-Kagome….Kagome…-susurro suavemente el chico pelirrojo, el se encontraba sentado en la rama más alta del árbol, mientras que una gran sonrisa se dibujaba en su rostro.
-ahora entiendo, a que te referías con que si aun no recordaba…..por lo menos…y por ahora solo recuerdo tu nombre….mi bella Kagome….-toco suavemente sus labios por el calido beso que había recibido de ella, en cuanto sintió los labios de ella sobre los suyos, a el vinieron vagos recuerdos donde ella aparecía aunque aun no entendía con claridad el tipo de relación que el y ella llevaban, pero estaba seguro que con el tiempo sabría lo que había pasado entre ellos ya que ella le ayudaría a recordar lo que ella dice ser verdad, su corazón estaba latiendo a mil por hora y en verdad que eso no le molestaba en lo más mínimo, solo que sentía una rara sensación, algo le decía que el ya había sentido una sensación como esa, pero por más que intentaba recordar no podía, y si se forzaba le daría un fuerte dolor de cabeza de eso estaba seguro.
-como se encuentra Kikio, Kaede?...-pregunto un impaciente Inuyasha.
-tranquilo, tranquilo, ella solo perdió el conocimiento, ya que la que llevaba la mayor parte de los daños, según tengo entendido por Sango y Miroku, fue Kagome…-comento tranquilamente.
-como? Y la dejaron irse así como si nada?...-refunfuño molesto.
-ella fue la que no quiso quedarse más tiempo, les dijo que tenía que ir a hacer una pequeña investigación en su época, solo eso….-la sacerdotisa ya estaba perdiendo la calma.
-ya tranquilo Inuyasha, lo mejor será descansar….-intervino Sango.
-ustedes duerman que yo me quedare a lado de Kikio…-se acerco cuidadosamente hasta ella.
-y luego te quejas por que Kagome ya no te quiere…-comento molesto el pequeño Shippo.
-Shippo…-lo llamo el monje.
-que?...-pregunto inocente el pequeño.
-ve a dormir con sango, ya es tarde….-el monje también se fue a dormir.
Sango y Shippo se fueron a dormir juntos, el monje Miroku se fue a dormir a la otra habitación y la anciana Kaede salio a una aldea cercana por unas plantas medicinales, dejando solos a Inuyasha con Kikio, este la miraba enternecido, aunque aun no comprendía como fue posible que ella quedara inconsciente y que Kagome estuviera bien, el no estuvo presente en la batalla, pero le era imposible no pensar que tal vez Kagome fue quien ataco a su Kikio, solo por que estuviera celosa o resentida por ser ella quien se quedara con el, pero algo llamo su atención, una pequeña que se encontraba dormida casi a un lado de Kikio, solo que a cierta distancia, se sintió el ser más despreciable al haber dudado así de Kagome, ella no sería capas de hacerle daño a su querida Kikio, pero el estaba seguro de que Kikio si la dañaría sin dudarlo por un momento, ella ya lo había intentado en dos ocasiones, sin embargo Kagome se preocupaba por ella incluso cuando ella se encontraba herida Kagome le había ayudado, se había hecho cargo de cuidarla y de curar sus heridas, pero en cuanto Kikio se recupero no le dios las gracias y el tampoco, puesto que se concentro más en pasar el tiempo con ella, que no tomo en cuenta los esfuerzos de Kagome, por salvarle y que el no se preocupara, Kagome se había sacrificado demasiado por el y el simplemente la había echado a un lado, como si no fuera la gran cosa, ella siempre estuvo para el, pero el simplemente se dedicaba a lastimarla, pero ahora que sentía que Kagome le podría ser arrebatada, un inmenso miedo crecía en su interior, pero ese miedo siempre lo tendría ya que no solo sentía que Kagome le podía ser arrebatada si no que ya le había sido arrebatada, alguien más había llegado cuando el la abandono por Kikio y se la había llevado de su lado por cuanto tiempo, no lo sabía precisamente, solo sabía que el suficiente como para que ella lo hubiera olvidado, no del todo pero si lo había olvidado.
El sol comenzaba a hacer su entrada en la habitación de cierta chica de cabellos color azabache, ella al sentir los rayos del sol sobre su rostro, se movió un poco y comenzó a abrir lentamente sus ojos, se estiro suavemente, se puso de pie y con su pijama aun puesta coloco la fotografía en el mismo lugar en donde se encontraba antes de haber sido movida, miro nuevamente la fotografía, en ella se encontraba el y ella abrazados cariñosamente, y con una gran sonrisa en sus rostros, mientras miraba la fotografía se le vino un pequeño poema a la cabeza, sería algo triste pero no lo sería tanto como en otras ocasiones en donde el ya no se encontraba con ella, se dio ánimos a si misma y se dispuso a cambiarse, se puso un conjunto algo deportivo, se puso un pans que están a la moda junto con una suéter con mangas cortas se puso una blusa blanca ombliguera y se amarro el suéter a la cadera, se puso sus tenías y se recogió el cabello en una sencilla coleta, se maquillo un poco y bajo a desayunar, hoy no tenía ganas de ir al Sengoku no después de la platica que habían tenido ayer, con cierto chico que de cierta manera le lastimo de nuevo, suspiro un poco mientras disgustaba sus alimentos, pensó por unos momentos salir, pero prefirió quedarse en su casa y a lo mejor una loca idea se le cruzaría por la mente y la haría sin pensar tanto, deseaba regresar solo por el, para poder verle una vez más pero eso significaría que el estuviera ahí y no se encontraba de humor como para soportar otra pelea entre ellos, últimamente las peleas se hacían cada vez más continuas o por lo menos ella trataba de no pasar tanto tiempo con el.
-hummm….que haré hoy….tengo todo el día libre y mi familia no se encuentra como para salir….-me deje caer pesadamente en el sofá.
Mientras tanto en el Sengoku.
-veo que aun no has cumplido con la tarea que se te asigno….-una voz femenina hablaba entre las sombras de los árboles, puesto que también había amanecido ya en esa época.
-no creo que sea eso de tu incumbencia pero si quieres saber….dile a el que mis planes han cambiado….-respondió una voz masculina tranquilamente, mientras mantenía cerrados sus ojos sin prestarle mucha atención a su locutora.
-esto le va a molestar demasiado…sabes que a Naraku no le gusta que lo hagan esperar y menos cuando tiene planes…..-su locutora era de ojos rojos como el fuego, su cabello oscuro, vestía con un kimono y andaba sobre una pluma.
-dile que si quiere que yo haga su trabajo sucio, tendrá que esperarse hasta que yo lleve acabo mis planes….Kagura…sabes…-el chico abrió lentamente sus ojos.
-hummm…
-yo se que tu deseas que Naraku sea eliminado….-confeso con una gran sonrisa en su rostro.
-que?...como es que tu lo sabes?...se sorprendió enormemente la mujer de ojos rojos.
-jejeje….veo que eso te a tomado por sorpresa, pero no te preocupes que Naraku no lo sabrá, no por lo menos de mi…-hizo una pausa…-además creo que el mismo ya lo sabe, es por eso que aun te tiene en su poder….-se bajo de la rama del árbol.
-ahora entiendo por que Naraku te trajo a la vida…..eres un ser con mucho poder…pero me sorprende que el no te allá absorbido…con tan semejante poder….-la expresión de la mujer no cambiaba aun estaba sorprendida por las habilidades que ese misterioso chico tenía.
-eso es fácil…-contesto…-es por que yo no soy un ser maligno….-le miro directamente a los ojos.
-como….si no eres un ser maligno…..por que piensas seguir las ordenes de….Naraku?...-pregunto ya más calmada.
-es por que el me trajo nuevamente a la vida….además el solo me esta pidiendo terminar con la sacerdotisa, por alguna razón el le tiene miedo a esa mujer….-mientras sacaba su Rosa.
-es por que ella es la única capas de terminar con su existencia….-respondió Kagura mientras su mirada se fijaba en el cielo.
-pues yo no me preocuparía por ella…-respondió mientras aspiraba el aroma embriagante de su rosa.
-ah?...a que te refieres con eso?...-para cuando Kagura bajo la vista hacia el chico este ya no se encontraba…-a desaparecido…-ese chico era de muchas sorpresas, Kagura solo tenia indicaciones de averiguar, a que se debía el atraso de sus planes, ya obteniendo la información se alejo del lugar lo más rápido y más prudente posible.
Kikio comenzó a abrir lentamente sus ojos, encontrándose con los ojos dorados de Inuyasha, esto sorprendió un poco a la sacerdotisa pero su expresión no apareció en su rostro, Inuyasha al verle despertar se sintió aliviado y la abrazo suavemente, en verdad que lo había tenido preocupado, beso gentilmente la frente de ella, cosa que le extraño demasiado a la mujer que hacia en sus brazos, separo un poco al hanyou del cuerpo de ella y se dispuso a levantarse aun en contra de las protestas de Inuyasha, Sango, Miroku y Shippo miraron a la dirección de donde se escuchaban esos regaños y llamados de atención, notaron salir a Inuyasha que tenía en brazos a una débil Kikio, claro que con las protestas de esta, los chicos le dieron una mirada desaprobatoria, a lo que Inuyasha ignoro completamente y sentó delicadamente a Kikio cerca de los demás para llevar acabo lo que sería el desayuno, a Sango, Miroku y Shippo, no les hizo ninguna gracia lo que estaba haciendo el, pero no querían tener más problemas con el, así que simplemente aceptaron la decisión del hanyou, prepararon el desayuno y comieron en silencio, nadie se atrevía a decir nada, solo unas cuantas miradas de intercambio. Al terminar el desayuno Kikio e Inuyasha se alejaron del grupo, los demás solamente les miraban partir sin decir comentario alguno.
-Kagome se va a molestar….-cuchicheaba Shippo.
-no, no lo creo así o tu si Sango?...-continuo la conversación el monje.
-bueno, es difícil deducirlo, pero por la forma en que Kagome trata a Inuyasha yo diría que en definitiva a ella no le importa lo que Inuyasha haga….además Inuyasha es un gran Baka, mira que irse con esa mujer sin decirnos nada…..es por eso que Kagome ya se harto de el……- las mejillas de Sango estaban rojas de la furia, es que simplemente ella no lo entendía.
-tranquila…Sanguito…sabemos que Inuyasha es un gran baka, pero no es para que te molestes….-intento calmarle el monje con una gran gota de sudor en su espalda.
-glup…..mejor yo no digo nada….-pensó el pequeño zorrito temeroso.
-y aun no termino de agredirlo, ah pero ya me va a escuchar cuando regrese, no sabe como le va a ir, esto no se quedará así…..-en el rostro de ella su expresión era de temer, puesto que Miroku y Shippo se alejaron lo suficientemente de ella, Sango volteo a verlos.
-nunca antes había visto a mi bella Sango tan molesta….-susurro el Monje por lo bajo.
-da miedo verdad?...-respondió el pequeño.
-si….mejor alejarnos hasta que se le pase el coraje?...-miro a Shippo.
-hai….-asintió el pequeño zorrito aun temeroso por la expresión de su amiga.
Los dos comenzaron a caminar lo más suave que sus pies le permitía, para así poder emprender la graciosa huida de los que ellos consideraban la furia de la Tai-ji Sango, por que lo que era ella y Kagome cuando se enojaban era el fin del mundo para ellos, comenzaban a orar y prepararse para suplicar por sus vidas, había veces en que lograban la clemencia de semejantes bellezas furiosas, pero cuando no, el castigo que recibían era insoportable...(que los dejaran sin comer…que terrible no creen jejeje). Sango no pudo aguantar la risa al ver como el monje y el pequeño zorrito huían graciosamente de ella, es verdad todo lo que había dicho fue en un ataque de coraje, pero ella jamás se atrevería a encarar a Inuyasha, ya que este con solo una palabra que le dijera, ella quedaría completamente desarmada, y mejor dejar las cosas en paz, que tener que lidiar con dos bandos por separado pero aun viajando juntos. Suspiro derrotada así que se dirigió a sus labores en la aldea aunque no eran muchas, solo tenía que ayudar a la anciana Kaede en todo lo que se le ofreciera, ya sea ayudando a los enfermos o para ir a recolectar plantas medicinales.
Kagome se había quedado completamente dormida en el sofá, ya para cuando fue a despertar ya eran como las 3:00 de la tarde, esto le asusto un poco, pues ella jamás había dormido tanto, pero el viajar a la época antigua y aparentar como si nada hubiera pasado entre Inuyasha y ella, en verdad que era agotador, tanta tensión por la presencia de Kikio y ahora agregando un poco más de tensión por la llegada de su amor, esto no le desanimaba en verdad que no, pero de algo estaba segura no podría seguir ocultando la identidad de Kurama por mucho tiempo y eso le estaba exasperando, se puso de pie nuevamente y fue a la cocina, por suerte en la mesa había una hoja de papel y un lápiz. Suspiro un poco y comenzó a vagar un poco en su mente, esperando a ser inspirada para hacer un dibujo o simple garabatos, pero a su mente llego algo distinto a lo que esperaba, por un momento sintió la enorme necesidad de escribir, tomo el lápiz y comenzó a escribir sobre este, estaba tan sumida en sus pensamientos que todo lo que escribía lo hacia de manera que si no lo hacia pronto se le iría de la cabeza, cuando finalizó la escritura, comenzó a leer lo que había, un color rojizo comenzó a aparecer en todo su rostro y es que lo que había escrito era su mayor vergüenza, era una canción de eso estaba segura pero lo que había en ella era lo que la había puesto así, como era posible eso, comenzó a golpearse suavemente la cabeza, necesitaba dejar de pensar en cosas que para una chica de su edad serían consideradas algo pervertida, sabía que no podría dejar de pensar al que recién regresaba a su vida.
-hay pero que cosas estoy pensando…..si continuo así seré igual que el monje Miroku.. ….-pensé por un momento romper el papel con esa canción tan comprometedora, pero quien iba a saber que lo que estaba ahí escrito era por que ella así se sentía.
-bueno, no sería mala idea hacerla publica esta canción después de todo, quien sabrá que es lo que yo siento ahora…-una gran sonrisa surco su rostro.
-iré o no iré?...-se preguntaba para si misma…-esta bien iré…-se puso inmediatamente de pie y corrió por su espada y flauta, se dirigió al poso regresando de nuevo con los demás.
Al salir del poso no puedo evitar que esos pensamientos de nuevo volvieran a su cabeza, el color de su rostro iba en aumento de unas mejillas sonrojadas a un rostro completamente rojo de la vergüenza, sacudió suavemente su cabeza como intentado quitar esas locas ideas de su mente.
-huy...pero que cosas pienso….pero me imagino que es normal….que piense eso…todas las chicas de mi edad lo hacen…además cuando me case pasara eso...-meditaba mientras caminaba y el color de mi rostro desapareció sin dejar rastro de lo sonrojada que estaba.
-Kagome…..-escucho una suave voz llamarle.
-a….-se voltio sin dejar de bajar la guardia.
-no tienes por que estar en guardia, no te haré daño…Kagome….-el chico hizo su aparición frente a ella.
-Kurama…..-susurro suavemente….-como es que sabes mi nombre?...-pregunto entre sorprendida y alegre.
-digamos que recordé algunas cosas y entre ellas recordé tu nombre….-el chico se comenzó a acercar suavemente a ella.
-entonces aun no recuerdas quien fui yo en tu vida?...-Kagome le miraba tiernamente, mientras ella también se acercaba a el.
-no……aun no recuerdo por completo que significaste o significas tu en mi vida…pero se que tu me podrás ayudar a recordar….-susurro mientras la abrazaba suavemente por la cintura.
-claro que yo te ayudare a recordar….todo lo que vivimos juntos….y lo que estamos por vivir…-ella lo abrazo tiernamente, recostando su cabeza en el pecho de el.
-estamos por vivir?...-pregunto con ese brillo especial, esa palabra le había alegrado y demasiado, eso significaba que ella estaría con el.
-si, ya que aun nos falta mucho por vivir juntos…-levanto la vista y le comenzó a acariciar suavemente la mejilla.
-quieres decir….que tu estarás conmigo?...-el le mira de igual manera fijamente a los ojos.
-siempre lo he estado, siempre eh estado contigo y siempre lo estaré…..-ambos caminaron y se sentaron bajo el árbol sagrado, sin romper con ese calido abrazo.
-Kagome…-le llamo suavemente…-dime que tipo de relación tienes con ese hanyou?...-el se atrevió a mirarle.
-solo, somos amigos y nada más, por que me lo preguntas?...-le pregunto con esa melodiosa voz que tanto le caracterizaba.
-no…no por nada…-el la abrazo más contra su cuerpo y esto alarmo de alguna sobre manera a Kagome.
-no…a ti te pasa algo, así que dime si?...-le suplico dulcemente.
-Kagome……lo que pasa…..es que ese hanyou….esta en la mira….es por eso que te pregunte….-el dejo de mirarla para voltear su rostro en otra dirección.
-en la mira?...-esto la sorprendió…-acaso tu piensas…matarlo?...-pregunto temerosa, es verdad no sentía ya ese sentimiento tan fuerte por el hanyou, pero el era su amigo y no permitiría que le sucediera algo.
-no….no quisiera hacerlo…ahora que se que el es tu amigo…..pero es que….tengo una deuda y de la única manera…..que puedo pagarla es eliminando...a los que intervengan en sus planes….-el la soltó suavemente, mientras se ponía de pie y se alejaba un poco de ella.
-pero por que a Inuyasha?...acaso también Kikio esta en tu mira es por eso que la primera vez que nos encontramos, querías eliminarla…..-no podía creer lo que escuchaba, se negaba a creer que su amado Kurama fuera a matar a su mejor amigo Inuyasha y a la mujer que el amaba.
-entiendeme….Kagome…..el me trajo a la vida de nuevo….gracias a el, he podido volver a verte….y puedo estar a tu lado…..-apretó fuertemente sus puños, y es que en verdad no quería que ella lo odiara pero era primero su honor y después lo demás.
-es que tu no entiendes….-el ensancho sus ojos…-el solo te trajo para poder usarte en contra de nosotros, por que estoy segura de que también te ordeno que eliminaras a los que acompañamos a Inuyasha….-su tono de voz era triste, y con cierto deje de dolor.
Kurama se volteo a verla directamente a los ojos, era verdad todo lo que ella le había dicho era verdad, Naraku le había ordenado también terminar con la vida de los compañeros de ese hanyou, pero no se había detenido a pensar que ella era parte del grupo al que debería exterminar….eso significaría que si su honor es más grande que el amor por ella, muy pronto ambos estarían en un combate frente a frente, el no podría dañarla de eso estaba seguro y estaba seguro de que ella tampoco lo dañaría, pero entonces que iba a suceder, el ya no podía alejarse de ella por más que lo deseara, pero tampoco soportaría perderla por un absurdo honor, pero si no lo hacía estaba seguro de que Naraku le quitaría la vida que le fue recién otorgada y nunca más volvería a estar junto a ella, esto comenzó a llenar de dudas al chico. Que no se percato de la presencia de alguien más, de un hanyou para ser más específicos.
-Kagome…..-gritó al llegar al lugar en donde estaba.
-Inuyasha….-Kagome volteó a mirarlo temerosa, puesto que jamás se imagino que el y Kurama estarían en un enfrentamiento, no por lo menos en este día.
-que hace ese sujeto aquí?...-comenzó a gruñir puesto que no estaba nada contento de ver a ese sujeto cercas de ella.
-Inuyasha espera….deja te explico…..-Kagome se acercaba a el.
-no…..grrrrrrr…..no quiero ver este sujeto cercas de ti….-el comenzó a desenvainar a colmillo de acero.
-como dices eso?...-Kurama por fin se percató de la presencia de el…-tu eres quien no debería estar ni un centímetro cercas de Kagome….-sonrío…-ya que no permitiré que una bestia como tu me la quité, escucha bien lo que te voy a decir…-se acerco un poco más, alertando mas a Inuyasha quien por fin desenvaino su espada…-yo amo locamente y profundamente a Kagome, la amo con todo mi ser y con toda el alma y no permitiré que tu te interpongas en mi camino….-esta confesión hizo que le hirviera más la sangre, acaso ese sujeto era de quien Kagome se había enamorado, pero también era su enemigo. Estuvo dispuesto a atacarlo, pero Kurama simplemente lo veía sin hacer movimiento alguno.
-maldición……-mascullo entre dientes, al ver que Kagome estaba en medio con los brazos extendidos impidiendo que el siguiera su ataque, y esto lo molesto aun más.
-Kagomeee, apártate del camino…..no intentes detenerme por que no lo lograrás…-Inuyasha siguió avanzando asía Kagome.
-no……no lo haré…..no dejare que le hagas daño y tampoco le permitiré que el te haga daño…-Kagome sonaba decidida.
-quitate…..-Inuyasha se detuvo por unos segundos.
-por que?...por que quieres eliminarlo?...-el tono de voz en Kagome ahora era quebrado.
-por que…..por que si lo elimino, tu te podrás quedar conmigo….-Kagome se sorprendió ante la confesión del hanyou.
Kurama se percató del estado de Kagome, así que decidió dejar la batalla por el momento, el sabía al igual que Kagome e Inuyasha que esta batalla sucedería tarde o temprano y que en la próxima ocasión quizás nada la detendría.
-Kagome…-susurro el chico desapareciendo misteriosamente, para cuando Kagome se giro para verle el ya no se encontraba, en cierto modo estaba agradecida el se había retirado para no llevar acabo la batalla, pero estaba segura de que la próxima vez sería muy diferente y quizás los resultados estén a favor o en contra de ella.
-por hoy, ese bastardo a escapado….-miro a Kagome…-pero la próxima vez, sabes que esta batalla tarde o temprano se realizara y no estoy dispuesto a perder…-se volteó y comenzó alejarse un poco…-lo eliminare…-y con esto desapareció dejando a una angustiada Kagome.
-es posible que esta batalla no se pueda evitar…-pensaba mientras se llevaba una de sus manos al pecho.
-así que nuestro querido Inuyasha y nuestro estimado Kurama, ambos están enamorados de la misma mujer….-soltó una estruendosa carcajada…-esto se pone cada vez más interesante, podré tomar ventaja de esto…-sus ojos comenzaron a brillar haciendo lucir sus ojos rojos brillar ante su nuevo plan.
