Hola… antes que nada, una disculpa enorme con todos los que leen este fic… me costó bastante el capi, no solo escribirlo, sino idearlo… el trabajo me ha dejado muy poco tiempo para dedicarlo a mis fics, por lo que paso a pasito ando escribiendo…
Quiero dejar claro que pese al tiempo que trascurra, tengo la intención de terminar todos y cada uno de los fics que comencé… tal vez ya no actualice tan seguido como antes, pero tengan la certeza de que actualizaré siempre que pueda.
A ver… ah si, con este capi ya coloqué todas las piezas de mi juego… ahora vendría el nudo me parece, quiero dejar constar que este capi contiene lemon, pero la verdad nada explicito… jejeje… parece que estoy perdiendo practica jejeje… pero bueno, a pesar de todo por lo menos a mi me gusta, ojala les guste también.
Bueno, ahora si… después de mi examen, y de un descanso que se me hace necesario… o sea me dormiré temprano jajajaja… me dedicaré a escribir la conti de La Manada, que es otra de mis tareas pendientes… confío que ese me será más fácil jajajaja… snif, snif, o por lo menos esa es mi esperanza…
Ya basta de divagar… les mando un fuerte abrazo y muchos besos.
Capítulo 5º: El Ritual
Al esquivar nuevamente el ataque, no pudo negar que fue mala idea ir en búsqueda de refuerzos, pero la verdad era que debía informarles a los otros generales de lo que había acontecido… detuvo como pudo el ataque de Baian, general del Pacífico Norte… cuando un golpe seco propinado por Krishna le hizo casi perder el equilibrio, fue que se cansó de aquello… encendió su cosmos y…
¡BASTA! – la voz de Sorrento detuvo toda la situación, e inmediatamente se pudo sentir extrañas presencias que ninguno de ellos conocían…
¿Sorrento, qué hacen ellos aquí? – Kanon fue quien pregunto, una vez que se puso de pie…
¡Parece que los generales marinas son todo, menos civilizados! – la voz de una mujer se hizo escuchar, Sorrento hizo una sutil reverencia y ofreció su mano a quien había hablado…
¡Perdónelos, señorita Hilda… en ocasiones olvidan sus modales! – el músico miró a sus compañeros, le dirigió después una mirada confusa a Kanon, no le costó entender quien faltaba, pues no sentía el cosmos de Poseidón en todo el santuario marino - ¿Dónde se encuentra Kanon?
¡Hiperión lo llevó junto a Hades! – respondió el peli azul, él conocía a Hilda, y su presencia le intrigaba, más aún sintiendo que había otros guerreros acompañándola - ¿Qué hacen ellos aquí? - los generales miraron confusos, aunque su duda se despejó cuando los dioses guerreros Asgard se dejaban ver completamente.
¡Ellos nos apoyaran en esta guerra, los busqué por orden de Poseidón! – habló el peli lila, luego mirando a sus invitados acotó - ¡Mi señor me dijo que los trajera aquí, también por su seguridad… aunque ahora que él no se encuentra, lo mejor es que los lleve junto a Atenea! - la joven asintió, y dirigiéndole una mirada a sus guerreros acotó…
¡Siegfried, Alberich y Mime, ustedes ayudarán a Sorrento en lo que necesite! – la joven observó a los jóvenes, estos asintieron…
¡Gracias señorita… Isaac, acompaña a nuestros huéspedes al santuario de Atenea! – soltó el peli lila… - ¡Kanon, vamos al inframundo!
El peli azul asintió, miró de reojo a sus compañeros generales y luego a los dioses guerreros que los acompañarían… sentía cierta rabia por la situación, era más que evidente que sus compañeros de armas aún no le perdonaban su traición… lo peor del caso era la angustia que lo embargaba, no solo por Julián… sino también por Saga… sentía en lo profundo de su cosmos, que su hermano estaba en peligro… una vez que dejara a Sorrento en compañía del emperador, él buscaría a su hermano…
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Despertó de un sobresalto, su respiración era agitada… colocó su mano en su frente, intentó recordar que fue aquello que había soñado, pero por más que lo intentaba no podía recordarlo, sin embargo, estaba casi seguro de que en sus sueños había visto a Saga, pero podía ver dónde y en qué situación estaba… suspiró resignado al hecho de que no lo recordaría con absoluta exactitud.
Tomó una bata y se la colocó, en el inframundo hacía tanto frío… salió del cuarto y caminó por los pasillos intentado serenar su mente, la verdad le ponía un poco nervioso el ritual, pero era necesario romper ese vínculo, por la propia seguridad de la humanidad y la de Hades… llegó al salón del trono y fue directo hacia el muro tras el cual se hallaba los Campos Elíseos. Se quedó mirando fijamente el muro, cuando una voz familiar lo sacó de su ensoñación…
¡Puedes entrar, lo sabes… su poder te rodea, solo debes tocarlo y estarás ahí! – Pandora se acercó más el peli verde, cuando estuvo a su lado - ¡Realmente deseas esto… él no desea dejarte ir!
¡Pandora… este lazo es un verdadero peligro para él! – susurró Shun.
¡Pero lo prefiere, de esa manera puede protegerte… cuando se rompa el lazo, serás una presa fácil para los enemigos! – la peli oscura se colocaba frente al menor y le tomaba delicadamente del mentón.
¡Soy un mortal… si yo muero… me lo llevaría conmigo! – el menor sonó derrotado, casi podría decirse que cansado.
¡El es un dios…! – comenzó a decir la mujer…
¡Pero yo lo condeno a la mortalidad… si él deja de existir se perderá el equilibrio…! – Shun tomó las manos de la peli oscura y mirándole a los ojos acotó - ¡Él estará mejor sin mí… y yo… yo también lo estaré!
La joven soltó el agarre del peli verde y se marcho, había un aire triste en su mirada, Shun suspiró sonoramente, una vez que el lazo se rompa, él ya no sería nada en el averno. Volvió lentamente sobre sus pasos, debía descansar… antes de entrar a su cuarto se encontró con Hiperión justo en la entrada, este parecía estarle esperando, al verlo sonrió…
¡Dejé unas túnicas en tu cuarto… debes llevarlas puestas durante el ritual… por cierto, será al anochecer ya lo sabes… hasta entonces, él no desea cruzarse contigo! – dicho esto el peli rojo se marcho… Shun lo miró sorprendido, aquellas palabras sonaron tan frías, tomó un poco más de aire… debía ser así, pues una vez que todo aquello acabe, el sería simplemente el caballero de Andrómeda, un simple caballero de bronce… y él, él sería el Dios Hades, un ser totalmente inalcanzable.
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Despertar en dónde estaba no le había puesto de muy buen humor, miró con disgusto la habitación, se puso de pie y caminó hacia la puerta, cuando estaba a punto de abrirla, alguien se le adelanto.
¿Dónde pensabas ir? – Hades estaba justo ahí, frente a sus ojos… a pesar de que en ese momento su conciencia era la de un mortal, no pudo evitar mirarlo con desaprobación… - ¡Será mejor que cambies esa expresión… era venir conmigo o ir con Zeus!
El empresario desvió la mirada hacia otra parte, no sabía que decir… no estaba en posición de reclamarle nada a un dios, ya que a pesar de ser la reencarnación de uno, en presencia de Hades, se sentía como un niño que fue mandado a la cama, debido a las altas horas de la noche.
¡Debes entender que es peligroso… Khaos ya intentó llevarte con él… y como la reencarnación de nuestro hermano, nos preocupa que puedan hacerte daño! – Hades terminó de ingresar al cuarto y cerró la puerta tras él, el peli azul no dijo nada, simplemente se quedó parado ahí, aún fijando su mirada hacia nada en particular - ¡Bien, si no quieres mirarme… sin embargo, deberás responder a una pregunta que me anda rondando la cabeza! – Julián se cansó de estar parado en la misma posición por lo que se dirigió hacia el lecho, aunque se paró del lado contrario del de Hades.
¿Y qué…? – murmuró el peli azul dirigiéndole su mirada a la del peli oscuro…
¿Qué hiciste para convencer a Océano? – la pregunta de Hades dejó pálido al más joven que instintivamente retrocedió, algo en el semblante del peli oscuro le asustó…
¡Es asunto mío! – dijo lo más firme que pudo el empresario, aunque rápido se arrepintió de ello… en un ágil movimiento ya estaba sobre el lecho, inmovilizado por Hades, que lo miraba disgustado.
¡Ni Zeus ni yo estamos conformes, pequeño Julián… no quiero que involucres a Poseidón con ese titán…! – comenzó a decir el dios, más sus palabras fueron cortadas al rato por…
¡No permito que me trates como un niño Hades! – era sin duda la voz del emperador de los mares la que se dejaba escuchar de los labios de Julián - ¡Suéltame… que yo no me ando metiendo en tu cama ni en la de Zeus!
¡Estamos hablando de un titán en extremo poderoso… que ya fue capaz de hacerte daño en el pasado! – Hades sonó firme, aunque liberó de su agarre a su hermano…
¡Se cuidarme Hades, además… Océano no lastimaría este cuerpo… ni a mí! – Poseidón se sentó, miró fríamente al rey del inframundo antes de acotar - ¡A pesar de todo, yo confío en él!
¡Hablas de confianza cuando temías encontrarte con él! – las palabras del peli oscuro sonaron tranquilas, aunque no por eso dejaban de inspirar autoridad…
¡Tú confías en Hiperión… yo en Océano, además no le temía… simplemente no quería que me viera de esta manera tan frágil… él fue mi maestro en el pasado… y aunque nos abandonó en aquella guerra, todos estos milenios ha protegido a mi sangre… es algo que yo agradezco! – el joven dios de los mares suspiró, quizás sólo a Hades no podría engañarle, aunque lo iba a intentar - ¡Soy un guerrero sabré cuidarme… y Océano ha prometido ayudarnos… es lo único que debe importarnos ahora… es por eso que exijo que permitas a Julián ir a mis dominios para preparar todo…!
¡Olvídalo Poseidón… te quedarás aquí… y si intentas huir te llevaré a Elíseos y le pediré a Hipnos que te duerma hasta que todo acabe! – Hades sonrió ante la expresión de asombro del joven, acarició sus mejillas y sin más se marchó…
"¿No podré irme entonces?"… ¡No, es mejor no tentar a Hades… siento que su alma está intranquila, así que mejor permanece aquí… solo un poco más!... "¿Qué hay de Océano?"… ¡El no se acercará mientras la presencia de Hades sea tan fuerte, no es tonto… además nunca fue del agrado de Zeus, aunque Hades no tiene nada en su contra!... "¡Necesito que me digas qué relación tuviste con él y que tiene que ver Khaos en todo esto!"… ¡Océano fue mi maestro… y amante… pero él se marchó justo antes de la batalla con los titanes que servían a mi padre… de Khaos no quiero hablar aún… solo mantente alejado de él, prometo mostrarte todo cuando este más fuerte!... "¡Necesito tener conciencia sobre tu poder!"… ¡Descuida… pídele a Océano que te ayude… él sabrá despertar el cosmos en ti, ahora debo dormir… presiento que con el alba llegaran mis generales!... Julián se quedó mirando su reflejo en un espejo, también él intentaría descansar, lo único bueno de todo esto era que estaría con Shun, pues según recordaba, este estaría justo ahí, donde estaba él…
Parecía que simplemente no podría dormir, por lo que se dispuso a tranquilizar su espíritu a través de la meditación, no podía dar crédito a la perturbación que crecía en su interior, pero era así, por más que intentaba apartar de su mente aquella idea, esta volvía… "¿Cuál es la prueba que debe pasar para librarse de Hades?"… de nuevo esa duda… suspiró sonoramente al imaginarse a él, queriendo interrumpir aquel ritual, y a los tres jueces impidiéndoselo.
¿Por qué tengo tan mal presentimiento al respecto? – murmuró el rubio abriendo los ojos.
¡Quizás por que es Hades! – Ikki había tenido el mismo problema que el rubio… no podía dormir, así que decidió salir a dar una vuelta, sintió el cosmos perturbado del caballero dorado así que entró sin ser notado…
¡Ikki… agradecería si tocaras antes de entrar! – el rubio se puso de pie, y miró al hermano de su discípulo…
¡Olvida eso… ¿Qué crees que este tramando ese tipo?... ¡Quiero llevarme a Shun, me da mala espina esto! – el peli azul se recostó por una de las paredes - ¡Si es un Dios, simplemente debe desear que el dichoso lazo se rompa… ¿por qué un ritual?… me parece estúpido!
¡Pienso igual… esto es extraño… además, no se… él no parece tener la intensión de simplemente dejar ir a tu hermano! – Shaka volvió a sentirse preocupado… una parte de él deseaba hacer lo que decía Ikki, llevarse a Shun lejos de Hades, eso era una tentadora propuesta… - ¿Pero que hay del lazo…?... ¡Shun debe romper esa conexión ya… para ser libre de una vez por todas!
¡Vaya, pareces hasta más interesado que yo…! – Ikki miró de soslayo al rubio antes de mencionar - ¡Uno más de quien tendré que cuidarlo!
¿Qué… qué quieres decir? – Shaka miró directo al fénix…
¡No tengo por que explicarme… debes saber a qué me refiero! – el peli azul se dirigió a la salida… - ¡Aunque entre tú y Hades… supongo que te prefiero a ti! – Aquellas palabras dibujaron un asomo de sonrisa en el rubio, que se borró luego de escuchar el segundo comentario del guerrero - ¡Aunque la verdad no quiero que nadie se le acerque, sin importar quien, así que ni lo intentes o te las veras conmigo!
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Ikki cerró la puerta tras de sí, y se dirigió hacia la habitación que le habían dado a su hermano, grande fue su sorpresa al encontrarse con este justo frente a las puertas en el pasillo…
¡Parece que nadie puede dormir hoy! – el peli azul se acercó a su hermano y lo envolvió en sus brazos, antes de susurrarle al oído… - ¡Lo mataré si intenta algo… no me importa quien sea, acabaré con su existencia!
¡Ikki…! – Shun aceptó la muestra de afecto de su hermano, se cobijó en los brazos del mayor, mientras sonreía ante aquellas palabras. No quería creer que las cumpliera, aunque sabía que lo haría, después de todo, era su hermano.
¿Tienes idea de qué pretende? – el peli azul susurró al oído del peli verde… sintió la presencia de alguien más acercándose, levantó la mirada para encontrarse con la de ese titán que definitivamente le caía mal… este pereció simplemente analizar la situación, sonrió con malicia antes de volver por su camino.
Shun también sintió aquella presencia, no quiso decir nada, aunque la verdad, se preguntó que traía de regreso al pelirrojo, sin embargo decidió no pensar ni en la pregunta de su hermano, ni por el regreso del titán. Se sentía seguro entre los brazos de su hermano, no temía a Hades, sabía que no le haría daño… o por lo menos eso quería creer, aunque vio que estaba disgustado… lo que fuera que tuviera que pasar, él lo aceptaría, aunque su corazón se desquebrajara por la separación…
¡Ikki, realmente no sé, pero lo que sea… tienes prohibido intervenir… es algo que tiene que pasar para liberarlo de mi! – susurró el menor…
¡Querrás decir… libertarte de él! – el moreno acarició el rostro de su hermano, besó su frente y lo escoltó hasta la habitación que él ocupaba… esa noche su hermano dormiría entre sus brazos, él velaría su sueño… y mataría a Hades si siquiera intentaba lastimarlo.
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¿Por qué inventaste esto del ritual, mi niño… solo debes desear liberarlo para que así sea? – un peli rojo hablaba sereno al que se encontraba meditabundo parado frente a un ventanal.
¡No necesito explicarte mis motivos! – Hades no apartó la vista de donde estaba, se sentía molesto… muy contrariado por la actitud de Shun, antes había reconsiderado lo que planeaba, aunque ahora estaba seguro de hacerlo… otra cuestión que le disgustaba era la reencarnación de su hermano… no entendía por qué simplemente no podía aceptar su voluntad - ¿Dónde está Océano?
¡No estoy seguro… creo que fue a investigar por su cuenta… sintió a Khaos y eso le preocupa! – Hiperión miró atentamente al dios… - ¿Por qué?
¡Me gustaría hablar con él… hay asuntos que me gustaría aclarar! – Hades por fin dejo su posición y se acercó al titán - ¡Dime una cosa Hiperión… ¿Por qué lo permitiste?!
El peli rojo sonrió, pudo notar en las jades del Dios del inframundo que estaba sumamente enfadado… sin embargo el aceptaría las consecuencias de sus actos, Hades le había ordenado primeramente convencer a Océano… no le dijo, cómo…
¡Fue su decisión… no la mía! – el peli rojo supo en el momento en que sintió la mano del dios en su cuello, que aquella respuesta no era la apropiada.
¡Te ordené que protegieras a Shun y a Poseidón… más bien a Julián…! – rugió el peli negro - ¡Él es mi hermano, estúpido!
¡No te queda el papel de hermano celoso Hades… no hubo otra opción, necesitamos a Océano… Khaos no es cualquier enemigo! – habló en su defensa Hiperión - ¡Tú sabes que si yo se lo pedía se negaría… el que haya venido de los labios de la reencarnación de su…!
¡Cállate! – Hades soltó su agarre y se alejó del peli rojo - ¡En el pasado, no le costó negársele… y abandonarlo!
¡Sabes que eso es más culpa de Zeus y tu padre, que suya… Océano ama tanto a Poseidón, como yo te amo a ti! - aquellas palabras parecían sobrar en el ambiente… una amarga sonrisa se dibujo en el mayor, antes de simplemente retirarse…
Llegaron frente al palacio de Giudecca después de un largo recorrido y de algunas interferencias, justo en las escaleras estaba el primer juez del inframundo, tenía una expresión burlona en su rostro al observar a quienes habían llegado. Se sorprendió un poco de ver ahí a los dioses guerreros, pero no lo demostró, les dio la espalda y entró al recinto, fue seguido por los recién llegados.
Caminaron por los largos pasillos y se detuvieron justo enfrente de unas puertas… Radamanthys abrió la puerta y les instó a entrar… miró con suma burla a Kanon, después de todo sabía por qué habían tenido que ir hasta allí…
¡Creo que su señor ya los está esperando… parece Kanon que como Marina dejas mucho que desear, no eres capaz de proteger a tu señor, tanto que el mío debe hacerlo! – el rubio soltó aquello con tanta saña que el peli azul casi le salta encima para golpearlo, pero Sorrento lo detiene y le lanza al juez una mirada de reproche…
¡Hasta donde recuerdo… tampoco pudiste hacer nada para proteger a tu señor en el pasado… así que mejor cállate! – el peli morado apretó su agarre sobre Kanon y entró al cuarto, seguido por los dioses guerreros.
Al cerrar la puerta pudieron notar al joven empresario parado frente a un ventanal… este volteó a mirar a quienes habían ingresado y sonrió al ver a sus generales y a los otros jóvenes…
¡Sorrento, me alegra verlos…! – la reencarnación del dios Poseidón fue al encuentro de su amigo, miró a su otro general, asintió al verlo, lo cual fue retribuido por el General del Atlántico Norte - ¡Ellos… ¿Quiénes son?!
¡Son dioses guerreros de Asgard, señor Julián… ellos fueron enviados por la señorita Hilda de Polaris, para ayudarnos! – Sorrento respondió al momento, y mirando a los guerreros - ¡Ellos son Siegfried de Duhbe Alfa, Alberich de Megrez Delta y Mime de Benetnasch Eta, mi señor!
¡Es un placer…! – Julián miró fijamente a los jóvenes… le dio la impresión de que eran muy jóvenes, luego volvió su mirada a Kanon - ¡Dragón del Mar, espero que lo sucedido no te haya causado demasiadas molestias! – el joven notó los rastros de alguna batalla en el general, se imaginó el motivo, y por eso motivo sintió un poco de culpa.
¡Fue mi estupidez la causa… aunque me da tranquilidad verlo a salvo! – Kanon desvió la mirada del joven Dios… aunque se la volvió a dirigir al acotar - ¡Necesito su permiso… siento la necesidad de buscar a mi hermano!
¡La tienes…! – susurró el joven - ¡Espero que lo encuentres con bien!
¿No deberías preocuparte más por tu señor que por tu hermano? – la voz del titán Océano llegó a sus oídos… todos los presentes voltearon a mirar a quien sin ser notado había aparecido en el cuarto.
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Shun se encontraba nuevamente en su cuarto, observó con detenimiento las prendas que debía utilizar, las tomó y revisó con cuidado… suspiró resignado, había almorzado en su habitación en compañía de su hermano y de Shaka… no pudo ver a Julián en toda la mañana, aunque sabía que sus generales ya estaban ahí…
Se acercó a la ventana, estaba un poco apesadumbrado… no pudo evitarlo, le preocupaba en demasía no saber que le esperaba… por otra parte le solicitó a Shaka que le informe a Kanon que quería hablar con él… debía contarle al general lo que había soñado de Saga… esperaba que pronto apareciera tras esa puerta, pero ya hacía varias horas que esperaba y aún no llegaba.
El sonido de golpes en la puerta le dio la pauta de que su espera había terminado… sonrió al ver que además de Kanon, Julián ingresaba al cuarto…
¿Cómo estas? – preguntó el empresario sonriéndole al menor.
¡Bien, me alegra verte! – Shun devolvió la sonrisa, luego observó al general… - ¿Sabes algo de tu hermano?
¡Aún nada, pero iré a buscarlo! – Kanon miró confuso al peli verde…
¡Te pido que me esperes, por favor… iré a ayudarte, una vez que acabe el ritual! – el menor lució una expresión tan seria que ninguno de los peli azules se atrevió a cuestionar - ¡Creo poder ayudarte a encontrarlo!
¿Cómo? – preguntó incrédulo Julián…
¡Suena tonto… pero lo vi en sueños… y creo saber donde está ese lugar! – murmuró el peli verde.
Kanon lo meditó un poco y luego asintió… aún le carcomía la rabia por lo acontecido hacía una horas en el cuarto de Julián, cuando Océano prácticamente lo había humillado al afirmar que él solo se bastaba para proteger a Poseidón, y que ellos solo estorbaban…
Shun observó el disgusto en la mirada del general, y luego notó que su amigo parecía también estarlo mirando… supuso que algo había pasado que él no sabía, pero no se atrevió a preguntar…
¿Cuándo nos iríamos? – dijo al fin Kanon…
¡Mañana al amanecer o bien esta misma noche! – fue la escueta respuesta del peli verde.
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Shun había salido un momento del cuarto para saludar a los dioses guerreros que habían llegado junto con los generales… justo se encontraba en compañía de ellos cuando llegó Hiperión buscándolo… al principio no dijo nada solo se quedó mirando a los recién llegados con algo parecido a soberbia… luego simplemente se dirigió a Shun…
¡Ya es tiempo… empieza a prepararte, a Hades no le gusta esperar! – comenzó a decir el peli rojo…
Julián se puso de pie, y miró al titán, antes de acotar…
¡Quiero que me lleves ante Hades… necesito hablar con él! – el tono de voz le indicó a los presentes que el tema era serio, aunque la voz era la del empresario y no la del dios.
¡Por supuesto, mi pequeño… de todas maneras tú vendrás conmigo… el ritual será en Eliseo, Hades no piensa dejarte aquí, mientras él esté allá! – Hiperión habló burlonamente, lo que indignó a los dioses guerreros que hasta ese momento guardaban silencio…
¡Debería tenerle más respeto a un Dios! – murmuró Mime mirando con desdén al peli rojo… lo que ocasionó una mirada de reproche de Siegfried. El titán no dijo nada, solo se limitó a mirar al peli naranja, luego sonrió y emprendió camino…
Sintió algo de alivio al ver que Julián iba con él a Eliseo… a pesar de sus esfuerzos, ni Shaka ni su hermano pudieron ir… aún no había visto a Hades, aunque supuso que estaba ya esperándolos en los Campos, tanto Hiperión como Océano iban con ellos… eso pareció molestar a los generales… suspiro cansado, pues tenía algo de frío, en especial cuando recorrían aquel lugar sin tiempo y forma que los alejaba de aquel paraíso colorido… sintió perder de a poco la conciencia… cuando abrió nuevamente los ojos, se hallaba en un lecho, se sintió confundido… intentó entornar la mirada, había velas por doquier…
¿Hades?... – susurró…
La figura del poderoso dios se alzaba justo a su lado, vio como lentamente este subía en el lecho… eso no le parecía que estuviera bien, intentó moverse pero su cuerpo no le respondía… su respiración se agitó, mientras intentaba reunir las fuerzas para levantar sus manos e interponerlas entre él y Hades, aunque las fuerzas jamás le respondieron.
¡Hades…! – susurró nuevamente al sentir como lentamente la deidad acariciaba su rostro, una lejana voz llegó hasta sus oídos… parecía ser del dios… aunque no podía entender que era exactamente lo que le decía… intentó encontrarse con aquella mirada, ya que su voz apenas se hacía audible - ¿Qué… qué pretendes…?
¡No temas… no te haré daño!
Un escalofrío recorrió por completo su cuerpo, no había nada que decir o pensar, su mente no le estaba proporcionando ayuda alguna… dejó escapar un ligero gemido, y sus ojos bajaron para ver que lo había provocado, su corazón latió ahora con violencia en su pecho… "¡No… no…!"… se repetía una y otra vez, pero su voz salía de sus labios en forma de gemido…
¡HADES BASTA…! – una voz se hizo eco en la habitación, y un cosmos pareció dejarse notar…
"¡Julián…!"…
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No daba crédito a lo que veían sus ojos… cuando habían pasado todo el camino hasta los Campos Elíseos, sintió todo su cuerpo cansado y estuvo a punto de desmayarse, pero el cosmos de Poseidón lo rodeó y evitó que aquello sucediera, sin embargo, Shun no había corrido con la misma suerte, este ahora estaba inconsciente en los brazos de Hiperión. Había soñado con el paraíso cuando niño, la imagen que se presentó ante sus ojos era exactamente como había imaginado…
Thanatos e Hipnos los aguardaban ya junto a Hades, su mirada se encontró con la de los dioses menores y luego con la del gobernante del inframundo, sin embargo algo más se mostró ante sus ojos, y eso era cosmos, el cosmos proveniente del dios de los sueños, este era el responsable del cansancio que padecía su cuerpo, retrocedió y fue la imponente presencia de Océano, la que impidió que acompañara a Andrómeda al mundo de los sueños…
¡¿Qué significa esto Hades?! – exigió saber cuando una sonrisa victoriosa se formó en el rostro del mayor.
¡Bien Océano, pero en ese caso, no permitas que intervenga! – Hades se adentró en el templo, fue seguido por Hiperión, que llevaba a Shun, luego fueron Thanatos e Hipnos, Julián miró la expresión seria de Océano… él también decidió seguirlos.
Se introdujeron en una habitación colmada de velas encendidas, había un fuerte aroma a incienso de mirra en el lugar, Shun fue colocado sobre el lecho, fue cuando vio a Hades comenzar a despojarse de sus túnicas y a acariciar al peli verde, que lo comprendió todo… inmediatamente intentó intervenir, más fue detenido por el titán de cabellera matizada…
¡HADES BASTA! – gritó con rabia, encendió su cosmos para ayudar al más joven, pues escuchaba ligeras protestas entre los gemidos que lograba arrancarle el dios. Hiperión se colocó justo en frente de él, sujetando con ambas manos su cintura, para así impedir que siguiera intentando soltar el agarre de Océano - ¡Suéltenme los dos…!
¡Ahmmm…! – su cuerpo se paralizó al escuchar aquello… sus ojos se dirigieron hacia el lecho, no pudo contener las lágrimas… eso no debía estar pasando…
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Sonrió al escuchar las protestas del cuerpo de su hermano, y se sorprendió un poco por el cosmos que dejó escapar… Julián estaba molesto, tanto como lo estaría su pequeño cuando nuevamente tuviera uso de todas sus facultades físicas y mentales… pero no era tiempo de pensar en todo aquello, la suavidad del cuerpo que se hallaba debajo suyo lo llenaba de un placer que no tenía precedentes… le gustaba el sabor y el olor de esa piel, esos dulces gemidos lo excitaban y lo obligaban a llegar hasta las últimas consecuencias…
¡Ahora… me pertenecerás solo a mí, Shun! – luego de susurrarle eso a su oído, posó sus labios sobre aquellos labios que apenas emitían sonidos… creó un poco de fricción en la parte baja del cuerpo del menor, consiguiendo de este modo, que el peli verde abriera un poco más su boca, para así poder introducir en ella su lengua.
Sus manos recorrían inextenso el cuerpo del más joven, sonrió ante la expresión en el rostro de quien naciera para ser su reencarnación… sus mejillas sonrosadas, y aquel brillo casi perdido en esos ojos esmeraldas, le daban la pauta de que sus actos le proporcionan el placer que él mismo sentía.
¡De…ten…te…! - susurró el menor, y Hades supo que a pesar de todo, aquello no era con su consentimiento, por tanto, las consecuencias seguramente él las pagaría después…
¡Aunque lo quisiera, mi ángel… no podría detenerme ahora! – miró a un lado y se encontró con los ojos de quien también le reprochaba su actitud… sonrió pues vio un asomo de celos en aquellos zafiros… "¡Considéralo tu castigo, por entregar tu cuerpo a ese titán!"… sus pensamientos fueron escuchados a la perfección por el joven, quien de inmediato se quedó en shock…
¡Ahg… uhmmm! – el sonido que emitieron los labios de Shun, le sacaron una nueva sonrisa, sus labios bajaron por el pecho, luego el vientre… no le había costado nada despojarle de todas sus prendas… estaba decidido… esa noche, el caballero de Andrómeda, sería nuevamente suyo…
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"¿Por qué?"… esa pregunta se repetía una y otra vez en su mente… "¿Por qué?"… cuando abría sus ojos y se encontraba con aquellas jades deseosas, no sabía que decir o pensar… sabía que no quería, así como sabía que Hades no se detendría por más que él rogara… sintió como lentamente el cosmos de Julián disminuía, parecía abatido… su propio cosmos se había apagado, y aunque parte de su alma se sentía feliz por pertenecerle nuevamente a Hades, la otra parte… sentía desprecio… él podía habérsele entregado sin la necesidad de este ardid…
¡Ahhhhmmm! – su cuerpo entero sintió una sensación totalmente nueva… abrió sus ojos y pudo observar qué era aquello que estaba provocándole eso, Hades había tomado su miembro con las manos y luego con la boca… jadeo cerrando los ojos… - ¡Ahmmm… Ha… des…! – susurró volteando el rostro hacia la dirección contraria a la que se encontraba Julián… arqueó su espalda cuando la sensación era demasiado grande como para tolerarla… - ¡No… ahhh!
Sus labios fueron nuevamente asaltados por los del peli oscuro, no podía moderar su respiración, por lo que intento romper con el beso… abrió nuevamente los ojos, topándose con los de Hades, este estaba sonriendo y parecía complacido… lo sintió acomodarse entre sus piernas, cerró nuevamente sus ojos cuando aquellas grandes manos recorrieron sus costados, hasta llegar a sus piernas…
¡Sujétate…! – le escuchó decir, al tiempo en que el propio Hades colocaba ambas manos de Shun sobre sus hombros… - ¡Seré cuidadoso…! - Sus ojos se ampliaron al máximo al sentir que su entrada era invadida por algo demasiado grande…
¡AHGGRR… No, Hades… saca…lo! – casi se corta su aliento debido al dolor… enterró todas sus uñas en la espalda del mayor, al tiempo que gritaba de dolor y sus lagrimas caían copiosas…
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Su corazón se detuvo en ese mismo instante… "¡Un castigo…!"… se quedó paralizado observando la imagen de lo que estaba aconteciendo sobre el lecho… de pronto se sintió enfermo, y la voz de su milenaria alma le ordenó que saliera de ahí… pero no pudo moverse… sus latidos retumbaban en sus oídos, y las lágrimas no dejaron de caer… después de todo eso era lo que eran… simples objetos a merced de los dioses… volteó el rostro cuando supo que era lo que seguía… Hiperión colocó una de sus manos en el rostro del peli azul, luego lo obligó a apoyar la cabeza sobre su pecho, cerró los ojos con fuerzas al escuchar los quejidos de su amigo, aunque conforme pasaba el tiempo estos fueron convirtiéndose en gemidos…
¡Sácame de aquí…! – susurró con voz apagada, y Océano accedió a aquel pedido…
Hiperión desvió la mirada un momento antes de decidir seguirlos… afuera se hallaban aquellos dioses menores… Hipnos lo miró con una expresión comprensiva… luego volteó a ver a Océano, como si pidiera algo… lo último que recordó la reencarnación de Poseidón fue el cosmos del joven Dios del sueño, rodeándolo y brindarle un poco de calma a su atormentada alma…
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El vaivén había comenzado una vez que sintió que su pequeño se había acostumbrado a su intromisión… lentamente sintió como el menor se iba dejando llevar por la pasión y el deseo… sus gemidos se volvieron audibles y sus besos eran correspondidos… tomó con mayor fuerzas de uno de sus muslos y con la mano libre sujeto su cintura, sus movimientos se volvieron más rápidos… lo vio arquearse cando nuevamente se estaba viniendo entre ellos… buscó sus labios y los asaltó con fervor…
¡Eres mío… ahora y siempre…!
Una última estocada más y logró venirse en su interior… lamió el rostro sudoroso del más joven, mientras recuperaba algo de aliento… pudo observar como la conciencia se perdía de aquellas esmeraldas, sonrió al ver su adorable semblante… observó las velas dispuestas a su alrededor, y con un solo gesto de su rostro estas se apagaron…
¡El ritual ha acabado… ahora me pertenecerás hasta el final de los días…!
Hades dormía plácido a su lado en el lecho, lo miró con una mezcla de cariño y desprecio… sus ojos no pudieron contener las lágrimas que luchaban por caer… con cuidado se puso de pie… en la puerta vio al titán de mirada ardiente. Con cuidado se acercó a él, lo miró directo a los ojos…
¡Sácame…! – murmuró con un hilo de voz - ¡Por favor…!
Hiperión miró en dirección del señor del Inframundo… sonrió con cierta melancolía, observó nuevamente a Shun, este llevaba una de las túnicas de Hades, por lo que se quitó su abrigo y se lo colocó encima… entonces lo atrajo a su cuerpo y se alejaron de aquella habitación… Thanatos se interpuso entre ellos y la salida, miró con reproche al titán…
¡No puedes…! – dijo con firmeza, aunque el brillo en los ojos del mayor le hicieron claudicar… - ¡Hiperón!
¡Dile que nos veremos pronto…! – lentamente el dios de la muerte perdió su conciencia… el cosmos del otro titán lo había dejado fuera de combate… - ¡Hermano… es hora de irnos!
¡Si… lo se…! – Julián miró a Shun en la distancia… una sonrisa avergonzada se dibujó en el rostro del peli verde, lo que ocasionó que el peli azul frunciera el seño…
¡Es mejor ir a mi templo! – dijo con autoridad el empresario… Hipnos simplemente los observaba, parecía no tener la intensión de interponerse… tal vez la mirada intimidatoria de dos de los titanes más poderosos tuviera algo que ver, o el hecho de que no deseaba conocer la furia del emperador de los mares, si es que acaso este despertaba debido al enojo de su reencarnación… - ¡Vámonos Shun!
El peli verde asintió, aunque quiso no dirigió ninguna mirada hacia atrás… simplemente se acercó a Julián y aspirando profundamente el aire, se dejó llevar al igual que el peli azul, por ambos titanes…
¡Una cosa… que nadie…! – susurró el más joven…
¡Ni tienes que decirlo… llevaré ese secreto a la tumba! – Julián sonrió al recibir una sonrisa de parte del caballero… ambos sabían aun a pesar de no escuchar palabras de su parte, que ambos titanes también guardarían el secreto.
