¿Qué será de ti, si aún sigues siendo mía? (DJ Kane, "Mía")

Resucitar... ¿posible? ¿Sueño? ¿Mentira teológica?

Fuera lo que fuera, él lo conseguiría. Todo su mundo dependía de ello. ¡Lo lograría, y todos los que se habían burlado de él se arrepentirían! (c/p: típico desvarío de científico loco. Todos dicen eso. Y siempre acaban en un manicomnio)

Pero, ¡maldición! Esos malditos detectives, policías, agentes del FBI, de la Interpol, de la AFI, de la delegación... hasta el Alto Mando del Ejército lo vigilaba.

Y ni hablar de los sermones de los inocentes sacerdotes de la comunidad. Por poco y el pueblo lo lincha, de no ser porque no tenían azadones, ni antorchas, por la reciente plaga de termitas. Pero intentaron asesinarlo con un tenedor (n/a: aaah! Que horror! Menuda bola de salvajes!).

Fue por eso y por otras cosas que se mudó a Cd. Bótica. Para poder revivir el cadáver de su difunta y amada esposa, Estela (n/a: personaje invitado/inventado. No existe. No tiene importancia para la trama. Nunca ha salido en beyblade. ¿Entendido?)

Precisamente por eso, el demencialmente loco... es decir, el mundialmente reconocido Dr. Tala Ivanov estaba determinado a encontrar la clave de la resurrección.

Pero, ¡oh, cruento Hado!

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—¡¿Cruen-qué! —exclamó la mayoría del eq. de Prod.

—"Cruel destino" —les informó el Director con Infinita Paciencia.

— ¬¬U pues, ¿para qué ponen palabras tan raras? —se quejó el Productor.

—Aagh! ¡¿Te atreves a cuestionar la maravillosa prosa que El Conejo de Pascua escribió y me tomó siglos encontrar!

— ¬ - ¬U...

— XO sigamos! —ordenó el Director.

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Pero, ¡oh, cruento e infausto Hado! Uno de los tanques de Nitrógeno líquido que refrigeraban los restos de Estela explotó... cuando Tala estaba en el lugar.

Maravillosamente, sobrevivió.

Por alguna extraña circunstancia del destino y del instinto de supervivencia, el organismo de Tala aumentó su temperatura de golpe. Pero ya no la pudo volver a bajar.

Si intentaba salir de la gélida cámara... probablemente moriría, eso en el mejor de los casos.

Así pues, diseñó un traje refrigerante. Dicho traje era una especie de mameluco de plástico aislante, con un tanque atrás (que en realidad era una aspiradora de esas que puedes poner en reversa, llena de cubitos de hielo) que lo inflaba (sí, inflaba) con aire fresco continuamente. Complementó el traje con una pecera redonda como casco.

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—... qué asunto tan científico —ironizó el Productor.

— ò-ó oye, insulso y estúpido mortal! El Conejo de Pascua no escribe para que imbéciles como tú se la pasen criticando!

— ¬.¬ y yo no le pago al Conejo de Pascua para que me grite, ¿o sí?

— ò.ó El Conejo de Pascua es Omnipotente hasta después del Lunes de Pascua!

— ¬ . ¬ y después de eso, El Conejo de Pascua perdió su empleo.

— UoU no puedes vivir sin la notable prosa de El Conejo de Pascua. No podrías filmar nada tan excelso como lo que has hecho hasta ahora, y todo gracias a El Conejo de Pascua!

— XO MALDICIÓN! ¿VAMOS A GRABAR ESTE AÑO, O QUÉ? —explotó el Director.

— ¬.¬ inútil pariente de Bugs Bunny —murmuró el Productor

— ¬.¬ idiota mortal hijo del nabo —murmuró, a su vez, la guionista.

"Bat-Kai, Capítulo Cuatro, Escena Tres, Toma Uno... ACCIÓN!"

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Raúl entró a la casa corriendo.

— n0n ¡ya llegué!

— ¬.¬ ¡no! ¿a poco? —dijo sarcásticamente Kai.

— u-uU señor Hiwatari... —lo reprochó Alfred.

— o.o ¿qué?

— XO ¡no sea así con el niño! ¡Lo va a traumatizar de por vida, va a hacer que lo odie, se volverá psicópata y nos asesinará a todos!

— u.uU hablas como si fuéramos muchos en esta casa.

— u.uU sí, es cierto.

— ò-ó ... ¬¬ renuncio.

— O.O ¡¿Qué! —preguntaron Kai y Raúl al unísono.

— ù.ú ¡Renuncio! ¡Se han burlado durante tres capítulos de mi persona, y ya no lo soporto!

— ¡-¡ no te vayas —suplicó Kai.

— û-u ya es mayor de edad, señor.

— ¤.¤ no importa.

— û-û pues no me importa que no importe.

— ¤.¤ pues a mí tampoco me importa que no te importe que importe.

— û.ú# pues no me importa que tampoco le importe que no me importe que importe.

— ¤-¤ pues no me importa que...

— XO aaaaah, ¡YA CÁLLENSE! —gritó Raúl. Primero, se dirigió a su tutor—. Ò-Ó ¡Kai, en este mismo momento recobras tu dignidad y dejas de actuar como niño chiquito! —acto seguido, se volvió a Alfred—. Ò-Ó ¡Y tú no te vas!

— o-oU Señor, sí, señor! —respondieron ambos. Alfred se dirigió a la cocina, como autómata, y como autómata Kai se fue a la bati-cueva.

— û-úU hace falta un hombre en esta casa —dijo Raúl, y se fue a dejar la mochila.

En otro lugar, los Malvados Patrocinadores del experimento de Tala decidieron, simple y llanamente, que ya no tenían suficiente dinero para seguir pagando para tener a una tipa congelada.

Así pues, se dispusieron a descongelarla.

— O.O NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! —Tala hizo una breve, cortísima pausa para tomar aire—. NOOOOOOOOOOOOOOOOooooOOOOoOOoOOooOoOOOOO!

— SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII! —contestaron los Malvados Patrocinadores, sonriendo malévolamente.

— ò.ó que no!

— ò-ó que sí!

— ò.ó que no!

— ò-ó que sí!

— ò.ó que no!

— ò-ó que sí!

— ò.ó que no!

— ò-ó que sí!

— ò.ó que no!

— ò-ó que sí!

— ò-ó SUFICIENTE! —exclamó Tala, y les disparó con una pistola de agua llena de nitrógeno líquido a una temperatura de -369842500º C. Obviamente, quedaron congelados.

A la mañana siguiente, la noticia de los Humanos Helados de Bótica se difundió como el fuego sobre la paja remojada con gasolina y thinner.

Asimismo, también se difundió que el Dr. Tala Ivanov ya no era un maniático "de clóset". Había aceptado su demencia, y se había vuelto un seudo-terrorista con el único e insensato fin de proteger a su congelada mujer.

— û-ú me parece que éste es un trabajo para... —empezó Kai.

— n.nU ¿la policía? —sugirió Raúl.

— û-ú no.

— ô.o ¿para el chapulín colorado? —preguntó Alfred.

— û-ú tampoco.

— ô-ò ¿para Bat-Kai y Raubin? —inquirió Raúl, con escepticismo.

— ô-Ó ¿estás loco, o eres suicida? —se escandalizó Kai.

— · - ·U ¿entonces para quién? —quiso saber Alfred.

— ù.ú ¡para la suegra del Dr. Tala!

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—¡Auch! —exclamaron todos los presentes.

—¡Eso es cruel! —dijo el Director.

Flint se reía psicóticamente.

—¡Ése es el INMENSO poder de El Conejo de Pascua!

"Bat-Kai, Capítulo Cuatro, Escena 7, Toma 1... ACCIÓN!"

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Una rápida llamada, y el Malévolo Ente, denominado "Suegra", llegó a donde estaban Tala y Estela.

— ¡Ya te lo decía yo, Estela! ¡Ese pelirrojo bueno para nada es muy frío! ¡Mira que tenerte en ese cuchitril (señalando el tubo), en vez de en una casa decente! ¡Y mira nada más como se viste! ¡Te lo dije, Estela, te lo dije!

Así, la señora siguió hablando peyorativamente de su yerno con su hija muerta por un buen rato, hasta que Tala salió corriendo y se encerró en el Asilo para Enfermos Mentales de Ciudad Bótica.

Cd. Bótica es lo suficientemente pequeña como para que en tres horas ya todo el mundo se hubiera enterado del asunto.

— o0o ¡Santas Suegras Infernales, Bat-Kai! —exclamó Raúl—. ¡Tenías razón!

— u-u Como siempre.