Después de 7 años… No puedo olvidarte

Capítulo 27- La dura realidad


El despejado y oscuro cielo era salpicado por un centenar de estrellas titilantes cuidadosamente distribuidas en toda la extensidad de este; la luna llena, que brillaba esplendorosamente esa noche, bañaba con su suave luz, a la joven pareja que se encontraba en el jardín; el resplandor de la luna, dejaba ver que las expresiones de los jóvenes era de sumo nerviosismo, aunque los dos estuvieran sintiendo la misma sensación reconfortante de estar junto al otro corriendo rápidamente por su cuerpo.

-Entonces… ¿En verdad no me has olvidado?- dijo suavemente un chico de cabello azabache mientras se acercaba un poco más a la chica de cabellera pelirroja que se encontraba en frente de el

-En verdad Harry… Nunca te olvidé, yo… sigo amándote- terminó de decir Ginny formando una sonrisa tímida

Harry sonrió dulcemente, complacido por la respuesta que acaba de escuchar, y con sumo cuidado, colocó sus manos sobre la cintura de Ginny y la atrajo más hacia sí, haciendo que el fino y delicado cuerpo de la chica, quedara pegado al suyo.

-Yo también te amo Ginny Weasley… nunca dejé de hacerlo- dijo en un leve susurro Harry en el oído de ella, provocando que la chica sintiera un enorme y fuerte escalofrío

Los ojos castaños de Ginny, miraron fijamente los de Harry por unos interminables segundos, y ella, decidiendo tomar la iniciativa, cerró sus ojos, y fue acercando poco a poco su rostro al del chico, sintiendo cada vez más cerca, su cálida respiración, dando gracias por dentro, ya que al fin iba a poder hacer realidad, después de tanto tiempo, ese esperado y añorado beso…

-¡Ayyyyyy!

Ginny se despertó de súbito al sentir que una considerable cantidad de agua fría era arrojada sobre su rostro y parte de su pijama; la chica rápidamente se pasó la manga de esta por sus ojos, y al abrirlos, ya algo enfadada, comenzó a buscar con al mirada al causante de interrumpir su sueño…

-¡Ronald!- gritó completamente enfadada Ginny fulminando con la mirada a su hermano, el cual, estaba carcajeándose, agarrándose con una mano el estómago y con la otra, sujetando la varita, de la que aún caían algunas gotas de agua -¡Eres un tonto!

-¿Creías… que- trataba de decir entre risas Ron, abriendo un poco los ojos para poder ver la expresión de su hermana –lo de ayer… se iba a… quedar así?

-¡¿Pero por qué tenías que hacerlo justo ahora?!- espetó Ginny frustrada tomando su almohada y lanzándosela fuertemente a su hermano directo a la cara; ella no estaba exactamente enfadada por la revancha que había tomado su hermano, es más, hasta era algo obvio, si no estaba enfadada por que había interrumpido espectacularmente su hermoso sueño…

-¿Por qué lo dices?- inquirió Ron con una expresión pícara en su rostro -¿Acaso estabas soñando con Harry?

Ginny enrojeció tanto, hasta tal punto que el color de su rostro en esos momentos, se diferenciaba muy poco de su cabello, y Ron, al ver como se había puesto su hermana, soltó otra sonora carcajada

-¡Lo sabía!- exclamó Ron como si hubiera ganado un premio -¡Sabía que estabas soñando con…

-¡Cállate!- espetó Ginny tomando otra almohada y lanzándosela nuevamente a su hermano antes de que el lograra decir el nombre del pelinegro… no le agradaba mucho pensar el que diría Harry si escuchaba que ella había soñado con el (la habitación en la que Harry se estaba quedando, se encontraba muy cerca de la de Ginny, y por lo tanto, se podía escuchar si alguien gritaba)

-Esta bien, ya- dijo Ron sin poder borrar la sonrisa de su rostro mientras esquivaba un vaso vacío que Ginny le había arrojado –De todos modos, tenía que interrumpir tu hermoso sueño con Harry… ¡Ya! Me calmo…- inquirió rápidamente cuando Ginny había amenazado con lanzarle el florero que estaba en su mesita de noche –Mamá dijo que bajes o se te va a hacer tarde para ir a trabajar

-¿Qué hora es?- preguntó Ginny tratando de calmarse

-Las 6:20 a.m.

-Esta bien, en un momento bajo- dijo Ginny al tiempo de que se dejaba caer nuevamente en la cama

-¿Por qué quieres volver a soñar con Harry si de todos modos en unos minutos lo vas a ver?- preguntó Ron ya girando el pomo de la puerta al ver que Ginny se dejaba caer en la cama

Ginny tomó furiosa su varita, pero antes de que pudiera pronunciar algún hechizo contra Ron, este ya había salido de la habitación con una enorme sonrisa

-Si, sueño con Harry¿Pero de que sirve si ni siquiera en mis sueños puedo besarlo?…- dijo con tono frustrado Ginny cubriéndose con las cobijas hasta el rostro

En la cocina, el señor Weasley, Harry y Ron, que acababa de llegar a esta, se encontraban sentados en la mesa platicando amenamente mientras la señora Weasley preparaba el desayuno. Pocos minutos más tarde, bajó Ginny ya lista.

-Buenos días- dijo dirigiéndose a todos los presentes, a lo que ellos contestaron de igual manera

Harry no le había quitado la vista de encima a Ginny desde que ella había entrado a la cocina, cosa de la cual, ella se dio cuenta, pero al desviar disimuladamente su mirada castaña hacia Harry, la quitó rápidamente, ya que se sintió algo intimidada al tener la profunda mirada verde de Harry sobre ella; y el, al percatarse del leve enrojecimiento que había provocado sobre la pelirroja, sonrió para sus adentros.

Después de que la señora Weasley hubo servido el desayuno, empezaron a comer, hablando ocasionalmente, hasta que pasados 15 minutos, el señor Weasley se levantó, y argumentando que había dejado algunos pendientes, se dirigió a la chimenea, cogió un puñado de polvos Flu, y pronunciando "Ministerio de magia", desapareció de la madriguera

-Bien, creo que yo también me voy- dijo de pronto Ginny poniéndose de pie, después de 10 minutos de que su padre se fuera

-En ese caso yo también, voy contigo- inquirió Harry poniéndose de pie

-¿Por qué?- preguntó Ginny con el entrecejo levemente fruncido

-Bueno, no creo que hubiera sido buena idea seguir trabajando en el ministerio de Canadá viviendo aquí¿Verdad? Así que pedí mi traslado y necesito presentarme hoy- terminó con una sonrisa Harry

-Eso quiere decir que… vamos a trabajar… ¿juntos?- dijo Ginny con un hilo de voz

-No Ginny- se adelantó a decir Ron con un tono sarcástico –A Harry, como auror, lo van a mandar al departamento de cooperación mágica internacional¿Qué va a estar haciendo el en el Cuartel General de aurores contigo?

Ginny y Harry le lanzaron idénticas miradas fulminantes, cosa que provocó que Ron decidiera callarse y seguir concentrado en comer su desayuno.

-Si Ginny, vamos a trabajar juntos- dijo Harry desviando su mirada nuevamente hacia ella

Ginny sintió como poco a poco un enorme sentimiento de alegría y emoción mezcladas, nacían dentro de ella… No solo iba a tener y ver a Harry en su casa, si no también en el trabajo, osea, que prácticamente, iban a estar todo el día juntos; "Mejor suerte no puedo tener" pensó Ginny tratando de que no se notara el esfuerzo que hacía por no ponerse a brincar y a gritar de la emoción.

-Esta bien, vámonos- dijo con un tono mucho más alegre y optimista Ginny, dirigiendo su mirada hacia la chimenea

-¿Vamos a ir por vía Flu?- preguntó Harry algo temeroso al interpretar la mirada de la chica

-Si- fue lo único que contestó con un tono inocente Ginny, ahora tratando de disimular una sonrisa maliciosa; ella sabía que después de tanto tiempo, a Harry seguía desagradándole el viajar por el Flu.

Harry y Ginny se despidieron de Ron y de la señora Weasley, para después, dirigirse hacia la chimenea; la pelirroja fue la que desapareció primero, seguida de Harry, que iba con una expresión de resignación.

-¡Ministerio de magia!- exclamó fuerte y claro Harry al tiempo de que cerraba los ojos y arrojaba un puñado de polvos Flu.

Después de un violento viaje a través de las chimeneas, el chico salió bruscamente y sin mucho estilo que digamos por una de las chimeneas del ministerio de magia, y cuando se hubo repuesto del leve mareo, se acomodó bien las gafas y comenzó a sacudirse el hollín de la túnica.

-Veo que el Flu aún no es de tu agrado- dijo Ginny que miraba divertida el como Harry se sacudía de mala gana la túnica

-¿Por qué no podíamos aparecernos?- le preguntó Harry con el entrecejo levemente fruncido

-Mmmm… no tenía ganas- le respondió Ginny formando una expresión inocente en su rostro, a lo que Harry le lanzó una mirada de reproche –Bien, supongo que tienes que ir primero con el ministro de magia¿Verdad?

-Si

Ginny condujo por un largo pasillo a Harry, y este, contempló que el ministerio no había cambiado mucho, a excepción de algunos detalles, como por ejemplo, los cuadros que 9 años atrás tenían la fotografía de Cornelius Fudge, ahora tenían en estos, a un sonriente mago, no menor de 35 años, con los ojos castaños y el cabello negro, perfectamente peinado hacia atrás.

-Es aquí- dijo de pronto Ginny deteniéndose en frente de una puerta color café

Ambos chicos entraron a la habitación, y al hacerlo, una de las primeras cosas que divisaron, a parte de una amplia ventana y varios sofás de apariencia cómoda, vieron a una chica de largo cabello negro, que se encontraba sentada detrás de un escritorio mediano, el cual contenía varios pergaminos en fila, plumas, entre otras cosas. La chica, al percatarse de que alguien había entrado, levantó el rostro, que hasta ese momento había estado agachado a causa de haber estado leyendo un pergamino, y al levantarlo y ver a Harry, formó una expresión de incredulidad combinada con ganas de querer llorar.

-¡Oh, Harry!- exclamó la chica de cabello negro levantándose de un salto -¡No puedo creer que seas tú!

-Mmmm… ¿Cho?- dijo algo dudoso Harry

-¡Pensé que jamás volvería a verte!- exclamó Cho Chang comenzando a derramar unas lágrimas

-No te pongas así, por favor- dijo Harry con un tono de súplica al ver las lágrimas de Cho

-Es que estoy muy feliz de…

-Si, como sea, queremos ver al ministro- la cortó bruscamente Ginny –Y preferimos que sea rápido, tenemos prisa

-En un momento- le contestó fríamente Cho, mirándola con profundo odio

Cho se dio media vuelta y secándose las múltiples lágrimas que habían resbalado por su rostro, desapareció por una puerta que estaba a su derecha.

-No hubieras sido tan dura- le dijo Harry en voz baja a Ginny

-Tenía que hacerlo así o iba a inundar esto- le dijo Ginny con el entrecejo fruncido

-Pueden pasar- dijo después de unos momentos Cho, conservando su tono frío

-Pasa tu, yo me quedo aquí- le dijo Ginny a Harry –Creo que yo estaría de más ahí

Harry asintió con la cabeza y pasó al siguiente cuarto, dejando solas a Cho y a Ginny, esta última, dio un suspiro y se sentó en uno de los sillones que estaban más cerca. La pelirroja se percató de que Cho no paraba de lanzarle profundas miradas de odio, y después de un rato, al no poder aguantar más esas miradas, la volteó a ver y con un tono frío, le dijo:

-¿Se te ofrece algo?

-¿Acaso crees que Harry en verdad te quiere?- le preguntó Cho con un tono malicioso

-No lo creo; yo estoy segura de eso- la contestó Ginny con un tono firme

-Que ingenua eres, el nunca te quiso…

-A la que nunca quiso fue a ti- la cortó Ginny –Solo estás despechada por que el me prefirió

Cho y Ginny se miraron profundamente y con rabia durante unos segundos, hasta que un pergamino que tenía Chang enfrente de ella, emitió un leve silbido, Cho lo miró y con indiferencia le dijo a Ginny:

-El señor ministro quiere que entres

Ginny se levantó y pasó a través de la puerta que Harry había atravesado momentos antes. Harry se encontraba sentado frente al escritorio, y detrás de este, se encontraba un señor de ojos castaños y cabello negro, el mismo de los cuadros que se encontraban en el ministerio.

-Permiso- dijo Ginny al entrar

-Buenos días señorita Weasley- exclamó el señor de ojos castaños, Albert Jones, el ministro de magia –Tome asiento por favor –Ginny así lo hizo, sentándose al lado de Harry –La mandé llamar- comenzó a decir nuevamente el señor Jones –Por que, como será de su conocimiento, nuestro jefe de aurores, el señor Kingsley Shacklebolt, se encuentra en una misión, y necesito de su ayuda para que ayude al señor Potter a integrarse a nosotros, que conozca nuestras reglas… en fin, que sea su nueva compañera de trabajo; confío en que usted ayudará en todo lo que pueda al señor Potter.

-Si señor- contestó una entusiasmada Ginny mientras le dirigía una fugaz mirada a su nuevo compañero de trabajo

-Bueno, ya resuelto todo- decía el ministro –Usted señor Potter, puede presentarse a trabajar a partir del lunes, y nuevamente, bienvenido

Tanto Harry como Ginny salieron juntos momentos después de la oficina del ministro, y Harry, al desviar inconscientemente la mirada hacia el lugar donde se encontraba Cho, sintió como un gran peso caía encima de el, ya que, hablando con Cho, se encontraba una chica de cabello castaño claro largo con leves rizos.

-Vamos Ginny- le susurró Harry a la pelirroja tomándola de la mano y conduciéndola hasta la puerta

-¿Qué pasa?- inquirió Ginny extrañada; al parecer, ella aún no se había percatado de la presencia de la chica que estaba con Cho

-¡Harry!- dijo de pronto la otra chica, justo cuando Harry ya había tomado el pomo de la puerta de salida

-Un momento- dijo Ginny parándose en seco; había reconocido esa voz

Ginny giró bruscamente sobre si, y al hacerlo, su mirada se llenó de una profunda rabia, ya que, la chica que estaba con Cho, era Carol Anne. Harry tomó suavemente del brazo a Ginny, como si quisiera impedir que esta se abalanzara sobre Carol Anne una vez más.

-Ah, eres tú- dijo altaneramente Carol Anne dirigiéndose a Ginny

-¿Qué haces aquí?- preguntó rápidamente Harry antes de que Ginny tuviera oportunidad de responderle.

-¿Por qué me preguntas eso?- le respondió Carol Anne mirando a Harry de una forma muy provocativa –Si tú fuiste el que me rogó para que me trasladara para acá; dijiste que no ibas a poder vivir aquí tranquilamente si yo no estaba contigo…

-Jajaja¿No habrás entendido mal?- inquirió ahora Ginny respirando agitadamente mientras trataba de zafarse del la mano de Harry –El quiso decir que no iba a poder vivir tranquilamente si tu estabas con el…

-¿Eso quiere decir que también vas a trabajar aquí?- dijo Harry, esperando no escuchar la respuesta que el temía

-Si¿No es fantástico?- Carol Anne decía todo esto mirando con malicia a Ginny -¿Ves como nada ni NADIE va a poder separarnos?

-Señorita Miller- inquirió Cho de repente, que hasta ese momento, había estado muy entretenida con la discusión –El ministro la está esperando

-Gracias- dijo con suficiencia Carol Anne –Nos vemos más tarde Harry- finalizó guiñándole un ojo al chico

Carol Anne, caminando provocativamente, desapareció por la puerta de la oficina del ministro. Ginny, en cambio, se soltó violentamente de Harry y lo miró fijamente con reproche, este le devolvió la mirada algo nervioso, y antes de que pudiera decirle algo, la chica lo empujó bruscamente, negó levemente con la cabeza y salió muy rápido por la puerta.

-Creo que no le agradó que trajeras contigo a una de tus conquistas- le dijo inocentemente Cho, a lo que Harry le lanzó una mirada asesina antes de ir rápidamente detrás de Ginny.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

N/A: Holas!! Bueno, primero que nada, una enorme disculpa por el retraso de la actualización… Créanme… Esta semana, y la pasada, fue de locos!!! Me dejaron tarea hasta mas no poder, (osea… al parecer los maestros piensan que cada una de sus materias es la única que tenemos y que no tenemos nada mas que hacer que asistir a cada una d esas materias!!! No es por nada, pero hay veces en las que se pasan!!! Y no conformes con eso, ya vamos a entrar en exámenes… no!!!! Pero bueno) Y pues, no tuve tiempo siquiera de contestar sus reviews (ni siquiera pude estar decentemente en el Messenger, ni revisar mi correo como debe de ser, ni ponerme al corriente con los ff que leo… en fin, dejo de quejarme… creo que me altero un poco, jeje) Por eso también fue que no actualicé… pero en fin, ya estoy de nuevo por aquí… un poco apretada de tiempo, pero aquí estoy, jejeje… Y bueno… Como pudieron ver, no puse avances, ya que, este capítulo, digamos que fue el que les debía la semana pasada, y, por lo tanto, el capítulo 28 ya también lo agregué, el cual, tiene por título "Hablando con la verdad"…

En fin, los dejo por aquí, y nos leemos en el siguiente capítulo

Besitos

Mary