Si no hubiera estado sentada en la cama se habría caído. "¿El Príncipe Mestizo? ¿¡Entonces existe realmente el Príncipe Mestizo?" le dio muchas vueltas a la cortísima nota, buscando alguna pista sobre quién era pero no había nada más. Después cogió el colgante y se pasó un buen rato admirándolo, era realmente precioso a pesar de su simpleza. Finalmente acabó prendiéndoselo del cuello. Se miró al espejo y comprobó que le quedaba muy bien. Sonriente salió de la habitación, en el salón estarían los regalos de sus padres. Había tomado también la decisión de buscar información sobre ese príncipe en cuanto llegara a Hogwarts (aunque en casa tenía algunos libros en los que podía buscar algo). Había dos puntos claros: estaba vivo y era mago. Los muggles que no tienen algún familiar mago no conocían Hogwarts ni ninguna de sus casas. De lo que ya no estaba tan segura era de si era estudiante, antiguo estudiante o ¿qué?
Sólo lo supo cuando después de empezado el año se encontrara con Harry. Llegó antes que ellos, así que Dumbledore le confió la nota para su amigo sobre las próximas clases, además de decirles la nueva contraseña para entrar. Su amigo, al ver que seguía ignorando a Ron, quedó con ella media hora después para comentarle lo que sabía.
-Dices que Lupin no sabe nada del Príncipe Mestizo...-le preguntó con muchísimo interés Hermione, que ya estaba en la biblioteca como siempre. No era para adelantar trabajo, esta vez era por algo más personal...pero de momento no podía decirle nada a su amigo...
-No, nada, que en el mundo mágico a nadie han llamado príncipe. Llegué incluso a pensar en mi padre (N/ A: pienso que por el hecho de que James en su adolescencia era un poco creído) pero Lupin dice que ese príncipe está haciendo un alarde de ser sangre mestiza y mi padre era de sangre pura.
-Visto así es verdad, hasta lo que yo sé, ningún mago se ha hecho llamar príncipe...desde el punto de vista de que tuviera sangre noble o algo así. Lo que no quita que alguien se apode así por gusto
-Hay algo más que debo contarte...¿recuerdas la fiesta de Slughorn?
-Sí...¿dónde te metiste...?
-Eso es lo que te quería contar, que no pude porque te fuiste con muchas prisas a casa
Harry le contó que se puso la capa invisible y siguió al profesor Snape y a Malfoy hasta un aula abandonada. Allí mantienen una conversación que al principio no termina de comprender pero que luego cobra sentido (N/ A: más tiene que ver con la nula comprensión de la pésima traducción del libro, que se nota que lo han traducido varias personas y esta parte está hecha por uno con pocas ideas de inglés...en cuanto pueda leer la traducción de Salamandra mejoro esta parte). Snape empieza a reprocharle que su tía le ha enseñado Oclumancia, que lo evite y si es por su interferencia, que lo siente pero debe protegerlo.
-...Malfoy le responde que no necesita su ayuda, que ya la tiene, que tiene un plan y que puede hacer su trabajo. Snape insiste en que necesita las artes oscuras y la actuación, que como cree que ha llegado hasta allí. Antes de irse Malfoy le espeta que todo es para que le robe su gloria-Harry termina su relato, contado brevemente y mira a Hermione, esperando su opinión...la cual no llegó de inmediato. El cerebro de Hermione procesaba y asimilaba toda la información, ¿Snape ayudando a Malfoy? ¿a qué? ¿por qué debía protegerlo? Y lo que más empezó a traerle de cabeza... "¿artes oscuras? ¿¡actuación? ¿qué significa todo esto?" Volvió en sí y notó que debía decirle algo a Harry sin que notase su perturbación
-Dime una cosa Harry ¿qué piensas al respecto?
-Creo que lo intuyes...Malfoy se trae algo entre manos y Snape quiere apoyarlo...pues lo que pienso desde hace tiempo, Malfoy trabaja como mortífago y no confiaría para nada en Snape, por mucho que me digan los demás que si Dumbledore confía, es porque es de fiar
-Siento tener que llevarte la contraria, Harry, porque tienen razón. ¿Por qué habría de desconfiar? Recuerda que para ojos de quién-tú-sabes el profesor Snape es un mortífago, un espía, que trabaja para sonsacar todos los planes de Dumbledore y la Orden del Fénix.
A partir de ahí...estoy segura de que lo de Malfoy simplemente estaba en su papel de mortífago y a la vez de miembro de la orden, para averiguar si Malfoy tiene algo que ver con el ataque del collar y por qué estaba intentando colarse en la fiesta
Aquellas palabras resultaban más un auto convencimiento de que Snape no hacía nada malo, más que una lógica explicación de lo que le acababan de contar. Todo le daba vueltas en su cabeza...¿pero es que no iba a parar de aparecer obstáculos?
-Eso es lo mismo que me contó Lupin...¡ah casi se me olvida! Sobre lo del príncipe, Lupin me recomendó que mirase el año del libro para tener una idea del año en el que su dueño estuvo en la escuela.
-¿Y de qué año es?
-Del cincuenta-Hermione no pudo evitar mirarle con ojos desorbitados ¿¡los años cincuenta?-creo que nos podemos hacer una idea de que dicho príncipe tiene que tener ahora unos cuarenta años o así
-Ta-también cabe la posibilidad de que ese libro haya pasado por muchas manos ¿no crees? Cuando el Príncipe Mestizo cogió ese libro pudo ser que se lo compró de segunda mano ¿n-no?-Harry miró a su amiga un tanto extrañado, preguntándose porque balbucía. Entonces se percató de la presencia del colgante de oro
-Hermione ¿y ese colgante? Es un león ¿no? ¿es un regalo de navidad?-la castaña, pasó de su color habitual blanquecino al rojo en décimas de segundos...y poco después al pálido. ¿Qué le decía ahora? ¿qué alguien que se había apodado casualmente Príncipe Mestizo se lo había regalado por Navidad? "no, vamos Hermione, eres una chica inteligente puedes salir de esta"
-Sí es un regalo muy especial de navidad-miró su reloj-y ahora mismo debo irme, tengo prisas Harry, ¡chao!
Snape tenía la cabeza entre sus manos. A este paso todo se iba al garete, por culpa de Draco, y nada del plan de Dumbledore funcionaría. Su sarcástica carcajada resonó en toda la habitación. Si es que eso, era lo que realmente pretendía Voldemort, se lo dijo a Narcisa en su día. El error que había cometido Lucius no quedaría aparcado en el pasado, no quedaría impune. Su señor no tenía piedad con nadie, ni con sus mejores mortífagos. Por eso el mejor castigo era lo que estaba haciendo. Draco era joven, inexperto, un mago en aprendizaje y que no tenía nada para ser un buen mortífago. Que fuera un destacado estudiante de Slytherin no significaba que pudiera ser un mortífago, era demasiado joven...lo que por otro era la excusa perfecta para no pensar que realmente trabajaba para Voldemort. Tan joven que si conseguía su cometido quedaría marcado para el resto de su vida. Suerte que esa noche no todo fue tan negativo. Tras recorrer las calles de Hogsmeade, en los pocos ratos libres que tenía había encontrado el lugar y el regalo apropiados. No se lo pensó dos veces para enviárselo por Navidad, utilizando su apodo habitual, el que utilizaba cuando era joven. Estuvo a punto de no hacerlo, pero al comprobar la noche de la fiesta que Hermione Granger podía acabar en los brazos de otro hombre, menos adecuado (para Snape), decidió hacerlo. Ahora deseaba conocer la reacción de la chica, si lo llevaba puesto o no...
El profesor salió de su despacho con paso decidido, se dirigía al almacén de Pociones. Sabía que ya no impartía esas clases pero seguía necesitando aquel lugar para la vida que llevaba...por lo tanto tenía todo el derecho de volver a ordenar aquel lugar...
La cadena de oro se deslizaba con su suavidad por sus dedos, una cadena que relucía con la luz del amanecer. En casa de sus padres había dormido perfectamente pero de vuelta en el colegio, el buen sueño brillaba por su ausencia. No podía dejar de admirar aquella magnifica joya ¿quién sería el dueño de ese mensaje? Por ahora sabía que ya no estaba en esa escuela...
TOC TOCEstaban llamando a la puerta, algo que sorprendió a Hermione y a sus compañeras, que empezaron a moverse y a quejarse. La castaña decidió levantarse con rapidez y abrir al insistente. Se encontró frente a sí, un elfo doméstico, con cara de pocos amigos
-¿La señorita Granger?-preguntó toscamente
-Eh, soy yo
-Este mensaje es para usted, del profesor Severus Snape-le entregó un trozo de pergamino, que Hermione cogió temblorosa. El elfo se marchó de inmediato, dejando a Hermione leyendo el pergamino donde el profesor le anunciaba que debía cumplir el último día de castigo esa misma tarde. ¡Se le había olvidado hasta a ella! Pensaba que se lo había perdonado...
Gruñendo llegó al despacho del profesor Snape, que la esperaba de pie. Parecía que el castigo no sería allí
-Acompáñeme-le dijo con sequedad Snape, que salía del despacho con paso ligero que a Hermione le costaba seguir. Llegaron ante la puerta que dirigía al almacén de pociones, al que Hermione fue en el primer castigo, para traerle los ingredientes. Snape dejó que pasase primero y él cerró la puerta tras de él.
-Necesito reordenar el almacén así que he pensado que podría ayudarme en ello, como último día de castigo-la castaña desvió la mirada de su rostro para mirar en general. No había nada en las estanterías, todo estaba en el suelo, en cajas, sobre una mesa, puestos de forma muy desordenada. El profesor le explicó como debía hacerlo, dónde iban colocadas tales y cuales pociones o ingredientes. Hermione asentía o decía "de acuerdo" sin apenas mirarle. Así pronto se pusieron manos a la obra.
Snape estaba feliz y triste a la vez. La chica llevaba el collar prendido de su cuello, sin embargo no le hablaba, estaba muy pendiente de su labor ¡ni siquiera le preguntaba si tenía alguna duda! Porque Hermione cogía algunos tarros de ingredientes, los miraba, leía una y otra vez su contenido para luego mirar a su alrededor, preguntándose donde diablos iba eso. Al final lo acababa dejando de donde lo había cogido y pasaba a otra cosa. Se le ocurrió que lo mejor era pasar al grano...
-Señorita Granger...tiene un collar muy bonito ¿es un león lo que veo?-Hermione dejó un instante su tarea ¿por qué todo el mundo le preguntaba por ese regalo? ¿tan llamativo era que hasta Snape lo apreciaba?
-Sí profesor-contestó sin darse ni media vuelta
-¿Es un regalo de Navidad? Quisiera saber quién se lo hizo pues debe quererla mucho-dejó caer como si nada "¿a qué viene eso? ¡qué le importará a él!"la chica llevaba mucho rato acordándose de que él debía haber pasado la Navidad con su mujer y su hijo. Tal vez hasta ya lo habían arreglado...
-Sí, me quiere mucho...supongo que lo mismo que su mujer y su hijo a usted ¿no profesor?-¡qué corte le acababa de dar! Snape casi deja caer el tarro que contenía algo viscoso. ¿Qué estaba diciendo la chica? Ella seguía tan pancha poniéndolo todo en su sitio sin mirarle a la cara para nada. ¿Su mujer? ¿su hijo?...¡su hijo! Empezó a relacionarlo todo, ahora lo entendía todo. Sonrió y siguió con su tarea. Ya se acordaría de ésa.
Hasta la hora de la cena Hermione no terminó su castigo. Ya hacía tiempo que quería decirle eso que le había dicho, aunque se estaba arrepintiendo no se lo había dicho de la mejor forma posible y tal vez al profesor le haya sentado mal. No había podido evitarlo, sobretodo cuando le había insinuado si había sido un chico quién le había regalado ese colgante. Cenó rápidamente y se fue a la biblioteca, su refugio de los últimos días.
-No tengo nada que explicar-el chico le dio la espalda a su padre, no estaba dispuesto a venderse
-¡LEVICORPUS!-bramó con furia Severus
Jonathan se elevó en el aire, cabeza abajo, llenándose de pánico. Jamás le habían aplicado aquel hechizo y cuando de repente vio el suelo del pasillo como si fuera el techo se alarmó
-Te he dicho que me digas qué es lo que le has contado a la señorita Hermione Granger-Snape había ido a buscarle en el primer hueco libre que tuvo, después del castigo de la chica
-¡Vale, vale, pero bájame por favor!-Snape apartó su varita y el joven cayó al suelo. Se levantó y Snape lo cogió del cuello de la túnica.
-Quiero que me expliques todo, el qué, por qué, cuándo...-con voz temerosa Jonathan le contó todo lo que le había dicho a Hermione pero era incapaz de decirle la verdadera intención, no conseguía que le saliesen las palabras, su padre estaba muy enfadado
-Vaya, vaya, vaya, ya veo que es una persona de acción...señorito Walker-dijo con rintintín esto último-y muy listo por cierto. ¡Qué mejor manera de meterse por en medio! ¿no Jonathan?-el tono de voz iba subiendo a la vez que su ira
-Lo-lo-lo...
-¿¡Lo siento vas a decir? ¡No lo sientas Jon! ¡Debiste habértelo pensado mejor antes de soltar semejante mentira! ¿¡Es que no se te ocurrió otra manera de fastidiarme la vida?
Jonathan comenzó a gimotear pero no lloraba. Snape lo volvió a dejar caer en el suelo y le dio la espalda, dispuesto a alejarse.
-Espero que no vuelvas a molestarme. Sé que me odias pero esa no es razón para hacerme la vida imposible. Amo a esa mujer y ni tu ni nadie va a impedir que haga lo que quiera. Ni siquiera tus abuelos
Snape se alejó del lugar donde permanecía un acobardado Jonathan.
CONTINUARÁ...
Notas de autora (24-04-06): Aquí sí he hecho algunas modificaciones más de las que he estado haciendo, por una "r" de más que tenía Harry y algún que otro detalle. A estas alturas ya me quedó más claro lo del tema del libro, de hecho hay muchísima gente que piensa incluso que parte de los hechizos que hay en él los escribiera su madre, en vez de Snape. Recordando un poco más lo del tema de los castigos, que hasta yo me olvidé a esas alturas de él, cometí un error que he preferido aclarar a arreglar porque sería demasiado aparatoso ya. Me parece que a Hermione le quedaba más de un día de castigo y yo pues, me olvidé por completo de ello y una lectora me lo recordó tiempo después. Pero me dijo que era el último día de castigo, cuando teóricamente le quedaban dos al menos. Así que bueno, lo dejaré tal cual, pero si alguien se da cuenta a estas alturas de ello, aquí tiene su explicación
Notas de autora: Bueno, bueno, bueno, este capi es más corto que el anterior pero de seguro que os gustará tanto o más. Supongo que más de una os alegrareis de que Snape haya puesto en su sitio al fin a Jon, pero la reprimenda de Snape no servirá más que para que esté quieto un tiempo.
Sobre el detalle del año del libro de Pociones, que pone del 50 y en el que Hermione dice que pudo pasar por muchas manos es también una teoría mía. Sé que Snape ronda entre los 35 y 45 años pero pensando un poco, si su madre era bruja y su padre un muggle que según las malas lenguas lo abandonó, la madre de seguro no tendría muchos medios para comprarle cada año los libros así que perfectamente ése pudo ser de segunda mano. Esa es mi conclusión, que alguien me corrija si no puede ser así :-P. Lo de la conversación de Snape con Malfoy, la correspondiente traducción de esa parte es mala y difícil de terminar de entender. Hay otras partes y capis mejor traducidos por eso concluyo que son varias las personas que hicieron la traducción
Recurrí al fin a lo del castigo, el último día que quedaba, claramente por lo que iba Snape más que por el interés de que la chica cumpliera por completo el castigo. Sólo queda seguir esperando a ver si se juntan de una vez o no
Tercy: Muchas gracias por tu 10! Espero que me pongas otro en este. ¡Pero que dices mujer si lo más sano del mundo es leer! Si no ¿por que los del ministerio dan tanta tabarra con que los españoles no leemos y que hay que fomentar la lectura? Aunque eso sí, mejor intriga que grandes dosis de violencia. Regalito especial...creo que con lo del castigo y lo del encuentro de Severus con Jon es suficiente ¿no?
Libe-patil: Es que Snape tiene de todo, bueno y malo. Siendo un mortífago ¿qué se podía esperar? Sigo pensando que no se conoce cosas muy detalladas sobre la vida que llevan éstos. Snape es muy joven por entonces y tiene sus necesidades claro, pensé que sería mejor hacer que esté, puesto en lo más malo, con prostitutas que violando a cualquiera.
Amsp14: Diría que Ron invitó a Lavender, de eso no me acuerdo ni tampoco me voy a poner a buscarlo, es un detalle insignificante. Lo de Leandra es un poco terrorífico, es verdad, pero necesitaba darle ese toque, para no hacer monótonos todos los Flash Back sobre la vida de mortífago de Snape y porque encaja perfectamente. Sí, aquí tienes a ese hijo suyo, que por fin se le ha ajustado las cuentas
Y tras los RR me despido hasta el próximo capi!
