Advertencia: Todos los personajes de esta historia son propiedad de J.K. Rowling. Esto fue escrito solo por diversión y no fue hecho con fines de lucro.
Hola, lamento mucho la tardanza, la única excusa es que estoy en final de cuatrimestre y eso me consume muchísimo tiempo… espero seguir publicando los lunes como ha sido costumbre… (lo de los viernes no me funcionó)
Gracias por los mensajes que han envidado y por leer la historia, aunque no envíen review. A las personas que mandaron mensaje, les contesto de una vez:
Andreina Snape: Hola amiga, hace días que no nos comunicamos, lo lamento, espero enviarte las historias pronto, es que la U no me deja. Por cierto, lo de Remus va ir por otro lado, pero creo que voy a tomar tu idea para la segunda parte de Grabado a fuego… me parece muy interesante.
Clau de Snape: hola amiga, que bueno que te gustara el capítulo. La verdad es que estaba bastante complicado para mi el hacer las conversaciones pendientes. No quería que Remus quedara muy lastimado, pero como le he preparado algo para más adelante tenía que ponerlo un poco melancólico y aceptando la situación para que calzara lo que sigue.
Creo que siempre voy a seguir actualizando para los lunes, es que se me volvió imposible hacerlo el viernes, así que va de vuelta al comienzo. Espero enviarte mañana el review, porque lo escribí en la oficina y se cayó la red cuando lo fui a enviar, así que espero que mañana me funcione.
Bueno wapa, nos leemos pronto (espero que actualices rápido…) gracias por todo y cuídate.
DarkAngelx20: hola niña, gracias por perdonar mi vida, solo espero que con esta nueva espera no me haya ganado una nueva condena… en este capítulo verás que no te dejo colgada, está bastante completito (eso espero). Cuídate mucho y recibe saludos desde tu país vecino.
Marissa: hola wapa, gracias por enviar tu review. A mi también me gustó como Snape trató a Lupin, creo que fue todo un caballero. Espero que este capítulo te guste, la verdad es que la parte final me costó bastante escribirla, a ver qué te parece. Cuídate…
Maru – Snape: hola chica, como verás los chicos siguen saliendo un poco ahora. Espero que te guste este capítulo. Por cierto, no creo que pronto escriba una historia de Harry y Ginny, la verdad es que me cuesta escribir sobre una pareja que no tenga a Snape como la parte masculina… pero ya veré que se me ocurre. Gracias por el mensaje. Espero que sigas en este rollo. Cuídate…
Meilin2: hola wapa, gracias por el mensaje. Leí tu historia, espero que te llegara el mensaje. La verdad es que Drucila provoque bastante más conmoción que la causada hasta el momento. Gracias por leer la historia y espero que te guste este capítulo. Cuídate…
Nariko: hola, ¡qué bueno que estés por acá! Con Remus estaremos más en el siguiente capítulo, espero que te guste. En este tienes razón, en el callejón Diagon siempre pasa algo, a ver qué opinas de lo que pasa en esta ocasión. Gracias por el mensaje y espero que este capítulo sea de tu agrado. Cuídate…
Nocrala: no sé si lo habré logrado, pero intento sorprenderte en este capítulo. Me alegra que te guste todo lo que sucede… Lo de Remus y los celos de Snape va a ser un poco difícil por el momento, ya verás en el siguiente capítulo. Bueno wapa, cuídate mucho y nos estamos escribiendo, por cierto ¿cuándo continúas tu historia?
Perla Mery: hola niña, como viste ya te pude enviar un par de reviews, espero no tener "presa" de historias otra vez. Gracias por el mensaje. Lo de Lupin se comienza a arreglar en el siguiente. Espero que este sea de tu agrado.
Safrie: hola niña, lamento el atraso, no fue mi intención pero no lo pude evitar. Espero que lo que sucede en este capítulo compense la demora. Lo de Remus lo iré arreglando poco a poco. Me sigue intrigando lo de mi carta, aun así enviaré otra a penas pueda. Cuídate.
Sakura-Diana-Black: hola wapa, me alegro que te gustara lo de los niños, como verás en este capítulo salen un poco más. Lo del callejón tiene su sentido ya lo verás y ¡ahora mismo! Eres una de las dos persona que (me parece) se imagina lo que puede suceder. Bueno, nos leemos…
Sara Fénix Black: hola! Como vez ya subí el capítulo. Gracias por hacerlo la vez anterior. Espero que quedara claro lo último que escribí, voy a tener que meter un par de párrafos para que sea más entendible. Por cierto, cuando sigue ¿"Esa chica es mía"? todavía estoy esperando…
SaraMeliss: hola wapa, espero que te guste este capítulo. Lo de Remus lo trataré un poco en el siguiente capítulo, espero que te agrade la solución que le he dado a esa parte de la historia. Gracias por el mensaje y los ánimos que me das, cuídate…
Taka-chan: hola de nuevo chica, me alegra que cada vez te guste más la historia. Espero que este capítulo no sea la excepción. Tienes razón: el amor cambia a la gente y los más duros caen con más fuerza. Deseo que te agrade lo que pasa ahora. Nos seguimos comunicando y gracias por los ánimos que me das.
Capítulo XVII: De compras
Nymphadora Snape fue bien recibida en la Orden del Fénix. Además, sería la encargada de los futuros aurores de Hogwarts.
Harry, Hermione, Ginny y Ron, estaban listos para partir. Debían comprar los materiales para el año escolar y se dirigían para el callejón Diagon. Cada año, se encontraban allá para hacer las compras, pero esta vez, viajarían juntos desde la Madriguera.
Ginny se había hecho muy amiga de Hermione y esto junto con su creciente amistad con Harry, le había valido un lugar en el grupo de amigos; por supuesto su hermano Ron estaba muy contento por esto, pues Ginny siempre había sido la menos sociable de sus hermanos y le agradaba que fuera feliz. Además, no podía negar que le encantaba esa amistad con Harry, ya que aunque era un chico sumamente celoso con su pequeña hermanita, no podía negar que Harry era el mejor cuñado imaginable.
- He elaborado una lista de cosas para cada uno. De esta manera no olvidaremos nada de lo que precisamos para pasar este año sin problemas – dijo Hermione a la vez que les entregaba un pergamino a cada uno con varios centímetros de largo.
- Gracias – respondieron todos entre dientes.
- Creo que es hora de irnos, si no nos apuramos mamá intentará ir con nosotros – dijo Ron acercándose a la chimenea.
Todos asintieron y uno a uno tomó polvos flu. Harry y Ron viajaron juntos y esperaron a las chicas con impaciencia. Luego, llegaron las dos jovencitas y juntos se dirigieron a comprar las cosas que necesitaban.
Después de llenarse de paquetes, se dirigieron a la tienda Sortilegios Weasley a saludar a los gemelos y a solicitarles que redujeran sus paquetes para poderlos guardar en sus bolsillos.
- ¿Supieron la noticia? – preguntó Fred. – Ayer vimos a Tonks y está tan linda como siempre, si se quiere más…
- ¿La viste? ¿dónde? – preguntó Hermione.
Los gemelos la miraron sin decir nada y ella comprendió que se refería a una reunión de la Orden.
- ¿Cómo se encuentra? – preguntó Harry. Él se sentía muy unido a ella, pues era la única "familiar" que le quedaba.
- Bien, hasta podría decir que parecía feliz. – dijo incrédulamente George.
- No veo porqué no debía estarlo. – dijo Ginny. Al ver la cara de incredulidad de todos, agregó – bueno, ha regresado con nosotros ¿no? – esto trajo una mirada de alivio al grupo; a los gemelos porque los chicos debían ignorar la unión de la joven a los mortífagos y a sus amigos porque pensaron que se refería a su matrimonio.
Luego de conversar largamente sobre el regreso de la joven al grupo, y de que los gemelos se contuvieran unas cuantas veces de decirles lo que sabían, los cuatro amigos se despidieron de los gemelos y se dirigieron a tomar un helado. Al entrar al local la divisaron. ¡Nymphadora Snape se encontraba sola en una de las mesitas del local!
- ¡Tonks! – grito Harry y antes de que pudieran detenerlo se acercó corriendo a la joven y la abrazó. Ella, bastante sorprendida, correspondió al abrazo y los recibió a todos con mucha alegría.
- ¡Harry! – lo reprendió Hermione – ahora no es Tonks, ahora es la señora Snape, ¿recuerdas?
Harry abrió mucho los ojos, pero asintió. Fue en ese momento que se percató de que su amiga-familiar era ahora la esposa del profesor que más odiaba.
- ¿Cómo debemos llamarte? – preguntó Ginny directamente.
- Ustedes pueden seguir llamándome Tonks, somos amigos ¿recuerdan? – la joven los invitó a sentarse con ella y ordenó helados de limón para todos.
La conversación giró entorno al regreso de la chica, pues ninguno se atrevía a preguntarle por su esposo. Ella comprendió que ellos estaban muriéndose por saber acerca de eso…
- Bueno, ¿quién va a atreverse a preguntar? – les dijo con una enorme sonrisa. Esto relajó al grupo. – vamos que no se diga que los Gryffindors no son valientes…
- ¿Porqué te casaste con Snape? – preguntó Harry seriamente.
Definitivamente esa no era la pregunta que ella esperaba, pues pensaba que ellos estaban enterados de su ingreso a los mortífagos. Logró esconder su asombro bastante bien y respondió.
- Porque lo amo Harry – dijo seriamente.
- Pero creí que amabas a Remus – dijo Ron.
- Me temo que muchas personas lo creían, entre ellas Sirius, pero están equivocados. Aunque les parezca difícil de creer, Severus es el hombre de mi vida y soy muy feliz con él.
Los cuatro la miraban entre sorprendidos y horrorizados, a la vez que ella les dirigía una cálida sonrisa.
- Sé que les va a costar entenderlo porque ustedes solo lo conocen como su profesor, pero es una gran persona. – al ver las caras de incredulidad de sus amigos, agregó – van a tener que conocerlo mejor… Cuando yo era su estudiante también le tenía un poco de miedo.
- ¿Fuiste su estudiante? – pregunto Hermione atragantándose.
- Sí, era uno de sus primeros años como educador, pero no te engañes, era igual de duro que ahora… estoy segura de que no ha mejorado. Es extraño ser ahora su esposa, sobre todo porque voy a estar en el mismo lugar en que lo conoc
- ¿Vas a estar en Hogwarts? – preguntó Harry con una inmensa alegría inundando sus ojos.
- Sí, ¿no recibisteis una nota con la carta del colegio diciendo que tendríais entrenamiento especial para aurores?
- ¡Sí! – dijeron los tres mayores del grupo
- Es maravilloso que vayas a ser nuestra profesora – dijo Ron.
- Creo que será genial teneros como estudiantes. Bueno, chicos debo ir a arreglarme, Severus debe estar por llegar y debo estar lista para ir a almorzar…
Todos comenzaban a recoger sus cosas y a asentir lentamente cuando escucharon una voz temiblemente conocida para los cuatro.
- Veo que encontraste compañía…
Los cuatro jóvenes estaban bastante impactados. El profesor de pociones estaba de pie a su lado y no lo habían escuchado acercarse. Para sorpresa de todos, no les dirigía una de sus congelantes miradas, toda su atención estaba centrada en ella, que le sonreía y miraba mientras se acercaba a él y lo abrazaba. Él parecía sorprendido de la muestra pública de afecto, pero no la rechazó.
- Buenas tardes profesor – dijo Hermione al notar que los miraba.
- Buenas tardes señorita Granger. – mirando a los demás agregó – jóvenes…
- Buenas tardes profesor – dijeron a coro.
Snape miró a sus esposa que lo veía divertida, definitivamente quería saber como se iba a comportar con sus jóvenes amigos… En vista que los chicos se retiraban, ella les dijo…
- Los espero a tomar té el primer día de clases, ¡no lo olvidéis! – el rostro de Snape era un verdadero poema, esperaba cualquier cosa menos tener que compartir su tiempo libre con esos chicos…
Los cuatro amigos se despidieron rápidamente y se alejaron de la pareja. No estaban muy convencidos de ir a tomar el té con Tonks, ella era una buena amiga y era familiar de Harry, pero tener que encontrarse con Snape, no era su idea de una tarde apacible.
- ¿Viste cómo lo abrazó? ¡y en público! – dijo Ron realmente sorprendido.
- Por supuesto… ¿qué esperabas? ¿no la escuchaste? Dijo que lo amaba, es normal que lo abrace, en realidad creí que iba a besarlo… – dijo Hermione.
- Sí, me quedé esperando el beso – dijo Ginny soñadoramente.
- ¿Pero qué dices? – dijo Ron con cara de asco – preferiría ver a Draco en mayas…
Hermione y Ginny notaron en ese momento que Harry no había dicho absolutamente nada. Se miraron y luego de hacerse señas, Hermione dijo:
- Ron, ¿me acompañas a buscar alimento para gatos? – el chico la miró atentamente y asintió. No era normal que ellos dos fueran solos, pero no podía negar que le agradaba quedar a solas con su linda amiga. Desde hacía unos meses, se había percatado de que solo cuando ella estaba presente él se sentía realmente feliz.
- Por supuesto… – y mirando a su amigo y a su hermana agregó – volvemos pronto.
Al retirarse Hermione y Ron, Ginny tomó la mano de Harry y lo obligó a mirarla.
- ¿Qué te pasa? – preguntó preocupada.
- ¿Los viste? Parecían felices… es extraño verlos juntos, pero ella parece quererlo…
- Por supuesto que lo quiere, eso lo sé desde hace más de un año…
- ¿Qué dices? – exclamó extrañado Harry.
- ¿Recuerda que las vacaciones anteriores Ron, Hermione y yo estuvimos en Grimmauld Place todo el tiempo? – al ver el asentimiento de Harry continuó – Tonks y Snape llegaban siempre para las reuniones de la Orden. Obviamente no pude verlos durante las reuniones, pero era muy interesante verlos mirarse cuando estaban en la cocina. Primero creí que era una extraña idea mía, pero luego noté que no solo yo me había dado cuenta. Mamá, papá, Moody, incluso Mundungus se habían dado cuenta de que Snape retrasaba sus salidas de la casa para poder hablar con ella. Era gracioso verlos entrar a conversar con Tonks acerca de cualquier tontería con tal de que Snape se despidiera y se fuera. Por unos días creí que ella les había pedido que la ayudaran en eso, pero luego me di cuenta de que a ella le molestaba que los interrumpieran. Una vez la escuché decirle a Sirius que las personas que a él no le agradaban no tenían porqué caerle mal a ella… otra vez oí como le decía a mamá que había sido grosera con Snape y que debido a su interrupción no se había enterado del final de no sé que historia. Así que tenía que ser algo del resto, a ella parecía agradarle que Snape la buscara para hablar.
- ¿Quieres decir que se enamoraron desde hace más de un año? ¿Porqué no me dijiste nada? – pregunto Harry de una manera bastante grosera.
- No era mi secreto Harry… además, no veo nada de malo en que se enamoraran. Primero creí que eran solo amigos, no tenía motivos para pensar que fuera algo más, nunca vi que se besaran o siquiera que insinuaran un agrado más allá del de amigos. – dijo la pelirroja muy seriamente – La verdad es que creo que eso le hará muy bien a los dos. Además, cuando Tonks se fue de la Orden ya no tenía sentido que les contara nada.
- ¿Crees que ella sea feliz?
- Ella dice que sí y no veo porque no vamos a creerle. Además, ¿viste cómo brillaban sus ojos cuando lo veía? – ella se detuvo a mirarlo en ese momento – …creo que está enamorada de él.
- Bueno, creo que tendré que hacer un esfuerzo para llevarme bien con él. Ella es la única familia que me queda…
- Harry realmente lo siento mucho… pero tu sabes que eso no es cierto. Todavía nos tienes a nosotros que te queremos como si fueras parte de nuestra familia – dijo la chica con una gran sonrisa.
- Sí lo sé, pero entiéndelo, ella es la prima de Sirius, es como si fuera mi tía… – Harry le sonrió a la chica y apretó su mano como signo de gratitud, ¡qué caray! Esa pelirroja era adorable…
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- Me alegra que llegaras tan pronto. Ya los niños habían acabado su helado y los estaba entreteniendo más de la cuenta. – dijo Nymphadora Snape a su marido. – Me arreglo en unos segundos y vamos a almorzar ¿te parece?
- No… – dijo seriamente el profesor de pociones, provocando el asombro de su esposa – creo que así estas perfecta, no necesitas arreglarte absolutamente nada. Además, me muero de hambre y tus segundos pueden convertirse en horas…
- ¡Eres malvado! – dijo ella con falso enfado – bueno, vamos a comer, quiero que me lleves a una tienda de mascotas, deseo comprar una.
- ¿Dónde piensas ponerla? ¿No será en mis habitaciones?
- Perdona, pero de ahora en adelante tus habitaciones se convierten en nuestras habitaciones, así que tendremos que discutir que va o que no va a estar en ellas…
- ¡No quiero una mascota! – su rostro mostraba cada vez más asombro y frustración.
- Ya verás, ¡será adorable! – dijo ella dando por terminada la discusión.
Snape caminaba incrédulo a su lado, ¿pero qué demonios estaba pasando? No recordaba que con Mary Ann tuviera ese tipo de discusiones; pero bueno, su primera esposa era una mujer bastante dócil y Nymphadora definitivamente no lo era… ¡Las mieles del matrimonio! Bueno, ya tendrían tiempo de discutirlo al almorzar.
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- ¿Crees que Snape y Tonks están realmente enamorados? – le preguntó Ron seriamente a Hermione.
- Creo que sí – dijo la chica con convencimiento – la verdad es que se veían bastante intensamente. Además, ni siquiera dijo una sola frase hiriente contra nosotros, parece que estaba bastante interesado en su esposa…
- ¡Es increíble! Ella casada con Snape – dijo Ron con cara de asco – pero, ¡si no es tan fea!
- ¡Ron Weasley! – le regañó Hermione – ¿quién te dijo que solo por ser hermosa no podía enamorarse de él? No sabemos que tan interesante pueda ser él… solo lo conocemos en las horas de clase.
- ¡Oh vamos! Era un mortífago ¿qué más quieres saber? – dijo el chico con cara de haber dado por concluida la discusión.
- Creo que me gustaría saber cómo se encontraron nuevamente. Si mal no recuerdo nadie sabía absolutamente nada acerca de su paradero…
- Tal vez él la encontró durante una misión para tú-sabes-quién – dijo Ron.
- Es una opción – dijo Hermione perdiéndose en sus pensamientos.
Ron la miraba atentamente, no podía evitarlo, se veía tan hermosa cuando se concentraba en la búsqueda de alguna respuesta… Bueno, si Snape había logrado conquistar a Nymphadora Tonks, tal vez él tuviera alguna esperanza con la castaña que tenía a su lado.
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El almuerzo del matrimonio Snape fue bastante tranquilo. Debido a la reciente recuperación de la chica luego del duelo con su tía, ella había descansado toda la mañana en el café donde encontró a los cuatro chicos. Ahora en la tarde, debía buscar todo lo que necesitaría para su nueva tarea: ¡preparar futuros aurores!
Después de que el matrimonio recorrió casi todos los locales, ambos estaban completamente agotados y no solo físicamente. Nunca en su vida habían recibido tantos saludos, felicitaciones y miradas tanto de desagrado como de complacencia.
Snape sabía que muchos magos no estaban de acuerdo con su matrimonio, los que en algún momento apoyaron a lord Voldemort, lo habían considerado siempre leal a la sangre y por tanto incapaz de casarse con una sangre mezclada; entre los que le conocían como profesor, también había descontento, pues lamentaban la suerte de esa hermosa chica. Por otro lado, algunos magos les felicitaban efusivamente al encontrarlos, ya que la voz de que el matrimonio se encontraba en el lugar se había corrido como pólvora y los miraban como si fueran una especie en peligro de extinción.
Con su carga de compras y luego de una ligera cena, se dirigieron al Caldero Chorreante. Habían separado una habitación desde la mañana y en ella se encontraban sus cosas y las compras que Snape hiciera en las primeras horas del día.
Era increíble que hubieran comprado tantas cosas y más aun que el día se hubiera acabado tan pronto. Era el momento de recoger las cosas y encaminarse nuevamente al castillo.
- Creo que eso es todo por hoy – dijo la joven mirando atentamente a su marido – creo que deberemos recoger las cosas y regresar… Voldemort debe estar esperándonos.
- Me temo que tendrá que esperar a mañana – dijo Snape lentamente. Su esposa lo veía con una mirada completamente sorprendida.
- ¿A qué te refieres?, dijiste que debíamos regresar hoy… – aseguró ella.
- Solo si terminábamos las compras – aclaró él – y me temo que aun no hemos terminado. Bueno, a menos que quieras regresar, en ese caso enviaré mañana una lechuza al dueño de la droguería para que envíe mi paquete a Hogwarts la próxima semana.
- Sigo sin comprender – dijo Nymphadora.
- Mira preciosa – explicó el profesor de pociones – esta mañana hice un pedido de ingredientes especiales que estaría listo a las seis de la tarde. Pero, ¡extrañamente olvidé recogerlo!
Ella lo miraba atentamente y valorando lo que él dijo le contestó:
- ¿No tenemos que regresar hoy? – sus ojos se iluminaron al decir esto.
- Pues no, como te digo, al menos que quieras hacerlo…
- ¡Sabes que no! Odio ese lugar…
- Bueno, ¡está decidido! Nos quedamos esta noche – y diciendo esto entró al cuarto de baño a darse una merecida ducha.
La señora Snape no podía creerlo… él lo había arreglado todo para que no tuvieran que regresar tan pronto al castillo. La verdad es que ese lugar le crispaba los nervios: Lucius y sus miradas lascivas, Bellatrix y su afán por hacerla sufrir y Voldemort con sus intrincados planes. No, la verdad es que esa pesadilla tenía que terminar. Al regresar al día siguiente, aun les quedaban dos días más antes de irse para Hogwarts… la verdad es que deseaba que esa semana terminara lo más pronto posible.
Lo mejor era dejar esos negros pensamientos para más adelante, esa era la última noche que podría estar con Snape fuera del castillo y lejos del colegio y sus estudiantes. "No puedo creer que estemos por terminar nuestra 'luna de miel' en este lugar. Creo que no me ha gustado mucho, la esperaba más… interesante. Todavía queda esta noche… ¿por qué no?"
Cuando Snape salió de la ducha, su esposa ingresó presurosa a ella y le dejó solo en la habitación. El profesor aprovechó para salir rápidamente de la habitación y del hotel, se dirigió presuroso a una tienda que ya cerraba e hizo un encargo.
Rápidamente volvió al hotel a buscar una botella de vino blanco y un par de copas. Ese tipo de vino era el preferido de su esposa, la había escuchado decírselo a Molly una de las veces que la mujer se aproximó a ellos para "rescatar" a Tonks del profesor. Consiguió la botella y regresó prontamente a su habitación. Con un movimiento de su varita, dejó la habitación a media luz y acomodó todas las cosas que compraron en un rincón del cuarto. La estancia estaba en penumbras, unas velas alumbraban el lugar y una música suave hacía más romántica aun la atmósfera de la habitación… "Debe estar por salir de la ducha, lo mejor será que prepare las copas. Parece increíble que ya mañana tengamos que ir al castillo. Creo que esto termina con el sueño, ¡ahora la realidad! Bueno, todavía queda esta noche… ¿por qué no?"
Unos momentos después, Nymphadora salía del cuarto de baño en un juego de dormir muy bello y con su largo cabello, castaño ese día, completamente alisado. El ambiente de la habitación era muy acogedor y al acercarse al sofá, su marido le tendió una copa de vino.
- ¡Vino blanco! Que agradable sorpresa ¿cómo sabías que me gustaba? – preguntó interesada.
- ¡No seas indiscreta!, cada quién tiene sus formas de enterarse de lo que le interesa… ¿qué clase de espía sería si revelara mis fuentes? – dijo con tono burlón.
A ella no le gustaba mucho que él fuera espía, en su cabeza aun resonaban las palabras de Dumbledore acerca del desgaste de los espías y lentamente se arrecostó a él para que no viera su expresión de preocupación.
- Desearía que no tuvieras que llevar a cabo ese trabajo tan peligroso – dijo ella.
- ¿Qué dices? Ahora más que nunca estoy clavado en esto. Tú estás de por medio ¿recuerdas? No puedo dejarte sola con todo, además, si me fuera Voldemort tendría que… – Snape se detuvo, ¡eso era! Comenzaba a comprender el plan del señor Tenebroso, por eso se comportaba de esa manera ¿pero engatuzarla? solo si… – nada. ¡No te preocupes! Además, de no hacerlo probablemente estarías casada con Peter Pettigrew…
- ¡No seas asqueroso! – dijo divertida la joven. – pero esta noche nada de eso me importa, lo único que quiero es que nos olvidemos de todo y de todos, ¿podría ser?
- Me temo que no – dijo él. Ella lo miró dolida y cuando hizo ademán de retirarse, él la retuvo – No puedo olvidarlos a todos porque nunca podré sacarte de mi mente…
Lentamente, Snape comenzó a besarla. Ella le respondió suavemente y lo abrazó como lo hacía todas las noches para dormir. Snape levantó en brazos a su esposa y la trasladó a la cama matrimonial que se encontraba al lado de la ventana de la habitación. Ella le miró bastante asombrada, pero no hizo el más mínimo gesto que le indicara que estaba molesta con el giro que daba la situación, por el contrario se abrazó más fuerte contra él y le besaba con más intensidad. El profesor de pociones se separó un poquito de ella y poco a poco comenzó a acariciarla y a desembarazarla de su traje de dormir.
Lentamente los dulces besos que se daban se convirtieron en apasionadas caricias y cuando fueron capaces de darse cuenta, estaban en su lecho intercambiando algo más que besos y caricias. Ambos eran felices. En ese momento no existía Voldemort, ni la Orden del Fénix, ni sus fantasmas, solo ellos dos y su amor. Si bien en un inicio habían planeado dejar la consumación de su matrimonio para luego de la partida del castillo, ninguno estaba dispuesto a detener lo que sucedía, ¡se amaban!
Esa noche la orden de lord Voldemort fue cumplida… aunque ninguno de los dos parecía recordarla.
Espero que les agradara el capítulo. Para la siguiente entrega, el regreso al castillo y algo de lo que lord Voldemort tiene en mente…
