ԐPeticiónЗ

Aun cuando le insisto a Eren que debería irse de vacaciones con su mamá, él insiste en quedarse conmigo, viene todos los días, todo el día. Me hace sentir un poco culpable, porque, a decir verdad, fue algo bastante infantil ahora que lo pienso seriamente y no es nada justo, me hace sentir bastante mal.

Incluso se lo hago saber a la señora Carla, que debe llevarlo de vacaciones, pero ella dice que también lo ha intentado convencer sin mucho éxito. Pero que no hay problema, después de todo...

—Él solo tiene ojos para ti en estos momentos. —dijo con una sonrisa amable.

No hace que las cosas sean más fáciles luego de decir eso. Me hace sentirme peor.

Al parecer el decaimiento que tuve está llegando a su fin, aún hay momentos dónde siento que todo es algún truco o mal momento, pero luego hay cosas como esos comentarios, que me hace sentirme la peor persona del mundo. ¿Cómo es que soy capaz de pensar algo malo de Eren siquiera?

Mi mente da vuelcos bastante agresivos luego de ello. Tal vez tener demasiado tiempo libre me afecta de sobre manera, es alguna señal divina de que yo siempre tengo que mantener mi mente ocupada para no estar cayendo en la desesperación.

Mikasa cree que la adolescencia me llegó un poco tarde y que yo soy demasiado imbécil para sobrellevarlo.

Así que la única forma de ser una mejor persona es traer de vuelta mi anterior yo, comportarme mejor y consentir a Eren todo lo más que pueda. Cómo una forma de pagar mi mal comportamiento y malos pensamientos con respecto a él. Debo lucir patético mientras pienso en ello.

Así que un día le pregunto qué es lo que quiere hacer o si desea que haga algo por él.

—¿Lo que sea? —pregunta ligeramente sorprendido.

Pienso en ello, dejar las cosas tan ambiguas puede darse a malinterpretaciones y, a decir verdad, no estamos como para ello.

—Lo que sea mientras pueda hacerlo. —aclaro. —Algo humanamente posible.

—Quiero quedarme a dormir contigo. —ni siquiera deja que termine de hablar como Dios manda cuando grita su respuesta.

—No. —respondo tajante.

—Dijiste que lo que sea, mientras sea humanamente posible y eso lo es. Quiero quedarme a dormir contigo. —repela.

—No, piénsalo mejor. —repito.

Uno, no puedo permitirlo. Dos, tiene una rutina de sueño que debe seguir y no quiero ser yo quien el quite de Enmedio. Tres, mi cama es pequeña y no hay tanto espacio como para poner una colchoneta en el piso. Cuatro, ¿Qué va a pensar su madre al respecto?

Suspira, tomando en serio la orden de pensarlo mejor. Vuelve su atención al rompecabezas en tercera dimensión de una nave espacial que estamos armando. Se concentra en ello, como si fuera lo más interesante del mundo. Que por este momento claro que lo es.

Mikasa llega a eso de las seis de la tarde. Aún tiene el empleo en la cafetería, parece ser que por temporada de vacaciones puede ir todos los días a trabajar, le pagan más y no pasa mucho tiempo en casa. Lo que le va bien porque de ese modo pasa tiempo con Yura que también trabaja allí. Es interesante ver cómo va evolucionando lo de ellas y me hace preguntarme si llegue a lucir igual de patético que mi hermana. Está en mi deber como hermano mayor burlarme de ella por eso.

—Ya lo pensé mejor y aún quiero quedarme a dormir contigo. —suelta Eren cuando estoy demasiado metido en el rompecabezas.

—He dicho que no. ¿No te molestará? Es decir ¿Tu cama? La rutina en mi casa no es la misma. —explico.

—No importa. —sonríe apretando los labios e inflando las mejillas. —Si estás tú todo estará bien.

La frase de su madre vuelve a mi cabeza, haciendo el momento un poco bochornoso. Jamás debí tener ese colapso mental de hace dos semanas. Ahora pago las consecuencias y no son nada amables.

—No será tan cómodo. —digo tratando de desanimarlo. —Además de que mi cama es pequeña.

Al contrario de lo que yo espero, Eren se gira a verme ligeramente emocionado.

—Podemos dormir abrazados. —mueve la cabeza al ritmo de una canción que nadie más que él mismo puede escuchar.

Y eso es lo que más me preocupa.

La vez que yo me quedé en su casa, cada quien tenía si propio espacio, sin embargo, aquí, será otra historia. Una muy distinta, mi habitación es pequeña, en realidad todo aquí es más reducido. Mientras que su casa es de casi tres pisos, con habitaciones amplias y pasillos largos. Yo no tengo tantas cosas siquiera.

Cuando su mamá viene por él, inmediatamente le cuenta las nuevas. Aún tengo confianza en que ella se lo prohíba o lo haga entrar en razón. Pero...

—¿Estás seguro de eso? —pregunta mientras Eren no deja de dar pequeños brincos sobre la punta de sus pies. —Debes pensar que las condiciones no son las mismas.

—Lo sé, he estado antes en su habitación y no me incómoda. Además, será divertido. Podremos hacer otra pijamada, pero en su casa y a mí me gustó mucho eso.

Su madre suspira.

—Bueno, sí a Levi y a Kushel les parece bien, no tengo problema. —termina por decir, llevándose mi esperanza por delante.

—A Levi le parece bien. —salta el chico.

Claro, a Levi no le parece del todo bien pero como fue su idea esa de pagar su deuda, no puede quejarse a voz alta. Levi debería darse por enterado de que su opinión en ciertas ocasiones no es precisamente deseada y aprender de ello.

Desgraciadamente no puedo confiar en mi madre, fácilmente influenciable y se deja llevar por la cara de cachorro del chico. Así que cuando Eren se lo comenta ella no tiene mucho que decir.

—Está bien, sí nadie tiene problema yo tampoco. Solo no duerman muy tarde, es lo único que les pido.

—Yo me duermo temprano. —puntúa Eren como un dato curioso que ya todos sabíamos.

Después de eso me toca preparar todo lo que se supone que debe llevar una pijamada, trato de hacer más espacio en mi habitación, le pido opinión a mi hermana y ella solo dice que no haga cosas indebidas allí porque las paredes son muy delgadas. Tengo que golpearla en el hombro para que cierre la boca sobre eso, pero ella solo se ríe mientras me ayuda.

—Si te da algo de paz puedo invitar a Yura a quedarse también. —dice.

—A comparación de Eren que tiene el sentido de la vergüenza atrofiado, no creo que Yura se lo tome tan calmadamente.

Hay que recordar que fue mi hermana quien se le fue encima a la primera de oportunidad. De ser el caso, es ella a quien no se le debe tener confianza en esos casos.

Gracias por leer.
Parlev.