Advertencia: Todos los personajes de esta historia son propiedad de J.K. Rowling. Esto fue escrito solo por diversión y no con fines de lucro. Las canciones que aparecen en esta historia son: "Luz" del maravilloso, genial y absolutamente sorprendente cantautor español Miguel Nández y "Todavía duele" que es interpretada por el gigante de la canción Nelson Ned.

Lamento el atraso en esta actualización y me disculpo de todo corazón. Espero que la espera valiera la pena… Como ahora es prohibido responder reviews, pues me abstengo de hacerlo, pero de igual manera les agradezco los mensajes de apoyo que me envían, son los que me animan a seguir publicando.

Quiero agradecer a Sara Fénix Black por su revisión previa a la publicación de cada capítulo. Como verán al leer el final está por caer… espero que les agrade. Sin más preámbulos, los dejo con el capítulo 38…

Capítulo XXXVIII: El escape

El cobarde mortífago había acudido prontamente al llamado de su señor… Eso le impidió ver la salida de los tres individuos que intentaban huir del castillo, de cualquier manera tal vez no se habría enterado que el mortífago, túnica y máscara incluidas, no era el mismo que le había impedido cumplir con su misión.

Cuando Colagusano llegó a los pies de la escalera, el profesor de pociones y las dos mujeres se asomaron a la puerta de la habitación del matrimonio. La primera en salir fue la señora Snape, ella era quien debía ser trasladada al salón principal, así que era adecuado que fuera la primera en asomarse. Al ver que no había nadie cerca, les indicó a los otros que salieran del cuarto. Severus Snape se había puesto la máscara de Malfoy y se había subido la capucha de su túnica, ya que esa era la única manera de ocultar el color de su cabello… Además, caminaba detrás de las dos mujeres, pues simulaba estar apuntando con su varita a la investigadora. Si eran vistos por alguien, además de dar la impresión de estar cuidando a la prisionera, tendría ya empuñada su varita, y unos segundos de ventaja podían ser la diferencia entre la vida y la muerte…

El grupo terminó de salir de la habitación y recorrieron el mismo camino que el exmerodeador. Poco a poco, los tres se acercaron a la entrada del gran salón. Este era el punto más peligroso de su trayecto, pues se acercaban a la aglomeración más grande de mortífagos de muchos kilómetros a la redonda.

Pasaban precisamente frente al salón, cuando Peter Petigrew era recibido por lord Voldemort…

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Los cuatro chicos se aventuraron a entrar en la habitación de Remus Lupin. Todos sabían que se estaban jugando el pellejo, dentro de la habitación les esperaba un licántropo transformado que, aunque se había tomado la poción matalobos, no era seguro que les reconociera inmediatamente.

Para evitar sorprender negativamente al lobo que se encontraba en los aposentos a los que ingresaban, Ron y Harry decidieron no sacar sus varitas pues ¿no podría sentirse atacado si veía varitas en alto? Es por esto que dejaron la defensa a las dos chicas… de todas maneras, ellas eran bastante ágiles en el uso de sus poderes y algunos de sus hechizos eran realmente temibles.

La oscuridad y el silencio les recibió al entrar en la habitación. Ambos jóvenes agudizaron sus sentidos para intentar percibir al lobo que habitaba en esos aposentos. Ya para ese momento las dos chicas se encontraban en la puerta de la habitación listas para aturdir al lobo en caso de que intentara atacar a los chicos.

Harry y Ron se separaron, el primero dio un par de pasos hacia la derecha y el segundo hacia la izquierda, eso les daba a las chicas la posibilidad de tener un panorama completo de lo que sucedía dentro y a ellos les hacía sentir mejor protegidos. Algo no estaba bien… ¿no debería Remus haberse acercado ya? Si no los había reconocido, pues debería ya haberlos atacado… y si los había reconocido ¿por qué no se acercaba a ellos?

Harry y Ron se volvieron a ver y sacaron sus varitas a la vez… lo mejor era estar preparados para ayudar a Remus. Las chicas se acercaron a ellos con sus varitas en alto y ambas usaron el lumus para alumbrar la habitación. Fue entonces cuando recibieron un sorpresa… la habitación estaba vacía.

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Colagusano se había ubicado en la parte de atrás del salón. No se atrevía a acercarse a su señor, pero sabía que no podría tardar mucho en hacerlo, pues el señor Tenebroso seguía llamándolo. Para su suerte, algunos mortífagos bastante altos se encontraban en esa sección del salón, así que lo tapaban bastante.

El ardor en su brazo izquierdo era bastante fuerte, pero al no llevar a la chica con él, le temía más a la tortura que sufriría, lo único que podía hacer era esperar la llegada de Malfoy con la chica… estaba seguro que la llegada de una "mayor diversión" distraería la atención de todos y ya su suplicio no sería tan atrayente¿tardaría mucho Lucius en llevar a cabo su plan? Esperaba que pronto llegara al salón con la traidora…

Lastimosamente para la rata traidora sus planes no fueron acertados.

– Por fin te dignas acompañarnos, Colagusano –dijo el señor Oscuro logrando que se hiciera el silencio en el gran aposento– creí que habías decidido abandonarnos…

El tono de voz de lord Voldemort no auguraba nada bueno para el sirviente… ya sabía que sería una noche muy larga para él.

– No veo a nuestra novia¿será que has olvidado traerla? –dijo con voz siseante– ¿dónde está? –gritó.

– Yo… yo… yo… –balbuceaba el temeroso mortífago– no… no… sé…

– ¡No sabes! –bramó el lord levantándose de su cómo asiento– ¿no cumpliste mi orden? –dijo bajando nuevamente la voz.

Los cambios en el volumen y la suavidad de la voz del señor Tenebroso era lo que peor ponía a Colagusano. Debido a esos cambios le era imposible saber el verdadero ánimo de su señor y eso se traducía en mucha más tensión de la que ya le recorría el cuerpo. Así que el pobre insecto no tuvo más reacción que ponerse a temblar y a coordinar menos que antes la palabras que salían de su boca…

– Mal… Mal… –tragó fuerte– no… fue… Mal… no… –y fue incapaz de decir nada más. Para su suerte alguien le entendió, aunque pagó su interrupción.

– ¿Malfoy? –preguntó MacNair sin pensarlo.

– ¡No te metas! –rugió el señor Oscuro– ¡Crucio! –y el tonto mortífago cayó retorciéndose del dolor– así que Malfoy… ¿Malfoy qué?

– Él… escalera… –ahora Colagusano, además de balbucear, luchaba para respirar y hablar a la vez, pues el miedo la tortura le tenía agotado.

Lord Voldemort ya se había hecho a la idea de lo sucedido. Sabía que Peter no era capaz de traicionarlo completamente y se imaginaba a Lucius usando todo su poder de convencimiento (entiéndase una mezcla de medias razones y amenazas) con el miedoso enviado.

– ¡Acércate! –le ordenó a Pettegrew.

El exmerodeador no quería hacerlo, pero el miedo le obligó, ya había tentado mucho a su suerte y no quería arriesgarse más de lo debido, eso podría enojar más a su señor…

Lentamente, se acercó al señor Oscuro, sus ojos dejaban ver el profundo miedo que tenía de acercarse al señor Tenebroso, pero haciendo acopio del poco valor que contenía su cuerpo, llegó hasta los pies de su señor.

– Descubre tu marca –le ordenó seriamente.

Peter le obedeció prontamente y con un toque de lord Voldemort, Malfoy fue llamado a su presencia…

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Las dos mujeres y el profesor de pociones habían decidido jugárselo el todo por el todo. Aunque el plan original contemplaba que solo el profesor de pociones escaparía por las cloacas del castillo, las circunstancias los había llevado a cambiar de opinión.

Después del encuentro con Malfoy, el profesor se había reusado a que se discutiera el asunto. Aunque realmente ninguna de las dos chicas tenía intención de regresar al salón del Innombrable.

La llegada de Malfoy les había descubierto el destino que le tenían marcado a Nymphadora y, obviamente, ninguno de los fugitivos lo miraba como algo apetecible. Lucius les había asegurado, con su magnífica intervención, que ella había sido descubierta y que no se le guardaría ninguna consideración. Otra razón se hacía presente en este drama: la muerte del mortífago sería descubierta de un momento a otro y eso no lo podía evitar. Cuando Malfoy no se presentara con la novia, sería llamado por Voldemort, y al no presentarse, el descubrimiento del cadáver sería inminente.

Según la información que tenían, eso es lo que sucedería… obviamente ignoraban que el verdadero encargado de la tarea había sido Peter Pretegrew. Como Lucius no había sido requerido en ningún momento, suponían que tenía un poco de tiempo… En fin, tenían un error involuntario de cálculos…

Pasaban delante de la entrada al salón cuando escucharon la una voz que les heló la sangre…

– Por fin te dignas acompañarnos, Colagusano…

Ninguno quiso quedarse a escuchar el resto de la conversación, pero todos apresuraron su paso para alejarse, lo más pronto posible, del terror que se encontraba tras la puertas semicerradas.

Snape conocía muy bien el castillo, pues había recorrido sus pasillos cientos de veces. Contrario a Hogwarts, sus pasillos, escaleras y habitaciones, se encontraban siempre en el mismo lugar, por lo que le era prácticamente imposible perderse.

A unos cincuenta metros del salón, una puerta pequeña marcaba la entrada a las gradas que permitían llegar a los sótanos de la construcción. Con sumo cuidado, los tres fugitivos bajaron por el estrecho pasillo y llegaron a los oscuros corredores del piso inferior. Después de avanzar unos metros, se encontraron una capa tirada en el piso… ese era el lugar en que debía estar el cadáver de Severus Snape.

Aliance no pudo evitar estremecerse… cuando descubrieran que el cadáver de Snape no estaba en ese lugar, su hermano sería puesto en duda y seguramente, sufriría algún tipo de castigo por no asegurarse de que el profesor estaba muerto… ¿podría escaparse de eso? Sabía que su hermanito menor era hábil para librarse de las reprimendas¿pero contra el señor Tenebroso? No estaba tan segura…

Nymphadora adivinó los pensamientos de su nueva amiga y apoyó su mano en el brazo de la chica.

– No te preocupes, él estará bien –dijo intentando darle ánimos a la búlgara.

– ¿Estás segura? –preguntó ansiosa– va a tener que ser más hábil que en el quiddich…

– Lo logrará… –le aseguró la metamorfomaga.

– Ahora es necesario –las sorprendió la voz de Snape– es el único especialista en pociones que les queda, no lo eliminará aunque tenga ganas de hacerlo…

Estas últimas palabras parecieron consolar un poco a la investigadora. Al menos le daban la "seguridad" de que su hermano saldría con vida del problema en el que se encontraba metido.

– No podemos quedarnos haciendo tertulia –les dijo el profesor un poco violentamente– debemos irnos ya.

Las dos mujeres asintieron en silencio y siguieron avanzando. Ninguna tenía ganas de llegar a las cloacas, pero ambas sabían que era su única oportunidad de sobrevivir… no solo Víktor estaba en peligro en ese momento.

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Los chicos se habían sentado en el piso de la habitación de Remus. Las cosas eran cada vez más confusas para ellos. ¿Qué había sucedido con el licántropo? Ninguno de los cuatro tenía respuesta para esta gran duda. Todos estaban preocupados por su amigo, y lo peor era que ninguno hallaba una explicación a lo sucedido.

Casi sin pensarlo, Hermione se había sentado al lado de Ron y el pelirrojo había pasado su brazo sobre los hombros de la castaña.

Harry y Ginny se percataron del detalle, pero debido a la situación, se abstuvieron de hacer algún comentario… de todas maneras eso se veía venir desde hacía tiempo.

– ¿Creeís que haya sido secuestrado? –propuso la pelirroja– tal vez alguien entró al castillo y lo secuestró…

– No creo que alguien pudiera entrar al castillo, llegar hasta esta habitación, dominar a un licántropo y salir nuevamente sin ser detectado –dijo la castaña haciendo gala de su magnífica lógica.

– Pero pudo haberlo hecho con un hombre lobo debilitado por la cercanía de la luna llena y el dolor que lo embargaba… –propuso Harry, apoyando la teoría de Ginny.

– Pero eso no explica cómo entro y salió sin ser detectado –acotó Ron.

– ¿Qué es eso? –preguntó la pelirroja levantándose de su lugar y acercándose a la chimenea.

Los otros chicos pusieron atención a sus movimientos y vieron como tomaba un pedazo de pergamino un poco arrugado y lo abría apresuradamente. La joven leyó:

"Nos trasladaremos a las afueras de Hogwarts, tal vez podamos ser de ayuda
R"

– ¿Para quién dejó Remus esta nota? –preguntó Harry.

– ¿La habrá escrito Remus? –dijo Ron– pudo haber sido alguien más, hasta yo… la firma no nos dice mucho…

– Cierto –acotó la castaña– podría ser alguien más. Además, habla en plural…

– Si Remus la escribió¿quién estaba con él? –insistió Harry.

– Tal vez fue Remus el que recibió el mensaje… –anotó Ron– y eso pudo instarlo a salir por su propio pie del castillo…

La discusión entre los cuatro chicos se hubiera alargado por horas de no haberse escuchado el ruido de una persona acercándose por el pasillo. Los cuatro chicos sacaron inmediatamente sus varitas y Hermione se enderezó prontamente, haciendo que el brazo de Ron quedara libre del abrazo que le prodigaba.

Con un hechizo casi inaudible, la pelirroja eliminó toda la luz y rápidamente todos estaban en pie. Con las varitas en alto y colocados estratégicamente respecto a la puerta de la habitación, Ginny, Harry, Ron y Hermione esperaron la entrada del intruso, dispuestos a lanzarle los hechizos necesarios para defenderse y averiguar el paradero de Remus Lupin.

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Las cloacas eran definitivamente el lugar más nauseabundo que había pisado en toda su vida. Confinada a un laboratorio, los olores que recibía siempre estaban controlados y los desagradables, los disimulaba muy bien con una poción succionadora; pero ahora, después de avanzar metros y metros a lo largo de los canales de desagüe del castillo, Aliance tenía la impresión de que desfallecería antes de salir de allí.

El ingreso a las cloacas había sido difícil. Debido a la posibilidad de que el castillo fuera allanado por esa vía, la entrada a estos ductos estaba muy bien cerrada. No solo había grandes puertas custodiando esa vía, también había sido protegida por medio de hechizos y trampas. Por suerte para el grupo, el escape por esa vía había sido planeado con mucho tiempo y Víktor Krum ya había anulado gran parte de los conjuros que les impedirían el paso.

Las pesadas puertas fueron abierta con un hechizo y los tres magos saltaron ágilmente al interior de los ductos. Ninguno de los tres estaba psicológica o físicamente preparado para sobrellevar el olor, la humedad y la longitud de tales conductos. Si los cálculos de Snape eran correctos, deberían recorrer unos ochocientos metros de cloacas para encontrar una salida lo suficientemente protegida como para poder utilizarla. El problema era que debían avanzar con el contenido de la cloaca llegándoles hasta la cintura, por lo que su caminar era lento y dificultoso.

Aliance dejó de pensar en su dificultad para soportar el olor cuando su nueva amiga, haciendo gala de su legendaria torpeza, decidió zambullirse en el espeso líquido que ella intentaba no oler…

Nymphadora, al igual que sus dos compañeros, intentaba avanzar sin pisar algo resbaloso y sin hundirse demasiado en el inmundo líquido. La marcha la abría ella y la cerraba su marido, por lo que Aliance estaba ubicada en medio de los dos. La señora Snape intentaba ser una buena guía para los dos que la seguían… suponía que Snape había insistido en cerrar la formación para ser el primer posible blanco de sus seguidores, pero ignoraba por qué la había enviado a ella en el primer lugar, no era precisamente la chica más ágil del castillo…

Conforme avanzaban ella comenzó a notar que el extraño elemento en el que se movían se volvía más espeso. Intentando no pensar en los elementos que espesaban el líquido, fijó su atención en las razones por las cuales, en ese preciso lugar, el sedimento se acumulaba en mayor medida, en vez de avanzar al mismo ritmo que metros atrás.

"Si el sedimento se acumula es por que debe haber una inclinación que evita que avance a la misma velocidad que antes –se planteaba la señora Snape– eso quiere decir que tendremos que caminar subiendo una pendiente." Se le ocurrieron otras posibles razones, como algún cambio en la temperatura del lugar, que pudiera evaporar el líquido y hacerlo más espeso, pero no sentía ninguna variación de este tipo, así que la pendiente parecía ser la mejor opción.

Precisamente cuando llegó a esa conclusión, fue que se decidió a comunicarla a sus compañeros. Pero la suerte no la acompañó. Al intentar girarse para dar la voz de alerta, su pie se enredó en su propia túnica y le fue imposible mantener el equilibrio.

– ¡Ah! –grito la joven auror desapareciendo entre el caldo espeso.

Tanto Aliance como Snape se acercaron presurosos, al menos lo más rápido que ese zoampo les permitía, e intentaron encontrarla sumergiendo sus manos en el lugar en que la habían visto desaparecer…

Ninguno de los dos consiguió encontrar a la auror, fue ella sola la que emergió de nauseabundo líquido unos cuantos segundos después. Cuando volvió a la superficie, la chica comenzó a vomitar y su cara daba muestras del asco que sentía. Enredado en su cabello, se encontraba gran cantidad de porquerías, pero entre tanta basura y desecho, pronto pudieron ver una sonrisa.

– Acabo de ver una trampilla que puede ser nuestra salvación –avisó intentando sonreir a sus amigos– está a un costado de este tunel y parece que no se ha abierto en años…

La caída de Tonks había proporcionado una salida de ese terrible lugar, lo que todos ignoraban era el lugar al que desembocaba la famosa trampilla. Dicha salida no constaba en ninguno de los planos modernos del castillo, así que debió estar allí desde su construcción. De ser así, había sido clausurada posteriormente y las razones de tal acción, podían ser tan poderosas como para que ellos evitaran usarla…

– Si fue sellada, debe haber sido por un peligro fuerte –dijo Aliance– no creo que se remodelen las cloacas muy constantemente.

– Puede haber sido producto de un cambio en las afueras del castillo –sugirió Nymphadora, aun quitándose extraños objetos de su túnica y su cabeza– en ocasiones cambios en las corrientes de agua de un lugar, pueden provocar que los desagües sean transferidos de un sitio a otro.

– Pero podría deberse a algún tipo de peligro ubicado a las puertas de esta trampilla –insistió Aliance– tal vez deberíamos seguir hasta el lugar que se tenía previsto.

– Si salimos por aquí, tendremos la ventaja de que nadie conoce esta salida, así que si ya descubrieron nuestra desaparición, no habrá nadie esperándonos al otro lado.

Tanto la investigadora como el profesor de pociones parecieron analizar este razonamiento, pero fue el segundo el que puso fin a la discusión.

– Si esta salida fue clausurada por las razones que tú expones –dijo dirigiéndose a Aliance– no irán a esperarnos en ese lugar, y el mismo peligro que nos espera podría ser nuestra protección si los mortífagos están ya al otro lado… Si no hay tal peligro, al menos estaremos en un lugar que no esperan. Creo que lo mejor será usar esta salida…

– Pero está muy cerca del castillo –insistió la investigadora– la otra está más alejada y protegida…

– La verdad es que no sabemos que tan protegida esté esta salida, pero hemos perdido mucho tiempo discutiendo y nuestros perseguidores ya deben estar cerca –dijo dirigiéndose a Aliance directamente– mientras más nos detengamos más fácil será darnos alcance. Además, al ritmo que estamos avanzando, ya podrían estar esperándonos en todas las salidas de este ducto…

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Una sombra de hombre se perfiló en el marco de la puerta. Ninguno de los cuatro chicos pudo percibir su rostro, pues habían apagado las luces y la iluminación del pasillo les impedía ver los rasgos del recién llegado.

De todas maneras, las cuatro varitas se mantenían dispuestas hacia el hombre que tapaba la entrada (y por lo tanto, la salida…) de esa habitación. Ninguno de ellos podía asegurar que el extraño se hubiera percatado ya se su presencia, pero eso no impedía que detuvieran incluso su respiración.

Lentamente, el hombre estaba ingresando al aposento de Remus Lupin… detrás de él Ron y Hermione, que se encontraba de un lado de la puerta, pudieron ver que había alguien más… su corazón comenzó a bombear mucho más de prisa, pero su ritmo se tranquilizó, cuando reconocieron al anciano que estaba detrás del recién llegado: era Albus Dumbledore.

Harry estaba listo para lanzar el primer hechizo al hombre que ya había dado un par de pasos dentro del cuarto del licántropo. Levantaba su varita para hacerlo, cuando un grito de Ginny le impidió lanzar el hechizo.

– ¡Charlie! –exclamó la pelirroja corriendo a los brazos de su hermano– ¡no sabes el susto que nos has pegado!

Harry se tranquilizó al escuchar a la pelirroja y pudo notar como Hermione y Ron ya habían guardardo sus varitas. Con un movimiento de muñera, Harry iluminó la habitación y todos pudieron verse las caras, Charlie era el más sorprendido de todos y Dumbledore, sonreía benevolentemente desde la entrada, lugar en que se había quedado desde el grito de la pelirroja.

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Efectivamente, la desaparición de las dos mujeres ya había sido descubierta. Al no acudir Lucius Malfoy al llamado de su señor, éste había intuido que algo no había salido de la manera en que el rubio lo había previsto. Debido a esto, Colagusano había sido enviado a ver qué había sucedido con el mortífago y la traidora.

Peter Pettegrew había salido presuroso del salón, dispuesto a no volver a avivar la ira de su señor. Sus pasos lo habían llevado prontamente al piso superior y, con un suave toque en la puerta, se dispuso a entrar.

El cobarde mortífago no esta preparado para lo que había visto. En el piso, con una terrible herida en el brazo y con los ojos sin vida, se encontraba Lucius Malfoy, el más orgulloso de los mortífagos… En su rostro, aun se podía ver el miedo que había experimentado segundos antes de morir y su sangre, comenzaba a secarse sobre la alfombra que cubría el piso de ese aposento.

Presuroso, Colagusano se dirigió al gran salón. Se retorcía las manos nervioso, pensando que Tonks había sido la encargada de despachar al mortífago y se sentía aliviado de no haber conseguido aprovecharse de ella, pues ¿qué no le habría hecho a un cobarde como él?

Ingresó corriendo al gran salón y todos los mortífagos olvidaron su nueva discusión sobre lo que le harían para castigar a la señora Snape y al estúpido de Malfoy.

– ¡Lo ha matado! –gritó el exmerodeador.

Ante la noticia tan incompleta que acababan de recibir, todos los mortífagos prestaron atención¿quién había muerto¿quién lo había matado?

La rata había caído de rodillas ante el señor Tenebroso y medio lloriquiando, medio hablando, describió la escena que había encontrado en el piso superior.

– Sangre… Una herida en el brazo… Terror en su rostro… Malfoy muerto –había dicho sin dejar de retorcerse las manos.

Inmediatamente un gran murmullo se extendió por todo el salón. Era inaudito que un mortífago hallara la muerte en una reunión como esa y en el propio castillo de su señor. Bueno, no era extraño que el propio lord decidiera que alguien ya no era de ayuda para su causa y decidiera eliminarlo, pero ¿qué alguien más se tomara la libertad de liquidar a uno de ellos? Eso si era una novedad.

No puede decirse que la gran mayoría de ellos, ni siquiera una pequeña minoría, lamentase la muerte de Lucius Malfoy. La verdad es que la mayoría tenía razones para alegrarse. Algunos veían en su desaparición, la oportunidad para ascender en su categoría como mortífagos; otros, tenían deudas pendientes (de dinero principalmente…) con el susodicho y este deceso, los liberaba de su prenda. Había otros que simplemente lo odiaban por haberse declarado bajo un imperius después de la primera guerra y que veían este descenlace como justicia tardía.

Unos pocos sí estaban preocupados por la muerte de Lucius; claro que en ningún caso se debía a la suerte que correría Draco ahora que era huérfano, o a lo buen amigo que Lucius había sido para ellos… En especial, Bellatrix lamentaba la pérdida de un buen amante, pero el resto, ni siquiera eso podían poner a favor del rubio. El temor que tenían, era solo palpable en los cobardes, como Colagusano, que temían a la asesina suelta en el castillo oscuro…

Muchas gracias a todos por sus mensajes de apoyo. Me alegra que les guste el fic y espero que sigan leyéndolo ahora que casi se termina. Gracias a: Sara Fénix Black, Miss Andreina Snape, Replika, Abby Lockhart1, Nadir Blue, Sybill T, Morgana Riddle, Iraty Rowling, Edysev, Karura 84, Florence Rose (¡amiga, que gusto que sigas por aquí!), Darky Snape, Safrie, Marcela9, Kymie, Aliance, Alosca16. Les agradezco la constancia y espero que este capítulo les agradara.