Advertencia: Todos los personajes de esta historia son propiedad de J.K. Rowling. Esto fue escrito solo por diversión y no fue hecho con fines de lucro. Las canciones que aparecen en esta historia son: "Luz" del maravilloso, genial y absolutamente sorprendente cantautor español Miguel Nández y "Todavía duele" que es interpretada por el gigante de la canción Nelson Ned.

Hola a todos y a todas. Quiero agradecerles por el apoyo que me han dado hasta el momento y por los mensajes que me envían en cada capítulo, es realmente reconfortante que les guste y que sigan leyendo. Así es que gracias a: Vika Riddle, Dany Black, Iraty Rowling, Abby Lockhart, Sami, Florence Rose, Marcela9, Elanor Blackriver, Miss-Andreina-Snape, Nariko, Laurana-Malfoy-Rin, Larzuwa, Edysev, Nisse y Pupi Chan. Estoy un poco prensada con la universidad, así que esta vez no voy a poder contestar reviews, pues si tengo que esperar a poder sacar el tiempo para hacerlo, el capítulo saldría dentro de dos semanas más y la verdad es que me apetece que lo lean de una vez… sobre todo porque en él hay cierta conversación que hace un tiempo se espera. Este capítulo está dedicado a Sami y Larzuwa, espero que lo disfruten. Sin más preámbulos les dejo con el:

Capítulo XXX: Reunión secreta

A una semana de la cita que tiene el matrimonio Snape con lord Voldemort, todos tienen algo en qué pensar. Los planes han seguido su curso y ahora deben llevarlos a la práctica.

– Hola preciosa, – dijo con voz profunda el profesor Snape – no esperaba encontrarte aquí.

– Hola amor mío – respondió ella dándose la vuelta y sonriéndole abiertamente.

Ambos hablaban como si nada hubiera estado separándolos estos últimos días, pero en el fondo los dos sabían que tenían que aclarar muchas cosas.

Se quedaron viendo por unos segundos. Se encontraban completamente solos y el profesor Snape hizo una pregunta que dejó fuera de base a su esposa.

– ¿Cómo entraste a la habitación?

– Bueno, es mi habitación, no tengo que sacar permiso para venir a ella – dijo un poco molesta porque le preguntara semejante cosa.

– No me refiero a eso, pregunto la vía que utilizaste para llegar aquí – dijo un poco inquieto.

– Usé la chimenea¿por qué lo preguntas? – dijo apreciando que la preocupación de su esposo disminuía.

– No quisiera que nos vieran entrando al mismo lugar… eso podría traerse a bajo el sacrificio de estos dos meses – dijo casi como un murmullo.

Ella se quedó viéndolo fijamente por unos instantes, se veía cansado y un poco, bueno… bastante, triste. Snape se acercó a donde estaba Pascual y lo tomó con su mano derecha. Se acercó a ella y le dijo.

– Tenemos que hablar. ¿Nadie te vio venir? – preguntó él.

– No. Estaba sola en mi despacho.

– Bien. Regresa por la misma vía y mantente allí. Siempre te quedas hasta la cena ¿no? – ella asintió silenciosamente, así que él siguió hablando – Llevaré a Pascual a los jardines como lo hago siempre. Lo regresaré aquí e iré a mi despacho. Llegaré al tuyo por la chimenea, envíame un aviso si hay alguien allí alrededor de las seis.

– ¿Crees que nos están vigilando? – preguntó recordando la conversación que tuvo con Draco esa mañana.

– No, no lo creo… estoy seguro – y salió de la habitación con Pascual en sus manos, directo a los jardines de Hogwarts.

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Draco estaba siguiendo las instrucciones que le había dado su prima y se disponía a responder con la mayor sinceridad posible las preguntas que le había enviado su padre. Para hacer esto había estado vigilando al matrimonio Snape. Para poder vigilarlos a ambos contaba con la ayuda de Pansy Parkinson, una de las estudiantes de su casa y cuyo padre también era seguidor de lord Voldemort, aunque no era mortífago.

Él había vigilado al profesor Snape y ella a la profesora de defensa contra las artes oscuras. La chica le había informado que la señora Snape había atendido estudiantes y luego, se había encerrado a trabajar como hacía casi siempre. No la había visto más, pero un rato más tarde había llamado a su puerta para hacerle una pregunta y ella le había respondido como siempre. El escritorio estaba lleno de trabajos calificados y suponía que eso había estado haciendo.

Él, por su parte, había seguido a su profesor a las habitaciones que debía compartir con su esposa. Se había tardado un poco en salir con el conejo, no estaba seguro, pero le parecía que se había tardado más de lo necesario. Había llevado al animal a los jardines igual que cada tarde, lo había regresado a sus habitaciones y luego, había entrado a su laboratorio cerrándolo a cal y canto… como siempre.

Comenzó a responder el cuestionario enviado por su padre. Para ello describió con lujo de detalle lo que había visto hacer a la pareja desde el inicio del curso, esta descripción la realizó a grandes rasgos y cuando llegó a las preguntas de los últimos días; detalló las acciones de ambos durante la vigilancia a la que los habían sometido. Después de releer lo que había escrito, selló el pergamino, buscó una lechuza del colegio y envió sus notas con rumbo al castillo oscuro.

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Nymphadora Snape regresó a su despacho apenas su esposo traspasó la puerta de las habitaciones. Fue una suerte que lo hiciera, pues cuando salía de la chimenea escuchó unos tímidos golpes en su puerta. Con un sencillo hechizo, limpió la ceniza que se había esparcido por el despacho, ubicó trabajos estudiantiles en su escritorio y abrió la puerta. Una joven de túnica verde ingresó al recinto y le sonrió diciendo que requería hacerle una consulta acerca de una tarea pendiente, la joven era Pansy Parkinson.

La señorita Parkinson se retiró prontamente, luego de hacer una pregunta bastante estúpida. Esto verificó lo que su marido le había dicho, ambos eran vigilados por los estudiantes del colegio. La joven profesora cerró la puerta y se dispuso a seguir revisando los deberes de sus estudiantes, a la espera de la llegada de su esposo.

No tuvo que esperar mucho. Cerca de las seis de la tarde, aseguró la puerta, recogió sus cosas y se arregló un poco. Terminaba de peinarse cuando escuchó un pluf en la chimenea y una voz que la llamaba.

– Nymphadora¿dónde estás? – dijo su marido.

– Aquí – respondió ella acercándose a él con una sonrisa – ¿cómo te encuentras?

– Bien, en lo que cabe. He trabajado mucho estos días que paso todas las noches en el laboratorio…

– Sigo sin comprender por qué te fuiste…

– Era necesario, yo también tengo una misión¿recuerdas?

Ella solo asintió, pero prefirió no preguntar, sabía que al final se enteraría de una u otra forma.

– ¿Aun estás molesto conmigo? – preguntó ella con un murmullo de voz.

– No. Me molesté cuando supe que le habías pedido ayuda precisamente a él en lugar de a mí. No puedo evitar ser un poco celoso – dijo sentándose en una silla cercana al escritorio de la chica.

La joven se acercó a él y se acuclilló a su lado, tomó una de sus manos entre las suyas.

– No tienes que estar celoso de él. Tú sabes que te amo. Remus es, y siempre seràsolo un amigo para mí. No sé cómo explicártelo… la misión que me asignaron¡no me preguntes qué es, pero está relacionada contigo y no puedo arriesgarme a que te veas implicado – dijo quedamente.

– No te preocupes, te comprendo, pero no por eso deja de dolerme que me hagas a un lado – respondió sin levantar la voz – así que me alejé, por eso y por otras razones que no puedes conocer.

– No voy a preguntarte, pero ten claro que he hecho todo lo posible para que salgamos bien de este trance. Remus ha sido de gran ayuda y solo tengo palabras de agradecimiento para él – luego de una pausa, tuvo que pasar al tema de lord Voldemort y preguntó – ¿Ya te llamó?

– Sí, supongo que nos citó para el mismo día: Halloween.

– Sí. No comprendo porqué escogió esa fecha.

– Es una fecha especial, los magos, mortífagos o no, pueden salir al mundo muggle sin despertar sospechas y lo aprovechan para muchas de sus matanzas purificadoras. – al decir esto la cara de su esposa se ensombreció – Además, debido a la fiesta de la escuela, podremos salir sin que se note nuestra ausencia y eso nos queda de perlas.

Ella se levantó suavemente y se encaminó a la ventana.

– ¿Crees que todo esto se arregle? – le preguntó quedamente.

– Ya verás que sí – respondió él – no te preocupes… tú has tomado tus medidas y yo he tomado las mías.

– Lo que me molesta es que estemos distanciados… pero tienes razón, nos están vigilando.

– Te lo dije. La mayoría de los Slytherin son hijos de mortífagos o de simpatizantes del señor Oscuro, y tienen ojos en todas partes – dijo jalándola hacía sí mismo y separándola de la ventana.

– Cuando regresé de nuestras habitaciones – dijo mirándolo de reojo – Pansy Parkinson estaba llamando a mi puerta para hacer la pregunta más tonta que pueda ocurrírsete.

– Su padre no es mortífago… pero puede estar ayudando a alguien cercano a ella, como tu querido primo.

– Eso es algo que quería comentarte – recordó de pronto – Draco recibió una nota de su padre pidiendo informes sobre nosotros.

Ella le contó todo lo que su primo le había dicho y la respuesta que ella le había dado para su dilema.

– ¿Crees que hice lo correcto?

– Sí. Si miente no podremos saber que dijo, pero si dice la verdad sabemos a qué atenernos.

La joven le sonrió y se abrazó a él.

– Me haces mucha falta – murmuró ella.

– Tú a mi también, cuando todo esto pase… – pero no terminó la idea – antes debemos cubrirnos las espaldas.

– Preferiría que dijeras que cuando esto termine estaremos juntos y nada podrá separarnos – dijo abrazándose más fuertemente a su esposo.

– Solo espero que tengamos la oportunidad de cumplirlo – dijo estrechándola a su vez.

Sus rostros se acercaron poco a poco y se besaron, pero él se separó de ella antes de que llegaran a más. No iba a echar por la borda casi dos meses de autocontrol. La chica estaba un poco sorprendida de que la apartara y lo miró interrogante. Snape se dio cuenta de que probablemente no tendría más oportunidades de hablar con ella antes de la gran noche.

– Pon atención a esta pregunta¿qué me dirías si te propusiera que nos divorciáramos?

– ¿De qué demonios estás hablando? – dijo enojada la chica.

Nymphadora Snape miró a su marido como si estuviera loco¿es que no se percataba de lo que le estaba diciendo? Definitivamente debía estar perdiendo la cabeza.

Severus Snape le devolvía la mirada intensamente; luego, le tomó la mano con dulzura y le sonrió. Sus ojos dejaban ver que la pregunta no era hecha a la ligera…

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Antes de la hora de la cena, Ginny y Hermione se habían reunido en la habitación de la última para hablar acerca de lo que la castaña había podido leer a lo largo del día.

– Lastimosamente no hay mucha información acerca de ese tipo de marcas, así que solo me queda pensar que la recibió voluntariamente – dijo Hermione con una aire de desesperanza.

– Yo no puedo creerlo… y tampoco creo que Snape esté satisfecho por eso.

– No, supongo… ¿crees que ella esté de verdad con ellos?

– No. Me inclino más a creer que también es espía para Dumbledore. ¿Qué crees que pasó cuando estuvo lejos de nosotros?

– No estoy segura. Tengo algunas ideas al respecto, pero creo que sería mejor que las compartiéramos también con los chicos… así tendremos una mejor perspectiva – dijo la castaña levantándose de la cama en la que estaban y dirigiéndose a la puerta.

– Sí tienes razón. Además, debemos contarles de la marca del brazo de Tonks… no podemos ocultárselos, y hasta pueden ayudarnos a investigar ¿no crees?

Las dos jovencitas se dirigieron a la habitación que compartían Harry y Ron con otros tres compañeros. Cuando llegaron en ese lugar solo estaba el pelirrojo.

– Hola Ron – dijo la pelirroja – ¿dónde está Harry?

– Está en la ducha – respondió brevemente Ron – dale unos minutos – dijo sonriéndole.

La pelirroja asintió en silencio mientras se sonrojaba completamente, pero estaba gratamente sorprendida, su hermano no parecía molesto por el interés que ella mostraba en Harry. Si bien es cierto, él mismo se lo había sugerido en una ocasión, siempre había temido que se volviera una tromba si el ojiverde mostraba algún interés por ella.

Las dos chicas se sentaron en una de las camas de la habitación y Ron se ubicó frente a ellas en la cama de Neville.

– ¿Tienen hambre? – les preguntó incrédulo – todavía es un poco temprano para ir a cenar.

– No es esa la razón por la que estamos aquí – le respondió Hermione – ¿recuerdas que fuimos a la biblioteca esta mañana?

El pelirrojo no tenía la más mínima idea de lo que quería decirle la chica pues, con respecto a la mañana, él solo recordaba que ella había accedido a ir al baile con él. Un poco confundido, le habló a su hermana.

– ¿Ya tienes pareja para el baile y la cena de la otra semana?

– Sí – le contestó más roja que unos segundos antes.

– ¡No! – dijo la castaña – Ron¡no me refiero a eso! Hablo del libro que saqué esta mañana…

– ¡Oh! – se sorprendió el chico – de todas maneras quería saber si Ginny ya tenía pareja para el día de brujas.

– Pues sí tengo – dijo la chica – ¿y tú?

Tanto Hermione como Ron se pusieron un poco incómodos. Ron porque creía que ya Hermione le habría contado a la pelirroja y, obviamente no le interesaba comentar su vida sentimental con su hermanita y Hermione porque no se sentía aun muy cómoda con la idea de que todos supieran que le gustaba el pelirrojo.

Ron asintió lentamente y miró significativamente a la castaña. Ginny comprendió inmediatamente, Ron iría con su amiga y ninguno le había comentado nada …claro que ella tampoco le había contado a Hermione que iría Harry. Para evitar que le preguntaran más, decidió dejar el tema por la paz.

– Bueno, pues me alegro. Así ambos iremos acompañados.

En ese instante, un chico de hermosos ojos verdes ingresó a la habitación sin camisa y secándose aun el cabello. La sorpresa de Harry fue solo comparable con la que vivió Ginny al verle en ese estado. Los dos estaban en shock.

– No sabía que nos veríamos aquí – dijo Harry dejando se secarse el cabello con la toalla.

– Vinimos a hablar con ustedes de algo importante – dijo Hermione tomando la palabra por las dos.

Harry se ubicó al lado de Ron y ambos escucharon el descubrimiento que Ginny había hecho respecto a Tonks, lo que Hermione había leído sobre las marcas y les propusieron que juntos intentaran averiguar lo que sucedía con su amiga.

– …y eso es lo que sabemos. Lo que nos intrigan son detalles, por ejemplo¿qué hizo Tonks cuando estuvo alejada de la Orden¿cómo fue que de pronto apareció casada con Snape? Y sobre todo¿está con Voldemort o con la Orden?

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Remus había tenido un buen viaje, dos días después de salir de Bulgaria, se encontraba casi a las puertas de Hogwarts colegio de Magia y Hechicería. Sabía que su papel en el drama que se desarrollaría cuatro días después; era muy pequeño, pero también era conciente de que iba a ser decisivo.

Nymphadora Snape se había jugado mucho al idear el plan para incriminar a su esposo. Había solicitado a su amigo que contribuyera fuertemente con la causa y él había sido de muchísima ayuda. Todo lo que ella iba a necesitar para cumplir con su misión le sería entregado por Remus Lupin. Lo que ella ignoraba era que todo había sido decidido por el profesor de pociones del colegio. Él había determinado qué, cómo, cuándo y dónde; había sido el artífice del material que lo condenaría… pero eso era precisamente lo que buscaba.

Remus estaba un poco nervioso por lo que podría suceder a la chica y a su más reciente "amigo", si era que podía llamar así al hombre que le había contado a todo el colegio su condición de hombre lobo. Estaba seguro que si el plan que habían ideado daba el resultado esperado, estarían firmando la sentencia de muerte de Severus Snape…

Decidió que por ese día dejaría en paz su mente e intentaría concentrarse en Harry Potter. Su llegada al colegio debía ser completamente ajena a los profesores del plantel que estaban relacionados con el señor Oscuro. Nada debía revelar que su llegada tenía como motivo trabajar con ellos en sus misiones, nada debía parecer sospechoso, debía ser solo una persona que acudía a pasar una fecha especial con el niño que vivió.

Cuando bajó del carruaje que lo condujo de la estación del Expreso al colegio, las puertas de Hogwarts se abrieron nuevamente para él. Silenciosamente, ingresó al edificio y se dirigió al despacho del director, el cuál lo esperaba con los brazos abiertos.

– Me alegra que llegaras tan pronto Remus – dijo el anciano cuando el licántropo entró en su oficina.

– No quería llegar muy tarde para no coincidir con la fecha señalada – dijo con una sonrisa – ¿cómo está todo por acÿ

– Similar a como estaba antes de que salieras de Bulgaria – dijo seriamente el director – la tensión se puede sentir en el ambiente. Severus y Nymphadora siguen sin hablarse y los Slytherin realizan la sucia labor de espiar a sus dos profesores para informar a sus padres de todo lo que hacen.

El director ignoraba que Snape y su esposa habían hablado hacía unos cuantos días. Ninguno de los dos había querido hablar del tema ni con él ni con nadie, era un pequeño secreto que compartían y que les hacía sentirse egoístamente bien. Ambos había aprendido a ser buenos actores y, aun después de su conversación, habían seguido comportándose como lo venían haciendo desde el inicio de clases: evitaban mirarse, no se dirigían la palabra e intentaban no coincidir en ningún aposento del castillo.

– Tal vez deberían hablar antes de ir al castillo de Voldemort – comentó Remus.

– Creo que sí, pero sabes lo cabezota que puede ser Severus – dijo con un gesto de impotencia – le he dicho que debe hacerlo para advertirle de lo que se ha planificado, pero insiste en que tú le des indicaciones y que él debe mantenerse al margen de la misión de su esposa.

– Nadie tiene que enterarse de lo que hagan…

– No te preocupes por eso – le interrumpió el anciano – no hay nada que podamos hacer al respecto, ellos son adultos y espero que sepan lo que hacen.

Albus Dumbledore se levantó de su asiento y se acercó a Remus. Con un movimiento de varita las cosas del hombre lobo se elevaron y salieron de la habitación rumbo a los aposentos que se destinaron para el licántropo.

– Es mejor que vayamos al comedor, casi es hora del almuerzo y estoy seguro de que muchas personas se alegrarán de verte – dijo el director dando por terminado el tema anterior.

– Como usted indique – dijo Remus – tengo muchas ganas de ver a Harry…

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Ginny se encontraba en el comedor cuando Dumbledore y Remus hicieron su entrada. La chica estaba bastante sorprendida, ninguno de ellos tenía conocimiento de la visita del hombre lobo. Cuando ambos hombres se dirigían a la mesa de los profesores, Remus se acercó a la jovencita y le preguntó por Harry.

– Hola Ginny, sabes ¿dónde está Harry? – dijo con una sonrisa.

– Debe estar en los invernaderos, llegarán dentro de poco – dijo la chica seriamente. Había notado que muchos estudiantes miraban atentamente la conversación que sostenía con el hombre lobo, así que se abstuvo de hacer las preguntas que pugnaban por salir de su boca.

– Bien, le veré después de comer.

Remus se dirigió a la mesa de profesores y en ella se encontró con el profesor de pociones. Ninguno de los dos hizo el más mínimo gesto. Cualquier persona que los viera diría que no podía existir una relación peor entre dos antiguos condiscípulos, y nunca creería lo cerca que habían trabajado los últimos dos meses. Snape utilizó todo su repertorio de miradas asesinas y se negó a emitir algún sonido durante todo el almuerzo.

Pocos minutos después de la entrada de Remus al comedor, ingresaron también Hermione, Ron y Harry. Los tres chicos se habían dirigido a los asientos que la pelirroja había separado para ellos y al llegar hasta ella, ya habían escuchado la gran noticia: Remus se encontraba en Hogwarts. Inmediatamente los tres se volvieron hacia la mesa de profesores y Harry pudo sentir la mirada indignada de su profesor de pociones junto con la cálida sonrisa de Lupin.

– Dijo que hablaría contigo después de la comida – le informó la pelirroja.

– Gracias Ginny – dijo Harry sonriéndole, lo que provocó que la chica se sonrojara.

– Deberíamos hablar todos con Remus – les sugirió Hermione.

Los otros tres se acomodaron y le dieron toda su atención a la castaña.

– Él era muy cercano a Tonks¿recuerdan? Incluso cuando ella se casó, Ron dijo que seguramente había sido con él – continuó Hermione – tal vez él pueda respondernos algunas de nuestras preguntas.

– Seguramente podrá respondernos algunas, lo que queda por saber es si querrá hacerlo… – dijo Harry – ya sabes que nunca nos dicen nada relacionado con la Orden.

– Tal vez no deberíamos preocuparnos – sugirió Ginny – si ella está en la Orden es porque Dumbledore sabe lo que está ocurriendo¿o no?

– Vamos Ginny – le rebatió su hermano – sabes que eso no nos garantiza que ella va a estar bien y eso es lo que nos interesa a nosotros… ella es nuestra amiga y si la marca tenebrosa está en su brazo, el peligro la va a perseguir constantemente.

– Será mejor hablar con Remus, tal vez él pueda aclararnos algunos detalles, por mínimos que sean – concluyó Hermione.

– Lo haremos apenas terminemos de almorzar – indicó Harry y todos se dispusieron a comer rápidamente.

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A la mitad del almuerzo, la profesora de defensa contra las artes oscuras ingresó al comedor. Ella sabía que Remus llegaría probablemente ese día, pero no tuvo la certeza hasta que su primo se lo confirmó. Por pura casualidad, Draco lo había visto llegar al colegio antes del medio día y conociendo la relación de amistad que lo unía a su prima, le había comunicado a ella la presencia del hombre lobo en la institución.

Ella no había querido llegar temprano al comedor para evitar coincidir con su esposo, pero la impaciencia le ganaba terreno, así que llegó al momento en que Snape salía del salón. No intercambiaron ninguna mirada y menos una palabra. Cada cual siguió su camino como si no hubiera encontrado ninguna persona en su trayecto… era extraño verlos tratarse así, sobre todo si se sabía lo enamorados que se suponía que se encontraban.

La chica llegó hasta la mesa de los profesores y se acercó a saludar a su amigo. Luego de un par de besos y un estrecho abrazo, la joven se sentó a comer. Interpretó perfectamente el papel de la chica que se encuentra con una agradable pero inesperada visita. Ninguna de las personas del comedor podía deducir de su actitud, que la espera del hombre lobo estaba haciendo mella en sus nervios, por el contrario, podrían haber asegurado que estaba bastante sorprendida por la llegada de su antiguo pretendiente.

La joven siguió representando su papel. Se ubicó al lado de Remus y sostuvo con él una conversación intrascendente, que abarcaba desde el clima hasta las amistades que habían compartido a lo largo de los años. Cuando Remus terminó de comer, se levantó dispuesto a retirarse.

– Bueno Nymphadora, me alegra que te agrade el puesto que tienes y ojalá lo mantengas por muchos años – dijo el hombre lobo con una inclinación de cabeza.

– Gracias por los buenos deseos – le respondió ella – ¿por qué no vienes a tomar el té conmigo esta tarde?

– Será un placer – le respondió Remus – ¿nos vemos en tu despacho?

– Sí, será lo mejor – dijo la chica conciente de que un par de Slytherin se habían demorado lo suficiente para escuchar su conversación.

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En los jardines de Hogwarts cuatro Gryffindors intentaban sonsacar a un hombre lobo acerca de la chica que le había robado el sueño por algún tiempo.

Remus había intentado evadir las preguntas de sus jóvenes amigos, pero había sido imposible. Ellos tenían muy claro lo que deseaban saber y estaban seguros de que Lupin era la fuente adecuada.

– Chicos, Tonks es una gran chica y ustedes lo saben. Es cierto que ella se alejó de la Orden un tiempo, pero otros de nosotros también lo han hecho y no por eso corren un peligro mortal cada minuto del día.

– Remus – dijo Ginny tomando la palabra – vi la marca tenebrosa en su brazo.

– Debes haberte confundido – dijo Remus intentando convencerla – ¿imaginas que Voldemort aceptaría una chica de sangre mezclada en su grupo de mortífagos?

Definitivamente ese era el mejor argumento que podía presentarles y parecía estar surtiendo efecto entre los chicos.

– Supongo que no… – dijo dudosa la pelirroja – pero nadie puede saber lo que Voldemort pretende¿no es así?

– Solo les puedo asegurar algo: ella es fiel a la Orden del Fénix y a Dumbledore… espero que eso sea suficiente para ustedes.

Lastimosamente no fue posible obtener más información del hombre lobo, pero su última afirmación contestaba perfectamente una de las preguntas que más les inquietaba. Solo faltaba conocer la respuesta de las otras dos.

Los chicos están bastante intrigados, los cuatro intentan averiguar más acerca de su amiga y la situación en la que se encuentra, pero la historia se desarrollará ajena a ellos. Para el siguiente capítulo los preparativos finales y la partida del matrimonio Snape.

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Espero que les gustara el capítulo. Como vieron la reconciliación no pasó de un beso, pero es que cada uno tiene su plan para la reunión de la semana siguiente, como se lo imaginarán eso es lo que sucederá en el siguiente capítulo. Prometo responder a todos los mensajes en el próximo capítulo… se que es más bonito que vayan en este pero no pudo ser; me disculpo de nuevo.