Yumesan
6: "Señor de los sueños"
Cuando Hao se fue, se relajaron un poco, pero ahora tenían un interrogante¿Qué quería decir Hao con "Yumesan"? Len había escuchado ése nombre antes, una vez que Maris y Minako hablaban en español en un parque, pero Maris nunca se lo había mencionado.
-Es algo... referente a las Portadoras, pero no puedo decírselos aquí- dijo Maris, cuando todos la miraban –Cenemos primero-
La cena transcurrió en silencio. Maris estaba incómoda, y Minako también. Cuando terminaron, todos salieron y se fueron a la playa, donde los Grandes Espíritus hacían brillar el agua. Maris se dio vuelta al llegar a la orilla. Parecía nerviosa.
-Como sabrás, yo fui una Portadora de Sombra- todos asintieron –Eso me trajo poderes y responsabilidades nuevos, algunos de los cuales han visto. Pero hay algo que Minako y yo no hemos logrado, aunque en la batalla contra En Tao demostramos algo de ello.
"Hay un poder que es el más grande de todos, es igual y diferente a los otros. Todo Portador, hombre o mujer, llega a eso, aunque muera y deba revivir para lograrlo. El poder más grande que posee todo Portador, sin importar su sexo, raza, edad o cualquier otra diferencia, llega a esto cuando ya han descubierto todos sus poderes... y ése poder es llamado Yumesan.
"El 'Señor de los sueños' como se traduce literalmente del japonés, toma la forma de aquél ser que ha causado el más grande sentimiento en la Portadora. Es una gran concentración de energía que es indiferente de los cinco elementos chinos, porque es algo más allá de la comprensión humana y tal vez shamánica. Ni siquiera los mismos Portadores sabemos con exactitud qué es... pero aparece siempre en los momentos en que la persona a la que se ama- y miró a Len a los ojos –está en peligro. Así se puede evolucionar dos veces en menos de veinticuatro horas. Así que lo que dijo Hao se podría traducir como que matará a Len. Y tal vez no sólo a él, sino a todos los que estén en la batalla.
Se hizo un silencio largo. Maris tenía los ojos cerrados, y después de un rato volvió a hablar.
-No quería decírselo porque no lo consideraba necesario. Len es mucho más fuerte que yo, pero últimamente he visto que Hao es más fuerte de lo que pensaba, y que estaba poniendo en peligro la vida de Len. Además, no creía que yo fuera lo suficientemente fuerte como para invocar a mi Yumesan...
-Oh, ya basta- dijo Minako –No lo soporto- se levantó y empezó a hablar –No voy a permitir que Hao nos separe haciendo éste tipo de cosas. Maris ha hecho mucho por ustedes, me ha devuelto la vida, a riesgo de perder la suya muchas veces, le dio sus ojos a Len, quedándose con una visión de energía del ambiente que no es lo mismo que ver como ven ustedes. Es una chica muy buena y no voy a dejar que ése Hao empiece con golpes bajos como éste para separarnos y vencernos a todos¿entendido?-
-Creo que no debiste decírselo- le dijo Maris a Minako, cuando volvieron a la habitación de su equipo.
-Oh, basta, a veces me revienta tu actitud de "sólo hice lo que debía hacer" y "no es necesario que nadie lo sepa" Has hecho más de lo que millones de personas pudieron haber hecho en sus vidas, teniendo más oportunidades. Eres un ángel en éste planeta, pero eres demasiado modesta como para admitirlo. Basta ya, caramba. Y con respecto a lo de tus ojos, Len tenía que saberlo. Al diablo la modestia, que tanto jorobar-
Maris estaba sonrojada.
-Además –siguió Minako- con ésa nueva percepción del mundo tu vida cambiará mucho cuando regreses a Argentina. No vas a poder ver el rostro de tus padres como los has visto toda la vida, y ni siquiera ves el rostro de Len como antes. ¿Acaso ibas a dejar pasar todo eso como si nada? No señorita, no se lo voy a permitir- golpearon la puerta –Pasa, Len, ya sé que eres tú. Basón, te quedas afuera-
El espíritu salió mirando a Minako, y Len entró, dudoso. Miraba a Minako de forma extraña.
-Yo no me voy- dijo Minako, con el ceño fruncido-
Len entró y cerró la puerta tras él. Tenía la cabeza gacha, no se decidía a hablar.
-Sí, te amaba y te ama lo suficiente como para sacrificar sus ojos, y hasta su vida por ti- le dijo Minako, y Len levantó la vista. Tenía el rostro húmedo por las lágrimas –No te lo dijo antes para que no te pusieras así, no hay forma que la convenzas de devolverle sus ojos, y yo ya me voy-
Minako salió de la habitación, y se encontró con Basón en la puerta.
-Nos vamos, Basón- le dijo, y se lo llevó.
-Ya, es un chico enamorado, déjalo- le dijo Minako cuando estuvieron lejos del hospedaje de Maris –No vas a poder protegerlo toda la vida por más que quieras-
-Es que el señorito ha cambiado mucho desde que las conoció, y estoy algo preocupado por él- dijo Basón –Hizo... y hace cosas que nunca le había visto hacer-
-Nunca vio a una chica de la cual se pudo enamorar- dijo Minako –Cuando nos enamoramos, solemos hacer cosas algo tontas... –
-Se arrodilló frente a la madre de la señorita Maris pidiéndole que la dejara verla, cuando viajamos a su país... Nunca había hecho eso, ni siquiera frente a su padre, y el señorito está feliz... Sonríe mucho más que antes, y siempre está con la señorita Maris... –
-¿Celoso?- preguntó Minako con picardía. Basón la miró –No serías el único¿o cómo crees que me sentía al verla junto con Len? Por suerte pateo para los dos lados y encontré a Chocolove... -
Minako miró a Basón de reojo, quien todavía no salía de su asombro.
-Acerté¿verdad?-
-No, es que me sorprende que tú... Hayas tenido ésos sentimientos tan profundos hacia la señorita Maris-
-Dile Maris a secas. Y qué le vamos a hacer, los niños crecen, y Len no es un niño... Además, no puedes ser siempre un tutor para él, como yo no pude estar al lado de Maris como quería. Pero, al menos... –
-Sí, te entiendo-
-¿Acaso te enamoraste de una mujer y no pudo ser?- le preguntó Minako, asombrada.
-Eh, este, es que fue... – era la primera vez que Basón tartamudeaba. Minako lo miraba sombrada.
-Acerté-
-Más o menos... –
-¿Era un hombre?-
-No-
-¿Era una chica demasiado joven?-
-No-
-¿Quién era?-
-Mi prima-
Minako casi se cae el piso.
-Es que yo era muy joven... Ella tenía cinco años más que yo, y en ése entonces yo tenía veinte años. Cuando fui enrolado como infante de caballería, me dio una gran tristeza separarme de ella. Es por eso que no quiero que el señorito sufra lo mismo que yo. Sé lo que es amar y no poder amar al mismo tiempo-
-Te entiendo-
-No se lo dije a nadie, y menos al señorito... Es algo extraño decírselo a alguien, después de tanto tiempo... –
-¿Y ella?- preguntó Minako después de un rato.
-No lo sé. No volví a saber qué fue de su vida... Excepto que se fue. Yo me quedé, la pena era grande... Nunca supe si se casó, si tuvo familia o si fue feliz... –
-Puedo llamarla si así lo deseas-
-No, gracias, debo ayudar al señorito a ser el Rey de los Shamanes- dijo Basón irguiéndose –Además, si ella fue feliz, es todo lo que necesito para ser feliz también-
Minako lo miró.
Maris no sabía qué decir. Miraba a Len, quien a su vez la miraba a ella. Al final, fue él quien rompió el silencio.
-Nadie... en toda mi vida... había hecho eso por mí- Maris se sorprendió cuando Len la abrazó, sollozando –Siempre me decían que debía ser el más fuerte, que debía matar o morir, y que si era débil sería eliminado, que nadie me ayudaría... Pero tú has hecho más de lo que nadie hizo por mí jamás. Estuviste a punto de morir, me has apoyado en todo, me diste tu amor y tus ojos... Y yo no lo sabía. Discúlpame por favor-
-No, soy yo la que debe disculparse por no habértelo dicho antes- dijo Maris, abrazándolo –No pensé... no creí que fuera necesario decírtelo-
-Eres demasiado buena. Con todos, y en especial conmigo. Yo nunca podrá devolverte todo lo que me das, por más que lo intente-
-Eso no es cierto. Sin ti, no hubiera visto un país tan hermoso como China. Ni hubiera terminado la fusión con Minako. Ni me habría reencontrado con Yukari. Ni hubiera sido tan feliz como lo soy ahora, porque tampoco hubiera encontrado el amor... Lo de la vista no es problema... Además¿cómo crees que me sentiría si yo tuviera doble visión y tú estuvieras ciego?-
Len la abrazó con más fuerza que antes.
-Anna, por favor, ya no puedo... – suplicaba Yoh.
-No dejaré que ésas tres chicas ganen el Torneo de los Shamanes por tu pereza- le dijo Anna –Así que sigue corriendo, y no te quejes, o te haré correr diez vueltas más-
-Vamos, amo Yoh, usted puede- le decía Amidamaru.
-Vaya Anna, te tomas el entrenamiento de Yoh muy en serio- dijo Manta.
-Yoh será el próximo Rey de los Shamanes, así que debe entrenar- dijo Anna con una voz de hielo.
-¿Cuántas vueltas más?- preguntó Yoh, al borde del desmayo.
-Hasta que yo te diga- dijo Anna.
-Pero no creo que el objetivo de Maris, Minako y Jun sea ser Rey de los Shamanes- dijo Manta.
Anna lo miró.
-Me sorprende tu valentía, Maris- dijo una voz en la ventana, que Maris y Len conocían a la perfección.
Hao.
-Deberías ser más considerado con las personas- le dijo Maris, abrazando a Len por el pecho. Len la abrazaba por la cintura.
-Eres la primera que rechaza todas mis tácticas, Maris, y no estoy hablando sólo de Shamanes... – Hao estaba sentado en la ventana, mirándolos con interés- Me enfrenté a algunas Portadoras de todos los elementos chinos, y las vencí, algunas de ellas nunca podrían haber evolucionado dos niveles en el mismo día... Y tú lo hiciste en menos de veinticuatro horas-
Maris lo miraba seria. Len lo fulminaba con la mirada.
-Lindos ojos Len, pero se verían mejor si tu novia los pudiera ver- siguió Hao –Y parece que no se lo pensabas decir... Mal, muy mal, Maris. La modestia es algo que... –
-Algo que tú tendrás que aprender- dijo Len, con voz fría, sorprendiendo al gemelo de Yoh –Escúchame bien. No voy a dejar que lastimes a Maris o a alguno de sus amigos, porque te las verás conmigo-
-Y si te atreves a tocar a Len o a alguno de sus amigos, te las verás conmigo- dijo Maris, mirándolo de una manera felina. Los ojos de la pareja parecían más los ojos de dos gatos –Parece que te sorprendimos¿verdad Hao? Y ten por seguro que los dos te venceremos en el Torneo-
Hao desapareció.
Ella tenía que ser suya.
Ahora estaba seguro, sus poderes superaban a Yoh, aún si Yoh evolucionara a la Posesión en tercer grado, ella lo derrotaría. El corazón de Maris era fuerte, y ésa fortaleza venía de los sentimientos que tenía por Len. Eso era lo que le daba el valor, además de la amistad de sus amigos. Debía matar a alguno de ellos... y debía concentrarse en Len. El Torneo de los Shamanes le aburría.
Sólo tres participantes eran de cuidado: Yoh, Len y Maris. Y eso si Jun y Minako no habían evolucionado lo suficiente con sus poderes. Y, por lo que podía sentir, sí lo habían hecho.
El Equipo de Len pasó a las finales después de derrotar al equipo de Libia, que usaba espíritus de hechiceros de color fallecidos en las invasiones conquistadoras europeas. Fue una batalla larga, duró media hora, y al final los dos equipos estaban cansados, pero el equipo de Libia perdió su posesión antes que Len desfalleciera. El Equipo de las Aguas Termales Funbari también pasó, con oponentes de Chile, pero les ganaron, no sin poco esfuerzo. Los Soldados X, las Diosas del Agua y el Equipo Estrella también pasaron, pero las batallas más cortas siempre eran las de las Diosas del Agua. Los Shamanes que se enfrentaban con Hao siempre morían. Yoh tuvo que convencer a las cinco Lilis que si peleaban contra Hao, morirían, y se retractaron de la batalla.
En las semanas previas a las finales, tuvieron jornadas de entrenamiento agotadoras. Len nunca hubiera pensado que su hermana tuviera ésos poderes, pero ahora era casi tan fuerte como él. No, tenían el mismo poder, y Maris y Minako parecían haber sido entrenadas para ser Shamanes siglos atrás, porque si bien cuando Len le enseñaba nuevas técnicas, en principio no las sabían, pero después parecían recordarlas y hasta las mejoraban. Silver las observaba, pero ni siquiera Anna lo notó.
-Todos lo sintieron, desde que la vieron por primera vez, Silver- le dijo una voz a su izquierda.
Hao.
-¿Qué haces aquí?- preguntó Silver, alarmado.
-Los poderes de ésas chicas, en especial Maris, son mucho más grandes de lo que hubieras imaginado. Incluso he tratado de desmoronarla, pero es más fuerte de lo que pensábamos todos, y no sólo por su poder espiritual. Su corazón es fuerte- dijo Hao, mirándola con mucho más interés que antes.
-Es imposible- pensó Silver.
-¿Qué?- le preguntó el gemelo de Yoh, leyendo su mente.
-¿Acaso te enamoraste de ella?-
Fue la primera vez en toda su vida que Hao se sorprendió hasta el punto de no cerrar la boca sino veinte segundos después. Pero recobró la compostura con rapidez.
-Eso no te incumbe-
-Ya veo- dijo Silver, y desapareció.
Hao se quedó allí hasta que una voz lo sacó de sus pensamientos.
-¿Qué haces allí, hijo del fuego?-
Guts! El sexto capítulo me costó, pero me gustó el resultado. Ahora sí que me gusta Maris... Es un personaje que salió así como si nada –el nombre es de una compañera de clase, Amarillo Stella Maris- y en menos de un mes hice los nueve capítulos de "Dioses del Agua" Si se preguntan "¿Y por qué, si la otra te costó tan poco tiempo, esta demora más?" La respuesta es simple: cuando escribo éste la serie aún no ha terminado, y no sé de qué modo enganchar las dos historias, así que hasta que la serie no termine, no voy a poder terminar éste Fanfic. Cosas de la vida...
Y hablando de eso, SI, ME ENCANTA LEN. Es mi personaje favorito. Fui a y me bajé un montón de Fanfics, en español e inglés, y los traduje. Algunos están buenísimos, pero no hay ninguno en que Len se enamore de un personaje inventado. Y eso aportó muchas cosas a ésta historia. Espero que les esté gustando.
