Cuando Oso pequeño llego a la aldea, se encontró con algo que no había pensado ver nunca, los tipis destruidos y algunos cadáveres, de sus amigos y familiares en el suelo, y el rastro de una tropa que había destruido todo a su paso.

Descendió rápidamente del caballo en compañía del otro joven que le acompañaba, tratando de encontrar a alguien con vida que le dijera que había ocurrido, a unos cuantos metros de allí, encontró a su hermana, sangrando con acopio, y moviéndose con lentitud hacia él.

Oso… cof...hermano - la joven mujer trataba de respirar, seguir viva para dar su hijo la vida que parecía escapársele de apoco.

Oso pequeño se apresuro a estar cerca de su hermana, no pudo evitar derramar las lagrimas que se acumulaban a cada segundo tras sus ojos. La abrazo con fuerza, mientras esta se dejaba caer sobre la fuerte protección de su hermano y descanso sobre ellos, expirando en los brazos, de este.

Oso pequeño no reacciono durante barios minutos, mantuvo su abrazo, envolviendo ahora el cuerpo inerte de su hermana en ellos. Su compañero había encontrado solo un par de mujeres y tres hombres con vida, de resto, todos habían muerto sin piedad, sin ser respetado el genero, ni la edad.

Por otro lado Kenshin inconsciente de lo que había sucedido y creyendo salvar de esa manera a su tribu de la amenaza que les estaba persiguiendo, luego de estar un rato corriendo a lo largo de la llanura decidió encararse a los guerreros que estaban tras de ellos.

La contienda fue decidida por la fuerza del pequeño grupo liderado por Kenshin alguna fuerza extraña le alentaba a no dejarse vencer, Queria regresar pronto a casa y cerciorarse deque había hecho bien protegiendo a los suyos.


Kaoru Salio de su habitación con cierta cautela, llevando un fardo que trataba de ocultar entre sus anchas faldas, lo ató a las enaguas que llevaba bajo el vestido, así pasaría desapercibido, claro que el fardo le hacia difícil poder caminar con rapidez sin que les estorbara en el caminar, así que uso lo mas que pudo su habilidad y pronto se acostumbro a caminar por todos lados con la incomodidad, debía estar preparada para la mas mínima oportunidad que tuviese para marcharse.

Ah! – se ahogo un grito en la garganta de la chica cuando fue sorprendida por Aoshi quien aun después de bañarse seguía de guardia, molestando a Kaoru por obvias razones. – No se supone que saldría hacia wyoming luego de alistarse, por ordenes de mi padre? Dijo ella colocando las manos en la cintura.

Bueno, si, pero aun no han llegado el resto de los hombres que me acompañaran – dice siendo consiente del estado anímico que empezaba a emerger de la joven de ojos azules.

Kaoru se retiro de allí sin pensarlo dos veces, saldría de esa casa fuese como fuese y se dirigiría hacia donde su abuelo. Kaoru ingreso a la cocina pensando que no habría nadie, pero se había olvidado por completo de la mujer que vivía con ellos.

Se le ofrece algo señorita? – cuestiono la mujer que ayudaba a su padre, sorprendiéndola empacando algunas frutas del canasto.

Eh, solo estaba tomando algunas frutas u – la mujer se acerco asta ella y sonriéndole le ayudo a empacar algo mas de fruta y unas cuantas hogazas de pan.

Yo le ayudare señorita, usted me simpatiza mucho, además – dice acercándose en un susurro a ella – quiero que le entregue esto a mi hija, ella vive allá – dice entregando un sobre a Kaoru que aun no salía de la sorpresa pero aun así una sonrisa se dibujaba amplia en su rostro.

Muchas gracias, en verdad, y no se preocupes esto llegara a manos de su hija – dice mientras espera a que la mujer termine de empacar los víveres.

Yo me encargare del joven – dice sonriendo con picardía a Kaoru.

La mujer salia de la cocina empezando su tarea, así que con la excusa de necesitar ayuda con el acarreo de unos cuantos baldes de agua cogió a Aoshi y no lo soltó, asta que vio que el caballo de Kaoru ya no estaba.

Señor Kamiya? – llego rápidamente a la oficina Aoshi con voz fatigada – su hija se ah marchado.

Que demonios…? – Kamiya salio del oficina rápidamente y se dirigió a su caballo empezando a cabalgara asta la casa.

Kaoru ahora había terminado de cambiar sus ropas y divertida imaginando el rostro de su padre al descubrir que ya no estaría en casa, salio tras de un árbol con las vestimentas masculinas que siempre le habían acompañado

Uhh! ahora si, vamos hacia Wyoming – dijo desperezándose, para luego acercarse a su caballo y besar la punta de su hocico, acariciando el rostro del animal. – Ah! compañero, de nuevo a casa, verdad? – dice sonriendo para luego montar sobre el caballo.

Pasaron unas cuantas horas mas, asta que empezó a sonar su estomago, por suerte había empacado las provisiones pues había salido con nada en el estomago y , aprovechó para disfrutar unas cuantas frutas frescas. Observo el camino, era tan tranquilo que le intimidaba, había pasado por allí a penas tres días tras, y recordó entonces el encuentro que había tenido con los Lakota de esa parte de las praderas, le había sorprendido en realidad ver a ese pelirrojo, que en verdad no paresia tener nada en relación con los guerreros Sioux.

A lo lejos vio lo que me nos se esperaba ver por esos lares, haciendo que se atragantara un poco con lo que estaba comiendo en ese momento. un grupo sospechoso que bien pudo relacionar rápidamente con el ataque a la prisión la noche pasada, era poco probable pasar por desapercibido a ese chico de cabellos rubios parados asemejando las mechas de una escoba, aparte de que era un grupo bastante grande al rededor de 10 hombres y cada uno tenia una peculiaridad, que daba miedo, empezando por su líder un hombre moreno que solía mantener sus extremidades vendadas, sabrá dios si tenia una enfermedad contagiosa o algo así, ella en realidad no recordaba mucho de lo que había pasado tiempo a tras cuando ella apenas y tenia edad para saber que estaban atacando la villa. Lo que mas le sorprendió es que fuera con ellos una mujer que se le pareció mucho al guerrero Sioux que había recordado hace poco.

Malditos, quien sabe por que llevan a esa pobre mujer. Lo mejor será seguirlos, afortunadamente ya casi es noche y tendrán que detenerse así les daré alcance - dijo para si Kaoru mientras empezaba una carrera contra el tiempo para poder alcanzar el grupo.


NO, es mentira – grito Kenshin cuando Oso pequeño le entrego en sus manos el collar que el había realizado para su esposa con tanto esmero, como un pequeño detalle de su casamiento. – ella, mi hijo… - las lagrimas lentamente se fueron desbordando en el duro rostro de Kenshin.

Están muertos… Halcón rojo – susurro con dolor Oso pequeño.

Los demás sobrevivientes les acompañaban en su dolor que era el de ellos mismos, habían perdido su grupo, su tribu, que lo era todo para todos. Una de las mujeres intento acercarse al pelirrojo y al joven indio a su lado, estaban tan destrozados que aun no habían caído en cuenta que faltaba la madre de uno de ellos. No sabia como decirle a su nuevo líder, por que era obvio que kenshin se encargaría de sacarlos adelante a los pocos que habían quedado, decirle que su madre, cabellos de fuego, había sido llevada por los intrusos.

Kenshin observo a la mujer que aun débil se sostenía frente a el firme, con una expresión de penuria en su rostro. – Halcón rojo, tu madre…

Kenshin abrió con sorpresa sus ojos, no había pensado en su madre, no la había encontrado entre los cadáveres y mucho menos entre Los sobrevivientes, se la habían llevado? La chica corroboro sus sospechas

Cabellos de fuego fue llevada por los hombres que atacaron la aldea.

Kenshin se coloco de pie rápidamente y monto su caballo con rapidez. Oso pequeño sorprendido por lo que acababan de enterarse no se dio cuenta de ello, si no hasta cuando Kenshin le dejo en sus manos la protección de los demás, seria bueno mudarse a otro lado, aparte de la atroz masacre tenían que cuidarse de los meroriadores del sur, Oso pequeño acepto la misión encomendad y empezó a organizar las cosas tan pronto Kenshin abandono el pequeño sendero.

La noche ya estaba sobre su cabeza cuando encontró el rastro de quienes habían atacado su tribu, el coraje se esparció por sus venas, allanándole la cabeza de mil ideas de cómo destajar la garganta de ese hombre o de los que se colocaran en su camino, pero lo primero era lo primero, tener a salvo a su madre sobre todo.

Kaoru ya había acercado un poco mas su objetivo, les vigilaba desde una distancia prudente de modo que si le descubrían pudiese huir y de nuevo buscarlos, aun que ya sabia para donde se dirigían, quería primero que todo colocar a la bella mujer que les acompañaba no por su voluntad, en la travesía a salvo. Pero… ya había caído la noche y decidió quedarse en una zona desde la cual podía observar con claridad si aquellos hombres se movían, sabia que podrían intentar hacer daño a la mujer, no era por buen samaritano que la tuviese con ellos, estaría pendiente de cualquier cosa.

Espero que este café me mantenga bien despierta - dice mientras toma una pequeña jarra que había colocado sobre unas piedras que bajo estas trataban de atrapar el calor del fuego que había bajo estas.

Podría regalarme un poco? – se escucho una voz masculina que apareció de la nada haciendo que Kaoru desenfundara su revolver con agilidad y encañonara el rostro del personaje que osaba estar frente a ella.

No baya a hacer nada señorita Kaoru – escucho decir a una intimidada voz que no reconoció en ese momento. – soy sanosuke, se acuerda? – dice mientras lleva la palma de su mano para retirar el cañón del revolver que se encontraba sobre sus nariz.

Kaoru le observo atentamente antes de reconocer esa mirada picara y los cabellos castaños que ahora se encontraban mas que revoltosos.

Agrádese a dios que no te dispare – dice ella suspirando aliviada, mientras enfunda el revolver de nuevo – me colocaste los pelos de punta - sonrió mientras recordaba el rostro del joven lleno de terror, un terror que hizo ver su cara muy graciosa.

En ese momento le vino la pregunta mas obvia – que haces aquí? – frunció el seño al notar que no era únicamente Sanosuke el que estaba a su lado. – Shinomori, vas a responder, aun que me imagino… – dice ella echando un vistazo a la lejana luz de la fogata de los bandidos.

Es una irresponsabilidad de su parte hacer lo que esta haciendo, señorita Kamiya – dijo Aoshi mientras observaba lo que ella en la lejanía.

Pero, no es un desperdicio de tiempo – dijo ella sonriendo por descubrir el asombro por parte del caza recompensas. – Tienen una mujer, y no es exactamente la dama de compañía. Estoy alerta a lo que pueda pasar – dice ella acariciando sin darse cuenta su revolver.

Aoshi movió la cabeza a modo de dar a entender que no estaba de cuerdo con lo que estaba pasando – usted descanse, nosotros estaremos al pendiente.

Kaoru lo miro no muy contenta con lo que estaba escuchando, le daba coraje que su padre le viera como una mocosa que necesitaba de guardias y eso no, no señor, para nada iba con ella, había aprendido a ser autosuficiente fuera y dentro de casa, eso era lo que su abuelo le había enseñado.

No se preocupen, mas bien descansen ustedes que en realidad se les nota muy agotados – dice ella divertida al ver que Sanosuke que ya estaba en el séptimo sueño.

Aoshi por su lado se quedo sentado a su lado esperando lo que ella, mas bien midiendo la resistencia entre los dos y bueno, la chica había dormido perfectamente el día anterior y él en cambio en una incomoda e improvisada cama que le tenia doliendo todo el cuerpo, eso ni una cabalgata tan larga como habían tenido ese día, no le dejaba tan dolorido, eso mas lo otro hizo que el chico de ojos azules perdiera el silencioso reto entre los dos.

Cuando el sueño empezaba a vencerla de apoco noto que la fogata de los bandidos se acababa de apagar, raídamente despertó a los dos hombres que le acompañaban y sin darles tiempo de asimilar lo que pasaba les comunico que saldría a seguirles para no perderles el rastro.

Aoshi quien estaba un poco atontado por que aun el sueño le rondaba la cabeza, vio borrosamente el caballo de crin blanca, alejarse con su dueña a galope, esto le ayudo a despertarse, y dándole una patada a Sanosuke le despertó comunicándole lo que acababa de pasar.

Esa niña es un demonio! - dijo en un susurro adormilado y enfurecido Sanosuke pues no le había permitido terminar con su sueño.


Cabellos de fuego estaba angustiada no por lo que le pudiera pasara si no por lo que le había ocurrido a los suyos cuando ella fue tomada por sorpresa

Flash Back 7777777777777777777777777777777777777777777777777777777777777

Lourdes o cabellos de fuego, como deseen llamarle, se encontraba ayudando a nube clara a terminara de preparar algunos animales para cuando regresaran los guerreros que habían salido en compañía de Kenshin esa mañana, sabían que llegarían extenuados y aun mas si habían tenido algún enfrentamiento con los supuestos invasores.

Las mujeres se reunían a platicar de esto y de aquello mientras remendaban o elaboraban los trajes de sus hombres, a la vez las mujeres mayores daban recomendaciones a las futuras madres sobre los cuidados que tendrían que tener en cuenta para cunado sus bebes nacieran.

Lourdes sonreía al observar las mejillas de la joven que había entregado todo a su hijo al enterarse por boca de ella y de algunas madres ya experimentadas sobre el procedimiento del parto.

En verdad sucede todo eso? – cuestiono una de las jóvenes que también se encontraban a su rededor, pero antes de que Lourdes pudiese afirmar lo que antes había dicho un disparo se escucho mas cerca de lo que hubiesen deseado, sin darles oportunidad de reaccionar rápidamente.

Mátenlos a todos no dejen nada en pie – se escucho de una voz gruesa que en menos de nada se hallo al lado de cabellos de fuego y sin advertirlo, fue montada en el caballo, maniatada y golpeada para quedar finalmente inconsciente.

La ultima imagen que había visto antes de quedar inconsciente había sido el tipi de unos y otros hechos cenizas en medio del fuego que habían abandonado encima de estos.

Fin Flash Back777777777777777777777777777777777777777777777777777777777

Ahora se encontraba de nuevo cabalgando sobre uno de los caballos que habían tomado de la aldea, observaba con lentitud a los hombres que le rodeaban observándole igualmente tratando de explicarse como una mujer como ella , tan diferente a los salvajes que habían dejado atrás, había estado en ese momento con ellos.

El hombre moreno, se acerco a ella tomándole el rostro y divertido sonrió cuando esta saco de su agarre su rostro ,mostrándole luego una mirada feroz que a pesar de todo guardaba una belleza que a Shishio le encantaba y sobre todo le recordaba a quien alguna vez fura su esposa.

Que hace una mujer como tú, con unos bárbaros como esos? - cuestiono por fin el hombre que le observaba con lentitud cada cm del rostro.

Es mi familia – contesto ella sin mirarlo desviando su mirada a la lejanía con la esperanza que su hijo apareciera y le rescatara, quería saber que había pasado con los demás, temía por la seguridad de Nube clara, algo le decía que no estaba bien.

Aoshi y Sanosuke explicaron a Kaoru cuando por fin le dieron alcance, como fue que su padre había reaccionado a su fuga y como ellos habían resultado detrás de ella.

no les estoy pidiendo que vengan conmigo, si tienen otras cosas que hacer bien pueden irse por donde llegaron – dijo ella sonriéndoles mientras mantenía un paso lento delante de ellos.

No es el caso de que tengamos o no que hacer algo, o que queramos o no ser niñeras tuyas – dijo Sanosuke mientras se rascaba la cabeza meditando bien lo que diría a continuación – el hecho es que vamos por el mismo camino y tenemos el mismo objetivo.

Veo – fue lo único que dijo Kaoru, haciendo que Aoshi y Sanosuke intercambiaran miradas entre ellos, tratando de hallar significado a esa vana respuesta por parte de la chica.

El viento se arremolino a los pies de los caballos, parecía que sobre sus cabezas una tormenta amenizaba por caer inclemente sobre ellos y cuando las gotas de gruesa agua empesgaron a caer sobre sus cabezas y hacerle perder la visibilidad y con ello al grupo que seguían, buscaron un refugio para acaparar la tormenta y esperar que pasara.

El único refugio que encontraron paresia estar ya ocupado, ya que a pesar de la copiosa agua que caía sobre toda el área, una débil columna de humo se alzaba delante de ellos.

Kaoru dejo su caballo junto con sus compañeros y se acerco con cierto sigilo asta la pequeña cueva que había. Un hacha mediana rozó su rostro llevando se consigo algunos cabellos rebeldes y húmedos que trataba de ocultar el sombrero de ala ancha.

Kenshin se quedo observando con detenimiento al sujeto que tenia frente a el. Kaoru por su parte acaricio la mejilla que había alcanzado a rozar el hacha y le dedico una mirada poco amable al hombre frente a ella.

disculpa amigo, seria inconveniente que compartieras con mis amigos y yo este lugar, mientras termina la tormenta? – cuestiono Kaoru fríamente mientras los ojos de Kenshin no dejaban de vagar sobre ella, mostrando sorpresa por todo.

Kenshin se coloco de pie y vio aparecer tras el hombre otros dos. Todos eran sospechosos, no había visto a ninguno de ellos a acepción del "chico" que estaba frente a él, se le hacia realmente familiar.

no ahí problema, dijo en perfecto ingles, mientras daba espacio a los tres parados frente a él.

Kenshin observo como los dos hombres tras el "muchacho" acercar los caballos y atarlos fuera, uno de los animales le llamo la atención, nunca olvidaría un animal tan hermoso y peculiar como ese, escasamente había visto uno igual, de crines platinadas y piel de ébano.

Kaoru noto la admiración que volaba de los ojos del pelirrojo hacia su caballo, y sonriendo se acerco a su caballo para sacar un poco de agua que llevaba consigo. Aunque no pareciera en ese momento era medio día, el sol se veía obstruido por las fuertes y tormentosas nubes en el horizonte haciendo que de cierta manera la tarde se viera como noche.

El agua borrara todo rastro que deje Shishio y sus hombres – dijo Aoshi mientras trataba de animar un poco la pequeña fogata que había formado el pelirrojo.

El comentario no le agrado nada a Kaoru que sacando de una de sus bolsas un grueso impermeable soltó rápidamente que ella no permitiría perder el rastro de ellos, pero aoshi la cogió del brazo con cierta brusquedad y no le permitió salir de allí, así ella en ese momento colocara toda la resistencia que sabia podía poner.

Baya mujercita, es muy autoritaria y no le gusta dejar nada – comento Sanosuke al pelirrojo que observaba la situación.

Es una mujer? – cuestiono sorprendido el chico pelirrojo.

Si, toda una belleza – suspiro Sanosuke pensando en que había sido su prometida. – y si no crees pues toca – dice llevando asa Kaoru que se encontraba discutiendo con Aoshi sobre ir o no a fuera

Kaoru sintió un cosquilleo en su pecho y noto con sorpresa que Sanosuke empujaba sobre la tela la mano del hombre que estaba mirándole sorprendido.

PLOF... el golpe sobre los rostros de Kenshin y Sanosuke resonó dentro de la pequeña cueva como si de un disparo se hubiese tratado. Seguido después por un poco de palabras que las damas no deberían ni pensar.

Las orejas les quedaron rojas de tanto escuchar las palabrotas de Kaoru que al final se salio con la suya y con la excusa de no soportar a hombres irrespetuosos se salio de la cueva dejándolos a todos mirando a la nada.

Que carácter – susurro Kenshin que aun estaba sorprendido por el descubrimiento. Apenas y había palpado uno de los redondos senos de la chica y luego de ello solo vio estrellitas tras el golpe que esta le había proporcionado.

Bueno, ella es algo fuera de lo común – dijo Aoshi quien estaba curiosamente interesado por la apariencia peculiar de ese Sioux luego de caer en cuenta por completo en él.

Y que hace una mujer con dos hombres en medio de la pradera, no debería estar en su casa atendiendo a su esposo? – cuestiono Kenshin

Estamos tras unos picaros – dijo Senosuke como si no se tratase de nada con importancia.

De casualidad tras un grupo de 9 o mas hombres que se dirigen hacia el norte?

Tu que sabes? – pregunto Aoshi observando al pelirrojo con curiosidad.

Saben si llevan consigo a una mujer? – soltó sin darle mucha importancia al tono desafiante en que había preguntado Shinomori.

Si, y ahora que me fijo bien, es de un poco menos de tu estatura, y tiene el mismo color de cabello – dijo Kaoru sorprendiendo a los tres hombres allí. – Es tu madre o hermana?

Kenshin abrio sus ojos sobre ella y la miro, ahora tenia el cabello libre del sombrero y notaba mejor las facciones delicadas que suelen tener los rostros femeninos.

Es mi madre – dijo él con pena en la mirada – mi tribu fue atacada esta mañana y tan pronto estuvimos reunidos los pocos que quedamos, vine tras ella, - dice mientras aprieta en su mano el collar que había traído consigo como recuerdo del lazo entre nube clara y él.

Lo lamento – dice Kaoru mientras se siente frente a la fogata dándole la cara a los tres hombres. – si quieres y no es inoportuno puedes ir con nosotros, supongo que no estará mal una ayuda mutua verdad? – dijo ella mirando con apremio el rostro del chico.

Podría ser – dijo mientras lanzaba una pequeña rama a el fuego.


Espero me perdonen de nuevo eh demorado mucho, pero espero también que esté lo bastante sustancioso para que lo sigan leyendo, muchas gracias por su apoyo chicas, ja ne.

NAOKO L-K

2006