ԐAl futuro lo que vengaЗ
Zöe teclea calmadamente mientras yo acomodo los libreros, aún tiene la mala costumbre de agarrar los libros y no devolverlos a su lugar, la oigo suspirar un par de veces, remover los documentos y luego volver la atención a la pantalla. Yo hago mis tareas en silencio, después de terminar tengo mi charla semanal con ella. Solo por rutina, creo que también me he acostumbrado a esto, debido a que mamá no siempre está en casa y cuando está prefiero dejarla descansar, necesito hablar con alguien y aclarar mis dudas existenciales de adolescente.
—Bien. —la escucho tronarse los dedos y después dejarse caer en el escritorio. —Levi, ven a sentarte.
Termino de ordenar los últimos libros y voy frente a ella en el escritorio.
—¿Terminaste? —pregunto.
—Algo así. ¿Recuerdas a la señora Lenz?
Indago en mi memoria, han pasado tantas cosas que en realidad sería un milagro que recuerde el nombre solo por escucharlo.
—Una paciente con síndrome de Capgras.
—Me suena. —suelto.
—La daremos de alta dentro de una semana, será experimental, a ver cómo logra sobrevivir a la vida fuera del hospital. —comenta.
—Suerte con ello.
—¿De verdad piensas dedicarte a esto? —su pregunta es sería, puntúa sobre el escritorio. —Pacientes, enfermedades, trastornos, medicamento, todo lo que conlleva la psiquiatría.
Pienso un poco antes de responder. En realidad, elegí estudiar medicina solo por tenerla a ella como ejemplo a seguir, no tenía muchas aspiraciones si soy sincero, algo como una meta, jamás lo había pensado de manera amable. Luego pensé que quizás sería de ayuda a Eren si elegía ese camino, aún estaba decidiendo en favor de alguien más, claro, pero al menos tenía una meta en mente. Sé que no será un camino fácil pero tampoco creo que sea imposible de sobrevivir.
—Si. —termino por responder. —¿Por qué?
—Solo quería preguntártelo. Sé que es una pregunta que se hace antes de los exámenes de admisión, pero quería hacértela por si necesitabas escucharla.
—Está bien, gracias por eso.
Me sonríe, aún parece algo distraída y fuera de este mundo, como siempre. El único adulto en el que alguna vez confíe de verdad. Quizás ese aspecto de científica loca me dijo que estaba bien ser sincero al hablar con ella de mis preocupaciones. Mi mamá es un tema aparte...
—¿Qué tal van las cosas con Eren? —pregunta mientras entrelaza sus dedos sobre la mesa.
—Bien, supongo. Aunque luego de la temporada del TOC se ha vuelto un poco demandante.
—Lo imagino. —carraspea. —Sé que puedo ser repetitiva con respecto al tema. Pero créeme que lo hago por una buena causa.
—¿Sobre qué?
—Él me cuenta muchas cosas sobre ustedes, en realidad me ha contado cada una de las facetas que ha tenido que sobrevivir para llegar a este punto y he tenido que guiarlo para que las cosas sean calmadas, regulares y pacíficas. Así que...
Ah, ya sé a dónde está yendo y debo admitir que no me gusta nada ese rumbo, de verdad es muy incómodo. Jamás he visto a Eren de esa manera, siento que estaría cometiendo un crimen.
—Admito que le he dado algunas vueltas al tema cuando me lo comenta, no quiero que haga sus propias investigaciones porque digamos que internet no es el mejor lugar para buscar ese tipo de temas y los libros pueden ser aburridamente técnicos.
—Juro que no he hecho nada, de verdad, he tenido cuidado. —mi voz suena bastante lastimosa.
—Lo sé. —su mirada se suaviza. —Pero eso no evita que él tenga reacciones biológicas. Sucedió también cuando empezó a darse cuenta que pasaba algo raro cuando empezaba a descubrir que eras algo más que solo su acompañante o un amigo. Tuve que canalizarlo porque estaba muy ansioso, así que nos reducimos a solo reacciones biológicas que él conociera, como el ritmo cardíaco, el aumento de temperatura corporal, el nerviosismo, temblores e incoherencia en sus pensamientos, así pudimos llegar a algo parecido a una conclusión, cuando logro definir que se sentía atraído a ti, quiso basarse en las novelas como una referencia.
Puedo imaginármelo, de allí las tantas cosas que hizo en aquel momento, los motes o los acercamientos poco sutiles. Tiene sentido, él puede ser alguien influenciable sin la orientación correcta.
—Ahora, ha descubierto algo nuevo. —dice. —Y lo entiendo, son adolescentes después de todo y, a decir verdad, ni yo ni Carla habíamos tocado temas sobre sexualidad antes porque teníamos más urgencia en abarcar temas sociales e individuales, adaptación y esas cosas. Las cosas han pasado muy rápido y hay muchas cosas que se deben tomar en cuenta. Desde amigos, escuela, pareja... Todo fue en prácticamente unos meses.
—Lo siento.
Alza su mano para decir que no tengo que pedir disculpas realmente.
—Es normal, es completamente normal en esta edad, quieren consumir todo el mundo de un solo bocado y él no es la excepción. Por eso quería que fueran despacio.
No sé qué decir, tiene razón después de todo, todo ocurrió en solo unos meses. Nosotros apenas iniciamos a salir desde hace como mes y medio, casi.
—Yo...
—No estoy regañándote, más bien, explicándote la situación. Porque cuando llegue el día, prefiero que las cosas sean claras y cómodas para ambos.
El solo mencionarlo, hace que me llegue un golpe de calor desde el cuello hasta las orejas. De verdad, jamás he pensado en nada de eso, ni siquiera cuando los demás chicos del salón llevaron revistas para adultos a la escuela en segundo año. Admito que tenía otras preocupaciones en ese momento e incluso ahora.
—¿Él piensa realmente en eso? —pregunto abochornado.
—No lo sabe, pero está seguro de que le gusta cuando lo tocas directamente al mismo tiempo que lo besas. —suspira. —No está mal, pero si lo estimulas demasiado, puedes tener una escena incómoda y por cómo estás ahora, no creo que quieras presenciarlo.
No, claro que no. Pensarlo es demasiado para mí.
—¿Qué debería hacer, entonces?
—Quizás tener citas, salir a algún lugar, ir con amigos, puede ser un buen distractor, no limita sus actividades de pareja y tampoco les da tanta privacidad.
—Ok.
—¿Qué piensas de todo esto? —pregunta.
—Es demasiado. —respondo sinceramente. —Nunca he pensado en ello, me siento más dedicado a sobreprotegerlo, me gusta y también me gusta... besarlo, pero de eso a lo demás, siento que es algo a lo que no estoy listo.
Asiente mientras sonríe.
—Está bien. Dejaré de incomodarte por ahora, solo quería comentarte esto, considero que es importante. ¿Hay algo más de lo que debamos hablar?
°Deseos de cosas imposibles°
Mikasa, Isabel y Yura están en la cocina, toda la casa, desde el pasillo de entrada, huele a mantequilla y caramelo. Las tres están riéndose y cotilleando sobre alguna cosa que no comprendo ni siquiera al estar tan cerca de ellas.
—Llegaste. —Mika asoma la cabeza desde la cocina. —Eren llamo a la casa preguntando por ti.
—¿Quería algo? —dejo mi mochila en la sala.
—Solo hablar, al parecer su mamá le ha dejado usar su teléfono celular y lo primero que quiso hacer fue hablarte.
—¿Dejo el número?
Ella niega, luego vuelve a la cocina.
Supongo que lo que sea que quería decir tendrá que esperar a mañana.
Gracias por leer.
Parlev.
