FUTURO EN EL PASADO

XVII

Las piernas le temblaban levemente a Kagome, no tenía el menor deseo de entrar nuevamente a aquel portal, además Inuyasha no se encontraba con ella, sin él ciertamente no se sentía con la capacidad para superar una prueba tan difícil como la que había vivido anteriormente.

—No creo que tengas que entrar ahí —dijo Sesshomaru para sorpresa de todos, Kagome lo volteó a ver con esperanza en su mirada, pidiendo además una explicación— dudo mucho que este portal tenga el mismo principio que el creado por la Perla de Shikon, en estas circunstancias sería más seguro decir que se trata de una trampa o simple coincidencia.

—Tiene razón —dijo Miroku reflexionando lo que acababa de decir Sesshomaru—, no hay señal de la Perla de Shikon ni nada que le indique que ha vuelto a aparecer ¿cierto? —preguntó a Kagome quien negó con la cabeza—, si se tratara de la perla ya la hubiese sentido, habría alguna señal de su reaparición, en cualquier caso, la vez anterior cuando apareció aquel portal fue cosa de segundos y nada podía salir de ahí, todo quedaba atrapado, en este caso, pues bueno —levantó los hombros— salen monstruos de aquí, aunque en su interior se encuentre Naraku... no sé, quizá en algún punto, en alguna dimensión es que se conecta con aquel lugar con el interior de la perla, pero tiene sentido que se trate de una trampa o una coincidencia simplemente.

—Es verdad Kagome, yo creo que quizá sea una coincidencia, dudo mucho ciertamente que hayan sido capaces de abrir un portal —dijo refiriéndose a los soldados y al terrateniente que los lideraba; aunque claro, ella no sabía, ninguno de ellos sabía, que detrás de ellos sí que había una bruja, un demonio, una cosa así que tenía el poder para hacer aquello posible.

—Sí... supongo que tiene sentido eso que dicen —dijo Kagome un poco más tranquila, pero en cualquier caso la cuestión sería en cómo cerrar aquel portal. Se preguntó si no sería posible dejarlo ahí, poner quizá algún campo de energía solamente.

—Yo diría que se puede quedar ahí —comentó Jacken como si hubiese leído el pensamiento de Kagome.

—No seas estúpido —dijo Sesshomaru aguantando las ganas de golpear al demonio, Kagome se preguntó si realmente era tan mala idea como sonaba.

—Ya ¡Ya ves! ¡Rin! te dije que era una idea muy tonta —dijo Jacken intentando culpar a Rin de la pesima idea que había salido de sus labios.

—Pero si yo no dije nada señor Jacken —acusó rápidamente Rin, ganándose una mirada matadora de parte de Jacken.

—En efecto, si se queda ahí es probable que vuelvan a salir más monstruos, si nos descuidamos sería una pelea sin fin —apuntó Miroku contestando a la pregunta de Kagome.

Me pregunto si Bakusaiga será capaz de lograrlo pensó Sesshomaru mientras desenvainaba su espada. Todos retrocedieron al comprender lo que pretendía hacer Sesshomaru. Kagome rogaba porque con su solo ataque lograra eliminar el portal, pero lo estaba dudando, después de todo aquellos portales normalmente, según la anciana Kaede, se conformaban tanto de energía demoníaca como de energía espiritual, en tal caso que para eliminarlo o cerrarlo en este caso, se necesitaría forzosamente de ambas energías, tal como lo habían hecho Inuyasha y ella anteriormente.

Tal como Kagome lo sospechó el solo ataque de Sesshomaru no había logrado su cometido, sin duda necesitaría de su ayuda, aunque con el hombro en el estado en el que lo tenía no estaba segura de lograrlo. No obstante, tendría que intentarlo de cualquier forma.

—Hazlo otra vez por favor —pidió Kagome a Sesshomaru mientras levantaba el arco y acomodaba la flecha, Sesshomaru apenas volteó a verla para entender lo que pretendía hacer, para sorpresa de Kagome no le hizo preguntas ni puso en duda la ayuda que podría ella brindarle. Mientras Kagome tensaba el arco sintió un dolor punzante recorrerle desde el hombro hasta la punta de los dedos, tenía que aguantar el dolor, un segundo, un segundo más necesitaba solamente.

Sesshomaru lanzó su ataque al mismo tiempo que la flecha de Kagome salía disparada, una luz blanquecina cubrió el lugar, de pronto se escuchó un estruendo tan grande como si dos trenes hubiesen chocado frente a ellos; la onda expansiva de aquella explosión casi hacía que Sango saliera volando junto a sus gemelas, sin embargo, Miroku alcanzó a detenerla, mientras los demás que se encontraban más atrás se detenían de lo que podían. Kagome sintió aquel fuerte viento queriendo arrastrarla, un instante después se percató de que Sesshomaru estaba frente a ella, dándole la espalda, pero aun así cubriéndola con su cuerpo.

Cuando el viento cesó Sesshomaru ladeó levemente la cabeza para ver a la sacerdotisa, una vez más pensó en lo frágiles que eran los humanos al ver a Kagome apretarse el hombro con la mano, recordó entonces que en parte estaba lastimada por su causa, aquello le hizo fruncir la boca. No dijo nada. Nadie dijo nada. El portal había desaparecido, lo habían logrado, cualquiera que los hubiera en aquel momento pensaría que llevaban toda la vida haciéndolo, su sincronización había sido perfecta.