Después de esa conversación, el sábado no conversaron nada más que no fueran de los estudios. Pero sus miradas decían lo contrario, sobre todo la de Hanamichi que tenía un brillo muy especial y además cada vez le encontraba más cosas que le gustaran de ese zorrito.
A su vez, Rukawa estaba más afligido, no sabía que hacer ante la presencia del pelirrojo en su casa, lo único que quería es que se fuera para que dejara de sentir esos nudillos que siente en la panza.
Ya era domingo en la madrugada y ya ambos estaban muy cansados para seguir estudiando, no les quedaba mucho por terminar, sólo les quedaban unos detalles. El pelirrojo, por su parte, no tenía idea como agradecérselo.
- Creo que lo mejor es que te haga un café, ya estás en las nubes – le dijo de repente, Rukawa.
- Lo siento mucho, señor – respondió avergonzado.
- Ya vuelvo – le habla el pelinegro sonriente.
Kaede mira de reojo al pelirrojo, quien ya tenía la cabeza apoyada en la mesa, tratando de dormir.
Le enterneció verlo en aquella escena.
Un recuerdo vino a su mente…
FlashbackEra la primera entrega de notas de ese año. Al contrario de los otros profesores, Rukawa entregaba los exámenes. Debía reconocerlo, por primera vez en su vida fue parcial, pensaba que si el do'aho tenía el tiempo suficiente para andar entrenando también podría estudiar.
Le puso un 35, tal vez se merecía un 50 pero no le importó…
Entregaba uno por uno los exámenes, no decía ningún comentario con respecto a ellos. De repente vio que era el turno de Hanamichi Sakuragi…
Hanamichi Sakuragi…El cabeza roja que siempre llamaba su atención, el que odiaba, el que sólo lo molestaba. Eso fue desde el primer día que lo conoció. Esta vez no sería la excepción.
El aludido fue al escritorio del maestro para ver que nota le habían puesto. Sabía perfectamente que no le había ido muy bien en aquella prueba, esa semana comenzaban los entrenamientos y no podía faltar porque este año había sido nombrado su capitán.
Pero no tan mal, al ver su calificación abrió los ojos como platos.
Esto no se quedaría así. Si hay algo que Hanamichi odiaba eran las injusticias y ésa era una; además tenía la suficiente personalidad para enfrentar al profesor más temible de toda la Universidad de Tokio .
- Señor – se dirigió respetuosamente, logrando que el pelinegro lo mirara – creo que en la pregunta dos me evaluó mal, hay respuestas menos completas que la mía.
- Dígame quien, así le pongo menos nota a ellos y se la subo a usted¿le parece? – Rukawa le responde con un tono irónico.
Hanamichi no podía contestar. Era de todo menos un traidor.
- Bueno y señor Sakuragi no me va a decir…
- Corríjala de nuevo, por favor.
- ¿Acaso usted está diciendo que soy mal profesor?
- "…"
- ¿Qué estaba haciendo el día anterior antes de la prueba?
- Yo estaba entrenando – respondió el pelirrojo mirando para abajo.
- ¿Lo ven? – pregunta Rukawa mirando el curso completo – hubiera sido mejor excusa que le estaba haciendo el amor a su novia, por último lo hubiera pasado bien – se oían risitas en el salón.
- Lo siento, es que este año el equipo tiene posibi… - no lo dejó terminar el pelinegro.
- ¿Y usted no sabe lo que es priorizar, do'aho? – le pregunta – vaya a sentarse antes que le baje la calificación.
Hizo lo que tantas veces haría durante el año… humillarlo…
Fin del flashbackY ahora está durmiendo en su escritorio ¿Quién lo diría? Lo que él no tenía certeza si era lástima por el pobre do'aho o algo más, porque estaba seguro que el pelirrojo no le era indiferente. Le gustaba molestarlo, sería cínico si lo negase, pero más le gustaba hacerlo sonreír ¡y qué simple le resultaba aquello!
Había terminado el café con unas tostadas para servirlas. Sin embargo, esperaba que el pelirrojo estuviera durmiendo, no con esa cara de preocupación que tenía en la cara.
¿Qué pasaba por su cabeza?
La respuesta era una sola… lo amaba. No sabía cómo en un día y medio lo había logrado, no en vano han dicho que 'del odio al amor hay un solo paso'. Conocerlo mejor ha cambiado completamente su percepción del él, nadie imaginaría lo frágil y lo dulce que podía llegar a ser Kaede.
"Kaede…"No lo vio llegar, estaba tan sumido en sus pensamientos que no lo sintió. Qué iba a hacer ahora, que cada vez podía menos resistirse a él, lo que menos quería de él era que estudiaran juntos. Cuando lo vio, se sorprendió tanto como Rukawa, quien le creía dormido.
Lo vio y le dio terror, se fue arrancando al baño con un sólo pensamiento.
"Debo irme de aquí antes que sea demasiado tarde"Como Rukawa vivía solo, el baño estaba contiguo a la pieza de éste. Ahí estaba Hanamichi desolado, si Kaede era un amor imposible para una chica ¿cómo lo sería para un pobre do'aho como él? Además no hay que olvidar el examen del día siguiente, cualquier locura que haga, puede tener consecuencias terrible para él y su familia; conoce perfectamente su naturaleza impulsiva.
"Cálmate Hanamichi"Han pasado cuarenta y cinco minutos, y el pelinegro ya está preocupado del do'aho. No ha salido del baño; ni siquiera ha emitido sonido alguno. Kaede, por lo tanto, se dirige una vez por todas al baño para ver que era lo que pasaba.
- Sakuragi¿está bien? – pregunta el moreno tocando la puerta del baño
No hay respuesta alguna, ya se está angustiando.
- ¡HANAMICHI, ABRE LA PUERTA! – la golpea con mayor fuerza.
- Hana… - Rukawa grita nuevamente, pero el mismo pelirrojo sale del baño con mala cara – ¡MALDITO DO'AHO, ME TENIAS PREOCUPADO! – le reclama duramente pero luego se suaviza – ¿qué te pasó?
- Nada.
- ¿Cómo que nada? Te encerraste cuarenta y cinco minutos¿crees que es muy normal?
- Lo siento, kitsune, no todos somos fríos como tú – le contesta el pelirrojo algo molesto.
- Entonces dime qué te pasa – en un tono más conciliador y mirándolo a los ojos.
- Nada… - el pelirrojo lo dice desviando la mirada
- Mentir no es una de tus cualidades¿lo sabías?
Hanamichi lo mira a los ojos, sabe que oportunidades como ésta no se dará dos veces en la vida. Sabe que para el pelinegro no les indiferente.
Pero tiene miedo, miedo a lo que pueda suceder después.
… Era sólo un beso… uno solo…
¿Cometerás una locura?
Su rostro se acercó poco a poco al de Rukawa para besarlo, éste estaba inmóvil.
- Perdóname – le dijo antes que chocaran sus labios tímidamente con los suyos.
El roce fue sorpresivo para Kaede, quien tenía el mismo debate si debía responder al beso. Por primera vez, el racional hombre se queda parado sin saber que hacer, viniéndose la encrucijada.
"¿Ética profesional o un do'aho pelirrojo que está poniendo patas arriba tu vida?"
Puede arruinarle la vida en este mismo instante o hacerlo suyo. Ahora Kaede tenía esa elección.
Y eso era ahora.
El pelinegro suelta forzosamente a Hanamichi, mirándolo muy sorprendido. Éste estaba expectante, había elegido a Kaede en vez del título.
Pero estaba seguro que estaba esperando un golpe.
En ese instante, su cabeza no pudo evitarlo más y tomó la cabeza del pelirrojo, besándolo con fuerza. Hanamichi entendió inmediatamente el mensaje, tratando de llevarle el ritmo y controlar el beso. Kaede desciende lentamente por el cuello de Hanamichi, dejándole marcas por donde lo esté llevando el paso, para terminar en la boca del pelirrojo, acallándole sus gemidos; mientras éste último ya está metiendo las manos por debajo de la camisa azul para satisfacer la necesidad de sentir la piel blanca de su compañero.
Sakuragi, al ver que ya no podían seguir de esa manera, empuja al moreno hacia la cama matrimonial, lanzándose encima de él. Ahora fue su turno de sentir su piel a través de su boca y escuchar los jadeos de su maestro, rasgando la camisa con desesperación. De repente siente algo que no lo deja continuar. Son las manos de Kaede en su cintura para sacarle la camiseta, poniéndolo bastante contento, Rukawa también quiere lo mismo. Hanamichi levanta los brazos levemente para dejarse hacer, el pelinegro aprovechando pasa sus manos por la bronceada piel, haciendo el mismo recorrido que la camiseta, sacándosela sensualmente.
Luego comenzaron a besarse nuevamente. Ya se habían dado cuenta que sus miembros ya habían dejado llevar por la excitación y la fricción hacía que los gemidos de ambos fueran incontenibles. Hanamichi deja la boca de su kitsune para concentrarse en uno de los pezones, mordisqueándola suavemente. En ese preciso instante, una de las manos del travieso pelirrojo viajaron a los pantalones del jeans del moreno para desabrochárselo. Lo logra después de ciertas dificultades, debido a la ansiedad que tiene Sakuragi.
La mano de Hanamichi desciende frenéticamente, por debajo de los boxers de su amante, para masturbar su miembro hinchado; sin dejar de besar el cuello de Rukawa.
- Te gusta¿verdad? – le pregunta jadeantemente el pelirrojo al ver que el pelinegro arqueaba su espalda.
No podía responder. Kaede Rukawa tenía el problema que había dejado su cuerpo completamente a la merced de un muchachito y no podía hacer nada para impedirlo.
Hanamichi no quería que se corriera tan rápido, atendió sacarse los pantalones y los boxers a él y su compañero. Éste sólo lo observaba, aprovechando para sacarse la camisa, la única prenda que tenía puesta. El pelirrojo hizo rápidamente y cuando iba a volver a su labor, fue sorprendido por las manos de su compañero, quien lo dejó debajo de él. Ahora era Sakuragi la presa.
Rukawa lo besa furiosamente, tomando el control del beso, tomando los brazos del pelirrojo, poniéndolos hacia atrás hasta agacharse, quedando muy cerca del pelirrojo, mirándolo fijamente a los ojos.
- Sí me gusto, pero el que manda aquí… soy yo – esa fue la respuesta de Kaede a la pregunta no respondida de Sakuragi, dejándolo más excitado de lo que ya estaba.
Luego, el moreno comienza a besar la piel de Hanamichi, pasando por su cuello; el pecho, lamiendo uno de sus pezones; por su abdomen, y al pasar por el ombligo, Rukawa lo rodea suavemente con los dedos, provocándole cosquillas al pelirrojo, quien esboza una sonrisa llena de placer; así recorre su cuerpo hasta que llega al sexo de Sakuragi, quien le está reclamando atención.
El moreno, quien está totalmente ido en sus emociones, no duda un instante para lamer y chupar el sexo del pelirrojo, quien esta gritando desenfrenadamente su nombre, pudiéndose oír incluso fuera de la habitación. Kaede paraba para que durara más tiempo el éxtasis de Hanamichi, quien estaba viviendo el mejor día de su vida. Sus ojos azules miraban de vez en cuando al pelirrojo para observar si lo estaba satisfaciendo, sintiéndose bien al ver que lo estaba cumpliendo cabalmente. Además una de las manos del pelirrojo se aferraba a la cabeza de Rukawa para que profundizara en su trabajo.
Después de un rato, finalmente Sakuragi explotó en la boca del pelinegro, quien se traga el amargo líquido, para luego compartir el sabor en la boca de su propio compañero. Rukawa sólo lo soltó para lamerse tres dedos. Mientras ambos se besaban, Hanamichi siente una invasión en su ano. Al principio no quería, puesto que él quería hacer suyo al zorrito, sin embargo, no iba a arruinarlo por una tontería, aparte lo estaba preparando para que no le doliera tanto. Ya habría oportunidad de recompensarlo. Rukawa, al ver que ya se había acostumbrando, introdujo un segundo y después un tercer dedo, haciéndolos girar circularmente; ya no podían besarse debido a los continuos gemidos que emitían ambos.
Cuando vio que Hanamichi ya estaba listo, Rukawa introdujo su miembro en el orificio. Al meter la cabeza, el pelirrojo hizo una mueca de dolor, lo que hizo para al desesperado moreno. Lo hizo más calmadamente para que no le afectara tanto, aguantándose las ganas de poseer al chico, mientras se aferraba en la espalda de Kaede.
Cuando llegó al fondo se dieron cuenta que ambos estaban sudados por completo y que la piel mojada les producía lujuria, con deseo. Ambos se miran a los ojos, esperando el asentimiento del Hanamichi para continuar. Una vez que lo hizo, Kaede empezó con las embestidas. Primero fueron lentas, para evitar el dolor del pelirrojo, pero a medida que veía que el pelirrojo estaba sintiendo placer, las embestidas comenzaron a ser más rápidas, sólo diminuyendo el ritmo para aumentar el tiempo de la agonía. El pelirrojo, ya tenía su miembro erguido por segunda vez, que era rozado continuamente con el vientre de Rukawa y, a su vez, rodeaba la cintura del moreno con sus piernas, para que profundizara en la penetración.
Nunca dejaron de mirarse a los ojos, gimieron continuamente hasta que Kaede dio la última envestida, llegando ambos al mismo tiempo al orgasmo. Así se quedaron quietos un momento, Rukawa todavía estaba en el interior de Sakuragi, descansando en el hueco del cuello. Hanamichi sólo lo abrazó de la cintura.
Luego Rukawa se retiró, acomodándose en la cama. Hanamichi hace lo mismo, sin antes darle un beso al moreno y decirle lo que tenía planeado no hace mucho tiempo.
- Te amo…
Rukawa no pudo contestar, no sabía que decir. Pero en cuanto lo vio, ya se había quedado dormido aferrado a su cintura. No podía pensar, el sueño lo había vencido a él también, quedándose dormido inmediatamente. Sin embargo, al despertar…
Mierda… ¿qué hice?…
Espero que les haya gustado el lemon que hice, eso sí, tengan piedad con él porque es el primero que hago, sean piadosos conmigo porque me costó más que ocho. Además hacer estas escenitas con estos calores, no es muy bueno para la salud, uffffff… Muchas gracias por sus reviews y la gente que sigue la historia anónimamente.
En cuanto el fic, así son los amores prohibidos, fuertes y apasionados, y hasta el momento, todo ha salido a las mil maravillas. Es hora que lo compliquemos un poquito. Veamos cuales son las consecuencias de la pasión desenfrenada del kitsune y su do'aho.
Hasta el próximo capítulo…
Paulyta.
REVIEWS
kaehana9: A quien no, el maestro no nos dio la posibilidad de verlo sonreír ni mucho menos sonrojarse en el anime (buuu). Es mi sueño frustrado que no hayan yaoizado la serie. Ahora viste que cuando a Ru se le encienden los motores, nadie se escapa, jajajajaja.
Elena: Ahora creo que ya estás inundada de babas en tu pieza, pero la ventaja que tenía Hana sobre Ru no duró mucho, jejejejejeje.
inuyashaluchi: Aquí está el lemon, jajajaja. Muchas gracias por el e-mail, he babeado de lo lindo con esos bombones…
Aoi-Hikawa: Me emociona que ames mi forma de escribir, una se siente realizada cuando le llegan esa clase de comentarios, le alegran el día. Es mi idea o eres chilena, si fuera así, me alegra que una compatriota me aliente. Espero que te vaya bien con tus vacaciones y tus fics, y que encuentres la inspiración que necesites. Ahora te das cuenta que siempre el zorrito ha sido un poco resentido con el pelirrojo, veamos si se le quita eso algún día.
Utena-Puchiko-nyu: Yo soy de la opinión que hay que incentivar a los alumnos para que vayamos a clases y que mejor que un tipo como Ru para asistir. Lo que no sé es que si aprenderíamos mucho o sólo iríamos a "distraernos", jajajajajajajaja.
rukawa: Sólo hasta ahora llega lo bonito, pero aún así, espero que te siga gustando la historia y que te haya dejado con ganas de más.
Sayuri: Me alegra que te haya gustado y que, por sobretodo, que me digas que mantengo los caracteres, ésa es la gracia de un fic. Y menos mal que pediste un beso, jejejejejeje.
