Yumesan

3: El equipo de las Diosas del Agua

La noticia se difundió por toda la aldea. Todos habían visto los rayos de luz salir de los Grandes Espíritus, y hacia quiénes se dirigieron. Ahora los pocos que no las miraban, empezaron a mirar a Maris y a Minako donde quiera que fueran. Jun era la más sorprendida de las tres. Ella no tenía un espíritu acompañante, sino a Lee. Y Maris y Minako no tenían espíritus, eso al menos era lo que pensaban...

Vaya, al fin pudimos encontrarlas- dijo una chica vestida como una mujer japonesa de principios de la era Meiji. Era igual a Minako.

Y han progresado más de lo que pensábamos... el amor les hace muy bien- dijo la otra. Era Yukari.

¿Quiénes son ustedes?- les preguntó Jun.

Ella, Len, Maris Minako y Lee estaban en la playa, mirando el atardecer. Estaban hablando sobre lo que les había pasado en la tarde.

Nosotras sabemos quiénes son- dijo Minako.

Ella- dijo Maris señalando a la que vestía como japonesa –Es Yukari, mi querida amiga japonesa- corrió a abrazarla. Los Portadores de Sombra del elemento agua podían tocar a los espíritus.

Sí, he vuelto porque los Grandes Espíritus me lo solicitaron- dijo Yukari.

Yo yo soy su gemela, ella se llama Mariko- dijo Minako, abrazándola.

Jun, Lee y Len se quedaron boquiabiertos. Maris sabía que Minako había tenido una gemela,pero no se lo había mencionado para no deprimirla. Y Maris pensaba que solo volvería a ver a Yukari en la otra vida.

No tendremos incompatibilidad de movimientos- le dijo Mariko a Minako –Todavía recuerdas el juego de los espejos¿verdad?-

Sí, pero ahora deberemos fusionarnos- le dijo su gemela.

¿Y cómo se hace eso?- preguntó Yukari.

Eso quebró el hechizo en que estaban Len, Jun y Lee. Sólo les quedaba una semana para el inicio del Torneo. Tal vez Maris supiera cómo hacerlo y estuviera familiarizada con la fusión, pero Minako nunca lo había estado como su Portadora. Y les quedaba una semana para aprender a sincronizar movimientos.

Será mejor que empecemos ahora a entrenar- dijo Maris.

Entrenaron cinco horas, y después se fueron a dormí exhaustos. Maris y Yukari combinaban muy bien sus movimientos, al igual que Minako y Mariko. Jun no sabía qué hacer, hasta que Maris le dio un brazalete que había hecho ella misma. Se unió al brazo derecho de Jun, y el brazalete pareció hecho de niebla celeste y azul.

Los colores del agua.

Ahora podría pelear, usando una nueva posesión de objetos. El espíritu de Lee dejó el cuerpo de zombi. Cada vez que lo necesitara, podría hacer la posesión de objetos y luchar como toda una Shaman.

La primera vez que pelearon con los otros seis, Lee tomó el aspecto de un dragón verde, Mariko el de una sirena de hielo y Yukari el de una tigresa de agua con alas transparentes, como si fueran de un ángel con alas de cristal.

Pero a los otros seis les costó vencerlas. Y sólo fue porque ellas estaban desacostumbradas a pelear como Shamanes. La segunda vez ya habían sincronizado sus movimientos, y vencieron a los otros. Maris tenía poderes sobre el agua, Minako sobre el hielo y Jun sobre los vientos. Sus poderes habían aumentado mucho, y destruyeron una gran parte de la costa.

Creo que mejor paramos- dijo Jun, al ver que Len, Horo Horo, Chocolove, Fausto, Yoh y Ryu no se podían levantar. Ayudó a Ryu y a Fausto a levantarse, porque eran los más grandes y ella era la mayor de las tres.

Disculpen, es que nos emocionamos un poquito... – dijo Minako, levantando a Chocolove en un brazo y a Horo Horo en el otro.

Oh, Len lo siento mucho- dijo Maris, ayudándolo a levantarse. Tomó a Yoh con un solo brazo y lo levantó.

Los llevaron a la enfermería. En un día estaban de pie, listos para otro entrenamiento. En el transcurso de la semana, Jun, Maris y Minako dominaron todos sus poderes. Y eran grandes. Ahora todos las miraban, y no entendían cómo tres chicas que ni siquiera había participado en la primera etapa del Torneo de los Shamanes podían entrar en el torneo.

Los equipos se inscribieron el mismo día que Jun, Maris y Minako recibieron a sus espíritus. Las tres serían Diosas del Agua. Fausto, Ryu e Yoh, el Equipo de las Aguas Termales Funbari. Y Horo Horo, Len y Chocolove por el otro, al que Len inscribió como el Equipo de Len. El nombre del equipo de Yoh era porque Ana pensaba abrir un complejo de aguas termales, y Fausto sería el doctor del establecimiento.

Vaya, Ana tiene todo planificado- le dijo Minako a Maris –Se ve que no deja nada al azar-

Es una chica muy lista. Y quiere a Yoh- dijo Maris –Sé que lo quiere mucho, pero le cuesta demostrar sus sentimientos-

Pues a mí no me cuesta nada decirles que los tigres del Amazonas se ven muy lindas para ser de agua, como los peces- dijo Chocolove.

¿Como... los... peces?- preguntó Minako, y después se echó a reír con Maris, Mariko y Yukari.

Vaya, se nota que te gusta bromear- le dijo Maris a Chocolove.

En especial si hay chicas tan bonitas como ustedes dos por aquí- dijo Len, quien se aproximó al grupo y abrazó a Maris –Pero no intentes seducir a mi novia¿eh?-

Me gustaría mucho ser tu amiga, Chocolove- le dijo Minako –Entre felinos nos entendemos- y bajó la voz –En especial cuando estamos detrás del mismo objetivo: Maris-

Chocolove se quedó sorprendido por un buen rato, hasta que Minako sonrió.

Es en serio, los Tigres de Agua sabemos más de lo que decimos... –

Las primeras batallas fueron bastante fáciles. Con Maris, Pilika, Ana y Minako entrenándolos, los dos equipos se volvieron más fuertes. Los chicos dormían en una habitación y las chicas en otra, pero Maris y Len siempre se encontraban en sueños...

Y Hao las observaba.

Ésa Portadora de Sombra era mucho más fuerte de lo que mostraba. Pero sí que tenía poderes muy fuertes, algunos tan poderosos como los de él mismo, Hao. Y Maris había demostrado parte de ellos cuando se habían enfrentado contra la Dama de hierro, pero él sabía que tenía un poder mucho mayor que aún no había despertado, más allá de su conversión a Shaman. Había usado ésa energía para fusionarse con Len, pero Hao sabía a la perfección que ése gran poder se regía por la fortaleza del corazón... Y precisamente su corazón sería lo que él se ganaría.

La primera batalla del equipo de las Diosas del agua fue contra el equipo Yankee. Se enfrentaron con Shamanes estadounidenses, que usaban los espíritus de un coyote, un lobo y un águila. Usaban ataques de arena, tierra y rocas, pero no fueron oponentes para las Diosas del Agua. En menos de diez segundos, los mandaron literalmente a volar.

Creo que se nos pasó la mano- dijo Maris, e hizo que uno de sus chorros de agua impidiera ques estrellaran contra el piso. Los bajó con lentitud, y se acercó al equipo Yankee.

Lamento mucho haberles hecho eso- se disculpó, inclinándose –Es que no sé... es que soy bastante nueva en esto-

Fue la batalla más corta de todo el Torneo. Ahora no dejaban de mirarlas ni siquiera cuando ya se habían perdido de vista. Incluso las cinco Lilis, medio deprimidas porque no las habían llamado para pelear. Pero cuando Maris les dijo que ya las llamarían, sus Oráculos Virtuales sonaron al mismo tiempo. Las cinco Lilis pelearían con alguien, al fin y al cabo. Pero Maris sabía contra quién. Contra el equipo Estrella.

Pelearían contra Hao.

Las cinco Lilis se quedaron duras por un buen rato, hasta que Maris les puso enfrente un gran plato con sus galletitas recién sacadas del horno. El olor despertó a las cinco, quienes empezaron a comérselas. Mili, la más pequeña, recibió un paquete de galletitas bañadas con glasé y grageas, y una gran sonrisa de parte de Maris.

Les deseo suerte, ero el equipo de Hao es duro- dijo Maris y volvió a su mesa.

No te pongas celoso Len, a ti también te hice mis galletitas de dulces sueños- le dijo Maris cuando regresó a la mesa.

Le entregó un paquete transparente atado con una cinta roja, lleno de galletitas. Y para que lo otros no se pusieran celosos, un paquete, algo más pequeño, para cada uno, incluida Ana, Tamao y Jun, además de Minako.

Cocinas muy bien, amor- le dijo Len al oído.

Siempre que cocino pienso que le daré un poco de lo que hago a la persona que más amo. Es por eso que me salen mejor las cosas desde mi viaje a Japón- miró a Len sonriendo y lo abrazó.

Ésa noche, Len sintió que alguien se acostaba junto a él. Pero no era nadie de su cuarto; todos estaban dormidos. Ése alguien se había acostado detrás de él, y lo había abrazado por el torso. Len no se movió, pero al ver las manos que lo rodeaban se dio cuenta.

¿Maris?- susurró.

Sí- dijo ella en voz baja, en su oído –Tenía que sentir tu calor... Sobre todo al ver que alguien tan cercano a nosotros peleará contra Hao mañana. Tengo algo de miedo, Len-

Se abrazó con más fuerza a Len. Él sonrió y se dio vuelta, para besar a Maris en los labios. Se miraron con ternura hasta que se durmieron, abrazados.

A la mañana siguiente, cuando Maris se despertó, Len era el único que quedaba en la habitación. Los otros se habían ido, sin hacer ruido. Miró a Len dormido, con su rostro bañado por los primeros rayos del Sol. Se veía tan tierno cuando dormía... Le dio un beso en los labios y lo despertó.

Despierta, bello durmiente- le dijo Maris, y se levantó.

Len rió y le dio otro beso. Maris se fue a su habitación para cambiarse, mientras Len hacía lo mismo en su habitación. Cuando Maris entró en la pieza, se encontró con Jun, levantada.

No se veía a los espíritus acompañantes ni a las otras chicas por ningún lado.

¿Pasaste una linda noche?- le preguntó Jun, sonriendo.

La pasé con Len... – dijo Maris –es tan cálido cuando duerme... –

Jun dejó ver una gran sonrisa.

¿La pasaron bien?-

No es lo que piensas- dijo Maris, y era verdad –Es sólo que quería estar junto a él y sentir su calor... –

Oh- dijo Jun -¿Y él cómo reaccionó?-

Me abrazó y me besó, y nos quedamos así durante toda la noche... Es tan dulce-

O sea que hasta ahora no te acostaste con nadie- dijo Yukari en su oído.

Maris y Jun saltaron al mismo tiempo.

Yukari¿escuchaste todo?- preguntó Maris, pero sabía la respuesta.

Por supuesto. Sabía que tú eres una chica dulce y tierna, y para nada precipitada. Me encanta eso de ti. Y Len es un chico más maduro de lo que creí. Otro se te hubiera tirado encima en las mismas circunstancias. Es todo un caballero... – dijo Yukari, soñando.

Creo que no deberías escuchar las conversaciones privadas de otros- le dijo Jun.

Entonces se escuchó un estrépito, y Minako, Tamao y Manta salieron del armario y se cayeron al piso.

Y ustedes tampoco- les dijo Maris -¿Qué hacían allí adentro?-

Es que yo... - balbuceó Tamao, sonrojándose –Es que... –

Queríamos saber si te acostaste con Len, pero ahora vemos que no- dijo directamente Minako, levantándose –Manta vino cuando Jun regresaba, y lo metimos al armario con nosotras, él es inocente-

Manta no decía nada. Estaba rojo como un tomate y miraba al suelo.

¿Saben qué estaban haciendo?- les preguntó Jun –Espiando a dos personas. Está muy mal-

Y como castigo, Minako y tú- a Tamao–deberán acompañarme a hacer algunas compras. Hace un año que no salgo a comprarme ropa, y no quiero perderme la oportunidad de hacerlo ahora. Tú también Manta, si es que quieres... –

La verdad es que Maris estaba más animosa que de costumbre. Los chicos no hicieron comentarios acerca de lo que habían visto, excepto Horo Horo, quien no lo resistió.

Oye¿qué pasó anoche con Maris?- le preguntó de repente –Es lo que todos no estamos preguntando-

Los que estaban comiendo se atragantaron. Los espíritus acompañantes casi se caen de la sorpresa. Todos miraron a Len, quien a su vez miraba a Horo Horo.

Vino al cuarto porque quería. Durmió conmigo porque me quiere. Y sólo dormimos. ¿O que pensaban que podríamos haber hecho, con tantas orejas alrededor?- Todos se sonrojaron –no hicimos nada, así que sáquense las dudas ya-

¿Sólo durmieron¿Nada más?- insistió Horo Horo.

Nada más- dijo Len, y tomó su café.

Los hay con suerte, pues- dijo Chocolove –Tienes a una belleza como esa de novia y los dos quieren sentir el calor del otro... Me gustaría estar enamorado así-

Todos miraron a Chocolove. No era un chiste. Tenía una mirada extraña, que no le habían visto nunca. Eso hasta que Minako lo abrazó por detrás.

Hola- le dijo, con una sonrisa –Nos fuimos de compras con las chicas. Y tengo algo especial para ti, pero tendrás que esperar para verlo- le dio un beso en la mejilla y se alejó.

Chocolove estaba colorado y no dijo nada.

Pues parece que ya tienes de quién enamorarte- le dijo Len.

Guts! Parece que Minako no se va a quedar con Manta después de todo, pero así son las cosas. Ella lo quiso así. Y Chocolove también me gusta, es muy gracioso, aunque con las traducciones al japonés no se entienden sus chistes (la mayoría de los que decía ni sabía que era un chiste) pero al menos a Pilika y a Minako les gustan. Ése moreno me parece que se va a quedar con Minako. O quién sabe, porque Minako es a veces de lo más rara...