CAP16: Rescatando a Kurama.

-Kurama…..te rescatare….-grito mientras corría y daba un gran salto, cayendo suavemente en el metro de la ciudad, dirigiéndose al templo.

Sus compañeros la seguían con cierta dificultad, puesto que para ellos esa época les era demasiado extraña, contando que todo lo que veían les llamaba la atención, haciendo más difícil su recorrido, pero sin dejar de pensar en su prioridad, encontrar a Kurama y a Kagome.

Kagome había llegando al lugar en donde aun se sentía la presencia, se dio cuenta de que era en el templo, no tenía tiempo para subir las escaleras corriendo, así que decidió subirlas dando grandes saltos, llegando sin perder mucho tiempo al lugar, su vista se dirigió al poso, de ahí provenía esa presencia, amarro su espada a su cintura y se dirigió al poso, al llegar sin pensarlo dos veces, se lanzo e introdujo en el. Nuevamente la luz de color la cubría completamente, transportándola al antiguo Japón, salió del poso sin ninguna dificultad, comenzó a recorrer el lugar con su vista, para ver si encontraba rastro de alguien o del ser de la presencia pero nada, la desesperación le comenzaba a invadir, el no saber que era lo que demonios sucedida, la aterraba y mucho, no por ella si no por el, el simple hecho de pensar en que el puede correr peligro, y que se le puede ser arrebatado por segunda vez, simplemente le aterraba.

-no…….no…..permitiré……que me lo arrebaten….no por segunda vez…-con esta determinación Kagome se dirigió a la aldea, al llegar ahí comenzó a buscar a la anciana Kaede, pero para su mala suerte ella no se encontraba, pregunto si se habían percatado, de alguna extraña presencia o que si habían visto a un demonio merodear, a lo que los aldeanos solo respondieron un no. Esto cada vez frustraba más a Kagome, tenía que calmarse si quería encontrar a Kurama. Respiro hondamente, para tranquilizarse un poco, cosa que logro pero no tanto como ella deseaba.

Sintió otras presencias, salir del poso por lo que a toda velocidad se dirigió para ver la situación, pero solo eran sus amigos, que por lo que podía ver, habían regresado con cierta dificultad.

-quínenseme de encima….-gruño Inuyasha que se encontraba debajo de todos.

-lo sentimos……Inuyasha…-Sango se quito rápidamente siendo imitada por los demás.

-se encuentran bien?...-les pregunte algo alegre, después de todo había sido gracioso el verlos así.

-si…….Kagome…..lo encontraste?...-pregunto Sango, realmente preocupada.

-no……-respondí cortante y nuevamente me dirigí a mi búsqueda de cualquier rastro que me pudiera dar la más mínima idea, para poder llegar a Kurama.

-pobrecita…..Kagome…..esta realmente preocupada….-respondió tristemente el pequeño Shippo.

-ha de ser frustrante…….perder a tu ser amado…-siguió Sango, tomando suavemente la mano de Miroku entre la suya.

-así es mi querida Sango…….debemos ayudarla….-Miroku apretó suavemente la mano de Sango entre la suya.

-si…-y los tres se pusieron a buscar cualquier rastro que les pudiera ser de ayuda, querían ayudar a Kagome y no descansarían hasta saber el paradero de el.

-Kagome…….eres una tonta….-murmuro Inuyasha, mientras se subía y se sentaba en su rama favorita, no soportaba ver a Kagome, preocupada y mucho menos por culpa de ese chico, si tan solo ese chico nunca hubiera aparecido; Kagome seguiría estando enamorada de el, este pensamiento lo lleno de coraje y de rabia.

-como……quisiera……que el muriera….para que….Kagome…..pueda regresar conmigo….-murmuro mientras su mirada se ocultaba en su flequillo y apretaba fuertemente sus puños, mientras dejaba ver sus colmillos, deseaba desde lo más profundo de su ser, que Kurama muriera y así pudiera desaparecer de sus vidas y que todo volviera a ser como antes, el y Kagome juntos; junto con Sango, Miroku y Shippo.

-Kurama…….donde estas….-murmuro Kagome preocupada…-dame una señal…..por favor…-continuaba caminando por el espeso bosque, no pararía hasta encontrarlo, estaba tan sumida en sus pensamientos, que regreso a la realidad, hasta que nuevamente comenzó a sentir esa extraña presencia.

-Naraku….-al detectar de quien era la presencia, se dirigió a toda velocidad…-Sango, ya se donde esta….-grito fuertemente, para que su compañera le escuchara.

-Naraku…esta cerca….-grito realmente preocupada, es que si bien conocía a la nueva Kagome, sabría que al sentir la presencia de ese ser, se lanzaría en su búsqueda contal de tener información sobre el chico a rescatar.

-como…-Miroku se acerco rápidamente, a donde se encontraba su querida Sango.

-que sucede?...Sango…-pregunto un alterado hanyou, al sentir también la presencia del ser más despreciable, Sango y Miroku se le quedaron viendo, y con solo las miradas, se fueron tras el rastro de Naraku y seguro que también el rastro de Kagome.
Kagome seguía corriendo todo lo que sus piernas le permitían, pero el demonio de gran poder, había aumentado sus poderes al igual que su velocidad, por lo que para Kagome era casi complicado seguirle el paso, Kagome sintió que algo la tomaba por el vestido, y la lanzaba asía arriba, cayendo sobre el lomo de alguien muy familiar para ella.

-Shadow….-Kagome estaba feliz y agradecida de que su mononoke, llegara en el mejor momento, necesitaba velocidad y que mejor que Shadow para llevar el mismo paso que Naraku.

-Shadow….sabes si los demás vienen?...-le pregunto mientras le acariciaba suavemente el lomo, a lo que Shadow respondió con un gruñido afirmativo.

-esta batalla quizás……sea la ultima….después de todo….enfrentaremos a Naraku…..-Shadow la miro de reojo, puesto que su instinto le decía que su dueña le confesaría algo que quizás no le agradara en lo absoluto.

-Kurama……estará presente……no dudo que Naraku, quiera acabar con el….después de todo….Kurama ya ha estado recordando….-apretó sus puños con fuerza…-y es muy posible, que el maldito quiera acabar con el…..y eso no puedo permitirlo….aun a costa de mi propia vida…-esta confesión incomodo demasiado a su compañero, ya que inmediatamente obtuvo gruñidos, de desaprobación, ante la actuación que ella ejercería.

-tranquilo…..Shadow…..si se pone la situación difícil…..huye entendido….-le susurro suavemente Kagome, al mononoke; a lo que el se negaba rotundamente, como iba a abandonar a su dueña y compañera, cuando más lo necesitaba; si ella arriesgaría su vida por el y por los demás, el también arriesgaría su vida.

El resto del camino fue en silenció, puesto que tanto Kagome como Shadow, no se atrevían a articular palabra alguna, evitando una gran discusión por la desobediencia de su mononoke, aunque por otra parte lo entendía; el era su fiel compañero y no podía pedirle que se alejara de la batalla dejándola sola. Ante este pensamiento, Kagome instintivamente acaricio con ternura antes nunca ejercida sobre el suave lomo de su mononoke favorito; este acto alegro a su compañero, pero a la vez lo entristeció; el sabia perfectamente que esa caricia tan tiernamente ejercida, era una señal de despedida por parte de ella; el destino se encargaría de saber si ella viviría o moriría, al igual que el destino de todos los demás.

-están concientes…..que esta probablemente…..podría ser nuestra ultima batalla…-comentó tranquilo y temeroso el hanyou, aunque supo ocultar muy bien el sentimiento de temor, ya que ninguno de sus amigos se percato de eso.

-así es…..-respondió dudosa la Tai-ji, por que tenía que llegar la batalla justo cuando su vida comenzaba a tener un rumbo diferente, tenía a Miroku su amor era correspondido y no estaba dispuesta a perderlo todo solo por Naraku.
-no sabemos…….que resultado o consecuencias pueda traer esta batalla…-respondió totalmente preocupado el houshi, su vida había cambiado demasiado y ahora más que nunca tenía que proteger a su mujer….a su dulce Sango, no soportaría perderla en batalla, pero estaba conciente de que ella tampoco soportaría perderlo a el.

-ganaremos……no tienen de que preocuparse….-respondió un tanto orgulloso y demasiado seguro de si mismo nuestro hanyou.

-yo si me preocuparía…-Miroku miro fijamente a los ojos a Inuyasha…-Naraku a incrementado de sobremanera sus poderes…….yo no estaría tan confiado….Inuyasha….-la mirada de Miroku se centró en su bella compañera, a lo que Sango también lo miro, y le dio una dulce sonrisa; de esas tantas que le gustaban a el.

-Fhe!...venceré a Naraku….-Inuyasha se dio la vuelta dándoles la espalda, y es que en verdad tenía algo de miedo, pero jamás lo aceptaría no mientras sus compañeros estuvieran frente a el.

-no solo tu tienes asuntos pendientes……nosotros también Inuyasha….-respondió con cierto deje de molestia nuestra exterminadora, pero se tranquilizo al sentir la mano de su Miroku sobre la suya.

-Miroku…-Sango lo abrazo fuertemente y es que tenía mucho miedo, miedo por el destino de ella, el del pequeño Shippo, por el de su hermano Kohaku si es que el aun seguía con vida, pero más le preocupaba el destino de su houshi.

-……..-Miroku la abrazo también con fuerza, pero sin llegar a lastimarla y es que en verdad quería retroceder, dejarle todo a Inuyasha; que matara a Naraku y así vengara todas y cada una desgracia de ellos, pero sería injusto….beso tiernamente la frente de Sango, sin dejar de abrazarla fuertemente.

-Kagome….-pensó nuestro hanyou, ya que nuestra joven sacerdotisa se les había adelantado demasiado en el camino y eso en verdad le preocupaba, no estaba seguro de lo que Naraku podría ser capas de hacerle, con tal de llevar acabo uno de sus planes, no tenía ni la menor idea de lo que en esta ocasión estaba tramando y eso le tenía realmente preocupado, ya había perdido a su querida Kikio y no perdería ahora a su amada Kagome, no importa si ella se queda con ese chico, con tal de verla sano y a salva, y con vida, estaría más que conforme con eso, aunque desearía ser el quien pasara el resto de su vida al lado de tan joven y tan bella sacerdotisa.

Kagome y Shadow ya estaban cercas del lugar en donde Naraku, había descendido, no sabía muy bien que era lo que ese demonio estaba tramando, lo correcto sería esperar a los demás pero nuestra joven sacerdotisa por la desesperación de no saber que era lo que sucedía y mucho menos el no saber si su amado chico aun estaría con vida, siendo prisionero de tan cruel ser.
-Shadow….quédate aquí si……en cuanto lleguen los demás, diles en donde estoy y guíalos hasta a mi…-le sonrió dulcemente, mientras le acariciaba suavemente la cabecita, Shadow gruño, pero Kagome no hizo caso y siguió su camino, adentrándose cada vez más, en la espesura de ese oscuro y tenebroso bosque.

Kagome seguía caminando por el espeso bosque, tratando de hacer el menor ruido posible, cada vez era más oscuro seguir el rastro de el, puesto que cada vez más el bosque oscurecía, indicando que la noche ya había caído.

-quien iba a pensarlo…….la ultima batalla….de noche…-reprocho en un susurro siguiendo el rastro de la presencia de Naraku, se escucho una estruendosa carcajada en todo el lugar, Kagome instintivamente se escondió tras lo arbustos, relajándose para evitar que Naraku sintiera su presencia, también tuvo que usar un aceite con aroma a flores para esconder su aroma, untando el perfume en los arbustos y tratando de no tener mucho tacto con ellos, puesto que su propio aroma se confundiría y eso podía hacer más difícil la persecución de ella para Shadow.

-Shadow…-descendieron los demás al poder divisar al mononoke oscuro, Inuyasha inmediatamente se bajo, de un solo salto y tratando de obtener información sobre Kagome, por más que Shadow gruña y rugía; Inuyasha no le entendía, Shadow se canso por lo que se giro dándole la espalda a Inuyasha y a los demás mientras comenzaba a caminar lentamente, invitando a los demás que lo siguiera, para eso Shadow se transformo en su forma miniatura, puesto que no quería hacer el mayor ruido, arriesgando la vida de su ama.

-espera Shadow….-grito Inuyasha, pero Miroku le pego fuertemente en la cabeza.

-hay por que me pegas….-digo mientras se sobaba la cabeza.

-Inuyasha no seas imprudente….no ves que Shadow quiere que lo sigamos…-le reprocho el pequeño Shippo.

-ah!...ya entiendo…-guardo silencio y comenzó a seguir el rastro del pequeño mononoke.

-se siente una gran poder maligno….-susurro Sango.

-así es…..me pregunto que es lo que estará tramando en esta ocasión Naraku….-se cuestiono el monje.

-sea lo que sea……viniendo de Naraku……no es nada bueno….-respondió Inuyasha cada vez más preocupado por la seguridad de Kagome.

-miren algo se encuentra delante de nosotros…-señalo Sango, mientras que el pequeño mononoke, que era la guía de ellos, apresuro el paso corriendo y de un salto llegar al hombro de la persona que estaba delante de ellos.
-hug?...-Shadow….-le acaricio suavemente la mejillita; volteo a atrás y ahí los vio, a sus compañeros…-buen trabajo….-le agradeció tiernamente.

-Kagome…-Inuyasha llego hasta ellos, dando un gran suspiro de alivio, ella se encontraba bien y eso le tranquilizaba…-tonta, por que no nos esperaste…-le reprocho Inuyasha con cierto deje de molestia.

-lo siento…..Inuyasha….pero necesitaba encontrar a Naraku…-contesto mirándolo a los ojos.

-Srta. Kagome……se encuentra bien?...-llegaron a ellos Miroku y Sango tomados de la mano, quedando frente a ellos dos, ante esto Kagome les sonrió y dirigió disimuladamente su vista en las manos de ambos, y noto que estas estaban unidas…-por ustedes…mis amigos…..los protegeré…-pensó para sus adentros, mientras le respondía sutilmente al monje Miroku.

-mire….-llamo nuestra atención el pequeño Shippo.

-que sucede?...-me acerque inmediatamente, al mismo lugar donde se encontraba el pequeño Shippo, y me anime a mirar a la dirección donde el estaba observando, lo que vi me dejo realmente sin palabras.

-que sucede…….-Inuyasha al igual que los demás llegaron al mismo lugar y vieron lo que estaba sucediendo…-Kagome…-murmuro Inuyasha sorprendido de la misma manera que nuestra joven sacerdotisa.

-pero que demonios planea Naraku…-preguntaron al unisolo Sango y Miroku, lo que estaba frente a nosotros, no se podía divisar bien, solo se podía notar una cortina de luz color amarilla, cegándonos por unos instantes, hasta que por fin la voz de Naraku se hizo presente nuevamente.

-jajajajajajaja….-se escucho la estruendosa carcajada….-creíste que podrías engañar al gran Naraku…-el ser se acerco al objeto de donde provenía tanta luz.

-Naraku….-llamo la joven de los vientos…-que demonios es eso?...-pregunto temerosa, puesto la energía que emanaba esa luz, era verdaderamente maligna, aunque esta estaba disfrazada por la luz angelical.

-esto……mi estimada Kagura….-se volteo para verla…-es lo que le sucede a los traidores….-se gira quedando de perfil…-en especial a los que tienen gran poder….-se acerco hasta la joven.

-entiendo…..pero que demonios es esa energía de donde proviene?...-pregunto la joven mientras retrocedía cada vez más.

-es un pequeño campo de energía…-sonrió…-pero no cualquiera…-se acerco nuevamente al campo de energía…-en este pequeño campo, esta conectado con el infierno….-susurro…-para poder vencer a un gran enemigo…..con tan semejante poder espiritual……la única manera es mandando su espíritu al infierno…-esa estruendosa carcajada nuevamente se escucho.

La luz comenzó a cesar dejando ver en ese campo de energía (especia de burbuja) a un inconsciente Kurama, que se encontraba sujetado por los brazos y piernas, las raíces que lo sujetaban se comenzaban a mover, enredándolo cada vez más, el cabello de Kurama levitaba un poco, en su rostro se reflejaba cierta tranquilidad pero a la vez, cierto dolor. Una pequeña descarga apareció dentro del campo, Naraku uso sus poderes para agrandar el espejo de Kanna y así poder observar lo que en esos momentos sucedía en las profundidades del infierno; por el espejo se podía ver un gran ejercito de demonios que peleaba, por obtener el espíritu y alma del joven, la alma se encontraba atada por uno de los demonios, este tenía forma de serpiente; una enorme serpiente, solo que por cabeza tenía una gran boca con demasiados colmillos filosos. La batalla que se llevaba acabo en el infierno era verdaderamente horrorosa, los demonios se enfrentaban sin temor, con sed de sangre y poder obtener más poder, para así poder liberarse y causar miedo y caos en el antiguo Sengoku.

Kagome no podía dar crédito a lo que veía, el espíritu de su amado, había sido llevado a las penumbras del otro mundo con el único objetivo de desaparecerlo del mundo, las lagrimas ya no podían ser contenidas, Sango, Miroku, Shippo e Inuyasha veían horrorizados la situación en que se encontraba ese ser.

-Kago…….me….-Inuyasha guardo silenció, ya que solo pudo ver a una Kagome verdaderamente callada, y temblando, por sus mejillas corrían pesadas lagrimas, su mirada estaba oculta por su flequillo, Inuyasha coló su mano en el hombro de ella, a lo que Kagome solo ladeo un poco su cabeza, pero Inuyasha no pudo apreciar el rostro de la joven ya que ella aun seguía manteniendo su mirada oculta bajo su flequillo. Kagome coloco su mano en la empuñadura de su espada y la apretó fuertemente, dejándoles ver lo enfurecida que se encontraba, Inuyasha quito suavemente su mando del hombro de ella retrocediendo un poco; Kagome aun con la mirada escondida comenzó a caminar, dispuesta a enfrentar a Naraku, inconscientemente se toco su costado izquierdo y noto algo de más, tomo el objeto entre sus manos y se percato de que llevaba el arma favorita de Maraya, por una pequeña confusión ella termino llevándola también, esta arma era con forma redonda en medio tenia una especie de botón que al accionarlo, aparecían especie de dagas solo que estas iban junto a la arma de forma redonda, sonrió puesto que nunca se había imaginado que Maraya la frágil chica del grupo, supiera usar un arma como esta. Naraku iba a lanzar un especia de brebaje para aumentar la pequeña descarga que en esos momentos comenzó nuevamente sobre Kurama.

Kagome al divisar esto, acelero el paso, comenzó a correr rápidamente en dirección a Naraku, al ver que no podría llegar a tiempo, uso la arma que había descubierto en esos momentos, dio un gran salto y lanzo el objeto. Se escucho un estruendoso grito de dolor, Kagome sonrió ante esto, le había logrado cortar la mano antes de que el realizara su actuación, el objeto regreso en la misma dirección por la cual había sido lanzado, Kagome ante esto tomo con habilidad la pequeña arma y la guardo nuevamente en su costado izquierdo. Inuyasha y los demás se quedaron sorprendidos; Kagome estaba realmente molesta.

-ya es hora…-les informo fríamente.

-si…-respondieron los demás, casi al mismo tiempo.

-Shippo…tú quédate aquí…-ordeno rotundamente, a lo que Shippo solo asintió.

-listos…-levanto por fin su mirada y se enfoco especialmente, al objeto que en estos momentos tenía preso a su amado Kurama.

-listos…-respondió Inuyasha a lo que Sango y Miroku asintieron con la cabeza.

De entre los arbustos se vio salir a cuatro jóvenes, dos chicas y dos chicos, interponiéndose entre el gran campo de energía y entre los demonios que estaban presentes.

-Inuyasha….-respondió completamente sorprendido el demonio.

-maldito Naraku…-Inuyasha desenvaino su espada, transformándola inmediatamente en el legendario colmillo de acero.

-pero que tenemos aquí…-bufó Naraku…-a los que siempre arruinan mis planes…-guardo silencio…-pero en esta ocasión será diferente….han llegado demasiado tarde….para salvar a ese cadáver…-Naraku guardo silencio, en su rostro se reflejaba gran sorpresa, al igual que a los demás quienes voltearon a ver a la chica que había atacado a Naraku de manera sorpresiva, antes de que Naraku pudiera terminar la frase, Kagome había tomado nuevamente la pequeña arma y se la lanzo haciéndole una herida en su mejilla, esta comenzó a Sangrar.

-maldito…-fue lo único que pudo articular Kagome, la furia e ira que tenía contenida en su interior, se estaba haciendo cada vez más notoria.

-ustedes……encargense de ese mal nacido…yo rescatare a Kurama….-ante esta orden Inuyasha. Miroku y Sango, contra atacaron a Naraku, mientras que Kagome corría en dirección al campo. Naraku sonrió, esto no les sería para nada fácil, el demonio había mandado un gran ejército de demonios y espíritus contra nuestro héroes, Kagome tuvo que detenerse de forma inmediata, sus ojos se enfocaron en la gran multitud de demonios que se acercaban a toda velocidad, con la sola intención de detenerlos a cualquier costo, pero también su mirada si dirigió al enorme espejo que en esos momentos transmitía los sucesos del otro mundo, pudo divisar que el único demonio que había sobrevivido a tan cuero matanza ya tenia en sus asquerosas garras, el cuerpo espiritual de Kurama, este abrió un poco su enorme boca para ir absorbiendo poco a poco el gran poder que este simple humano poseía. Ante este acto Kagome se desespero y desenvaino su espada.

-maldito Naraku….rescatare a Kurama……aun así tenga que arriesgar mi vida…-ante esto, se concentro nuevamente en su espada, siendo envolvía por la sensación ya antes conocida para ella, la energía que estaba a su alrededor era de color rojo vivo, transformando su espada. Kagome tomo la empuñadura de su espada y con solo un agito formado por un suave movimiento, termino con el gran ejercito, ante esto Naraku tembló, puesto que jamás había visto semejante poder. Por otro lado Inuyasha, Sango, Miroku continuaban con su batalla contra el resto del ejercitó que aun quedaba.

-Inuyasha….-Inuyasha volteo a mirar a la chica que le había llamado.

-entiendo…lista Kagome…-grito mientras tomaba la empuñadura con ambas manos.

-aquí vamos…-Inuyasha y Kagome agitaron al mismo tiempo sus espadas uniendo sus poderes en solo uno y así acabar con todo el ejercito, hubo una gran explosión, se podía ver los restos de los demonios caer por todas partes, no era algo muy agradable para Kagome, pero tenía que esforzarse si es que quería ver de nuevo a su querido Kurama.

Inuyasha, Sango y Miroku se dirigieron a contraatacar al demonio, sus dos extensiones no habían salido, puesto que el las había absorbido para incrementar sus poderes y su energía. Sango contraataco con su Hiraikotsu (no se si así se escriba) ayudada por Miroku, quien unió su báculo al boomerang de Sango, este ni siquiera llego a hacerle un rasguño a Naraku ya que este ser, había colocado un campo de energía evitando así cualquier ataque por parte de ellos.

-jajajajajaja….no podrán hacerle daño…..unos simples humanos como ustedes…-bufo Naraku.

-maldito…-susurraron Sango y Miroku al unisolo.

-mueran…-Naraku los ataco con uno de sus tentáculos, Miroku corrió abrazo a su dulce Sango, recibiendo así el ataque recibido, ante esto Sango, abrió enormemente sus ojos, no sin dejar de gritar el nombre de su querido Miroku, por sus mejillas comenzaban a correr pesadas lagrimas, ambos se estrellaron contra la pared de una montaña que se encontraba cercas, ambos cayeron al suelo inconscientes, Sango sobre el pecho de Miroku y aferrada a el y Miroku quien aun tenía en brazos a su querida Sango.

-maldito….-grito Inuyasha, mientras iba corriendo a gran velocidad contra el, Naraku solo sonrió, esto iba a ser más fácil de lo que pensó, contraataco a Inuyasha pero Inuyasha lo esquivo con gran facilidad, Inuyasha y Naraku comenzaron a pelear cuerpo a cuerpo, Inuyasha aprovecho la pequeña distracción de Naraku y le dio un golpe certero en el rostro.

Mientras tanto Kagome terminaba de enfrentarse con los últimos demonios que le impedían llegar a rescatar a su Kurama, para suerte de ella, el gran demonio había sido atacado por sorpresa por lo que dejo a un lado el espíritu de su querido Kurama, para poder ser libremente el merecedor de ese chico, pero algo la distrajo un estruendoso grito de dolor. Al voltear vio a Inuyasha siendo atravesado por uno de los tantos tentáculos del demonio.

-Inuyashaaaaa!...-grito realmente preocupada y matando al demonio de un solo golpe y se dirigió a toda velocidad donde se encontraba un herido hanyou.