CAPITULO II

Como pudo se había vestido. Afortunadamente en su closet de la alcoba tenia por lo menos 5 uniformes mas, le gustaba tener todo ordenado y limpio.

Al encontrarse bajo el agua tibia recordó como si hubiese sido un sueño, todas aquellas caricias que el le había proporcionado, las sensaciones que por primera vez había sentido, y lo tonta que había sido desde un principio.

Sonreía por lo bajo mientras recordaba su actuar, parecía ser aquella joven de 15 años que se enamoraba de todos, y no la mujer, oficial de policía que era ahora.

Con tan solo 23 años Kaoru había conseguido sus metas, había estudiado un poco de Medicina, y luego de dejar esto se metió a estudiar para ser un oficial de policía, como su fallecido padre. Ella vivía sola, por lo menos en la ciudad, su familia era escasa, apenas contaba con dos hermanos, Misao, quien era la que le seguía y Yahiko que era el menor.

Al terminar de asearse recogió el desorden que había en la sala. A cada paso que daba, recordaba lo que había sucedido en el lugar; allí junto a la pared que limitaba con su habitación, el la había aprisionado, y en esos momentos supo, fue su perdición, y que decir del sofá, que mas ni mas fue el testigo de todas aquellas caricias, y de todas aquellas palabras que ya casi no recordaba, y de todos los sentimientos tanto de dolor como de placer. Su cuerpo se estremeció.

- Que estúpida soy al sentir esto por ese hombre de sangre helada, por dios, si solo fue una noche, no es nada del otro mundo.

Decía ella, tratando de sacar esos recuerdos que antes placenteros ahora se tornaban dolorosos.


En la estación todo era movido, policías por todos lados, afanados y un poco estresados, bueno, claro que nadie ganaba al superior Saito, un hombre de interesante porte, atractivo a pesar de su madures, cosa que al parecer le proporcionaba aun mas interés por parte de sus subalternas.

Saito – san, aquí tiene el reporte del fin de semana –

Le dijo una joven de 24 años contextura delgada pero atlética, ojos verdes y cabello castaño; su nombre, Tokio.

Gracias Tokio – san – retirándose de allí y girando a último momento sobre si – por favor cuando llegue la oficial Kamiya que se dirija a mi despacho. - Si señor – dijo colocando su mano en forma horizontal sobre su frente (ya saben el saludo a los militares y eso ne?).

Tokio al verse fuera de trabajo, de todo el papeleo que tocaba hacer para llenar las formas del reporte que cada día pedía su superior, decidió salir a respirar un poco de aire, por que adentro el estrés fatigaba asta al mas despreocupado de los oficiales, y es que el tema del Battousai pelirrojo los tenia copados noche y día sin dejarles descanso o libertad para despreocuparse.

Donde estará Kaoru – chan?. Si sigue demorando el superior la suspenderá –

Decía la chica un poco preocupada. Kaoru se había convertido en su única amiga, por así decirlo, ella había sido trasladada desde la ciudad de Kioto para prestar sus servicios a aquella jefatura y pues no conocía a nadie.

Kaoru vio a su compañera recargada sobre el pasamanos de las escaleras que conducía hacia la jefatura, se sintió feliz al verla, pero temor al mismo tiempo, ya que ella por ser su amiga conocía perfectamente su manera de ser, y creía que para ella no pasaría desapercibido, todos aquellos remolinos de sentimientos que por su cabeza y corazón pasaban en esos minutos.

Tokio – chan, como estas, hay perdona por llegar tan tarde – ofreciéndole una sonrisa.

Corre al despacho del superior, parece que hoy amaneció de peor genio de lo acostumbrado

- Kami – sama me proteja. Deséame suerte

Luego de esta corta charla Kaoru ascendió las escaleras rápidamente registro su hora de entrada (no se si se haga eso en verdad) y subió a la oficina de Saito, que se encontraba tres pisos arriba.

Cansada un poco por el trote de la subida afanosa, y uno que otro tropiezo con sus compañeros, llego por fin a estar frente al despacho del superior. Vacilando un poco en tomar la perilla de la puerta, escucho desde adentro la masculina voz.

Kamiya, te quedaras ahí toda la mañana?

Kaoru sabia de su excelente percepción, pero esto ya era la tapa del coco. Ingreso abriendo lentamente la puerta y diviso al hombre sentado enfrente de una extensa ventana, dándole la espalda.

Oficial Kamiya Kaoru reportándose señor, disculpe por la tardanza señor – dijo rápidamente sin siquiera tomar aire.

Saito se giro de forma pausada asta estar frente a ella, el verla allí firme sin mover un solo ápice de su rostro siquiera, le hizo reír un poco, dejando desconcertada a la chica.

- Ocurre algo señor?

- Tan solo... no nada, mejor explícame, como es posible que siendo tú una de las personas que vive mas cerca a la jefatura demore tanto?

- Pues vera usted señor... yo...

- Bueno no deseo explicaciones por ahora, dame tu reporte.- dijo extendiendo su mano para recibirlo.

Aquí lo tiene señor.- Buscando entre su bolso que aun llevaba consigo.

Saito lo inspecciono, lo leyó he hizo algunos apuntes sobre este, luego miro a la joven que seguía allí de pie.

Te puedes retirar Kamiya, ya no te necesito, por ahora.

Si señor, con permiso.

A fuera cerca de la puerta se encontraban casi todos sus compañeros de labor, espiando tras la puerta, así que cuando Kaoru abrió sin avisar todos cayeron a sus pies, llamando desafortunadamente la atención de su superior quien acto seguido se coloca de pie y se dirigió hacia ellos. Todos se colocaron pronto de pie y miraron un poco nerviosos a su superior.

Señor... este... para decirle que... todos nosotros le apreciamos mucho señor

Por dios, Sanosuke, no se te pudo ocurrir algo mas original? – decía por lo bajo una de las oficiales a su lado.

Señor Sagara, espero que sus palabras no sean ciertas, ya que ello significaría que no estoy haciendo bien mi trabajo, yo no estoy aquí para hacer amigo y mucho menos estimado por ninguno de ustedes, así que por favor deje esas cursilerías y estupideces para otro

Todos quedaron atónitos ante las palabras de Saito, ninguno se atrevió a decir palabra alguna. Cuando el superior se retiro cerrando la puerta tras Kaoru, todos se retiraron a sus labores.

Pero que culpa tengo yo que ese Okami sea tan gruñón y no aprecie que lo apreciemos –

Oh si Sanosuke, en especial tu que lo amas con todo tu corazón –

decía una de sus compañeras de labios rubí y ojos oscuros como el ébano.

Kaoru solo miraba entretenida con una pequeña ave el borde de la ventana, sus pensamientos se encontraban en su labor, pero su labor, era él, aquel sujeto que la había hecho suya y no exactamente a la fuerza. Kaoru lleva una de sus manos asta tocar su frente, el pensar en ello le hacia doler la cabeza.

Tokio quien se encontraba frente a ella llenando algunas tablas de requerimiento se fijo y al notar su dolor extendió su mano para ofrecerle una pasta para tal síntoma.

Kaoru – chan, si te encuentras mal, vete a casa, yo te cubro – decía un poco preocupada

Tranquila, no te preocupes, tan solo es un pequeño dolor de cabeza, nada de importancia... mejor cuéntame como te fue el fin de semana, mucha acción? – dijo riéndose pícaramente.

No. Como se te ocurre, yo no pase hacer nada con él, tan solo tomamos un poco y luego el me llevo a casa, todo normal, entre un par de amigos y viejos conocidos.

Pero no me puedes negar que Okita – san es muy guapo, además a mi me dio la impresión de que tu le gustas mucho.

Hay Kaoru como crees, si él es un hombre de negocios, que se va a interesar por una simple oficial .

Pero no me niegues que es muy guapo

Bueno, si tienes razón, él es un hombre bastante atractivo

En ese momento Saito salió de la oficina y pasando junto a ellas, alcanzo a escuchar el comentario.

"De quien estará hablando Tokio?"

Sin darse cuenta por donde caminaba tropezó con uno de lo oficiales que se encontraba un poco maniatado por tantas carpetas que llevaba, así que cayeron carpetas, oficial y superior al suelo.

Pero fíjate por donde caminas, pedazo de idiota – dijo el oficial sin fijarse con quien se encontraba.

Perdón oficial, pero a quien le dice usted idiota?

Este... disculpe señor, no sabia que se trataba de usted.

El joven se coloco rápidamente de pie y ayudo a su superior a levantarse, claro que este no le acepto de muy buena gana la ayuda.

- Fíjese la próxima vez, por donde camina- dijo Saito mas que molesto, retirándose, dejando al joven con todo y carpetas en el piso de nuevo.


La tarde había transcurrido un poco lenta para Kaoru, igualmente para todos los oficiales que trataban de hallar el tan dichoso paradero de Battousai, pero parecía ser algo imposible, la cabeza quería estallar y el desespero les guiaba a desenterrases, tomando un poco de tinto, pero ello parecía empeorarlo todo.

En el cazo de Sanosuke, su distracción no era otra mas que molestar a su compañera de trabajo. Megumi, ella era una oficial, perfecta en todo el sentido de la palabras, era hermosa e inteligente, no soportaba los malos chistes ni la importuna intervención de su compañero asignado, así que se la pasaban peleando por cualquier cosa, ya casi todos los de la estación los conocían perfectamente y se rumoraba que esas peleas eran solo para disimular su relación.

- Kitsune tonta, mira por donde colocas el zapato – decía Sano tomando su pie y masajeándolo un poco.

Nani? Que te pasa, si fue tu pie el que se atravesó...

Hay muchachos mejor dejen de pelear y lleven estas carpetas al archivo – les dijo Tokio cansada de escucharlos discutir.

Sano y Megumi se sonrieron en disimuló y luego siguieron el camino hacia el archivo en disputa permanente. Cuando llegaron allí organizaron las carpetas en cada uno de los folios correspondientes y estos en una extenso y largo archivador metálico.

El sótano era en verdad uno de los lugares mas aterradores de la estación de policía, pero para ellos no pesaba a ser mas que un viejo lugar lleno y abarrotado de miles y miles de archivos, como una enorme computadora al estilo antiquísimo.

Sanosuke, había terminado ya su labor y se dedico a contemplar a su compañera, en verdad aun que se colocara de mal genio todos los días de la vida con esta, no dejaría de pensar que era una de las mujeres mas hermosas y sensuales que podía conocer.

Que me miras Tori – atama?

Hey Kitsune, no te molestes, solo estaba fijándome en que tienes el uniforme descosido aquí – dijo acercándose asta tocar su cintura, en el supuesto desperfecto de su uniforme.

Donde? – dijo mirando hacia la parte donde Sano había colocado su dedo.

Mira aquí, aquí y aquí – subiendo su dedo asta toparlo con el cuello de la blusa, rozando a la vez el de la mujer.

Megumi sintió un escalofrío subir por su espalda tal tacto le había alterado, claro que no lo dio a saber a su compañero.

Que intentas insolente. Acaso quieres seducirme? – dijo colocando cara de pocos amigos

Claro que no Kitsune, tan solo quería saber si mi toque provocaba algo en ti, es todo

Megumi quedo perturbada por sus palabras, y al verlo dirigirse a la salida lo hallo hacia ella y le sentó un beso pasional.. Sanosuke no daba crédito a las acciones de Megumi, mucho menos a lo que sentía en ese momento.

Las manos de su compañera fueron las que guiaron las suyas a tomarla por el talle delgado que esta poseía, y así profundizar más el beso. Sus lenguas jugueteaban entre si, desenfrenadas, ávidas por descubrir aquel cuerpo extraño asta ese momento, dispuesto a descubrirlo aun mas.

La manos de Sano, no dejaron de avanzar por la espalda de la mujer, asta que ya no encontró mas camino para seguir, así que se aventuró a explorar otra parte de la fémina figura y tomando con sus manos la tela que cubría el pecho de esta, coloco como pudo, tan pronto la blusa se vio abierta, la mano para palpar el encaje y un poco de la piel que pretendía proteger. Megumi asaltada por su acción solo pudo gemir ante tal proceder y disfrutar el roce de su piel contra la de él.

Cuando el aire le fue insuficiente despejaron los labios del otro, con la mirada siempre fija en la del otro. Sano, sonrojado asta la medula y Megumi como si acabara de aplicarse un rubor rojizo sobre sus mejillas, agitado y deseoso.

Tori –atama tonto - dijo antes de salir de allí y dejarlo.


Gracias por el apoyo a:

Yune : Muchas gracias por leerme, espero que pronto podamos hablar por el msn y de nuevo mil gracias, espero que me sigas acompañando con la lectura jejeje ja ne amiga

Noelia: Mucho gusto recibir tus aportes y me agrada mucho conocerte, espero que te siga gustando el fic, con respecto a la agresividad de ken, pues ahí miramos por el camino jejej espero te guste ja ne

Gaby: como siempre acompañándome, mil gracias por ello, espero que te siga gustando igual que antes y que me des tus opiniones a medida que se baya de nuevo publicando ja ne

Dakota Ikeda: jejeje me sorprende el cambio de nick, pero me gusta , espero que me acompañes en el desarrollo de esta historia, mil gracias por tu apoyo, muchos besitos ja ne

Ane Himura: gracias por tu apoyo, espero que te gusten los capítulos que vienen, gracias deberitas ja ne

Lazara: gracias por tu apoyo, espero igualmente verte por aquí o como dices por tus historias , gracias por dejarte opinión y no te preocupes que actualizare pronto