Disclaimer Rowling es la dueña; yo, tomo prestado su mundo.
Tras el partido
La criatura que tenía en el pecho rugió en triunfo, y él bajó el rostro, sonrió a Ginny y, sin decir una palabra, señaló el agujero del retrato. Necesitaba un largo paseo por los terrenos, durante el cual (si tenían tiempo) podrían comentar el partido.
Pasaron a través del retrato de la Dama Gorda.
Harry no sabe qué decirle exactamente a Ginny, necesita decirle que la quiere, necesita hablar de... Pero cuando parece que, sí, que ya está que va a empezar a hablar, Ginny le pone superfecto dedo índice sobre los labios, sonríe y murmura -lo sé, yo también, siempre.-, y comienza a besarlo, primero despacito, luego, con más apremio, saboreando, pasando su lengua sobre los labios de Harry, y él, es entonces cuando asimila lo que ha sucedido apenas hace un minuto en la sala común, y, abre su boca, separando un poco los labios para dejar que su lengua se encuentra con la de Ginny, y juegue con ella.
Harry la toma de la cintura con una mano, tocando suavemente con la otra, la cara, el pelo..., increíblemente feliz por el hecho de que ahora es ella quien lo besa a él. Consciente de que el segundo beso de su vida le ha llevado a lo que los muggles llaman magia, a la eternidad; un instante, sólo un momento; pero lo suficiente, para saber que ya, sin más, su vida ha merecido la pena.
Se paran un momentito para tomar aire, para sonreírse, para que Harry luego de apoyar a Ginny con suavidad contra la pared, empiece de nuevo a recorrer con pequeños besos loslabios de Ginny, rojizos y enormemente apetecibles, para ir bajando un poco hacia el comienzo del cuello, donde se divisan algunas pequitas, que no tarda en besar, en marcar, arrancándole así un sordo gemido a Ginny, mientras él ahora piensa que todo eso no es, sino uno de los sueños que constantemente le asedian de noche, ahora que es libre de las pesadillas de Voldemort.
-¡Pero bueno! –una voz de mujer que se oye amortiguada, como si la dueña estuviera siendo aplastada- ¡Os parecerá bonito despertarme!
Los chicos separan un momento sus rostros, con extrañeza, Ginny frunciendo levemente la naricilla, en un gesto que Harry encuentra precioso y automáticamente guarda en su memoria, y ambos, sorprendidos, se apartan de la pared, donde -vaya- está el lienzo de la Dama Gorda que, somnolienta, les comienza a gritar que se vayan, que no la molesten -largo, largo de aquí.- Y ellos, al ver la cara de enfado de la Dama Gorda, susurran una disculpa y bajan corriendo de la Torre de Gryffindor.
-Vaya –sonríe Ginny ya, en terreno libre de miradas ajenas- ni nos fijamos, pobre mujer.
-Ya bueno –sonríe Harry- total, por alguien más que se entere...-y toma la cara de Ginny y sigue con un beso, su mejilla y sus labios- ¿Te das cuenta, Ginny? -murmura, de repente, como si hubiera descubierto algo muy insólito.
-¿De? – apenas dice ella, extrañada, pero besándolo de nuevo.
-Ahora – sonríe - todos van a pensar que –levanta la mirada hacia sus ojos- nos estamos besando, en un aula apartada del castillo–y la besa de nuevo, más lengua, más ardor- justo en este instante.
Y ella le mira a los ojos, verdes, preciosos que ahora tienen un brillo mágico, que la propagan, que siempre le han propagado, miles de pequeñas descargas en su cuerpo ylo besa, chocando sus labios con los de él como en una coreografía perfecta, intensifica así,aún más, si eso es posible las sensaciones que le hacen tener pequeños escalofríos de placer -Qué locura – sonríe Ginny –cómo podrán creer algo así.
-Y, -sigue hablando él- pensarán, -deposita otro beso- que somos novios.
-Vaya, no lo había pensado... supongo que no deberíamos defraudarlos ¿verdad?
-Sí, no creo que debamos...
(fin)
