Disculpen la tardanza…

Capítulo 6º: La Propuesta

No hubo ningún tipo de explicación cuando la comitiva se reunió, ni siquiera esperaron a la llegada de su anfitrión, el rey del inframundo… ellos simplemente dejaron ese reino, según las ordenes de Poseidón, fueron en dirección al templo marino.

Ikki no perdía detalle de su hermano, lo sentía extraño, y sabía que algo andaba mal con él… aunque el peli verde no le comentara nada de lo sucedido en los Campos Elíseos, él peli azul sabía, que en su próximo encuentro con Hades, él debía romperle la cara.

Por otra parte, los titanes guían la comitiva, ninguno bajaba realmente la guardia, el mayor de ellos miró de reojo en dirección a la reencarnación de su sucesor como Dios de los Mares, se preguntaba si la deidad que descansaba en él, estaba consiente o aún dormía, de lo que estaba totalmente seguro era de que lo que había sucedido con Hades lo había perturbado, su espíritu estaba inquiero, estaba más que nada, dolido.

Hiperión intentó alejar de su mente los pensamientos que lo atormentaban, protegería a la adoración de su niño, y aunque sabía que su fuego hacia él no podría apagarlo jamás, por su bien y el del propio Hades, debía aplacarlo… su mirada se dirigió a la criatura que le había arrebatado lo que él consideraba suyo… sin lugar a dudas, él creía, que la fragilidad de la existencia humana era una tentación tan grande para los seres inmortales, que no podía culpar a Hades… volteó la mirada para encontrarlas con las imágenes de los demás que los acompañaban… "¡Definitivamente la fragilidad de su existencia, y su belleza en este punto exacto… los hace muy deseables para un inmortal!"

Cuando llegaron a los dominios de Poseidón, casi inmediatamente se pusieron en guardia… algo no andaba bien, había demasiado silencio… las presencias de los demás generales marinas era casi nula, solo se podía sentir la presencia de un cosmos… un cosmos familiar y desconocido a la vez…

¡Tenía planeado salir a buscarte ahora mismo! – Kanon hablaba serenamente con su gemelo… al sentir la presencia de los titanes, los generales que se habían quedado en el templo, ocultaron su cosmos por órdenes de Saga, quien había llegado horas antes, grande fue la sorpresa de todos al verlo ahí, y grade fue la emoción (aunque Kanon jamás lo admitiría) que sintió el menor de los gemelos al ver sano y salvo a su hermano mayor.

¿Y por qué irías a buscarme? – comentó Saga observando a la distancia, cómo era fijamente vigilado por el peli matizado y por el peli rojo.

¡Sentí un disturbio en tu cosmos, pensé que estabas en problemas! – confesó sincero el marina.

¡Tuve un enfrentamiento y si, salí herido… pero pude salir de ese problema… simplemente me tomé un poco de tiempo para aparecer, quería averiguar algo más de Khaos! – acotó el caballero sonriendo con superioridad - ¡Vine primero a este lugar, por que casi estoy seguro de que Khaos piensa atacar nuevamente!

Kanon observó intrigado a su gemelo… no quiso seguir sus instintos y desconfiar, al fin y al cabo, nadie lo conocía mejor que él, y a su parecer estaba actuando de la misma manera en que lo hacía cuando compartía cuerpo con Ares, sin embargo… sabía que eso ya no era así… sonrió para tranquilizarse, habían pasado muchas cosas, quizás simplemente eran los vestigios de preocupaciones pasadas, lo que lo hacían sentir intranquilo, después de todo… su hermano estaba ahí, él debería estar bien con eso.

¡Tienes razón… aunque creo hermano, que debiste ir al Santuario… de proteger estos dominios… me encargo yo! – dijo con malicia el gemelo menor dibujando una sonrisa sarcástica en su rostro, al tiempo en que se ponía de pie y dejaba solo a su mayor.

Shun por su parte no podía apartar de su mente lo ocurrido con Hades, sabía que debía enterrarlo en sus memorias, pues tanto su maestro como su hermano, leerían en su mirada lo ocurrido y eso ocasionaría problemas… suspiró al percatarse que no podía aclarar sus pensamientos, cerró sus ojos solo para que la imagen mental de Hades sobre su cuerpo le obligara a abrirlos nuevamente…

¡Rayos…! – murmuró sonrojándose…

¿Qué fue exactamente lo que pasó, Shun? – Shaka tenía la mirada fija en el peli verde, sus azules ojos, comúnmente ocultos bajo sus parpados se dejaban ver… el rubio se acercó a su aprendiz, en su mente apareció una imagen mental que no le gustó nada… - ¿Qué pasó con Hades?

Shun no se animó a enfrentar a su maestro, aunque tampoco podía mentirle… permaneció callado solamente un minuto, pensando en las palabras que dejaría salir de sus labios…

¡Maestro… yo… volveré a Hades cuando todo esto acabe! – murmuró con la mirada perdida el joven, Shaka lo observaba fríamente… - ¡Ahora, sin lugar a dudas, ya no soy digno de aspirar siquiera a la armadura de Virgo!

¡Eso lo decidirá Atenea… y yo! – dijo tajante Shaka… salió sin una dirección fija en particular, necesitaba salir de la presencia del menor, aquella imagen lo había afectado, tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para no hacer algo de lo que seguramente después se arrepentiría, sin embargo, a pesar de toda la calma que el suele inspirar, un deseo nació muy profundo en su corazón… - ¡No te entregaré a Hades, Shun… no lo haré!

¡Parece ser que el día de hoy, no nos será posible conciliar el sueño! – murmuraba la reencarnación de Poseidón al encontrarse a Shun caminando por los jardines de su templo - ¿Cómo te encuentras?

¡Bien… supongo! – susurró el peli verde sin mucha convicción - ¡Aunque la verdad, un poco avergonzado!

¡No deberías… y menos conmigo… ¿hay algo que pueda hacer para ayudarte, Shun?! – Julián miró a su amigo, aunque un sonido no muy distante lo alertó un poco, el más joven también notó el ruido por lo que se puso en guardia.

¡No deberían estar tan apartados del templo, Andrómeda, joven Julián! – Saga se había dejado ver tranquilamente.

¡Caballero Dorado…! – comenzó a decir el empresario pero algo en su interior le alertó que lo mejor era marcharse… - ¡Tiene razón… Shun es mejor que volvamos!

¿Está todo bien, Saga? – el peli verde se había quedado mirando fijamente al mayor, había algo extraño en él y eso lo confundió…

¿Qué podría estar sucediéndome? – habló el mayor sonriendo con suficiencia… sin embargo algo en él puso nervioso a Shun, que casi por instinto se alejó de él - ¿Actúa como si me temiera, Andrómeda?

¡Pero qué dice Saga… Shun no tendría que temerle… usted no le haría ningún daño, ¿verdad?! – Julián notó el semblante de su amigo, y se interpuso entre ambos caballeros al momento de hablar. La sonrisa que se dibujó en el rostro del mayor tampoco le causó mucha tranquilidad al empresario que más que nada deseo que alguno de sus generales estuviera por ahí… - ¡Lo mejor es irnos ya!

¡Es lo mejor… aunque no es lo que yo deseo! – sin saber qué pasó exactamente Saga desapareció del lugar en el momento exacto en el que Océano hizo sentir su cosmos.

¡Ambos deberían estar durmiendo! – habló con firmeza el titán dirigiéndole a ambos jóvenes una mirada de advertencia…

¡Si… ya nos íbamos! – Shun se sintió un tanto avergonzado, solo su hermano solía tratarlo así, aunque Julián no parecía muy contento por el tono que utilizara el peli matizado…

¡No acostumbro tolerar que me hablen así! – bufó el peli azul observando a su amigo comenzar a alejarse…

Océano sonrió al notar ese disgusto, aunque su intuición no le engañaba, de no haber aparecido algo malo pudo haber sucedido…

¡Pues si no te gusta, comienza a comportarte como un dios, y yo dejaré de tratarte como un simple humano! – soltó al fin el titán… Aquellas palabras lograron incomodar al muchacho, quien sin dirigirle mirada alguna al mayor, simplemente se marcho.

¡Uhmmm… creo que no debiste, hermano… después de todo, él es humano! - Hiperión sonrió al distinguir la confusión de quien ahora no podía apartar su mirada de la dirección que tomara la joven reencarnación… - ¡Poseidón duerme dentro de él, pero… él siempre será Julián Solo… su amado descendiente!

Casi no notó al guerrero hasta que fue demasiado tarde como para detenerse, Shun dio de lleno contra el cuerpo de Mime, quien después de notar quien era, pareció apaciguar su disgusto…

¡Deberías…! – comenzó a decir el peli naranja aunque no terminó la oración…

¡Lo sé, perdóname Mime… no me fije por dónde iba! – se disculpó Shun sonriendo, cuando lo viera en el Inframundo no tuvo oportunidad de decirle nada, y aunque la situación no era la mejor, no pudo evitar sentirse muy avergonzado por haber chocado con él…

¡Supongo… que deberé perdonarte…! – Mime sonrió amablemente a Shun, quien le devolvió la sonrisa aliviado…

¡Me alegra ver que estas bien… la verdad me alegra mucho! – una extraña nostalgia le llegó en su interior, como si la memoria de una gran deuda le pesara en ese mismo instante… y no pudo evitar recordar que de hecho si estaba en deuda, pues su regalo había sido mucho mayor de lo que él mismo esperaba…

¡Creo que es mejor ir a descansar ya… veremos que nos trae el nuevo día! – habló al fin el oji magenta, obteniendo una afirmativa de su antiguo enemigo… una sensación de estar siendo observados llamó la atención de ambos…

Hiperión los había estado observando casi desde que chocaron, sonrió al ser el objeto de la atención de ambos jóvenes, para él eran como pequeños niños, frágiles en su existencia, pues con un simple ataque él podría acabar con su existencia mortal. Sin pronunciar palabra alguna, ambos se retiraron, aunque el peli rojo los escoltó a una corta distancia.

Cuando llegaron a las habitaciones que se habían dispuesto para ellos, se separaron, Shun dirigió una última mirada al titán antes de cerrar la puerta tras de si. Mientras que Mime, simplemente se le quedó mirando un poco más…

¿Quieres preguntarme algo? – murmuró el mayor, a lo que el guerrero afirmó - ¡Te escucho!

¡Mime…! – el dios guerrero de Dubhe salió de la habitación justo en ese momento, observó con cierta desconfianza al titán, antes de tomar del brazo a su compañero para que ingresara a la habitación - ¡No te acerques a ese sujeto!

¡No estaba con él! – murmuró el mas joven un tanto molesto por la actitud de su líder.

Aquella escena le resulto particularmente divertida al peli rojo que no se esperaba la aparición de aquel poderoso guerrero… "¡Aunque es simplemente humano, también!"… se recostó por la pared inundando todo con su cosmos, debía proteger a la joya de su niño… y para hacerlo debía cuidar también de los otros pequeños… una sensación poco común recorrió su pecho… "¡Aquello que los hace tan deseables, es justamente su mortalidad… es eso lo que me hizo perderte, ¿no es así, Hades?!".

¡Kanon… ¿qué hace aquí?! – Julián se había llevado el susto de su vida al voltearse ya en su habitación y encontrarse ahí con su general.

¡Disculpe, solo vine a cerciorarme de que usted estaba bien! – el empresario observó fijamente al hombre, reprimió una sonrisa al notar que justamente era cuando se disponía a dormir que cosas extrañas pasaban, inclusive su último secuestro…

¡Ahora no pasará nada, General… estoy en los dominios de Poseidón, aquí estoy a salvo! – dijo con una sonrisa apacible.

¡Bien… en ese caso me marcho! – el gemelo menor se dirigió hacia la puerta, sin mirar hacia el joven…

¡Aunque…! – justo cuando estaba por abrir la puerta aquella palabra detuvo al general - ¡quizás… me sentiría mejor… "¿qué estoy diciendo?"… si permaneciera… a...qui! – un oscuro tono carmín adornó las mejillas del empresario, realmente su mirada no la había podido apartar del piso, y menos al notar que el general se había quedado inmóvil.

La sensación del cosmos del titán de cabellera rojiza se hizo sentir por los alrededores, Julián levantó la mirada y la dirigió hacia las paredes, aquello era nuevo para él, sentir la manifestación del cosmos era relativamente nuevo, cuando sus ojos se encontraron con la del mayor, le pareció intuir que otro titán también se hallaba cerca.

Kanon también percibió las presencias… y le disgusto mayormente la que se hallaba al otro lado de la puerta… se acercó entonces al joven que había prometido proteger y lo rodeó con sus brazos de manera protectora…

¡Entonces… es aquí en donde estaré! – Julián levantó la vista ante el hombre frente a él… sin lugar a dudas era un caballero muy poderoso, se pregunto si él podría ser alguna vez así… él era un hombre exitoso, jefe de una familia acaudalada, y la reencarnación de un dios… pero, no era un dios… era simplemente un muchacho, empresario, rico, que no podría mantener un enfrentamiento como el que mantenían aquellos que lo rodeaban, en otras palabras… era un inútil que necesitaba ser protegido… el eslabón débil, como le había insinuado Hades.

¡Dragón del mar…! – susurró Julián apoyando su cabeza sobre el pecho del mayor… - ¿me entrenarías?

¡Por supuesto… será un honor!

¡General retírese… yo me quedaré en esta habitación con su excelencia! – Océano habló con tal frialdad que congelaría el corazón del mas valiente de los guerreros… su mirada no se apartaba de la imagen frente a él… al notar que Kanon parecía no estar dispuesto a obedecerlo - ¡Poseidón!

¡Poseidón ahora duerme, Océano…! – Julián se había despertado del shock con aquel llamado hacia su alter ego, una parte de él se sintió molesto, no le gustaba que lo traten así… - ¡Y sinceramente… prefiero compartir mi lecho con Dragón del mar, que con usted… así que si me hace el favor…!

Una sutil sonrisa se dibujó en el rostro del gemelo menor, al notar el semblante desconcertado del titán… este desapareció sin decir palabra alguna, y por la expresión de la reencarnación del dios, aquello lo había sorprendido.

¿Se encuentra bien? – preguntó el mayor con calma…

¡Si… es mejor dormir… me siento cansado! – Julián rápidamente se acomodó para dormir, se sentía extraño y un tanto temeroso por haberse enfrentado de esa manera a Océano, pues no podía evitar sentirse ciertamente intimidado por él después de lo que había sucedido entre ellos… notó entonces que Kanon aún permanecía de pie - ¿Ocurre algo?

¡No…! – dijo al fin el mayor, y se dispuso a ubicarse en uno de los divanes de la habitación…

¡Si tiene algo qué decir, hágalo ahora! – soltó entonces el menor con frialdad…

¿Qué tuvo que hacer… para convencerlo? – soltó entonces el gemelo menor al tiempo de enfrentar la mirada del joven…

¡Eso no tiene importancia, general… lo único que cuenta es que ahora tendremos su ayuda! – Julián se acomodó sobre el lecho, varios minutos de incómodo silencio reinaron, hasta que… - ¡No tuve otra alternativa… no vi otra salida!

Kanon observaba en todo momento el semblante decaído del menor… se acercó entonces a él, y lo estrechó entre sus brazos…

¡Lamento no haber estado ahí para protegerlo! – no dijeron nada más, simplemente se quedaron uno en los brazos del otro.

Se habían reunido ya toda la mañana, además de Hilda, Saori y Julián, estaban el Patriarca, los titanes, Kanon, y Siegfried. Todos los demás esperaban en la escalinata del templo principal de Poseidón, la reunión se había pactado ahí por decisión de los titanes, muy temprano en la mañana aquellos que permanecían en el Santuario en Grecia habían llegado.

Shun se había apartado un poco del grupo, deseaba pensar, además de no estar presente en el momento justo en que tanto Hades como Zeus harían acto de presencia. Por más de que la razón le decía que debía sacar de su cabeza al dios del inframundo, su corazón no estaba escuchándole, a pesar de lo que había ocurrido, este seguía latiendo, simplemente con la idea de volver a presenciar aquellas penetrantes, jades.

¿Parece que tus pensamientos están a eones de aquí? – la voz del caballero de la tercera casa lo saca de manera casi violenta de sus cavilaciones…

¡Saga, no lo sentí llegar! – sin entender el por qué, el menor se puso en guardia, no ayudaba para nada la sonrisa un tanto maliciosa que se formó en la expresión del caballero dorado.

¡La otra noche me quedé con la duda… de por qué actuó de manera defensiva conmigo, Shun… ¿acaso me tiene miedo?! – el peli azul se le fue acercando lentamente…

¿Miedo?... ¡¿por qué le temería?! – murmuró con nerviosismo al tiempo de fijar su mirada por los alrededores, algo no le estaba gustando… sentía que algo no estaba del todo bien con el guerrero frente a él…

¡Sera… que eso sería lo más sensato! – Saga casi estaba parado frente al menor… el sonido de una flauta distrajo la atención del mayor, pues era evidente que aquella música era solo una advertencia…

¡Caballero, le aconsejo que se aparte! – Sorrento había dejado de tocar, cuando fue a buscar a su joven amigo, se sorprendió por la extraña presencia del hermano de su compañero de armas…

¡Disculpen, al parecer he olvidado mis modales! – murmuró Saga, haciendo una reverencia… - ¡Hablaremos luego, Andrómeda!

¿Siempre es así de raro? – preguntó el general sin apartar la mirada del caballero dorado, el peli verde simplemente asintió.

¡Creo… no se… ¿qué sabes de la reunión?! – quiso saber al fin el menor luego de unos minutos de silencio.

¡Acaba de terminar, mejor volvamos!

Una poderosa presencia cósmica le hace detenerse, el marina voltea a verlo un tanto confuso… Shun había perdido todos los colores de su rostro, no le cabía la menor duda de a quien pertenecía esa presencia… mordió su labio inferior con temor, aún no se sentía preparado para enfrentarse al señor del inframundo… aún no lo estaba.

A pesar de no estar seguro de su propia reacción frente a aquella presencia, tuvo que tomar valor para enfrentarlo. Sintió estremecer todo su cuerpo, cuando aquellos jades repararon en él. Le parecía tan injusto que cuando al fin se había roto el lazo que los unía, se sintiera como si más ligados estuvieran.

Julián esperó al emperador del Inframundo al final de la escalinata que llevaba a su templo, respiró profundamente para intentar apartar aquellas imágenes de su mente, y así evitar que aquella sensación de molestia y frustración brotara y fuera vista por el dios, después de todo, aquellas emociones eran muy humanas, nada propias de un dios.

Hades notó casi inmediatamente las reacciones que su presencia estaba ocasionando, se sentía contrariado en una medida muy alta, no dirigió en ningún momento su mirada hacia los titanes que se encontraban unos escalones más abajo de la reencarnación de su hermano, pues ni Shun ni Julián debían estar allí.

¡Supongo que no me esperaban! – dijo al fin el recién llegado…

¡No… no tan rápido! – soltó el empresario y notó un extraño brillo en el mayor…

¡Zeus nos alcanzará en cualquier momento… es mejor esperarlo adentro…! – entonces reparó en las damas que acompañaban a Julián, ambas jóvenes reverenciaron al dios, y luego todos ingresaron al templo…

Shun los vio perderse tras las puertas, su hermano se colocó a su lado, y sin mirarlo simplemente murmuró…

¡Debo romperle la cara, verdad… no me dirás que sucedió, pero siento que debo romperte la cara! – Shun sonrió observando a su hermano…

¡Todo está bien, hermano! – hablo el peli verde sin apartar la vista de las puertas… - ¡No quiero que te preocupes!

Todos fueron conscientes cuando minutos más tarde, la poderosa presencia de Zeus llegó a esos dominios, aunque de su llegada, sólo diera fe, la presencia de uno de sus guerreros, pues al parecer el dios del Olimpo se había trasportado directamente al interior del templo.

Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Shun, instintivamente su vista se dirigió disimuladamente hacia atrás, casi temiendo la mirada de quien lo estaba inquietando tanto… definitivamente había algo raro en el caballero dorado de la tercera casa, una sonrisa sombría se dibujo en su rostro al tiempo de retirase de la escalinata.

¿Estás bien? – Shaka había notado que algo había perturbado a su aprendiz, aunque cuando iba a preguntarle qué era, un choque de cosmo energías alertó a todos los presentes.

¿Qué es esa energía? – preguntó a lo lejos uno de los generales… al tiempo en que Sorrento y Kanon se dirigían en dirección del salón del trono, seguidos de los dorados que estaban presentes y de los dioses guerreros…

Shun observó cómo incluso su hermano tomaba rumbo al salón, pero él, a pesar de querer hacer lo mismo, simplemente no podía mover su cuerpo…

No puedes mover tu cuerpo… elegido de Hades…

Cuando Zeus lanzó su ataque contra aquel titán que tanto detestaba, el poderoso cosmos de Poseidón apareció para defenderlo, aunque en realidad el peli matizado no lo necesitaba… tanto Hilda como Saori fueron protegidas por Shión, mientras que Hades solo observaba impávido.

¡Océano es nuestro aliado, Zeus… ¿qué es lo que pretendes?! – Poseidón observaba molesto a su hermano ancestral… mientras que a sus espaldas el titán no hacía ningún tipo de movimiento… Hiperión también se mostraba tranquilo… - ¡No permitiré este tipo de comportamiento en mis dominios!

¡Apártate Poseidón… quiero ajustar cuentas con él… y tú no vas a interponerte! – el peli celeste encendió su poderoso cosmos con la firme intensión de contraatacar - ¿Creíste que no iba a enterarme?… ¡después ajustaré cuentas contigo también… hermano!

¡Zeus, ya habrá tiempo para que arreglemos eso… no es momento para perder nuestro tiempo, aún no sabemos qué trama Khaos! – Hades había encendido al fin su cosmos y se colocó justo en medio de sus hermanos… él sabía mejor que ninguno, que entre los tres, en ese preciso momento era él quien los superaba en fuerza, pues su cuerpo no era un avatar, sino que era el original.

El Dios de Dioses resopló con fastidio al tiempo de disminuir su cosmos… Poseidón también lo hacía aunque más cauto, justo en ese preciso momento ingresaban al salón los caballeros que se encontraban en la escalinata del templo…

Me pone feliz saber que aún te importo, mi pequeño niño – susurró el titán mayor logrando que el Emperador de los mares bajara un poco la mirada… aunque la sorpresa de verse prácticamente arrastrado por Zeus lo sacó del trance…

Debí llevarte conmigo a Olimpo – soltó con fastidio el oji celeste al tiempo de tomar por el brazo a Julián y llevárselo bien lejos del titán que antes atacara… - ¡No ha pasado nada, caballeros… es mejor que se retiren y esperen afuera!

Hiperión sonrió ante toda la escena… los niños nunca dejarían de ser niños… entonces algo no le gusto, y sin previo aviso, desapareció… el cosmos de Océano también se encendió alarmando a los dioses, al tiempo de desaparecer casi al mismo tiempo que el peli rojo titán.

Hades observó a los caballeros que habían ingresado… su corazón casi se detiene al notar que alguien muy especial para él faltaba… "¡Radamanthys!"… llamó a través de su cosmos… al tiempo en que tanto Shaka como Ikki salían presurosos…

Su corazón prácticamente se había detenido… una extraña sensación de absoluta oscuridad comenzaba a embargarlo, intentó quejarse, pero parecía que sus labios se hallaban sellados… a una corta distancia vislumbró que alguien no había entrado en el templo, Saga lo observaba y mostraba una expresión sombría… notó como sus mejillas mostraban un tono rojo y sus ojos indicaban que sufría… "¡Saga!"… le llamó con su cosmos, pero este al parecer tampoco podía moverse…

Tienes miedo… pronto ya no sentirás nada…

No era consciente de lo que ocurría a su alrededor, pero cuando se sentía perder en la inconsciencia, alguien lo cogió entre sus brazos, y lo arrebató de aquella poderosa sensación de vacío, lo mismo parecían haber hecho con Saga… observó a quien le debía poder volver a moverse, y notó al titán peli rojo…

Hiperión… - susurró antes de ser entregado a los brazos de uno de los jueces del Averno…

¡KHAOS, MUESTRATE! – ordenó Océano, quien había depositado a un inconsciente Saga a los pies de la escalinata… en cuya cima ya se podía ver a los otros caballeros, liderados por Ikki.

¡Océano… siempre tan inoportuno! – se oyó la voz… y varias sombras se hacían presentas, todas ellas con la apariencia de los caballeros dorados y el de los generales marinas – Me llevaré a todos los elegidos…

Un poderoso rayo se dirigió a la fuente de la voz, logrando simplemente una risa burlona… al tiempo que se dejaba ver la figura de dos hombres… uno de ellos ya había sido visto por algunos, su oscura cabellera larga y su mirada rojiza no era fácil de olvidar… a su lado, había otra presencia, y esta al parecer, incluso a Zeus lo había puesto un tanto nervioso…

¡Pero qué irrespetuosos… no piensan rendir respetos a su padre! – los caballeros ahí presentes no tuvieron duda alguno de intuir de quien se trataba… pues era más que obvio que se trataba de Cronos, padre de los dioses…

Hades, Poseidón y Zeus se pusieron rápidamente a la defensiva, Cronos comenzó a encender su cosmos y este era muy poderoso… cada uno de los guerreros se ponía en guardia, aquello ninguno de los presentes se lo esperaba.

¡HERMANOS… ES TIEMPO DE QUE UNA NUEVA ERA DE COMIENZO, ÚNANSE A NOSOTROS PARA QUE EL MUNDO VEA EL RESURGIR DE LOS TITANES! – habló imponentemente Cronos, dirigiéndose a Hiperión y Océano, quienes ya se habían ubicado frente a los tres dioses mayores…

El peli rojo observó de reojo la reacción de Hades ante aquella propuesta, como era de esperarse no mostraba ningún tipo de emoción… aunque sus hermanos si lo hacían, Zeus de absoluta desconfianza, mientras que Poseidón parecía un tanto desconcertado, casi podía jurar que su humanidad estaba asustada.

¡Solo una cosa puede ser resultante de una alianza con Khaos, Cronos… y eso es sólo el caos y la muerte! – habló con firmeza Océano… - ¡Nuestra era ha pasado… el mundo les pertenece ahora a los humanos… es tiempo de volver a dormir!

¿Qué puedes saber tú de eras y descanso?… ¡hasta hoy siempre te habías mantenido al margen! – el que fuera rey de los titanes habló con sorna - ¡Incluso a ti… podría entregarte lo que siempre has deseado!

¡Cronos… nuestra madre ya no se encuentra aquí para pedir por ti… y es justamente culpa tuya que yo haya perdido aquello que deseaba! – Océano atacó hacia las dos deidades con disgusto, no sabía qué era lo que tramaba Khaos, pero sabía que estaba utilizando al menor y más estúpido de sus hermanos.

No se esperaban el ataque, pero la reacción del peli matizado ocasionó la reacción de Hiperión y los tres Dioses principales del Partenón, quienes no lo pensaron dos veces para invocar a sus respectivas armaduras y armas… Hilda y Atenea, fueron puestas a salvo por sus respectivos guerreros, quienes comenzaron también a defenderse de los ataques de las sombras.

Shun igualmente se había colocado en guardia, aunque aún se sentía demasiado desorientado como para luchar, notó a cierta distancia a Kanon encargándose de proteger a su hermano, quien todavía estaba inconsciente, mientras que su propio hermano, Ikki, intentaba protegerlo a él.

Nada podrá evitar que te lleve conmigo, elegido… ellos sólo retrasan lo inevitable…

La desaparición repentina del cosmos de uno de los tres grandes, desubicó a los otros dos, quienes miraron impactados como la expresión del Emperador de los Mares se mostraba totalmente desconcertada…

¡Poseidón! – llamaron al unísono sus hermanos ancestrales, al tiempo que este perdía por completo la conciencia tras ser rodeado por la energía de Khaos... Shun observó todo a la distancia, encendió su cosmos con la intensión de ayudar, mas se vio igualmente rodeado por la misma energía…

¡Piénsenlo hermanos míos…! – Cronos desapareció segundos después de que lo hicieran los cuerpos de Julián y de Shun…

Mejor olvida la propuesta de Cronos, Océano… después de todo, eso que deseabas, ya ha sido mío… - con esas palabras la presencia de Khaos también dejó de sentirse, de las sombras, todo… solo quedaron los vestigios de la batalla…

¿Dónde está mi hermano? – preguntó casi en estado de shock Ikki…

¿Y el mío…? – todos quedaron sorprendidos por las palabras de Kanon… Saga tampoco estaba por ningún lado.

¿Qué está sucediendo aquí? – Zeus, sentía su furia desbordarse…

¡Hiperión… llévate a uno de los niños y busca el cuerpo de Poseidón…! – Océano habló autoritariamente, observó a sus sobrinos… - ¡Zeus, tú has despertado por completo… eres uno con tu cuerpo, así como tú hija… ¿entiendes lo que sucedió?!... Es tiempo de una tregua…

¡Arreglaremos cuentas una vez que este a salvo… hasta en tanto… somos aliados! – respondió el peli celeste observando aún el lugar donde minutos antes estuviera el dios del los mares, su mirada se fijó entonces en Hades, quien permanecía impávido… - ¡Los rescataremos… hermano…!

¡Atenea… debes convocar a Abel, yo buscaré a Elis, antes del anochecer deben estar listos nuestros ejércitos! – el peli oscuro no dijo más, al encender su cosmos, aparecieron ante él, Pandora junto a los dioses Hypnos y Thanatos.

Su cabeza estaba a punto de partírsele en dos, tenía una sensación de asfixia en su pecho que le impedía moverse, abrió con dificultad sus ojos, notó casi de inmediato a Saga, encadenado a una pared, justo igual que él mismo… a pesar de intentarlo, no pudo emitir sonido alguno, su lengua estaba paralizada, y debido al esfuerzo, su respiración se hizo más dificultosa…

Shun… ¿estás bien? – la voz de Julián llegó a sus oídos y le hizo buscarlo con la mirada…

Ahnmm – el peli azul, entendió la debilidad de su amigo, aún no entendía por qué él, no estaba en la misma situación que su compañero…

Tranquilo… hallaremos la manera de salir – el peli verde, notó que la reencarnación del Dios de los Mares, estaba encerrado en una especie de jaula, la misma tenía en sus cuatro puntos cardinales los símbolos del Caos – Intentaré invocar a Poseidón…

No lo hagas… solo lograrás debilitarte – la voz de Saga llamó la atención de ambos jóvenes… - Si enciendes el cosmos, la imagen sobre la que estas parado se activará y te atacará… créeme sé lo que te digo.

Saga… - la voz de Shun salió quebrada… le dolía bastante hablar, como si hubiese estado gritando hasta destruir su garganta - ¿Dónde… estamos?

Khaos quiere… - comenzó a decir el mayor…

¡Yo puedo responder esa pregunta, elegido de Ares! – de entre las sombras la poderosa imagen de Khaos apareció, justo en frente de Shun… - Hades, siempre ha tenido un gusto particular por la inocencia… su elegido es hermoso en todos los sentidos…

¡No lo toques! – Julián sostuvo con rabia los barrotes de la jaula en la que estaba… su mirada era desafiante…

¿Por qué no intentas salir, Poseidón… acaso me temes? – el peli oscuro habló con sorna, mientras se aproximaba a la reencarnación del Dios de los Mares – Prometo no hacerle ningún daño a tu niño, si sales… si no… oh, juro que probaré hasta sus últimos resquicios.

La evidente palidez del empresario daba fe, de que estaba ciertamente intimidado… aunque mordiendo su labio inferior volvió a cambiar su actitud y mostrarse desafiante.

Ustedes fueron elegidos por los Dioses, por un motivo… eran los más aptos para albergar su poder… si me juran lealtad, los protegeré y permanecerán en este mundo… si no lo hacen, absorberé su alma, y mi esencia habitará en su cuerpo por la eternidad – esas palabras dejaron mudos tanto a Saga como a Shun…

Eso no pasará – afirmó Julián observando con desprecio a aquella deidad…

Tus hermanos no podrán hacer nada… ni siquiera Océano… todos ustedes me pertenecerán a mi – con una risa burlona la oscura noche fue alejándose…

¡Khaos! - sin previo aviso, el poderoso cosmos del Emperador de los Mares resurgió, solo para ser violentamente repelido por una energía oscura que se liberada de los símbolos…

¡Julián! – Shun gritó con angustia, la poderosa cosmo energía del Dios de los Mares parecía ser absorbida… Saga intentaba en vano liberarse, mientras los gritos de agonía se escuchaban por toda la cueva…

¡Khaos no podrás contra nosotros… será mi tridente el que atraviese tu pecho! – tras decir esto la jaula se apago, y Julián cayó inconsciente en el piso… el peli oscuro parecía satisfecho, simplemente apareció dentro de la celda y tomando en brazos el cuerpo del empresario sonrió…

Poseidón ha dejado tu cuerpo, para proteger a su último descendiente humano… pero así como Hades que ha roto sus lazos con su elegido… lo único que ha conseguido es hacer mi labor más sencilla – murmuró el peli oscuro - ¡Preparen el ritual… los recipientes ya están vacios, y yo habitaré en todos ellos!