, así que si no os importa…- Dijo Nomiya muy serio.
- Tranquilo Tomi, te estábamos esperando.- Dijo Sakuragi mirando directamente a Nomiya. Como su nombre era demasiado largo, únicamente los amigos lo llamaban Tomi.- Hemos visto tu partido y ha sido alucinante. Veo que has mejorado en defensa más de lo que me habían dicho.-
- ¿Y tu quien narices eres?- Pregunto Tomomi con cara de pocos amigos. Se percato entonces de la gente que le acompañaba. Un chico gordo con gafas, uno rubio con el pelo rizado, otro de cabellos castaños con una especie de bigote de tres días, una chica muy mona pero algo bajita y un chico de pelo verde y mirada tranquila.- ¡No puede ser verdad¿Sakuragi?-
- ¡El mismo que viste y calza un 46 de pie!- Exclamo Hanamichi. Nomiya lo miraba petrificado. Aquel no podía ser ese chico problemático y algo busca peleas que había conocido hacia 6 años, cuando aun iba a primaria en Kanagawa. Tras verse nuevamente, empezaron a hablar mientras salían del gimnasio. Recordaban antiguas anécdotas, al tiempo que se actualizaban con lo que habían hecho actualmente.
- Algo había oído de que estabas jugando al baloncesto, pero nunca me imagine que tu equipo fuese capaz de ganar al todopoderoso Sannou.- Se sincero Nomiya con sus amigos.- Pero no habéis hecho un viaje de tres horas para hablar de los viejos tiempos¿Verdad?-
- así es.- empezó a hablar Touko.- Veras, Hana quiere que tu formes parte del equipo universitario al cual va a entrar.- Nomiya lo miro con sorpresa.
- ¿Por qué yo? Habrá muchos mejores jugadores que yo ahora mismo en Kanagawa.- Dijo Nomiya. Sakuragi, que no había abierto la boca aun, se dirigió a él.
- Puede que los haya mejores, pero te quiero a ti en el equipo. Solo tienes que hacer una prueba para el viejo. Si la pasas, entras; si no, vuelves para aquí y nadie se acordara de ti.- Nomiya parecía estar pensándolo.- Piensalo: Una beca para estudiar en la universidad, haces el deporte que tanto te gusta y encima, vivirás con tus viejos amigos.-
- ¿Quién ha hablado de vivir aquí?- Dijo Noma con cara de susto. Takamiya y Ookus lo secundaron.
- Han estado dormidos todo el viaje, así que no me extraña que no se hayan enterado.- Dijo Yohei.- Verán, Touko ya ha cumplido los dieciocho. Por ley, su pensión de orfandad queda clausurada a no ser que siga estudiando. Si entra en la universidad de Kanagawa, mantendrá esa beca. Aun así, y en vista de lo que pudiese ocurrir, nos sugirió a Sakuragi y a mí que, como Hanamichi tendría beca y yo ya tengo un trabajo seguro en la tienda con mis padres, podíamos vivir los tres en casa de Touko. La casa para una persona es muy grande y los precios están subiendo de forma alarmante, así que si ustedes tienen un sueldo seguro, pueden entrar en la casa.-
- Eso si, si Nomiya y su beca entraran en ella, solo me quedaría una cama libre.- Dijo Touko. Los tres amigos empezaron a discutir airadamente, mientras que el resto miraba la escena riéndose a brazo partido. Nomiya rompió el entuerto como hacia siempre: A empujón limpio.
- Caballeros, por favor, mantengan su disciplina.- Dijo Nomiya mientras separaba como podía a Takamiya de los otros dos. Miro a Sakuragi con gesto de desafío.- Supongo que por probar no perderé nada¿Verdad?- Sakuragi se limito a sonreír y a devolverle esa mirada desafiante a Nomiya.
