Advertencia: Todos los personajes de esta historia son propiedad de J.K. Rowling. Esto fue escrito solo por diversión y no fue hecho con fines de lucro. La canción que aparece en este capítulo se llama "Todavía duele" y es interpretada por el gigante de la canción Nelson Ned.
Lamento mucho haber tardado tanto para actualizar, pero el final de cuatrimestre me tiene muy prensada. Este capítulo se lo dedico a Elanor Blackriver, espero que no te moleste lo que hice contigo. Gracias a todas las personas que leen el fic y dejan mensajes. Lamento que hayan tenido que esperar tanto para leer lo que sigue.
Les aviso que el siguiente capítulo estará para después del 13 de diciembre (día de mi último examen ¡Gracias a Dios!). De cualquier manera, la espera será menor que para este capítulo.
Capítulo XXIV: Gritos de auxilio
En el capítulo anterior, el matrimonio Snape discutió fuertemente y luego de varios días, acordaron hablar después de la cena de inicio de clases, aunque una mirada gris retuvo a Nymphadora más de la cuenta. Además, Remus y Aliance se encuentran cada vez más cerca el uno del otro.
Este capítulo tiene algunas situaciones que suceden en diferentes tiempos. Espero que se comprenda…
Remus estaba preocupado. Aliance lo notó, pero no quiso mencionarlo. Si él quería compartir sus problemas con ella, accedería gustosa, pero no iba a obligarlo. ¿Qué le sucedería? ¿Qué diría la carta que recibió hace dos días? Estaba segura de que había cambiado desde que recibiera esa misiva.
--------------------- Flashback ---------------------
- ¡Remus! – lo llamó Aliance – ¡ha llegado una lechuza para ti!
- ¿Para mi? ¡Qué extraño! Dumbledore quedó de no comunicarse conmigo… – dijo el hombre lobo acercándose al ave – es de Tonks…
- ¿De quién? – preguntó la chica extrañada.
- De una amiga muy querida. Se llama Nymphadora To… Snape.
- ¿Snape? ¿Familia de Severus Snape? – preguntó curiosa.
- Su esposa… – respondió Remus con un ligero dejo de tristeza.
Aliance no dijo nada, notaba que para Remus esa chica era importante…
Había dos cosas que le intrigaban: ¿sería esa la chica que había mencionado Remus cuando habló de un amor no correspondido? Estaba casi segura de que la respuesta era afirmativa. La otra duda estaba un poco más pregnada de curiosidad: ¿Snape se había casado? ¿cómo sería la chica? El primer apellido que mencionó le sonaba conocido… Tonks…
Severus Snape y Aliance se conocían de mucho tiempo atrás. Dumbledore se había encargado de eso… para la labor de Aliance las pociones eran importantísimas y Snape había sido su tutor por algún tiempo. Lo recordaba perfectamente: un hombre atractivo, muy serio, bastante irónico y ¿cómo olvidarlo?, ciento por ciento cínico… y se había casado con la mujer que amaba Remus, ¿o no?
Mientras ella cavilaba, Lupin abrió la carta. Primero parecía bastante asombrado por la llegada de la misiva y ahora, su actitud era más de preocupación… ¿serían malas noticias?
------------------- Fin del flashback -------------------
Remus había cambiado su actitud desde la llegada de la carta. Aliance lo notaba más silencioso y nervioso. Desde ese día sus conversaciones habían disminuido, él estaba preocupado. Aliance no podía evitar sentirse celosa… una sola nota de esa mujer y él estaba perdido en sus pensamientos.
Había confirmado sus sospechas acerca de la chica, nunca fueron compañeras pues Nymphadora era menor que ella, pero la recordaba, había ingresado a Hogwarts cuando ella salía… era una metamorfomaga y por eso era difícil de olvidar. ¿Qué tendría esa chica para enamorar a Snape y a Remus a la vez?
Porque había confirmado sus dudas, Remus amaba a esa chica, amaba a la esposa de Snape, y ella… ¿por qué le pedía ayuda a Remus? que ella recordara, Snape y Remus no eran amigos en su época de colegio; más bien al contrario…
Si Lupin no cambiaba de actitud para esa noche, le preguntaría… prefería quedar de metiche que verlo de esa manera… Además, estaban trabajando juntos y no podía permitir que se distrajera… ¿o sí?
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Ella le había escrito… ya hacía varios días que había recibido la carta y él aun no la contestaba… ¿qué podía decirle?
Ella le pedía ayuda, pero no le decía su problema… le decía que tenía una misión imposible, pero no le decía cuál era… decía que requería su colaboración, pero no le decía para qué… realmente era muy extraño.
- ¿Pero no tiene a Severus a su lado? ¿por qué tiene que recurrir a mi ahora? ¡tiene a su marido! – se decía Remus – debe ser algo que no pueda decirle a él… de lo contrario no acudiría a mi… ¿sospechará nuevamente de él?
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Aliance se acercó silenciosamente a Remus… ¡estaba tan ausente en esos días! Tenía que ayudarlo de alguna manera. Lentamente se sentó al lado del hombre lobo y puso su mano en el hombro de su amigo.
- ¿Te sientes bien? – preguntó la chica – parece que estás preocupado…
- Estoy bien – no pudo dejar de notar la dulzura con la que ella lo trataba. Incluso últimamente no había trabajado en el laboratorio, ya que ella parecía querer librarlo de todas las preocupaciones – ¿cómo va el trabajo? Hace días que no me pides nada para el laboratorio…
- No te preocupes ahora por eso… puede esperar un par de días hasta que te sientas con ánimo.
Remus no podía evitar pensar en las razones que tenía la señorita Krum para comportarse de esa manera con él… por instantes parecía ser que se sentía atraída por él y eso la llevaba a comportarse como lo hacía. ¿Le estaría dando la vida otra oportunidad? ¿Estaría listo para tomarla? No estaba muy seguro de las respuestas a estas preguntas, pero suponía que debería arriesgarse para saberlo…
Si vienes a hablarme de amor,
háblame dulcemente;
si quieres hacerme el amor,
hazlo muy suavemente…
porque ando muy lastimado
y me estoy levantando,
mi herida de amor poco a poco
va cicatrizando.
Lupin le sonrió dulcemente. Eso era suficiente para que ella se sintiera feliz. Así de tonta enamorada estaba… bastaba una simple sonrisa para que se le alegrara la noche. Sin darse cuenta y un poco sonrojada, le devolvió la sonrisa. Lo miraba atentamente, se veía triste, decaído pero dulce… ¿qué lo estaba atormentando?
- Mira, sé que la carta que recibiste te trajo malas noticias, o malos recuerdos, y comprendo que no nos conocemos lo suficiente para que confíes en mi para ayudarte, pero si quieres que colabore contigo para algo, solo tienes que decirlo… – luego de decir esto se levantó y se dispuso a salir de la habitación.
- ¡No te vayas! – dijo Remus – la verdad es que necesito una mano con esto…
- Por supuesto – dijo la chica con una sonrisa y rápidamente se volvió a sentar al lado del hombre lobo.
Iba a confiar en ella. Necesitaba confiar en alguien y, sobre todo, sentir el apoyo de una mano amiga, cosa que le hacía mucha falta desde la muerte de Sirius. Sabía que al menos la chica era una buena oyente; unas noches antes le había narrado la historia completa de los Merodeadores, sus mejores años y los más tristes y negros… había escuchado su relato y llorado con él… definitivamente podía ayudarle.
- Nymphadora Tonks… ella es todo un personaje, ¿la conoces? – preguntó al recordar que había estudiado en Hogwarts.
- Sí, es una metamorfomaga familia de Sirius, ¿no?
- Sí. Ella es una de mis mejores amigas… por mucho tiempo fuimos muy unidos; de hecho hasta unos meses antes de la muerte de Sirius – y poco a poco le fue narrando su extraña relación, sin ocultarle ningún detalle, su amor por la joven, la amistad que siempre compartieron, sus celos por el profesor de pociones luego de enterarse de su matrimonio, etc… solo calló las circunstancias de ese matrimonio, no podía olvidar que mientras menos personas supieran de un espía, este estaba más seguro.
Se notaba que Aliance estaba feliz, parecía ser que se sentía muy honrada por la confianza que Lupin estaba depositando en ella. ¿Sería algo serio para ella? porque él no soportaría jugar al amor y perder nuevamente…
Por eso te pido no juegues
con mis sentimientos,
porque aún está muy sensible
mi parte de adentro…
si no estás segura de ti
ya no des más ni un paso,
pues mi corazón ya no aguanta,
un nuevo fracaso.
Porque ya no estoy más a tiempo
de andar malgastando mi tiempo,
por eso ten mucho cuidado
con mi corazón…
Entonces, Remus lo sintió. Era una sensación de calidez en el corazón. Como si comieras el mejor chocolate del mundo y este nunca se acabara… Aliance no dijo gran cosa, la verdad es que se dedicó a escuchar al hombre lobo. Solo al finalizar la narración se atrevió a dar su opinión.
- Creo que si ella es tu amiga y tú la has querido tanto, no puedes ahora negarle tu ayuda. No me parece que ella haya traicionado la amistad que los une y si te pide ayuda, aun siendo la esposa de Snape, es porque realmente la está necesitando. ¿Qué piensas hacer?
- Supongo que voy a ayudarla… ¿Crees qué sea lo correcto? Sé que Severus se va a enojar cuando se entere, pero…
- Pero ¿qué? Si Sirius, James o Harry fueran los que te piden ayuda no lo dudarías. La diferencia aquí es que amas a esa chica y eso te hace actuar diferente… – agregó Aliance con gran dolor en su corazón.
- He aceptado que eso no puede ser, Aliance. Ella nunca va a amarme y lo sé. Al principio dolió mucho, pero ya lo superé. El problema es dejar atrás todos los sueños que forjé y que ya no tendré tiempo de realizar… Pero tienes razón, todo esto no es culpa de ella… voy a ayudarla.
Aliance le sonrió tristemente, en el fondo sabía que era lo correcto que Remus ayudara a su amiga, pero también sabía que él iba a sufrir mucho en el proceso; por eso agregó:
- Yo te ayudaré en todo lo que pueda. Sabes que puedes contar conmigo.
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Nymphadora Snape se desponía a salir del comedor cuando detectó nuevamente una mirada gris que la atravesaba. Levantó la vista y lo vio: Draco Malfoy… su primo.
La relación entre ellos dos no parecía ser muy cercana, realmente el chico no era muy agradable con nadie, cuando se encontraban en la calle, los Malfoy siempre ignoraron a la metamorfomaga.
Cualquiera que los viera en esa situación diría que no se conocían, pero la verdad era que los primos tenían una relación bastante más cercana. En algunas ocasiones, cuando el chico aun era un niño pequeño, se habían encontrado en el parque. La nana de Draco, Elanor Blackriver, era una de las mejores amigas de Nymphadora y eso había hecho que la chica tratara a su primo lejos de la molesta vigilancia de sus padres y entre los dos había surgido una especie de amistad.
En ese momento Nymphadora pensó en dejar la conversación con el chico para después, realmente necesitaba alcanzar a su esposo que ya había salido del comedor, pero sabía que Draco había perdido a su madre hacía poco tiempo y estaba segura que su padre no se preocupaba mucho por él. Ya solo quedaban ellos dos en el salón.
- Hola Draco – saludo la joven.
- ¿Por qué no me lo dijiste? – preguntó el chico a quemarropa.
- ¿Qué cosa? – preguntó ella amablemente y con una sonrisa – ¿qué me casaba con tu profesor de pociones? ¿qué sería docente este año? ¿qué…
- ¡Qué te unirías al Innombrable!
- ¡Cállate! – dijo la chica perdiendo la compostura. Miró alrededor un poco asustada y aunque vio que estaban solos bajó el volumen de su voz – ¡no grites! Eso es algo que no entenderías… ¿cómo te enteraste? – susurró.
- Mi padre… hasta hace unas semanas estaba con él en el castillo oscuro, una noche llegó molesto con el profesor Snape porque le había "robado" su presa… tomó mucho. Estaba borracho cuando ella llegó, cuando hablaron me enteré de la "buena nueva".
- Así que lo sabes desde el primer día…
- ¡Sí! Pero, ¿en qué estabas pensando?
- ¡Lo amo! – aseguró la chica.
- No me refiero al profesor Snape, aunque tengo que aceptar que me pareció extraño…, ¡me refiero a los mortífagos! ¿quieres ser esclava de ese "ser" toda tu vida? Si no te cuidas, pronto te marcará como una "cava".
- Se dice "vaca" y ya tengo la marca…
- Definitivamente eres tan loca como torpe – dijo el chico con una mueca.
- ¡Gracias Draco! Tu apoyo me conmueve…
- Sabes que eres una de las pocas personas que quiero, así que no te molestes… Es que me parece mentira que echaras por la borda todas tus ideas de igualdad y de justicia. ¿Realmente estás con él? Era más fácil pensar que yo me uniría a él… ¡no tú!
El chico era más listo de lo que los demás pensaban. Definitivamente tendría que hablarle claramente, pero ese no era el momento.
- ¿Lo sabe Elanor?
- Sí. Papá me envió a su casa porque fui la excusa ideal para que no fueras mi "madrastra". Eso lo tuvo enojado bastantes días…
- Bueno, supongo que eso debes agradecérmelo. Al menos pasaste parte de tus vacaciones con gente agradable y que te quiere mucho…
- ¡Hey! Mi padre me quiere, a su manera, pero me quiere…
- Bueno, ahora no puedo quedarme más. Tengo que hablar con mi esposo de algo importante… ¿nos vemos luego?
- Claro, señora Snape… ¡qué diablos! Se me hace extraño que estés casada y con el profesor Snape… aunque tengo que admitir que él tiene buen gusto…
- Gracias por lo que me toca, ahora ve a dormir si no quieres que te rebaje puntos por estar fuera de tu sala común a estas horas…
Draco le sonrió de medio lado y se marchó. Ahora tenía a su prima cerca y eso era una ganancia para él.
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Había respondido la carta. Sabía que no era apropiado que se comunicara con alguien de la Orden, podía ser peligroso para su misión, pero no pudo evitarlo… ella era su amiga y lo necesitaba.
Que todavía duele, duele.
Esa herida me duele, duele…
y el recuerdo me hiere, hiere,
no lo puedo negar.
Sabía que mientras más contacto tuviera con ella, más difícil le sería olvidarla, pero no podía negar que ahora que estaba lejos y en compañía de Aliance, le era más sencillo pensar que lo lograría…
Si sus cálculos no le fallaban, la carta llegaría el día de inicio de clases en la noche…
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Nymphadora Snape caminaba presurosa hacia sus habitaciones. Sabía que era el momento de la verdad, tendría que hablar con su marido sobre todo lo que estaba sucediendo.
En la biblioteca había averiguado mucho sobre el hechizo que le había impuesto lord Voldemort. Sabía que no podría decirle a nadie la misión que le habían encomendado, no era aconsejable responder preguntas directas sobre ella y era imposible que comentara sus acciones al respecto con nadie… por otro lado, sí podía contarle a los demás que estaba bajo el efecto de ese hechizo y eso le iba a ser de ayuda esa noche.
Lo tenía todo planeado. Le diría a Severus que lord Voldemort le había encomendado una misión y la había hechizado. Que ella no podía decirle nada porque lo amaba demasiado para arriesgarlo, pero que le agradecería que le ayudara a elaborar algunas pociones que podía aprovechar para llevar a cabo el trabajo asignado. Si lo hacía parte de esto, tal vez lograra que no se enojara mucho más de lo que ya estaba…
¡Qué equivocada estaba! Snape no estaba molesto con ella… estaba muy preocupado… él era el llamado a protegerla y no podía hacerlo, la amaba y no podía ayudarle a llevar la carga…
Eso era lo que más pesaba sobre las espaldas del profesor de pociones mientras esperaba a su esposa en sus habitaciones.
La cena había concluido hacía casi una hora y ella aun no llegaba, ¿sería que ella en realidad no quería que hablaran? Él era quién le había pedido que conversaran, pero ella había accedido, entonces, ¿por qué no llegaba? En este castillo no podía pasarle algo pero, si había sido convocada sin que él se enterara…
Un ruido en la ventana lo hizo reaccionar… era una lechuza gris y parecía muy cansada. Snape abrió la ventana y el ave voló hasta el escritorio. Él se acercó para tomar la nota, pero el pájaro se negó a dejarlo tomarla…
- ¿Es para la señora Snape? – le preguntó a la lechuza.
Esta solo ululó como respuesta y él se alejó de ella, ¿quién le escribiría a su esposa?, ¿viejos amigos? Era obvio que no era del Innombrable, pues él lo haría por medio de la marca, ¿sería del Ministerio? Ella había solicitado un permiso sin goce de salario por un mes… ese tiempo se agotaba y podría ser un llamado de su jefe. ¡Ella no podía regresar al Ministerio! Con esa marca en su brazo era muy peligroso para ella seguir con los aurores sin que ellos supieran de su conexión con la Orden del Fénix. Por otro lado, al haberse casado con un hombre fichado por el Ministerio era posible que fuera una amonestación o una nota para indicarle que no regresara nunca… Estos y otros negros pensamientos pasaban por la mente de Severus Snape mientras esperaba la llegada de su esposa… ¿por qué tardaba tanto?
Se disponía a salir a buscarla cuando escuchó que abrían la puerta principal de sus habitaciones. Levantó la mirada y percibió unos enormes ojos violeta que lo observaban fijamente.
Ella se veía tensa… parecía nerviosa por el recibimiento que él podría brindarle… se veía muy hermosa, ¿no sería mejor decirle de la misión que le habían encomendado? Así al menos ella no se molestaría más con él y podrían buscar juntos una solución…
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- Me parece muy bien que tomaras la decisión adecuada – dijo la mujer mirándolo fijamente.
Su mirada no era de su agrado. Él sentía que intentaba entrar en su mente cada vez que veía sus ojos.
Ella estaba intentando seducirlo… eso ya lo había percibido… ¿debería seguirle la corriente? Se notaba que en sus tiempos había sido una mujer hermosa, pero ahora con años en presidio sobre sus espaldas, la belleza se le había esfumado dejando solo las huellas de su paso. Además, ella estaba casada y su marido se encontraba en el castillo… aunque eso no parecía importarle a nadie.
- Sé que es la decisión corrreccta… – le respondió Víktor – estoy del lado adeccuado.
- Supe que formaste parte del torneo de los tres magos… – dijo acercándosele – lastimosamente no pude estar en la fiesta que hubo después…
- Fue una grran noche…
- Lo fue – ella lo miró intensamente y guardó silencio por unos instantes – Entonces, ¿conoces a Harry Potter?
- Sí, es un chico interresante. Sé que nuestrro señorr se desharrá de él sin prroblemas.
Nuevamente ella se quedó en silencio mirándolo de forma más penetrante que las veces anteriores.
- Así que pociones… es agradable tener a alguien capaz de hacerlas correctamente y que además sea… interesante – para ese momento, Bellatrix ya tenía al joven completamente acorralado contra la pared del solitario pasillo en que se habían encontrado.
El chico le había gustado desde que lo vio en presencia de su señor. Era fuerte y atlético… y sobre todo joven. La mayoría de los mortífagos eran personas mayores y los hijos de estos no tenían permitido ir al castillo. Al único que había visto una vez allí era a su sobrino Draco, que fue llevado por su padre luego de la muerte de Narcisa, gracias a un permiso especial del Innombrable. Pero este chico era impresionante y… oscuro. Un mortífago de Bulgaria, uno de los suyos que necesitaba que lo ayudaran a adaptarse al castillo. Ella iba a hacerlo y lo adaptaría también a su cama…
- El prrofesorr Snape es interresante. Lo conocí en Hogwarrtss… me sorrprrendió que fuerra del grrupo.
- ¡Es un traidor! – afirmó ella con odio, como lo hacía siempre que podía – y pronto todos se darán cuenta.
Esta afirmación sorprendió a Víktor Krum. Según Dumbledore, Snape no corría ningún peligro; pero esta mujer parecía estar tramando algo. Tendría que averiguarlo.
- ¿Trraidorr? – "¿Porr eso necessitan a alguien nuevo que trrabaje las pociones?" – entoncess, ¡hay que eliminarrlo! ¡Hay que comunicárrselo a nuestrro señorr!
El chico hizo ademán de separarse de ella para ir hacia el salón de lord Voldemort; pero ella lo retuvo tomándolo fuertemente por el brazo. Lo jaló y lo pegó a su cuerpo.
- No puedes ir a ver a mi señor sin que él te llame… pero no te preocupes, porque él ya lo sabe, y pronto ya no nos molestará más. Solo hay que esperar un poco…
Ella se acercó peligrosamente a él y sin previo aviso lo besó apasionadamente.
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La chica ingresó lentamente a su habitación. Su marido la estaba esperando y, si sus instintos no la engañaban, su llegada lo había tranquilizado bastante.
- Lamento el retraso, pero Draco me retuvo en el salón principal…
- ¿Draco? Tienes que tener cuidado, ese chico es peligroso. Te recuerdo que su padre esta bastante obsesionado contigo. Además, ese chico es partidario de la pureza de la sangre.
- Te recuerdo que es mi primo. Lo conozco, sé que cree en la pureza de la sangre, pero es demasiado egoísta y ambicioso para unirse al Innombrable. Precisamente eso me estaba reclamando – le dijo a su marido. Luego, mirando la sorpresa reflejada en el rostro del profesor, agregó – Aunque parezca imposible, él y yo somos muy buenos amigos. Sus padres nunca quisieron que se relacionara con mi familia, pero su niñera y yo éramos, o somos, muy buenas amigas. Elanor y yo nos veíamos siempre que ella llevaba a Draco al parque, así que somos bastante cercanos.
- Aun así no debes confiar en él… su padre es un mortífago y sabe sacar información de las personas que quiere y no se detendrá porque sea su hijo… Hazlo por la seguridad del chico…
- Bien… pero no creas que le he contado nada de mi situación con los mortífagos o contigo. Solo me decía que había cometido una estupidez al entrar al círculo del Innombrable.
- Al menos en algo tiene razón el chico…
Ella no pudo evitar sentirse herida por el comentario del profesor de pociones. Si ella no hubiera entrado al grupo de lord Voldemort, probablemente nunca se habría casado con él; ya que aunque desechara sus sospechas acerca de él, no era probable que él admitiera que la amaba…
- Es una lástima que pienses eso… – dijo ella reteniendo las lágrimas – supongo que solo hago estupideces…
Snape estaba realmente confundido… ¿a qué venía esa reacción? De pronto lo comprendió y sin poder evitarlo se acercó a ella y la abrazó.
- Perdóname, no quería decir que todo había sido una estupidez… las consecuencias han sido muy variadas, pero preferiría que no estuvieras metida en todo este embrollo – le dijo quedo y al oído. Ella primero reacia al contacto de su marido, se relajó y le devolvió el abrazo. Hacía muchos días que no se encontraban de esa manera, cerca y demostrándose lo mucho que se aman…
Snape percibió el peligro de la situación. Debían hablar antes de actuar y la conversación que tenían pendiente era muy interesante. Él se encontraba a punto de separarse bruscamente de ella cuando la lechuza ululó para llamar la atención de la chica.
- ¿Una lechuza? – dijo la chica separándose de su marido y arrimándose al escritorio en que se encontraba el ave.
- Sí – le respondió Snape – llegó hace un rato pero no me permitió tomar el mensaje. Supongo que es para ti. Ya lo había olvidado… – "debes concentrarte, no puedes estar olvidando cosas solo por que ella se encuentra cerca" se recriminó seriamente.
La joven ya había tomado la nota y entregado comida al ave cuando él volvió a centrar la atención a lo que sucedía en la habitación.
- ¿Quién te escribe? ¿Es del Ministerio? – preguntó recordando sus temores de antes.
- No. Es de Remus.
La chica se había enfrascado en la lectura de la carta del hombre lobo, por lo que no vio la mirada de odio que le dirigió el profesor de pociones al trozo de pergamino que tenía ella entre sus manos…
Eso es todo por ahora. Lamento el retraso, deseo que piensen que la espera valió la pena…En el siguiente capítulo, el matrimonio Snape tiene que poner en práctica sendos planes para intentar sobrevivir a los planes de lord Voldemort.
En vista de que estoy un poco presionada por el tiempo, no voy a contestar reviews en esta entrega, si Dios lo permite lo haré para la siguiente. Les agradezco de todo corazón por los mensajes; gracias: Nocrala (bienvenida otra vez, mexicanita…), pupi – chan, mrs. Brandon, miss Andreina Snape, Anna, la hija de la oscuridad, Nariko, Elanor Blackriver, strega-in-progress, Sara Fénix Black, Meilin2, Rhian Malory, marissastack, laurana-malfoy-rin, Sheamoonie, Antiope Black, Cami and Ron for ever, Noctis Black Snape, Iraty Rowling. Gracias por sus mensajes, por seguir la historia y sobre todo por darme ánimos para seguir adelante. Mil gracias!!!!!!!!!!!
