Hilo rojo.

Ya saben, lo de la disgrafia, disculpas por los teclazos y horrores del auto corrector.

Y recuerden, Naruto y sus personajes son propiedad de Kishimoto sensei

Capitulo dedicado a Regina Alba Blossom y a Luka Sama

Gracias por hablarme de este fanfic y gracias Luka por las facilidades otorgadas.

Review.

Por cosas que no preveía, se los debo.

Sin embargo, ya he recibido las peticiones y sepan que las ando revisando aunque no se note.

Por cierto, creo poder hacer una petición que me han hecho, pero tendría que cambiar un detalle.

Sobre la versión con actores de Monmosu de Kamen rider Predator: ¿Quieren que haga las reacciones al progama? Me la han estado pidiendo mucho y aunque no le veo caso, pues básicamente eso es lo que hace él en el Fic, es una petición muy popular.

Comenzamos

La imagen mostraba un emperador, para extrañeza de todos, por lo que Shin tuvo que hacer una acotación.

-Mi principal pasatiempo es hacer esto en forma de narración y no de informes- empezó a aclarar. A veces uso prólogos, narraciones en primera persona y demás. Esto es solo el prólogo, un contexto si quieren verlo así.

-Ah, ya- asintieron la mayoría. Por eso no sabían de quién era la abuela, pero parecía ser que esto estaba relacionado con lo que iban a ver.

Y por si acaso, el escritor del grupo, saco su libreta para hacer más de esos jugosos apuntes. Por ese lado si que habían válido la pena las palizas que hasta ahora había recibido.

La vida tiene muchas historias en ella, cada persona puede estar unida a varias historias pero siempre conservara su propia e única historia, nunca habrán dos historias exactamente iguales gracias a las múltiples vivencias de cada persona.

Su abuela solía decirle eso.

-Era muy sabía la mujer- estuvo de acuerdo Kushina.

De hecho su abuela siempre le contaba muchas historias, cada una de ellas la llevaba a mundos de fantasías y princesas que luchaban contra el mundo.

Pero había una muy especial…

-A darle- comenzó a anotar el sabían sapo.

"Hace mucho mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia. cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. la bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «aquí termina tu hilo»,

-Me supongo que no le hizo gracia- se aventuró a adivinar el padre de Neji.

-De menos lo vio como una burla "inocente"- concordó Hanamei.

-Eso habría Sido romántico- suspiro Kushina, ya intuyendo como iba a acabar esto.

pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja,

-Se los dije- sonrió triunfal Hanamei.

empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.

-Eso no se vale- murmuró Hinata- la niña es inocente, no debió hacer eso. Espero que esté bien.

Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. aceptó y llegó el día de la boda. y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente."

-¡Es la niña¡- exclamó todo mundo en shock.

-Creian que era la madre- sonrió divertido Shin- y por eso es que he hecho esto a modo de prólogo.

¿qué era el hilo rojo del destino?

-¿Es necesario explicar eso?- preguntó incrédula Tsunade.

-Mis jefes son El Orden y el Caos- Respondió Shin- y aunque son seres omniscientes y todo lo demás omni, a veces necesitamos darles el contexto, saber todo es algo abrumador y necesitas algo de ayuda para recordar o enfocar ciertos detalles.

cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse tienen un hilo rojo atado en sus dedos. este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado, a pesar del tiempo y la distancia. no importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá.

-Ya entiendo- asintió Naruto y añadió- ¿Y eso existe?.

Shin solo chasqueo sus dedos y señaló a Hiashi y su esposa, al igual que a Minato y Kushina, asi como a Asuma y a Kurenai.

Todos ellos tenían un hilo rojo atado a su respectiva mano derecha, en el dedo índice y al seguirlos con cuidado, estás desembocaron en su respectivo cónyuge y pareja secreta respectivamente.

-Pero ¿Que hay de ellos?- señaló Ino que no vio hilo alguno en Naruto y Hinata o en los demás.

-Para no predisponer nada- admitió el Dios- las constantes pueden romperse y quiero que actúen en consecuencia a lo que aprendan, lo que hice fue mostrar los hilos que tienen o tuvieron una tragedia en ellos, está de más decir que tragedia fue.

Eso asustó a Asuma y a Kurenai. Uno de ellos podría morir, eso era algo que cambiarían.

este hilo lleva contigo desde tu nacimiento y te acompañará, tensado en mayor o menor medida, más o menos enredado, a lo largo de toda tu vida. así es que, el abuelo de la luna, cada noche sale a conocer a los recién nacidos y a atarles un hilo rojo a su dedo, un hilo que decidirá su futuro, un hilo que guiará estas almas para que nunca se pierdan

si bien ella siempre confió en su abuela, siempre creyó que solo eran cuentos de hadas que no existían.

hasta que eso pasó.

sus padres eran unos famosos empresarios dueños de una gran cadena de bancos, ella como era la hija mayor seria la próxima heredera de los bancos hyuga.

-¡Siii¡- celebró Hanabi- es una constante.

-Vas a ver al rato- amenazó Hanamei.

Hiashi solo trago duro y siguió observando todo.

pero como el destino es caprichoso y su padre sufría por la muerte de su madre, tuvieron que viajar a konoha (una gran ciudad en japón) desde u.s.a para poder continuar su vida.

-Ya dale con eso- hizo un mohín la niña.

Hanamei solo sonrió triste, esa parecía ser una constante más.

ella era muy tímida, siempre desconfiada y con problemas para socializar.

pero como una luciérnaga atraída a la luz, esa sería la expresión que la hizo sentirse atraída por su nuevo y alocado compañero de clases uzumaki naruto, aun a pesar de su evidente enamoramiento por su amiga haruno sakura.

-Hablando de constantes- rodó los ojos Anko muy divertida, hasta ahora los mundos no Shinobi habían Sido por demás interesantes, pese a no tener nada que ver con las cosas que estaban acostumbrados a ver.

tan solo tenía catorce años y era obvio que su primer amor no sería algo color de rosa. aun así se sentía confundida al ver como en ocasiones un pequeño hilo rojo parecía atarla al chico. siempre se alejaba (por el evidente rechazo que llegaría a sufrir) pero con su mala fortuna no había día que no terminara cerca de naruto.

Todos los que sabían de esa situación se palmearon la cara, mientras que el Nara dejo escapar un "Rubio problemático", sintiendo pena por la pobre ojiperla, cómo la mayoría.

el chico era amable, fue la primera persona que llegó a hablarle cuando era nueva, no eran amigos pero se conocían y conversaban si se daba la oportunidad. para su mala fortuna también conoció a Sakura, y decía mala fortuna ya que la chica era encantadora y ni siquiera le pasaba por la cabeza odiarla por monopolizar el tiempo de naruto, aunque ella no quisiera.

-Eso si que es una rareza- se burló Ino- una versión tuya encantadora, eso tengo que verlo.

-!Pudrete Ino¡- le saco la lengua la aludida.

-Descanso mi caso- hizo un ademán de triunfo la Yamanaka.

como toda el aula sabía que naruto quería a sakura, todos también conocían que la peli rosa estaba ciegamente enamorada del súper popular y mejor amigo de naruto, uchiha sasuke.

triángulo amoroso.

aunque sería un cuarteto amoroso contándola a ella.

-La historia de mi vida- suspiraron los cuatro aludidos al ver que en ese mundo no shinobi se repetía la historia

lo intento, le juraba a todos que intento olvidarse de naruto, pero si era cierto que el hilo rojo del destino existía, definitivamente ella algún día terminaría con naruto. cada día sentía el hilo más grueso y le era imposible alejarse de él.

-Vamos otro yo, ¡tu puedes!- ánimo Hinata a su otro yo.

-Vamos cariño, tu puedes- ánimo Hanamei al doble de su hija.

así que se declaró.

y fue rechazada.

-¡Naruto/ Idiota¡- gritaron furiosos Neji, Hiashi y Hanabi.

-¡Mami¡- se colocó detrás de su madre el Uzumaki.

amablemente rechazada, pero igual sigue siendo un rechazo.

-Soy un grandísimo idiota- se golpeó la cara Naruto contra una pared.

-Y de los grandes- le respondió Ino.

ese día no había caído lluvia como para hacer la situación más patética, simplemente un día en la azotea lo citó y le dijo todo lo que sentía. Naruto parecía claramente sorprendido y agarrado desprevenido, pero su respuesta fue justo como espero.

-hinata-chan perdón…yo no siento lo mismo…eres una gran chica y sé que ya vendrá alguien que te quiera-

¿qué había esperado?

-Lo peor del caso es que habría pasado exactamente eso- admitió Kurenai- está creo que es una de esas realidades que muestran una situación que podríamos haber vivido en nuestro mundo.

-Creo que tienes razón- admitió Kakashi entendiendo el punto- es bastante curioso ver algo que podría ser, pero en un contexto diferente.

el chico amaba a sakura.

no sabía de donde saco una sonrisa y le pidió que siguieran siendo amigos, el rubio algo inseguro asintió al ver su rostro.

-¡Oh, pobrecita!- sintió una profunda empatía Hinata por su otro yo. Ya que era casi un hecho que eso habría sucedido. Sin embargo, parecía ser que pese a todo, ella y el estaban destinados a estar juntos y por ello tenía esperanza de que su doble de algún modo pudiera estar con su amado.

El tiempo pasó y la confesión a sus catorce años de edad fue dejada al olvido. tal vez el hilo rojo del destino no existía, también debería hacerse exámenes de vista ya que seguía viendo en ocasiones el hilo rojo que la ataba a su amigo rubio, que ella se limitaba a ignorar.

al principio fue difícil, pero el rubio se hizo la idea de que una amistad con ella era lo mínimo que podría darle, ella jamás le obligaría a nada.

-Es lo mínimo que esperaría- siseo con veneno en la voz Hanabi- sinceramente no entiendo porque escoger a otra que no sea mi neesan.

-Lo mismo digo- sisearon también Hiashi y Neji.

todos se sorprendieron al verlos juntos de vez en cuando y los rumores llegaron, para sorpresa de todos fue ella la que negó cada uno con una sonrisa, no quería poner a naruto incomodo por su confesión. lucho por hacer sus sentimientos pasaran de amor a una inocente amistad. claro que no funciono, pero igual todos creían el cuento de que solo eran amigos.

-Otro clásico- negó Ino, esto ya estaba poniendose muy incómodo para ella. Pensaba que posiblemente su Hinata estaría igual, parecía ser que no sería el caso, pero igual daba cierta incomodidad ver eso.

ella estuvo presente cuando en un reto naruto se dio su primer beso con una compañera en un reto, él le conto sobre sus sentimientos por sakura, conversaron por horas sobre sus futuros y siempre bromeaban sobre qué pasaría si sasuke hablara claramente algún día.

eran buenos amigos.

-Sinceramente esto ya da pena ajena- negó Anko- viendo todo. Esto se iba a poner interesante, si las cosas iban como ella creía.

tres años después de su llegada a konoha fue cuando su padre anuncio su viaje a europa, ella acepto algo insegura. su tío y hermano gemelo de su padre había fallecido en un accidente de tránsito, su padre iría a buscar su remplazo y probablemente asentarse en un país europeo ya que los banco hyuga tenían su sede principal ahí.

-Hablando de constantes- se palmeo la cara Hizashi.

-Unete al club- negaron Kushina y Minato.

sus amigos lo tomaron algo tristes.

kiba fue el primero en negarse diciendo que no lo dejara solo, shino no dijo nada pero se mostró afectado, sakura e ino se quejaron en voz alta de su padre e incluso shikamaru intento buscar alguna solución.

chouji la animo a ir a visitarlo siempre que pudiera y sasuke comento que unos familiares estaban por esos lugares si algún día ocupaba algo.

ella sonrió conmovida de tener tan grandes amigos.

Kakashi, Asuma y Kurenai sintieron un escalofrío, pues era casi seguro que sus Genin habrían reaccionado igual. Si bien en los mundos no shinobi parecía que algunas cosas no cambiarán, habían visto mundos dónde sus alumnos eran muy diferentes, una Sakura muy perra o una Hinata muy vengativa eran un par de buenos ejemplos de esa afirmación. Daba algo de repelus, ver un mundo no shinobi, dónde prácticamente sería la misma reacción de ellos. Y eso haría este mundo muy interesante.

para su sorpresa naruto no dijo nada y salió molesto del salón. sakura le dijo que lo mejor es que no lo buscara en ese momento, ella dejo de lado sus intenciones de seguirlo y no le quedó otra más que aceptar el chocolate de parte de sasuke para aumentar sus ánimos.

a una semana de su viaje se sorprendió de que naruto hubiera dejado de hablarle, a cada rato ino y sakura le regañaban por su comportamiento, pero él se negaba a hablarle o si quiera a mirarle. no podía evitar que su corazón se hiciera trizas y sonriera resignada con dolor. aparentemente ni si quiera había conseguido una buena amistad de parte de naruto.

ese fue el motivo por que faltaría a los últimos tres días de clases, no soportaba estar en el mismo lugar que el rubio si este iba a ignorarle. suplico a su padre adelantar el vuelo y para su sorpresa su padre menciono que ocupaba irse antes y que partirían en tres horas.

todo en maletas y con una limosina salió.

-Ternurita, está tan triste como ella- negó exasperada, pero conmovida la Senju.

su hermana se había ido hace varios días, ella intento quedarse para solucionar los problemas con naruto aprovechando hasta que su padre se quedara. a los sirvientes les dejo una hoja con su correo electrónico para que se lo entregara a sus amigos.

llego al aeropuerto de manera resignada, su mente le decía que llamara a sus amigos para avisarles, pero su corazón estaba triste.

para mala suerte de lo cliché, su padre tenía un avión privado esperando, ella miro resignada el camino y deseo que al ver atrás viera a naruto correr hacia ella diciendo que la amaba. incluso ella se detuvo y giro el rostro, pero solo se encontró con una hermosa azafata que pedía sus maletas.

miro para abajo y lo vio.

noto como el hilo rojo se movía entre sus dedos, apretó con fuerza la mano y quiso quitárselo de su mano. todo era una mentira y jamás volvería a ver a naruto, aunque lo viera no serviría de nada s todo era un tonto sueño, un cuento de hadas por su abuela.

subió al avión y este despego unos minutos después.

-Final infeliz, un clásico- negó el Sanin.

Parecía que este Naruto iba a repetir algunos de sus errores.

desde el cielo se observaba a un señor muy mayor, su cabello era blanco y su barba estaba larga. el hombre miraba algo abatido como un chico rubio entraba corriendo al aeropuerto media hora después que la niña de pelo azulado se marchara, noto con tristeza como el hilo rojo que estaba en la mano del rubio se estiraba tanto que solo formaba una delgada hebra que parecía tan débil.

su mejor amigo entro poco después de él y lo miro con pena, al verlo preguntar por su amiga. la azafata les indico que la chica se había ido en un vuelo privado.

a veces no aprovechamos el tiempo.

-Esto es tan romántico y tan trágico- lloraba a moco tendido Shizune.

-Que pena lloraba también Kurenai.

Y de hecho la mayoría de las mujeres lloraba como Magdalena al ver esto.

el abuelo de la luna noto en su cuaderno que esos chicos estarían separados por muchos años, su hilo estaría tan largo como para separarlos por continentes.

-ya se volverán a encontrar-susurro antes de levantarse.

-!Eres un grandísimo estúpido¡- lo tomo por la sudadera naranja su madre- tus berrinches te costaron años de no estar con la mujer de tu vida.

-Mami, ese no soy yo- intento defenderse Naruto, pero….

-! Habrías actuado así¡- negó Tsunade muy enojada- cuando regresemos a la aldea, o sacas a Hinata a una cita o haré una ley que te vete de Ichiraku de por vida.

Naruto asintió aterrado, y los demás lo veían con pena ajena y tenían que admitir que de hecho, las cosas habrían Sido demasiado similares a esta situación.

No lograba ver bien donde estaba, tampoco podía escuchar mucho a la gente a lo lejos o identificar de quien era ese extraño llanto. Sus ojos estaban clavados en la escena frente a ella y su mirada parecía igual de vacía que tuvo cada año desde que se marchó.

-Hinata ya es mayor- aclaró Shin- han pasado algunos años desde ese día.

Era una niña de cabellera corta azulada que miraba soñadora al joven rubio frente a ella.

-Me gustas mucho Naruto-kun-dijo la niña.

Rodo los ojos fastidiada antes de golpear su mano contra su frente.

Sabía que palabras diría el chico.

-Hinata-chan perdón…yo no siento lo mismo…eres una gran chica y sé que ya vendrá alguien que te quiera-

Parecía totalmente incómodo y sorprendido, su rostro delataba que preferiría estar en cualquier otro lado menos en ese lugar. Sorprendentemente ella también, de todos sus lugares este era el último en que deseaba estar.

Vio el rostro de la niña, evidentemente con su corazón roto y estando a punto de llorar.

-Ya veo-susurro.

El silencio incomodo se presentó y ella fulmino con la mirada a la niña.

Era demasiado débil, la desepcion la inundo al ver lo patética que alguna vez fue.

-¿Podemos seguir siendo amigos?-pregunto con una débil sonrisa.

Tal vez lo mejor es que hubiera contestado que no, ese chico debía negarse y cada quien ir por su lado dejando todo en un vergonzoso momento. Pero como el chico era el ser más brillante (sarcasmo) y que siempre quería ayudar a todos, termino asintiendo.

Bufo molesta.

-Sigue resentida- observó Hanamei- vaya que eso fue relevante si aún lo sueña, pero ahora con amargura.

-Esto es malo- estuvo de acuerdo Kushina.

Sus ojos se abrieron incomodos y algo cansados.

En medio de un departamento en la región de Kirigakure en Japón se observaba como una hermosa mujer estaba sobre su cama intentando volver a dormir sin mucho exito, resignada a iniciar temprano su día se levantó. Su largo cabello estaba rozando hasta sus caderas (que serían la envidia de muchas chicas), tenía puesto solo un pequeño short negro y una camiseta de tirantes naranja. La mujer bostezo y se froto sus ojos blancos con cansancio.

El cuarto era bastante sencillo y lleno de tonalidades cafés con verde, la enorme cama para dos personas le había dado la costumbre de moverse mucho mientras dormía y el closet estaba lleno de ropa para oficina, junto con prendas para pasar en el hogar. Se observaba en el suelo una gran cantidad de cajas, aun no terminaba la mudanza.

Su primer sábado en Kirigakure y madrugaba.

-Es raro ver una versión de Kiri que no odie a gente como Hinata- decía algo aprensiva Ino.

-Es una de las maravillas de los mundos no Shinobi- sonrió el dios- no necesariamente siguen tal cual la misma fórmula en algunos sentidos a sus contrapartes shinobi.

-Y ese es un gran ejemplo- concordaba Asuma.

No era un gran inicio de día.

Su nombre era Hinata Hyuga, aunque ahora era conocida como Hinata Otsuka. La secretaria del jefe de una empresa donde se creaban de casi cualquier aparato electrónico. Con 26 años era dueña de un pequeño pero cómodo departamento en Kirigakure, luego de que su empresa se trasladara de central y ella debiera ir para ayudar a su jefe, este no recordaba ni el número de su seguro social.

Inglaterra siempre seria su gran amor, pero aunque no le gustara volver a Japón, no podía dejar al jefe solo.

Volviendo al tema de su amado sábado. Tuvo que trabajar desde el lunes que se instalaron, era normal que su jefe le dejara el fin de semana libre.

Aburrida puso a calentar un sartén para cocinar su desayuno, coloco la mesa mientras esperaba y pronto todo estuvo listo.

-Sencillo y bonito, muy en el estilo de Hinata- admiro Kurenai .

-Pero si era rica, ¿Porque vive ahí?- Preguntó Hanabi.

-Llegaremos a eso- le pidió paciencia el Dios.

-KYAHHH-escucho un grito a lo lejos y salió corriendo.

Abrió la puerta al lado de su cuarto, se asombró de ver las sabanas en el suelo y una pelota que parecía moverse por debajo en busca de auxilio. Negó divertida antes de levantar las sabanas que dejaban ver a una personita muy especial para ella.

-¡¿Himawari!?- exclamó todo el mundo.

-Deben saber algo- inicio una cátedra el Dios: según las leyes de la genética, al menos hay unas quinientas posibles mezclas para que uno de ustedes nazca. Eso quiere decir que en el universo se han alineado las cosas para que ustedes sean, valga la redundancia, ustedes. Pero a veces verán mundos dónde uno solo de sus padres o ninguno es quien están acostumbrados. Vean incluso eso como una constante.

-¿Porque nos dice eso, Shin Sama?- Preguntó Minato.

-Solo diré que de momento, esa niña, en este mundo ,no es hija de Naruto.

Eso sí que dejó a todos extrañados. Esto sin duda era muy interesante.

Cabello azulado como el suyo con un corte irregular, ojos expresivos de color azul claro y una sonrisa que derretiría el corazón de cualquiera. Su adorable hija de solo seis años y razón de su existir, su pequeña Himawari.

-Mi bebé-dijo antes de alzarla.

La niña sonrió antes de darle un fuerte beso en la mejilla.

El cuarto de la niña estaba lleno de rosado como de juguetes, la cama de la niña era de una película infantil de momento y el pequeño escritorio estaba adornado con figuras del Rey León. Si se abría el armario se notaría una gran cantidad de vestidos rosados que le regalo su jefe a la pequeña princesa de la casa. Tenía un estante con una gran cantidad de peluches y un cajón lleno de juguetes.

Era la pequeña bebé de la casa.

-Pues no le va nada mal- admitió Hanabi.

-Es una niña muy mimada- sonrió divertida Hanamei.

-Insisto, vive demasiado humilde para ser hija de alguien rico- neceo Hiashi.

-Mami las sabanas me atraparon-dijo la niña infantilmente.

Sonrió antes de llevarla al comedor mientras la niña le contaba sobre un sueño donde tenía un gatito, alzo una ceja ante la infantil propuesta de la niña por tener una mascota y le dijo que lo pensaría.

-Un gatito jugara conmigo-indico la niña con perfecta pronunciación.

-Ya salió el peine- negó divertida Kushina.

Le daba gracia como la niña solía hablar de manera muy correcta y madura, probablemente porque siempre estaba rodeada de adultos y no de niños. La pediatra le había aconsejado que sería mejor relacionarla en un grupo de niños, pero siempre que lo intentaba Himawari se alejaba y comenzaba a jugar sola.

Eso le recordaba hacer una cita para tener una nueva pediatra.

-Mami mode On- asintió comprensiva Hanamei. Sin duda era algo que ella atesoraria de esta experiencia.

-Mi amor, pero un gatito quedara solito cuando vayas a clases-intento quitarle la idea.

Pero la niña estaba preparada, comenzó a darle una lista de cosas que haría con el gatito, sobre cómo le dejaría comida y agua, le enseñaría a usar la caja de arena y algo sobre una puerta para gatos. A final del desayuno le hizo prometer que en una semana tendría una respuesta definitiva.

Himawari tuvo que resignarse.

-Es mucho más madura que las otras versiones que hemos podido ver un poco- silbó admirado Minato.

-Cosas de la crianza- supuso Kakashi.

-¿Dónde idemos hoy?-pregunto mostrando como aún se le dificultaba a veces la letra "R".

-Vamos a ir a un parque-

La niña sonrió emocionada.

Luego de tener su enorme mochila (que toda madre precavida siempre tiene)

-Soy testigo de eso- sonrieron Asuma y Hiashi. Su madre y esposa respectivamente tenían algo así, para su hermano y para su hija menor.

vistió abrigada a Himawari y salieron. Kirigakure era un lugar con mucha lluvia, pero por suerte ese día solo estaba algo nublado y Himawari salió corriendo a los columpios apenas los vio.

Tomo asiento en una banca frente al parque infantil, noto varios niños en él y también como Himawari solo hablaba con su pequeño perrito de peluche.

Frunció el ceño.

Debía tener una charla con la niña, tal vez si encontraba un grupo de madres con hijos podría integrar a su hija para que aprendiera a relacionarse. Ella misma sabía que en su infancia tuvo muchas inseguridades y era sumamente tímida, para su mala suerte su hija heredo parte de eso.

-Eso si es algo que la Himawari que conocemos no tiene- sonrió enternecida Hinata de esa versión de su hija que era mucho más Hyuga que Uzumaki. Y más parecida a ella que nada. Aunque no cambiaría a la versión que ella conocía más por nada, podía identificarse con ella.

-Es duro cuando los niños no se relacionan mucho-hablo una voz a su lado.

-Obito- sonrió con melancolía Kakashi, pues este era el primer mundo donde podía ver a su antiguo amigo.

Kushina y Minato también lo vieron y tenían sonrisas tristes, pues ellos ya sabían algo que los demás aún no. Era tan doloroso que se quedaron sin habla.

Dio un pequeño brinco antes de ver molesta a su lado derecho.

Un hombre cercano a los cuarenta años, cabello negro corto y alborotado que hacían juego con sus ojos negros muy irresistibles para casi cualquier mujer. Ese hombre tenía un traje de diseñador que parecía muy caro, con el saco en su hombro y las mangas dobladas que le reducía el aspecto unos cuantos años. Tenía una gran cicatriz en el lado derecho de su rostro, no sabía bien como se la hizo y tampoco era como si eso importara.

Su adorado y chantajista jefe.

Uchiha Obito.

-No tienes algo mejor que hacer un sábado…no se…una junta urgente para dirigir tu compañía-comento ella con una ceja arriba.

-Jajajajajaja- rio divertido Kakashi- parece ser que no se salva de tener cerca a alguien como Rin.

Y era verdad, en muchos sentidos, esa versión de Hinata parecía ser igual a ella en personalidad.

El hombre sonrió encantadoramente y luego le palmeo la cabeza como si fuera una niña pequeña.

-Para eso tengo a Itachi-dijo como si fuera lo más normal del mundo.

Hizo una mueca en su rostro, si bien Itachi era un hombre encantador y trabajador (muy al contrario de su jefe) era conocido por sus cercanos que odiaba esa clase de juntas y también como tenía que ir siempre gracias a que Obito se escapaba.

-Veo que es una constante que Obito le delega sus responsabilidades a otro. Típicamente a alguien más capacitado que él- sonrió divertido Minato.

-Eso parece- asintió Jiraiya.

-Lucy debe estar molesta contigo-comento recordando a su asistente personal.

Lucy era hija de una familia poderosa, pero tuvo problemas con su padre y huyo de casa, pronto conoció a Obito quien la convirtió en su asistente a la tierna edad de 16 años, seis años después la chica era la mano derecha de Obito y su compañera de trabajo, ambas se encargaban de que el jefe fuera lo que era.

-Eso habla de su gran corazón, deberás- admiró Naruto al Uchiha. Era una pena que no lo hubiera conocido. El único Uchiha que no tenía un palo en culo y no lo pudo conocer. Era una pena (sarcasmo modo off) 😇

Se cruzó de brazos y lo volteo a ver mal.

Obito la miro indignado y con fingido pesadez puso una mano dramáticamente en su pecho.

-Hinata cariño yo vine a verte para pasar el día con mis chicas favoritas-dijo de manera seductora.

Alzo una ceja.

-Aja, como no- dijo Anko divertida, recordando también con cariño al Uchiha.

-Vale me escape de la oficina-bufo Obito molesto.

Negó con la cabeza.

-Definitivamente es igual a él- también Kurenai miro con nostalgia al Uchiha.

A veces sentía que tenía dos hijos y que Obito era el menor de ellos. -Si, igual a él- también es pegó la nostalgia a Asuma y a Gai.

-TÍO OBITO-grito la pequeña Himawari antes de correr en su dirección.

El hombre la tomo entre sus brazos y la hizo girar sacándole grandes carcajadas de su boca, su rostro se mostró cariñoso al ver como ambos interactuaban.

Luego su rostro se sombreo levemente.

-Para que no me estén preguntado por el papá- hizo el ademán de mostrar algo el Dios.

El padre de Himawari había sido un novio suyo cuando entro a la universidad, claro que cuando se dieron cuenta de su embarazo fue poco después de que él se fuera de viaje y que ellos hubieran cortado. Recordaba cuando le explico sobre Himawari, el tipo que ahora estaba en Brasil mandaba una buena pensión mensual y la había conocido hace cuatro años.

Pero no era su padre, bueno, solo biológicamente.

-Y ¿Quien ese ese cadáver que diga tipo?- Preguntó Hiashi deseando saber el nombre del próximo finado.

-Manos le faltan a usted para eso- aclaro divertido el Dios- aunque si soy sincero, un padre enojado es capaz de cualquier hazaña. Cómo matar a un marciano de Yugopotamia.

-¿¡Con ese imbécil!?- gritaron en shock Naruto y Hinata.

-¡Ah no mames!- gritó la mayoría en shock también.

-¿Podrían decirnos de quién hablan?- quiso saber Hanamei.

-Ya verás- siseo furiosa Kushina. Ese idiota albino nuevamente entra en escena para cagarla….

Estaba convencida que Himawari vería como figuras paternas a Obito y a Itachi, eran los que asistían a sus cumpleaños, la visitaban todo el tiempo, le daban regalos e iban a sus recitales de ballet.

-Definitivamente concuerdo con eso- asintió Gai- padre es el que Cría.

-No nos defiendas- miraron con dagas el Namikaze y el Hyuga mayor.

Gai solo se encogió en su lugar y añadió apenado: bueno, ustedes me entienden.

En definitiva Toneri no era el padre correcto para Himawari, incluso cuando fueron novios todo parecía indicar que se casarían, pero eso fue antes que él la engañara. Tal vez de haber sabido que Toneri la engañaría…bueno para ese entonces ya debía estar embarazada de Himawari, pero era lo correcto, descubrirlo antes que naciera la niña fue lo que les hizo entender que no serían una familia unida.

-A que es con la Hyuga pirata- comenzó una serie de apuestas Anko.

-Juega- entro la sanin.

Pronto, la mayoría estaba dividida entre quienes creian eso y quiénes no.

Negó con la cabeza convencida de que pensar mucho en el tema no sería bueno.

-Al menos salió algo bueno de eso- comento Ino- esa niña es un encanto.

Varios asienten de acuerdo y siguen observando todo. Pero la curiosidad comenzó a susurrar una pregunta: Naruto ¿Vivía la misma situación?

-MIRA MAMI-grito Himawari desde la caja de arena.

Soltó una carcajada al ver como Obito ya tenía el carísimo traje de diseñador lleno de arena infantil y luchando por hacer un castillo de arena, pero incluso para sus seis años Himawari le había ganado en eso.

Las carcajadas no se hicieron esperar. Definitivamente este era el Obito que muchos de ellos conocían. Y era doloroso ver a ese chico que era casi igual a Naruto, viviendo algo que sabían que jamás viviría.

El dueño de la empresa Akatsuki, no tenía que ser bueno en todo. Solo por ese motivo decidió que no le diría nada a Lucy por el momento y disfrutaría de pasar un buen rato con su jefe y gran amigo.

Mientras tanto en su mano había un pequeño hilo rojo, invisible para muchos, pero un extraño hilo que se movía violentamente listo para encontrar a su otro extremo.

-Sinceramente no recuerdo que tenía ese día que me puse tan melancólico- recordó el Dios o hizo el intento de…- pero sin duda que me afectó particularmente.

Nadie dijo nada de momento. Pero de nuevo, la curiosidad los había picado de nuevo. (No critico a Luka Sama. Pero si Shin repite las mismas cosas en el mismo capítulo, debo de dar el contexto, sin meterme con el autor)

El mundo es grande, es tan enorme que existe una gran cantidad de personas que probablemente nunca conocerás, muchas historias de las cuales nunca serás parte y sobre todo una gran cantidad de lugares que puedes que nunca llegues a ver.

Hubo una vez una leyenda sobre un hilo rojo.

Cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse tienen un hilo rojo atado en sus dedos. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado, a pesar del tiempo y la distancia. No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá.

Este hilo lleva contigo desde tu nacimiento y te acompañará, tensado en mayor o menor medida, más o menos enredado, a lo largo de toda tu vida. Así es que, el Abuelo de la Luna, cada noche sale a conocer a los recién nacidos y a atarles un hilo rojo a su dedo, un hilo que decidirá su futuro, un hilo que guiará estas almas para que nunca se pierdan.

-Esa es la parte de la idea que estaba dando- reconoció el sanin y anoto. Curioso al ver que mientras narraba eso el dios, se podía ver un seguimiento del hilo de la ojiperla, llendo a una enorme empresa.

En medio de una enorme empresa en Konoha, se observaba como en la oficina del gerente había un hombre rubio de cabellera corta que vestía un elegante traje de diseñador. Sus ojos eran azules y estaban algo cansados, parecía que tenía más de 26 años como era la realidad, incluso en un costado de su frente ya parecían querer salir unas arrugas.

-Está más bueno que el pan- volvió a comerse a Naruto con la mirada la pelimorada- definitivamente la mocosa se sacó la lotería.

-Se ve más maduro que otras versiones que hemos conocido- admiro esa versión de su hijo el Namikaze.

-Yo solo espero que no sea como ese otro Naruto- fulminó Kushina a Kakashi y a Jiraiya que tragaron saliva y también deseaban eso. Su espada no resistirá mucho ese castigo y lo sabían ambos.

Namikaze Naruto era un hombre muy ocupado para su edad.

Se quitó sus lentes de lectura y se inclinó en su asiento para ver el techo en su oficina con expresión de cansancio.

Odiaba su apellido.

-¿Cuál?- Preguntó aprensivo Minato.

-Namikaze.

-Oh, vaya- comento decaído el yondaime.

-Ve porque al menos- intento consolarlo su esposa.

Inicialmente él había vivido con su madre cuando era niño y era adolecente, su padre era un empresario demasiado famoso que había trabajado en otra parte del país desde que él era un niño, por lo que su abuelo aconsejo que cambiara su apellido y se fuera a vivir con su madre hasta que fuera mayor de edad para asumir su cargo como heredero de la compañía ya que no querían que sufriera mucha presión desde joven.

-¿Y eso sería?- Preguntó Naruto, queriendo saber que mantenía a su padre tan ocupado.

Una gran cadena de hospitales alrededor de todo Japón.

-Gracias- respondió nada satisfecho, pero al menos estaban vivos. Esperaba…..

Su madre siempre visitaba a su padre, pero él le daba muy igual. Minato era un hombre muy metido en el trabajo, pero igualmente intentaba recuperar el tiempo perdido con él cuando fue joven, al final termino cediendo a considerarlo padre por las críticas de su madre.

"-Todo esto es por tu bien Naruto-"

-La historia de mi vida- murmuró él Uzumaki. Fue oído por sus padres que fulminaron a los adultos con la mirada, tras hacer una mueca muy amarga.

Sus palabras aun retumbaban en su cerebro y al final solo asentía aburrido, tuvo una infancia levemente normal solamente excluyendo el hecho de tener un padre a su lado. Gracias a la lejanía de su padre era normal que su lazo más fuerte fuera con su madre.

-Totalmente normal y nada apegado a ella- acotó el dios que veía las burlas de Kiba y Sasuke de lejos. Estos solo se callaron al cortarlos en seco el dios.

Se levantó de su asiento.

Había estudiado medicina casi después de salir del instituto, claro que no saco una licenciatura o un doctorado, saco lo necesario de un bachillerato y unas clases particulares para la administración de empresas, eso de estar en un quirófano no era lo suyo y por eso prefería trabajar como administrados con bases en medicina para que no lo agarraran con la guardia baja.

-Pero tiene las bases- asintió conforme la Senju.

-No le gusta ejercer, pero es bueno- respondió Shin.

El sonido del teléfono le hizo bufar frustrado, pensó seriamente en no contestar y al final terminó aceptando la llamada de su secretaria.

-Naruto hay una llamada de la escuela, parece que Boruto se metió en una pelea con unos niños de un grado mayor-dijo la cantarina voz de Ino.

Gruño un insulto.

-¿Quien será la mamá?- trago saliva Anko.

-Parece que alguien perdió- canturreo la Senju divertida.

-Es una vaga posibilidad- defendio su apuesta en Nara- pero podría ser que aún así, le haya puesto los cueros con él.

-Ya veremos- no estuvo conforme Tsunade.

-Ya voy-

-Tu carro está listo y la directora te cito con urgencia, ya que no tenías nada importante le dije que irías y espero un lindo aumento por ser una secretaria tan genial-

-En tus sueños-

-Es lo mínimo que espero- asintió Ino de acuerdo con su Dopellganger.

-Que humilde nos salio- bufo exasperado el Nara.

Salió de la oficina dándole una mirada venenosa a Ino, pero esta solo sonrió divertida y siguió con su trabajo.

Siendo una chica rubia de su misma edad, con ojos celestes que siempre parecían coquetear (aunque ahora estaba con un novio) y una ropa bastante cómoda como para ser secretaria.

Era una desgraciada, pero una gran secretaria cuyo embarazo le preocupaba.

-¡Oye¡- le miro de mala manera la Yamanaka al Uzumaki.

-Pero se preocupa por tí- le recordó Chouji.

-Bien, tu ganas- se calmó Ino y siguió viendo todo.

Ino había sido una amiga de la infancia y durante sus años de estudio, si bien no fueron nunca buenos amigos se tenían en buenos términos. Lamentablemente para ella su padre había muerto cuando era joven y estudiaba junto al padre de otro amigo, su familia quedo devastada y ella en especial, el problema se volvió algo económico y tuvo que dejar sus estudios de medicina para trabajar, pero le fue difícil conseguir y al final él le pidió a su padre que la contratara en algún puesto.

-Papá- sintió tristeza Ino al ver un mundo donde su padre se perdería de ver a sus nietos. Eso era algo que le tenía miedo. Por muy común que fuera en el mundo shinobi.

No tenía mucho estudio y su carrera de medicina a la mitad no le servían de mucho, pero su padre le dio trabajos administrativos donde comenzó a trabajar, pronto fue ascendiendo y cuando él fue nombrado gerente, Ino fue nombrada su secretaria.

Ino gruñía ante eso, pero respetaba a su padre y no se opuso. Al principio fue difícil ya que eran viejos amigos y no se tenían respeto mutuo, pero cada quien hacia bien su trabajo y terminaron cediendo a ser amigos nuevamente.

-Por eso decía que era una perra- entendió Ino- bueno, admito que soy algo mandona, entiendo porque diría eso.

-Ino siendo humilde, ahora sí lo he visto todo- sonrió divertido el Nara.

-Pudrete- respondió nada divertida Ino.

Ella ahora estaba saliendo con un chico artista, un pintor reconocido y esperaba a su segundo hijo.

-Sai- susurro ella. Bueno, ya sabía quién estaba destinado a ella. Al menos era guapo.

Era horrible.

La primera vez que Ino quedo embarazada no era su secretaria, pero su padre comento que tuvo que darle varios meses de alta como esta en la ley. Eso le horrorizaba, Ino era gritona y gruñona, pero era una gran secretaria y no sabía a quién conseguiría cuando se fuera.

-Si, lo sé, soy genial.

-Eso no lo dudamos- respondió sarcástico todo el grupo de los 12 de Konoha.

-No me simpatizan- les saco la lengua la Yamanaka.

Antes de pensarlo ya había llegado a la escuela, entro como bólido en la escuela privada donde había metido a su hijo. Conocía bien la oficina de la directora ya que pasaba ahí varias veces al mes, casi entro sin tocar y al ver a su hijo lo fulmino con la mirada.

El muy sinvergüenza lo ignoro.

Con ocho años, cabellera rubia alborotada, ojos celestes y piel levemente más clara que la suya, se encontraba su hijo. Boruto Namikaze era el típico niño problemático de la escuela, nunca quería estudiar y era la tercera escuela donde estaba en tan solo su segundo año escolar.

No comprendía.

-Nos salió un Naruto- rió divertido Sasuke.

-Es su hijo, es normal- le vio lógica Kakashi.

En su casa siempre eran risas y juegos, se portaba respetuoso con sus abuelos y generalmente había que vigilarlo para que no se lastimara con sus juegos. Pero en la escuela era todo lo contario, no hacía caso a los profesores y solía meterse en peleas a su corta edad de ocho años.

Comprendía que estaba mal por lo de su madre, crecer con madre no era algo bueno (él creció sin madre) pero ese comportamiento estaba rayando lo inaceptable.

-¿Segura que no quieres pagar de una vez?- Preguntó la rubia tetona a la domadora de serpientes.

-Hasta que no diga que eso paso, no pago.

-Como sea- Tsunade solo rio divertida. Segura de su apuesta.

Bufo furioso al salir de la escuela con una carta de expulsión de su hijo, sabía que si hubiera chantajeado a la directora hubiera salido incluso con el título de ser necesario. Solo que él quería enseñarle a su hijo humildad y que no todo se gana con dinero.

Entraron ambos al carro último modelo, miro por el retrovisor a su hijo que se negaba hablar.

Bien.

Apenas llegaron a la casa de dos pisos su hijo corrió para ir a su cuarto, claro que él lo detuvo antes siquiera que subiera las escaleras y lo llevo a la sala. Como supuso su hijo no opuso resistencia y probablemente solo estaría posponiendo el regaño todo lo posible.

Probablemente su aura era imponente ya que su hijo se hizo pequeño en su asiento frente a él.

-Karma, le dicen- negó Kakashi- a Iruka le encantará saber esto.

-El karma es recíproco- negó Gai- no creo que funcione así.

-Puedes ser- admitio Kakashi- pero igual y sucede. Este Naruto es travieso- señala al que tiene de alumno- y su otro yo de otro mundo es quien paga todo.

Eso era de pensarse…. O al menos eso pensó uno que otro de los ahí presentes

-Estoy muy decepcionad Boruto-inicio seriamente-me prometiste no volver a pelear en tu escuela-

-Pero padre…-

-SILENCIO-grito logrando que este mordiera su labio inferior.

Lo ignoro y tomo aire, estaba furioso con la conducta de su hijo pero sabía que la violencia no ganaría nada con él.

No tenía la culpa.

Hace muchos años cuando era joven tuvo sus problemas, poco después que su quería amiga Hinata se fuera al extranjero tuvo una pequeña crisis. Estaba molesto consigo mismo por comportarse grosero con la chica, pero es que no comprendía que la partida de la chica le lastimo profundamente y en el momento que le dijo que se iba, solo quiso gritarle:

"-¿Me vas a dejar después que me dijiste que me querías?-"

Por suerte se controló. Pero prefirió apartarla, después de todo, la chica ya no lo amaba y solamente lo quería como amigo. Seria cruel de su parte usar la tarjeta de antigua enamorada, tampoco comprendió en ese momento que la chica probablemente debía irse por su padre y él era egoísta al querer conservarla. Puede que hubiera empezado a verla de manera distinta y que comentara con Sasuke y Sakura el hecho de querer intentar algo con la chica, pero ya no importaba.

-Idiota- negó Neji- Naruto, eres tan pendejo que no te puedo insultar.

-Ese no soy….-iba a responder Naruto, pero el mismo admitió que posiblemente si habría actuado así - olvídalo.

Dolido por su partida tomo consuelo en la primera chica que se acercó.

-¿Me pueden explicar eso ustedes dos?- fulminó Hanamei a los hermanos Hyuga al ver a una mujer casi idéntica a Hinata, salvó por el cabello rubio claro.

-Yo juro que no se que sucede ahí- negaron ambos.

Hanabi solo tenía la quijada en el piso al ver a esa doble de su hermana.

Tal vez aceptar los besos de Shion no fue lo mejor, una chica de otra clase que mostraba interés en él. Pronto los besos pasaron a ser último plano, la chica no fue difícil de convencer y pronto estuvieron bajo las sabanas. Sus amigos le aconsejaron que no era buena idea y tuviera cuidado, claro que poco después ambos chicos tuvieron la noticia de un embarazo no planeado.

Sus padres se enfurecieron.

-Definitivamente es un pendejo- negó Tenten.

-Lo bueno es que es rico- negó también Shizune- o su vida se habría jodido tan jóven.

Shion tuvo que dejar su último año (era un año menor que él) y él tuvo que entrar de inmediato a la universidad, esta fue la condición de su padre para ayudarle a mantener al niño. Apenas nació el pequeño Boruto, Shion comenzó a fastidiarse, ella no parecía querer ser madre tan joven y después de todo él siempre estaba estudiando (medicina no era fácil). Su madre fue la primer en quejarse y decirle a Shion que si no se ponía las pilas su hijo podría no amarle.

-Coincido- afirmó Kushina.

-Es algo natural- estuvo muy de acuerdo Hanamei.

Cuando Boruto tenía tres años la chica se marchó diciendo que estaba harta y se fue con un pariente a otro país.

-No, no fue Toneri- corto eso Shin.

-Me lleva- la mitad que apostó por eso tuvo que darle a Tsunade y a varios más su dinero.

-Eso no significa que vaya a pasar algo malo ¿Verdad?- Preguntó el sanin.

-Este mundo niega ese detalle- lo calmó el dios.

-Gracias- suspiro aliviado Jiraiya.

Así que Naruto quedo como padre soltero y a mitad de una carrera, su madre le ayudo a cuidar a Boruto en todo lo posible aunque siempre insistiendo en pasar tiempo juntos. Legalmente era el padre de Boruto, pero a veces sentía que era más como un hermano y quería cambiar eso, quería que su hijo tuviera un padre que él no tuvo de niño.

Que difícil era.

Tal vez por Boruto es que la relación con Minato había mejorado tanto.

-Es un hecho que fue por eso- estuvo de acuerdo Hizashi- eso le ayudo a ver desde otra perspectiva lo que su padre vivió.

-Sinceramente si fue eso- asintió el dios.

-Mira Boruto entiendo que vivir sin tu madre es difícil-comento viendo la mueca de dolor en el rostro de su hijo-pero ya habíamos discutido que no más peleas y por lo tanto estarás castigado una semana en casa de abuela-

Los ojos del niño ahora eran de dolor. Si bien no estaban en los mejores términos, él parecía estar recio a alejarse de su padre.

-Está muy apegado a él- reconoció Minato.

Shin solo asintió y siguió viendo con los demás, recordando ahora porque estaba tan melancólico ese día. Fue la convergencia. Un día muy movido y trágico. (Ya abordaré eso otro día, en otro Fanfic)

-Buscare una buena escuela para inscribirte y si vuelves a pelear en ella, la próxima serán tutores particulares-

-NO QUIERO-grito el niño.

Su rostro se puso serio.

-Entonces no más peleas y ahora vamos a comer-

El niño solo bufo y se mantuvo callado toda la comida, incluso cuando se cambió no le miro y al final se metió a dormir en su cama con enojo.

-Hijo de tigre, pintito- sonrió divertido Asuma.

Definitivamente eso lo vivió su padre con el Uzumaki. Lo que no le hizo ninguno de sus hijos, Naruto si lo obligó a vivirlo

Negó con la cabeza.

Ese día cuando entro a su cama, sintió que tenía cuarenta años o más. Alzo la mano sobre su cuerpo y movió la cabeza confundido, por un momento sintió ver un hilo rojo moviéndose violentamente y sonrió divertido.

Ahora estaba loco.

-Cuando las cosas están destinadas a ser, seran- sonrió Shin y añadió- aunque no significa que el destino está en piedra, si no que es más fácil cumplir con eso, si pones empeño y reconoces la oportunidad.

Cerro los ojos pensando en una escuela que Ino le había dicho, quedaba fuera de Konoha y era casi una hora en automóvil, pero sin duda la escuela de Kirigakure podría ser una buena idea.

era hora de ir a ver a los nuevos recién nacidos y atar sus hilos.

El orbe se apagó, haciendo que todos se decepcionaran por no ver ese reencuentro entre Naruto y Hinata.

Shin tomo el orbe y se lo paso a Shino y antes de indicarle que lo active hablo:

-Antes que nada, quiero que sepan que el orbe fue hackeado por mi hermana- dijo algo que ya sabían algunos- y si Shiro le pidió lo que pienso, lo más seguro es que a veces nos metamos en mundos que no están en mi jurisdicción. Si eso sucede, solo podría decirles quienes son los otros que aparecen ahí, no la situación. Tengan eso en mente.

Y como presagio, al activarlo, en vez de mostrar algo conocido, mostró a un tipo con un disfraz de murciélago y a un apuesto hombre viendo un brazo amputado…

Y corte.

He vuelto…. Mas o menos. Salieron algunas cosas mal está semana y apenas pude con este capítulo… espero componer todo este año y lograr uno de mis propósitos de este año, muy relacionado a los fanfic. Esperemos que este sea mejor que el año pasado.

Hilo rojo del destino de Luka Sama.

Capitulo 1 y el prólogo.

Ya saben, dejenme su review, así no solo me animan a escribir, habrá retro alimentación entre nosotros.