La invitación.
Aioros:
Me levanté muy temprano ya que hoy estaba dispuesto a invitar a Saga a desayunar. Hace unos días había visto un café que se llamaba "El mediterráneo". Era un lugar bastante agradable, pero su verdadero atractivo eran las numerosas fuentes que había por todo el lugar haciendo honor a su nombre.
Me estoy adelantando, primero tengo que invitar a Saga y saber si quiere y puede acompañarme. Francamente estoy muy nervioso. Él y yo siempre andamos juntos ¿entonces por qué tantos nervios?. Tal vez la respuesta sea que casi le estoy pidiendo una cita.
Ahora otro problema ¿qué me voy a poner?... Ya sé! Puedo preguntarle al conquistador del Santuario ¿quién más sabría que ponerse en una situación como esta? Definitivamente le preguntaré a Milo. Casi estaba apunto de correr hacia el templo del Escorpión cuando recordé un punto muy importante ¿qué le voy a decir? él no sabe que me gusta Saga y decírselo seria un riesgo muy grande ya que cuando Milo esta ebrio dice cosas demás.
Bueno he de resignarme a buscar en mi armario y cajones. Regresé a mi habitación un poco angustiado y entonces pude ver que toda mi ropa, desde la del armario hasta la de los cajones, estaba regada por el piso. ¿Qué esta pasando aquí? Busque con la mirada al causante de todo el desastre y ahí estaba sacando lo poco que aún quedaba en mi armario.
-¿Qué crees que haces Milo?- Yo no estaba molesto más bien diría que sorprendido.
-¿Cómo que qué hago? No es obvio que tengo mi primera cita con Acuario esta tarde y necesito algo que ponerme- Realmente estaba desesperado.
-¿Te dio una oportunidad?- Desde hace mucho que Milo le rogaba al guardián de la onceava casa, pero por alguna razón Camus nunca le daba una oportunidad.
-Sí, me costo mucho trabajo y unas rosas del jardín de Afrodita. –Se veía bastante contento. Camus había sido el amor platónico de Milo desde que ambos tenían ¿cinco años, sí más o menos esa edad. –Mmmm... tienes buen gusto para la ropa ¿Por qué nunca la usas?-.
-La verdad es que no sé combinarla muy bien.-Esa era la pura verdad. Yo veía algo que me gustaba y lo compraba, pero nunca me fijaba si combinaba con algo que ya tenía.
-Mira si tienes un alguna fiesta puedes ponerte esto- Dijo mientras me arrojaba unos pantalones negros con una camisa blanca.-No es muy elegante ni muy casual y te verás bien silo combinas con unos zapatos negros-.
-Gracias por el consejo.-Perfecto! por azares del destino Milo acababa de ayudarme a saber que me iba a poner hoy y sin necesidad de que yo le explicara nada.
-No hay de que. Oye ¿me puedes prestar este pantalón y te lo regreso luego? Por favorcito ¿sí?.-Milo me puso cara de cachorrito huérfano con sus bonitos ojos color turquesa ¿cómo decirle que no?.
-Claro, siempre y cuando lo cuides como se debe porque ese pantalón me gusta mucho ¿ok?-. Era mejor ponerle en claro que quería esa prenda de vuelta tal y como yo se la había dado.
-Aioros me ofendes ¿cuándo le he hecho algo a tus cosas?.- Milo puso cara de ofendido. Entonces recordé cierta ocasión en la que él y mi hermano Aioria eran niños y tomaron prestada una de mis camisas nuevas...
Flashback.
-Mira lo que acabo de comprar Aioria- Le mostré a mi pequeño hermano (que en ese entonces tenía como 6 años) mi nueva camisa color azul marino que acababa de comprar en el pueblo. Tenía meses ahorrando mi dinero para comprarla.
-Que bonita esta Aioros¿algún día me la vas a prestar?- Aioria se acercó a mí para observar más de cerca.
-No seas tontito cachorro- le dije mientras revolvía su melena castaña y le sonreía dulcemente.- Es demasiado grande para ti- Aioria puso cara de muy pocos amigos, pero igual se resignó.-Bueno cachorro nos vemos al rato voy a dejar mi camisa en mi habitación y más tarde continuo con tu entrenamiento. Si me necesitas estaré con Shura ¿de acuerdo?- Aioria solo asintió con la cabeza ya de mejor humor claro.
Dejé mi camisa arriba de mi cama e inmediatamente salí del templo de Sagitario y me dirigí al de Capricornio. Pase un par de horas con Shura hasta que decidí que ya era hora de continuar el entrenamiento de Aioria.
No sé exactamente que paso. Cuando llegue lo único que encontré fue mi camisa llena de agujeros siendo jalada de un lado por mi hermano Aioria y por el otro Milo el aprendiz de Escorpión. Tarde un rato en reponerme de la tan grande impresión.
-Aioria! Milo¿qué se supone que están haciendo con mi camisa nueva?-.
-AIOROS!- Ambos pronunciaron mi nombre al mismo tiempo como si lo hubiesen ensayado. Después voltearon a ver mi camisa hecha jirones y la soltaron como si estuviera ardiendo en llamas. – Lo que paso... me reía... Rayo de Plasma... y él me la quitó... y las agujas... como no teníamos... y luego le mostré... no quiso... yo solo...- Ambos niños hablaban al mismo tiempo y diciendo diferentes cosas, por lo cual yo no entendía nada de lo que me decían.
Estaba molesto y mucho, pero no me dejé llevar por la ira y respire profundo.- A ver, silencio ambos que así no les entiendo absolutamente nada.-Procuré hacer mi voz más tranquila para evitarme problemas y evitárselos a ellos también.- Aioria dime que pasó-.
El niño suspiro hondamente y me contó lo ocurrido. La historia no tenía mucho sentido o por lo menos yo no se lo encontraba. El problema no era que Aioria no me explicara bien sino que la mayoría de las cosas que me decía eran mentiras o por lo menos yo así lo sentía. No me quedó de otra que tirar la camisa y ponerles un leve castigo a mi hermano y a Milo.
Fin del Flashback-Pues si mal no recuerdo en una ocasión tu y Aioria se encargaron de estrenar mi camisa nueva- En ese momento Milo palideció, parecía sorprendido de que yo todavía recordara aquel acontecimiento.
Milo:
No puede ser que todavía lo recuerde o ¿sí?.
FlashbackEra un día normal en el Santuario la única diferencia era que hoy mi maestro había sido enviado a una misión designada por el Patriarca, por lo cual yo tenía todo el día libre. Entonces se me ocurrió ir a visitar a mí amigo el león al templo de su hermano. Tarde un poco en llegar ya que es muy difícil subir tantas escaleras.
Cuando entre al templo no encontré a nadie y se me ocurrió entrar en el cuarto de Aioros. Lo que vi ahí adentro fue de lo más gracioso. Yo trataba de aguantarme la risa para que el león no me escuchara. Aioria traía puesta una camisa color azul marino que era muchas tallas mayor a la de él y se observaba en el espejo como si estuviera modelando. Fue entonces que ya no soporte más la risa y me tumbe al suelo para reír a carcajada limpia. Aioria escucho mis carcajadas y volteó a verme muy sorprendido
-¿De qué te ríes Milo?- Su confusión era muy notoria.
-Lo que jajaja... es que jajajajaja... -Yo no podía contestarle me estaba muriendo de risa
-¿De qué te ríes insecto rastrero!- Ahora el leoncito estaba molesto y como yo seguí riendo sin prestarle atención me ataco con su Rayo de Plasma. Cuando me repuse del golpe contraataque. Logre darle cinco agujas y fue cuando el león se detuvo.
-¿Por qué me atacas Aioria! Yo no te he hecho nada!- Yo quería una justificación solo me estaba riendo, no por eso tenía que atacarme.
-¡LA CAMISA!-Miró la camisa y su cara comenzó a tomar una expresión de horror como si hubiera visto un fantasma.
-¿Qué te pasa Aioria?- En ese momento yo juraba que a mi amigo se había vuelto loco. Primero me atacaba sin razón y luego comenzaba a gritar y a correr como histérico por una camisa. Al ver que no obtendría respuesta alcancé a Aioria, lo tomé por los hombros y lo sacudí. –Tranquilízate solo es una camisa no pasa nada-.
-¿Cómo que no pasa nada! Es la camisa nueva de Aioros!- Ahí fue donde comprendí la gravedad de la situación. Cuando Aioros viera los aguijonazos se daría cuenta de que fui yo el culpable.
-Tenemos que hacer algo, pero que!- Entonces le quite la camisa a Aioria y la llevaba a algún lugar para esconderla antes de que Aioros la viera cuando mi amigo la jalo por el otro extremo.
-¿A donde crees que la llevas?-.
-A esconderla, date prisa o Aioros la verá-
-No!- Fue entonces cuando ambos comenzamos a jalar un extremo diferente de la camisa.
-Sí!-
-No!-
-Sí!-
-No!-
-Sí!-
-No!-
-Sí!-
-No!-
-Aioria! Milo¿qué se supone que están haciendo con mi camisa nueva?-.
-AIOROS!- Los dos pronunciamos el nombre del dueño del templo al mismo tiempo. Después volteamos a ver la camisa hecha jirones y la soltamos por instinto como si de una serpiente se tratase. En ese momento ambos comenzamos a hablar al mismo tiempo para tratar de explicar lo ocurrido– Lo que paso... me reía... Rayo de Plasma... y él me la quitó... y las agujas... como no teníamos... y luego le mostré... no quiso... yo solo... -.
- A ver, silencio ambos que así no les entiendo absolutamente nada.- Parecía molesto en un principio, pero después parece haberse relajado un poco más- Aioria dime que pasó-.
El león le contó todo, pero por la cara que puso Aioros era obvio que no le creía absolutamente nada. El caso es que ambos terminamos castigados por una semana teniendo que hacer el aseo completo del templo de Sagitario y de Escorpión.
Fin del FlashbackAioros:
-Jajajajaja, en ese entonces era un chiquillo prometo que esta vez cuidare bien de tu ropa-.
-Esta bien, te creo solo no me decepciones Milo- Le guiñe un ojo como señal de que era broma lo de la camisa agujereada.
-Bueno, nos vemos más tarde. Adiós.- Despedí a Milo con mi mano. Hasta que recordé el estado en el que había dejado mi habitación. Olvide pedirle que lo recogiera ;; ahora tendré que hacerlo yo. Pero lo haré más tarde ahora tengo que vestirme e ir a hablar con Saga.
Una vez vestido adecuadamente me dirigí lo más rápido que pude al templo de Géminis. Cuando llegué me encontré con una hermosa visión. Saga acababa de salir del baño y solo traía puesta una toalla alrededor de la cintura dejándome apreciar su bello y bien formado pecho. Su cabello caía hermosamente y se pegaba en algunas partes de su rostro mientras unas pequeñas gotas caían lentamente por su cuerpo como aferrándose a su piel. Parecía un Dios.
Quedé prácticamente hipnotizado y no salí de aquel trance hasta que noté que Saga me observaba con cara de confusión. –Lo siento es que... yo... bueno yo... vine... a... -Mi mente estaba en blanco y mi lengua se me trababa como si estuviera adormecida.
-¿Pedirme algo?- En ese momento por fin recupere la cordura y el control de mi cuerpo.
-Sí, lo que pasa es que... como has estado un poco triste quería invitarte a desayunar ¿quieres venir?- Pude ver en aquellos ojos color esmeralda un brillo que jamás había visto antes y me mostró la más hermosa de las sonrisas que yo haya presenciado en mi vida.
-Claro solo déjame ponerme algo de ropa y arreglar este cabello, no tardó nada- Yo solo asentí con la cabeza. Hoy es el mejor día de mi vida acepto salir conmigo!.
Saga:
Entré a mi cuarto como si nada hubiera pasado, pero estando adentro casi me pongo a saltar de gusto Aioros me había invitado a desayunar!. Espera un momento me estoy adelantando. Sagitario siempre esta conmigo ¿qué diferencia a esta salida a las otras que hemos hecho juntos?. De estar al borde de la felicidad infinita termine en una depresión tremenda.
¿Cómo es posible que mi autoestima baje tanto en tampoco tiempo? Es cierto, seguramente para Aioros solo es una salida como cualquier otra, pero para mí era como un sueño hecho realidad. Con mi animo por los suelos me dedique a vestirme y a peinar mi cabello. Salí de mi habitación con un pantalón de mezclilla y una camisa color rojo.
Cuando salí encontré a Aioros observando meticulosamente mi templo como si buscara algo. Me coloqué detrás suyo y le dije con toda calma.- ¿Buscas algo?- Se sorprendió tanto que casi tira uno de mis portarretratos. Fue sumamente divertido-jajaja lo siento ¿te asuste?-
-No es solo que no te vi salir ¿nos vamos?-Asentí con la cabeza. Solo deseo que hoy pueda pasarla bien con Aioros.
Sorrento:
Ya solo faltan unos metros para llegar al Santuario solo espero todo salga bien. La única razón por la que yo seguía a Sea Dragón era por que no confiaba en él. Sí, acepto haberme sonrojado la otra noche, pero fue más por la vergüenza de haber sido descubierto tan pronto y no por otra situación.
-Oye Sorrento¿qué te parece si antes de llegar al Santuario pasamos a desayunar?-Su voz me sacó de mis pensamientos. Al parecer Sea Dragón parecía muy relajado, demasiado diría yo ¿tendría planeado algo?.
-Pues... me da igual- Siempre procuraba tratar a Sea Dragón con la mayor indiferencia posible y la noche anterior no lo había logrado del todo, pero hoy seguramente lograré ser lo más indiferente posible.
-Entonces vamos a Rodorio debe de haber algún lugar bonito y en donde sirvan buena comida.-Parecía no importarle mucho mi actitud, la verdad poco me importaba si le preocupaba o no, mi misión era seguirlo y tratar de saber que tanto tramaba Sea Dragón y no me iría del Santuario hasta descubrirlo.
Mil perdones por haber demorado tanto, pero la escuela realmente me quita mucho tiempo y me trae vuelto loco. Bueno aquí están las aclaraciones:
1°. Sobre el nombre del café, pues no se me ocurrió otro así que le puse ese y en cuanto a la decoración, bueno no sé de un momento a otro se me ocurrió.
2°. El apodo de "cachorro" me pareció buena idea y lo puse.
3°. Sé que me desvié un poco con lo del Flashback y la camisa de Aioros, pero no quedó tan mal ¿o sí?.
steff308: Me alegra te haya quedado claro lo de Sorrento y Kanon, pero espera que aún falta mucho para que esta pareja se logre. En este capi no le di mucho protagonismo a Aioria, tal vez en otro capi el león tenga que intervenir un poco más.
a-grench: Me alegra te haya gustado el capitulo anterior y me gustaría siguieras mandándome tus reviews.
aLe-DoNo: jajajajaja, muchas gracias me alegra te haya gustado. En los primeros capítulos casi no tomé en cuenta a Sorrento pero eso cambiará próximamente lo prometo.
La Dama Arual: Sorry por no contestar el review pasado es que subí el capitulo y como ya había revisado los reviews en la mañana no los volvía a ver hasta después de subir el 3° capitulo. ¿te pareció corto el ultimo capi? Bueno pues este ya lo hice un poquito más largo.
