Advertencia: Todos los personajes de esta historia son propiedad de J.K. Rowling. Esto fue escrito solo por diversión y no fue hecho con fines de lucro.
Capítulo XV: Visita a la Orden del Fénix
Snape y su esposa aclararon muchos puntos la noche anterior. El más importante de todos, que se aman y están dispuestos a pasar el resto de su vida juntos…
El matrimonio Snape amaneció abrazado en su cama y completamente feliz. Se prodigaban dulces muestras de amor y se miraban como dos adolescentes enamorados. Habían dormido juntos como nunca antes lo habían hecho: seguros del amor de su pareja y felices de sentirse uno en los brazos del otro. Debido a la debilidad de la chica, provocada por las heridas de la lucha, el matrimonio no se había consumado la noche anterior, pero era un hecho para ambos que eso sucedería pronto. Snape era partidario de esperar hasta irse del castillo, pues no quería darle gusto a su "señor". Además, no quería que supiera que se habían enamorado, pues eso le proporcionaría un arma contra ellos. Su esposa comprendió sus razones y decidieron hablar con Dumbledore en su siguiente visita a Grimmauld Place para que les permitiera llegar a Hogwarts un día después que el resto de los docentes.
Por otro lado, Snape había decidido no ir al cuartel de la Orden hasta que su esposa le acompañara, pues no quería dejarla sola nuevamente, y eso sería exactamente dos días después de su conversación.
Al despertarse esa mañana, ninguno de los dos hizo intento de levantarse ni de aflojar el abrazo que los unía.
- Buenos días preciosa – dijo Snape.
- Buenos días amor mío – respondió su esposa. – ¿Hay algo pendiente para hoy?
- Sí, pero lo suspenderemos… es necesario que te recuperes antes de salir y no voy a dejarte sola. Mañana visitaremos a Dumbledore en Grimmauld Place y dejaremos para luego la ida al callejón Diagon. Tengo que comprar ingredientes para el año lectivo…
- ¿Crees que Bellatrix trate de vengarse de mi tan pronto? – preguntó la chica.
- Nunca subestimes la sed de venganza de esa mujer… tú te has puesto en su camino y no va a perdonártelo.
- ¿Sabes si existe algo entre ella y Lucius? – pregunto la joven.
Snape se acomodó para mirarla a los ojos…
- No lo sé… ¿a qué viene esa pregunta? – la verdad es que estaba sorprendido por la observación.
- El día del ataque me pareció que estaba celosa de mi por Lucius, fue una sensación más que algo claro de sus gestos, pero no puedo olvidar esa mirada… Me pareció que me aborrecía más por el interés de Lucius en mi, que por ser una sangre mezclada.
- La verdad es que no me extrañaría. Bellatrix se ha… "divertido" con todos los mortífagos que ha podido, que han sido casi todos… – le confió su esposo.
Ahora fue ella quien se separó para poder mirarlo.
- No formarás parte de su lista ¿o sí? – la mirada de la joven volvía a ser de fuego.
- ¡Mira por donde aprieta el zapato! No, ella no es mi tipo… y creo que yo tampoco soy el de ella.
- Pero no te atrae la idea ¿verdad? – la llama de sus ojos aun no se apagaba.
- No, de su familia la única que me interesa es una de sus sobrinas… – y diciendo esto la besó apasionadamente.
La conversación continuó por bastante tiempo, hasta que el hambre les obligó a pensar en el desayuno. La señora Snape se dirigió a la ducha y su marido se encargó de arreglar la habitación (N/A: ¡uy que buen marido!). Al regresar la chica al dormitorio, encontró todo tan pulcro y ordenado como cuando entró por primera vez a ese lugar; a excepción claro de los muebles que él había agregado para su comodidad.
Comieron en silencio luego de hacer aparecer un suculento desayuno. Al terminar, Snape se sumió en el planeamiento de las primeras lecciones para cada nivel del colegio y esto permitió a su esposa que se dedicara a revisar sus antiguos conocimientos de pociones en los libros que su esposo le había proporcionado. Esta tarea les llevó casi todo el día…
Al llegar la noche, Snape se acercó a ella y le dio la última toma de la poción adecuada para las lesiones de la joven.
- Esta es la última. ¿Cómo te sientes? – le preguntó solícito.
- Bien, no te preocupes… creo que estoy completamente recuperada – le respondió mirándolo seriamente.
- ¿No sientes presión en el pecho al respirar? – siguió con el interrogatorio.
- Solo cuando estás cerca… – le dijo ella pícaramente y acercándose a besarle la comisura de los labios.
- ¡Oh vamos, compórtate! – bramó él.
- Pues si siento un poco de presión, pero no me molesta… además, no quiero comportarme bien, pero ya que no vamos a comportarnos mal juntos hasta que salgamos de aquí, tendré que resignarme… – dijo guiñándole un ojo.
Snape la abrazó y se besaron por varios minutos. Se separaron antes de no poder detenerse y se acomodaron en el sofá del salón.
- Mañana debemos salir temprano para el cuartel de la Orden – dijo Snape.
- No quisiera tener que ir. Traté tan mal a Dumbledore antes de irme, que me da vergüenza volver a mirarlo a los ojos.
- No te preocupes preciosa, él no es rencoroso. Además, si me perdonó a mi que había cometido decenas de crímenes como mortífago, de seguro te perdonará por un par de insultos… tal vez no te perdone por casarte conmigo, pero ese es otro problema – bromeó para intentar hacerla reír.
- ¡Severus Snape! No conocía esa vena humorística… ¡me encanta! – le dijo sonriendo y dándole un beso en la mejilla. El silencio se hizo mientras se miraban a los ojos hasta que ella volvió a hablar – nadie puede molestarse porque me casara contigo – dijo seriamente – porque eres lo mejor que me ha sucedido.
- No creo que todos estén de acuerdo con eso… uno en especial sé que va a odiarme…
- ¿Te refieres a Remus?
- ¡No! ¿cómo se te ocurre? – dijo irónicamente.
- Mira, el es mi amigo y aunque creo que sí estuvo interesado en mi, no creo que fuera tan serio como para que…
- Tú no lo viste estos últimos días, casi podría asegurar que quería matarme por estar casado contigo. A mi no me afecta, como comprenderás, me tiene sin cuidado lo que pueda decir… lo que quiero es que estés preparada para su reacción; puede que no sea agradable – le dijo su esposo seriamente.
- Creo que te equivocas… él es una persona muy dulce y si existió ese enamoramiento, ya debe habérsele pasado. – aseguró la joven, aunque en el fondo no estaba tan segura.
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En el número 12 de Grimmauld Place, dos hombres platican a la orilla de la chimenea.
- Probablemente venga mañana, prometió que me mantendría informado…
- ¿Y si no viene? Creo que deberíamos averiguar por nuestra cuenta – interrumpió Remus.
- No, es muy peligroso acercarse a ese lugar y podríamos ponerlos en peligro. Ellos creen que ella quiere unirse al grupo de mortífagos, si llegamos pueden creer que intenta comunicarse con nosotros y la pondríamos en peligro… – dijo Dumbledore tratando de tranquilizar al licántropo.
- ¿Y si está en peligro?
- Snape la proteger
- ¡No quiero que él la proteja! – bramó el hombre lobo – ella lo odia y no es justo que tenga que deberle tanto…
- Lo primero es que no creo que ella lo odie…
- ¡Lo odia! ¡Por eso está allá! Quiere desenmascararlo… ¿no ves que esto es muy duro para ella?
- Como te iba diciendo, no creo que ella lo odie y además, en este momento no hay nada que podamos hacer… Snape está a cargo de esto y sé que hará lo mejor para los dos…
- Me conformo con que haga lo mejor para ella…
- Remus, tienes que entender que ahora son un matrimonio y lo que sea bueno para uno lo debe ser para el otro… – comenzó el director y con un gesto impidió que Lupin le interrumpiera – el matrimonio que los une, está por encima de cualquier otro lazo que puedan tener con el resto de las personas que conocen… tienes que aceptar que ella no es ya la joven que conociste… es la señora Snape y como tal debes tratarla.
Remus observaba incrédulo al director, ¿realmente creería que ella continuaría con ese matrimonio? En poco más de una semana saldría del castillo de Voldemort y podría dejar esa farsa… ya se encargaría él de no tuviera inconvenientes que se lo impidieran; obviamente no consideraba la posibilidad de que ella no quisiera dejar a su marido, ¡perdón! a Snape… eso no era tema de discusión, lo dejaría al salir del castillo y todos felices…
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A la mañana siguiente, el matrimonio Snape se preparaba para salir. Esa mañana irían a reunirse con Albus Dumbledore al cuartel de la Orden del Fénix. Nymphadora estaba bastante nerviosa, no solo debía enfrentarse al director de Hogwarts con quien había reñido fuertemente antes de irse de la Orden, si no que era seguro que se encontraría con Remus y la verdad, aunque no quisiera reconocerlo ante su esposo, era que temía que hubiera un enfrentamiento entre él y su marido. Ahora que había aceptado que amaba a su esposo y este lo sabía, estaba segura de que no admitiría que otro hombre la pretendiera. Tendría que hablar con él al llegar al cuartel y realmente no quería lastimarlo…
- ¿Te encuentras bien preciosa? – preguntó Snape tomando a su esposa por la cintura. – te ves nerviosa…
- Lo estoy… – exclamó ella – ¡son tantas cosas! ¿crees que estén todos los de la Orden? ¿y los niños? – su expresión era ansiosa y lo miraba expectante.
- No lo sé. Hace dos días solo estaban Lupin y Dumbledore… – no pudo evitar nombrar al hombre lobo, quería ver la reacción de ella y lo que vio le dejó perplejo, parecía temer el encuentro con él, pero no iba a preguntar…
- Espero que si va a llegar más gente lo haga después de nosotros, quiero hablar con Dumbledore sin más testigos… ¡tengo que disculparme de tantas cosas! ¡Tú no sabes todo lo que le dije! Me avergüenzo de haber podido tratarlo de esa manera…
- ¿Quieres contármelo? – preguntó Snape con cautela. Esos dos últimos días habían sido de muchas revelaciones para ambos y aunque habían llevado a cabo tareas diferentes, sus conversaciones habían sido muy provechosas y cada vez, como si fuera un hechizo, estaban más cerca uno del otro y su relación se hacía más fuerte a cada momento.
La chica le narró su última reunión con Dumbledore y todas las cosas que ella le dijo. No le ocultó que el tema principal había sido su supuesta traición y las "pruebas" que lo condenaban. Él se interesó en esos datos y ella detalló lo mejor que recordó.
- No puedo creer que me investigaras tan bien y yo no me diera cuenta – comentó Snape.
- Pues la verdad es que dediqué mucho tiempo a alimentar mi teoría y, bueno… la verdad es que me obsesioné contigo – afirmó ella. – pero ahora sé que mis ideas estaban equivocadas, pero ¡no te engañes! Sigo obsesionada contigo – le dijo pícara al oído.
- Espero que sea así… – dijo abrazándola por la cintura. – no te preocupes por Dumbledore, está haciendo hasta lo imposible porque todo salga como lo he planeado. Hasta estuvo de acuerdo en que fueras conmigo a Hogwarts… incluso usó sus influencias para que la comunidad mágica se enterara de nuestro matrimonio.
- ¿A qué te refieres? – preguntó intrigada la chica.
- ¿No leíste "El Profeta" de esta mañana? – dijo agitando el periódico con su mano libre, pero lo suficientemente largo para que ella no pudiera tomarlo. – deberías interesarte más por lo que sucede a tu alrededor. Hay noticias que son… interesantes.
Su esposa intentaba tomar el periódico, pero Snape lo alejaba de ella cada vez que parecía que ya lo atrapaba.
- ¡Dime que es! ¡Déjame leerlo! – le insistía la joven.
- Esta bien… está bien… me refiero al artículo de Rita Skeeter – dijo el profesor entregándole el periódico.
- No me gusta leer lo que ella escribe – dijo ella frunciendo el seño.
- Este artículo te interesará. Se llama "En busca de la convivencia pacífica".
- El título es interesante, no parece un escrito de esa mujer… – en ese momento localizó lo que buscaba y se enfrascó en su lectura. Snape la miraba fijamente pendiente a todas sus reacciones. Al llegar a cierto párrafo la joven abrió desmesuradamente sus ojos, bajó el periódico y miró fijamente a su esposo.
- ¿Qué te parece? – preguntó él.
- ¡Es increíble! ¿Tú lo sabías?
- Dumbledore me dijo que intentaría comunicar la noticia por ese medio, pero la verdad es que no creí que fuera posible. En fin, pensé que sería una nota en la columna de sociales; pero esto es mucho más… interesante.
En el periódico que ella sostenía se podía leer un artículo acerca de la convivencia pacífica en el mundo mágico y la necesidad de que toda la comunidad mágica se una para luchar contra la amenaza común que les asecha: lord Voldemort. Uno de los párrafos en particular contenía la siguiente información:
"…uno de los mejores ejemplos de la convivencia pacífica se puede encontrar en una de las instituciones más reconocidas del mundo mágico: Hogwarts el colegio de magia y hechicería. El conocido profesor de pociones de esta institución, Severus Snape se casó hace unos días con la conocida auror Nymphadora Tonks. El destacado docente fue estudiante de la casa Slytherin y ella fue estudiante de Gryffindor. Otro dato interesante es que la chica es la única sobrina conocida de Sirius Black, quien fue acusado injustamente de asesinato hace algunos años y que fue el mayor rival de Severus Snape en sus años de estudiante. El matrimonio Snape es un perfecto ejemplo de la convivencia pacífica que debe reinar en el mundo mágico…"
- ¿Dumbledore se encargó de esto? ¡No puedo creerlo! Supongo que ahora todos tus estudiantes deben estar enterados de nuestra boda y esperarán ver un cambio en ti…
- ¿Cómo que un cambio? ¿Quién dijo que voy a cambiar? – dijo sorprendido el profesor.
- ¡Oh vamos! No me dirás que seguirás siendo el mismo amargado de siempre… recuerdo lo tenebroso que era asistir a tus clases…
- No recuerdo que me temieras lo más mínimo. De hecho eras bastante desafiante… aunque tu torpeza no te ayudaba mucho…
- Es mejor que dejemos el tema… – dijo la joven con una mueca – esperaré a ver como se presentan las cosas cuando estemos en Hogwarts… a ver que reproche tienes contra mi y mi trabajo… por ahora me preocupa más la ida a Grimmauld Place.
Él la besó tiernamente y se dirigieron a la puerta. Hacía dos días que ella no salía de la habitación. Se sorprendió al no encontrar mortífagos en todo el piso en que se encontraban. Se encaminaron a la salida más cercana y justo al llegar a la puerta vio a Bellatrix acercarse a ellos.
- Hola sobrina, veo que vas de salida… espero que te diviertas, porque yo voy a estarte esperando – agregó para que solo ella la escuchara.
- Si tiíta, me voy en este momento, pero no te preocupes, ya nos veremos a mi regreso… – dijo de la misma manera que la mortífago.
- No tendrás que buscarme…
La pareja salió del castillo y se dirigió a Londres. El plan consistía en viajar a la ciudad, y desde el callejón Diagon, trasladarse a una casa cercana a Grimmauld Place; desde ahí se encaminarían al cuartel.
Por suerte para todos, el programa no tuvo que sufrir variaciones y en poco tiempo se encontraban enfrente del cuartel de la Orden. Se detuvieron delante de la casa y él le preguntó.
- ¿Quieres entrar sola? ¿o prefieres que te acompañe?
- Prefiero que entres conmigo a la casa, no quiero que te quedes solo aquí. Pero prefiero hablar a solas con Dumbledore, si no te importa…
- Creo que es lo correcto. Su última conversación no fue agradable y tienes que arreglar eso tú sola. – afirmó el exmortífago apretándole suavemente la mano de la joven.
Se dirigieron a la puerta de la casa que aparecía entre los números 11 y 13 de Grimmauld Place. Al llegar a la puerta, tocaron el timbre y escucharon los potentes gritos de la señora Black. Luego, unos pasos presurosos se acercaron a la puerta y un demacrado Remus Lupin les franqueó la entrada.
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- No creo que debas sulfurarte tanto – aseguró el rubio mortífago que jugaba con su cabello. – esa niña no merece que te enojes así… – Malfoy se perdió en sus pensamientos sobre la señora Snape e ignoró la respuesta que Bellatrix le daba en ese momento. Él sabía que de darse un enfrentamiento entre ambas, Bella saldría victoriosa. Aunque la joven era buena luchando, su amante tenía años de experiencia y no jugaba limpio… solo esperaba que no lastimara mucho el cuerpo de la chica, quería que estuviera intacto para cuando él tuviera su oportunidad…
- …me las va a pagar – terminaba Bellatrix de asegurarle.
- Sé que no es rival para ti, pero tienes que aceptar que no se rinde fácilmente. Me gustaría saber que ha pasado estos dos días en esa habitación…
- No es de tu incumbencia, pero si tanto te interesa, te diré que parecían muy contentos esta mañana. Supongo que ya consumaron el dichoso matrimonio…
- ¿Celosa de tu sobrina? No me vas a negar que te intriga Snape, ¡vamos! ¡es el único que te ha interesado que se te ha resistido! Severus no es presa fácil, además tu relación tan áspera con Mary Ann, minó tus posibilidades con él… deberías haberlo aceptado.
Bellatrix lo miró con odio. Nunca nadie la había rechazado antes de que Snape lo hiciera y eso era una herida que permanecía abierta. Ese hombre no era su tipo, pero la había ignorado. No esta acostumbrada a que pasaran de ella, así que el se había convertido en una obsesión. Desde hacía un año que había vuelto a encontrarlo y sospechaba que los traicionaba, pero no iba a desenmascararlo hasta haberlo doblegado. ¿Sería cierto que era un traidor? En realidad no le importaba, solo quería hacerlo arrastrarse a sus pies para hacerle pagar el insulto que le había infringido.
- No me interesa Snape como hombre, ya deberías saberlo… lo que quiero es venganza. Mi sobrina puede hacerlo feliz y eso no lo voy a permitir… ¡eso es un juramento!
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- ¡Nymphadora! linda, que bueno verte – dijo Remus mirándola con ojos enamorados. El hombre lobo no vio al profesor de pociones que acompañaba a la hermosa auror, lo cual fue una gran suerte, pues de hacerlo se habría encontrado con una mirada asesina completamente dirigida a él.
- ¡Hola Remus! – dijo ella alegremente a la vez que le daba un abrazo y un beso en cada mejilla – me alegra ver que sigues en esta casa. – se separó de él y miró la casa detenidamente – ¡creí que cuando volviera a pisar este lugar sería en otras circunstancias!
La chica no podía olvidar que su promesa había sido regresar cuando tuviera las pruebas de la traición de Snape. Era altamente tranquilizante volver como lo había hecho, su desasosiego se había calmado y podía decir que, aun en su extraña situación, estaba en paz (al menos consigo misma). Esa sensación la embargaba, lentamente movió su mano hacia atrás y tomó la de su esposo. Caminó a través de la sala y Snape la siguió sin decir una palabra. Remus los miraba atónito, pero atribuyó tal familiaridad a la antigua amistad que los unía y a los días y experiencias compartidas últimamente, ¿o sería algo más?
- Snape, Dumbledore está esperándote… – dijo el licántropo.
- Bien – contestó el profesor – lo veremos ahora mismo. – y volviéndose a su esposa le dijo – hablaremos con él de lo que sucederá en los próximos días y luego te dejaré para que aclares con él los puntos que tienen pendientes.
La voz de Snape no admitía contradicciones, la joven asintió en silencio y le siguió. Lupin los miró alejarse sin comprender porqué su bella amiga no se había quedado hablando con él mientras Snape conversaba con el director. ¿Sería que prefería estar con ÉL? No, eso no era posible, tenía que existir otra explicación.
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La pareja entró en la biblioteca y Snape volvió a tomar de la mano a su esposa, tenía que darle ánimos, esto iba a ser difícil para ella. El anciano se encontraba de espaldas a ellos mirando por la ventana. Se volvió y clavó su dulce mirada en el matrimonio que había entrado en la habitación. En ese momento una gran sonrisa iluminó su cara…
- Nymphadora, ¡qué gusto verte! Me alegra que estés de vuelta… sabes que aquí siempre eres bienvenida… – con las manos hacia ella se acercó la jaló suavemente y le besó ambas mejillas. – parece que ustedes ya se llevan mejor – dijo con una mirada pícara.
La chica se sonrojó mucho, pero no le importó. El recibimiento que le había proporcionado el director le había quitado un gran peso de encima.
- Gracias profesor, la verdad es que tenía miedo de venir…
- ¡No te preocupes por eso! – dijo con un gesto – Todos hacemos y decimos estupideces cuando nos cegamos o nos convencemos de que alguna extraña idea es la verdad más absoluta. Ya hablaremos con calma sobre el asunto. Ahora me interesa saber cómo ha resultado todo, ¿podrán salir ambos del castillo para el inicio de clases? ¿qué quiere Tom con esta niña?
A partir de ese momento, la conversación giró respecto a las preguntas del director. Le informaron lo de su salida y de la extraña actitud de Voldemort con respecto a la salida de la señora Snape. Dumbledore concordó con ellos en que algún plan tenía en mente el señor Tenebroso y que deberían averiguar en qué consistía.
- Bueno – dijo Dumbledore – creo que no podemos hacer más por el momento. Me encantaría que gastaran todo el tiempo posible en las compras que deben hacer. Mientras menos tiempo estén en el castillo de Voldemort, más tranquilo estaré. Ahora Severus, te agradeceré que me dejes a solas con esta niña, tenemos una conversación pendiente…
Snape miró a su esposa y apretó suavemente su mano. El profesor de pociones besó la mano de la chica, se levantó y salió de la biblioteca.
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Remus Lupin, estaba solo en la cocina del cuartel de la Orden. En su mente había una gran confusión. La mujer que más había amado desde sus años de colegio estaba en la casa, eso lo hacía sentirse feliz, pero la extraña complicidad que percibía entre ella y el profesor de pociones le tenía preocupado, ¿y si ella no lo amaba como él la amaba? ¿y si Snape estaba enamorado de ella? Bueno, eso la verdad no tenía importancia, pues él también la amaba, lo que le preocupaba en realidad era… ¿y si ella se había enamorado de su esposo?
Todas esas dudas asaltaban al hombre lobo. No estaba seguro de las respuestas a esas preguntas, pero sabía que si ella no lo amaba, su vida volvería a ser oscura y triste. Ella había llegado a iluminar su vida y la necesitaba… pero todo era posible y si era cierto, tendría que acostumbrarse a mirarla y amarla de lejos.
Estaba casi seguro de que Snape estaba enamorado de ella, ¿cómo no estarlo? Hacía unos meses el había estado a punto de declarársele a la chica y él lo había interrumpido. Estaba seguro de que no había sido a propósito, pero casi pudo sentir el alivio del profesor de pociones cuando él entró solo a biblioteca. Snape parecía amarla en ese tiempo y ¿ahora?
Quedaba un detalle por descifrar ¿amaría ella a su marido? No lo sabía, ella se había comportado como siempre y no podía deducir de su forma de ser lo que pensaba. Si ella tenía que escoger entre los dos, no podía asegurar por cuál de los dos se decidiría… pero podía asegurar que no escogería a ninguno a menos que lo amara realmente.
Remus escuchó unas pisadas fuertes a su espalda. Las reconocía perfectamente… era Severus Snape.
- Tú y yo tenemos que hablar – le dijo el profesor de pociones.
- Te estaba esperando – contestó el licántropo.
Espero que les gustara el capítulo. Para el siguiente algunas conversaciones para aclarar las cosas.
Hola a todas las personas que leen la historia. Gracias por seguir ahí. Debido a falta de tiempo, les responderé los mensajes muy rápidamente, pues prefiero eso a tener que atrasar la entrega del capítulo (también por mi salud, porque aunque parezca mentira se reciben algunas amenazas…)
Aliance: hola ¿dónde estás? Espero que sigas con la historia, tengo que escribirte, pero como soy muy chapa, no guardé tu dirección. Así que tendré que entrar a fanfiction a buscarla, así que espero que no desesperes, te escribiré pronto.
Alexms: Hola Mayra, que bueno que me escribes, ya viste que yo te mandé los dos reviews últimos en un solo día ¡I´m sorry! Me alegro que te gustara, y espero que este fuera de tu agrado. Mira que me costó lo del artículo del periódico… Bueno wapa, más tarde te mando un correo porque tengo que comentarte algo.
Andreina Snape: hola, espero que te gustara este capítulo, como verás las cosas para cuando lleguen a Hogwarts ya van a estar un poco movidas, pues salió publicado, en fin, a ver que te parece como va esto… Cuídate.
Cami and Ron for ever: hola niña! No sabes como me alegra haberme equivocado con lo que me dijiste la vez anterior. Es un alivio saber que vas a seguir escribiendo (por cierto el último fue muy corto!!) Me alegra que te gustara el anterior capítulo y espero que este sea de tu agrado. Cuídate.
Clau de Snape: hola amiga, que bueno que estés por aquí. Sabía que ibas a ver la similitud entre tu personaje y el mío. Cuando leí tu parte de la historia yo también la sentí. Lo del compromiso de ella y Sirius va a estar en un fic aparte, pero no he tenido tiempo de escribirlo, así que creo que tendrá que esperar (apenas tengo tiempo de escribir este…) Espero que te gustara este capítulo también. Nos leemos luego… Cuídate.
Climenestra: hola!!! Te extrañé!! Bueno, pero has regresado… (qué trágica ¿no?) Me alegra que te gustara la historia de Mary Ann y que te gustara la conversación entre ellos. Espero que tengas chance de continuar tu historia pronto. Cuídate.
DarkAngelx20: hola, espero no haber despertado tu carácter Voldemort y que te gustara el capítulo. Cuando fui a Panamá estuve en la capital, en el Canal, la isla Monos y en otra provincia pero no recuerdo el nombre (pero hay un hotel que se llama Decámeron). Ciao, cuídate.
Elisa: hola niña, me encanta lo que dices que Tonks, pero vas a ver lo que les espera, aunque no es muy a como lo pintas, eso del traidor todavía tiene historia. Gracias por tu comentario, espero que te siga gustando la historia. Cuídate.
Ichan: hola wapa, que bueno que te gustara el azúcar de la vez anterior. Como puedes ver este es un poco menos dulce, pero todavía conserva un poco. Espero que te gustara, gracias por el mensaje y cuídate mucho.
Indira de Snape: hola, me alegra que te gustara la conversación y espero que este capítulo no te decepcionara, cuídate.
Kiche: hola, ¡no me mates! Pero el plan de Voldemort todavía no sale en este capítulo (ni en el próximo…) pero las cosas se van a acomodar un poco. Espero que te gustara este y que no te desesperes. Cuídate.
Llue: hola nueva lectora… espero que te gustara como continúo esto. Cualquier duda, comentario o sugerencia será bien recibida, así que no dudes en enviar tus comentarios que yo estaré encantada de recibirlos. Cuídate mucho y gracias.
Marissa: hola, lamento haberte sacado las lágrimas. Me alegra que te gustara y espero que este también. Cualquier duda, sugerencia o comentario no dudes en enviarlo. Cuídate.
Nariko: Hola, ¡no puedo creerlo! ¡14 capítulos de un tirón! Definitivamente, me quito el sombrero y te hago una reverencia… Gracias por todo lo que dices y espero que te siga gustando la historia. ¡Ah! Por cierto, no te preocupes mucho por Remus, que ya tendrá su historia… Cuídate y gracias.
Narua Black: hola Narua, no sabes la alegría que me da recibir mensajes tuyos (es que eres de mis escritoras favoritas…) Me alegra mucho que te gustara el capítulo y que la miel no te pareciera excesiva. Espero que este capítulo también te guste. Nos leemos… Cuídate.
Nocrala: hola adivina! Que bueno que estés por acá. Como de costumbre me lees la mente y sucedió casi como lo pensaste (pero voy a darte una sorpresa en los siguientes ¡ya verás!) Bueno mexicanita, espero que te vaya bien, que te gustara el capítulo y que me lo comentes como siempre… cuídate.
Perla Mery: hola, que bueno que nos alcanzaste, me alegra que te guste como va quedando la historia, espero que este capítulo no te desilusione. Gracias por los mensajes y no te preocupes si no puedes leer conforme publico, que igual lo lees luego y me cuentas…
Profion: hola ¿cómo estás? Gracias por el mensaje y el saludo. Me alegra que te gustara la reacción de Tonks, me temo que en eso se parece un poco a mi, es un poco explosiva. Cuídate.
Riegel: hola, lamente haberte puesto tan sentimental. La verdad es que no era la intención. Me alegra que te gustara lo de Mary Ann, espero que este capítulo también sea de tu agrado. Lo de Remus, pues ya ves como empieza… Cuídate.
Sara Fénix Black: hola niña, espero que me sigas ayudando con lo que sigue, porque estoy un poco a la deriva. No te olvides de darme ideas… Adiós chiquilina.
Sara-Ginny: hola wapa, gracias por alcanzarnos. Espero que te gustara este capítulo como los anteriores. Por suerte me escondo con otro nombre, pues debido a eso las howlers no han llegado todavía, que suerte ¿no? Lamento no poder actualizar más rápido, pero es que la universidad y el trabajo no me dejan mucho tiempo. Gracias y cuídate.
