Konichiwa! Mi nombre es Alexie como podrán ver soy nuevo en el sitio así que este es mi primer fic por lo que estoy haciendo mi mejor esfuerzo, solo espero lo lean, juzguen mi fic y desde luego me manden sus reviews solo no sean compasivos no sé mucho de esto.


Saga:

Hacia mucho que la batalla de Hades había terminado con demasiados esfuerzos y bastantes perdidas. Pasaron muchas cosas después de eso ¿Cuáles? Pues... para empezar Atena se las había ingeniado para resucitar a nosotros sus Santos y no solo a nosotros también trajo de vuelta a los dioses guerreros de Asgard y a los Generales marinos de Poseidón.

Los primeros realmente me causaban indiferencia, y es que yo realmente no los conocía, cosa que no ocurría con los Generales Marinos, no es que ellos realmente me importasen mucho en realidad solo conocía al mayor de ellos y él era el único que en realidad me importaba. Se trata de mi hermano gemelo, Kanon.

En un principio me portaba indiferente con su ausencia, pero con el pasar de los meses comencé a sentir culpa; llegué al grado en que yo técnicamente moría por verle. Lo más extraño es que ese deseo no se debía a que yo le extrañase mucho en realidad, ya me había acostumbrado a vivir sin él desde hace muchos años atrás. Entonces ¿a qué se debía esa enorme necesidad de verle otra vez?... la respuesta era más que obvia, yo tenía un gran sentimiento de culpa debido a lo mal que habíamos terminado con nuestra relación de hermanos, cosa que me carcomía a todas horas y yo sabía que la única forma de quitarme ese sentimiento de culpa era hablando con él y arreglar las cosas. Tal vez y hasta pudiéramos reparar la situación y llevarnos bien.

Lo mismo había pasado con Aioros de Sagitario, yo siempre me sentía culpable hasta que por fin tome valor, hable con él y todo quedo en el olvido. Desde entonces Aioros y yo nos convertimos en los mejores amigos, muy a regañadientes de su hermano menor Aioria, que deseaba pasar todo el tiempo posible con su hermano, tiempo que yo le estaba robando. A pesar de las dificultades que había tenido, Aioros me ayudo a comenzar de nuevo con todos los demás Santos Dorado y gracias a él restaure todas esas viejas amistades muertas debido a las circunstancias y a mi rebelión.

Aioros también notó mi comportamiento extraño, cuando alguien preguntaba por mi hermano gemelo y es que aunque yo no quisiera, me afectaba hablar de él. Yo quería hablar con Kanon y dejar todo en el olvido, pero cada vez que lo pensaba surgían muchas dudas... ¿qué tal si a él realmente ya no le importaba nuestra hermandad? o sí... ¿en lugar de arreglar las cosas pierdo el control y terminamos peor, entre otras muchas preguntas que yo me había formulado.

Un día mientras hablábamos, Aioros tocó el tema y de ahí no pude hacer nada más para oponerme -¿Por qué no le escribes una carta y se la mandas, digo mínimo para demostrarle que realmente te importa-.

-Lo más seguro piense que se trata de una broma, después de todo es Kanon- Yo odiaba hablar de mi hermano y Aioros sabía que yo estaba realmente incómodo con el tema, pero poco le importo.

-Entonces ve y búscalo al Santuario Submarino, viendo tu actitud jamás creería que se trata de una broma-. Al parecer Aioros no iba a descansar hasta que yo hiciera algo con respecto a Kanon, pero no por eso yo iba a dejar de luchar.

-Tu sabes perfectamente que aunque Poseidón y Atena hayan hecho las paces, los caballeros no somos muy bien vistos en el Santuario Submarino, ir seria ponerme en riesgo.- Para mi ese argumento bastaba y es que yo si quería hablar con Kanon, pero aun no me sentía preparado.

En ese momento Aioros se acerco lo suficiente a mí para poder mirarme a los ojos y me sujeto fuertemente de los hombros. Durante toda nuestra conversación había mantenido una actitud relajada, pero ahora me miraba de una manera bastante seria, parecía que yo por fin lo había exasperado y eso no era precisamente bueno. –Escucha Saga, pero escucha bien, o tú te comunicas con Kanon o yo te llevó arrastrando hasta él¿quedo claro?-

En mi vida había escuchado a Aioros tan decidido y casi molesto. Viendo su actitud yo ya no pude poner oposición y solo asentí con la cabeza, lo que siguió realmente me impresiono Aioros se dirigió a la puerta y antes de salir me sonrió y con un movimiento de su mano se despidió.

Ahora si que estaba metido en un problema, tenía que escribirle una carta a mi hermano o podría esperar una gran humillación al llegar arrastrado por mi compañero de armas. Por que sabía que Aioros era capaz de cumplir su amenaza. Definitivamente esta seria una muy larga noche...

Kanon:

Hace algunos meses que vivo en el Santuario Submarino de Poseidón con los demás generales. Realmente me gusta mi vida aquí. Después de que Atena me regresara a mí y a mis compañeros a la vida yo había decidido quedarme aquí a vivir, al fin y al cabo yo ya había pagado mi deuda con Atena y el mundo, o por lo menos yo lo veía de esa manera.

Hoy definitivamente me había llevado una gran sorpresa cuando un mensajero del Santuario llego al Santuario Submarino para entregarme una carta, pero eso no había sido lo más raro, lo más extraño era el nombre de la persona que me la había enviado. Se trataba de mi hermano Saga, al que yo no veía desde que Atena nos había vuelto a la vida una vez terminada la batalla contra Hades y de eso ya había pasado medio año.

En un principio me angustie pues pensé que algo realmente malo le había ocurrido como para enviarme una carta, pero una vez leída la carta mi angustia creció... ¿Por que Saga quería verme tan de pronto? Para empezar hace años Saga y yo no hablamos y si lo hacíamos era única y exclusivamente para reprenderme por algo aunque ni siquiera fuese mi culpa.

Pasó el tiempo y yo realmente no pensaba contestar aquella carta suponiendo que Saga solo quería molestarme o que solo se trataba de una broma. Después de la llegada de esa carta, por alguna extraña razón mi actitud hacia todo cambió radicalmente y todos mis compañeros notaron ese repentino cambio y no solo ellos también el mismo Julián se había percatado de tan radical cambió.

Yo era una persona que gustaba de hacer unas cuantas travesuras a mis compañeros, también era de lo más activo rara vez me encontraban sin hacer nada. En cuestión de estado de animo, yo por lo general estaba de buenas, ya que se necesita demasiado para hacerme enfadar. Con la llegada de la carta todas cosas cambiaron; ahora prefería estar solo y era mucho más fácil lograr que yo me irritara.

En un principio pensé que mi comportamiento se debía la impresión que la carta había provocado en mi, pero el tiempo transcurría y yo seguía igual. Pasando las 2 semanas todos comenzaron a preocuparse realmente por mí. Para empezar Sorrento y Krishna no me quitaban la vista de encima no fuera a ser que yo quisiera suicidarme o algo por el estilo; luego Bian, Kaisa, Eo e Isaac insistían en que yo necesitaba salir más seguido e intentaron obligarme a salir con ellos a diversas fiestas y lugares, en repetidas ocasiones tuve que usar mis Ilusiones para poder escapar de esos 4 que me asfixiaban. Lo único que yo necesitaba era estar solo.

Cierto día en el que me encontraba sentado a l orilla de la playa observando el hermoso ocaso, más que nada yo trataba de arreglar mi situación necesitaba salir de esta depresión repentina. Estaba tan ensimismado que nunca me di cuenta de que Julián se acercaba a mí con el fin de que le contará lo que ocurría conmigo, y si era necesario estaba dispuesto a obligarme...

-¿Puedo sentarme?- Lo mire extrañado pues yo nunca me di cuenta en que momento se había acercado tanto a mí. Tarde unos minutos en reaccionar debido a la impresión, pero finalmente asentí con la cabeza.

-Te he notado algo distraído estos días ¿pasa algo?- dijo, mientras se sentaba a mi lado, pero sin mirarme. Su actitud era relajada y pude notar que hasta algo preocupada.

Negué con un movimiento de cabeza. Eso pareció sorprenderle, yo hasta el momento no había contestado ninguna de sus preguntas verbalmente y eso si era algo fuera de lo común en mi. Pasaron unos minutos de silencio hasta que él decidió continuar con su conversación... o mejor dicho con su interrogatorio.

-Supe que recibiste una carta del Santuario ¿era de tu hermano?- Yo no lo estaba mirando en ese momento pero podía sentir sus ojos fijos en mi. Entonces él estaba enterado de la carta. Yo sabía que Julián quería una respuesta y tuve que resignarme a responderle, pero aun sin mirarle a la cara.

-Así es, mi hermano recientemente me escribió una carta... solo que todavía no he podido responderle- Tuve que esforzarme mucho para que mi voz no se escuchara entrecortada. En ese mismo momento pude darme cuenta que hablar de Saga realmente me afectaba.

-Ya veo, entonces ¿a eso se debe tu extraño comportamiento?- Por primera vez en todo lo que tenía de conocer a Julián sentí que yo le preocupaba bastante, ya que por lo general él era muy frío conmigo incluso llegué a pensar que yo le era desagradable, pero ahora que me había atrevido a mirarle a los ojos esos solo reflejaban una gran preocupación¿tanto le importaba?.

-Pues... sí- Estaba acorralado, Julián sabía el por que de mi comportamiento y si me preguntaba era para estar seguro. Supuse que no tenía caso esconderle la verdad, así que le confesaría mi situación.- La verdad es que... bueno yo... yo le... -

-¿Extrañas?- Primero le mire sorprendido, pero al final asentí con la cabeza. En ese momento la mirada de Julián había cambiado de preocupación a comprensión, lo que realmente me produjo un estado de calma. Al verme más relajado continuo... -¿Por qué no lo buscas y hablas con él?-.

-Por que yo y Saga realmente no quedamos en muy buenos términos después de la batalla contra Hades. Incluso creo que le molesto que yo usara su armadura y usurpara temporalmente su lugar- ¿Cómo podría explicarle a Julián que simplemente Saga me odiaba?.

-¿Puedo ver la carta?- Eso si me había sorprendido, nunca me espere que me pidiera semejante cosa, pero aun así no puse objeción y le entregue la carta. La leyó rápidamente y pude notar un extraño brillo en sus ojos ¿en qué demonios estaba pensando el Dios de los mares?.

-Pero ¿cómo té niegas a ir a buscarle si en esta carta te dice claramente que quiere verte?-. Eso era cierto, la carta decía que él quería verme y también era su letra. Lo que me incomodaba no era el hecho de que quisiera verme, lo que me asustaba era la razón. Lo primero que me venía a la cabeza era que Saga pensaba mantenerme unos días dentro de la prisión del cabo Sounión y la idea no me agradaba mucho.

-Lo sé, es por eso que me aterra todavía más buscar a mi hermano- En ese momento Julián me miró con una cara de total confusión, suspire y le explique el por que de mi temor.-Verás, Saga jamás, pero jamás aceptaría que quiere verme ni aun cuando realmente lo deseara y yo temo que la razón de que quiera verme es para darme un castigo que yo nunca voy a olvidar-.

-No creo que esa sea su intención, pero tú eres quien decide. De todas formas piénsalo y si decides ir al Santuario, tienes mi permiso, es más si decides marcharte sin avisar lo entenderé a la perfección.- Después de eso solo se levanto y se retiró. En cierta forma él tenía razón. Una sonrisa se dibujo en mi rostro, Julián me había convencido, con o sin mis miedos esta misma noche iría al Santuario y él sabía perfectamente que mañana no me encontraría en el Santuario Submarino.


Bueno ¿qué les parecío? yo sé que no es una obra de arte pero a mí no me pareció tan malo y pues si no les gusta acepto correcciones de todo tipo. Gracias por leer.