Bueno aquí esta la segunda parte de este mi primer fic espero lo disfruten xq la verdad me ha costado algo de trabajo escribirlo y es que soy algo indeciso.
¿Solo mi compañero?
Saga:
Hace semanas que espero una respuesta de la carta que le envíe a Kanon y hasta el momento nada. Incluso Aioros estaba comenzando a dudar en que yo realmente la había enviado.
Llegué a pensar que posiblemente Kanon se había escapado del Santuario Submarino y que nadie conocía su paradero, pero eso era imposible ya que yo le había dado ordenes al aprendiz que llevó la carta que solo se la podía entregar a Kanon y el muchacho había dicho que el sujeto a quien le entregó la carta era idéntico a mí. Y ¿si el aprendiz me había mentido?... no eso no era probable nadie en el Santuario aparte de los Santos Dorados, Atena y el Patriarca; sabía de la existencia de mi hermano gemelo Kanon incluso el aprendiz se había sorprendido al conocer a mi gemelo. Por lo tanto Kanon seguía al lado de Poseidón.
Si Kanon seguía con los generales, ¿Por qué no había contestado mi carta, lo más seguro era que mi petición tan repentina le ha de haber hecho dudar de mis intenciones... o tal vez yo ya no le importaba y era tanta su indiferencia que ni siquiera se molesto en contestar la carta. Sin importar cual era la causa, el caso es que mi hermano menor no estaba dispuesto a perdonarme.
Cuando ya estaba al borde de la desesperación alguien tocó la puerta de la habitación en donde yo me encontraba ahora recostado en la cama. –Adelante- Fue mi respuesta a los toques de la puerta. En ese momento vi como Aioros entraba con una gran sonrisa en el rostro. Él sabía que yo estaba desesperado por saber algo sobre Kanon ¿será que me estaba queriendo decir que sabía algo de mi gemelo?.
-Adivina qué llegó esta mañana al Santuario- Sus ojos reflejaban una alegría enorme, no espere a que me dijera nada más, salte de la cama y me disponía a salir por la puerta de mi habitación a toda prisa cuando Aioros me sujeto del brazo.
-¿Por qué me detienes? voy a recibir a Kanon, quiero verle cuanto antes- Yo estaba algo molesto, él no tenía derecho a detener mi marcha y menos si sabía con que ansia esperaba yo la llegada de mi gemelo.
-Yo nunca dije que Kanon estaba en el Santuario- Cuando pronunció esas palabras, sentí que todos mis ánimos se esfumaron. Entonces lo mire con cara de completa confusión.- Verás Saga, esta mañana llegó una paloma mensajera con esto atado a una de sus patas.- Dijo, mientras me mostraba un pequeño pedazo de papel que sostenía en su mano izquierda, ya que con la derecha había tratado de impedir mi salida por la puerta.
Inmediatamente me solté de su agarre y le arrebate el pequeño papel. Mis ojos se oscurecieron. La carta no era de Kanon sino de Atena. Al parecer tenía pensado visitarnos próximamente y quería que Aioros le informara a todo el Santuario de su llegada, incluyendo al Patriarca.
-No pareces muy feliz por la llegada de Atena- Aioros me miraba con algo de desconcierto y es que yo realmente no esperaba la visita de Atena.
-No es que no me importe... es solo...bueno yo pensé que era una carta de Kanon- Mi decepción era más que obvia en ese instante. Aioros lo notó y se acerco mientras me abrazaba y en ese mismo instante mis ojos me traicionaron y yo ya no pude contener mis lágrimas. -¿Por qué me hace esto?... Es que no lo entiendo... lo trate muy mal... lo sé... pero... no es justo.- Mi voz era entrecortada y débil. Yo estaba volviéndome loco esperando una carta que jamás llegaría.
Pasó una hora antes de que Aioros lograra reconfortarme, lo que pasaba es que yo tenía tanta culpa y tanto dolor reprimido que no pude soportarlo más y termine soltando todo. Cuando ya me encontraba totalmente recuperado miré a Sagitario, parecía sentirse culpable por lo que acababa de pasar y es que su actitud me había dado a entender de que Kanon si había contestado mi carta. Pero de todas formas no quería que se sintiera responsable porque en realidad no era su culpa sino mía por haber imaginado algo que no era. Me separe lentamente de su abrazo y le mire directo a los ojos yo tenía que hacerlo sentir mejor.
-No te sientas mal no fue tu culpa- Le miré de manera compasiva mientras él solo negaba con la cabeza.- Hablo enserio, eres mi mejor amigo Aioros y no tienes por que sentirte culpable de algo que tu no hiciste, fui yo quien se confundió.- Al parecer mis palabras surtieron efecto y Aioros mostró una leve sonrisa, sus ojos color esmeralda se iluminaron.
-Gracias Saga, tu también eres mi mejor amigo no se que haría sin ti.- Después de semejante teatro Aioros se retiró a su templo, mientras yo lo observaba desde la salida de Géminis. Aun podía sentir sus brazos alrededor de mí, aquel abrazo había creado una conmoción en mi cuerpo.
Cayó la noche y yo no tenía ganas de hacer absolutamente nada, así que decidí irme a la cama temprano, pero tampoco podía dormir. Fue entonces cuando me puse a pensar en Aioros y el abrazo de esa tarde, nunca lo había tenido tan cerca como en esa ocasión. La verdad es que yo había disfrutado mucho la cercanía entre nosotros dos. Él y yo habíamos sido amigos desde su llegada al Santuario de Atena, pero hace un tiempo yo había dejado de pensar en Aioros como mi amigo y comenzaba a verle como algo más ¿Será que me estaba empezando a enamorar de mi mejor amigo?... no eso no podía ser... ¿o sí?
Kanon:
Pasaban de las 2:00 de la mañana, pero eso realmente poco me importaba, ya tenía todo listo ahora solo tenía que ponerme en marcha hacia el Santuario de Atena. Entonces me puse en camino la verdad es que desde el cabo Sounión hasta el Santuario no era un largo camino, pero iba a tomarme mi tiempo.
No paso mucho tiempo cuando por fin me percate de que alguien me seguía ¿quién podría ser, si el único que sabía sobre mi viaje era Julián?. Sabía a la perfección que si era unos de los generales me iba a costar mucho deshacerme de él, pero no me quedaba de otra. Me detuve y me di cuenta de que mi perseguidor también se había detenido. Entonces identifique a la persona que me seguía.
-¿Qué demonios haces aquí Sorrento?- Siren salió de su escondite y me miró entre asustado y sorprendido. Lo más seguro es que no se esperaba que me diera cuenta de que me seguía y mucho menos que yo llegara a identificarlo tan rápido, pero aún así me contestó con una voz de lo más tranquila.
-Escuche lo que estaban hablando tu y Julián en la playa, y pues yo quiero acompañarte al Santuario de Atena.- Vaya cara que puso el pobre Sorrento cuando escucho mis grandes carcajadas y es que no pude evitarlo parecía estar tan seguro de querer acompañarme. Yo sabía que Siren lo decía enserio, entonces decidí parar mis carcajadas.
Sorrento siempre me había parecido fascinante, primero por su gran belleza innata y segundo por su manera de ser; cuando se le trataba con cariño, él respondía de igual forma, pero si era agredido, podía destruirte y peor aun, matarte. A pesar de todo él y yo siempre nos llevamos bien y eso que Sorrento era 12 años más chico que yo, no es que yo me fije mucho en eso, pero realmente me parecía algo sumamente extraño. Cuando Sorrento apenas había nacido yo ya era un adolescente, eso marcaba una gran diferencia de edad.
A pesar de todo lo que hice en contra de Poseidón y Atena, Sorrento parecía tenerme cariño, un cariño muy especial. En un principio pensé que al ser huérfano me había idealizado como un hermano mayor, pero con el tiempo me percate de que no era así, la verdad es que para Sorrento yo era su mejor amigo y lo peor del asunto es que ... yo sentía lo mismo hacia él. Después de observar su determinación y de meditarlo unos minutos opté por dejarlo ir... pero eso no quería decir que se la iba a dejar fácil.
-¿Se podría saber a que quieres ir al Santuario de Atena?- Y es que yo en realidad quería saber por que tanto interés en Sorrento de acompañarme a un lugar como el Santuario de Atena, donde el sabía no era bienvenido.
-Pues... es que ... yo... yo solo quiero... acompañarte.- Eso si era inesperado, Sorrento no solo perdió la seguridad de su voz, sino que sus mejillas mostraban un hermoso sonrojo. ¿Hermoso? Si es que la verdad a mi parecer ese tono rojizo en sus mejillas blancas lucía muy hermoso. Ese acto involuntario por parte de Sorrento fue el fin de mi oposición, termine cediendo a su petición de acompañarme.
- Esta bien puedes acompañarme- Inmediatamente sus ojos mostraron un brillo similar al de un niño que acaba de recibir un juguete nuevo.- Solo una advertencia, no te metas con mi hermano Saga-. Sorrento solo asintió con un movimiento de cabeza y corrió hasta situarse a mi lado. Él no conocía mucho a Saga, en realidad solo lo había visto una vez. Si mi hermano tenía planeado algo en mi contra, lo más seguro era que yo si iba a necesitar de la compañía de Sorrento.
Antes que nada gracias a La Dama Arual por tu review me agradaría mucho que continuaras dándome tu opinión y hasta tal vez puedas darme algunos consejitos que vaya me hacen falta jijiji...
Bueno por el momento es todo lo que he escrito espero les haya agradado y please aunque sea un pequeño review. Gracias por leer.
