-no…..no puede ser…..es…..es……..-pensó para sus adentro el ser que había llegado en ayuda a Inuyasha.
El contra atacante, dio un gran salto retrocediendo, no se había percatado de mi presencia, mis ojos no daban crédito a lo que veían realmente, por un momento sentí mi cuerpo temblar, empuñe mi espada con fuerza, para poder ocultar mi nerviosismo.
-Kikio...huye en cuanto te lo diga entendido...-susurre por lo bajo, aunque de seguro mi contrincante ya se habría percatado de mis planes, Kikio solo asintió con la cabeza.
-que demonios...quien eres para intervenir en mis planes...-el chico se notaba más que perturbado...quien es esa mujer...por alguna razón...su presencia me perturba...pero por que?...-pensaba para sus adentros el joven, el chico comenzó a correr en dirección a la recién llegada.
-corre...corre ahora Kikio...-ordene mientras yo también corría en la misma dirección que el chico, mi espada se encontró con el látigo de rosas de el, que obtuvo gracias a esa rosa que siempre carga y a sus poderes, Kikio corrió lo más rápido hacia los demás, llegando principalmente con Inuyasha, este en un acto reflejo abrazo protectoramente a la chica que había llegado en busca de su ayuda, el chico miro de reojo en la dirección en que Kikio había corrido, me percate de la mirada de este, sin duda alguna este ser atacaría en la dirección donde la presa estaba.
-maldición...-murmuro entre dientes, el chico simula un ataque contra mí para distraerme, por unos segundos lo logra y en acto reflejo mis ojos buscaron al chico y para cuando lo localizaron, observe como este atacaba principalmente a Kikio y por lo tanto a Inuyasha también...no...no puedo permitir...que el dañe a Kikio.y...mucho menos...a Inuyasha...este simple pensamiento me dio mas fuerzas para alcanzarlo y este antes de que pudiera realizar su ataque con el látigo, al llegar casi al lado de el me le lenze tirandolo al suelo, rodamos un poco y al momentos de separarnos, nos encontrábamos de pie nuevamente, las nubes comenzaban a despejarse, dejando ver la hermosa Luna llena quien ahora se convertía en un testigo mudo, otro de los tantos que se encontraban en el lugar.
-nos volveremos a ver...-el chico guardo su látigo, apareciendo de nuevo esa rosa, sin decir más desapareció de mi vista y de los demás.
-Kagome...-llego Sango conmigo, gracias a Kirara.
-Sango... ¿Todos están bien?...-pregunte alarmada, mientras mi mirada se fijaba en una pareja en especial...Inuyasha y Kikio...abrazándose...-este pensamiento me entristeció un poco.
-hai...así, es, Kagome... ¿tu te encuentras bien?...-su mirada buscaba en mi alguna herida o rasguño, pero nada, solo una pequeña herida en mi rostro que me logró hacer.
-Kagome sama...esta usted bien?...-escuche a lo lejos gritar al monje, a lo que sango le respondió con un si, esta bien.
-Kagome, tu conoces a ese chico?...-pregunto curiosa la exterminadora.
-...-no pude contestar a su pregunta, al recordarme quien era el chico que me había enfrentado, enfunde mi espada y salí corriendo en la misma dirección que el, corría sin dirección alguna, solo me dejaba guiar por mi corazón.
-Kurama...eres tu...pero como...como es posible que estés con vida...-me detuve en seco...- acaso aquel ser, robo tus restos para traerte a la vida de nuevo...pero con que intención lo hizo?...o más bien bajo las ordenes de quien lo hizo?...-las preguntas se comenzaban a formular en mi cabeza, es que el simple hecho de volverlo a ver, me había afectado emocionalmente...pero...paréese que el no recuerda nada...-de nuevo me detuve.
Flash Back.
La hermosa mañana anunciaba la primavera, una pareja de enamorados se encontraba caminando por un amplio jardín, como siempre lo habían hecho, claro desde el día en que se conocieron, el un chico bien parecido y muy guapo, en sus ojos se reflejaba el más sincero amor, ella una bella chica de apenas 17 años, con unos hermosos ojos de color café, en sus ojos se reflejaba el mismo amor o incluso más amor que el chico que en estos momentos se encontraba a su lado, se encontraban tan entretenidos el uno con el otro, que no se percataron que ya estaban caminado por el lugar más hermoso del jardín, un pasillo lleno de árboles de cerezo, estos caían haciendo más hermosa la escena para quien pudiera admirarles, juraría que era el amor más puro que pudiera existir.
-eres muy hermosa...lo sabías...Kagome...-susurro dulcemente el.
-no...pero cuando tu me lo dices...lo creo...-le acariciaba tiernamente la mejilla.
-Kagome...me gustaría mucho...invitarte a cenar hoy...ya que tengo algo importante que decirte...-la mirada de el, asía la chica reflejaba demasiados sentimientos a la vez y es que...hace medio año el le había conocido a ella de pura casualidad, los ojos de ella reflejaban una profunda tristeza y eso hizo que se le encogiera el corazón por la pena, cosa que le sorprendió mucho, ya que el no solía demostrar sus emociones y mucho menos enfrente de las personas, pero esta chica lo había hecho cambiar y para bien, ahora conocía una parte de el que no creyó que existiera, pero ahí estaba, adentro muy adentro de su ser y la chica de nombre Kagome, en tan solo un día lo hizo fluir, el tiempo iba pasando y entre más conocía a Kagome, más se enamoraba perdidamente de ella...pero...había algo que le perturbaba...no estaba seguro de si ella sentía lo mismo que el...por eso mismo la invitaba hoy a cenar.
-claro, para mi sería un placer acompañarte...-le sonrío tiernamente, el chico que tenía frente a ella, le había ayudado demasiado en especial con lo de Inuyasha, ya que ella nunca se imagino volver a amar a alguien, igual que a Inuyasha, no, en eso estaba equivocada, estaba más que segura que el amor que sentía por su maestro, amigo y amor de nombre Kurama, era mucho más grande que el que sentía por Inuyasha, Kurama se había ido ganando su corazón sin darse cuenta y en verdad que no le desagradable para nada, el que el fuera el nuevo dueño de su corazón...solo que algo temía...el podrá corresponder sus sentimientos...o por segunda vez...sería un amor no correspondido.
-entonces, que te parece si nos vemos a las...8:00 pm, en el restaurante VIPS...-la tomo suavemente de las manos, mientras le miraba esperanzado de que su respuesta fuera agradable para el.
-ahí, estaré sin falta...-le sonrío dulcemente, esa sonrisa que siempre la había caracterizado, ella se despidió de el con un beso en la mejilla y se encamino en dirección a su casa, mientras el chico sonrojado le miraba partir, cosa que el también hizo para preparase para la cena especial de esta noche.
Llego la hora tan esperada con ansias para ambos, al llegar el la vio ahí, con un precioso vestido color negro muy elegante, su cabello largo suelto siendo sujetado solo por una rosa, la rosa que tan preferidas eran para el, ella al verlo una gran sonrisa y un brillo especial apareció en su rostro, el le ofreció gentilmente su brazo y ella lo acepto y así ambos entraron al restauran. La luna estaba en su máximo esplendor, la mese que se les había dado estaba justamente en donde entraba la luz de la luna, haciendo mucho más especial la velada, ordenaron tranquilamente, la noche seguía su curso al igual que las horas, pero algo cambio el rumbo de sus vidas.
-Kagome...-la tomo de la mano y la miraba fijamente a los ojos.
-Kurama...-ella le respondió en un suave susurro y le miraba fijamente también.
-sabes...hemos pasado mucho tiempo, conociéndonos más debido a tu entrenamiento, y con el paso del tiempo...-se detuvo un poco para tomar aire y darse valor...- contigo, eh descubierto una parte de mi, que jamás creí que existiera, y también que a nacido un fuerte sentimiento, asía ti...a lo que me refiero...Kagome...-apretó las manos de ella con las de el, pero sin lastimarle...- estoy completamente enamorado de ti...Kagome...quiero que por siempre permanezcas a mi lado...-su mirada había adquirido un brillo mayor, con la confesión , ahora solo tendría que esperar, la respuesta de ella.
-...-no hubo respuesta por parte de ella, cosa que entristeció un poco a Kurama, pero sucedió algo que no se esperaba, ella lo tomo suavemente del rostro y fue acercando el suyo al de el, cortando la distancia que había entre ellos dándole por respuesta ese dulce, tierno pero sobre todo lleno de amor, el lo entendió y correspondió el beso de ella, así duraron por un tiempo, no supieron si fueron por segundos o horas que estaban así, pero por ahora ya nada importaba, solo el que ellos estuvieran juntos.
- yo también estoy, completamente enamorada de ti...mi Kurama...-le decía mientras le acariciaba tiernamente la mejillita.
Todo fue tan rápido, lo que todo pudo haber indicado que sería la noche más hermosa, se vio opacada por una terrible escena, Kurama en el suelo con una herida mortal en el pecho, Kagome con el en sus brazos, la gente del restauran llamando a la ambulancia y policías, pero no había señal de ellos, todos estaban atónitos ante la escena, hubieran jurado que todo sería perfecto para ellos dos, pero no fue así, nadie supo de donde salió esa bala, que fue dar justo al pecho del chico.
-Kurama...mi amor...-la voz de Kagome se escucha quebrada.
-Kagome...amor...-el tono de voz de el, era débil y apagado.
-no...no amor...no hables...por favor...todo estará bien...-pesadas lagrimas corrían por las mejillas de Kagome.
-no...amor...es...mi final...-tose un poco...- no llores...a...amor...la sonrisa...va mucho...mejor en tu rostro...-le sonrió hermosamente, una sonrisa de despedida.
-no...no digas eso...amor...no se que haré sin ti...por favor...no me dejes...mi amor...-el dolor de Kagome era verdaderamente inmenso, no podría soportar perder por segunda vez a su amado.
-amor...tu...tienes que vivir...vivir por ti...y por mi...tu tendrás que vivir por los dos...y seguir el camino sin mi...pero siempre estaré a tu lado...-el estaba desangrándose cada vez más.
-no...no...no quiero...-el llanto se hizo presente, es que simplemente el dolor era tan grande que no podía contenerlo más.
-amor...prométeme...que no volverás a llorarme...prométeme...que seguirás adelante...y que nunca cambiaras...tu forma de ser...prométemelo...-el no dejaba de mirarle.
-pero...no se si pueda...-ella le miraba, pero sus lagrimas no dejaban de correr y de humedecer su rostro.
-prométemelo...Kagome...esa es mi ultima voluntad...prométemelo... -esta ves el había sido, por primera vez en su vida, le había exigido rudademente.
-yo...lo prometo...mi amor...-Kagome acerco a su rostro al de el, y poso sus labios sobre los de el, los labios de el estaban tibios, ella le beso un poco más profundo para lograr que los labios de el entraran en calor, era un beso lleno de amor, de sincero y puro amor.
-gracias...mi amor...-el le comenzó a acariciar tiernamente la mejillita, Kagome seguía llorando, Kagome abrió desmesuradamente sus ojos, al ya no sentir la mano de su amado en su mejilla, temerosa bajo la vista para ver a su amado con esos preciosos ojos cerrados y su cuerpo frío, sin vida.
-no...no...NOOOOOOOOOOOOOO KURAMA...MI AMOR...- Kagome comenzó a llorar desesperadamente abrazando fuertemente el cuerpo de su amado y aferrándolo a su cuerpo.
-Srta.….apártese, déjenos hacer nuestro trabajo….-por fin había llegado la policía al lugar de los hechos.
-no… no quiero….déjenme con el……Kurama…..mi amor….-susurrara dulcemente, le hablaba de una forma tan dulce pareciera ser que el chico se encontrara dormido, esa baja idea es la que ella tenía en esos momentos.
-por favor Srta.……-el policía la separo con delicadeza del inerte cuerpo.
-Kurama…….mi amor……-susurraba entre sollozos…- te amare por siempre, amor esperame, estaremos juntos….Kurama……mi Kurama….- sus ojos tristes solo veían, como el era llevado en la ambulancia ya sin vida.
En entierro de el, Kagome estaba inconsolable, por más que le hubiera prometido a el no volver a llorar, no podía evitarlo ir a darle el ultimo adiós a su gran amor no era cosa fácil y menos lo era si recordabas el beso de despedida que le dio, en el entierro hubo demasiada gente, la familia de el y su familia, amigos, conocidos e incluso no conocidos. Kagome se sintió morir junto con el, pero sus amigos la abrazaron haciéndola sentir mucho mejor, Kagome recordó que una ves su amado Kurama le había dicho que el luto se lleva por dentro y no por el exterior, así que siguió trabajando, se había sorprendido puesto que en cada concierto terminado leía cartelones y pancartas diciendo: KAGOME ESTAMOS CONTIGO, KURAMA ES EL MEJOR Y EL ESTA CONTIGO, KURAMA DESDE EL CIELO TE VE, y mensajes de aliento, las lagrimas comenzaban a correr de nuevo por sus mejillas, pero estas lagrimas eran de agradecimiento y felicidad, en los conciertos nada había cambiado solo la vestimenta de Kagome ya que esta era de color negro, incluso llego a escribir una canción de amor dedicada a su Kurama, solo que aun no la había dado a conocer, siquiera sus amigos sabían de eso y así fue pasando el tiempo, Kagome supero la perdida de su corazón, pero no por eso le había dejado de amor como el primer día en que sus miradas se cruzaron por primera vez, siempre recordara los momentos más hermosos que compartió en vida con el, como su mayor tesoro, la vida sigue y Kagome cumpliría la promesa a su gran amor, cada mes ella iba a visitar la tumba de su gran amor, llevándole las flores favoritas de el, le contaba sus éxitos en compañía de sus amigos y el gran apoyo que le han dado sus fans, también que la familia de el le tienen un gran afecto a ella, que aun la siguen considerando su nuera a pesar del terrible suceso de hace ya tres meses, siguió recorriendo el camino que comenzaron juntos, sin ella sentir la ausencia de el, el calor de su cuerpo, la dulzura en su mirar, el aroma y esencia de el, el alma de el estaba con ella y le pertenecía a ella, no tenía que compartirlo con nadie, eso es lo que más le tranquilizaba y animaba seguir adelante, saber que el corazón de Kurama, fue solo de ella y siempre lo seguirá siendo.
Meses después del incidente y la lamentable muerte de el, salio a luz que cerca del restauran había ocurrido una balacera, y que la bala que le había dado a el provocándole la muerte, había sido una bala perdida, esta noticia volvió a afectar de sobre manera alguna a Kagome, para ella fue más fácil resignarse a la perdida de su amor sin saber el por que de este, pero al enterarse de la noticia la dejó helada, quien había sido el culpable que le arrebato la vida a un inocente, a un ser que no había hecho nada más que sanar su corazón y el pecado de haberla amado, por lo menos todos los que tuvieron que ver con ese suceso ya se encontraban tras las rejas, eso le mantenía satisfecha, ya que ni aun con eso le regresarían la vida a el.
Ella asistía seguidamente al lugar donde ellos solían pasear mucho, algunas personas la miraban con lastimas y otras personas con admiración, ya que Kagome comenzaba a sonreír de la única manera que ella podía hacerlo, no cabía duda Kurama supo hacer un muy buen trabajo con ella, la había hecho mucho más fuerte en cuanto a corazón, alma y mente, pero lo que ellos no sabían era que ellos compartían muchas cosas en común, entre ellas el alma y corazón. El día del aniversario del fallecimiento de Kurama Tashikawa, todos los chicos le prepararon un día especial al ya fallecido, Kagome fue a visitar la tumba de el, como siempre lo hacia, de regreso al concierto toda la gente tenía velas de color blanco que alumbraban el camino de ella y de el juntos, el lugar estaba decorado por las flores favoritas de el, y de ella, los demás intrigantes del grupo silver star, cantaron unas de las canciones favoritas, todo era dedicado a el, en ese momento Kagome los dejo a todos sorprendidos con esa misteriosa canción que había escrito sin que los demás supieran de su existencia.
A mitad del concierto, en memoria al Sensei Kurama Tashikawa.
-les agradecemos a todos por su apoyo y por compartir el dolor de esta gran perdida, ante este acto me eh quedado sin palabras…..pero también aprovechare este momento, para dedicar una nueva canción que eh escrito, para la persona más especial para mi….-la mirada de Kagome tenía un cierto brillo, se reflejaba tanto tristeza como alegría, como dolor y fuerza, pero su sonrisa aclaro cualquier duda.
-y si mis compañeros me lo permiten, me gustaría dar a conocer esta canción….-ella volteo su mirada a sus compañeros.
-Kagome……sabemos de antemano que Kurama estará contento de escuchar la canción escrita para el……-Nerima hablo por todos, por ellos, la gente, los productores, por todos.
-gracias…….-guardó silencio por unos minutos…-ahora sin más que decir más que un gracias…..la canción que hoy cantare, se titula……Me Huele A Soledad….-la música se comenzó a escuchar.
Hoy me huele a soledad saber que ya no estas
Pensar que todo termino, que ya no volverás.
Sentir que te perdí y tengo que vivir perdida
En la tristeza q dejaste en tu lugar.
Me duele no tener amor y trato
De olvidar y no hago mas que recordar.
Siento que la vida en tu recuerdo se me va.
Maraya, Nerima, Iris, Takuya, Rei.
(Coro)
Me huele a soledad, amor,
A lágrimas del corazón,
A miedo y a sentir dolor,
Sufrir y hacerme daño.
Me huele a soledad, amor,
A días grises por llegar,
A noches sin poder dormir,
A no saber vivir sin ti jamás.
Rei Te juro que me huele a soledad.
Kagome.
Enferma de pensar en donde es que andarás,
Si te divertirás sin mi, no quiero imaginar.
Me muero por saber si al menos una vez habrás
Pensado en mi tal vez con ganas de volver.
Me duele no tener amor y trato de olvidar
Y no hago más que recordar.
Siento que la vida en tu recuerdo se me va.
Maraya, Nerima, Iris, Takuya, Rei.
(Coro)
Me huele a soledad, amor,
A lágrimas del corazón
A miedo y a sentir dolor,
Sufrir y hacerme daño.
Me huele a soledad, amor,
A días grises por llegar,
A noches sin poder dormir,
A no saber vivir sin ti jamás.
Nerima.
Te juro que me huele a soledad
Kagome.
Amor cuanto te extraño, no verte me hace tanto daño.
Por ti yo estoy sufriendo, sin ti me estoy muriendo de amor
Y con esa dulce pero triste canción, finalizo el concierto y así finalizo otro día más sin el, pero vivido por el y para el.
Fin Flash Back.
Me encontraba ya de rodillas, con las lagrimas en mis ojos, el simple recuerdo del como perdí a mi amado, aun me duele y demasiado, mi cuerpo estaba temblando, no podía articular palabra alguna, me levante con dificultad del suelo y emprendí el regreso a la aldea, mi flequillo había ocultado mi mirada las lagrimas aun seguían corriendo por mis mejillas sin cesar, y no lo harían por un buen rato.
-Kurama...ahora se que eres tu...-dije en un susurro, a pesar de mi espesas lagrimas, una sonrisa se surco en mi rostro. Por fin llegue a la aldea, entre y me fui directamente a dormir, no tenia ánimos para hablar con nadie.
-así que esa mujer siente algo especial por el……interesante…..-un ser maligno miraba por medio de un espejo lo sucedido….-esto esta saliendo mucho mejor de lo que me imagine….-apareció una gran sonrisa en su rostro.
