Capitulo 4¿Señales?
La comida había sido mas amena que de costumbre. Hanamichi no estaba aun acostumbrado a tratar con los padres de Haruko, quizás por vergüenza. Pero siempre había un momento divertido, una anécdota de la infancia, algo que recordar. Los domingos siempre eran igual. Pero por un lado, Sakuragi no era del todo feliz. A esa familia feliz le faltaba un miembro. Y era el miembro que mejor conocía a Sakuragi, si no contábamos a Haruko.
Una tarde de viernes, antes de salir hacia el "Gundam", que era el pub que regentaban los padres de Yohei, Hanamichi noto que en su saco de correo había algo. Miro y encontró un sobre con matasellos de Okinawa. "Esto viene de muy lejos. Y yo no tengo familia allí. ¿Quién coño puede ser?" Hanamichi busco el remitente. Cuando vio quien casi le da un vuelco el corazón.
- ¡Touko!- Grito Sakuragi a su amiga desde el pasillo. Esta salio de la cocina como si se estuviera quemando la casa.- ¡Llama a Haruko y dile que venga, que es importante!-
- ¿Y no puedes llamarla tu?- Pregunto la castaña a su amigo, pero enseguida deseo no haber hecho esa pregunta. Hanamichi temblaba de pies a cabeza, como si algo lo hubiese trastocado de tal manera que no pudiese hacer nada más. Touko, sin mediar más palabra, llamo a la chica de su amigo. Cuando colgó el teléfono, su amigo se había sentado en el sofá, aun con la cara transpuesta.- ¿Qué pasa?- Sakuragi le mostró la carta a Touko. Esta la miro sin mucho desdén hasta que se fijo en el remitente. Casi se muere del susto. Sin mediar palabra, devolvió la carta a su amigo.- Creo que llamare a los chicos y les diré que no podemos ir al pub.-
- Yo llamare al viejo y a los demás.- Sugirió Sakuragi.- ¿Hay comida suficiente para todos?- Touko asintió.- Vale, porque hoy puede ser una noche muy larga.-
En cuestión de tres cuartos de hora, todo el mundo estaba allí. Nadie conocía aun el motivo, pero estando el Shohoku allí, solo podía haber dos cuestiones de tanta urgencia. Hanamichi les mostró la carta a cada uno, siendo Haruko la ultima en mirar. Los ojos de ella se tornaron vidriosos cuando se fijo en el remitente. Se la volvió a tender a su chico.
- Creo que va dirigida a ti.- Le dijo muy emocionada. Los demás también tenían su vista fijada en Sakuragi. Este abrió el sobre. En su interior había una carta escrita a mano. Además de una especie de amuleto, con forma de tablero de baloncesto. Sakuragi empezó a leer la carta.
Hanamichi:
En primer lugar, discúlpame. Se que mi marcha fue repentina, pero lo necesitaba. Además, no estaba de humor para despedidas que no llevarían nada nuevo. Estaba mal, muy mal. Y lo sigo estando. Pero ahora al menos tengo el valor de escribirle a alguien. El caso es que solo me viniste tú a la cabeza. Será de los capones que te he dado.
En segundo lugar, quiero pedirte un favor. En el sobre encontraras un tablero de baloncesto tallado en madera. Quiero que se lo des a mi hermana. Quiero además que la cuides. Se lo que sientes por ella. Es mas, si lo pienso bien, tarde o temprano estaréis juntos. Motivo de más para pedírtelo. Se que lo harás de todo corazón, no quiero verla sufrir. Pero, por favor, no le digas nada de esta carta. Ni a ella ni a mis padres. Se me haría demasiado duro que lo supiese.
- Demasiado tarde.- Dijo Miyagi, tratando de quitarle hierro al asunto. Haruko estaba a punto de llorar. Hanamichi le tendió el amuleto a su chica. Esta al cogerlo, echo a llorar desconsoladamente. Solo atisbo, entre lagrimas, como su novio y sus mejores amigas trataban de transmitirle su calor y afecto a través de sendos abrazos. Pero en su interior, la melancolía se había apoderado de ella. Sakuragi siguió leyendo.
Debo pedirte otros dos favores. El primero, que informes al equipo de que tienes noticias mías. Si se lo dices al entrenador, él informara al resto. Me importáis todos, pero aun no tengo fuerzas de volver. Por ultimo, quiero que dejes esta carta en la tumba de Kogure, sellada nuevamente. La segunda parte de esta carta es para él, este donde este.
Por ultimo, debo instarte a que no vengas a buscarme. Si se que me estas buscando, marchare de donde estoy. No me será difícil saberlo, tengo mis contactos. Así que ni lo intentes.
Espero que hagas todo lo que te he pedido. Cuida de mi hermana como si de tu propia vida se tratase. Espero que lo cumplas.
Atentamente,
El capitán
PD: Si Rukawa ya esta en Estados Unidos, díselo tú en persona.
El silencio se apodero de la sala. Todos trataban de asimilar lo que era un shock. Tras unos instantes, Hanamichi se levanto y volvió a cerrar el sobre, lacrándolo con un poco de cera. Tras eso, le tendió el sobre al entrenador Anzai.
- ¿Podrá hacerlo usted por mi mañana a primera hora?- Pregunto muy serio. Anzai asintió, mirándole a los ojos directamente.
- ¿Iras a buscarlo?- Pregunto sin quitarle la vista a su pupilo. Este no contesto, solo le miro. En sus ojos había intensidad.- En ese caso, será mejor que nos vayamos todos.- Los demás asintieron. Tras las despedidas, Anzai cogio a Sakuragi.- Puedo decirle a tus profesores que has cogido una pequeña gripe.-
- Haga lo que crea conveniente.- Se limito a decir el pelirrojo. Cuando la puerta se cerro, solo quedaban en la sala Touko y Haruko. Esta última se aferraba al amuleto que su hermano le había enviado. Miro a su chico, como buscando una respuesta.- Si quiere que haga lo que dice, que me lo diga a la cara.-
- ¡Voy contigo!- Dijo Haruko entre sollozos. Pero su chico negó con la cabeza.- ¿Por qué no¡Es mi hermano, Hana¡Sabes como se pondrán mis padres cuando lo sepan!-
- Por eso mismo no debo dejarte ir.- Dijo Sakuragi, cogiendo a su chica suavemente por las mejillas. No quería ni debía ser duro, pero si sincero.- Si tus padres se enteran, harán todo lo posible por ir. Y entonces el Gori seguro que se marchara.- Su chica negaba con la cabeza, tratando de pedirle que no lo hiciese de esa forma.- Lo siento, pero solo si voy yo no huirá. Sabe que iré a por él y que me importara un comino lo que diga. Por si acaso, iré con compañía.-
- ¿Piensas en Nomiya?- Sugirió Touko. Hanamichi negó con la cabeza.
- No. Pensaba en otra persona.-
Solo llevaba media hora en el tren y ya se estaba arrepintiendo. Hanamichi se empecino tanto que nadie entendía nada. Por fortuna, Sakuragi es mas terco que una mula y el entrenador Taoka le dio el día libre a todos, pues al día siguiente partirían hacia Seúl para disputar la Copa de Asia. Pero no entendía aun que hacia allí, y mucho menos que el pelirrojo lo hubiese escogido a él y no a otro del equipo. El caso es que en el compartimiento donde estaban había tensión en el ambiente. El pelirrojo evitaba cualquier contacto visual con su acompañante, mientras este ojeaba la guía sobre Okinawa que Sakuragi había comprado en la estación. La idea era clara, pero los medios escasos. "Es una misión prácticamente imposible. Si el capitán no desea ser encontrado, no se que haremos nosotros para hacerlo" Rukawa se reclinaba incomodo en el asiento. Aun faltaban un par de horas para llegar y ninguno de los dos quería esa tensión que se estaba viviendo.
- ¿Cuánto hace que estas con ella?- Pregunto Kaede a su ya ex compañero de equipo. El pelirrojo arqueo una ceja, no entendía lo que le estaba preguntando.- ¿Desde cuando sales con la hermana del capitán?-
- ¿Y tu como sabes eso?- Pregunto Sakuragi, pues sabia de buena tinta que Rukawa no conocía la relación. Este tuvo que admitir haberlos visto una semana antes en la cancha del barrio.- Pues desde que te fuiste a Estados Unidos. Ella estaba enamorada de ti, pero tú no hacías ni puto caso.-
- Ya veo.- Se limito a contestar Rukawa.
- ¿Celoso?- Pregunto Hanamichi con sorna.
- No. Envidia.- Contesto Rukawa. El pelirrojo volvió a poner cara de no entender nada.- A ver si me entiendes. Veo que tu vida ha dado un giro. Se te ve bien con ella. Es esa envidia la que tengo.-
- ¿Acaso no vives bien tu, en Estados Unidos?- Pregunto Hanamichi. La conversación se tornaba seria.- Quiero decir que lo que yo tengo aquí tu lo puedes tener allí.-
- Allí el deporte es como ir a la guerra.- Contesto Rukawa.- Debes dejar todo lo bueno de tu vida y centrarte en un objetivo. Y ese no es otro que ganar. Si caes, los demás lo lamentaran, pero no volverán a por ti. Solo lloraran por lo que pudo ser y no fue.-
- ¿Tan duro es el deporte allí?- Pregunto Sakuragi.- Quizás por eso yo nunca podría ir a jugar a América. Para mi esto es un modo de vida, pero a la vez es una diversión.- Miro a Rukawa con gesto triste.- Quizás por eso no te sientes bien allí.-
- Quizás por eso he empeorado mi juego.- Dijo Rukawa. Sakuragi empezaba a alucinar. "¿El zorro acaba de admitir que ha empeorado¡Esto es noticia!"- Tal vez necesite volver a divertirme.-
- Pues hazlo.- Dijo Hanamichi, como si la solución fuese tan simple como eso.- Divierte y haz que los que estén a tu lado se diviertan.-
- ¿Eso pensaste cuando le dijiste a tu amigo que jugara contra mi?- Pregunto el chico de ojos azules. Sakuragi negó con la cabeza.- ¿Entonces?-
- Pensé que seria bueno para ti.- Contesto Hanamichi, muy serio.- Si te hubiese ganado, te hubieses justificado, diciendo cosas como que era un accidente.- Rukawa asintió, dando a entender que pensaba lo mismo.- Que haya sido otra persona ha hecho que te plantees donde están tus errores.-
- Pues lo has logrado.- Se sincero Kaede con Sakuragi.- Tendré que planteármelo.-
- En el equipo hay dos vacantes. Si quieres estudiar en la universidad, Touko tiene una habitación libre en su casa.-
- ¿Touko sigue viviendo aquí?- Pregunto el chico de ojos azules. Hanamichi asintió.- Creí que había vuelto a Estados Unidos. Con razón no sabía nada de ella.-
- Vete olvidando, esta con Yohei.- Dijo el pelirrojo, que vio segundas intenciones en las palabras de Rukawa. Este se puso serio.- De todos modos, piensatelo¿Vale?-
- Me lo pensare.- Contesto Rukawa.
Pasado el tiempo llegaron a Okinawa. Nada mas llegar, preguntaron por el apartado de correos que salía en el remite de la carta, el cual Sakuragi apunto antes de darle la carta al entrenador. El apartado resulto ser de un pueblucho cercano al mar, al cual solo llegaba un autobús dos veces al día. Miraron el reloj con desdén, tenían tiempo para coger el segundo autobús y dormir allí. Rukawa negó con la cabeza. Debía volver al día siguiente temprano, así que debían hacer noche allí, cerca de la estación. Sakuragi lo miro desafiante, no había hecho una panzada de kilómetros para ahora echarse para atrás en el ultimo momento. De todos modos, accedió a las peticiones de Kaede. Durante la noche (Por supuesto en habitaciones separadas) ambos le empezaron a dar vueltas a la conversación del tren. Por un lado, Hanamichi pensaba que al kitsune se le empezaba a caer esa frialdad que en su carácter había. No era un gran paso, pero al menos era el primero. Por su parte, Rukawa estuvo pensando en la propuesta de Sakuragi. Además de la universidad de Kangawa, la universidad de Kainan estaba cerca de allí. No quería entrar en la misma universidad que el pelirrojo porque entre ceja y ceja tenía una razón de peso: Enfrentarse nuevamente a Tetsuya y ganarlo.
A la mañana siguiente, ambos se levantaron muy temprano. Uno para coger el tren de vuelta y el otro para tomar el autobús que los llevaría hasta Ni Rina, que era el nombre del pueblo. Ambos se despidieron el uno del otro, deseando que sus destinos, tarde o temprano, volviesen a encontrarse. Sakuragi, durante el trayecto en autobús, fue pensando en que haría o que le diría al Gori si lo encontraba. No quiso hacer preguntas en la capital, pues era sabido que probablemente habría espías. No se fiaba de lo que su capitán decía, pero prefirió mantenerse a salvo de cualquier imprevisto. Cuando llego al pueblo, una tormenta se desato encima de él. Por la calle no había un alma. Era un puerto de pescadores, por lo que pensó que en la playa encontraría gente, pero ni eso. Sakuragi empezaba a desesperarse cuando en el horizonte distinguió lo que parecía un aro de baloncesto. La lluvia ya lo había calado hasta los huesos y su búsqueda empezaba a ser infructuosa, así que tiro por el único punto en común que tenían. En la cancha no había nadie, incluso alguien se había dejado un balón. Cogio el balón con sus manos y empezó a enfadarse. Llevaba demasiada rabia acumulada. "Joder¿De que me esta sirviendo esto¿Por qué no quieres salir de tu puto escondite, Gori?" Miro hacia el aro. Este estaba tallado en madera natural, por lo que el agua corría por él como si de un tifón se tratase. El aro era de metal y estaba reforzado por una capa de pintura, algo que debía impedir que alguien se resbalase si se colgaba del aro. Sakuragi, victima de su impotencia, tiro con fuerza el balón contra el tablero, para luego cogerlo en el aire y hacer una clavada fuerte, furiosa.
- ¡Mierda!- Chillo a grito pelado, aun colgado del aro. Cuando se soltó no se dio cuenta que el suelo era muy resbaladizo. Cuando aterrizo, sus pies no se agarraron lo suficiente al suelo, haciendo que el pelirrojo se diese de bruces contra el suelo. Era lo que le faltaba. Iba calado hasta los huesos, su ropa estaba totalmente empapada y su orgullo había quedado como él: Por los suelos. No tuvo más remedio que tumbarse en el suelo mojado, impotente. Pero algo le nublo la vista. Una toalla paso por su cara, deteniéndose en ella. Cuando se incorporo, noto como alguien le plantaba un golpe seco y fuerte en la cabeza. Cuando se giro, vio una figura enorme, de espaldas similares a las de un armario ropero. La figura se giro sobre si misma.
- Solo a ti se te ocurre entrenar lloviendo.- Le dijo al pelirrojo. No había lugar a las dudas, su voz era inconfundible.- Sígueme, tengo ropa limpia y algo caliente en mi casa.-
"¡Te encontré!" Pensaba Sakuragi mientras se dirigía hacia la casa de Takenori.
La casa era un tanto desangelada, pero se podía vivir en ella sin pasar problemas de frío o de goteras. Cuando Sakuragi se cambio, pusieron su ropa a calentar cerca de una especie de fuego que había en el salón. No habían dicho palabra desde que llegaron a la casa, así que Hanamichi sospecho que aquello no le había caído del todo bien a su anfitrión. Entraron ambos en una cocina un tanto pequeña para sus estaturas, pero al fin y al cabo, ellos no eran gente de estatura normal. El capitán preparo un te, mientras ambos se sentaban en una mesa.
- ¿Hiciste lo que te pedí?- Pregunto Akagi a Hanamichi. No había cambiado mucho y seguía manteniendo ese buen aspecto que le caracterizaba. La única novedad era una perilla, parecida a la que le pintaba Sakuragi cuando pasaban noches en vela estudiando juntos.
- Le di la carta al viejo para que lo hiciera.- Contesto el pelirrojo, que bajo la cabeza al instante.- Pero Haruko sabe lo de la carta.-
- ¿La llamaste sin haberla leído aun?- Pregunto Akagi. Su antiguo compañero asintió.- Era previsible, si estáis saliendo juntos.-
- Llevamos algo más de un año.- Dijo Sakuragi.- Y ella lo ha pasado mal durante esta época en la que tú no estabas.-
- ¿Lo saben mis padres?- Dijo el ex capitán, tratando de desviar el tema.-
- Le dije a Haruko que esperase a que volviese para decírselo.-
- Te dije que no vinieras.-
- Sabias que me pasaría la amenaza por el forro de mis pantalones.-
- Y aun así has venido acompañado.-
- Si sabes eso, será porque el chico de correos es tu espía. Solo he hablado con él.-
- así es. ¿Cómo es que Rukawa no ha venido contigo?-
- Mañana salen a Seúl para el campeonato de Asia. Se puede decir que lo convencí para nada.-
- Veo que por fin os habéis hecho amigos.-
- ¿Quién te ha dicho que el zorro y yo seamos amigos?- Pregunto Hanamichi. Tenia que cambiar el tema, pues aquella conversación no estaba llevando a ningún lado.- Mira, Gori. Pienso traerte de vuelta a Kanagawa aunque sea inconsciente.-
- No pienso moverme de aquí.- Dijo Akagi de una forma muy seca, al tiempo que ponía te en dos vasos de barro.- Aun no estoy preparado.-
- ¿No estas preparado para que?- Pregunto Hanamichi.- ¿Para volver a la realidad o para enfrentarte a tus miedos?-
- Para ambas cosas.- Contesto Takenori. Sakuragi empezaba a enfadarse.- Siento que hayas venido para nada.- Hanamichi se levanto y le cogio por la pechera de la camisa.-
- ¡No me he hecho medio país en tren para que tu ahora me digas que he venido para nada!- Dijo el pelirrojo enfadado. Había rabia en su cara.- ¡Y mucho menos me voy a cruzar de brazos a que el señorito cobarde quiera volver a su realidad!-
- ¿A quien has osado llamar cobarde, estupido cabezón?- Dijo Akagi muy molesto.
- ¡A la persona que parece que vive en el pasado¡Deja de hacerte el mártir Gori¡Cuatro ojos no va a volver, asumelo de una jodida vez!- Aquello ya fue demasiado, así que Hanamichi le propino uno de sus cabezazos a su antiguo capitán.
- ¿Acaso no lo entiendes?- Pregunto Akagi, todavía dolido del cabezazo.- ¡Kogure murió por mi culpa!-
- ¡A cuatro ojos lo mataron las circunstancias!- Le grito Sakuragi, muy al limite de su rabia.- ¡Y las circunstancias quisieron que tu estuvieses ahí, nada mas!- Miraba a su capitán con los ojos desorbitados. Por primera vez en mucho tiempo, estaba fuera de si.- ¿Qué te crees, que no me sentí culpable cuando mi padre murió delante de mis narices?-
Akagi se quedo mirando a su antiguo compañero. Por primera vez había oído la historia de su padre de su propia boca. Cuando al entrenador Anzai le dio aquel ataque al corazón, sospecho que algo había pasado anteriormente. Fue Touko quien sin querer, le confirmo sus sospechas. Ambos se miraban sin decir nada. La tormenta empezaba a arreciar y el sol empezó a salir.
"Ya voy, ya voy" decía Haruko insistentemente, mientras se dirigía hacia la puerta que daba a la calle en su casa. Era ya de noche y, fuese quien fuese, debía estar muy alterado. No había tenido noticias de Hanamichi en todo el fin de semana, así que supuso que seria él. Cuando abrió la puerta, una sensación de emoción la embargo. Delante de ella no estaba su novio, sino su hermano, aquel que había desaparecido sin dar noticias y sin decir donde estaría. Estaba algo mas delgado, pero era el. No había dudas.
- Hola, hermanita.- Le dijo Takenori a Haruko la cual, ya presa de las lágrimas, se lanzo sobre su hermano. El abrazo fue de época y los ojos del antiguo capitán del Shohoku se habían tornado vidriosos. Estallaron a llorar cuando sus padres asomaron por la entrada. La familia Akagi se había vuelto a unir. Desde fuera, un grupo de personas miraba la escena, también emocionada.
- Bueno, al fin lo hemos logrado.- decía Noma.- ¡Y mira que no quería venir el tío!-
- Pero hemos cumplido con nuestro cometido.- decía orgulloso Takamiya.
- ¡Y que lo digas amigo!- Le secundo Ookus.
- ¡Pero si ustedes no han hecho nada!- Se quejo Hanamichi.
- ¿Cómo que no?- Preguntaron a la vez los tres, molestos.
- Déjalos, Hana.- Le dijo Touko al pelirrojo.- Lo que importa es que ya esta de vuelta.-
- Y que por fin, Haruko volverá a ser totalmente feliz.- Sentencio Yohei.
- Mas si cabe, que esta con el talentoso.- Apuntillo Nomiya.
H23 Timeout.
Gente sesible, que se abtenga de leer el cap de hoy. Todo emocion y llanto! Bueno, tampoco me he pasado mucho. Ahora comments, que tengo pa un rato:
Khira: No, Rukawa no me cae mal. Lo que pasa es que pienso como Maki: Alguien debe bajarlo a la Tierra. he visto jugadores buenos que por creerse mas de lo que eran se la han pegado y bien pegada. Como dice un entrenador que tuvo "El deporte profesional es como un embudo. Al principio todos los la ostia, pero al final solo llegan unos cuantos." En caunto a lo otro, viene explicado en la segunda parte de este cap.
celine: No es que lo parezcan, es que lo son. Los datos estan cotejados con las web de la fiba (Federacion Internacional de Baloncesto), la web de la NBA y la web de la ACB. "Frios datos reflejan realidades" dijo alguien en su dia.
Elena: Dejemos a las antiguas porristas en paz, que si no tendremos problemas.
Abuelint: A Sawakita le tengo algo reservado, pero no se el que aun. Por cierto, gracias por la info que me enviastes. Me pondre a escribir en cuanto tenga un hueco (Que no suele ser siempre).
Bunny: Me olvide de ti en el cap anterior y debo pedirte disculpas. No obstante, eso no es un dueto. Preparaos vienen los "Bad Boys" de Kanagawa!
