Capítulo 6

Mientras Lila trataba de reconfortar a su amigo, vio entrar a Ron y Hermione. Ambos se habían cambiado y llevaban trajes de época. Se sentaron junto a ellos.

-¿Qué te ocurrió Harry? –preguntó Hermione al ver la cara de dolor de Harry

-Estaba bailando, creo que tropecé y caí –respondió Harry, aun sobándose uno de los codos

-Cómo que crees –dijo intrigado Ron

-Es que no sé, de pronto sentí que mis piernas se enredaban y caí –le dijo Harry

-¿No lo empujaste tú o sí? –le dijo molesto Ron a Lila

-¡No seas tonto, para qué querría empujarlo –contestó indignada Lila

-No sé, tú y tu amiga se divierten con cosas muy extrañas –comentó Ron

-Qué tiene que ver Camila en todo esto –se molestó más Lila con el pelirrojo

-¿Que qué tiene que ver? –preguntó Ron, como si la respuesta fuera muy obvia- Ella es de Slytherin, nos detesta, es amiga de Malfoy y a pesar de todo tú sigues considerándola tu amiga

-¿Estás tratando de decir que ella y yo nos unimos en un complot contra ustedes? –Lila no podía creer la idea que tenía Ron

-Todo puede ser, desde el primer día tú perdiste puntos y ella los ganó para su casa

-Basta Ron, eso no puede ser –dijo Harry, tratando de detener aquella discusión- Sólo tuve un pequeño accidente, no es necesario que armes un escándalo

-Baboso –murmuró Lila muy enfadada

De pronto, escucharon hablar al profesor Dumbledore, que ya hace un rato estaba ahí, junto a todos los profesores.

-Muchachos, su atención por favor

Todos callaron, atendiendo a su Director.

-Tengo el agrado de presentarles a ¡¡Las brujas de Macbeth!

Todos aplaudieron, pero el grupo no se hizo presente.

-No me dejaron terminar. Ellas vienen con un invitado especial, un cantante muggle que tal vez muchos no conozcan, pero sé que algunos reconocerán en cuanto lo vean –dijo el anciano, mirando con una sonrisa hacia donde estaba Lila- Con ustedes, las brujas de Macbeth y...Rodrigo Rojas

-Quéeeeeeeee! –gritó Lila ante el asombro de sus compañeros, al ver entrar a cinco muchachos disfrazados de fantasmas.

-Qué pasó, quién es! –le preguntaba Harry, obteniendo sólo como respuesta una Lila totalmente shockeada.

Era cierto. Ese chico que miraba desde lejos y se encontraba en Ravenclaw era Rodrigo, el chico que más le gustaba en todo el mundo. Seguramente su ausencia de Bolivia no se debía a que estaba estudiando música en México, era porque era un alumno más de Hogwarts.

-Es que conozco al cantante de esa banda –le respondió a Harry luego de mucho tiempo con la boca abierta.

-A Rodrigo, es de Ravenclaw y siempre toca en esa banda los fines de semana en Hogsmeade... –Harry cayó en cuenta la relación que podría haber entre Lila y él –Ahora que lo recuerdo, él también fue estudiante nuevo el año pasado, y es de Bolivia también. De dónde lo conoces? –le preguntó subiendo el tono de su voz por los gritos de las chicas al empezar una canción.

-Era mi amigo en Bolivia y... –se acercó para contarle el secreto a su amigo en el oído –me gusta mucho.

Harry sonrió asombrado. Abrazó a su amiga diciendo

-Pues debes estar muy feliz de tenerlo cerca.

Y en verdad así era. No aguantó más y sacó a bailar a Harry de un jalón. El ritmo lo apremiaba, era un rock and roll demasiado contagioso. Disimuladamente al bailar, ambos se fueron acercando al escenario para verlo mejor, y para que él la viera.

Lila recordó los días en que se paraba cerca del escenario para verlo actuar. La historia se estaba repitiendo. De pronto, Rodrigo fijó su mirada en Lila y le sonrió como tantas veces lo hizo. La hica se sentía realizada. Devolvió la sonrisa con un saludo al que el chico respondió.

Terminó una ronda de canciones y Harry se fue a sentar exhausto, dejando a su amiga parada frente al escenario. Rodrigo dijo al micrófono:

-Una sesión de música lenta para que descansen y enseguida volvemos con más.

Bajó del escenario y se encontró con Lila. Está lo abrazó muy cariñosa.

-No sabía que estuvieras en Hogwarts, Rodri.

-Yo tampoco. Pero me alegra verte –le dijo con una sonrisa –De qué te disfrazaste?.

-De mi amigo Harry Potter, lo conoces?.

-Sí. Ese chico es mundialmente conocido.

-No sabes cuánto me alegro de verte otra vez.

-Yo también. Ahora, si me disculpas tengo que ir a bailar con mi pareja. Le prometí aunque sea una canción.

El corazón de Lila se le paró en seco. Había traído a su chica a Hogwarts?.

-Trajiste a Anette? –le preguntó sin más.

-No –rió él –Ya terminé con ella hace un tiempo. Voy a bailar con Cho Chang. Es mi pareja para esta noche. Tú no tienes la tuya?.

-Eh ...sí, es mi amigo Harry Potter.

-Qué bueno. A ver si nos vemos luego, o charlamos en clase de Historia de la Magia para que no se nos haga más aburrida.

Y diciendo esto, se fue a la mesa donde Cho, vestida de geisha japonesa, lo recibió con una sonrisa.

Lila volvió al lado de sus compañeros.

-Y? –cuestionó Harry.

-Pues ya ves. Está de pareja de Cho Chang –dijo resignada.

-Ah –Harry tenía la misma mirada que Lila en ese momento.

-Pero no me preocupo –se alentó a sí misma –ella no es su novia. Antes tenía que soportar verlo con su chica y te aseguro que eso dolía más.

-Ah –dijo Harry con la misma expresión de antes.

-Y a ti que te pasa? –interrogó Lila dándose cuenta de la carota de su amigo.

-Eh... pues, es que a mí me gusta Cho Chang –explicó un poco ruborizado, bajando la cabeza.

-Pues que buena noticia me diste –golpeó cariñosamente la rodilla de Harry –Así tú puedes pedirle a ella que baile contigo y yo tendré el camino libre.

-Pero hay un problema –repuso –Yo no invito a bailar a Cho desde cuarto año cuando me dijo que no.

-Pues yo creo que siempre hay segundas oportunidades, no lo crees? –lo miró pícara su amiga.

-Tal vez me anime luego –le dijo.

-Está bien, pero me lo prometes? –extendió su mano.

-Sí. Te lo prometo –le dio la mano sellando el trato –Pero mientras tanto, quiero que tú, imitadora de cicatrices, seas mi pareja.

-Claro que sí señorita Trelawney! –lo abrazó alegre, Lila.

Luego de un momento de charla animada, Lila se fue al baño. Al salir, se dirigía a su mesa, pero vio que Harry no se hallaba ahí. Lo buscó y lo encontró pidiéndole a Cho Chang que baile con él. Al parecer la Ravenclaw no estaba muy convencida de hacerlo porque Rodrigo seguía sentado a su lado, pero muy pronto éste último se paró y subió al escenario dejándole el campo libre a Harry.

Esta vez Cho Chang aceptó. El grupo empezó a tocar una canción muy movida y conocida en el mundo mágico: "Puedo hechizarme por ti".

Lila observaba divertida cómo Harry quería igualar los pasos a Cho sin obtener un buen resultado, pero sin duda alguna estaba muy contento de poder bailar por fin con la chica que más le gustaba en Hogwarts.

-Y a ti, qué diablos te pasa, por qué traes esa cara? – preguntó Lila, al darse cuenta que Ron, que estaba sentado a su lado, estaba muy preocupado y decepcionado de algo.

-Eh –dudó Ron al responder –nada, no me pasa nada –dijo con el mismo mal humor con el que siempre discutía con Lila.

La muchacha se acercó más a él para poder saber qué era lo que le sucedía.

-Vamos –lo codeó –cuéntame por qué estás así. No me digas que en verdad no te gusta el traje que te diseñé.

-La verdad es que el traje está bien –respondió sorprendiéndola –estoy triste por otra cosa que no pienso contarte.

-Sé que en este año no nos llevamos del todo bien Ron, sé que siempre andamos peleando de todo, pero te puedo asegurar que yo te ayudaría si me contaras qué es lo que te preocupa -Lila se encontraba de tan buen humor luego de haber visto a Rodri después de mucho tiempo, que quiso hacer las pases con Ron. En verdad lo apreciaba a pesar de lo tonto y torpe que fuera.

Éste la miró sorprendido, pero creyó en sus palabras y empezó a sincerarse.

-Mira, lo que pasa es que antes de venir a la fiesta le pedí a Hermione que sea mi pareja para el baile pero no me aceptó.

-Seguramente se lo pediste al último minuto.

-No, se lo dije el día que nos avisaron de la fiesta. Pero ya la habían invitado antes que a mí.

-Y quién fue?

-Fue Patrick Monroe, un muchacho de Hufflepuff, el que está disfrazado de dragón allá.

Lila miró hacia el lugar que le indicaba Ron, y efectivamente estaba allí bailando con Hermione, muy divertidos ambos.

La chica se quedó callada un momento, pero luego se animó a preguntarle a Ron.

-Hace mucho que te gusta Hermione?

-Qué, y tú de cómo lo sabes, cómo te enteraste, quién te dijo? –se exaltó el diablito haciendo que el tono que tomaba su rostro sea igual que al de todo su traje.

-Cálmate, cálmate –lo sentó nuevamente Lila –Sólo te lo estaba preguntando. Nadie me lo dijo. Se supone que cuando invitas a alguien a un baile es porque te simpatiza, o no?. Ya no somos niños como para hacernos a los inocentes.

Ron la miraba estático. Su secreto había sido revelado. Y ahora lo sabía una persona en la que no confiaba por completo. A él le gustaba Hermione desde no se qué año, pero nunca se atrevió a decírselo. Lila, suponiendo todo lo que pensaba Ron lo calmó aun más.

-Ron, puedes contar conmigo. No le diré a nadie lo que me acabas de confesar.

El chico agradeció su prudencia. Luego de un largo momento de estar callados, Lila mirando a Rodrigo y Ron mirando a Hermione, la chica Potter rompió el silencio.

-Pero, qué estamos haciendo aquí sentados como babosos? Vamos a bailar! –y sin esperar respuesta lo sacó de un jalón.

Fueron a acomodarse en medio de Harry y Cho y Hermione y Patrick. La chica disfrazada de Snape, al darse cuenta con quien estaba bailando Ron saltó de la sorpresa. Pero aquella reacción no pareció por ver a sus dos amigos que antes ni se podían soportar, bailando. Esa reacción delataba algo más que sólo Lila pudo observar. Hermione estaba celosa y eso demostraba que a ella también le gustaba Ron.

Lila se sitió muy alegre al darse cuenta de ello. Ya vería la manera de juntarlos a ambos en la fiesta.

Terminó la tanda de canciones y Rodri preguntó a los estudiantes de Hogwarts, que aun estaban en la pista de baile, si querían continuar con la diversión. Se escuchó un Sí rotundo, y continuó la música bailable.

De pronto, en medio de una canción muggle, el sonido paró y todas las velas que iluminaban el lugar se apagaron, dejando ver solamente la luna a través del techo hechizado del gran salón. Muchos pensaron que se trataba de una sorpresa de Halloween, pero otros gritaron aterrorizados al escuchar un sonoro Imperius cerca del micrófono. Una luz verde se observó claramente.

Hubo mucho movimiento alrededor, algunos gritos y sacudidas por lo que se podía oír. Lila sintió miedo y se abrazó a Harry. Luego de unos segundos, que a Lila le parecieron horas, las velas volvieron a encenderse. Todos se miraron asustados. El profesor Dumbledore estaba justo debajo del escenario, agachado, auxiliando a alguien que estaba desmayado.

Todo un grupo de estudiantes se acercó a ver de quién se trataba. Lila asomó su cabeza por el medio de dos estudiantes.

-No, Camila! –gritó, abriéndose paso para llegar a donde estaba.

El profesor Dumbledore ordenó a los prefectos que acompañaran a todos los estudiantes a sus casas en silencio y que no salieran de allí hasta que un profesor vaya a visitarlos. Enseguida, cuatro disfrazados alzaron la voz llamando a los estudiantes de sus respectivas casas. Lila no pudo ver dónde se encontraba Harry, Hermione, ni Ron. Solamente estaba preocupada por su amiga. Snape se acercó a ellos.

-Señorita Zizold, ya escuchó usted perfectamente la orden del director. Debe retirarse con sus compañeros a su sala común –dijo, con una ira increíble.

-Discúlpeme profesor –respondió Lila casi con el mismo tono de voz con el que se había presentado él –pero yo no me voy a mover del lado de Camila.

-Qué insolencia!. Profesor Dumbledore, debe hacer algo al respecto –rugió, levantando aún más la voz –esta señorita me está faltando al respeto, y a usted también, por no seguir sus órdenes.

-Severus –musitó Dumbledore, mirándolo fijamente a los ojos –Si la señorita Zizold desea acompañar a su mejor amiga en este momento, ni tú ni yo somos quiénes para impedírselo.

Snape lo miraba asustado y enojado a la vez.

-Como quieras, Albus –dijo al fin y se retiró.

Cuando se iba, llegó por su lado Poppy, la enfermera de Hogwarts.

-Llevemos a esta muchacha a enfermería –le dijo el anciano, y enseguida sacó su varita y elevó a Camila por los aires –Acompáñenos Lila.

Al llegar a enfermería, la acostaron en una cama y la señora Pomfrey, curó unos rasguños profundos que Camila tenía en ambas manos. Le pidió a Lila y a Dumbledore que salieran mientras lo hacía.

En el asiento de afuera, Lila consultó al director qué era lo que había pasado en la fiesta.

-No lo sé muy bien Lila, pero al parecer entraron unas personas que querían llevarse a alguien a otro lugar y eligieron a Camila. No sé ni quiénes fueron, ni cómo entraron acá, pero el momento en que encendí nuevamente las velas desaparecieron por la ventana del gran comedor.

-Y los vio usted, Qué aspecto tenían? –preguntó asustada.

-Eran cuatro personas y estaban vestidos con capas negras. Tal vez se dispersaron entre los estudiantes disfrazados y quisieron raptar a alguien, tal vez a Camila.

-Pero por qué lo hicieron, Qué querrían de ella?

-No lo sé. Eso hay que averiguarlo.

-Usted cree que se traten de mortífagos? –preguntó luego de un momento.

-No quiero creerlo. Además, si hubieran sido partidarios de Voldemort yo creo que hubieran querido llevarse a Harry en vez de quererse llevar a tu amiga o a alguien que estuviera en ese grupo, porque Harry y Camila estaban lejos el uno del otro en ese momento. Por cierto, no me fijé si él estaba bien.

-No se preocupe. Cuando se apagaron las velas yo me abracé a él y estuvo todo el tiempo a mi lado. No le pasó nada.

-Me alegro. Ahora, si me disculpas, debo ir a ver qué más ocurrió en el salón.

Se levantó y dejó sola a Lila.

-"Será que aquellos cuatro que estaban disfrazados de mortífagos quisieron llevarse a Camila?" -se preguntó Lila- "Pero, qué tiene ella que quieran llevársela?".

Interrumpió sus pensamientos, otra persona que flotaba en el aire y era llevado a enfermería por la varita de Dumbledore. Fijándose mejor en quién era, Lila se levantó de un salto y siguió al director hasta la camilla donde lo colocaron.

-Qué le ocurrió, Cómo está? –preguntó con un nudo en la voz.

-Lo encontramos tras el escenario. Al parecer, los cuatro encapuchados al querer silenciar el lugar, lo empujaron cuando estaba cantando. Sólo tiene un raspón en la cabeza –le explicó a Lila.

-Rodri –acarició la cabeza del muchacho inconsciente –Profesor –preguntó antes de que salga nuevamente de la enfermería –podría quedarme esta noche para cuidar a mis amigos?.

-No lo creo conveniente. La señora Pomfrey está aquí para ese trabajo. Mejor quédate aquí hasta que ellos despierten y luego sube a tu sala común a descansar. Ya mañana podrás estar todo el día con ellos.

-Está bien profesor. Gracias.

Lila ayudó a Poppy a colocarle una venda a Rodrigo en la cabeza. Esperó afuera a ver si alguno despertaba.

Se estaba quedando dormida, cuando la enfermera la llamó. Rodrigo había despertado. Se levantó de un salto y corrió a verlo.

-Rodri, cómo estás? –le preguntó con una sonrisa.

-Me duele la cabeza. Qué me pasó.

Lila le contó lo sucedido. Lo de los encapuchados y lo de su caída del escenario.

-Gracias por estar aquí –sonrió.

-No te preocupes. Ahora descansa, yo vendré a verte mañana temprano –diciendo esto, se retiró, no sin antes fijarse si Camila había despertado, pero no.

Sintió un jalón y una voz que la llamaba. Era la señora Pomfrey.

-Querida, vete a dormir. Tu amiga no ha despertado aún, y no creo que lo haga muy pronto. No se qué le hicieron, pero está inconsciente. Vuelve mañana temprano si quieres y te quedas todo el día.

Lila asintió con tristeza y se dirigió a su sala común. En todo el camino pensó qué pudo haber pasado para que los encapuchados no se lleven a Camila. Efectivamente eso querían ellos, pero no lo pudieron realizar. Además, ese Imperius habrá sido dirigido a ella, será que aún estaba con el hechizo aunque estuviera dormida?.

Con estas preguntas Lila caminaba rumbo a su casa.

Al dar vuelta una esquina, vio que Draco Malfoy estaba un poco más adelante que ella. Tal vez se dirigía a su sala común. Al escuchar los pasos, se dio la vuelta y la miró.

-Oh no! –repuso él –de todos los estudiantes que hay en esta escuela, tengo que encontrarme con la nueva sangre sucia de Hogwarts.

Lila hizo caso omiso del comentario del Slytherin y se disponía a retomar nuevamente su camino, pero recordó que Draco se encontraba con Camila cuando los encapuchados entraron esa noche.

-Oye Draco –le dijo, forzando su voz a ser un poco amable –te puedo preguntar algo?.

-Ahora qué quieres.

-Tú estabas con Camila cuando la atacaron?

-Sí... pero no creerás que yo le hice eso, yo no soy capaz de hacerle daño a un Slytherin y peor si se trata de mi amiga.

-Entonces, si estuviste ahí, debiste ver exactamente qué fue lo que pasó.

-Ya contesté a tu primera pregunta. Pero si quieres saberlo pregúntale a ella, no dices que es tu mejor amiga? –dijo irónico.

-Pues sí, eso haré. No quise molestar al señor Malfoy con mis impertinencias –y le hizo una reverencia fingida.

"Maldito Malfoy", pensaba Lila mientras él se iba, "Es seguro que sabe algo y no me lo quiere decir. Pero lo averiguaré de todas formas".

Caminó hasta el retrato de la dama gorda y le dio la contraseña: Misterius Totallis. La dama, despertando sobresaltada por lo tarde que era, le dio paso enfadada.

Lila entró a la sala común. Unas llamas crepitaban aún en la chimenea casi apagada. No había nadie ahí. La muchacha, aunque estaba cansada, no quería subir todavía a su habitación. Tal vez no conciliaría el sueño por pensar en todo lo que pasó esa noche.

De repente, le vino a la cabeza una pregunta que no supo por qué no apareció allí antes, era demasiado obvia. Qué hacía Draco Malfoy levantado tan tarde?. Lila ya no sentía ganas de volver a salir a averiguarlo. Pensó en todas las respuestas posibles, y poco a poco el sueño la venció.

-DRACO MALFOY ES EL HIJO NO RECONOCIDO DE SEVERUS SNAPE Y POR ESO LO TRATA TAN BIEN! –escuchó de lejos Lila, sin despertarse aún.

Pasó un momento y nuevamente sonó la misma voz gangosa.

-HARRY POTTER SIEMPRE HACE TRAMPAS EN LOS JUEGOS DE QUIDDITCH Y TIENE COLECCIONES DE SNITCHS FALSAS PARA ENGAÑARNOS A TODOS!.

Lila seguía durmiendo.

-HERMIONE SE DISFRAZÓ DEL PROFESOR SNAPE PORQUE ESTÁ SECRETAMENTE ENAMORADA DE ÉL Y LO ADMIRA DE CORAZÓN!.

Luego de un momento alguien zarandeaba a Lila para que despierte.

-Lila, Lila, por amor al cielo, apaga tu despertador.

-Eh, qué? –pestañeaba la muchacha sin comprender del todo.

-Lila, por favor, tu despertador no deja de gritar incoherencias, ya nos va a volver locas!. Es Sábado, por favor, queremos dormir –le reclamaba Hermione.

-Bueno, bueno, ya voy –decía resignada, levantándose.

Entró a la habitación justo cuando el despertador gritaba su última estupidez.

-RONALD WEASLEY GANÓ EL CONCURSO DE DISFRACES E INVITARÁ A HERMIONE A PASAR EL DÍA EN HOGSMEADE!.

-Cállate caramba –le daba la mano, Lila.

Todas las muchachas del dormitorio miraban con enojo a la chica que seguía disfrazada de Harry Potter.

-Discúlpenme todas –musitó Lila, con una sonrisa avergonzada.

-Tendrás que deshacerte de ese gnomo estúpido, o sino lo haremos nosotras.

-No sean tan duras. Si quieren le hago un hechizo para que no las moleste los fines de semana –propuso.

-Bueno, puede ser –asintió Hermione.

Las demás chicas, volvieron a la cama a dormir. Lila no tenía sueño. Después de todo dormir en el sofá no era tan incómodo. Se bañó, vistió y cuando estaba por bajar al gran comedor a desayunar, se fijó que la cicatriz en forma de rayo que se hizo por un hechizo, aún seguía allí. Trató de hacerla desaparecer con el hechizo inverso, pero no lo logró. La cicatriz seguía allí. Bueno, pensó, tendría tiempo para desaparecerla luego.

Bajó, y encontró el gran salón casi desierto. Si no fuera por algunos profesores que se encontraban desayunando, Lila hubiera estado sola. Estaban allí Snape, McGonagall, Trelawney, y el profesor Dumbledore. Este último le hizo una seña a Lila para que se acercara hasta la mesa.

-Señorita Zizold –le dijo cortésmente –Me alegra comunicarle que la señorita Grissi ya despertó y desea verla.

-Puedo ir profesor Dumbledore? –preguntó incrédula.

–Vaya, pero no se pase allí todo el día, que la señorita Grissi necesita descansar- interrumpió cortante, Snape.

Lila lo miró fijamente a los ojos, y con el mismo tono de voz, le contestó.

-Gracias, profesor Dumbledore. Con permiso –se retiró tomando una tostada de la mesa de Gryffindor.

Dumbledore reía divertido al ver la cara de Snape ante la respuesta de Lila.

Lila se acercó con precaución hacia la cama donde descansaba Camila. Fue paso a paso acercándose sin hacer ruido, pero no notó que una bandeja con varias botellas de medicamentos estaba en el suelo y tropezó con ella provocando un terrible estruendo.

-Qué... qué... qué pasó –despertó Camila sobresaltada.

-Lo siento –se disculpó la muchacha –hice caer esta bandeja sin querer.

-Lila, qué alegría verte –la saludó recién Camila.

-Yo también. Cómo estás? –consultó, recogiendo la última botella que había en el piso.

-Pues más o menos. Me duele un poco la cabeza y también los arañazos que tengo en los brazos.

-Ahora sí –dijo Lila, sentándose en una silla que acababa de arrastrar hacia la cama de Camila –cuéntame exactamente qué fue lo que pasó anoche cuando se apagaron las velas.

-Bueno. Yo estaba hablando con Draco y Millicent en una esquina del gran salón. Nos estábamos riendo de ti y de Ron. No pude creer que sacaras a bailar al tomate ése. Por cierto, muy bueno el disfraz que le conseguiste.

-Ya basta, sígueme contando.

-Está bien. De pronto, las velas se apagaron y oí cómo Millicent se abrazaba a Draco por el miedo. No pasó nada por un momento, pero luego sentí que me tomaban de los brazos y alguien que estaba detrás gritaba un Imperius. Instintivamente me agaché, y vi cómo un rayo verde de luz pasaba encima mío.

-Yo también lo vi. Ahora lo recuerdo.

-Creo que no le dio a nadie. Pero los otros tres tipos me estaban jalando para que vaya con ellos. Parecía que estaban muy apurados. De repente, sentí que alguien me tomaba de la cintura y jalaba al lado opuesto. Fue en ese jalón que obtuve estos rasguños –mostró ambas muñecas.

-Y quién te salvó?.

-Fue Draco. No se cómo se deshizo de Millicent y me ayudó.

-Pero no creo que él solo haya podido jalarte a ti salvándote de esos tres.

-Tal vez hizo un hechizo, no lo sé. La cuestión es que él lo hizo solo.

-Bueno, bueno, y qué pasó después? –siguió preguntando a Camila, dejando claros sus celos hacia Malfoy.

-Uno de los raptores me golpeó muy duro en la cabeza y de ahí ya no recuerdo más hasta esta mañana.

Lila se quedó pensando. No era del todo convincente eso de que Draco la haya salvado de esos tres raptores. No tenía sentido.

-Por qué crees que te hayan querido llevar, Camila?.

-No tengo la menor idea.

-Sabías tú que los que te quisieron raptar fueron cuatro tipos disfrazados de mortífagos?.

-Ah sí, no lo sabía. Quién te lo dijo?.

-El profesor Dumbledore. Cuando él prendió las velas nuevamente, los vio salir por la ventana.

-Y qué más pasó?.