III. Este soy yo

Habían sobrevivido la noche del viernes, Kaede se había sorprendido a sí mismo la disposición que tenía a cierto pelirrojo y la reacción que tenía éste a sus lecciones, cada vez iban más rápido. Hanamichi se sentía mucho mejor a su lado y pensaba cual era la razón por la que no enseñaba de esa forma en sus clases, sería un maestro genial.

Aunque pensándolo mejor, estaría todo el contingente de la universidad a sus pies.

Y eso, no le agradaba, le molestaba que tuviera tantos admiradores.

Hanamichi tenía que reconocerlo, si le había sonreído tan coquetamente la primera vez que lo vio fue porque lo encontró atractivo; aparte, está de más decir que se quedó prendado de esos ojos azules. Pero cuando sus amigos le contaron lo antipático, odioso, amargado, ñoño y antisocial que era, hasta ahí le llegaron las ganas de siquiera acercarse al sujeto

Empezó a tenerle mala a ese tipo y después este sentimiento se intensificó cuando se convirtió en su maestro.

Ahí su sentimiento se había transformado en odio, siempre era el objeto de desquite del zorruno maestro, sin razón alguna.

Siempre era el objeto de risa de su clase…

Aunque en este instante, otra vez su percepción sobre Rukawa estaba cambiado, el pobre había sacrificado su tiempo por él y tenía toda la razón del mundo en decirle que no era su obligación.

De repente, como descanso mental, inconscientemente, Hanamichi le sonreía a Rukawa, haciendo que éste se distrajera. Kaede se sentía intimidado por aquella sonrisa que le daba el pelirrojo, sin motivo aparente. No entendía lo que pasaba, ese alumno hacía lo que quería con él y no era capaz de reprochárselo; y ahora su maldita sonrisa, que hacía que no le enseñara en paz.

- ¿Podrías dejar de sonreír, Sakuragi? – le dijo el moreno, tratando de ocultar su nerviosismo.

- ¿No que estabas tratándome de Hanamichi? – le decía con una sonrisa algo coqueta.

"¿Por qué sonríes tanto?

Pareciera que le estás coqueteando"

Cuando pensó eso, cambió el gesto pero su mirada mostraba la misma intensidad.

- Mejor sigamos, y pare de reír que eso abunda en la cara de los tontos – le dijo algo molesto.

- No me trate así – le dice el pelirrojo algo enojado.

- No le dije tonto y es mejor que paremos un rato – le dijo Rukawa algo afligido – creo que estamos muy suceptible porque necesitamos un poco de descanso, puede acostarse en el sillón – le aconseja.

Hanamichi se acostó donde le había dicho Kaede. Recién en ese instante, se da cuenta que está muy cansado y se recuesta a descansar, se hace muchas preguntas ¿Qué fue lo que le pasó para que le tratara así¿Pasaría el curso? Tal vez, aunque si no pasaba, no odiaría a Rukawa, ya que éste hizo lo que pudo para que aprobara, además en pensaba que con ropa casual se ve muy guapo…

"¿Guapo, Hanamichi,

hay que reconocer que el tipo no es feo

pero 'guapo' es palabra de chica,

además viniste a estudiar,

no fijarte en otras cosas"

Rukawa trae algo para que el pelirrojo se tapara y durmiera un par de horas. De repente sonó el teléfono, Kaede corrió para que no lo despertaran y era una voz de chica.

- Hola¿ésta es la casa del profesor Kaede Rukawa? – le preguntó.

- Sí – respondió parcamente el moreno, maldiciendo su suerte, creía que era una alumna que se había averiguado su número.

- Buenos días – lo saludó – ¿se encontrará Hanamichi Sakuragi? – le pregunta la chica.

- Está durmiendo¿quién lo busca? – le dice bajito y aliviado.

- Su hermana, Ayako.

- Cuando despierte, le digo que le llame – le dice el zorruno maestro con amabilidad.

- De acuerdo, pero no sea tan duro con mi hermanito¿sí? – le ruega – de este examen depende que él termine de estudiar y sea un abogado.

- Está bien.

- Adiós – se despide alegremente la chica – lo llamaré más rato.

- Adiós.

Colgó el teléfono y se acordó inmediatamente que le había dicho que había suplicado con lágrimas de los ojos: "si no estuviera con el problema de la beca y de mi familia, no tendría porqué pedirle ayuda en su mierda de ramo". Le dio pena, se imaginó lo que probablemente le pasaba al do'aho y que no sólo era un estúpido sonriente como se ha mostrado siempre ante él, aunque después de todo, esa sonrisa era lo que más le gustaba Kaede del pelirrojo.

Lo miraba dormir, se veía cansado. No sabe por qué pero no tenía sueño para nada, cada vez que se quedaba dormido, surgía en su mente la imagen del pelirrojo, dando a cada rato vueltas y vueltas. Una hora y media después, se levantó, dándose por vencido.

Fue a la cocina y pasó por donde estaba el pelirrojo. Lo miró una buena cantidad de tiempo y sonrió, luego, se reprendía a sí mismo.

"¿Qué me pasa con el maldito do'aho?"

Se fue encabronado a la cocina maldiciendo por tener tan cuenta al pelirrojo. Se puso a preparar el café que seguramente necesitaba y al pelirrojo, para que siguiera como había estado toda la noche, si no, su paciencia no duraría mucho.

De ahí se fue a despertar a Hanamichi, lo hizo muy bruscamente porque antes de despertarlo surgieron en él deseos por acariciar su cabello; y pensó que si lo hacía toscamente, se le olvidaría las ganas. El pelirrojo se asustó mucho y no recordaba donde estaba hasta que Rukawa le ofreció un café.

- Gracias – Sakuragi le recibe la taza.

- Sakuragi.

- Hanamichi – le corrige el pelirrojo molesto porque ya se ha olvidado de la cantidad de veces que le ha dicho a Rukawa que no lo llame por su apellido.

- Está bien, Hana…michi – lo dijo algo cohibido - quiero preguntarle – en ese momento se sienta a su lado – cuál es el problema que tiene con su beca.

- No quiero hablar de eso.

- ¿Por qué no? – le pregunta el pelinegro sorprendido.

- No quiero que eso influya al momento de evaluarme – le responde el pelirrojo – usted dijo que no le interesaba – añadió.

- Ahora me interesa – le dice Kaede con determinación, mirándolo con esos ojos azules que perturbaban en sobremanera al pelirrojo – y no te evualuaré por lástima, eso sería más humillante para ti- argumentó.

- ¿Entonces me dirás por qué me odias? – le pregunta Hanamichi, como diciéndole que esa es la condición para que éste hable.

- Yo no te odio – le dijo muy seguro – sólo soy estricto – agrega.

- Pero me dijiste que yo era el culpable de todas tus frustraciones – le recuerda que se lo dijo.

- Está bien, lo reconozco, pero te repito que no te odio, te lo explicaré – le aclara lo que dijo el pelirrojo – pero cuenta tú primero – le dice el moreno.

Hanamichi, sin más preámbulos, le contó que en su casa pasaban apuros económicos y que se terminaba su beca deportiva si no aprobaba ese examen y si no lo pasaba el ramo, significaría que su hermana no podría estudiar, ya que ella no pudo obtener beca alguna; y por eso él se había esforzado mucho para aprobar por sí mismo pero no le resultó mucho. Le había pedido ayuda a todo el mundo, sin embargo, nadie quiso socorrerlo y esa fue la razón por la que le pidió ayuda a su maestro.

Rukawa se sintió mal, era la última opción del pelirrojo, pero no lo culpaba, él había sido muy odioso con Sakuragi.

El moreno se compadeció del pelirrojo, por la responsabilidad que recaía en sus hombros. Ahora era el turno de Kaede explicar… La historia de Rukawa era, por supuesto, bastante más complicada.

Le comentó que su familia era millonaria y que toda su vida había jugado basketball, sorprendiendo mucho al pelirrojo que estaba incrédulo a lo que oía. Cuando Rukawa terminó la preparatoria, quiso irse a los Estados Unidos para jugar en la NBA, pero su familia quería que él fuera un prestigioso abogado como lo había sido su padre, su abuelo, su bisabuelo, etc, etc.

Kaede se negó al destino que le habían fijado sus padres, así que se presentó al draft para ver si era seleccionado en algún equipo, lo cual no fue así a pesar que era mucho mejor que algunos de los que sí fueron seleccionados. Fue a hablar con el que estaba a cargo del asunto y después de tanto insistir le respondieron que sus padres le habían mostrado sus certificados sicológicos en los que señalaban graves patologías mentales y como él era taciturno, contribuía darles la razón, obviamente sus padres le habían pagado a prestigiosos médicos de todo el Japón para que dijeran que el moreno tenía un cuadro mental peligroso.

El les rogó, les lloró, diciéndole que todo era mentira pero no le hicieron el menor caso, haciendo que el muchacho se resignara a estudiar leyes.

- ¿Y tus padres? – le preguntó el pelirrojo, comprendiendo la razón por la cual lo molestaba más que todos los alumnos, él podía jugar basketball; Rukawa, no.

- Después de que me gradué de la universidad y me hice fama, me fui de la casa no quise verlos más, los odio – lo dijo, quebrándose la voz, derramando una lágrima.

En ese momento, siente un calor en su cara y ve que es la mano de Hanamichi, quien lo está acariciando. El moreno lo observa y se sonroja; debiera hacerlo, pero no le esquiva su rostro.

- Mamá me dice que cuando la gente se pone triste, hay que acariciarle la cara para que se ponga contenta – le decía sonriéndole el pelirrojo casi en un tono infantil – cuando me gradúe, jugaremos los fines de semana¿de acuerdo? – le pregunta, haciendo que Kaede sonriera.

- Se te bien esa sonrisa, zorrito – se le sale al pelirrojo.

- Ehhh.

- No dije nada, jajaja – Hanamichi ríe a carcajadas, sin percatarse que Rukawa no le quitaba los ojos encima.

A Rukawa en ese momento nació más que nunca la típica duda existencial de tener tanta "preferencia" con aquel mono pelirrojo y mostrarse débil ante él, no tenía defensas contra su persona. Está en su casa, prácticamente se 'humilló' para que no se fuera y ahora se está dejando tocar por ese tipo, después de haberle contado algo muy íntimo para él..

"¿Dónde está tu orgulloso, Kaede Rukawa

que no se intimida ante nadie?

Ese pelirrojo no es nada para ti,

y así debe seguir"

Con ese pensamiento, finalmente aparta la mano de Hanamichi de su cara y se para.

- Es mejor que prepare algo para comer, tengo hambre – le dijo el moreno.

Hanamichi no era tan 'do'aho', se había dado cuenta perfectamente que Rukawa se ponía nervioso cada vez que lo tenía cerca, que se ruborizó cuando su piel hizo contacto con la suya.

Y le encantaba eso.

En veinticuatro horas había cambiado totalmente lo que pensaba acerca de Kaede Rukawa, no era el vil, frío, cruel y despiadado sino una persona que ha sufrido frustraciones y que también puede ser muy dulce. Le atraía, siempre le atrajo ese hombre.

Pero ahora se estaba enamorando…


¡Holas! Aquí estoy con este fic, espero que les haya gustado este capítulo. Bueno ahora he mostrado más libremente los sentimientos de Hana hacia el kitsune, que al parecer siempre lo encontró atractivo pero que le caía pésimo ¿Ahora qué hará sabiendo que Kaede no es mala persona y que sus sentimientos están siendo correspondidos? Eso lo dejo a su imaginación, sobre todo con el título del próximo cap. "Inevitable". Sé que ya hay gente impaciente con otros fic, espero que con esto se entretengan por mientras, cuídense mucho.

Un abrazo y un besito…

Paulyta.


REVIEWS

Elena: Sí te tiento a responder, sí te tiento, jejejejeje… Veamos si los dos se siguen teniendo tanta paciencia, pero para otras cosas, jajajaja.

kaehana9: No por ser un AU ese par tienen que llevarse como los mejores amigos. Espero que no te dé un ataque a medida que Rukawa siga mostrando sus emociones. Ahora me dirás que Ru tiene depresión (suspiro)…

Armys: Es que es el sueño de cualquier chica tener un profe tan exquisito como Ru (babeo como estúpida). Me alegra bastante que la narración sea fácil, creo que a veces una buena idea se diluye cuando no se escribe bien, y esta historia tiene el estilo de ser capítulos cortos. Pero te aseguro que el siguiente será algo más in… digo extenso.

sashira: Por desgracia, este fic estaba en amor-yaoi hasta el quinto capítulo, buuuu… esperemos que la página vuelva pronto. Pero bueno, creo que terminare en ff, no esperare eternamente que vuelva la página. Me alegra mucho que te guste la historia.

Aoi-Hikawa: Los chicos ya han comenzado a estudiar, esperemos que sigan bien y quién sabe. En cuanto al otro fic, ya vi el review¡muchas gracias, cuando lo actualice, te lo respondo… Yo también estoy de vacaciones, pero tampoco tengo demasiado tiempo para los fics, esto de la esclavitud… Cuídate mucho y muchas gracias por tu apoyo.

inuyashaluchi: Gracias por deseos amiga y yo también te quiero mucho, mi cumple lo has celebrado más que yo, esperemos que siga escribiendo y leyendo más yaoi, jajajajajajaja. Espero que el fic lo termine pronto, de donde había quedado en amor-yaoi no faltaba demasiado.