Cap 3 x3
Demi llegó corriendo a su casa con su mini bolso colgando de sus hombros. Abrió la puerta del pequeño edifico que era su casa y entró, cerrando con seguro.
-¡Papá, mamá, Jared! -exclamó la chica, corriendo hacia la sala de estar. Ahí encontró a su padre, un hombre de ojos celestes y cabello y bigote castaño, su madre de cabello rubio en un moño y ojos cafés, y a su hermano Jared, de cabello rubio medianamente largo recogido en una coleta baja y de ojos celestes, en el sillón de la sala viendo la televisión. Su padre tenía un uniforme de policía.
-Hola, cariño. -saludó su madre sonriendo, pero al ver lo pálida que estaba su hija, se preocupó- ¿Demi? ¿Qué ocurrió?
Su padre y hermano la vieron también y los tres se pusieron de pie al ver qué le pasaba. La chica mostró su celular con las fotos que tomó.
-No creerán lo que me pasó.
-¡¿Cómo que Zack renunció?!
Los chicos se estremecieron al oír el grito de Karai. Definitivamente no debieron empezar a explicarles lo que pasó por ahí.
-Déjame hablar a mí. -susurró Jay a Ryan, a quién se le ocurrió empezar por la parte más complicada. Jayson se aclaró la garganta- Bueno, hubo algunos desacuerdos con Zack, unas cuantas peleas y al final me cedió a mí el cargo de líder.
Karai y las tortugas se miraron entre sí confundidos. ¿Jay, el nuevo líder?
-Con todo respeto, hijo, nunca lideraste un equipo antes, ¿seguro que puedes hacerlo? Es una carga muy pesada, y lo digo por experiencia.
-Leo, no estás dándole un buen incentivo, ¿sabes?
-Estoy siendo realista, Raph, y Jay me preocupa, nada más.
-Yo creo que Zack no era taaan buen líder. -se quejó Ryan, cruzando sus brazos.
-Ryan, tú llevas apenas unos días en el equipo, tu opinión no cuenta. -lo calló Tori, haciendo que Ryan se pusiera triste- Pero la mía sí, y tiene razón. -espetó la castaña, sorprendiendo al rubio- Sus planes nunca funcionaban, siempre nos echaba la culpa a nosotros.
-No escuchaba sugerencias. -siguió Bryton.
-Ni nuestras opiniones. -continuó KJ, quien estaba siendo curado de sus heridas en el rostro por Donatello y su madre, Melina.
-Siempre actuaba de manera vanidosa, como si siempre tuviera la razón. -dijo Kathy, cruzando sus brazos.
Karai escuchó todas las críticas hacia su hijo y empezó a notar ciertos patrones de vanidad y narcisismo que no podía ignorar.
-Creo que tendré que hablar seriamente con Zack junto a Shini.
-¿Estás segura?
-Escuchando todo lo que dicen, tal vez Zack necesite algunos correctivos, Venus.
Leo suspiró y miró al equipo.
-Muy bien, Jay será el nuevo líder, pero -hizo una pausa- es la última vez que harán un cambio. Si vas a ser el líder, vas a quedarte así. Sin rechistar, ¿entendido?
Jay lo pensó unos momentos y luego miró a su padre, para luego asentir. Leo sonrió.
-Es mi ruina. -murmuró KJ- Estoy muerto, estoy muerto, estoy muerto.
¿Por qué el joven de cabello moreno estaba tan preocupado? Fácil, estaba leyendo el periódico escolar y en primera plana salía él enmascarado, que por suerte la foto salió movida y su cara era poco distinguible, peleando con Kim, cuya cara salió también borrosa. Y el titular decía "Jóvenes enmascarados me salvan de pandilleros", escrito por nadie más ni nadie menos que Demi Roberts.
Ryan miró por encima del hombro de su amigo con preocupación, pero luego sonrió.
-Mira el lado bueno, hoy cubriste tus heridas con maquillaje y tu cara salió borrosa, no hay forma de que te reconozcan.
-Esto no tienen nada de bueno, Ryan. -susurró el moreno- Si mis padres ven el periódico de casualidad...
-Es el periódico escolar, solo abarca el territorio de la escuela. -aseguró Kathy, leyendo la nota- Además, te hicieron quedar como un héroe. Los demás ni siquiera aparecemos.
-Uyyyy, creo que a tu crush también le gustas. -se burló Ryan, causando que KJ se pusiera rojo y sacara esa fase tsundere poco vista en el joven.
-¡E-Ella no me gusta de esa manera! -exclamó, causando que algunos transeúntes se le quedaran mirando raro. Aún más rojo, ocultó su rostro en el periódico y los demás lo dejaron pasar, siguiendo con sus asuntos.
-Sacas tu lado tsundere cada que alguien la menciona, Kevin Junior. -rio Tori, quien junto a su hermano estaban en su forma humana. Después de que Feng dijo que no reconocieron a Tori en la escuela, mantener en la misma la forma humana era una ventaja para mantenerse ocultos de los Dragones Púrpura.
Y, hablando del Diablo, los chicos notaron cada vez más a chicos con accesorios púrpura en la escuela.
-Am, ¿chicos? ¿Soy yo, u hoy hay más Dragones Púrpura en la escuela? -murmuró Jay a sus primos.
Kathy miró alrededor y vio un salón vacío junto a Red. Les hizo señas a los demás y fueron dentro, para poder hablar sin oídos no deseados escuchando.
-Creo que ahora que los Dragones saben de nosotros, están buscándonos.
-¿Ahora qué hacemos? -preguntó Ayana preocupada.
-No podemos ser vistos juntos, atraería muchas sospechas. -declaró Jay, cruzando sus brazos- Lo mejor será fingir no tener parentesco. Lo bueno es que nos registraron en la escuela con nuestros apellidos maternales, sin embargo lo mejor es mantener un perfil bajo. Lo cual va para todos. -miró a todos seriamente- Ésto implica que Red, Tori, Aya y Bry eviten peleas lo más posible, Kathy, mantén tu euforia por las clases a raya, Ryan... tú no más no llames la atención con nada. Y KJ, no confrontes a Demi Roberts respecto a la nota del periódico, lo más probable es que la hagas sospechar.
-Bueno, como digas. -respondió despreocupadamente.
-Oigan. -dijo una voz femenina. Todos se paralizaron y voltearon a ver a una chica que estaba sentada en uno de los bancos, leyendo un libro. Era albina y de ojos rojos, su pelo era esponjoso como una nube y estaba usando una sudadera verde agua- Si quieren hablar en privado, el cuarto del conserje es bastante espacioso y silencioso.
-Tú no viste nada, Lory. -dijo Jay, apuntando a la chica de cabello de nube. Ella solo alzó las manos y se levantó, para luego salir del salón.
¿Recuerdan que Jay le dijo a KJ evitar hablar con Demi? Pues adivinen a dónde estaba yendo el menso ahora.
-Toc, toc. -dijo el joven, tocando la puerta del club de periodismo. Demi abrió la puerta confundida, pero sonrió al ver a KJ.
-Hola, KJ.
-¿Te importa si paso?
-En lo absoluto.
El chico entró, viendo la sala por dentro: se veía como una imprenta muy rústica, con chicos usando máquinas de escribir para hacer las notas del periódico, fotógrafos revelando sus fotos en un cuarto oscuro y un chico resbaló con un charco de tinta y se manchó el trasero.
-Entonces, ¿qué se te ofrece? ¿Te quieres unir al club de periodismo? Tengo entendido que eres del club de karate con Jay Hasu, pero puedes unirte a dos clubes si tienes el tiempo.
-No, gracias, pero es sobre otra cosa de lo que te quería hablar...
-Oh. -la chica parpadeó confundida.
-Es sobre la nota que publicaste... quería corroborar que estuvieras bien. -dijo el chico algo rojo, pero por suerte el maquillaje que se puso para que no se notaran sus heridas lo ocultaba- Una experiencia como esa puede ser traumática.
-Ah, sí... cuando le dije a mí padre lo que ocurrió, duplicó el patrullaje por la ciudad.
-¿Puede hacer eso?
-Fue ascendido a capitán de la policía de Nueva York hace una semana.
Por alguna razón KJ sintió pánico al escuchar eso, sin embargo lo disimuló lo mejor que pudo.
-¿Y qué hará tu padre respecto a los pandilleros?
-Puso un boletín para buscarlos, sumado a eso que también lo hizo por los chicos de trajes negros.
Inserte sonido de disco rayado. ¿Qué fue lo que dijo?
-¿Qué fue lo que dijiste?
-Ah... papá considera a esos chicos de trajes negros como justicieros no autorizados, por lo cual los va a estar buscando.
-Pero... las Tortugas Guerreras también eran justicieros.
-Sí, pero ahora tienen otros trabajos y operan bajo la ley, éstos chicos no. Aunque me preocupa, no quiero que por mí culpa los chicos de trajes negros se metan en problemas porque no pude evitar ponerme en modo reportera.
Hubo un silencio incómodo entre KJ y Demi, uno que duró poco en lo que el chico tosía falsamente para lucir interesante.
-Bueno, solo quería corroborar que no te pasara nada. Y... ten cuidado al salir de noche, no quiero que nada te pase.
Demi se puso algo roja, más miró a KJ confundida, y esté se puso tan rojo que ni el maquillaje lo ocultaba.
-E-Ehhh... buenas tardes, Demi. -abrió la puerta del club de periodismo y salió corriendo.
Hun estaba esperando en la hilera de teléfonos para hablar con los reclusos en la prisión dónde encerraron a Don Vizioso. Este hizo su entrada a través de la puerta. Ahora estaba considerablemente más delgado, teniendo en cuenta que dejaron de darle kilos de comida todos los días, usaba un uniforme naranja y algunos tatuajes, como la bandera de Italia, un tazón de pasta con albóndigas, entre otras cosas. Se sentó frente al teléfono y lo tomó; Hun hizo lo mismo.
-Hun.
-Don Vizioso.
-¿Qué te trae por aquí? Dudo que hayas venido como cortesía, pues llevo aquí 20 años sin visita de nadie.
-Iré al grano, las Tortugas tienen nuevos discípulos y necesitamos deshacernos de ellos.
-¿Mutantes?
-Algunos sí, no sabemos si los demás son humanos o híbridos, pero necesitamos su ayuda.
-¿Qué te hace pensar que puedo ayudarte así como así?
Hun suspiró. El enemigo de un enemigo puede ser tu amigo, pero con Don Vizioso involucrado, tal vez no había tanta amistad que considerar.
-¿Qué quiere a cambio?
-Sé que sacarme de aquí está fuera de cuestión, tengo cadena perpetua sin posibilidad de ir a juicio... pero -dijo, llamando la atención de Hun- los gemelos Fulci fueron liberados hace poco. Ellos podrán ayudarte. Y te diré dónde están si me consigues una de mis botellas de vino de mí viejo restaurante.
-Traje esto. -dijo el hombre asiático, mostrando una botella de vino de 1987. Vizioso sonrió.
-Eso me sirve. Ahora, encontrarás a los gemelos en Little Italy, en el restaurante Don Corleone. Ellos te ayudarán con lo que necesites.
-Muchas gracias, Don. -sonrió Hun y guardó la botella, contrariando al Don- Disfrutaremos ésta botella los tres juntos.
-Oye, espera, ¡teníamos un trato!
-Sí, pero el trato ya expiró. -sé puso de pie y se alejó, mientras que Vizioso golpeaba el vidrio furioso.
-¡Huuuuuun!
(En esta escena hay dos referencias, quien las adivine... le doy una galleta xd)
Jay, KJ, Tori, Kathy, Red, Ayana, Bryton y Ryan junto a demás estudiantes de diferentes años estaban en sus uniformes de educación física en el gimnasio jugando quemados.
Para cubrir sus manchas de tortuga, Jay usaba unas cintas en los codos que lo hacían lucir más atlético, Kathy igual pero en sus rodillas, Tori usaba cintas en sus muñecas y manos, pues su parte humana no cubría al mutante por completo, Red tenía las manchas en el pecho, por lo cual la camiseta lo cubría perfectamente, mientras que Ryan tenía los calcetines subidos hasta arriba, para cubrir sus tobillos. Aya, KJ y Bry eran 100% humanos, por lo cual no tenían que preocuparse de lo mismo que sus amigos.
Jugaban Jay, Tori, KJ y Bryton más otros estudiantes contra Red, Ryan, Kathy y Ayana y otros más. Jay esquivaba las pelotas mientras hablaba, o más bien regañaba, a KJ.
-No es por ser grosero, ¿pero en qué pensabas? -preguntó Jay perplejo mientras que KJ intentaba esquivar las pelotas- Te dije que no intentaras hablar con ella, ahora anda haciendo preguntas.
-¿A ti específicamente?
-No cambies de tema, Kevin Junior, esto es serio. -atrapó una pelota y la lanzó a otro contrincante, quemándolo.
-Solo me preocupaba por ella. -recalcó KJ, esquivando pelotas- ¿Desde cuándo es eso un crimen?
-No quiero tener que retarte, KJ, solo te llamo la atención para que tengas más cuidado con lo que dices. -suavizó Jay, atrapando otra pelota y lanzándola, pero le dio a Ryan en la cara. Ambos hicieron cara de dolor y Jay rodeó su boca con sus manos para que su voz fuera más fuerte- Lo siento, Ryan, no te vi.
Desde en suelo, el rubio mostró un pulgar en alto. Por suerte el entrenador no los vio por estar pendiente a algo en su teléfono. Los alumnos rodaron los ojos y siguieron lanzándose pelotas.
Una chica de cabello rubio y ojos celestes estaba acercándose a Jay de a poco y éste lo notó. En su mente dijo "Mátenme".
-Hola, Jay. -dijo la chica con tono coqueto. Jay suspiró, esquivando otra pelota.
-Hola, Nora, ¿se te ofrece algo?
-De hecho, sí. -dijo ella, aún con su tonada de voz sensual- Quería saber si... te gustaría ir conmigo al baile de otoño.
Jay cerró sus ojos y contó hasta 100. ¿Quién lo mandó a ser tan guapo que media escuela estaba enamorada de él? Y eso eran chicas y chicos.
-Mira, Nora, aprecio la oferta... pero el baile es en octubre y... no creo poder ir, porque... -vamos, inventa una excusa creíble- mi padre tiene un negocio importante y durante la fecha del baile es cuando puedo verlo.
Eso era creíble, ¿verdad?
-No te creo.
Parece que no.
Jayson suspiró.
-Está bien, simplemente no quiero ir contigo al baile, ¿feliz?
Blonsky, retírese, mala respuesta.
-¡¿Cómo que no quieres ir conmigo?!
¡Salga de ahí, soldado!
-Simplemente no eres mi tipo. -Jay trató de ser diplomático, pero esa respuesta tampoco pareció agradarle a Nora.
-¡¿Eso significa que quieres ir con una de mis hermanas?! ¡¿Con cuál?! ¡¿Rachel, Mandy?!
Jay no soportó la presión y escupió todo lo que quería decir.
-¡Escucha, Channel N1, no me gustan ni tú ni tus hermanas, y si te digo que no quiero ir contigo al baile, será porque eres una pesada, así que déjame en paz!
Todos, incluyendo al entrenador, se quedaron estáticos en su lugar al escuchar lo que Jay, el chico perfecto, le dijo a Nora, la reina de la escuela. Ryan se cubrió la boca murmurando un "Uuuuuuuhhhh", que de repente fue interrumpido por un "¡PAF!" y todos hicieron gesto de dolor.
Jay se tomó su mejilla abofeteada en lo que Nora se iba, indignada, seguida de sus dos hermanas, pues eran trillizas. Para que las puedan distinguir, Nora tenía el cabello hasta debajo de los hombros y suelto, Mandy tenía dos coletas bajas y Rachel una sola alta. Ambas miraron a Jay con regaño y siguieron a Nora fuera del gimnasio.
Jay miró a KJ tomando su mejilla.
-¿Me pasé?
-Te pasaste tres pueblos, amigo.
Con un boken en mano, sin camisa y los ojos vendados, Zack estaba rodeado por varios ninjas del Clan del Pie en el dojo de la sede del mismo. Dos ninjas corrieron a atacarlo, pero con el boken los golpeó en la cara, noqueándolos.
Los demás, con armas en mano, corrieron a atacar, mientras que Zack bloqueaba y atacaba con el boken y los ojos vendados. En eso una joven kunoichi de ojos verdes y una trenza rubia sobresaliendo de la máscara roja atacó con unas kamas, pero Zack bloqueó con su boken, dio una barrida de pie y se encimó sobre ella en el suelo.
El joven ninja se quitó el vendaje y luego la máscara a la chica, revelando su rostro de tez pálida.
-Te hace falta práctica, Jessica, ¿y dices ser mí guardaespaldas?
El joven dijo esto con una sonrisa algo engreída y la rubia se sonrojó bochornosamente.
-No parece necesitarme, amo Zacarías.
Zack se puso de pie y le ofreció a la jovencita una mano para ponerse de pie, pero ella le hizo una llave y lo dejó contra el suelo.
-Okay, lo admito, eres hábil.
-El punto de las kunoichis es usar el arte del engaño, amo Zacarías. -dijo ella contra su oído.
Zack usó toda la fuerza que pudo y volteó a Jessica para que él estuviera boca arriba.
-Me gusta cuando me dices amo. -habló coqueto, se acercó a ella y la besó, a lo cual ella correspondió.
Ambos escucharon la puerta corrediza del dojo abrirse y rápidamente se pusieron de pie para disimular que hace 5 segundos estaban dándose besitos.
Por la puerta entraron Karai y Shinigami (lucen como fueron descritas en Viajera del Tiempo).
-Hijo, ¿podemos interrumpir tu entrenamiento? -preguntó Karai con un tono preocupado.
-Ya lo hicieron. -respondió él, alzando las cejas. Shinigami suspiró y les dijo en japonés a los ninjas que se retiraran. Estos se pusieron de pie y se fueron, dejando a Zack a solas con sus madres. Jessica también salió del dojo.
-Tenemos que hablar.
-¿Sobre qué?
-Tu desempeño como líder.
Zack se sintió contrariado ante lo que Karai dijo.
-Ya no soy líder, no entiendo tu punto.
-Ese es el punto, hijo. -insistió Karai- Recibí muchas quejas de parte de tus primos, diciendo que nunca los escuchabas, solo escupías órdenes y actuabas autoritariamente.
La furia se adentró en Zack como abeja a la flor.
-¡¿Esos ingratos se atrevieron a quejarse a mis espaldas?!
-No estás escuchando, Zack, ellos dijeron que no te comportabas como líder. Un líder escucha y sugiere, tú solo gritabas y ordenabas. -protestó Shini.
-¡Yo les di mano dura para fortalecerlos, pero ahora se comportan como niñitas caprichosas! ¡Si les va mal en sus misiones ahora no es mí problema! -recogió su boken y se fue del dojo.
-¡Zacarías, vuelve acá!
Sin embargo no volvió.
-Esto es ridículo.
Bryton no podía estar más en lo cierto. Ya era casi de noche pero todos seguían en la sede del Clan Hamato vistiéndose con sus trajes negros, pero sumado a eso, usaban pelucas. Básicamente Ryan tuvo la idea de que, para que no más Dragones los reconocieran, usaran algo para cambiar sus apariencias aparte de las máscaras, pues si con estás incluso los reconocían, debían cambiar su juego.
Jay usaba una peluca rubia y lacia, casi pareciendo Justin Bieber en sus comienzos, Ryan tenía una morena y corta, KJ una también rubia, pero corta y Kathy una pelinegra y larga atada en una coleta alta. Bryton tenía un duraq que le cubría el cráneo, por lo cual sumado a la máscara era suficiente, Ayana se había sacado las extensiones de sus trenzas, quedando su cabello al natural y lo recogió en un moño, mientras que Red y Tori cambiaron a su forma mutante, quedando casi irreconocibles.
-Me siento como un integrante de una boyband de los 2000. -dijo Jay, viéndose al espejo.
-Sí, pero no te reconozco, eso es bueno. -dijo Ryan, sonriendo convencido. Tori y Red veían a sus primos con gracia.
-Deberías hacer tu propia banda, Jay. -sé burló la castaña.
-Es mejor esto a que nos busquen los Dragones en la escuela. -refutó Kathy.
-Concuerdo con Kathy. -acordó KJ.
-Bueno, es hora de que salgamos. -declaró Jay.
Kim, Feng, Curtis, Andy y Raven entraron al restaurante Don Corleone, buscando a los gemelos Fulci.
-¿Cómo sabremos a quién estamos buscando? -susurró Raven a Kim.
-Solo busquen a unos gemelos de 50 y tantos años, uno tiene una cicatriz de quemadura en el rostro. Sus nombres son Vic y Vincenzo, esa es la información que Hun nos dio y es todo lo que necesitamos saber. -declaró el coreano, entrando al restaurante.
Sus amigos lo siguieron, mirando alrededor. Las columnas eran de mármol, las paredes de madera vieja y estaba algo desgastada la pintura.
Andy le jaló la mano a Kim, señalando discretamente a dos gemelos de 50 y tantos años que vestían igual, uno con una quemadura cicatrizada en el lado izquierdo del rostro, sentados en una esquina.
-Buen trabajo. -felicitó Kim en voz baja a Andy, y se acercó a los gemelos con sus compañeros detrás suyo- Disculpen, caballeros, ¿son los gemelos Fulci?
Los gemelos miraron a los chicos de arriba a abajo y volvieron a beber su whisky.
-Disculpen, acabo de hablarles.
-Piérdete, niño.
Imaginen que la paciencia de Kim era un salero. Ahora mismo éste se había terminado.
-Venimos de parte de Don Vizioso, dice que pueden ayudar a nuestro jefe con algo.
Los gemelos se vieron notoriamente interesados ante la mención de su antiguo jefe.
-¿Por qué su jefe manda niños a hacer el trabajo de hombres? -preguntó el de la cicatriz, que para que lo puedan distinguir, era Vincenzo.
-Tenemos a híbridos entre humanos y mutantes metiéndose con nosotros, necesitamos los planos de sus armas anti-mutantes. -declaró Feng, poniendo sus manos en la mesa y sonriendo como Yuno Gasai- A menos que quieran que les haga la manicura con mí cuchillo favorito, dennos los planos.
-Oye, niño, controla a ésta loca. -dijo Vic, a lo que Kim tomó a Feng del hombro y la apartó- Dennos unos momentos para hablar y les daremos una respuesta.
Los chicos se apartaron de la mesa de los gemelos y justo le llegó a Kim una videollamada de uno de los Dragones, era un chico.
-¡Kim, ayúdanos, los chicos de trajes negros nos emboscaron robando una tienda y- ah! -la llamada justo se cortó cuando un puño se estampó en su cara.
-Oh oh. -dijo Curtis, mirando sobre el hombro de Kim. Este guardó su teléfono justo cuando los gemelos los llamaron para que se acercaran. Los cinco hicieron lo pedido.
-Miren, estamos en libertad condicional, y obviamente no tenemos aquí los planos. -empezó Vincenzo, desilusionando a los jóvenes.
-Pero estamos dispuestos a hablar con su jefe si nos llevan con él. -declaró Vic. Los chicos sonrieron victoriosamente.
Tori, en su forma mutante, le dio un golpe a uno de los Dragones Púrpura, que estaba en videollamada, que para esta historia no son relevantes, noqueándolo. Miró alrededor.
Sus primos, ahora con sus nuevos disfraces, estaban terminando de apalear a los demás integrantes de los Dragones Púrpura que está noche habían intentado un altercado robando una tienda de antigüedades. Por suerte los chicos llegaron a detenerlos, y ni siquiera necesitaron usar sus armas contra los asaltantes.
-Me siento raro golpeando a chicos de mí edad o menores que yo... -dijo Ryan acomplejado. Jay, con su peluca rubia pareciendo todavía Justin Bieber, dejó caer como peso muerto a una chica Dragón de piel morena y lentes. Como él no golpeaba mujeres, la había noqueado con un punto de presión en el cuello, así que feminazis leyendo esta historia, no se alarmen.
-Lo sé, Ry, pero Hun y sus demás secuaces no muestran la cara, y quién sabe dónde pueden estar.
-Sí, pues yo sé quién puede decirnos. -dijo Tori, mirando a la chica a la que Jay noqueó, que estaba recobrando la consciencia. Ella la tomó y la empujó contra una pared. La chica morena se acomodó los lentes nerviosa y se asustó al ver a los chicos de trajes y máscaras negras de los que Kim y los demás le hablaron, acorralándola contra la pared.
-¿Qué es lo que quieren de mí? -preguntó ella algo nerviosa, sin embargo también hostil.
-Nosotros tenemos preguntas y tú respuestas, que nos las des o no depende de cuántos dedos quieres evitar que te rompa. -gruñó Tori, pero su hermano la apartó.
-Oye, tranquila...
-No les diré nada, soy una dragona leal. -protestó ella. Tori quiso tirársele encima, pero Ayana la detuvo. Jay tuvo una idea.
-Déjenmelo a mí. -aseguró el de peluca rubia, apartando a su equipo. Tomó aire y puso su mano junto a la cabeza de la chica morena, causando que se sintiera nerviosa, su otra mano en su cadera, y una mirada coqueta- Hey, nena.
Imaginen a los demás con las mandíbulas caídas estilo caricatura antigua.
-Escucha, esto es simple: necesitamos buscar a tu jefe para ajustar cuentas, si nos lo dices... puedo darte mí número y un día salimos.
Decir que la chica de lentes estaba roja como tomate queda corto. ¿Y lo más gracioso? Que sí accedió al acuerdo.
Desde un tejado no muy lejos de la fábrica de galletas de la fortuna abandonada, estaba el equipo mirando el edificio lleno de luces y con música metalera algo bloqueada por las paredes.
-No puedo creer que hayas conseguido la ubicación de la guarida de los Dragones a base de tu encanto natural. -comentó Bryton aún sorprendido.
-¿Le diste tu número real? -preguntó Kathy.
Jay se tomó unos momentos para responder.
-... Nah, le di el de un compañero de clase, no voy a comprometer nuestra situación así.
-Qué listo. -complementó KJ.
-Sin embargo, señor casanova, le rompiste indirectamente el corazón a esa chica. -comentó Red, cruzando sus brazos.
-Podemos dejar el asunto de mí vida amorosa fuera de cuestión y concentrarnos en el asunto de que tenemos la guarida de los Dragones en frente nuestro, ¿les parece?
-Oigan, detecto movimiento. -dijo Ayana con un catalejo- Son Kim, Raven, Curtis, Feng y Andy. Están escoltando a dos hombres.
-¿Puedes identificarlos? -preguntó Jay.
-No lo sé, son gemelos, pero uno tiene una cicatriz de quemadura en el rostro.
-¿Quemadura en el ros... ? Son los gemelos Fulci. -dijo Kathy sorprendida.
-¿Estás segura? -preguntó Tori- Pueden haber muchos hombres con cicatrices en el rostro, recuerda a Destructor.
-Papá me habló de unos gemelos italianos de su juventud que trabajaban para Don Vizioso y uno tenía una quemadura en el rostro, tienen que ser ellos.
-Vamos a ver desde arriba lo que tienen que hablar.
Los gemelos Fulci fueron escoltados a través de la multitud por Kim y compañía, llevándolos hasta el piso superior, dónde estaba Hun acompañando de su séquito de guardaespaldas innecesarios. Junto a él estaba también Stockman y su mascota cyborg, y Vic tenía los planos enrrollados en su mano.
-Vic, Vincenzo, es bueno verlos. -dijo Hun, levantándose de su trono.
-Hun, ha pasado tiempo. -dijo Vic.
-¿Por qué nos estabas buscando?
Hun les mostró el periódico escolar que uno de los Dragones le trajo de la preparatoria Roosevelt y los gemelos vieron las fotos tomadas en éste. No eran borrones, pero tampoco nítidas al 100%, sin embargo eran distinguibles los jóvenes ninjas de trajes negros peleando con Kim y los demás.
-Estos mocosos son hijos o discípulos de las Tortugas. Nos están causando problemas. -habló Hun- Y sus armas anti-mutantes son lo que nos podría dar la ventaja en el juego contra ellos.
-Nos quitaron las armas, pero tenemos los planos. Podemos dárselos por un precio. -dijo Vincenzo, juntando sus manos.
Desde arriba, en el techo de cristal, el equipo miraba la conversación sin saber de qué demonios estaban hablando.
-¿Escuchan algo de lo que dicen? -preguntó Jay.
-No, pero en cualquier momento me da tinitus. -sé quejó Kathy, sobando sus oídos.
-Tiene unos planos. Sea lo que sea, debe ser malo. -habló Tori. Mirando abajo, Jay divisó a la chica a la que le coqueteó, acercándose a Hun y sus secuaces.
-Ay, no, es la chica a la que le coqueteé. -sé quejó Jay- Va a arruinar nuestra emboscada.
-¡Hay que hacer algo! -exclamó Ryan preocupado.
-¡Oigan! -gritó una voz.
El equipo miró arriba, viendo a tres jóvenes Dragones mirarlos con furia en lo que tenían sus armas (bueno, "armas", eran tubos de metal y cadenas) en mano. Los demás se pusieron de pie, alejándose de la ventana de cristal, y se pusieron en guardia con sus propias armas en mano.
De vuelta abajo, la chica de lentes se acercó a Hun con un maletín y lo abrió, mostrando varios fajos de billetes, billetes que mandó a Fong, Tsoi, Sid, Myron y Keshawn a robar, y cómo eran más experimentados, habían logrado tomar todo lo que pudieron sin problema.
-¿Este precio les basta?
-Hmmm...
¡CRASH!
-¡AAAAHHHH! -gritó Ryan, cayendo al suelo, aplastando a los gemelos. La música se cortó ante los vidrios rotos y todos miraron arriba, viendo a Ryan con su máscara y peluca sentado sobre los gemelos Fulci.
El joven de ojos celestes miró alrededor y se puso nervioso al ver a Hun tan cerca suyo. Sonrió nervioso.
-Hola, Hun. -saludó el chico con una mano, poniéndose de pie- ¿Te dejaste la barba?
Hun no esperó y le lanzó un puño al pecho, lanzándolo contra la otra pared. Los demás bajaron del techo hasta dentro de la fábrica, viendo a TODOS los jóvenes Dragones mirándolos con rabia, listos para atacar. Aparte de eso los gemelos se pusieron de pie, uno con un hacha de carnicero y el otro con un cuchillo.
-Es bueno verte, Hun. -dijo Tori jovialmente. Quiso darle una patada, pero esté bloqueó su pie y la lanzó por sobre la barra, cayendo sobre un montón de Dragones.
-A ellos. -dijo Hun.
Fong, Tsoi y Sid corrieron hacia los chicos, pero éstos les dieron una patada en la cara, tirándolos por la barra del balcón. Myron y Keshawn reconocieron a Ayana y Bryton con todo y sus disfraces y sonrieron con maldad.
-Hola, niños. -saludó Keshawn con sorna y Ayana por reflejo se ocultó tras Bryton con tonfas en mano. Bryton tenía unos tekko en sus manos y puso los puños en alto, listo para defender a su hermana.
-Hola, par de holgazanes. -y se les tiró encima.
Kathy estaba peleando con cinco Dragones, usando su bo golpeaba a Dragones o bloqueaba sus ataques. Con la onda expansiva de su arma, lo movió para atacarlos y alejarlos sin tener que insertar golpes, y con ésta los Dragones cayeron al suelo abatidos por el golpe. Tori tenía a Raven encima de su espalda queríendo hacerle una movida de Mike Tyson (morderle la oreja, pero como no tenía), pero la joven kunoichi la tomó y, cual si fuera saco de papas, la lanzó hacia otro grupo de Dragones. Sacó sus shinken-do y se preparó, para luego saltar a atacarlos con un grito digno de guerrera espartana.
Ryan evitaba la pelea saltando sobre los Dragones cual si fuera rana en lechuga de agua, pero en eso dio un mortal y, usando su kusari-fundo con los filos guardados y cual yo-yo, golpeó en la cabeza a los Dragones, dejándolos inconscientes. El chico celebró en su lugar, pero Feng se le lanzó encima carcajeando.
-¡Ah! ¡Quítate de encima, copia barata de Yuno Gasai! -exclamó el joven, batallando con evitar que la chica de las dos coletas que carcajeaba cual yandere le clavara el cuchillo en la cara.
Jay estaba esquivando los ataques de los gemelos Fulci con su Odachi, pero también lanzando algunos ataques con ésta. KJ usaba su naginata contra Fing, Tsoi y Sid, girando su arma cual aspa de ventilador para bloquear sus ataques, pero también usaba el largo de ésta como una espada, atacando a los tres pandilleros adultos. En un momento Sid atrapó a KJ por atrás y Fong empezó a golpearlo en el estómago, pero KJ le pegó una patada en el rostro, tirándole un diente. Usó la misma técnica que con Curtis, le dio un cabezazo en la nariz a Sid, para desorientarlo, y se liberó.
Keshawn tenía un bate de béisbol y lo balanceaba con fuerza en contra de Ayana, que bloqueaba los ataques con sus tonfas, pero simplemente se defendía, no atacaba. Él carcajeaba en lo que la atacaba.
-Eres una cobarde, al igual que tus padres maricas. -se mofó. Ayana sintió miedo, pero a la vez furia, por lo cual volvió a bloquear el ataque de Keshawn, pero ésta vez hizo fuerza y lo empujó, para luego con sus armas darle un golpe en el rostro, haciéndole sangrar la nariz.
-¿Qué tal para una cobarde, fanfarrón?
Keshawn se puso de pie con rabia y la nariz sangrando, y gruñendo, la volvió a atacar. Bryton estaba peleando con Myron, quien tenía un tubo. Como los tekko de Bryton no funcionaban mucho como arma de defensa, el joven dominicano (Bryton) bloqueaba los golpes del tubo con sus propios brazos. Myron, al igual que Feng, también carcajeaba como un psicópata.
-¿Te gusta, niño marica? -se burló Myron, pero en un momento Bryton hizo un split hacia el suelo y le dio una barrida de pies a Myron, haciéndolo caer al suelo. Bryton se encimó sobre él y lo tomó de la camisa.
-Buenas noches. -y con sus tekko le dio un golpe en el rostro, noqueándolo.
Red usaba su mazo contra dragones que tenían martillos, cadenas o las armas más pesadas, golpeando también a los Dragones con su arma, sacándoles cortes feos y haciéndolos sangrar. Tori fue empujada espalda con espalda con su hermano, teniendo ella misma algunas heridas en el rostro o cuerpo, como un tajo en la raíz de la cabeza y la sangre le nublaba la vista de su ojo derecho, al igual que KJ ahora tenía el ojo izquierdo morado y su nariz sangraba. Red tenía golpes en el rostro, raspones sangrando y un par de tajos en las mejillas.
-¿Cómo vas, hermana? -preguntó Red cansado, mientras que Tori alzaba sus shinken-do amenazadoramente en contra de los Dragones con los que estaba peleando, en su mayoría mujeres. Se limpió con los nudillos la sangre de su ojo.
-¿Cómo crees?
Stockman miraba sin inmutarse a todos peleando con los chicos de trajes negros, por lo cual sacó un control y activó un botón que decía "liberar". Su mascota dejó de estar dócil y sus ojos se pusieron rojos, inundándolo la furia.
El equipo fue empujado hasta estar todos amontonados en un grupo, y justo a tiempo la mascota de Stockman salió a atacarlos. Saltó desde el balcón hasta enfrentarlos, acercándose con lentitud, y el equipo tenían todos sus armas en mano. Ryan se ocultó tras Jay por miedo.
-Jay, tengo miedo, no quiero pelear con esa cosa. -susurró Ryan temblando. Jay alzó su Odachi listo para luchar, pero vio a sus primos todos sangrando y temblando, no por el miedo, si no por lo cansados que estaban de pelear con tantos Dragones Púrpura.
Jayson enfrentó la realidad. No estaban en condiciones de pelear. Al menos ya no.
-Tendremos que despedirnos ahora. -dictaminó Jay con una bomba de humo en mano.
-¡No dejen que la lance! ¡Escaparán! -gritó Hun, y todos los Dragones corrieron hacia ellos, pero justo a tiempo Jay lanzó la bomba de humo y se desvanecieron.
Todos empezaron a toser por el humo, y al disiparse, los jóvenes ninjas y kunoichis de trajes negros se habían ido. Hun gruñó de la furia y los gemelos Fulci miraron a Hun.
-Me temo que no podemos proseguir con el trato. -dijo Vic- Nos llevaremos los pla- oigan, ¿y los planos?
Hun y sus secuaces miraron por todos lados, viendo que los planos no estaban. Stockman también se enfureció.
-¡Esos mocosos los tienen! ¡No se queden ahí, vayan a buscarlos! -ordenó, y los Dragones salieron de la fábrica dispuestos a encontrarlos.
Los chicos corrían por las calles con Kathy teniendo los planos de las armas en mano. Respiraban agitados sin dejar de correr, pero una vez pusieron suficiente distancia entre ellos y el Barrio Chino, se detuvieron a recuperar el aliento. Todos tenían una buena cantidad de heridas en el rostro y/o cuerpo. Kathy logró recuperar el aire y abrió los planos, viendo que se trataban de las armas anti-mutantes de la mafia.
-Chicos, esto es malo. -dijo Kathy preocupada- Son las armas anti-mutantes de Don Vizioso y su mafia.
-Por eso los gemelos se reunían con Stockman y los Dragones. -dedujo Tori.
-No podemos estar en la superficie mucho tiempo. -declaró Jay, viendo una tapa de alcantarilla en el suelo- Red, ábrela.
Red hizo lo ordenado y levantó la tapa para que todos pudieran pasar. Primero Katherine, luego Ryan (aunque más bien pasó segundo a los empujones), luego Bryton, después Ayana, Victoria quinta, KJ le siguió, después Jayson y finalmente Red, quien cerró la tapa de alcantarilla justo a tiempo, pues los Dragones justo cruzaron la calle donde estaban ellos, pero como no los vieron entrar al desagüe, se salvaron por los pelos.
-No creo que sea buena idea estar aquí abajo, nuestras heridas se van a infectar. -dijo Kathy preocupada.
-Te diste la vacuna contra el tétanos, estarás bien. -despechó KJ.
-La vieja guarida de nuestros padres está como a 500 metros. -habló Jayson, sacando una linterna e iluminando el lugar- ¿Sí recuerdan que es nuestro lugar para ocultarnos en caso de emergencia, no?
Ryan jugó nervioso con sus dedos y Jay suspiró, empezando a caminar.
Una vez llegaron a la guarida, sintieron alivio. Habían modificado el lugar para que, en caso de alguna emergencia, tuvieran un lugar dónde ocultarse. Seguía casi igual, con el sillón y televisor, las máquinas de juegos. No se veía, pero en las habitaciones habían puesto camas tipo literas para tener un lugar donde pasar las noches, pues considerando que en total eran como 19, tenían que ahorrar espacio.
Los chicos se sentaron en el sillón, y KJ y Kathy fueron por hielo y el equipo de primeros auxilios. Jay había tomado los planos y miró todo a detalle. Las pistolas eran como cualquier arma estándar, pero se mostraba en el papel que los balines estaban llenos de un componente químico que era como la kriptonita de los mutantes. Jay dobló los planos a la mitad y empezó a rasgarlos.
-No podemos dejar que los encuentren. -tomó los trozos de papel y fue a la cocina a tirarlos en el horno de pizza. Prendió un fósforo y quemó los pedazos en el horno. Sus primos miraban desde atrás suyo ya aliviados. Ryan sonrió cuando una idea le vino a la cabeza.
-Ya que estamos, ¿podemos hacer pizza?
Sus primos rieron ante la sugerencia, pero aceptaron. Merecían una buena pizza después de la pelea que acababan de tener.
