II. Do'aho, do'aho y mil veces do'aho

A pesar que ya había decidido ir, es estudiante de derecho, Hanamichi Sakuragi, aún tenía dudas ¿Dudas? Así es, salvar un examen en un fin de semana tal vez es una de las ofertas más tentadoras que ha recibido en su vida, pero la duda no era ir o no ir, sino si valía aguantar ese profesor tan estúpido, engreído, antipático, patético, amargado y, para más remate, con cara de zorro.

Estaba al frente de su puerta, pensando que pensando, hasta que tocó el timbre casi sin pensar.

"Ya no hay vuelta atrás"

Al poco rato, aparece su maestro, que estaba con unos pantalones negro y una camisa azul a medio abrochar. El pelirrojo al verlo, entendió por qué las muchachas se morían por él, debía admitir que el tipo era agraciado aunque seguía pensando que era un desgraciado, un maldito kitsune…

- Bienvenido, pase, señor Sakuragi – le dijo Rukawa en un tono frío pero amable – me agrada que la gente sea puntual.

- Gracias – le dijo con toda naturalidad – pero ¿Podría llamarme Hanamichi, por favor? – es que no le gustaba que lo trataran con su apellido.

- No abuse de mi confianza, señor – le responde parcamente el pelinegro.

Lo primero que hizo fue mirar el departamento, podía observar que su profesor era de un gusto moderno pero a la vez refinado. Muebles innovadores, pinturas de los últimos autores japoneses con estilos desde el pop art hasta el surrealismo y las paredes pintadas de blanco invierno. Pero lo que más tenía que admirarle el pelirrojo era el orden del departamento, si supiera el zorro como tenía su habitación, se moriría, atravesar su cuarto era casi una travesía por la jungla.

Mientras tanto, Kaede se maldecía a sí mismo por haber invitado al do'aho a su casa, le encantaba dormir y tenía que abstenerse dos noches por la culpa de un mono pelirrojo. Si lo invitó fue primero, porque le dio lástima; y segundo, porque no creía que el pelirrojo se atrevería a venir. Debía reconocerlo, era el único que era suficientemente valiente para venir y también, la única persona que lo vería sin intenciones libidinosas.

Suspiró. Recordaba el momento que había conocido a ese pelirrojo.

Flashback

Cinco chicos entraron a la facultad por la puerta principal. Recién se había hecho amigo de ellos, tuvieron una empatía que daba pensar que se habían conocido desde siempre. No se sabe, al parecer estaban molestando al rubio porque era rubio oxigenado. Hanamichi caminaba alegremente hacia atrás, riéndose de todos los comentarios, hasta que se dio cuenta que se había estrellado con alguien.

A éste, se le cayeron los libros. Hanamichi como disculpa, le ayudó a recogerlos.

- Perdóname, fui un tonto – le dice el pelirrojo sonriéndole, agachado mientras recogía un libro.

- Mira por donde caminas, do'aho – fue su única respuesta, recogió su último libro, le quitó los que tenía Sakuragi y se fue.

Los miró, se dio cuenta que al pelirrojo le hablaban de él (que era bastante famoso por sus estudios y su físico) porque éste lo observaba de vez en cuando, pero él no podía dejar de observar a ese maldito do'aho, no sabía por qué.

Fin del Flashback.

Pero aún no lo sabe, para Kaede Rukawa es todo un misterio.

En ese momento estaba haciendo su tesis y han pasado más de cinco años desde ese día. Recuerda la cara de esos cinco cuando casi se les cayó la mandíbula cuando vieron quien era el reemplazo del retirado maestro Akagi.

No sabe lo que le pasa. Recién se percata que le está observando el trasero y desvía su mirada antes que el torpe se dé cuenta.

"¿Qué tiene el maldito do'aho,

me hace enfurecer y lo invito a me casa?

A otro ya lo hubiera hecho expulsar.

No me gusta enseñar fuera de las horas de clases

pero él depende de mí, no sé por qué soy amable.

¿Qué tiene este pelirrojo, que me hace distinto?"

Se va a la cocina y le vuelve ofreciéndole un jugo de naranja. El pelirrojo se lo recibe.

- ¿Vive solo? – le pregunta Hanamichi por pura curiosidad.

- ¿Te importa? – le devuelve con una pregunta muy fría.

- "Tres minutos y veintisiete segundos de amabilidad, ya me lo estaba creyendo" – pensó el pelirrojo.

- Apúrate, tenemos que ir a estudiar, un do'aho cabeza de músculos que sólo sirve para el deporte como tú no creo que entienda a la primera – le advierte Kaede.

- Grr, "ya decía que era demasiada amabilidad, ya no se acaba el mundo" – gruño y pensó al mismo tiempo.

Se tomó el jugo al seco y lo dejó en la mesita más cercana para seguirlo.

Se sentaron ambos en un escritorio que tenía Kaede en una salita de estudios. El pelirrojo saca sus cosas, Kaede revisa sus cuadernos. Se da cuenta que nunca ha faltado a clases y sus apuntes son relativamente ordenados, así que se arrepintió que no quisiera que viniera a su casa, se merecía la oportunidad de intentarlo.

Ya estaban ambos sentados, listos para comenzar.

- Empecemos por la teoría del delito – le instruye Kaede.

- De acuerdo – le asintió el pelirrojo.

Sabía que esa materia era bastante compleja ya que habían muchos fundamentos filosóficos de por medio. Pasaban las horas y Hanamichi, por más esfuerzo que ponía, no podía entender mucho, al parecer esto lo superaba, ese era su karma y no porque se lo explicara el profesor personalmente y de mala gana, lo iba a aprender mejor. También ya se estaba cansando de que el kitsune le llamara a cada rato "do'aho" y que siempre lo humillara cada vez que le decía que no entendía, haciéndose sentir que era estúpido.

- Puede repetírmelo, por favor – le decía Hanamichi.

- Definitivamente eres un do'aho, no entiendes con nada – le dice Kaede algo exasperado.

"Definitivamente sí soy un do'aho ¿quién me dijo que me viviera a meter aquí"

Si algo se le estaba acabando al pelinegro era la paciencia ¿cómo era tan tonto el do'aho? Empezando, por algo siempre le llamaba do'aho, no precisamente porque era una eminencia; sabe que no hubiese entrado jamás a la universidad si no hubiera sido por esa estúpida beca deportiva. Además no tenía voluntad para explicarle, lo estaba haciendo por pena y nada más.

- Perdón, pero no entendí esa teoría ¿cuál es la diferencia con la anterior? – le dice Hana con un poco de vergüenza, ya sabía lo que venía, o mejor dicho, sólo suponía.

Kaede se paró, tomó aire y apretó los puños. De repente, golpeó con ellos encima del escritorio.

- ¡DO'AHO, DO'AHO Y MIL VECES DO'AHO! – le gritó, lo tenía bastante harto.

Hanamichi se asusta con la reacción pero después se enfurece más que el pelinegro.

- No sé para qué me invitó, si lo está haciendo de mala voluntad – le devuelve el grito – ah no, sí sé – se responde a sí mismo – su paga era humillarme ¿cierto? – le grita – goza diciéndome que soy un do'aho ¿pero alguien le ha dicho que es un kitsune apestoso y amargado? Prefiero que me repruebe, así termina humillándome delante de todo el mundo – agarra sus cosas y se va.

Kaede se queda estático por lo que le acaban de decir pero reacciona y se va al living, donde ve que Hanamichi está guardando sus cosas en su bolso.

- ¿Qué haces? – le pregunta Rukawa.

- ¿No que eres tan inteligente, zorro idiota? – le pregunta sarcásticamente – no ves que me voy, ya no te aguanto – le dice dándole la espalda.

Rukawa se sorprendió, nunca había conocido a nadie con tanta sinceridad.

- No sé que le diré a mi hermanita, si estaba tan ilusionada – decía con la voz quebrada y por lo bajo porque no quería que lo oyera ni mucho menos iba a llorar delante de ese maldito zorro, pero Kaede sí lo escucha.

Se fue hacia la puerta iba a abrirla para irse pero una mano aferrada a la suya lo detuvo; lo agarraba suave pero firmemente. Hanamichi vio que era ese molesto maestro zorruno que lo miraba distinto, no era fría, era simplemente demasiado melancólica para que él fuera el dueño de esa mirada.

- Lo… lo siento – dice Rukawa, casi tartamudeando, no era bueno pidiendo disculpas.

- Soy yo el que lo siente, profesor, por haberlo molestado – le dice Hana – muchas gracias por nada – agrega, girando la perilla de la puerta para salir pero la mano de Kaede apretó con más fuerza la suya.

- ¿Qué estás haciendo? – pregunta el pelirrojo molesto.

- No… te vayas…, Hana…michi – le decía entrecortado el moreno – prometo que no lo haré más – continuaba hablando el moreno más tranquilo.

"¿Qué me pasa, no quiero que este pelirrojo se vaya?"

Hanamichi estaba sorprendido, era la primera vez que no lo trataba por su apellido o por "do'aho". En ese momento, Rukawa le suelta la mano y la baja, ahora es sólo decisión de Sakuragi irse de su departamento o no.

- Perdóname – le repetía el pelinegro – tú no tienes culpa de recordarme todas mis frustraciones.

- Ehhh – el pelirrojo quedó sorprendido.

"¿Cómo, Kaede Rukawa con frustraciones? Esa no se la creo"

- Te espero en escritorio – le dice casi dulcemente pero con la convicción que el pelirrojo se iba a quedar.

Bueno, Hanamichi no sabía si debía quedarse en ese lugar. Él lo había tratado muy mal, aunque vio en sus ojos verdadero arrepentimiento y con reales ganas de seguir enseñándole. Además recién se había dado cuenta que la apatía de su profesor hacía él iba más allá de lo académico, era personal y el pelirrojo no se resistía no irse hasta saber que era.

Así que dejó su bolso donde estaba y se dirigió a la sala de estudio. Vio que Rukawa estaba hablando por teléfono haciendo una orden para pedir una pizza.

- Me gusta con doble queso – le dice bajito y se sienta a leer un poco. El moreno sólo le da la espalda y sonríe.

Luego de terminar el pedido, Rukawa se sienta junto a Sakuragi para seguir estudiando.

- Bueno ¿en qué quedamos? – le pregunta con una disposición totalmente distinta.

"Al parecer, este profesor tiene una personalidad más compleja de lo que yo pensaba"


¡Holas! Estoy muy contenta de que les haya gustado la historia (creí que no porque era un AU), sólo espero que les siga gustando. Aparte, sigo de esclava y no he podido escribir casi nada, así que por mientras les va esto. En cuanto al fic, esta parejita... el que no tiene paciencia explicándole al que le saca la paciencia a cualquiera, pero la forma que Rukawa soluciona sus conflictos da mucho de que hablar...¿en qué terminará todo esto?

Quiero dedicarle el cap a la persona que me mandó un mail por esta historia, me sentí muy halagada por las cosas que escribiste, espero que te guste la continuación de esta historia... Cuídate mucho...

Besos y hasta el próximo capítulo…

Paulyta.


REVIEWS

Elena: Jejeje, va aprender de todo en ese fin de semana, ya lo verás... ¿o qué quieres que aprenda en ese fin de semana, jajajajaja

kaehana9: Ya viste que ya no han empezado tan bien que digamos... la relación entre ellos puedemejorar o... tal vez puede serpeor...

Aoi-Hikawa: A veces con nuestra mente pervertida podemos llegar a la verdad, jajajajajaja. Aparte de que me han tratado de esclava con los quehaceres domésticos, hay un fic que tengo que me quita mucho tiempo para hacer los demás por la trama que lleva. Si te arriesgas a leerlo, te lo promociono... se llama "coincidencias"; sin embargo, de a poco, escribo los otros.

Blue-Azul-Acero: ¿Cierto que se ven lindos juntos? Soy de las que firmemente cree que estos se gustaban desdeel anime y que no es rollo de nosotras.

Paulikun: Es que aunque ese ramo estuviera en otra facultad, con un profe así, yo me meto hasta de oyente (o mejorde 'vidente', porque nome importaríanada de lo que me dijera, jajajajaja). Como es un AU, hago lo que quiero, además que Ayako seahermana de Hana puede ser creíble, ellos en la serie siempre tuvieronuna relación muy fraternal. Y ahora tu libretita de Hikoishi está buscando nueva pega (como en Coincidenciasya se solucionará el misterio, jajajaja).

Nian: Ay, no me acuerdes de eso, que yo también echo mucho de menos amor-yaoi (¡buaaaa!), a mí también me gustan mucho los AU,publicaré los capquequedan de esta historia prontito (espero). Y te gané, ya lo había publicado en slasheaven, jajajaja. Muchas gracias por tus saludos, me hace muy happy que alguien se acuerde de mí, snif (¡qué emoción, eres la primera)...