Respuesta a sus Reviews:
"Meilin Malfoy": Hola! Me alegro que te este gustando el fic, aquí esta el capitulo 11 espero que este también te guste y por favor sigue dejando tus comentarios. Saludos! XD
"Sheyla": Hola linda! Gracias por tu comentario, me alegra que te este gustando, y espero que sigas escribiendo tu comentario, aquí te dejo el capitulo 11. Cuídate mucho y saludos : )
".-Zafi-.": Hola! Y bienvenida : ) me alegra que guste mi fic, y espero que sigas por aquí, y nunca dudes en poner tu opinión, me alegra que te guste la trama, intenté hacerla un poco diferente ; ) (tal vez no se note mucho ¬¬ pero ten paciencia y verás que si se notará) te mando Saludos y gracias por leer XD
"Alicia": Hola linda! Me alegra que te guste Draco y también el fic, no dudes en seguir poniendo tu opinión, y espero que este capitulo también te guste, cuídate mucho, Saludos: )
CAPITULO XI - "La Ayuda de Dobby"
Draco Malfoy estaba sentado en una de las mesas de la cocina, ojeando un libro que tenia en las manos, parecía estar refugiado en aquel cuarto como una de tantas veces, y esta vez había sido después de hablar con Hermione y por su expresión se notaba que esa conversación le revoloteaba en la mente aún, sin poder olvidarla.
-¿Se encuentra bien amo?- preguntó Dobby dejando de amasar una pasta que tenía en las manos, Malfoy lo miró con una expresión reprobatoria que hizo que Dobby se encogiera en si mismo- Oh, Dobby lo siente mucho Joven Malfoy, Dobby no debió llamarlo así, pero es una vieja costumbre de Dobby ¿Esta usted enojado con Dobby?- preguntó el pequeño elfo y Malfoy solo movió la cabeza negativamente sin darle mucha importancia a final de cuentas y volvió a agachar su vista en el libro- Se ve usted un poco más distante que de costumbre ¿Esta enfermo señor?- agregó el elfo tembloroso mirando fijamente a Malfoy-
-Sí, estoy enfermo, y lo peor es que no sé en que momento me enfermé… de ella- Malfoy suspiró y observó al elfo quien solo se sonrió y continuó su trabajo con la pasta-
-¡Oh! Dobby ya entiende, Dobby lo conoce desde pequeño y Dobby sabe lo fuerte que es usted, pero Dobby también sabe que su mayor debilidad es el amor- Draco miró a Dobby con ojos de sorpresa y Dobby solo le sonrió sin notar lo que acababa de decir y caminó hacia atrás para ir por un molde y regresó enfrente de Draco-
-Pues en este momento creo que mi mayo debilidad, es ella- dijo con voz tranquila aquel orgulloso chico, aquel digno Malfoy, liberó su pesada carga, con ese pequeño elfo y tomó sus palabras como si las dijera a uno de sus mejores amigos, aunque en realidad solo tenía a Pansy, como verdadera amiga-
-Dobby jamás lo había oído expresarse así de ninguna persona- dijo preparando aún su pequeño pastel-
-Creo que jamás conocí a nadie como ella- al terminar de decir esto el desinhibido elfo alzó sus grandes ojos como intentando asegurarse de que fuera Draco Malfoy quien pronunciaba aquellas palabras-
-¿Y por qué no esta con "ella" señor?- preguntó Dobby, resaltando sus ultimas palabras y volviendo a sus labores-
-A ella no le agrada tanto la idea de mi apellido- dijo perdiendo sus grises ojos en la nada, quien lo hubiera dicho, él, un Malfoy, perteneciente a la mejor familia, era rechazado por eso mismo, por ser un Malfoy y era rechazado por una impura-
-En ese momento Draco recordó las palabras que su padre siempre le repetía:
"En este mundo existen magos y existe la escoria, nosotros los Malfoy, somos magos, el resto, es escoria".
Recordó su trato hacia "Ella", recordó las miradas de asco que él le profesaba, y recordó los ojos de ella con dolor y furia, recordó los insultos, los desprecios, las miradas de repudio, tantas pociones que él tiraba en las ropas de la joven "accidentalmente", libros que él arrojaba al suelo y la obligaba a recoger, y recordó los cientos de veces que la vio llorar sin ninguna expresión más que odio en sus ojos castaños; volvió su mirada al elfo quien lo miraba atento desde hacia ya un buen rato, intrigado por el silencio y la ausencia de Malfoy.
-A ella no le agrada mi apellido, y lo peor es que no la culpo por ese hecho- terminó de decir Draco esperando la respuesta de Dobby-.
-Pero… si usted es un Malfoy, mi señor- agregó sorprendido el elfo-.
-Precisamente por eso, porque soy un Malfoy, es por lo que no quiere estar conmigo.
-Tal vez… solo sea que… no ha intentado convencerla- dijo Dobby intentando encontrar otra respuesta, él no podía creer que un Malfoy fuera despreciado por eso y mucho menos Draco Malfoy, el mejor elemento de la familia por así decirlo, desde la muerte de su abuelo. Draco movió su cabeza negativamente y volvió a ojear el libro que tenía en las manos-
-Llevo más de un día tratando de convencerla, declarándole lo que siento y pidiendo perdón- dijo Draco, y Dobby lo miró un poco más sorprendido, quien pondría ser ella y que tan especial podría ser, como para que despreciara a un Malfoy y no solo eso, para que Draco Malfoy le rogara durante más de un día-
-¿Más de un día?- preguntó apenado el elfo-
-Sí ¿Por qué la pregunta?- respondió Draco mirando a Dobby-
-No, por nada mi señor, Dobby no quiso molestarlo, es solo que…- el pequeño elfo se cayó repentinamente, temiendo seguir con su explicación, Draco lo miró cansado, él ya sabia lo que Dobby quería decir-.
-Solo que ¿qué?- preguntó Draco, pero el elfo aún temía hablar- solo que soy un Malfoy ¿Y por eso Draco Malfoy no puede rogar?- terminó de decir Draco con un tono cansado un poco más tranquilo, pero aún tenso-.
-Bueno esa puede ser una razón pero, mi señor olvida, que… que en el amor no se mendiga- terminó de decir Dobby tembloroso agachando la mirada y tomando aquel molde entre sus manos ya con la pasta en él y dirigiéndose a un horno arrastrando los pies-.
Draco le miró sorprendido, esa era una respuesta que definitivamente no esperaba y menos de Dobby, de pronto se sorprendió a si mismo en aquella escena, él refugiado en aquella gran cocina con elfos tranquilos por todos lados preparando la cena de esa noche y él, sentado con un recetario en las manos y hablando de amor con el elfo que algún día había servido en su casa, nadie podría imaginarlo, no de él, no de Draco Malfoy; luego agachó la mirada al libro y sin poder evitarlo comenzó a pensar en "ella".
-¡Oh, pero si es la señorita Hermione!- dijo súbitamente Dobby y Draco volteó a mirarle sorprendido, pensando en ¿cómo podría haberse enterado el elfo que era de ella de quien habían estado hablando?-.
Draco miró a Dobby, pero este último no lo miraba a él, miraba a la puerta al ver que Hermione había entrado a la cocina, pero ya había dado la media vuelta, para salir de ahí al notar la presencia de Draco, quien solo roto un poco a un lado su cabeza para asegurarse si en verdad se trataba de Hermione y luego regresó su cabeza a mirar el libro fingiendo que continuaba leyendo, ella al ser descubierta por Dobby, no encontró otra solución que olvidar su intento de salir de la cocina para contestar al buen Dobby, dando un par de pasos lejos de la puerta.
-Buen día señorita ¿desea que Dobby le de la leche para Chroashanks?- preguntó el elfo con unos ojos grandes, desde el mismo lugar donde estaba, tras la mesa del lado opuesto a Draco, Hermione avanzó un par de pasos más para responder a Dobby-
-No Dobby, ya no vendré por más leche para Chroashanks, ayer las chicas lo encontraron muerto- dijo la chica poniéndose muy seria, Draco levantó la vista del libro y estaba a punto de voltear a mirarle, pero haciendo un esfuerzo solo tornó a agachar la vista, simulando una vez más su lectura-.
-¡Oh señorita Hermione! No sabe cuanto siente Dobby haberle recordado y haber sido tan imprudente, si lo desea Dobby puede castigarse- dijo el elfo con preocupación en sus grandes ojos-.
-¡No!- se adelantó a decir Hermione al ver que Dobby tomaba una sartén y lo apuntaba a su propio rostro –No Dobby no debes castigarte nunca más, y descuida no has sido imprudente, tú no sabias de lo sucedido… pero…- decía mas tranquila- …será mejor que luego venga a saludarte porque…
-Descuida, yo ya me voy- dijo Draco parándose súbitamente y cerrando de golpe el libro sin siquiera voltear a mirar a Hermione, quien había estado haciendo ademanes de querer irse-.
-Pero mi señor, su pastel estará listo en cualquier momento, puede esperarlo si lo desea, no tardará mucho- dijo Dobby-.
-No, prefiero aprovechar que no hay nade en la biblioteca a quien le desagrade "mi cara de tonto"- dijo repitiendo las palabras de la chica- Vendré luego por el, gracias de todos modos- dijo Draco y dio la media vuelta para salir de la cocina, sin antes toparse con Hermione, hombro a hombro, él volteo a un costado y la miró fijamente por un instante muy breve sin decir una sola palabra, ella de manera nerviosa desvió la mirada, después de eso él desapareció tras la puerta, Hermione le siguió con la vista después de que él volvió a caminar, hasta que desapareció, luego se acercó hasta el lugar donde antes estaba Draco y se sentó, mirando el libro que él había estado ojeando tan atento-.
-¿Ese era Malfoy y antes de salir te dio las gracias?- preguntó la chica comenzando a ojear también con curiosidad el libro-.
-Sí, era mi señor- respondió tranquilo Dobby limpiando la mesa con un pequeño paño, Hermione lo miró sorprendida por su tranquila actitud-.
-Dobby, pero ¿Por qué le llamas "mi señor"? él ya no es tu amo, no puede obligarte a servirle, Harry te ha liberado- terminó de decir y Dobby dejó de hacer sus trabajo para mirar a Hermione un poco confundido-.
-Dobby sabe que el joven Malfoy ya no es su amo y él no obliga a Dobby a servirle, Dobby le sirve porque mi señor siempre ha sido bueno con Dobby…- terminó de decir y miró la cara de incomprensión de la chica y continuó- …Cuando Dobby servía en la casa Malfoy, todos eran malos con Dobby, lo trataban mal, lo golpeaban, trataban a Dobby como el esclavo que era, pero mi señor, él jamás a tratado como esclavo a ningún elfo, claro que no puede ni debe tratarlos como a un igual, pero mi señor no es como su padre- terminó de decir y esperó atento la reacción de Hermione que fruncía el ceño en manera de incomprensión-.
-Pero Dobby, él es Draco Malfoy, no puedo creerte que trate bien a alguien, y tú sabes que yo mejor que nadie entiende que él no siente respeto por nada- dijo la chica observando con ternura a un elfo que según ella a pesar del "sufrimiento" sentido, defendía a "su señor"-.
-Pero señorita, usted no entiende a Dobby, usted no conoce a mi señor como lo conoce Dobby- comenzó a hablar el elfo un poco desesperado, al mirar la continua expresión de incredulidad de la joven- Señorita Hermione, Dobby no debe contarle esto, porque Dobby no debe hablar de su antigua familia ni lo que vivió en su antigua casa, pero Dobby debe hacerlo por el bien de mi señor y por el bien de usted…- pausó el elfo, Hermione se sorprendió un poco, aunque trato de disimularlo no puedo evitar pensar en ¿qué tanto sabia el elfo? Dobby dejó su silencio y continuó- Mi señor no es como su padre, a pesar de que éste a intentado moldearlo a su figura, verá, desde que mi señor era pequeño, todo lo que hacia y decía era para complacer a su padre, pero esto nunca ocurría, mi señor se esmeraba en aprender, en ser mejor que todos los hijos de los amigos de su padre, ser mejor que ellos en todo, ser un digno Malfoy, un digno hijo de Lucius Malfoy, aunque esto significara ir contra su propio pensamiento y sus propios sentimientos, pero a mi señor no le importaba, solo quería que su padre se sintiera orgulloso de él; con el paso del tiempo el espíritu de mi señor se fue amargando, se fue opacando por la sombra de su padre, él ya no oponía resistencia sus deseos y comenzaba a creer que todos aquellos insultos, aquellas palabras que su padre le decía, acerca del pésimo hijo que era, la pena que sentía por tener a "Eso" como hijo, y la vergüenza que le daba que "Eso" llevara su sangre, mi señor se fue aislando así tras una coraza de frialdad, de orgullo, de superioridad, se aisló en libros y en pensamientos que surgían a solas en rincones oscuros de aquella mansión. Un día mi señor, encontró al amo Lucius golpeando a su madre con furia, porque la señora Malfoy había, sin saberlo, conversado con una "impura", cuando mi señor vio esto, entro en defensa de su madre, pero fue inútil, el amo Lucius lo atacó con cientos de maldiciones hasta dejarlo inconsciente ¡A su propio hijo!... cuando mi señor despertó estaba en su habitación y tenia prohibido salir, nadie podía entrar, fue despojado de su varita, de sus libro y de sus pergaminos, durante dos meses, solo un elfo podía llevarle únicamente una comida al día, y teniendo prohibido hablar con él; al terminar su castigo, su padre le advirtió que era mejor que hubiera aprendido la lección, esperaba que hubiera aprendido que nadie desafiaba a Lucius Malfoy y que en esta vida no era bueno tener debilidades y mucho menos la más asquerosa que es la única que tiene mi señor… el amor… el amor que le tuvo a su padre de niño que lo obligaba a querer complacerlo, el amor que le tenia a su madre que lo hizo defenderla y vivir pagando su atrevimiento durante dos meses, después de eso prometió nunca más, volver a acceder a los absurdos deseos de Lucius Malfoy, pero una vez más el amor a su madre lo hizo ceder ante sus ruegos, y le hizo prometer que continuaría obedeciendo a su padre y seguiría con ésta farsa de "Sangre pura", por eso mi señor aparenta cierta conducta ante todos- terminó de contar el elfo a Hermione quien había estado escuchando muy atenta el relato de Dobby, los ojos de la chica ya no mostraban más su incredibilidad, ahora mostraban pena, tristeza y un cierto grado de comprensión-.
-Tal vez Draco Malfoy no sea como su padre, pero es un Malfoy, y no creo que su forma de actuar sea solo una máscara- pronunció Hermione después de un corto silencio que mantuvieron ambos-.
-Por supuesto señorita, él es un Malfoy, él es arrogante y orgulloso por naturaleza, no solo su elegancia esta en la sangre, también su frívola superioridad, señorita Hermione, hay cosas que no se pueden evitar ni controlar y contra las que no se puede luchar, como el amor…- dijo Dobby y Hermione agachó la mirada un tanto desilusionada y nerviosa- Sin embargo- agregó el elfo y la chica subió su mirada a los ojos de él- Mi señor está luchando contra su propia naturaleza ¿Podrá usted luchar contra sus propios sentimientos?- preguntó el elfo mirándola intrigante a los ojos de ella que estaban tan abiertos por la sorpresa que le había provocado la pregunta de Dobby-.
Hermione comenzó a mirar el libro que Draco había tenido entre sus manos, luego se quedó en silencio como intentando buscar una respuesta correcta a la pregunta de Dobby, pero ella comenzaba a estar más confundida que en un principio y sin saber porque lo único en lo que lograba pensar era en las palabras de Draco confesándole un sentimiento de… amor, sus finos labios tan cálidos al besar, su mirada que parecía ver en su interior, esos ojos grises que guardaban tantos secretos, que la convertían en algo tan frágil e inseguro con solo posar esos fuertes ojos grises en sus trémulos castaños.
-¿Señorita Hermione?- dijo Dobby sacando de sus pensamientos a la chica- ¿Qué hace usted aquí con Dobby, mientras la respuesta a todas sus preguntas esta en otra habitación del castillo, lejos que de ésta?- Hermione lo miró sin expresión alguna y en un breve momento, entendió las palabras de Dobby y parándose repentinamente se dirigió a la puerta dispuesta a salir, pero antes de llegar a la puerta, volteo su cuerpo y miró una ultima vez a Dobby-.
-¿Él está luchando contra su propia naturaleza?- preguntó la chica-.
-Se lo asegura Dobby que conoce a mi señor de toda su vida- dijo el elfo moviendo la cabeza afirmativamente-.
En esos momentos Hermione volvió hacia la puerta y comenzó a caminar hasta salir de aquella habitación, decidida a encontrarlo a él, ya tenía las respuestas, solo necesitaba encontrarlo a él.
BONUS:
"solamente quién contribuye al futuro, tiene derecho a juzgar el pasado". Nietzsche
( Alguien debería decirle eso a Hermione ¬¬)
