CAP01: Recuerdos y Encuentros Con El Pasado.

Inuyasha ya había tomado su decisión quedarse al lado de Kikio……su querida Kikio, nunca pudo olvidarla, siempre ella estuvo en su corazón, todo era para ella, cuando la veías tus sentimientos fluían, no tenías pena y no te daba vergüenza decirle tus sentimientos, abrías tu corazón con ella, y decidiste apartarme del camino sin importarte siquiera un poco mis sentimientos o lo que yo pensaba.

Desde ese día han pasado ya dos años que no he vuelto a saber nada de tí y que tu no sabes nada de mí; mi vida, podría decir que mi vida ha empeorado por que tu no estás a mi lado, pero en esta ocasión es diferente, mi vida ha cambiado y mucho, he encontrado lo que me hace feliz en mi mundo, lo que me aleja cada día de ti, lo que ocupa mis pensamientos, te has de preguntar que es, pero a medida que vaya pasando el tiempo lo sabrás, bueno como te decía mi vida ha cambiado para bien, estoy muy feliz con mi familia, mis amigas, no te miento. El día en que tomaste tu decisión y me la hiciste saber desaparecí sin decirle nada a nadie, me imagino que tu ya sabías el motivo de mi desaparición y aun así no has venido a buscarme, pero como dicen el tiempo sana las heridas y mi corazón ha sanado, eso se lo debo a mis grandes amigos, sí como lo escuchas mis grandes amigos, a ellos los conocí en la escuela, mi rostro estaba demacrado por la tristeza y el dolor que había en mi corazón y alma, cuando los vi entrar al salón de clases no le tome importancia, no me preocupaba si les agradaba o no, si me hablaban o saludaban, en esos días nada me importaba, desde que los conocí y mi vida se cruzo con la de ellos todo cambio, es como decir un momento mágico, no he olvidado a mis amigos del pasado, aun tengo hermosos recuerdos de mis amigos, Sango que es una bella y hermosa exterminadora, Miroku un monje pervertido pero de buen corazón, Shippo pequeña cría de zorro su ternura e inocencia difícil de olvidar, Kaede la sacerdotisa de la aldea, impactante mujer con mucha sabiduría, los aldeanos que siempre me trataron bien y sobre todo tu Inuyasha, un hanyou que tiene el deseo de ser un yukai completo y que ahora está con mi encarnación, su querida Kikio, sabes ahora no me duele decir esas palabras ya que mi forma de pensar ha madurado al igual que mis sentimientos, tengo pensado un día visitarlos y ver todo lo que ha cambiado, si es que llegó a cambiar, deseo que allá sido para bien y bueno te has de seguir preguntando que es lo que encontré para que me mantenga ocupada en todos los sentidos, bueno sólo te contaré lo que he avanzado con mis poderes de sacerdotisa, pues verás como has de recordar en el tiempo que estuve con ustedes mis armas eran el arco y las flechas, pues bien tome la decisión de cambiar esas armas, no quiero en lo mas mínimo seguir o darle una semejanza a Kikio, creo que he hablado de más en cuanto a eso, el trauma aun no pasa del todo, bueno en lo que te decía, mi arma ahora es una preciosa espada de acero japonés, cómo la obtuve? eso fue fácil, me la regalo mi sensei Kurama el día en que me, por decirlo así, me gradué y con el entrenamiento aprendí a concentrar mis poderes en la espada, soy más ágil y más fuerte, más que mi mejor amiga, pero no por eso he dejado de ser educada y amable, pero tu mismo verás los avances que yo he hecho y es aquí donde comienza mi nueva vida, el destino nos depara un nuevo encuentro estas listo Inuyasha?...por que yo desde hace dos años que estoy lista…….

-Kagome...faltan 5 minutos para que salgas al aire.

-hug?...si muchas gracias por avisarme Katia...-sonríe.

-de nada Kagome….-cierra la puerta.

-bien creo que es todo por ahora, ya que me están esperando en el escenario….-cierra su diario.

Había mucha gente que había venido exclusivamente para vernos a mis amigos y a mí, sentía correr la adrenalina y los nervios en mi cuerpo, debería de estar acostumbrada ya que no es la primera ves que hago esto, recuerdo el primer día estaba tan nerviosa que sentía que no podría decir ninguna palabra y en cuanto salimos me quede helada, toda la gente mirándonos fijamente, observando cada uno de nuestros movimientos, chicas y chicos gritando frases de aliento, de apoyo, de amor, sí de amor jeje es divertido aun recordar ese día, doy un profundo suspiro siento como uno de mis amigos me toma de la mano para tranquilizarme y en cuanto levanto la vista ahí estaban todos, no había palabras, solo bastaron las miradas para hacerme entender que no estaba sola en esto, que ellos estaban a mi lado y que pasara lo que pasara todo saldría bien, con un asentamiento de cabeza, los 6 salimos al escenario, cada uno en el lugar que nos correspondía, todo comenzó desde la tarde, para cuando terminamos todo ya eran las dos de la mañana, antes de irnos nos quedamos un rato para poder observar la preciosa ciudad de París, la Torre Eiffel, todo; todo estaba precioso.

-ya es hora de irnos, parecen chiquillos y ¿que uno tiene que andar detrás de ustedes?

-oh vamos tranquilo, Sasuke solo nos quedamos un rato…-quien habló fue Nerima, un chico de cabello rubio corto muy bien cuidado, de unos ojos azules preciosos, de tez blanca y su personalidad es tranquila y perceptiva.

-nada de tranquilo Nerima y mi nombre es Sano no Sasuke…-él quién es? se han de preguntar, él es nuestro manager, algo mal humorado cuando, solo cuando está presionado, el resto del año es muy buena onda.

-bien chicos ya oyeron a Sano es hora de irnos….-nos decía y hablaba amablemente Takuya, un chico de tez bronceada, cabello color azul cielo y con esos ojos preciosos azul pero más oscuro, su personalidad es valiente y su voluntad es fuerte.

-llegando al hotel lo primero que haré será darme un baño en la tina, con minerales para que mi hermoso cuerpo se relaje….-ella es Iris, una chica de cabello rosado, ojos color lila, tez blanca y su personalidad es moderna, me refiero que siempre anda a la moda y es algo vanidosa, pero muy buena amiga.

-nunca dejas de ser tan frágil verdad Iris?...-ella es Maraya, es una chica de cabello largo color café o castaño oscuro, ojos color chocolate como los míos, tez blanca y su personalidad es similar a la de Sango, se han de preguntar si ella es la re-encarnación de ella, de una ves les digo que no, ella no lo es, como lo sé? es fácil la re-encarnación de mi mejor amiga ya la llegué a conocer, solo que no pudimos conocernos, ironías del destino.

-tranquilas, tranquilas chicas, no pelen por pequeñeces ya que ambas se ven preciosas, Iris al estar siempre a la moda y ser frágil y tu Maraya por ser fuerte y bella….- el es Rei, no es la re-encarnación de Miroku aunque no niego que tienen cierto parecido…¿ustedes no lo creen así, él es un chico de tez blanca, ojos color verde y cabello corto de color rojizo, su personalidad es coqueto y conquistador, ahora entienden por que no puede ser Miroku, que yo recuerde él no logro tener tantas conquistas, solo a mi gran amiga Sango….creo que he vuelto a hablar de más.

- ya vamonos….-les suplico con una de mis tiernas sonrisas.

Todos nos fuimos al hotel para descansar después del gran trabajo que tuvimos hoy, me despedí de todos deseándoles muy buenas noches, entré a mi habitación me dirigí al baño, me metí a bañar para relajarme, después salí y me arregle para meterme a la cama, no podía dormir, quería ver a mis amigos del Sengoku ya eran dos años sin verles, sin saber como se encontraban, sólo deseaba con todo el corazón que Sano nos diera unas merecidas vacaciones para así poder ir a visitarlos, aunque fuera solo dos días ya que no dispongo de mucho tiempo, el cansancio me venció quedándome así profundamente dormida, soñando que algún día volveré a ver a mis amigos y quizás si el destino lo permite durar esos dos días como antes, sólo eso pido.

Ya amaneció y me levanto perezosamente ya que después de todo ayer me quedé hasta tarde, me estiro y veo el reloj, son las 8:00 AM, tocan a mi puerta, yo solo respondo "adelante", la puerta se abre y veo entrar a Sano con una gran sonrisa de oreja a oreja, le miro extrañada ¿por qué tanta felicidad?...acaso ya nos habrán asignado un nuevo manager y por eso está ¿Feliz?...no, él no es así, sólo limito a verlo fijamente.

-buenos días Kagome….-me saluda amablemente.

-buenos días Sano¿cómo dormiste?... -le pregunto de cierta manera preocupada, tanta felicidad después de un día pesado, sí me parecía extraño, él sólo se limitó a sonreír y con ese animo que tenía me dijo lo que yo ayer por la noche había deseado escuchar.

-Kagome por el excelente concierto que dieron ayer por la noche, el jefe ha decidido darles dos meses de vacaciones, ya que ustedes estuvieron dispuestos a dar toda la gira completa y le pareció justo que descansaran un rato…..-me dijo feliz, yo no lo podía creer, era demasiado, de seguro era un sueño, sí eso es un sueño, pero al ver como él me miraba como esperando una reacción de mi parte, lo único que hice fue saltar de mi cama para abrazarlo alegremente y feliz, por fin vería a mi familia y a mis amigas, era demasiada felicidad, él me miraba contento, sabía lo que esto significaba para mí, no sé si soy una de sus preferidas o no, pero de algo estoy segura, él estuvo insistiendo para que nos dieran vacaciones ya que nos noto algo desanimados, nunca antes habíamos estado tanto tiempo fuera de casa y mucho menos dando una gran gira de este tamaño.

-gracias…. muchas gracias….Sano…-le dije abrazándolo tiernamente a lo que el sólo respondió con una mirada sin entender.

-gracias ¿por qué Kagome?

-por que estoy segura de que tú estuviste insistiendo para que nos dieran estas vacaciones…..-le sonreí alegremente. El sólo se quedó sorprendido.

-y yo que pensé que te había logrado engañar con ese cuento del jefe….-suelta una carcajada a la cual yo le hago compañía.

-Sano te conocemos desde hace mucho tiempo…-le miro- ...eres como nuestro segundo padre Sano….-le beso tiernamente la mejilla y noto como mis palabras le llegaron a lo más profundo de su corazón, ya que en sus ojos se notaban lágrimas, lágrimas de felicidad.

-gracias….Kagome…no sabes cuanto significa lo que has dicho para mí….-él baja su mirada para que yo no vea sus lágrimas salir, y veo como las seca con su brazo, se pone de pie, me acaricia la cabeza tiernamente y antes de salir.

-así que comienza a empacar, pequeña Kagome…-me lo dice en un tono dulce, pero en esta ocasión no me molesta lo que me dijo, al contrario sentí sus palabras como las de un verdadero padre, él cierra la puerta y yo sin pensarlo me pongo inmediatamente de pie y comienzo a arreglarme y a hacer las maletas para el regreso a casa, al salir y llegar a la sala del hotel mis amigos, al igual que yo estábamos felices de tener vacaciones, más tiempo para nosotros y nuestras familias. Todos tomamos el avión, el resto del camino nos la pasamos en silencio ya que todos estábamos ocupados en lo que haríamos en este tiempo de descanso, por fin el avión privado arribó al aeropuerto, al llegar a la salida de este me despedí agradecida a mis amigos, deseándoles felices vacaciones y que estaríamos en contacto para antes de regresar a nuestras labores, sí así es nuestra vida, con algo más de responsabilidades que otros empleos pero era lo que más disfrutábamos y lo que más nos gustaba, me subí a la limosina que me llevaría a casa, el transcurso se me hizo más largo que de costumbre, estaba desesperada por llegar a casa y cuando note que la limosina por fin se detuvo y que Jaime me abría la puerta salí sin desesperación alguna, me quedé ahí, parada, observando las escaleras de mi casa, le sonreí a Jaime y después de eso corrí subiendo las escaleras del templo, por fin cuando pisé el último escalón, ahí estaba mi casa, no había cambiado en nada, sin pensarlo dos veces entre corriendo y no me detuve hasta llegar a la sala, ahí me dejé caer pesadamente en el sillón, por el ruido que escuche en casa comprendí que mi mama o el abuelo, incluso sota se percataron del escándalo que hice al entrar, yo estaba sentada sólo pude ver como mi madre, abuelo y mi hermano bajaban de las escaleras curiosos por saber que era lo que había sucedido, al verlos me puse de inmediato de pie, no podía articular ninguna palabra, sólo me deje guiar por mis instintos y corrí a abrazar a mi mamá, por lo visto ella tampoco se esperaba esta sorpresa ya que tardó en responder mi abrazo.

-mamá….mamita…te extrañé mucho….-decía entre sollozos.

-Kagome…..hija…hija mía….- me decía cálidamente mamá, como había extrañado eso.

-cómo estás hija?…..dime ¿Cómo te fue?...-me preguntó mientras me separaba suavemente de su abrazo, sólo pude observar las lágrimas en los ojos de mi mamá, le sonreí tiernamente.

-muy bien mamá…fue todo un éxito….-le dije mientras secaba con cuidado sus lágrimas.

-hermanita…..-mí pequeño hermano, se lanzo hacia mí y me abrazó fuertemente, él también había notado mi ausencia, lo extrañé mucho, él y yo no somos de los hermanos que se la pasan peleando, él y yo somos muy unidos, ya que yo también noté su ausencia.

-Sota….hermanito….que bueno que estás bien….-susurré acariciándole la cabecita, levanté la mirada y ahí estaba mi abuelo, también sentí su ausencia como nunca, él es un ejemplo paterno, ya que como ustedes saben mi padre tiene mucho que ya no está entre nosotros.

-abuelo…-me acerco a él y lo abrazo con cuidado, no quería lastimarlo, siento como mi abrazo es también correspondido entre él y yo, no hubo palabras nos entendíamos perfectamente con las miradas, el resto de la tarde y durante la cena me la pase narrándoles toda la gira, a que lugares habíamos ido, los problemas que tuvimos con los fans, los momentos agradables, sí en definitiva un día más escrito y vivido por mí, subo a mi recámara nada ha cambiado, todo está igual como lo dejé, me acerco a la ventana y la abro, respiro profundamente pero hay algo que llama mi atención; el templo, el lugar donde se encuentra el pozo, mi mirada aun seguía fija en ese lugar, hasta que mamá me llamó para contestar una llamada.

Se han de preguntar quien era, verdad, bueno les contaré, ya que para mí también fue una sorpresa, fue Yuka, una de mis amigas, ella siempre preocupándose por mí, creo que ella debió haber sido nuestra manager pero por suerte tenemos a Sano que se encarga de cuidarnos y ver por nuestra seguridad, de que platicamos? bueno Yuka me pidió de favor que convenciera a Sano para que nos dejara asistir a una escuela donde la mayoría eran grandes admiradores de nosotros, no me pareció mala idea, al contrario, me fascinaba pero primero estaba el descanso; sí, sé que es algo egoísta de mi parte pero ustedes entienden no es nada fácil dar una gran gira por todo el mundo sin siquiera poder descansar, ella me supo entender, me dio el teléfono donde le podría localizar para avisarle que día podríamos ir, colgué el teléfono, subí a mi habitación y me deje caer pesadamente en la cama, el sueño me venció y ya no supe más de lo que pasó por la noche anterior.

Ya era de mañana, los rayos del sol caían por mi rostro molestándome un poco en los ojos, me levanté perezosamente e inmediatamente me dispuse a ponerme de pie, mi madre ayer tocó un punto muy importante para mí, me preguntó que si hoy iría a la época antigua, a lo cual yo asentí, saqué de mi clóset una falda corta de color negro a la cadera, una blusa blanca ombliguera y pegadita al cuerpo, unos botines estilo guerrero, unas guantaletas de color negro, también me puse una cadena plateada a la cadera y en ella coloqué mi katana, recogí mi cabello en una coleta alta, les dije que mi cabello ya está más largo de lo normal?...mi cabello de esta forma se sigue viendo aun más largo, me maquillo un poco, un color rosado en mis labios y en mis parpados y ya estoy lista. Bajo lentamente las escaleras sin hacer mucho ruido, le dejo una nota a mi mamá diciéndole que me fui a la época antigua y que pronto regresaría, salgo de mi casa y cierro lentamente la puerta para no despertar a nadie, me dirijo al templo donde se localiza el pozo de los huesos, al llegar ahí me quedo de pie por un momento, viendo fijamente el pozo, sin pensarlo dos veces corro y doy un gran salto introduciéndome en el.

Una luz de color lila me rodea, yo sabía que significaba eso, significaba que estaba siendo trasportada al Sengoku, abrí mis ojos al sentir que ya por fin tocaba el suelo, mis ojos comenzaron a abrirse lentamente, cuando por fin pude distinguir donde me encontraba, levanté mi rostro mirando hacia arriba y pude ver desde el fondo el cielo, en mi rostro se surcaba una tierna sonrisa.

-por fin estoy de vuelta…..-susurre alegremente, no miento, me moría de nervios; suspire profundo y de un salto ya estaba en la orilla del pozo, mi mirada estaba en el panorama, aun seguía como la última ves que lo ví, a lo lejos pude divisar el árbol sagrado.

-Inuyasha….-mis palabras fueron dichas en un suave susurro que el viento se encargó de llevarse, no me quería entretener más así que me puse en marcha a la aldea de la anciana Kaede, me detuve precipitadamente al escuchar un estruendoso ruido muy cerca de la aldea, escuchaba los gritos de Sango, Miroku, Inuyasha y del pequeño Shippo, sentí mi sangre hervir, comencé a correr velozmente, se podría decir que igual o más de lo que corre Inuyasha, antes de llegar me detuve para ver cual era la situación, ahí estaban ellos no me había equivocado del todo…..espera…..no es verdad, me equivoque, no me percate de la presencia de mi encarnación, Inuyasha estaba protegiendo a Kikio, Miroku protegía a Sango y Sango protegía a Miroku, mi vista al igual que la del demonio se fijo en que el pequeño Shippo estaba desprotegido, veo como este ser maligno se acerca a toda velocidad con las intenciones de atacar a mi pequeño Shippo.

-no dejaré que lo toques…..bastardo….-sin pensarlo me interpuse entre el demonio y Shippo, le di un golpe certero en la barbilla logrando lanzarlo al aire, doy un gran salto quedando a la altura de el, sé donde están los fragmentos de la perla de Shikon, desenfunde mi Katana, mis amigos sólo pudieron ver como las Kakeras salían del demonio, yo caía lentamente con elegancia y gracia de pie tocando el suelo, dándole la espalda a mis amigos, enfundo mi katana y me quedo sin hacer ningún movimiento y sin decir palabra alguna, ya que yo sabía perfectamente que ellos me estaban observando intrigados por saber quien soy.

-Shippo-chan ¿estás bien?...- preguntaba Sango preocupada por la seguridad de la pequeña cría.

-Sa…..Sango….si…-estalla en llanto. - Sango tenía mucho miedo….-corrió a los brazos de la exterminadora.

Miroku, Inuyasha y Kikio no bajaban la guardia, Miroku amenazaba con lanzarme esos pergaminos, Inuyasha con colmillo de acero, que no enfundaba en ningún momento, Kikio con una Flecha purificadora y Sango sólo me miraba, como lo sé? si algo he aprendido es a distinguir todo lo que me rodea.

-¿quién demonios eres? Y ¿Qué buscas?...-pregunto amenazante Inuyasha, su voz no había cambiado, seguía siendo el mismo, siempre actuaba de esa manera cuando algo no le parecía o no le agradaba la presencia de esa persona.

-Inuyasha tranquilo…..le agradecemos mucho por haber rescatado a Shippo…-el Monje Miroku me hace una reverencia de agradecimiento, yo sigo sin responder y sin hacer movimiento alguno.

Solo suspiro un poco y bajo con cuidado para recoger las Kakeras, antes de que mi mano llegue a su destino estos ya se encontraban purificados con solo sentir mi presencia, otra habilidad adquirida gracias al entrenamiento. Inuyasha llega hasta mí y coloca su espada en mi garganta ordenándome no hacer ningún movimiento y que dejara las Kakeras, al notar que no pienso hacer caso omiso a su petición, siento como acerca su espada mas a mi garganta, en mi rostro solo aparece una sonrisa, cosa que molesta demasiado al hanyou, me pongo de pie con las Kakeras en mis manos, tomo a colmillo de acero haciendo que se transforme, Inuyasha rápidamente se aparta de mi lado maldiciendo y ofendiendo, todos se pusieron en guardia.

-no pienso hacerles algún daño…..he venido a ayudarles…..-dije tranquilamente, la verdad es que me hubiera gustado tener la boca cerrada, pero si no hacía o decía algo estoy segura de que me hubieran atacado.

-no necesitamos la ayuda de alguien como tu…..-me dijo fríamente y con tono de desprecio mi encarnación, vaya ha pasado ya tiempo y aun no cambia su forma de ser…bueno como les decía no tenía más opción y aunque les juro que no quería que ellos me volvieran a ver, tome el valor necesario, me puse frente a ellos mirándoles firmemente.

-Miroku……Sango…..Shippo…..los he extrañado….- mencioné suavemente cambiando mi expresión a una más tierna, sabía que con mi mirada tierna sabrían de quien se trataba y quien era la persona "extraña" que les hablaba. Los observé cuidadosamente, ellos estaban sorprendidos¿por qué lo sé? su expresión lo decía todo, les puedo jurar que la misma expresión apareció en el rostro de ella, sí, no lo podían creer, yo tampoco podría decir, pero no era verdad ya que fui yo quien regresó después de tanto tiempo, claro esta, me estaba preparando para los reproches, regaños, y el cuestionario que estoy segura de que me harían pero no ocurrió, abrí grandemente mis ojos al ver la reacción de ellos, no se cómo pasó todo, sólo recuerdo que les estaba sonriendo y ya cuando entre en conciencia Sango me estaba abrazando, el pequeño Shippo se lanzo hacia mis brazos abrazándome y el monje Miroku hizo lo mismo, los tres me estaban dando la bienvenida, me habían extrañado y echado de menos, tanto como yo los eché de menos a ellos, respondí inmediatamente a su gesto de cariño, del rostro de mi mejor amiga lágrimas comenzaban a correr, me enternecí en verdad, jamás me imaginé que ellos me extrañaran.

-Sango…..no llores…. por favor….-le susurre tiernamente a lo que ella sólo respondió.

-Kagome chan….te extrañaba mucho amiga, pensé que jamás volverías y el volver a verte….me hace tan feliz….-entre sollozos, cuanto había extrañado la voz y los consejos de ella, no cabía duda, ella había sido y seguirá siendo mi mejor amiga, se apartó suavemente del abrazo para darle oportunidad a los demás de darme la bienvenida.

-Kagomeeee…….-salto el pequeño llorando desconsolado, es verdad el pequeño Shippo fue quien más sufrió por mi desaparición, después de todo soy su madre adoptiva, pero estoy segura de que los demás lo cuidaron haciéndole menos mi ausencia.

-Shippo chan…..-lo abracé.- no llores…..discúlpame por haberme ido…y haberte dejado solo….en verdad lo siento….- lo abracé y lo refugié en mis brazos acercándolo más a mi cuerpo, lo había extrañado demasiado, no se como pude seguir adelante sin él, las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos pero no podía llorar, no es que no quisiera, simplemente no podía.

-Kagome sama….-me llamó el joven de ojos azules.- le extrañamos mucho….-me abrazo y yo correspondí a su abrazo lo había extrañado a él también aunque ese lindo momento se vio interrumpido, ya que su mano estaba donde no debería; si siguiera siendo la misma solo hubiese gritado, pero...

-Monje Miroku…… ¿qué hace su mano ahí? - le pregunté con voz fría.

-eh?...este….Srta. Kagome….usted sabe….que mis manos tienen voluntad propia…..-me dijo nervioso. Recuerdo que sólo me hice para atrás un poco, lo mire a los ojos y con la furia que tenía contenida cerré mi mano en un puño y lo golpee directamente en el rostro, lanzándolo lejos de mí, donde chocó contra un árbol, al ver lo que había hecho me fui donde estaba el monje, lo sé, se me paso la mano, bueno menos mal que sólo tenía los ojos de garabato (como los de Kenshin) estaba roja, pero de la vergüenza de haberle golpeado, nunca había reaccionado de esa manera, instinto de protección me imagino, los demás llegaron donde nos encontrábamos.

-lo si…siento….- fue lo único que pude articular de la pena y nervios que sentía de la forma en que ellos me miraban.

Notas Autor:

Nuevamente yo tratando de subir otra historia al mismo time que la historia de vampiros, espero sinceramente que esta historia también sea bien recibida entre ustedes, bueno cabe aclarar que tratare de actualizar también cada 4 días, espero lograr la meta. Por favor Rewies, criticas, opiniones etc.

Su Amiga Y Fiel Servidora Ayame Fire.