Hola! Aquí voy de nuevo. Repito, los personajes de Shaman King no me pertenecen. Bueno aquí les voy con otro capitulito, ojalá sea de su agracio. Chaufis XD

Mi querida "Madre"

-Yoh…

Un hombre estaba parado frente a él, una sonrisa en su rostro, una mano levantada en señal de saludo… una actitud tan fresca… no era posible…- Yoh?.- repitió el chino, todavía incrédulo.

-¿Cómo has estado Ren?- siguió el hombre.- Tiempo sin verte.- dijo el hombre. Era un joven de cabellos castaños largos, vestía una polera con capucha, unos pantalones negros muy holgados. Llevaba sandalias de madera en sus pies, un pequeño bolso de viaje en su hombre… Su rostro sonriente, los ojos negros, esa tez trigueña… y aquel aire de tranquilidad que lo rodeaba. Definitivamente… era Yoh Asakura.

Ren dejó escapar una sonrisa en su rostro, suspiró y miró al hombre que seguía con la mano levantada.- Hola, Yoh…- dijo al fin el chino acercándose a su amigo con una mano en señal de saludo. El individuo identificado como Yoh Asakura estrechó la mano del joven de cabellos violáceos y sonrió aún más.- Me da gusto verte jejeje.- dijo el trigueño.

-Jo…Jo… Joven Y… Yoh .- se escuchó a una persona decir de manera muy nerviosa. Los dos jóvenes voltearon en dirección a la voz para encontrar a una Tamao al borde de las lágrimas y con un intenso sonrojo ubicado en su rostro. Tenía las manos cubriéndole la boca y sus ojos rojos intensos además de lágrimas, mostraban una indescriptible emoción…

-Pero si eres tú Tamao jeje, haz cambiado mucho jeje. Te has puesto más bonita jijiji.- dijo sonriente el muchacho cuando soltó la mano del chino, quien lo miró de reojo debido al comentario que había que echo hacia la pelirosada.

Esta se encontraba más que feliz, su sonrojo se intensificó más por lo que dijo el trigueño pero, recobró la compostura y se agachó en señal de saludo. Su reverencia era sólo una excusa para tapar lo increíble que se encontraba su rostro y las lágrimas que no abandonaban sus ojos.- Bien.. Biennve…bienvenido Joven Yoh…- dijo tímidamente la joven pelirosa.- Me alegro mucho de que haya llegado a salvo.- Dijo rápidamente la chica y el sonrojo se hacía peor. La joven pelirosa alzó su cabeza y su mirada se dirigió hacia la puerta que acaba de abrirse dando paso a otro ser encapuchado.

-Señorita … ANNA? .- habló Tamao al reconocer la forma de pararse que tenía la susodicha. La persona se quitó la capucha de la cabeza… una larga cabellera rubia muy brillante. Unos ojos negros sin expresión fueron lo primero que se notó en esta mujer. Tenía sobre ella un manto negro pero no muy largo ya que dejaba ver las sandalias echas del mismo material que su acompañante. La mujer era muy hermosa, sus ojos a pesar de ser fríos mostraban una gran madurez. De tez clara, con ambos brazos al lado de su cuerpo, que dicho de paso era esbelto. Miraba hacia donde había sido llamada.

-Tamao..?.- dijo esta fijando su atención en la pelirosada. Esta corrió y abrazó a la mujer con fuerza, la cual primero se sorprendió por el acto… pero que correspondió el abrazo aunque sin tanta magnitud.- A mí también me da gusto verte, Tamao.- susurró la rubia esbozando una diminuta sonrisa en su rostro.

La pelirosada se encontraba inmersa en tanta felicidad con el sólo echo de poder verla, era su amiga de la infancia después de todo, aquella que siempre la había cuidado de pequeña. Ahora estaba aquí presente, podía sentir como se le devolvía el abrazo suavemente. A la rubia siempre le había costado mostrar su afecto pero está vez lo hacía… por ella.

-Señorita … Anna.- dijo entre sollosos Tamao en el cuello de la joven.- Qué alegría…- entre llanto, la pelirosada sonrió a la mujer. Anna Asakura, la miraba con una expresión muy parecida a la ternura… talvez eso era.

Yoh y Ren miraban la escena, cuando un grito interrumpió el cuadro que habían echo la rubia y la pelirosada.

-PERO SI ES YOHHH ! .- Una voz se escuchó. Cuatro cabezas giraron en dirección a aquel grito.- Horo Horo …- se escuchó decir al trigueño.

Al peliazul se le iluminó el rostro al ver a su amigo. Se acercó y lo abrazó. Este quedó sorprendido pero igual lo abrazó. Ambos muy felices por verse otra vez. Seguido de grito apareció Ryu, quien hizo el mismo cuadro sólo que con un poco más de drama junto con muchas lágrimas por parte de este.

Cinco personas tenían sonrisas en sus rostros. Todos felices por ver a la pareja Asakura. Tamao se encontraba muy feliz, tanto que había olvidado…

-Mamá..¿Quienes son esas personas?.- una diminuta voz, casi un susurro fue escuchado. Hannah apoyado en el marco de la puerta de la sala miraba a los recién llegados. Yoh y Anna quedaron asombrados, una expresión más que sorpresa reflejaban su rostro y ambos dijeron al unísono.- Hannah…

Tamao se acercó al pequeño, se arrodilló ante el y lo abrazó con fuerza. Lágrimas salían de su rostro, muchas de ellas, su cuerpo tiritaba…-Mamá…?.- decía el niño rubio al ver a intensidad del abrazo de su "madre".

-Lo siento mucho Hannah… lo siento mucho.- se escuchaba muy bajo decir a Tamao. Sus hermosos ojos rosa intenso mostraban una tristeza y una desesperación increíble. Su rostro bañado en lágrimas, su boca apenas musitando palabras.- Los siento mucho Hannah! .- dijo gritando y aferrándose más al cuerpo del pequeño.

Los presentes observaban estupefactos. Todos se mostraban con los ojos en blanco y con una expresión de sorpresa en el rostro, incluso Ren, que nunca pensó ver a la pelirosada en ese estado. Tanto Yoh como Anna y Ryu mantenían la cabeza gacha, ellos sabían muy bien lo que pasaba a comparación del chino y del ainu.

Tamao miró directamente a los ojos del pequeño.- Mi querido Hannah, quiero que sepas que te quiero con toda mi alma…- comenzó.- que daría mi vida por tu felicidad...- siguió, la tristeza la embargaba.- pero….-no podía.- pero…- Dios es lo más difícil que haya tenido que hacer.- pero estas personas que están aquí.- dijo mientras que Ana fijaba su vista en la rubia y en el trigueño.- estas personas… son tus verdaderos padres…- terminó casi en un susurro y rompiendo en silencioso llanto.

Hannah quedó pretificado.- Mamá...- dijo con nerviosismo.- mamá! - trato de mirarla pero Tamao lo tenía muy bien abrazado, evitando la mirada.- ¿qué dices…no es posible, mamá?.- dijo el niño rubio al ver que su madre no se atrevía a mirarlo.- Vaya….- colocando una mano en la espalda de Tamao.- Madre, no llores…-habló el pequeño con una tranquilidad que asustaba.

Tamao le miró con los ojos rojos de tantas lágrimas derramadas.- No te sientan las lágrimas mamá.- dijo Hannah mostrando una tierna sonrisa. La pelirosada aumentó su silencioso llanto.- Creo…- pausó.- creo que muy dentro de mí lo sabía…

Varios ojos se abrieron muy grandes al oír decir esto al niño, en especial los de la joven pelirosa que paró en seco su llanto y lo observó con una mirada confundida.- ¿Co..Cómo dices Hannah?.- dijo lo más nerviosa posible…

El niño, que seguía con su tierna sonrisa cerró sus ojos y rió un poco.- Je… bueno mamá, no nos parecemos mucho que digamos...-finalizó el niño con una risita infantil. La pelirosada no lo podía creer, su "hijo" tomaba esta situación de la manera más tranquila posible, no lloraba, ni le preguntaba cosas, sólo sonreía y la miraba con extremada ternura. Definitivamente, este era el hijo de Yoh Asakura…

Horo y Ren quedaron impresionados ante tal revelación, el chino tenía sus sospechas pero, todas estaban muy alejadas a la realidad. El peliazul no tenía ninguna pero, recibir una noticia sobre ella y más relacionada con un hijo, le había sorprendido en demasía. Toda esa actuación que había echo la chica…aún no tenía mucho sentido, pero saber que ese niño no era hijo de ella… traía una gran calma a su interior, pensó (nota:la pregunta es quien lo pensó jejeje Ren o Horo?)

Tanta dulzura reflejada en un tierno rostro infantil…- Hannah…- dijo llorando la joven pelirosada.- Dísculpame por favor….- dijo calmadamente, lo más que podía más aún seguía derramando lágrimas.- Comprenderé si me odias… pero yo…- y fue cortada por un repentino abrazo del niño rubio.

-Odiarte..? Nunca, eres mi madre, cuidaste de mí todo este tiempo y realmente…- depositando un beso en la mejilla de la chica.- te estoy muy agradecido. Tanta madurez a tan corta edad, tanta piedad en un pequeño cuerpo… había echo un gran trabajo criándolo. Tamao rompió en ahora ruidoso llanto mientras abrazaba con más fuerza al pequeño niño rubio.- Te quiero, mamá….

Ryu no pudo consigo mismo y derramó unas lágrimas, él sabía que quien más sufriría con esto sería Tamao. Él conocía muy bien los sentimientos de la joven pelirosada, conocía muy bien lo planeado por los padres del joven maestro aún así, no podía intervenir.

El chino también se estremeció al sentir tan incómodo el ambiente, no le gustaba ver tanta tristeza, tanto llanto, más si era proveniente de aquella mujer. Realmente le costaba verla en ese estado…él había aceptado hace mucho tiempo a su corazón los sentimientos que…

-En cuanto a ustedes! .- se oyó decir y los pensamientos de Tao fueron cortados. Hannah que seguía aferrado a Tamao en un abrazo pero mirando directamente a Yoh y a Anna, quienes le miraron a su vez aunque con sorpresa.- …. Bienvenidos.- dijo el pequeño frunciendo el ceño, volteando su mirada fingiendo disgusto.

Los dos jóvenes esposos se miraron, los estaba saludando? El niño rubio se separó de Tamao, esta no se levantó del suelo y estaba de espaldas, se acercó a la joven pareja y los miró en con astucia como cuestionándolos…

-Yo…-empezó.-…desconozco las razones por las cuales uds me… bueno, pero la verdad…- los miró con lágrimas en los ojos el pequeño.-… ¿por qué? -dijo y las lágrimas recorrieron sus mejillas. La pareja se conmovió ante este acto, ambos se arrodillaron quedando a la altura del niño rubio, este los miró y observó en los ojos de las dos personas una gran agitación, un brillo en ambos, un sentimiento que nacía muy dentro de ellos… un sentimiento que motivó a ambos en un abrazo. Tanto Yoh como Anna rodearon con sus brazos al pequeño, que lloró más intensamente al contacto de los que a partir de ahora llamaría padres…

Sin quererlo, llegó la noche. Tantos sucesos habían ocurrido, qué agitada mañana había sido esa. Tamao vestida con un camisón blanco estaba sentada en las piedras que rodeaban la pequeña laguna que había en el patio de la pensión. Ella miraba su reflejo en el agua, su semblante era uno desanimado mientras recordaba cada suceso desde la llegada de los padres de Hannah..

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Hannah había dejado de llorar y miraba a sus padres, estos le sonreían abiertamente. Luego de una larga charla a todos los presentes en la pensión, por fin se pudo revelar la función que había estado cumpliendo Tamao en los últimos tres años.

A muchos les sorprendió la noticia, al fin el joven Ren Tao pudo despejar las interrogantes que yacían en su mente. Una joven pelirosada estaba en silencio, escuchando lo que una vez le fue indicado, de vez en cuando miraba al hombre de cabello largo castaño.- está más apuesto…- pensaba para luego sonrojarse y bajar su mirada.

Todo esto era notado por Ren Y Horo, quienes escuchaban cómo Yoh iba contando cada aspecto de lo encargado a Tamao. Un cabizbajo Hannah yacía entre los brazos de una silenciosa itako.

La mujer rubia, se sentía completa ahora que tenía a su hijo a su lado, se sentía feliz pero dado a su carácter le era difícil comunicar su felicidad, sólo se limitaba a sostener con suavidad al pequeño niño. Notando los presentes el gran parecido que tenía Anna y el pequeño, quedaron convencidos de que aquél niño en efecto era hijo de ellos.

Hannah escuchaba atento a lo que su… padre explicaba, de vez en rato miraba a la joven pelirosada, que al verla tan triste, sentía el impulso de ir y abrazarla. Pero, había algo que le impedía ir, no sólo eran los brazos de aquella mujer rubia sino más bien, un sentimiento… como si existiese un fuerte lazo entre los dos que no permitía que se separaran. El niño rubio notó eso y llamó a ese sentimiento, familiaridad.

La gran invisible conexión que existía entre la madre verdadera y el pequeño rubio hacia que este último se sintiera… agradablemente cómodo en los brazos de que no hace unos momentos era una total desconocida para él… a la que ahora debía llamarla madre…

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Una solitaria lágrima cayó en la laguna formando suaves ondas. Aquel recuerdo de Hannah llorando en los brazos de sus padres la entristecía. Tamao había notado con gran felicidad que el niño no la odiase que era lo que más temía, la ternura que había mostrado el pequeño para con ella le había conmovido, se sentía muy agradecida por ello…

-Aunque…- rompiendo el silencio dijo.- ya nada será igual.- habló y calló ya que más lágrimas acompañaban a la que había caído en el estanque. Lloraba en silencio, tanto de tristeza como de felicidad. Al fin dejaría de fingir, al fin podría mostrarle al pequeño niño rubio las sonrisas que había estado guardando desde hace años atrás, los abrazos que le hubiera gustado darles, ahora era tiempo de hacerlo…pero, tristeza ya que le preocupaba la reacción que tendría el niño con ella. Era cierto que no la odiaba pero nada decía que su carácter iba a cambiar con respecto a ella y era esa duda lo que angustiaba a Tamao.

-Dime qué haces a esta hora despierta, Tamao.- de la impresión la pelirosada casi pierde el equilibrio al estar tan cerca del estanque, una mano la tomó para evitar que cayera. La joven subió su mirada y encontró un par de ojos negros intensos.- jo…joven Horo Horo…- repentino sonrojo apareció en su rostro pálido.

El hombre peliazul la tomó suavemente hasta que la colocó en una posición segura.- Tamao, desde que Yoh nos relató… bueno eso, te he visto muy triste.- dijo el ainu, que todavía sostenía la mano de Tamao con la suya.

-Joven Horo Horo… agradesco su preocupación por mí pero, yo ya estaba preparada para esto.- dijo la pelirosada mirando su mano en la del peliazul.- Además, me siento más tranquila ahora que la verdad ha salido a relucir.- dijo esto mientras apartaba delicadamente su mano.

-Me alegro de oír eso…-dijo el ainu con una sonrisa dulce, Tamao esquivó la mirada con un sonrojo en su rostro.- Sabes una cosa...- habló atrayendo la atención de la joven.- no sólo me alegro de eso. Me alegro también que no estés casada ni con hijos ni pretendientes, querida Tamao…- al decir esto último, la pelirosada abrió sus ojos, el sonrojo se intensificó aún más y sin pensarlo dos veces se dio media vuelta, ya que el joven alto peliazul le mostraba una encantadora sonrisa, tan seductora que le era penosa a Tamao.

-Discúlpeme, joven… pero debo irme…-dijo la joven de ojos rosas mientras daba torpes pasos en dirección hacia la casa.

-Tamao!.-llamó Horo Horo. La chica volteó, el sonrojo había disminuido un poco pero todavía estaba presente.- Discúlpame a mí mi rudeza, talvez no sea adecuado ni sea el momento apropiado pero… aún no me das una respuesta a lo que te propuse esa vez.- dijo el joven dándole la espalda a Tamao.

Una brisa movió las ropas de ambas personas que estaban estáticas en el patio de la pensión Asakura, una esperando una respuesta, la otra con la mente en blanco y sin nada que decir. Tamao era esa última, realmente se había olvidado lo que ese joven apuesto peliazul le había preguntado hace un año…aquella pregunta que la dejó sin habla, que la congeló por dentro y por fuera. Una pregunta sumamente importante que no supo responder…

El shaman de hielo se volteó al no sentir más la presencia de Tamao con él, había escapado de nuevo se dijo. Aquella mujer desde hace un buen tiempo lo había hipnotizado, cuya belleza antes de niña cautivó su ser y lo llenó de sensaciones placenteras. Una joven que huía de su vista, que parecía odiarlo aunque él mismo sabía que no era verdad, sólo es timidez se repitió… sólo es eso.

Una sombra observaba desde una ventana lo sucedido entre la joven pelirosa y el ainu. Ren Tao miraba con aparente interés la escena… no le gustaba eso se podía notar. No le gustaba la galantería que mostraba su amigo hacia esa mujer. Pudo ver que algo se le preguntaba a la pelirosa y por la expresión de su rostro, no fue nada agradable. Bueno, ya tendría tiempo o interés en averiguar lo que le había dicho…

-Aunque no es mi problema.- susurró para sí el joven de cabellos violáceos mientras cerraba las cortinas y volvía al futón que lo esperaba en el suelo. Recostado, no podía conciliar el sueño, muchos pensamientos rondaban su cabeza. Tenía varias cosas en qué pensar? No… para nada, era su propia vehemencia que no lo dejaba en paz.

Por un momento pensó en la pelirosada, en su sonrisa, en su llanto, su sonrojo, su asombro, pensó en las múltiples emociones que había visto en ella ese día. Y todo por cumplir con ese sujeto.- pensó Tao. Que sabía muy bien los sentimientos de Tamao hacia el trigueño de despreocupada sonrisa.

Le causaba desagrado lo "fiel" que podía ser esa mujer hacia él.- Estúpido.- pensóbien… le fastidiaba la actitud de la pelirosada tenía hacia ese hombre, había notado los sonrojos que le provocaban con el sólo mirarlo…

Hubiera matado a quien sea con tal de que esas miradas nerviosas y aquellos repentinos cambios de color de su piel, fueran dirigidos a él.

Repentino calor seguido por un leve gruñido que escapó de sus garganta, indicaba que el gran Ren Tao se encontraba sonrojado, más aún comprobó con dificultad que lo que sentía en ese momento eran celos…

Río por lo bajo. Su rostro indiferente pero la sonrisa irónica, común en él se hacia presente.- Celoso… yo?- pensó con gracia… jamás se había imaginado llamarse una persona celosa. Esta bien… a veces mostraba celos hacia su hermana y los hombres que la rodeaban pero, esto era algo totalmente diferente.- Creo que será mejor olvidar… olvidar …- Se decía mientras que el sueño le vencía. Pronto el apuesto joven de cabellos violáceos se quedó dormido pero ni el sueño profundo quitaba de su rostro aquel sonrojo que había sido provocado pro una visión antes de perder el conocimiento. Una joven pelirosada llorando abrazada a un infante, una sonrisa tierna adornaba el rostro de la joven, las lágrimas caían suavemente por sus pálidas mejillas, mechones rosas caían de su frente mientras que otros se mezclaban con los rubios del niño… esa imagen había conmovido notablemente el corazón de un legendario guerrero chino….

Fin Cap 3

Muchas graciassss a todos los que hayan leido mi historia y me hayan dejado review, a los que no tmbbb muchas gracias jejeje.

Con respecto a las edades, no hay confusíon, se supone que en en manga Hannah tiene 6 años de edad cuando vienen Yoh y Anna, pero lo hice más joven xq me pareció que ver a un Hannah de 3 años de edad junto con una juvenil Tamao de 17 me pareció un poco tierna. Además tmb viene el cambio de edades en los personajes, todo lo hice para que el amor que pienso crear entre Ren y Tamao paresca un amor de jovenes adolescentes... noc pero me pareció divertida la idea. Buenoo esa es mi ideaaa, solo la digo para aclarar jejeje chaufisss XD